No sé desde cuándo se puso de moda que las diferentes elecciones en los países, obviamente que lo permiten, sean observadas por organismos internacionales, funcionario de gobierno, antiguos presidentes y políticos, ONG, etc., todos de forma imparcial, neutral, todos conocedores y con experiencia en procesos electorales, que puedan dar fe de la transparencia y la legitimidad de lo ocurrido.
Lo cierto
es que funcionan este tipo de observaciones, que tiene, repito, el máximo
objetivo de ayudar a que los procesos electorales sean limpios, y dar cierta
legitimidad, con su opinión, a lo que ocurre en cada caso específico. No sé
desde cuando funcionan, pero lo cierto es que sus conclusiones son casi siempre
bienvenidas por la comunidad internacional. Obvio, a mayor prestigio del observador,
mayor fuerza tienen sus evaluaciones y conclusiones.
Dentro de
este gran número de organismos y personas selectas y aceptadas por sus acertados
resultados y prestigio, se encuentra el más que reconocido Centro Carter, organización
sin fines de lucro asentada en la ciudad de Atlanta, en el estado de Georgia, fundada
en 1982 por Jimmy, poseedor del Premio Nobel de la Paz y Rosalynn Carter, el
primero expresidente de los Estados Unidos, ella, su esposa.
Entre las
diferentes acciones que el Centro Carter realiza están, siempre bajo
situaciones complejas, las observaciones de los procesos electorales, el papel
de mediador en crisis internacionales y el trabajo para reforzar los sistemas
nacionales, regionales, en cuanto específicamente a la democracia y los
derechos humanos, o sea, todo lo que se podría definir como una organización semejante a los llamados "tanques pensantes" del planeta.
Jennie Lincoln, jefa de la misión de observación electoral del Centro Carter. |
A pesar de las maniobras del gobierno de Maduro para evitar y prohibir la participación de muchos observadores internacionales, incluyendo a la OEA y a la mismísima ONU y para colmo, de forma anticonstitucional, de muchos observadores venezolanos, cosa que logró frente a las elecciones del pasado 28 de julio, el Centro Carter fue escogido como privilegiado para observar.
Quiere decir que el gobierno y el propio Maduro aceptaron convenientemente
y complacidos y dieron el visto bueno a tal participación. ¿Maduro de forma inmadura
pensó que ganaría?, ¿Maduro quizás pensó en que podía comprar al Centro Carter o que su
estrategia de fraude, que, a todas luces, tenía planificada desde mucho tiempo
antes, podría pasar como inadvertida?, ¿Dejar participar el Centro Carter, dando
muestras de una hipócrita honestidad democrática, estaba planificado desde hace mucho
y sabían que de nada podría servir o influir en los verdaderos intereses del
gobierno, que no sólo había anunciado el fraude: “ganaremos por las buenas o por
las malas”, “me convertiré en un dictador”, “bañaré a Venezuela de sangre”, sino
que tenía bien montada la ejecución apoyada o sustentada por la violencia contra la oposición y la propia población
venezolanas, definiendo a los primeros como fascistas y a los segundos como terroristas?
El Centro Carter entonces, ingenuo, muy ingenuo porque ni yo me creí nunca la limpieza de Maduro, confiado una vez más, demasiado confiado, porque todo estaba planificado y casi era público y además anunciado, participó animado. Su jefa siempre sonreía. Puede ser que ni ingenuo, ni confiado, sino tratando de demostrar el doble juego.
Cuentan los
que están allí y el mismísimo Centro Carter que sus observadores se reunieron
con Maduro, la vicepresidenta y otros funcionarios del gobierno, como fuerza
candidata a reelegirse y con varios representantes de los partidos opositores.
Todo esto permitido y avalado por el gobierno. El Centro Carter, que parece que
sabe lo que hace, estuvo tratando de “conocer” el escenario y al mismo tiempo,
imagino, “aconsejar” sobre el proceso que Venezuela y el mundo necesitaba ver y
experimentar, tal como hacen los árbitros, por ejemplo, en el béisbol, cuando
antes de comenzar el juego definen con cada equipo las últimas reglas con las
cuales se van a jugar cada juego específico. Lo que me dice que todo estaba organizado, Centro Carter, gobierno venezolano, Maduro personalmente y la oposición.
Resultado, Maduro,
evidente perdedor, se vistió de lo que todos sabemos que es, dictador asesino,
el apellido es importante a destacar, y se defecó en muchas cosas, entre ellas,
como era de esperar, en el mismo Centro Carter que hasta horas antes de
concluidas las elecciones había sido considerado como una fuerza internacional
a respetar.
El Centro
Carter sale de Venezuela, porque son observadores, no mártires y en última
instancia, el resolver el asunto no está dentro de su definición de observador
y mediador y finalmente hoy, 8 de agosto, a casi 15 días de terminadas las elecciones, emite
un comunicado-conclusión de lo que vio.
Les dejo la
información completa publicada por Javier Trovar en “Infobae”, no es necesario mi
traducción e interpretación, el resaltado en negritas es del autor de la
publicación, que corresponde a las palabras textuales de la jefa de la misión
del Centro Carter. Para aquellos que han estado todo este tiempo viviendo debajo
de una piedra, “más claro, ni el agua clara”.
https://www.infobae.com/venezuela/2024/08/08/la-jefa-de-la-mision-del-centro-carter-desestimo-la-teoria-del-chavismo-sobre-un-jaqueo-electoral-no-hay-evidencia/.
El
Centro Carter confirmó que Edmundo González Urrutia ganó las elecciones en
Venezuela con más del 60% de los votos.
La jefa de
la misión, Jennie Lincoln, desestimó la teoría del chavismo sobre un jaqueo
electoral: “No hay evidencia”
“No hay evidencia” de que el sistema electoral de
Venezuela fuese blanco de un ataque informático durante las elecciones del 28
de julio, dijo a la agencia de noticias AFP Jennie Lincoln, jefa de la misión de observación del Centro
Carter, que coincidió con las proyecciones del triunfo opositor.
El Centro
Carter fue invitado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para observar los
cuestionados comicios en los que Nicolás Maduro fue proclamado
reelecto para un tercer período de seis años.
El CNE no
ha publicado resultados detallados y alega que el retraso se debe a un hackeo,
mientras Maduro denuncia un “golpe de Estado ciberfascista”.
“Empresas monitorean y saben cuándo hay
denegaciones de servicio (jaqueos) y no hubo una esa noche”, explicó este miércoles Lincoln en
una entrevista desde Atlanta, Estados Unidos. “La transmisión de la data de votación es por línea telefónica y
teléfono satelital y no por computadora. No han perdido data”.
Lincoln
recordó que el presidente del CNE, Elvis Amoroso, “dijo que publicaría los resultados mesa por mesa en la página web y
entregaría un CD a los partidos políticos” cuando anunció un primer
boletín.
“Es una promesa que nunca cumplió”, indicó la asesora del organismo
para Latinoamérica y el Caribe.
“A pesar de que el terreno de juego era muy
desigual, el pueblo venezolano fue a votar”, siguió en referencia a los comicios. “La gran irregularidad de la jornada
electoral fue la falta de transparencia del CNE y la flagrante inobservancia de
sus reglas de juego en cuanto a mostrar el verdadero voto del pueblo”.
El Centro
Carter, explicó Lincoln, ha “analizado
los números” disponibles junto a otras
organizaciones y universidades y “confirma
a Edmundo González Urrutia como el ganador con más del 60%” de los
votos.
La
oposición publicó en un sitio web copias de más del 80% de las actas, que
asegura que prueban el triunfo de González Urrutia, representante de la líder
María Corina Machado, con 67% de los sufragios. El CNE le dio 43% frente a 52%
de Maduro.
El chavismo
desestima la validez de esos documentos y asegura que son forjados.
“Es puro teatro”, lanzó Lincoln, que prefirió no
comentar sobre contactos con las autoridades del CNE o el régimen desde que el
Centro Carter estimó en un pronunciamiento público que la elección “no se adecuó a parámetros y estándares
internacionales de integridad electoral” y no podía “ser considerada como
democrática”.
El
comunicado fue publicado cuando la misión de observación ya estaba fuera del
país.
Maduro, en
el poder desde 2013, pidió al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) “certificar”
la elección, y se dijo dispuesto a entregar el 100% de las actas si las
solicitan.
“El gobierno ha tenido 11, 12 días... un
amplísimo tiempo para mostrar la data real de las actas que recibieron la noche
de la elección”,
indicó Lincoln.
El proceso
legal es considerado improcedente por expertos y la oposición, que además
desconfía del TSJ y el CNE por considerar que trabajan para el chavismo.
Amoroso sostiene que consignó ante la corte las actas de escrutinio.
La elección
ha sido cuestionada por Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de
América Latina.
Colombia,
Brasil y México, que impulsan un acuerdo de convivencia entre las partes, han
sugerido una “verificación imparcial de los resultados”.
Lincoln
considera que es prematuro comentar sobre la disposición del Centro Carter para
participar en una auditoría de este nivel. “Soy incrédula, escéptica sobre lo que un equipo de verificación
internacional podría hacer que no hayan hecho los testigos, que han producido
las verdaderas actas de la noche”.
Nota- Agosto, 9, 2024. Para no escribir otro artículo sobre esto, lo agrego aquí.
Al día siguiente del Centro Carter, hasta ahora autorizado de buen gusto por Maduro y su gobierno, publicar sus conclusiones sobre lo que vio y vivió en Venezuela a razón de las elecciones del 28 de julio, Maduro le ha declarado la guerra y lo llama cómplice de un golpe de estado contra su gobierno, el que el mismo Maduro no se cansa de repetir extrañamente como un gobierno cívico - militar - policial. Esto es más que paranoia.
El mismo Centro Carter que fue de los pocos invitados que participaron, porque Maduro invalidó a muchos de los observadores internacionales, incluyendo a los de la OEA y la mismísima ONU, ahora resulta que, no sólo está equivocado en los resultados que declara al mundo, sino que es identificado como golpista.
Jimmy Carter, vivo todavía con 99 años, debe estarse riendo de lo lindo y muy políticamente aceptado y acertado, debe estar diciendo, si es que todavía puede hablar: Maduro, además de asesino bruto, eres un descarado. Qué locura.
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