jueves, 23 de febrero de 2017

“Donald Trump es la ignorancia llevada al poder” Roger Cohen


Cualquier tema de pensamiento que uno enfrente puede tener y de hecho tiene siempre, miles de aristas e interpretaciones, de ahí que, paralelo a la madurez, se haga tan difícil concluir absolutamente sobre algo.

Las ciencias exactas son siempre más fáciles, de ahí que agua + limón + azúcar, siempre da limonada. 

Entonces como he escrito sobre temas que están ahora mismo en el candelero dentro de Estados Unidos y no creo haberme ni tan siquiera aproximado a la posible verdad, reproduzco este material que me parece inteligente y además sosegado. 

No digo que sea la Biblia de lo que está ocurriendo, pero nos puede seguir ayudando a conocer, que mucho nos hace falta y a entender.
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Entrevista hecha por Irene Hernández Velasco en Madrid y publicada ayer 22 de febrero del 2017 en El Mundo a Roger Cohen, Director de la Sección Internacional del diario "The New York Times", desde septiembre del 2001. 

“Donald Trump es la ignorancia llevada al poder”
 
Roger Cohen

¿Qué le hace ver en Trump dejes dictatoriales similares a los de los líderes fascistas y nazis de la Europa de los años 30?
R/  Creo que tenemos un presidente muy autoritario, con tendencia a borrar la diferencia entre lo que es mentira y lo que es verdad. Cualquier dictador quiere un pueblo que no sepa dónde está, que se encuentre desorientado, que sea capaz de creer que dos más dos son cinco, porque en ese caso la verdad del líder, del dictador, se convierte en la verdad con mayúsculas. En Estados Unidos todavía no estamos en ese punto y espero que no lo estemos nunca, pero lo que está ocurriendo con este presidente es muy preocupante. Tiene una personalidad muy inestable, es muy impetuoso, muy irascible, muy egocéntrico, le gusta ser el centro de atención y es muy caótico. Así que tenemos que estar atentos.

¿La democracia en Estados Unidos está en peligro?
R/   No creo que esté en peligro inminente, pero sí creo que debemos estar muy atentos. Y en ese sentido los medios de comunicación, el llamado cuarto poder, juega un papel fundamental. Tenemos que contar lo que está ocurriendo, los hechos, sin ponernos del lado de nadie. Y la eficacia de la prensa ya se está demostrando, lo hemos visto en el caso de Michael Flynn, quien se ha visto obligado a dimitir como asesor de Seguridad Nacional después de que una investigación periodística sacara a la luz sus conversaciones con el embajador ruso. Y la Justicia ha sido muy efectiva a la hora de suspender el veto migratorio del presidente Trump, así que la división de poderes diseñada tantos años atrás por los padres fundadores de Estados Unidos en nuestra Constitución se está demostrando efectiva. Pero el presidente Trump se comporta más como el líder de un movimiento que como el presidente de todos los estadounidenses. Se dedica a tuitear a sus 30 millones de seguidores, celebra mítines como el que dio el pasado sábado en Florida y muestra un comportamiento muy autoritario.

¿Son la Justicia y la prensa sobre quienes recae la responsabilidad de pararle los pies a Trump en caso de que vaya demasiado lejos? ¿Y el Congreso?
R/  Esa responsabilidad también incumbe al Congreso y esperemos que cumpla con ella, ojalá. El Congreso tendría que reaccionar y cumplir con su obligación si salen a la luz evidencias de que hubo colusión, algún tipo de cooperación, entre Moscú y la Administración Trump durante la campaña electoral para subvertir el resultado de las elecciones de noviembre pasado o si se destapa lavado de dinero por parte de las organizaciones de Trump a través de compañías rusas. Lo que pasa es que el actual es un Congreso de mayoría republicana, y por ahora muy pocos congresistas o senadores republicanos critican al presidente. Pero confiemos en que el Congreso reaccionaría si los cargos contra Trump fueran importantes.

¿Cuál es el papel que los medios de comunicación deben de jugar ante la administración Trump?
R/  Exactamente el que estamos jugando: llamar a las cosas por su nombre. Decir que el negro es negro, que el blanco es blanco y que los hechos son hechos. Los periodistas tenemos que señalar con el dedo las mentiras de esta administración, algo que lamentablemente ocurre sin parar. La última, el falso ataque terrorista en Suecia con el que se descolgó Trump durante su mitin del pasado sábado en Florida. Por un lado, es todo tan grotesco que resulta divertido, pero en realidad es muy peligroso. Históricamente la palabra de un presidente estadounidense era algo solemne e importante para la seguridad global. En un mes, Donald Trump ha devaluado completamente, com-ple-ta-me-nte, la palabra del presidente americano. Vengo de Múnich, de la Conferencia de Seguridad que allí se ha celebrado y en la que ha participado el vicepresidente Pence. Y a pesar de que Pence no ha dejado de señalar allí que la OTAN es fantástica y maravillosa y que Estados Unidos nunca jamás, bajo ninguna circunstancia, abandonará esa organización, el presidente Trump ha dicho que la OTAN está obsoleta. ¿A quién debemos creer? ¿Qué significa esa disparidad de opiniones? ¿Se trata de un intento deliberado de desorientar a la gente o es pura incompetencia? No lo sabemos. Pero es algo perturbador, que desorienta y que genera conflictividad.

¿Y cuál es su interpretación personal?
R/  El presidente es el presidente. Y Trump no tiene ningún interés ni ningún conocimiento de la historia europea. Considera que la OTAN está obsoleta y no concede por ejemplo ninguna importancia a la más relevante creación política dela segunda mitad del siglo XX: la Unión Europea. De hecho, hace abiertamente llamamientos a los países para que abandonen la UE. Sin embargo, hace 40 años España era un país pobre, dividido entre los que apoyaban a Franco y la oposición y bastante aislado. Y gracias a la UE España ahora es un país próspero y con un peso importante en Europa. Se trata de logros históricos que nuestro presidente, Donald Trump, desconoce y que no le interesan. Trump no tiene ningún tipo de apego al concepto de alianza atlántica.

Incluso se diría que Trump se siente orgulloso de su ignorancia, que alardea de ella, ¿no le parece?
R/  Sí, Trump es la ignorancia llevada al poder.

Aunque con resultados desiguales, Estados Unidos ha jugado durante décadas el papel de garante del orden mundial. Ahora, sin embargo, no son pocos los que lo perciben como un peligro...
R/  Sí, en la Cumbre de Seguridad de Múnich por primera vez se ha visto a Europa mirando a América con ambigüedad e incertidumbre. Preguntándose: ¿Es EEUU nuestro amigo? ¿Es un amigo que se encuentra mal y necesita que le ingresen en la UVI? Es verdad que muchas cosas ya habían cambiado antes de que Trump llegara a la Casa Blanca. El ascenso de China, la impotencia y debilidad en Siria de Estados Unidos bajo la administración Obama, Putin llenando el vacío... No es que estas tendencias no estuvieran antes de la llegada de Trump. Pero una cosa es ver un cambio gradual de poder a nivel global y otra ver a un presidente de EEUU que propone una forma de poder alejada de la idea americana. Porque el presidente Trump no habla de los valores americanos, de libertad, de democracia, de respeto a la ley, de un orden mundial basado en unas reglas. Tiene un concepto puramente mercantilista de las relaciones exteriores, como si fueran transacciones: qué me das y qué te doy yo a cambio. Como usted ha dicho, EEUU ha hecho de garante de la seguridad mundial durante 75 años. Y ahora, no sabemos a dónde nos dirigimos ni cuál es nuestra política internacional. ¿Quiere Trump ir a la guerra con Irán? No lo sé. Tal vez.

¿Cuál es según su opinión el principal desafío que la administración Trump tiene por delante? ¿La relación con Moscú, tal vez? Trump afirma que su principal objetivo es la lucha contra el terrorismo...
R/  Bueno, dice que está preparando un plan militar para eliminar completamente al ISIS de la faz de la tierra. Quién sabe. Respecto a Rusia, hasta ahora la considerábamos responsable de lo ocurrido en Ucrania, en Siria... Pero ahora no sabemos claramente cuál es nuestra oposición. Lo que sí parece es que hay una misteriosa conexión entre Putin y Trump. No sabemos si se basa en dinero, en algún tipo de poder que Rusia tiene sobre Trump a causa de cierto material que tendría en sus manos... No lo sabemos, es un misterio. Pero no cabe duda de que nuestra relación con Moscú supone un gran desafío. Y nuestras relaciones con México son otro enorme desafío. Pero la realidad es que hasta ahora Estados Unidos no ha tenido una política internacional. El secretario de Estado, Rex Tillerson, es un fantasma, no está en este mundo. El departamento de Estado solía celebrar reuniones informativas diarias. Pues bien: no ha convocado una sola, de ningún tipo, en cuatro semanas ya. El secretario de Estado no tiene portavoz. No hay ruedas de prensa. Si Rex Tillerson ha puesto el pie en la Casa Blanca no habrá sido probablemente en más de dos ocasiones. El Consejo de Seguridad Nacional se habrá reunido quizás en una ocasión. Ahora mismo lo que tenemos es eso: un caos absoluto. Habrá quien diga que el caos no está mal, que es peor la parálisis. Y por su parte Wall Street considera que Trump está bien. A lo mejor es que ellos saben algo que nosotros no sabemos.

Trump en Estados Unidos, Brexit, elecciones en Holanda el mes que viene, en Francia, en Alemania. ¿El mundo pueda cambiar radicalmente en unos meses?
R/  El mundo ya es diferente, es muy distinto desde la llegada de Trump. Y si Marine Le Pen gana en Francia, creo que será el fin de la UE. Y la posibilidad de que gane ha dejado de ser inconcebible. Una cosa es que Gran Bretaña abandone la UE, pero el eje franco-alemán es el corazón de la UE. Y si Francia toma un camino antieuropeo, será casi imposible que sobreviva. Y eso obviamente es lo que quiere Putin. Putin quiere romper el pacto transatlántico, quiere divorciar a Estados Unidos y a Europa y, para acabar, quiere fragmentar Europa. Porque, es evidente, todo eso hace a Rusia más poderosa y más influyente. Hay que ver si lo consigue. Hay que ver qué ocurre en Holanda y qué pasa en Alemania. En Alemania la extrema derecha no va a ganar, pero podemos ver el fin de la cancillería de Angela Merkel, alguien que ha significado una tremenda estabilidad. Es un momento preocupante, un momento en el que uno debería de pararse un poco a pensar. Porque se nos olvida que en el pasado Europa era un lugar peligroso y que no deberíamos jugar con fuego y abandonar algo que ha transformado la vida de cientos de millones de europeos.

¿Le sorprendería, después de lo que hemos visto en estas primeras semanas en la Casa Blanca, que Donald Trump acabara siendo destituido como presidente a través del procedimiento conocido como impeachment?
R/  Si tomamos como referencia lo ocurrido en este primer mes y el caos que reina, podría aventurarse que tal vez sí. Para que haya un impeachment debe de haber antes indicios de un delito grave, y eso por ahora no lo hay. Pero podría haberlos. El impeachment es una ruta, pero también hay otra. La otra ruta es que el Ejecutivo eche mano del artículo 25 y declare que el presidente es psíquica o físicamente incapaz de llevar a cabo sus funciones. Tampoco estamos todavía en ese punto, pero en Trump vemos muchos signos de una extraña inestabilidad. Sin embargo, creo que lo más probable es que Trump acabe su mandato. Pero también tiene más posibilidades que ninguno de los recientes presidentes americanos de que algo pase y no concluya su mandato.

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