“Vamos a
traer a nuestros hijos de vuelta”María
Corina Machado, 28 de julio 2024,Declaraciones
a pocos minutos después de ejercer su voto.
Los cubanos
tienen que aprender y digo tienen y no tenemos, para no ser hipócrita. Yo,
desde hace ya algunos años, me fui, me escapé, me fugué, renuncié, me escabullí
y otra cualquier definición que se pueda utilizar a conveniencia para definir
una determinada acción como esta. En el plano personal me da igual si se
analiza como que me fui o hui, el resultado, más allá de sentimientos e
interpretaciones, es el mismo, no estoy.
Hablo de
los cubanos en Cuba porque allí tengo parte de mi familia y amigos, cada día
menos, pero están allí y además allí está mi Víbora Park con todo adentro y
todo afuera que puede y tiene un gran peso sentimental para mí. En muchas
ocasiones he dicho que mi romanticismo no llega al amor a las palmas, las
montañas de la Sierra Maestra con su Turquino incluido, el tocoloro o el
manatí, sin embargo, extraño el patio de mi casa y mi portal, donde gran parte
de mi vida transitó.
Maduro, que,
como muchos otros de los escogidos por ellos mismos, pretende ser eterno en el
poder y acabar con todo lo que le dé la gana, incluyendo a las personas, se
equivocó, tenía que haberse dado un golpe de estado a él mismo, o sea, ponerse
de un lado y del otro poner una foto suya, declarar públicamente una dictadura
férrea y seguir dominando por la fuerza, ahora explícita, a todo el que quede
en Venezuela, incluyendo por supuesto a los muertos.
Se equivocó
porque borracho, al menos de poder, quiere darle, sobre todo para la opinión internacional,
cierto sentido de democracia a su gobierno y entonces permite las elecciones.
Se equivocó porque pensó que, a golpe de represión, chantaje, corrupción,
favores, podía comprar las voluntades de todo un pueblo. Se equivocó porque
jamás pensó que le saldría un fantasma tan fuerte, decidido, claro, objetivo,
emotivo y prestigioso como María Corina Machado y se equivocó más, porque pensó
que el pueblo venezolano no apoyaría a ese fantasma.
No contó
Maduro, porque quizás no pasó en el caso cubano que tanto lo asesora, que el
venezolano apelaría a la familia, a la unidad, al no conformismo con perder a
sus hijos, aunque estuvieran vivos en otros países. No contó que el reclamo
sería un sentimiento tan fuerte como la restructuración de la familia que no se
conforma con estar destruida y dividida.
Las recientes
elecciones en Venezuela, totalmente atípicas, han demostrado ya el resultado
que tenía que venir. Los pueblos, incluido los más reprimidos, un día se
cansan. Atípicas por todas las jugarretas del gobierno para evitar la
oposición, detenciones, desapariciones, imposibilidad de presentar candidatos,
acciones directas contra la vida y acción de los candidatos, fraudes, fuerza y
una María Corina, sencillamente heroína. Qué clase de mujer para llevar
adelante una idea, poniendo en juego y no es oculto, su propia vida. Una María
Corina que sufre junto a madres y abuelas, porque ella también tiene a sus dos hijos
afuera.
Más atípico
porque en una sociedad machista histórica, dirigida por animales brutos, porque
hay animales inteligentes, con todo un derroche de fuerza que incluye
aparentemente al ejército, al menos al alto mando y es precisamente una mujer
la que les ha hecho la contra y ha obtenido la gran victoria, parece que el
único que no lo quizo ver fue Nicolás Maduro.
El animal
bruto de Maduro tiene una doble derrota que lo debería llevar a darse DOS tiros
para asegurarse morir; el pueblo lo sacó, las abuelas, las madres, los jóvenes
lo sacaron sin tirar un tiro, a golpe de votos y, además, merito al que lo
tiene, una mujer venezolana lo sacó.
En Cuba
nuestra historia ha sido diferente y un poco explica lo poco que ha servido,
por ejemplo, una constitución y una democracia, para nuestras vidas.
Después de
1959 y el triunfo de la Revolución de Fidel Castro, la primera constitución que
se logró fue en 1976, o sea, desde la última constitución pre revolucionaria de
1940, última de la Cuba republicana, pasaron 36 años para que el gobierno
socialista dejara redactada una nueva constitución. La Constitución del 40 no
fue derogada por la revolución, pero tampoco se ratificó para usarla, entonces
quedó en terreno de nadie. Los que la conocieron dejaron de mencionarla, la
olvidaron y los que no la conocieron, pues no la conocieron.
Luego el
próximo resultado para una nueva constitución fue en 2019, “pocos” 43 años
después de la ya ineficiente constitución socialista de 1976. Esta última
constitución no engaña, ella en medio de la crisis más grande que un gobierno
pueda tener, subraya en blanco y negro el carácter IRREVOCABLE del socialismo
en Cuba y establece al Partido Comunista Cubano como PARTIDO UNICO Y FUERZA
DIRIGENTE SUPERIOR de la sociedad y el Estado.
Miremos los
números emitidos obviamente por el gobierno cubano, a lo cual llamó un gran
triunfo y es que, desde el punto de vista formal, por mucho que nos pueda
doler, lo fue.
La
constitución del 2019 ratificada el 24 de febrero, según fuentes del gobierno,
que son las únicas dentro de Cuba, acumuló un 86,8% de votos de una población
total de votantes de 7,8 millones. De ese total, el 9% votó en contra, un 2,53%
en blanco, y un 1,62% de las papeletas fueron anuladas por diferentes motivos.
Según esos datos oficiales 6 816 169 ciudadanos votaron a favor de la nueva
constitución, triunfo aplastante para los papeles y noticieros del gobierno.
Según la
matemática sólo el 13% estuvo de una forma u otra en contra, ese por ciento es
fácil de identificar como gusanos, apátridas, contrarrevolucionarios,
mercenarios, etc. Es un por ciento fácil de manejar a conveniencia, por cada
voto que no estuvo a favor de la Carta Magna, existieron casi 7 votos, o sea,
personas que votaron “convencidos” por ella y “defienden” lo que ella
significa.
Paralelamente
a esto, Cuba exhibe en la actualidad la mayor muestra de inconformidad y
descontento con el gobierno, ya no de forma secretísima, sino cada día más
pública y está experimentando la escapada más grande de su historia. Es cierto,
después de 1959, el pueblo cubano comenzó una emigración sistemática y
mantenida, silenciosa, a veces un poquito ruidosa, pero lo que está pasando
ahora no está recogido en ningún momento anterior, se está hablando de una
emigración escapada masiva.
Según
cifras oficiales, entre el 2022 y el 2023 se han ido de Cuba 1,3 millones de
personas, siendo cubano puedo asegurar que la cifra es mayor, por lo que otros
cálculos aseguran que estamos pegados a casi 2 millones. Cerca de dos millones,
sin contar los primeros seis meses del 2024, cómo puede un gobierno
desconociendo esto, declararse legítimo, autorizado y, sobre todo, querido.
Cerca de
dos millones, entendiendo además que hay muchas personas por diferentes causas
que no lo pueden hacer. No tienen dinero, tienen miedo al viaje que es como
para cogerle miedo, están enfermos de forma crónica, se sienten viejos, etc. Si
Cuba tuviera un pequeño pasillo que la conectara con tierra firme, hoy sólo
quedarían los muertos, el gobierno y sus familiares. Las personas se han ido no
sólo con sus santos, sino hasta con sus perros. Se han ido no sólo los
tradicionales oponentes y los jóvenes con menos compromisos, sino los que por
más de cincuenta años lucharon y trabajaron por defender a esa revolución.
Que
contradicción, un pueblo que voto mayoritariamente por la nueva constitución
que ratifica y clava a futuro el más que incapaz sistema de gobierno y al único
partido que existe, por demás comunista y paralelamente se escapa, para que esa
constitución sirva para los que no tienen más remedio que permanecer. La
historia cuenta que personas que ya tenían sacado los pasajes para irse al día
siguiente, fueron a votar por el socialismo eterno. Que locura o enfermedad.
Que
contradicción, un enorme por ciento, que evidentemente tuvo miedo y aunque el
voto es secreto, porque no se puede controlar a cada uno de los votantes, no
existe ni tan siquiera la tecnología capaz de ver lo que se hace en privado,
prefirió una vez más, votar a favor de algo en lo que no cree, de algo que ya
más que demostrado no sirve.
¿Existe un
gobierno corrupto en Venezuela?, ¿Existe un gobierno represor y asesino?, ¿Existen
grupos paramilitares dedicados a asesinar incluso a los que se oponen?, ¿Ha
habido muertos en Venezuela?, ¿Las familias venezolanas están pasando hambre y
miserias?, ¿Los jóvenes están desilusionados y se largan?
Entonces,
¿Cómo lo lograron?, ¿Cómo un pueblo sin dinero, hambriento, falta de todos los
recursos, amenazado y asustado, está en la calle exigiendo sus derechos a
permanecer en Venezuela, gritando no queremos irnos del país, que vuelvan
nuestros hijos?
Bueno,
aprovechando una frase nada más y nada menos que del chino Mao Zedong, María
Corina fue “la chispa que incendió la pradera” Esa chispa nos ha faltado a los
cubanos, quizás la pudimos haber tenido en la figura de Oswaldo Payá, pero,
probado está por investigaciones internacionales, que el gobierno cubano fue el
causante de su muerte prematura en 2012 como resultado de un “muy casual”
accidente de tránsito.
En
Venezuela el pueblo, después de 25 años de comunismo que sólo logró empobrecer
a límites inimaginables a un país entero y que se mantuvo por la fuerza, la
represión, los fraudes, las familias enteras salieron a votar sin miedo contra
Nicolás Maduro, como dicen nunca había pasado en ese país. ¿Qué les hizo perder
el miedo? Quizás una chispa. A Maduro no lo sacaron, sino que lo sacaron a
patadas como merece.
Nos falta
una chispa que prenda la pradera.
Nota:
Mientras escribía este artículo, me echaba como si fuera venezolano, todos los
acontecimientos de las elecciones de Venezuela, paso a paso, transmisión por
transmisión, noticia tras noticia y en todos los resultados que anunciaron, el
candidato Edmundo González, soportado por María Corina, había arrasado con
Maduro, la diferencia en votos era inmensa. Venezuela era feliz y el mundo era
feliz, Maduro es un tipo detestable.
Decisión Final del Colegio Electoral de Venezuela, Maduro ganó las elecciones con 51% y se queda como presidente. Tal como decimos los cubanos, casi me caigo de culo. Me pasó lo mismo con Trump, lo dejé ganado a la 1:30 am, me fui a dormir, Trump había ganado por mucho, cuando me levanté a las pocas horas, Biden era el presidente electo para Estados Unidos.
Es sencillamente INEXPLICABLE e INADMISIBLE. Maduro tal como había anunciado se ROBO su espectáculo a la CARA. Ya lo había dejado claro, "vamos a ganar por las buenas o por las malas".
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