domingo, 21 de mayo de 2023

502.- "Viva Cuba Libre" desde la cima del mundo.

Los cubanos volvemos a estar de fiesta o al menos por un ratico sentirnos contentos, lo de fiesta está difícil hoy. Un coterráneo, Yandy Núñez, llegó a la cima del mundo. El día 17 de mayo puso sus dos pies y levantó las manos en el Everetst a 8848 metros sobre el nivel del mar.

Ahora no recuerdo la fecha, pero a este muchacho, repito, cubano, que vive en Islandia, lo vi en una entrevista sobre su interés de convertirse en un escalador profesional y desde ese momento he seguido un poquito su idea.

En aquel momento dijo que nunca había subido una loma en Cuba, que fue precisamente en Islandia, país extraño para emigrar, pero donde también parece que hemos llegado los cubanos, donde trabajó como bombero y poquito a poquito, junto a su novia, comenzó la dificilísima tarea, como hobbie o entretenimiento, de escalar montañas.

En aquella entrevista dijo además que necesitaba ayuda económica para lograr sus sueños. Conozco del tema, no porque sea escalador, sino porque soy un gran devorador de libros, películas y documentales relacionados con los montañistas y sé que es, además de arriesgado, peligroso y difícil, muy caro. Cada uno de los implementos técnicos utilizados, más ropas, comidas, hospedajes, traslados, permisos, etc., son especiales. No se puede subir una montaña elevada con una soga de amarrar toros y los tenis de ir a la escuela. Convertirse en escalador profesional, significa ser rico o tener algún patrocinio.

En aquel momento de la entrevista, se mostró muy decidido y me convenció, a sabiendas él y yo, de que esas montañas famosas, sobre todo el Everetst, todos los años se lleva a personas al otro lado y no precisamente de la montaña. Son miles de problemas, circunstancias y accidentes con los que hay que luchar a cada paso. Son miles de agravantes que te pueden quitar definitivamente la vida.

Y entonces la agradable noticia de que Yandy Núñez, no sólo logró subir la más famosa de las alturas, sino que a partir de ahora por derecho propio es y será famoso. Aparecerá en el libro de los pocos que han logrado llegar, de los pocos que han logrado vencer a la montaña, de los pocos que subieron y regresaron sanos para contarlo, pues a veces el peligro no es en la subida, sino que ocurre en la bajada, por lo que llegar a lugar seguro es muy meritorio.

Entonces, como es costumbre aparecen las fotos y los mensajes, detrás de cada escalador hay muchas personas que esperan preocupadas y por qué no, sufriendo.

Estas fueron sus palabras cubanas, que sin haberlas dicho yo, me emocionan cada vez que las leo, sabiendo lo difícil que resulta en esos viajes, incluso pensar. Cuando el oxígeno escasea, el pensamiento se hace muy difícil.

“Cumbre PINGA Cumbre. Primer cubano en la cima del Everest. Dedicado a mi abuela, a Cuba, a todos los cubanos. Me fui de Cuba y conquisté el mundo. Viva Cuba Libre”.

Palabras emocionadas, que de seguro no pensó como discurso para cuando su misión se cumpliera.

Lo primero que me llama la atención es que Yandy rompe la más que “solida” tradición de dedicarle su triunfo a la revolución y a Fidel. Esto que puede parecer absurdo, fue casi una regulación en el caso del deporte cubano. A los deportistas se le olvidaba su familia, se les olvidaban sus entrenadores, todos aquellos que lo habían apoyado e incluso se les olvidaban ellos mismos y todos, sin faltar uno, dedicaban su triunfo al Comandante en Jefe y no fueron pocos los que en actos oficiales le entregaban sus medallas como trofeos al vencedor. Algo así como el pago de un diezmo. Llegó a ser algo tan burdo que muchos comenzamos a sentir rechazo a cualquier victoria cubana, sólo por no querer que aguantar aquello del “triunfo del deporte revolucionario”.

Yandi no recordó al “invicto” y dedicó su triunfo en primero lugar a su abuela. Probablemente aquella abuela que lo ayudó a crecer, que lo esperó cada madrugada, que le acompañó a la escuela, que lo protegió y defendió. Abuela madre que siempre debió estar primero y por encima de todo lo demás, incluso del mismísimo Fidel Castro.

Segundo, el escalador exitoso dedicó su logro a los cubanos. Sensible decisión, que lleva a entender un apoyo a lo que están viviendo los pobladores de la isla. A los cubanos, no dijo a los cubanos revolucionarios, como tanto se suele decir para identificar a los que se creen dueños de un país entero. A los cubanos, tanto los de aquí como los de allá. A esos cubanos que hoy nos sentimos orgullosos de su hazaña, sin preguntarle a cuál partido político pertenece, cuál es la religión que profesa, qué música escucha y a quién considera un buen o mal líder.

Reconoce que se fue de Cuba y ha conquistado la cima del mundo y eso me gusta, porque el mundo ahora se preguntará por qué un cubano en Islandia, por qué un cubano que se fue, por qué en ese momento de triunfo, a más de 8 000 metros de altura, recuerda su historia. Quizás su frase sea el resumen de una tristeza convertida en alegría. Me fui de Cuba y ahora soy alguien, ahora he hecho lo que quise hacer, ahora estoy realizado.

Por último, la frase mágica, la frase sin miedo, la frase que lo identificará. En medio de la nieve, en medio de temperaturas muy agresivas por debajo de 0 grado Celsius, en medio de las todavía preocupaciones que debía tener, en medio de la casi nada, pero consciente de que sus palabras en ese momento serían escuchadas, gritó, Viva Cuba Libre. Aprovechó, nada más y nada menos que el escenario del Everest para pedir libertad para su país.

Y eso, que no resolverá el tema cubano de por sí solo, lo define y diferencia de otros. De otros muchos importantes, artistas, deportistas, científicos, etc., que, por miedo, oportunismo, compromiso, son incapaces de hacerlo. Muchos todavía hoy, pasean por los escenarios “capitalistas”, ganándose sus buenos miles de dólares americanos y son incapaces de hablar de lo que pasa en Cuba.

Muchos que dicen, yo sólo soy músico, yo sólo soy artista, no soy político. ¿Y es que hay que ser político para darse cuenta de lo que está mal y denunciarlo?, ¿Es que lo bueno y lo malo sólo afecta a los políticos tal como la gripe o enfermedad aviar afecta sólo a las aves?

Claro, para muchos hoy, sobre todo para los dueños de Cuba, Yandy es un resentido que no quiere olvidar. Quizás algunos lo acusen de estar manejado por la CIA y de seguro dirán que el “enemigo” patrocinó con dinero “sucio” su carrera como deportista a cambio de la frase. Otros, los más retrógrados, dirán que el muchacho logró subir la montaña porque estudio de gratis la primaria y la secundaria en Cuba donde una profesora le habló del Everest.

Lo cierto es que, para mi gusto, a diferencia de otros muchos también famosos, el primer escalador cubano en triunfar, aprovechó su triunfo para recordar que existe un pueblo que está preso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario