miércoles, 10 de mayo de 2023

500.- Tal como si no pasara nada.

Según la información oficial emitida por el desgobierno cubano, tres borrachos "con insatisfacciones" convencen a una parte del pueblo de Caimanera, Guantánamo y desestabilizan al gobierno, obligándolo a tomar medidas extremas, cero internet, tropas militares entrenadas, que vuelven a reprimir a los que, aparentemente, sin darse cuenta, siguieron a los borrachos.

Fácil la tiene un gobierno cuando, no sólo está contradiciendo la realidad, sino que le importa poco la imagen y opinión nacional e incluso la internacional. Es como si para el gobierno cubano, todos, exactamente todos fuéramos anormales. Así, con este desprecio hemos sido tratados y siguen siendo tratados los que, de una forma u otra, por derechos, sentimientos, negocios, aburrimientos, entretenimientos, estamos vinculados a Cuba.


El gobierno cubano siempre ha actuado igual, literalmente defecándose, en buen cubano hay otra definición que ahora me ahorro por los susceptibles, en cualquier pensamiento racional, emite una información que ni ellos mismos creen. El gobierno cubano, a veces en voz de sus integrantes, incluyendo al propio presidente, otras, fabricadas por las figuras que lo apoyan, actúan diciendo, no importa lo que piensen de nosotros, no importa lo que se diga, emite este mensaje y cierra las puertas y ventanas.

Y fue así siempre porque el gobierno desde muy temprano monopolizó el control de la información por todas vías, televisión, radio, periódicos, revistas, vayas, sueltos, etc. Tan fácil fue por décadas, que a los que defendían al gobierno les resultó posible tratar de desmentir, anular, demeritar, desconocer hasta la más mínima opinión contraria. Base, soporte y justificación, por supuesto, de la represión y anulación. El gobierno cubano, como toda institución totalitaria, convirtió sus ideas y doctrinas en fe indiscutible, por lo que, entre otras cosas, logró, como con toda fe, que sus seguidores poseídos y fanatizados no pensaran, porque el gobierno sólo necesitaba repetidores.

Hoy las noticias corren más rápido, los cubanos sin comida, sin ropas, sin medicinas, sin futuro al menos en los próximos 100 años si no se ponen las pilas, tienen un celular en las manos, a veces más modernos que los que tienen sus familiares y amigos que viven fuera de Cuba, entonces filman, comentan, dan noticias. No obstante, aquellos que defendieron y aún defienden, hoy sin muchos elementos porque la evidencia es gigantesca, ahora apelan a que los que reaccionan, protestan, etc., son delincuentes pagados.

Y eso tiene Cuba, cuando el pueblo apoya cualquier medida del gobierno, es pueblo abnegado, trabajador, sacrificado, consciente, sólido, revolucionario, pero cuando ese mismo pueblo, esas mismas personas con sus mismos carnés de identidad, se manifiesta en contra, entonces son delincuentes, mercenarios, están pagados, son ingenuos y fáciles de engañar, etc. Así hemos vivido durante seis décadas. Eso también nos ha deformado.

Cada explosión en Cuba pasa por el mismo filtro. Primero son confundidos, luego son pagados mercenarios o ahora, sin mucho nuevo que decir, borrachos, pero además no están cuestionando al gobierno, no están en contra, sólo están un poquito disgustados por las picadas de mosquitos.

En los videos que circulan, se ve y se escucha a decenas de personas gritando Libertad, Abajo el PCC, Abajo Díaz Canel, Abajo Raúl, Díaz Canel Singa´o y el gobierno dice que estaban pidiendo cualquier otra cosa, puede ser algo así como que se estuviera preocupado y defendiendo a las abejas, con gritos de “Salven a las Abejas” porque nosotros, los cubanos, estamos acostumbrados a consumir miel todos los días de nuestras vidas.

Todavía hoy no existe el reconocimiento, ya no de la causa o causas, sino tan siquiera de lo que se está escuchando, sólo existe la única justificación, más que repetida hoy, el reconocimiento y la culpabilidad del enemigo externo, o sea, lo que el gobierno cubano y sus defensores llaman “bloqueo” como causante de TODOS los males que existen, además de prohibirle y obstaculizar el buen funcionamiento del gobierno. ¿Díaz Canel está bloqueado? Entonces, no es que no lo sepan, sino que no les da la gana de saber y no les importa lo que tú, yo, los cubanos de aquí y allá y el resto del mundo piensen. Algo así como no nos da la gana de escuchar y saber, por tanto, no está pasando, no está existiendo. Fin del cuento.

De los responsables, el único que no sabe de estos últimos acontecimientos es Fidel, porque yace, dicen, dentro de una piedra, aunque de seguro se lo imaginó antes de morir, pero el resto, lo sabe, lo domina, lo conoce a la perfección. No les interesa, no están para escuchar, resolver, dar la cara. Sólo están para mantenerse cada uno de ellos en el poder y para eso, mienten. Para ellos, qué de malo tiene el mentir, si al final todos los anteriores han mentido.

No vale la pena seguir describiendo lo que pasa con el gobierno en Cuba, baste decir que no van a soltar el poder, o sea, no se van a ir por las buenas y la única forma de que los cubanos todos, los de aquí y los de allá, podamos cambiar nuestras presentes vidas, es sacarlos por las malas, tal como se logró hacer en 1959 con el gobierno de Fulgencio Batista.

Ahora lo que me sigue llamando la atención es el circo. En cualquiera de estas manifestaciones, definidas por el gobierno como de un grupito de gente, lo anormal es la cantidad de espectadores que existen, o sea, la escena es la siguiente, unos que protestan, los represores que viene a dar golpes, arrastrar, llevarse detenidos y una enorme cantidad de personas que filman, comentan, se ríen, llaman a Dios, algunos gritan detrás de sus teléfonos y desde lejos, pero más nada.

Es cierto, yo no estoy allí, pero tampoco tengo el complejo del que se fue y murió, entonces tengo la posibilidad de pensar y expresarme. Caimanera, unas decenas de personas protestando pacíficamente, no hubo asalto a tiendas, no hubo atentado contra la propiedad estatal, otra decena de represores que llegan bajo la orden de acabar y una inmensa cantidad de pueblo, que está sufriendo lo mismo que los que están protestando, una inmensa cantidad de pueblo que se tiene que ver representado en esos que protestan, pero que no hacen nada. Observan la golpiza y sólo filman para poner sus videos en las redes, para que otros sigan protestando y quizás algún día le resuelvan sus problemas y cuando se dé el cambio deseado, cuando todo comience a resolverse, cuando aparezca la solución, entonces sumarse.

Esto llama la atención, pero si somos sinceros, no es nuevo. Es lo que siempre ocurre en Cuba, quizás en otros pueblos también, lo que pasa es que no tenemos memoria, no queremos pensar en el pasado o nos parece que una cosa no tiene que ver con la otra.

Para no ir tan lejos en el pasado, allá por nuestras guerras de independencia contra España, donde la historia ha inventado algo grandioso que no pasó, con la famosa revolución de Fidel, se creó la imagen de que todo el pueblo de Cuba estaba ensangrentado, que todo el pueblo de Cuba estaba de luto, que todo el pueblo estaba incorporado a la lucha, que todo el mundo colaboraba y que en Cuba existió una guerra que destruyó al gobierno y por eso la revolución triunfó. Eso es mentira, o al menos no es toda la verdad. Tanta mentira o tan poca verdad, ha hecho que nosotros mismos hablemos de un patriotismo y una dedicación magnificada de la cual no somos autores.

A esto puede dedicársele, merece dedicársele, un tiempo. Ni fueron tantos combates, ni fueron tantos los muertos, ni hubo tal destrucción del país, ni hubo un apoyo general, masivo, absoluto de todo el pueblo. Cuando se escucha hablar sobre la revolución, sobre todo cuando viene de boca de los protagonistas o allegados, tal parece que se vivió lo mismo que en Europa cuando la II Guerra Mundial, se habla de una guerra, de la cual parece que hasta el número de muertos que costó, eso de 20 000, es un invento o una mala estadística.

Es cierto hubo participación y apoyo de una parte, pero no fue ni por mucho la mayoría. Es cierto que muchas personas compraron bonos, donaron dinero, una parte de ellos como apostadores, o sea, jugando con los dos bandos para garantizar una posición frente a la victoria de cualquiera de los dos. No hubo ni tan siquiera el apoyo del partido comunista en pleno, por aquellos años llamado Partido Socialista Popular, lo que luego les costó a casi todos sus integrantes. Fidel no los perdonó.

A esa mayoría, o sea, a lo que se conoce como pueblo, se le llevó la revolución ya hecha. Esa mayoría se incorporó alegremente a la comparsa cuando la comparsa le pasó por delante. Hay que recordar que Fidel Castro entró en la capital el 8 de enero de 1959 montado en un tanque que venía de paseo por el Malecón, tal como una carroza de carnaval, no hubo tiros, no hubo muertos, no hubo edificios derrumbados por bombas. Mientras la comparsa no había pasado, muchos, la gran mayoría, estaba viviendo normalmente. Es cierto, podía haber existido un sentimiento contra los últimos años del gobierno de Batista, pero de ahí a que todo el pueblo se incorporara es diferente. La gente, lejos de los lugares de los llamados combates, seguían viviendo como si no pasara nada. La gente seguía visitando bares, cabarets, viajando y comprando incluso en los Estados Unidos, la gente seguía tratando de progresar. Ni el llamado a la huelga general en abril de 1958, logró paralizar al país entero.

Eso entonces ha pasado en Cuba siempre y pasa hoy y no lo entendemos porque queremos otra cosa. Queremos que todos salgan a apoyar a los manifestantes, queremos que todos se declaren en huelgas, queremos que no existan fiestas, conciertos, queremos que se pida a coro que se liberen a los presos políticos injustamente encarcelados, queremos que los que filman con sus celulares dejen de filmar y arremetan contra los represores, que les quiten a los reprimidos de las manos, que no dejen entrar o salir a los carros de la policía, etc. Y lamentablemente no pasa así, no porque seamos diferentes, es que nunca lo hemos hecho. Siempre para análisis como este, cuando queremos que el pueblo reaccione, se habla de la valentía y rebeldía de los mambises, tal como si eso tuviera que ser una herencia genética, pero, seamos sinceros y pensemos, ¿cuántos mambises fueron en total?

Queremos que el pueblo se inmole de una vez y por todas, solo que no contamos con que ese llamado pueblo no quiere inmolarse, cosa que es perfectamente entendible, porque sencillamente nunca es todo de un todo.

El pueblo de Cuba hoy, desorientado, dividido, desarmado, temeroso, desconocedor, inmaduro, heredero de décadas de tener que fingir, de tener que mentir, de tener que llevar una doble, triple vida, está esperando que la solución caiga del aire y entonces, de seguro, cuando pase la comparsa, se sumará a ella. El pueblo cubano hoy con más información y posibilidades de comparar, más influido por la vida en el exterior, más lejos de la Sierra y Girón, de Fidel, quiere cambios, quiere vivir y disfrutar, pero también, una gran mayoría, quiere que esos cambios lo hagan otros o que sencillamente caigan del cielo.

¿Qué justifica que hombres estén viendo que se está golpeando a mujeres y no se metan a defenderlas y que sólo se mantengan filmando con sus celulares las escenas?, ¿Qué justifica que decenas de personas no sean capaces de detener a un grupo de uniformados que los están reprimiendo, cuando se saben o tienen que saber que son mayoría? Bueno, en realidad pueden existir miles de justificaciones, puede ser que seamos un pueblo enfermo, que se acostumbró a la dependencia del papá gobierno, que se adaptó a esperar, que se conforma con que la solución la ponga otro, que está a favor de quejarse en bajito, con señas, pero que paralelamente vive de sus amigos y familiares que envían dólares. Puede ser increíble, pero muchos de los que hoy están inconformes, todavía dicen que añoran a Fidel Castro, que de él estar esto no ocurriría. Añoran al diseñador, fabricante, causante de todos los males que el gobierno actual exhibe, pero que murió con la imagen que se creó el mismo de “gran solucionador” de todos los problemas. Así de sencillo, como por arte de magia.

Y esto sobre lo que reflexiono aquí, es sin dudas la mejor herramienta del gobierno, utilizada contra nosotros mismos. Esa ha sido la mejor inversión, sobre todo el llamado trabajo profiláctico, palabrita más que utilizada por los órganos y personajes represivos. Ese ha sido el triunfo, para que hoy no exista ni lo más mínimo, pero que todavía hoy, sean muy pocos los que protestan en comparación con los que filman con sus celulares.

Y esto no me lo invento yo, ha sido la estrategia de años tras años. Mucho nos llama la atención la represión pública, o sea, hombres uniformados, armas, técnica, incluso perros, pero, estamos desconociendo que esa represión, en su forma secreta, personal y “profiláctica” ha existido siempre. No conozco los números, pero estoy convencido que el gobierno cubano ha dedicado millones y millones de dólares y pesos cubanos para armar y mantener un ejército vestido de civil que se encarga del control de persona por persona, bajo la vigilancia, la presión, el chantaje, la humillación, la fuerza.

Existe ahora mismo un audio filtrado de una conversación de un agente de la seguridad del estado, un tal Luisito, sabemos que no es su nombre real, con un profesor cubano, Pedro Álvarez, que fue sancionado por cualquier cosa inventada, que cumplió un año en prisión y ahora cumple una sanción de 5 años en su casa. Está en libertad, pero sigue preso, sigue vigilado, sigue presionado, a cambio de que no abra más la boca y no se meta en nada más nunca. Esta conversación filtrada, que yo he escuchado en mi casa, es el diario actuar del poder contra un pueblo, uno a uno, persona por persona, familia por familia, cuadra por cuadra, centro de trabajo por centro de trabajo, escuela por escuela, porque el gobierno nos conoce.

La primera persona, arrogante, prepotente, abusador, chantajista, etc., llama al segundo para amenazarlo, coaccionarlo, para tratar de demeritarlo y asustarlo. No voy a insistir en esto, esa forma de trabajar es clásica en los organismos represores, pero en parte de la conversación, el primero le dice: “Pero lo que pasó allá en Guantánamo no tiene que ver nada con usted, lo que pasó allá fueron cuatro borrachos que criticaron al gobierno, ¿Eso tiene que ver con usted? (..) Usted sabe muy bien que lo que pasó en Guantánamo no tiene nada que ver con Cuba, porque ayer La Habana estaba de fiesta, ayer todo el mundo estaba bailando en La Piragua y a nadie le importó lo que pasó en Guantánamo”.

Es duro escuchar esto, pero es verdad. Las autoridades utilizan cualquier argumento para desmoralizar y asustar, pero lo más duro es ver como manejan la información, en Caimanera fueron cuatro borrachos, pero en Cuba no pasa nada, en La Habana la población estaba entretenida disfrutando en un concierto que se daba en La Piragua, Vedado.

Y esto es hasta cierto punto entendible, la gente necesita también desconectar, bailar, emborracharse y tratar de terminar “pegándose” a alguien del sexo opuesto o de su mismo sexo. Es humano. Pero esa humanidad, la utiliza el gobierno como herramienta y como imagen para demeritar a los cubanos que luchan por mejorar. Es fácil focalizar los hechos en un grupito de descontentos, casi siempre mercenarios pagados, al resto, al gran resto, créenle una fiesta, pongan música y que corra el ron.

Del latín “Panem et circense”, o sea, pan y espectáculos de circo, atribuida a un poeta satírico que vivió en Roma, es la mejor estrategia inventada por un gobierno para distraer la atención del pueblo frente a cruciales problemas sociales o conflictos políticos. No pasa nada porque la gente está disfrutando. Cuba está en paz. Se sigue avanzando.  

Hoy recuerdo a mi abuelo materno, quien me contaba que cuando tenia que salir huyendo de Santiago de Cuba porque estaba buscado por la policía batistiana, se refugiaba en La Habana, donde no era conocido. Mientras los santiagueros, estaban poniendo los presos, heridos y muertos y apoyando la lucha clandestina y la armada en la Sierra Maestra, La Habana, la gran capital, se encontraba en carnavales.

Mientras en Caimaneras, hace unos pocos días y en otras partes de Cuba, los cubanos vienen protestando por su realidad y exigen cambios, nada extraordinario, cambios para vivir dignamente, Ana de Armas, nuestra Anita, única cubana nominada a un premio Oscar en la historia de la Academia, viajó, disfrutó, bailó y festejó despampanantemente y se reunió con instituciones de gobierno en la isla cárcel, tal como si en ese país no pasara nada. Sobre ella escribiré luego.

Nota: Al cierre de este escrito, ya cinco personas de los que participaron en los sucesos de Caimanera han sido arrestadas y serán procesadas por los tribunales. Imagino que los tres borrachos y los otros dos que les vendieron o sirvieron los tragos. Eficiencia de la "justicia revolucionaria".



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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