Sigo pensando en Cuba.
Yo no
entiendo mucho cómo funcionan las relaciones internacionales entre países y en
medio de esto, las organizaciones internacionales inventadas y mantenidas para organizar
el funcionamiento de los gobiernos o al menos asesorar, evaluar o sancionar
cualquier forma de gobierno fuera de los estándares modernos, o sea,
dictaduras, asesinatos o masacres masivas, robo de elecciones, etc. y que por
momentos su actuación sea sólo un pote de gelatina.
A raíz de
los sucesos de Venezuela, donde el actual presidente Maduro, aceptó realizar
unas elecciones “libres, transparentes y democráticas”, en realidad plagadas de
trampas y el seguro, evidente y vulgar robo del resultado de esas elecciones lo
que trata de prolongar a Maduro en el poder, el mundo interesado se ha
polarizado. Imagino, como todo, que existe una parte del mundo, que no sólo no
le interesa el tema o tienen muchos problemas propios a resolver como para
dedicarse a otras cosas, sino que no sabe dónde está Venezuela.
Latinoamérica,
área geográfica que no puede deshacerse de Venezuela, ya no por el sentimiento
democrático y toda la teoría “chueca” alrededor de él, sino porque está
recibiendo directamente las consecuencias de lo que está pasando en Venezuela
con la salida de ciento de miles de venezolanos que hoy paran en países como Colombia,
Argentina, Chile, Perú, Panamá, se viene manifestando en dos bloques destacados.
El primero sanciona a Maduro, reconoce el fraude salvaje y descarado y declara al
presidente electo por una abrumadora mayoría de casi tres veces de votos,
Edmundo González y llama a una transición pacífica donde Maduro entregue y se largue,
al menos del gobierno. El segundo que se ha mostrado como negociador, está
pidiendo que se cuenten las actas, que aparezcan los votos, que se abran las
cajas de votos, etc., etc., etc., como para no quedarse atrás, pero no ser tan
crudo como los primeros.
Hay quien
incluso dice que se deberían declarar nulas las elecciones y realizar otras
nuevas, opción posible manejada en secreto por el madurismo, así como para
darle una nueva posibilidad a Maduro para que corrija los posibles defectos y
errores del fraude y haga un fraude mejor o perfecto, sobre el cual no se pueda
objetar nada. Los supuestos amigos, amigos, están callados públicamente, imagino
que Rusia, China, Cuba por supuesto, tengan conversaciones en privado con el
narco, dictador, tirano, ladrón y brutísimo Nicolás Maduro.
En realidad,
a decir de la oposición interna, decenas de políticos y expolíticos del mundo, incluyendo
a expresidentes, organizaciones internacionales especializadas en elecciones
presidenciales, la OEA, ahora finalmente la ONU y yo, Maduro no hizo un fraude,
lo que significaría que uno que otro muerto votara, uno que otro cambio de
votos en determinado colegio electoral, la compra de votos a boca de urnas,
etc., o sea, lo típico de las elecciones en muchos países, sino que Maduro a la
cara se ha robado las elecciones, jugada cantada desde muchos días antes de que
estas ocurrieran. Literalmente Maduro es hoy la oposición ilegal al presidente
legal elegido por el pueblo, el Sr. González.
Todos
aquellos que están a estas alturas todavía pidiendo un conteo de actas que no
se han visto porque el órgano responsable, CNE, jamás las ha presentado y no las va a presentar
porque no tiene como fabricar el triunfo a través de ellas, todos los que
dudan, todos los que ahora, modernísimos democráticos, están pidiendo que se realicen
nuevas elecciones para que Maduro se las vuelva a robar, están practicando una doble
jugada, están apostando a ambos jugadores, sin quemarse con los dos grupos, por
un lado Maduro y sus altos militares y por otro, venezolanos e incluso
internacionales que se han ido aliando u organizando. Se muestran como los más
limpios y transparentes de todo el proceso y no reconocen el triunfo de la
oposición, no sancionan a Maduro y se plantean, a estas alturas, una película de
Hollywood.
Es tal como
que mi nadador, mi corredor, mi cantante, no ganaron la competencia, a pesar de
haber competido bajo las reglas aceptadas por todos, incluso el público y
entonces yo, apelando a mi carácter de organizador poderoso, suspenda el evento,
lo declare ilegal e inadmisible, apele a cualquier cosa para demostrar la
ilegalidad de los ganadores, por ejemplo, el corredor estaba pelado muy bajito
lo que le garantizó tener menos resistencia al aire de frente, el nadador no
había desayunado en la mañana, lo que lo hizo más liviano, el cantante estaba
vestido con ropa más holgada lo que le permitió expandir más sus pulmones y
trate de repetir la competencia, donde, probablemente, para evitarme futuros
problemas, no deje competir a estos ganadores porque no les gusta el brócoli o
al corredor le ponga un casco de plomo y una armadura medioeval, al nadador lo
amarre con una cadena a la salida y al cantante, bueno al cantante le quite el
audio y le abra un hueco en el escenario.
Maduro
habla de fascismo, terrorismo, llama monstruos a los opositores, expulsa a
políticos y diplomáticos internacionales, mete preso a todo el que le da la
gana sin tan siquiera una orden de aprensión, incluyendo a periodistas oficialmente
acreditados, trabajadores sociales, políticos de barrios y pueblos, reprime,
alardea con las cárceles que tiene y sobre todo con el número de prisioneros
logrados y a lograr como si estuviera planificando la producción de caramelos, mete
preso a menores de edad, desaparece a opositores, desconecta las redes sociales
dentro de Venezuela, impide la consulta de páginas web, se mofa de presidentes
actuales en ejercicio en sus países, incluyendo al presidente de los Estados
Unidos, que ya es mucho decir y actúa como si nada hubiera pasado, habla de paz
y ahora de desarrollo, precisamente ahora de desarrollo. Se reúne con jóvenes “emprendedores”
y halaga públicamente a un bien intencionado exportador de flores, que todavía
no ha exportado una, diciendo que esta actividad puede sustituir lo que el petróleo
debería garantizar. Las dosis de chovinismo madurista han roto todos los récords
humanamente entendibles. ¿Cuántas flores habría que exportar para sustituir un
tanquero de petróleo? Eso me recuerda la propuesta, más la acción alocada de
Fidel Castro de enfrentar el turismo, al cual llamó “la locomotora sin humo” de
la economía cubana a la industria azucarera con cinco siglos de experiencia.
Hoy Cuba sin azúcar, sin locomotora turística, sólo con humo y poco.
Los
venezolanos siguen luchando dentro y fuera de Venezuela y el mundo observa, se reúne,
da tiempo, dice que se está negociando con llamadas secretas, etc. Maduro, bien
asesorado, siguiendo el manual de procedimientos, elaborado quizás por Fidel
Castro y Hugo Chávez para tiempos difíciles, gana tiempo y se mantiene en el
Palacio de Miraflores, imagino que en el bunker que se debe haber construido. Se
muestra valiente y alardea detrás de micrófonos y delante de militares que le
sirven de telón o pared de fondo, habla de “mano de hierro”, porque en realidad
tiene miedo.
Los
venezolanos han tumbado las estatuas de Chávez, que como símbolo del poder
visten a Venezuela y todos sabemos lo que significa la caída de los símbolos, o
sea, que el pueblo espontáneamente salga a destruir monumentos del poder
político de gobiernos represivos. Ejemplos existe muchos, Cuba y el final de la
dictadura de Machado en 1933; Cuba y el derribo de las estatuas de todos los presidentes
de la etapa republicana a partir de 1959; el más que famoso Muro de Berlín en
1989; el derribo de las estatuas de Lenin, Stalin y otros, en varios países
exsocialistas europeos a partir de 1989. Los monumentos para homenajear a
Chávez que hoy todavía existen, es porque están protegidos por tropas maduristas,
más que las propias unidades militares. Maduro habla de vandalismo lleno de ira,
el pueblo muestra su cansancio y rechazo. Cuando un pueblo sale a tumbar las
estatuas y los símbolos del gobierno, no como acciones aisladas de
delincuentes, sino como disfrute popular, no hay que ser muy inteligente como
para concluir que todo lo que ellas significan, no es querido. No hace falta
esperar por el resultado de las elecciones.
Tres
fuerzas en un bloque negociador.
Desde el
primer momento, han existido tres países, México, Colombia y Brasil, que se han
mostrado interesados, no en sancionar a Maduro o reconocer el triunfo del Sr.
Gonzáles, sino en aparentar una mediación para encontrar una solución pacífica
y próspera para Venezuela, a todas luces con Maduro presente.
López
Obrador, Petro y Lula da Silva, tres personajes muy cercanos a Chávez y Maduro,
personajes amigos personales del gobierno de Venezuela de estos últimos años, porque
precisamente ellos cuatro junto a Nicaragua, la antigua Bolivia, forman parte
del mismo eje de izquierda dentro de la América Latina, eje del invento
aparentemente nuevo llamado socialismo del siglo XXI, de ese mismo socialismo
que lo único que ha hecho es instalarse bajo promesas, transformar los países a
su conveniencia y eternizar la miseria para los pueblos.
Hasta ahora
mismo, esos gobiernos, junto obviamente a la altísima injerencia cubana como
asesores y ejecutores, porque los rusos y chinos públicamente no aparecen, han
mantenido al gobierno venezolano, a sabiendas de todos los desastres y fraudes
cometidos durante muchos años, a sabiendas del gran éxodo migratorio de los venezolanos,
a sabiendas de la pobreza, lo que pasa es que esto es tan groseramente evidente
que entonces, tratando de dar tiempo a Maduro se la han agenciado como
buscadores de una solución. Saben lo que está ocurriendo, saben que Maduro fracasado,
ha cometido un enorme fraude electoral, para continuar robándose un país, se
hacen los bobos hablando de democracia y se pasan con fichas y quieren todavía,
darle un voto de confianza al delincuente Maduro, con algo que ellos indican
como probables negociaciones. No contentos con que Maduro se haya robado las elecciones,
las actas, las cajas, los cuños y las firmas, pretenden darle otra posibilidad
para que lo haga mejor. ¿Es entendible la propuesta de negociación con un
delincuente nacional, acusado y buscado por delincuencia internacional?
México. Con el paso de los días el descarado presidente
casi saliente de México y su prolongación, la nueva electa presidenta para dentro
de pocos meses, pues se bajan del carro latinoamericano sancionador o
negociador y dicen que no tiene nada que ver con el asunto, que los mexicanos
no tienen tan siquiera que opinar sobre lo que está pasando y define que desea
una solución pacífica a las controversias dentro de Venezuela. ¿Controversias? Se
puede llamar controversia a lo que está pasando.
El
presidente de México, con tal de no sancionar a su amigo Maduro, se sale del
bloque negociador y ahora dice que no tiene por qué opinar. Es increíble que una
persona que llegó al poder por elecciones y que ha logrado que una continuadora
próximamente ocupe el puesto de presidenta por elecciones, hoy se niegue a
reconocer el fraude. Se abstenga de decir, pasado casi 20 días, que el gobierno
no tiene las actas, que los órganos del gobierno están comprados, chantajeados,
amenazados, pagados por Maduro y sin argumentos, porque no los tienen, lo pretenden
eternizar en el poder apoyado o mantenido por los altos militares, más que señalados
como corruptos. López Obrador asegura que hay un poquito de violencia en
Venezuela, sólo le faltó decir que todavía es buena, porque la violencia no
estaba “desbordada”, tal como si hablara de hervir la leche. ¿Cuántos muertos,
detenidos, desaparecidos y torturados tiene que haber para definir cuándo la
violencia se desborda?
¿Puede López
Obrador decir que no sabe nada de todo esto? López Obrador, es un viejo
político lo que quiere decir camaján, con su carita de abuelito azteca sabio y
lentitud al hablar, está tan enajenado y es tan delincuente como Maduro. ”Dime
con quién andas y te diré quién eres”, asegura el antiguo y sabio refrán.
Brasil y Colombia. Si algo no se puede dudar es que Lula da Silva
y Petro son amigos de Maduro y han tratado y tratan de tirarle un cabo. Los
tres se gustan.
Ellos están
tratando de negociar, dicen, y proponen la posibilidad de varias salidas: un
gobierno de coalición con la llamada oposición o Maduro puede convencer al
pueblo y convocar a unas nuevas elecciones.
Si estos
son los negociadores y el pueblo venezolano espera por una solución, Dios los
coja confesados. Veamos las dos variantes.
Ahora que
el gobierno de Maduro perdió por mucho unas elecciones que él mismo organizó y
aceptó hacer, a Lula se le ocurre llamar a un gobierno de coalición donde se
invite a los opositores a participar. No se le había ocurrido esto antes a Lula,
es la solución del derrotado, no puedo contigo, entonces trato de aliarme.
Tremendo político negociador.
¿Se podrá
poner a dirigir a Dios y al Diablo juntos?, ¿Cómo?
Cómo
esperar que Maduro que ha llamado a la oposición terrorista, fascista, que
tiene a muchos detenidos, incluso a menores de edad, muchos sin paradero conocido,
que ha emitido órdenes exprés, así de su propia inspiración como si declamara
unos versos sencillos, para cazar a todos los que les de la gana, incluyendo a
María Corina y a Edmundo González, que está acusado de narco presidente y su
cabeza tiene un precio internacional, pueda ahora decir, bueno, borrón y cuenta
nueva y vamos a compartir el gobierno. Yo me quedo con la cocina, el cuarto, te
cedo el patio, el portal, quizás una de las ventanas, vamos a desayunar juntos.
Aquí no ha pasado nada.
Cómo
esperar que María Corina, heroína venezolana con muchos años de oposición,
perseguida, torturada al menos psicológicamente, separada de su familia, tratada
de anular como ser humano, que ha unido a un país entero, que ha logrado que
más del 90% de los venezolanos que no creían en elecciones, salieran a votar,
que ganó unas elecciones por mucho, con más de tres millones de votos a su favor,
a la que el pueblo reconoce como honesta, sincera, valiente, que ha dedicado la
ultima parte de su vida a enfrentar, sin ningún tipo de garantías, a Chávez y luego
a Maduro, hoy acepte la propuesta cochina de participar en un gobierno de coalición
aceptando sentarse en la misma mesa de gobierno o desayuno con Maduro.
Cómo esperar
que se traicione así a un pueblo que votó por sacar a Maduro porque está
cansado de él, de su socialismo del siglo XXI, de toda la politiquería, del
recuerdo de Chávez, pero más, del hambre, la miseria, la desesperanza, la separación,
etc.
Nada más a
Lula y Petro se le puede ocurrir la idea de dar por anuladas estas elecciones y
proponer realizar otras para que Maduro pueda ganar tiempo y volvérselas a robar
y si no gana, pues realizar otras elecciones que Maduro de seguro se pueda
volver a robar, así hasta que los venezolanos se cansen, se vayan del país y el
dictador se quede, solo, pero contento. Cálculos que tienen hechos, de seguro
capítulo 14 del manual de la experiencia cubana.
Es como
permitirle a Hitler que, al no ganar la guerra, se tomara unas vacaciones y
volviera a empezar otra nueva guerra mundial, donde poder rectificar sus
errores. Sería como volver a colocar a Batista en su gobierno para que el
pueblo cubano comenzara de nuevo una revolución. Sería como decirles a los revolucionarios
franceses que no tomaran la Bastilla y no comenzaran la Revolución Francesa y permitieran
que el feudalismo continuara, al final los castillos son lindos. Sería como
entregarle lo que es hoy Estados Unidos totalmente a los nativos, porque al
final ellos son los verdaderos padres fundadores o a España que fue el primer
país en llegar o quizás a los vikingos, pues puede haber evidencias de sus
contactos anteriores.
¿Hacer una nueva
elección? Pero qué se creen hoy estos políticos. Las elecciones ya fueron, con
todo lo que tenían en contra, que fue mucho, los opositores, no ganaron, sino
que dieron una paliza a Maduro y su combo, Venezuela soñó que la libertad era
posible a partir de la opción pacífica de las elecciones y se lanzó a las calles
a votar, ha quedado evidenciado un gobierno corrupto que apela a cualquier
maraña para mantenerse en contra de la mayoría de la voluntad popular, Maduro reprime
y a los negociadores sólo se le ocurre que se repitan las elecciones, tal como
se puede repetir una escena en una película que se está filmando.
A los negociadores les cuesta trabajo
reconocer la derrota de su aliado, están comprometidos, entonces se las arreglan
para conceder tiempo al fracasado, poner en dudas su derrota y no reconocer al ganador,
al decir que no tienen el resultado final oficial del conteo de actas, cuando
es más que evidente que Maduro tiene comprado a los órganos del gobierno y que
no va a contar nada.
Estos
negociadores no sólo sobran en su paupérrimo papel, sino que merecen ser
sacados de sus puestos como presidentes, porque son más gestores de granjas de
supuestos animales. Sería mejor que hubieran apoyado absolutamente al dictador.
Hubiera sido una opción descabellada, pero más honesta, que este doble juego
que tienen armado, pidiendo más tiempo, confianza y garantías para el fraude.
Los procesos de negociación en el campo de las relaciones políticas son muy complejos y difíciles, requieren de verdaderos experimentados negociadores .Entiendo que los diferentes factores involucrados buscan una salida democrática a la crítica situación de Venezuela, que lleve el menor costo posible a la mayoría de la población…….y por ello debe llevar tiempo la solución. La verdad es que con el status actual en que ha quedado el país, ese gobierno no puede gobernar y la derrota o el fracaso no es fácil de reconocer. Hay muchos rumores por los medios de comunicación sobre quiénes y cómo se buscan opciones de solución .Lo cierto es que el Consejo Nacional Electoral sigue sin publicar las actas y para mi, es lo primero que le da confiabilidad a los resultados electorales de las elecciones presidenciales de ese país.
ResponderEliminarEste tema en el presente se ha vuelto muy mediático….como bien dices se está filmando una película, pero en este caso una película pocas veces vista, que debe servir de experiencia a otros países. Veremos los próximos capítulos.
He leído y estoy de acuerdo contigo, todo puede resultar difícil y complicado. Pero esta historia ya la vivimos los cubanos, tu la conoces mejor que yo, aunque siempre traté de alertarte. Fidel llegó dulce un día y se apoderó de un país para siempre. Fue un mentiroso patalógico, enfermo. Sabes, a veces tengo pensamientos antidemocráticos y retrógrados. A Maduro hay que ir a cazarlo como a un animal, hay que sacarlo por las mismas malas que hoy él emplea. Hay que arrastrarlo delante de Venezuela. Hay que, antes de que llegue la sagrada justicia, colgarlo de la primera estutua de Chávez que aparezca. Jesús dicen que sólo hizo el bien y lo crucificarn y qué pasó, nada. Él por las buenas está demostrtado que no se va a ir, entoces nos quedan las malas. Esa es mi opinión. Basta ya de actas, resultados, votos, etc., la idea es sacarlo, como se sacan a los asesino, a los torturadores, a los dictadores. De lo contrario Venezuela en total miserias, tendrá que esperar a que muera y observar como ponen sus cenizas dentro de una fea piedra. Los que queden vivos y dentro.
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