Cualquier tema de pensamiento que uno
enfrente puede tener y de hecho tiene siempre, miles de aristas e
interpretaciones, de ahí que, paralelo a la madurez, se haga tan difícil
concluir absolutamente sobre algo.
Las ciencias exactas son siempre más
fáciles, de ahí que agua + limón + azúcar, siempre da limonada.
Entonces como he escrito sobre temas que
están ahora mismo en el candelero dentro de Estados Unidos y no creo haberme ni
tan siquiera aproximado a la posible verdad, reproduzco este material que me
parece inteligente y además sosegado.
No digo que sea la Biblia de lo que está
ocurriendo, pero nos puede seguir ayudando a conocer, que mucho nos hace falta
y a entender.
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Entrevista hecha por Irene Hernández
Velasco en Madrid y publicada ayer 22 de febrero del 2017 en El Mundo a Roger
Cohen, Director de la Sección Internacional del diario "The New York
Times", desde septiembre del 2001.
“Donald Trump es la ignorancia llevada al poder”
¿Qué le hace ver en Trump dejes
dictatoriales similares a los de los líderes fascistas y nazis de la Europa de
los años 30?
R/ Creo que tenemos un presidente muy autoritario, con tendencia a
borrar la diferencia entre lo que es mentira y lo que es verdad. Cualquier
dictador quiere un pueblo que no sepa dónde está, que se encuentre
desorientado, que sea capaz de creer que dos más dos son cinco, porque en ese
caso la verdad del líder, del dictador, se convierte en la verdad con
mayúsculas. En Estados Unidos todavía no estamos en ese punto y espero que no
lo estemos nunca, pero lo que está ocurriendo con este presidente es muy preocupante.
Tiene una personalidad muy inestable, es muy impetuoso, muy irascible, muy
egocéntrico, le gusta ser el centro de atención y es muy caótico. Así que
tenemos que estar atentos.
¿La democracia en Estados Unidos está en
peligro?
R/ No creo que esté en peligro inminente, pero sí creo que
debemos estar muy atentos. Y en ese sentido los medios de comunicación, el
llamado cuarto poder, juega un papel fundamental. Tenemos que contar lo que
está ocurriendo, los hechos, sin ponernos del lado de nadie. Y la eficacia de
la prensa ya se está demostrando, lo hemos visto en el caso de Michael Flynn,
quien se ha visto obligado a dimitir como asesor de Seguridad Nacional después
de que una investigación periodística sacara a la luz sus conversaciones con el
embajador ruso. Y la Justicia ha sido muy efectiva a la hora de suspender el
veto migratorio del presidente Trump, así que la división de poderes diseñada
tantos años atrás por los padres fundadores de Estados Unidos en nuestra
Constitución se está demostrando efectiva. Pero el presidente Trump se comporta
más como el líder de un movimiento que como el presidente de todos los
estadounidenses. Se dedica a tuitear a sus 30 millones de seguidores, celebra
mítines como el que dio el pasado sábado en Florida y muestra un comportamiento
muy autoritario.
¿Son la Justicia y la prensa sobre quienes
recae la responsabilidad de pararle los pies a Trump en caso de que vaya
demasiado lejos? ¿Y el Congreso?
R/ Esa responsabilidad también incumbe al Congreso y esperemos que
cumpla con ella, ojalá. El Congreso tendría que reaccionar y cumplir con su
obligación si salen a la luz evidencias de que hubo colusión, algún tipo de
cooperación, entre Moscú y la Administración Trump durante la campaña electoral
para subvertir el resultado de las elecciones de noviembre pasado o si se
destapa lavado de dinero por parte de las organizaciones de Trump a través de
compañías rusas. Lo que pasa es que el actual es un Congreso de mayoría
republicana, y por ahora muy pocos congresistas o senadores republicanos
critican al presidente. Pero confiemos en que el Congreso reaccionaría si los
cargos contra Trump fueran importantes.
¿Cuál es el papel que los medios de
comunicación deben de jugar ante la administración Trump?
R/ Exactamente el que estamos jugando: llamar a las cosas por su
nombre. Decir que el negro es negro, que el blanco es blanco y que los hechos
son hechos. Los periodistas tenemos que señalar con el dedo las mentiras de
esta administración, algo que lamentablemente ocurre sin parar. La última, el
falso ataque terrorista en Suecia con el que se descolgó Trump durante su mitin
del pasado sábado en Florida. Por un lado, es todo tan grotesco que resulta
divertido, pero en realidad es muy peligroso. Históricamente la palabra de un
presidente estadounidense era algo solemne e importante para la seguridad
global. En un mes, Donald Trump ha devaluado completamente, com-ple-ta-me-nte,
la palabra del presidente americano. Vengo de Múnich, de la Conferencia de
Seguridad que allí se ha celebrado y en la que ha participado el vicepresidente
Pence. Y a pesar de que Pence no ha dejado de señalar allí que la OTAN es
fantástica y maravillosa y que Estados Unidos nunca jamás, bajo ninguna
circunstancia, abandonará esa organización, el presidente Trump ha dicho que la
OTAN está obsoleta. ¿A quién debemos creer? ¿Qué significa esa disparidad de
opiniones? ¿Se trata de un intento deliberado de desorientar a la gente o es
pura incompetencia? No lo sabemos. Pero es algo perturbador, que desorienta y
que genera conflictividad.
¿Y cuál es su interpretación personal?
R/ El presidente es el presidente. Y Trump no tiene ningún interés ni ningún
conocimiento de la historia europea. Considera que la OTAN está obsoleta y no
concede por ejemplo ninguna importancia a la más relevante creación política
dela segunda mitad del siglo XX: la Unión Europea. De hecho, hace abiertamente
llamamientos a los países para que abandonen la UE. Sin embargo, hace 40 años
España era un país pobre, dividido entre los que apoyaban a Franco y la oposición
y bastante aislado. Y gracias a la UE España ahora es un país próspero y con un
peso importante en Europa. Se trata de logros históricos que nuestro
presidente, Donald Trump, desconoce y que no le interesan. Trump no tiene
ningún tipo de apego al concepto de alianza atlántica.
Incluso se diría que Trump se siente
orgulloso de su ignorancia, que alardea de ella, ¿no le parece?
R/ Sí, Trump es la ignorancia llevada al poder.
Aunque con resultados desiguales, Estados
Unidos ha jugado durante décadas el papel de garante del orden mundial. Ahora,
sin embargo, no son pocos los que lo perciben como un peligro...
R/ Sí, en la Cumbre de Seguridad de Múnich por primera vez se ha
visto a Europa mirando a América con ambigüedad e incertidumbre. Preguntándose:
¿Es EEUU nuestro amigo? ¿Es un amigo que se encuentra mal y necesita que le
ingresen en la UVI? Es verdad que muchas cosas ya habían cambiado antes de que
Trump llegara a la Casa Blanca. El ascenso de China, la impotencia y debilidad
en Siria de Estados Unidos bajo la administración Obama, Putin llenando el
vacío... No es que estas tendencias no estuvieran antes de la llegada de Trump.
Pero una cosa es ver un cambio gradual de poder a nivel global y otra ver a un
presidente de EEUU que propone una forma de poder alejada de la idea americana.
Porque el presidente Trump no habla de los valores americanos, de libertad, de
democracia, de respeto a la ley, de un orden mundial basado en unas reglas.
Tiene un concepto puramente mercantilista de las relaciones exteriores, como si
fueran transacciones: qué me das y qué te doy yo a cambio. Como usted ha dicho,
EEUU ha hecho de garante de la seguridad mundial durante 75 años. Y ahora, no
sabemos a dónde nos dirigimos ni cuál es nuestra política internacional.
¿Quiere Trump ir a la guerra con Irán? No lo sé. Tal vez.
¿Cuál es según su opinión el principal
desafío que la administración Trump tiene por delante? ¿La relación con Moscú,
tal vez? Trump afirma que su principal objetivo es la lucha contra el
terrorismo...
R/ Bueno, dice que está preparando un plan militar para eliminar
completamente al ISIS de la faz de la tierra. Quién sabe. Respecto a Rusia,
hasta ahora la considerábamos responsable de lo ocurrido en Ucrania, en
Siria... Pero ahora no sabemos claramente cuál es nuestra oposición. Lo que sí
parece es que hay una misteriosa conexión entre Putin y Trump. No sabemos si se
basa en dinero, en algún tipo de poder que Rusia tiene sobre Trump a causa de
cierto material que tendría en sus manos... No lo sabemos, es un misterio. Pero
no cabe duda de que nuestra relación con Moscú supone un gran desafío. Y
nuestras relaciones con México son otro enorme desafío. Pero la realidad es que
hasta ahora Estados Unidos no ha tenido una política internacional. El
secretario de Estado, Rex Tillerson, es un fantasma, no está en este mundo. El
departamento de Estado solía celebrar reuniones informativas diarias. Pues
bien: no ha convocado una sola, de ningún tipo, en cuatro semanas ya. El
secretario de Estado no tiene portavoz. No hay ruedas de prensa. Si Rex
Tillerson ha puesto el pie en la Casa Blanca no habrá sido probablemente en más
de dos ocasiones. El Consejo de Seguridad Nacional se habrá reunido quizás en
una ocasión. Ahora mismo lo que tenemos es eso: un caos absoluto. Habrá quien
diga que el caos no está mal, que es peor la parálisis. Y por su parte Wall
Street considera que Trump está bien. A lo mejor es que ellos saben algo que
nosotros no sabemos.
Trump en Estados Unidos, Brexit,
elecciones en Holanda el mes que viene, en Francia, en Alemania. ¿El mundo
pueda cambiar radicalmente en unos meses?
R/ El mundo ya es diferente, es muy distinto desde la llegada de Trump.
Y si Marine Le Pen gana en Francia, creo que será el fin de la UE. Y la
posibilidad de que gane ha dejado de ser inconcebible. Una cosa es que Gran
Bretaña abandone la UE, pero el eje franco-alemán es el corazón de la UE. Y si
Francia toma un camino antieuropeo, será casi imposible que sobreviva. Y eso
obviamente es lo que quiere Putin. Putin quiere romper el pacto transatlántico,
quiere divorciar a Estados Unidos y a Europa y, para acabar, quiere fragmentar
Europa. Porque, es evidente, todo eso hace a Rusia más poderosa y más
influyente. Hay que ver si lo consigue. Hay que ver qué ocurre en Holanda y qué
pasa en Alemania. En Alemania la extrema derecha no va a ganar, pero podemos
ver el fin de la cancillería de Angela Merkel, alguien que ha significado una
tremenda estabilidad. Es un momento preocupante, un momento en el que uno
debería de pararse un poco a pensar. Porque se nos olvida que en el pasado
Europa era un lugar peligroso y que no deberíamos jugar con fuego y abandonar
algo que ha transformado la vida de cientos de millones de europeos.
¿Le sorprendería, después de lo que hemos
visto en estas primeras semanas en la Casa Blanca, que Donald Trump acabara
siendo destituido como presidente a través del procedimiento conocido como
impeachment?
R/ Si tomamos como referencia lo ocurrido en este primer mes y el caos
que reina, podría aventurarse que tal vez sí. Para que haya un impeachment debe
de haber antes indicios de un delito grave, y eso por ahora no lo hay. Pero
podría haberlos. El impeachment es una ruta, pero también hay otra. La otra
ruta es que el Ejecutivo eche mano del artículo 25 y declare que el presidente
es psíquica o físicamente incapaz de llevar a cabo sus funciones. Tampoco
estamos todavía en ese punto, pero en Trump vemos muchos signos de una extraña
inestabilidad. Sin embargo, creo que lo más probable es que Trump acabe su
mandato. Pero también tiene más posibilidades que ninguno de los recientes
presidentes americanos de que algo pase y no concluya su mandato.
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