lunes, 29 de mayo de 2023

504.- ¿Ha cambiado algo en la idea de los que gobiernan?

Cuba no puede tener varios partidos, no puede permitir que se opine libremente, no puede convertirse, en resumen, en un estado democrático, al estilo de las democracias que existen en el mundo, porque se perdería la soberanía y la independencia, es la opinión de aquellos que todavía hoy, con menos argumentos, pero hasta con las uñas están defendiendo la permanencia del partido y el gobierno comunistas y con ello, obviamente, sólo su permanencia.

La pérdida de la soberanía y de la independencia como país, es el fantasma que nos persigue y el cucu que se utiliza para meter miedo, es el lobo del cuento de los Tres Cerditos. Cuba no puede tener elecciones libres entre varios candidatos de varias formas diferentes de pensar, porque de inmediato dejaría Cuba de ser un país soberano, es lo que hoy, cuando no hay comida, electricidad, medicinas, ropas, casas, etc., o sea, no hay nada, todos repiten y repiten. Todos desde el poder, con la única justificación de mantener eternamente el poder. Frente a la incapacidad, sólo se vende la idea de la soberanía.

La existencia de un solo partido, el comunista, es la única y mejor defensa, dada por los comunistas en el poder para eternizarse en el poder. Es la única justificación del por qué ellos mismos dicen que tienen que existir. Cuba y su gobierno, llámese como se llame, está inspirado en la cultura faraónica egipcia, donde existió una monarquía teocrática que establecía a un faraón eterno, intermediario entre los dioses y los humanos.

Tal podría parecer que ningún otro país, donde existe formalmente la democracia, con problemas, con aciertos, etc., es soberano. Por ese camino sólo China, Vietnam, Corea del Norte y Cuba son los únicos países soberanos e independientes que existen, en la misma medida que los partidos comunistas dirigen a nivel de faraones a los pueblos.

Se habla de una soberanía cubana, pero, los cubanos, en un por ciento muy alto, queremos emigrar en primer lugar a Estados Unidos, nos da lo mismo el mar, la frontera o la I-134A y su asignación del llamado popularmente Parole; los cubanos en el fondo, a veces no público, a veces disfrazado, añoramos vivir como se vive en Estados Unidos, trabajar honestamente, consumir, ser felices, en resumen, vivir; los cubanos cada día dependemos más de nuestros familiares y amigos que viven en Estados Unidos, siendo nada más y nada menos que la moneda norteamericana, o sea, el dólar, más buscado, necesitado y utilizado, más que la bandera nacional o el himno nacional. 

Hoy más que nunca, Cuba recibe productos “Made in USA” para poder dar de comida a sus habitantes; hoy más que nunca los médicos cubanos, tratando de ayudar a sus pacientes, en medio de la llamada “potencia médica” dan recetas y recomiendan medicamentos que deberán ser comprados en los Estados Unidos. Entonces las preguntas se desprenden: ¿A pesar de esta forma anormal de vivir que desde hace varias décadas tenemos, Cuba ha perdido su soberanía formal?, ¿Existe algún régimen de colonia sentimental, neocolonial, dependencia legal?, ¿Ha existido o existe alguna intervención armada y los militares de otra nación caminan por las calles cubanas aterrorizando al pueblo?

¿Cuba ha perdido su bandera, su himno, su moneda, su idioma, y todos nos hemos convertido en rubios de ojos azules?, ¿Cuba es reconocida internacionalmente como un protectorado, un estado libre asociado, una excolonia con un trato preferencial?

Basta ya de mentir. Es mejor decir que, están allí porque les da la gana, en contra de la lógica, en contra de los resultados, en contra de, un cada día más, gran por ciento de los pobladores. Es mejor decir, estamos aquí porque nos da la gana, porque disfrutamos del poder y vivimos muy bien. Estamos aquí porque nos da miedo que tengamos que pagar todo el daño que hemos hecho hasta convertir esta “bella isla” casi en un Haití, el país histórico más pobre de este hemisferio.

Tuvimos durante años en Cuba una gran presencia soviética y de todo ese grupo de países de la llamada Europa del Este, bajo el nombre de CAME. Toda una presencia de una ayuda que todos sabemos que estaba enmascarando los verdaderos intereses políticos. Tuvimos asesores militares, técnicos, civiles, más toda una influencia e intervención en la vida de los cubanos. Los soviéticos tuvieron repartos, casas, tiendas, hoteles, escuelas, espacios en los medios de información, nos inundaron de sus productos, carros, alimentos, ropas, películas, etc., y nunca se habló de que estábamos perdiendo la soberanía. Se nos puso a estudiar el agradable, rítmico, dulce idioma ruso.

Los soviéticos, el PCUS, los militares, permitidos por el partido comunista cubano, el gobierno comunista cubano y especialmente por Fidel Castro, pusieron sus cohetes nucleares en tierras cubanas. ¿Eso tuvo que ver con una ayuda “sentimental” al pueblo cubano?, ¿Cohetes nucleares como ayuda sentimental? En todos aquellos años, que hoy no existen porque el campo socialista, como bien dijera Fidel se "desmerengó", alguien habló de la perdida de la independencia y la conversión en neo colonia. No claro, durante todas aquellas décadas, jamás se mencionó el tema, porque esa presencia no cuestionaba el poder, porque esa dependencia sólo consolidaba que los que dirigían siguieran dirigiendo a sus antojos.

Así hemos los cubanos pasados por todas las manos del mundo. Así hemos visto llegar a empresarios, inversionistas, políticos, solidarios, “amigos” que, permitidos, alentados por el gobierno, lo único que lograron fue sacar más dinero y dejar al pueblo donde mismo estaba. Todo, desde la perspectiva de un único partido y el mismo gobierno, dejando a los cubanos fuera. Totalmente fuera, sólo con el recurso de servir a un extranjero a cambio de “cristalitos de colores”.

Y así hemos llegado al 2023. A muchos les extraño que, cuando el mundo repudiaba, criticaba y sancionaba la invasión imperialista y totalmente injustificada de Rusia a Ucrania, lidereada por el oligarca Putin, el presidente de Cuba, Díaz Canel y su gobierno, no sólo lo apoyaran en los foros internacionales, sino que viajaran a Moscú, con cualquier justificación aparentemente tonta, como entre otras, la de inaugurar una estatua dedicada a Fidel Castro ahora. Como siempre, haciendo alardes ahora de hermandad, solidaridad, apoyo.

¿Ha cambiado algo en la idea de los que gobiernan?

Y entonces una vez más, la política se comporta como puta. Fidel habló del “desmerengamiento”, o sea, de la destrucción, desaparición, de la traición, no sólo a Cuba, sino a la humanidad. Fidel, en aquellos arrebatos, por sentirse personalmente embarcado y sin su histórica fuente de financiamiento, dedicó horas y horas a hablar mal de los soviéticos y por supuesto, miles de voces en Cuba, se dedicaron a repetir y repetir, tanto que se llegó a pensar que sería mejor y más aceptado hundirse en el mar que volver a mirarles la cara a los “bolos”, porque sencillamente, ellos, tratando de resolver sus problemas, tratando de mejorar sus condiciones internas, tratando de arreglar lo que el comunismo en 70 años, no sólo no arregló, sino que también allí destruyó, se habían olvidado de la isla Cuba. Tal como si esa pequeña isla a miles de kilómetros de la “madre patria comunista”, fuera una república o provincia, un municipio o un barrio de lo que tenía que ocuparse el PCUS.

Pues ahora, de nuevo, para asombro de los incrédulos, vuelve a aparecer Rusia en Cuba. Vuelve a aparecer como única tabla de salvación, como “ahora si vamos a resolver el problema interno que tenemos y está probado que solos no podemos” Los antiguos hermanos, ahora ricos, riquísimos y no precisamente gracias al comunismo, volverán a caminar libremente por las calles cubanas y una vez más el pueblo cubano volverá a vivir bajo la cultura del gorrión, esperando con la boca abierta a que otros le traigan y pongan la comida.

No es de ocultar que una parte de nosotros mismos ya sea por historia, por tradición, por cultura, por miedo y conveniencia, hemos vivido y nos conviene vivir como los gorriones. Hacemos bulla, hacemos pequeños ruiditos y esperamos pacientemente para que otros nos traigan la comida. No es de ocultar que, a muchos, ahora, les gustará que los rusos vuelvan, porque hay muchos que solamente piensan con el estómago. Y no estoy diciendo que el estómago no forme parte de los pensamientos.

Entonces vienen los conflictos teóricos, ¿sólo existe la forma de intervención, injerencia, neo colonia, cuando esas formas me perjudican o se refieren a mis enemigos jurados?, ¿Cuándo el gobierno de Cuba respetará a su pueblo y enunciará públicamente sus acciones?

No, una vez más, los cubanos nos enteramos por lo que se dice en y desde el exterior. El gobierno de Cuba sólo ha hecho reseñar, pero Boris Titov, comisionado del presidente Putin para los derechos de los empresarios rusos, uno de los directivos más influyentes en el tema del comercio y nadie tiene que decírmelo multimillonario amigo personal del “gran” líder ruso, se ha encargado de dar declaraciones sobre sus gestiones y logros a cuanto medio de prensa se ha encontrado en el camino. Entre otras cosas Titov, alegre de la recepción y acuerdos llegados, en realidad subordinación, está dando a conocer el éxito de su gestión.

Existen varios aspectos de ese éxito, pensemos en el más importante. Cuba cederá en usufructo por los próximos 30 años tierras a productores agrícolas rusos y garantizará exención de diferentes aranceles a empresas rusas para la importación de productos y el envío de esas empresas rusas a su país de los beneficios que se obtengan.

"Nos están dando un trato preferencial", reconoció Titov, mientras informaba al mundo, quien aseguró además que las autoridades cubanas, o sea, Díaz Canel y su combo, han abierto de forma decisiva las puertas a un rápido incremento de las inversiones rusas en Cuba. ¿Trato preferencial y puertas abiertas a los rusos de hoy? ¿Arrendamiento de tierras por los próximos 30 años?, ¿Dónde aparece el campesino cubano, si ahora se les entrega a los rusos la capacidad de producir comida para el pueblo? ¿Y la tan qué cacareada la soberanía?

Recuerdo lo tan repetido del arrendamiento de tierras al gobierno norteamericano, recuerdo lo tan repetido de la venta a compañías norteamericanas de tierras cubanas para que las pusieran a producir. Recuerdo la crítica a que el dólar norteamericano fuera el incentivo de la economía cubana, cuando por aquellos años criticados, el peso cubano tenía el mismo valor que la moneda “verde”. Recuerdo que todo esto sirvió como base para hacer una “revolución renovadora”. Y ahora, ¿esto que es? Tres bancos rusos han decidido abrir sucursales en Cuba con el objetivo de proteger la inversión de los empresarios rusos en rublos.

Esto entonces, como significa que el gobierno se salve y siga gobernando, nada tiene que ver con la soberanía obviamente. Esto nada tiene que ver con intereses particulares de gobernantes con el dominio o la influencia geopolítica, disfrazada de economía, ayuda, solidaridad, incluso caridad. Para nada esto atenta contra el pueblo cubano, tan metido y considerado en su papel de gorrión. Esto es más de lo mismo. Los oligarcas se conocen y se defienden entre ellos mismos. Si el pueblo, ese concepto tan noble usado a conveniencia, tiene que padecer, pues que padezca. Para eso es el pueblo.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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