¿Qué nos ha
pasado y nos pasa a los cubanos?
Resulta ya
tradicional que siempre comparemos a Cuba con países y procesos que están
totalmente alejados de nuestra realidad histórica de estos últimos años.
Alguien nos acostumbró a la idea de analizar a Cuba a través de lo que pasaba
en otros países y siempre resultan familiares las comparaciones de la pequeña
isla, por ejemplo, con el gran monstruo de la América del Norte. Baste señalar
que la isla de Cuba cabe casi 90 veces dentro de los Estados Unidos y que este
último tiene casi 29 veces la población de la isla caribeña, para fácil
concluir que más que una comparación, la idea puede resultar una locura.
Luego están
los soñadores que, al no existir ya el campo socialista, que nos igualaba al
menos a groso modo en ideología en idioma ruso, gustan de analizar la situación
cubana a partir de Suecia, Suiza, Francia, etc., incluso Japón, de donde nunca
he entendido qué se puede analizar de conjunto en estos países que pueda
parecerse y que nos pueda ayudar a entender cómo estamos y qué es lo que pasa
en nuestro país de origen.
Me parece
mejor la comparación con América Latina, a la que desconocimos por muchos años y
dentro de Latinoamérica mejor pudiera entenderse nuestra cultura, historia e
idiosincrasia comparándonos con una isla como Puerto Rico. Casi la misma
ubicación geográfica, la misma historia colonial, la misma metrópoli, muchas
mismas luchas, el mismo gusto por la cerveza, la música, las fiestas, etc., y
aquello de que mientras menos se trabaje y más desorganizado sea el proceso,
mejor. Ambas islas pudieran ser reconocidas por el amor a la “gozadera”, lo que
también cabe dentro de aquel poema escrito por la periodista y revolucionaria puertorriqueña
Lola Rodríguez de Tío, cuyos restos descansan en paz, al menos eso pienso, en
el Cementerio de Colón de La Habana, y su parte más conocida y repetida,
aquella de:
…
Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos
alas
reciben flores o balas
sobre el mismo corazón…
Puerto
Rico, la llamada Isla del Encanto, con un no muy profundo interés independentista,
identificado desde siempre por menos del 5% de su población, se separa de Cuba y
del camino cubano, primero porque desde hace muchos años vive en un sistema
democrático real, puede ser defectuoso, con errores, mejorable, pero
democrático y, segundo, porque ese sistema democrático se da bajo un estatus
especial en su relación con Estados Unidos.
Puerto Rico
en vez de hacer la guerra al imperio, en vez de fajarse con él todos los días,
en vez de estar todo el tiempo tratando de arañarlo y en déjame empujarte y empújame,
cómodamente vive un poco de los muchos beneficios de la Unión. Los puertorriqueños
son nacionalistas, aman su isla, siempre y cuando esto no signifique
convertirse en una nación independiente, la mayoría disfruta de su estado
libremente asociado con la potencia más importante del mundo actual.
Entonces
cuando uno ve a personas aglomeradas en las calles, marchando varios días sin parar,
con aquellas manifestaciones acompañadas de bailes y música, recordar que son
caribeños, arriesgando hasta su integridad física, puede llegar a pensarse que
los puertorriqueños viven mal y cansados de su mal vivir, prefieren morir para
conquistar un mejor futuro. Ni idea tengo, nunca he estado allí, pero no nos
dejemos impresionar por las imágenes, los puertorriqueños ni viven tal mal, ni
quieren cambiar tanto.
¿Viven mal
los puertorriqueños? He averiguado y como resultado de la publicación del Banco
Mundial del 2018, Puerto Rico, exceptuando a Gran Caimán, es el país de mejor ingreso per
cápita anual de toda América Latina y el Caribe. Veamos la información en
dólares de alguno de los países más conocidos.
Puerto Rico
|
31,651.00
|
Uruguay
|
17,200.00
|
Chile
|
15,900.00
|
Panamá
|
15,500.00
|
Costa Rica
|
12,000.00
|
México
|
9,600.00
|
Brasil
|
8,900.00
|
Rep. Dominicana
|
7,600.00
|
Al parecer
los puertorriqueños no viven tan mal si se comparan dentro del territorio donde
están ubicados claro está. Siempre pueden existir inconformidades y deseos de
mejorar, sobre todo si aparece la comparación con el per cápita de los
norteamericanos puede ser frustrante, pues éste significa más del doble de la
de los isleños, pero volveríamos a lo mismo, querer comparar a una pequeña isla
caribeña con los Estados Unidos, únicamente se entendería como una broma, una
locura o la idea teóricamente fantástica de ese más o menos 5% que ha votado por
la independencia.
Los puertorriqueños
no querían cambiar el sistema socio económico, no querían construir una
sociedad donde emergiera el “famoso hombre nuevo”, no querían quitarle todo a
los que tienen y entregárselo como regalo a los que no tienen, que como no sabrán
qué hacer con eso, dejaran de tenerlo al poco tiempo, logrando con el paso del
tiempo que nadie tenga nada. Los boricuas no estaban luchando por instaurar en
su bella isla un sistema socialista o comunista o el nombre que se le quiera
poner para lograr que las instituciones todas de todos tipos y sectores, queden
paralizadas, improductivas, sin capacidad de maniobrar y apenas sobrevivir.
Los puertorriqueños
no se han cuestionado el sistema democrático bajo el cual viven. Ellos, la
mayoría estaba cansada de la burocracia, de funcionarios corruptos y ladrones
que viven robando la mucha o poca riqueza del país siempre por encima del nivel
del pueblo, de los ineptos e incapaces que ostentan cargos públicos solo para
beneficio personal, de funcionarios que odian a la gente de abajo, de un
gobierno que no es capaz de resolver los problemas más elementales de sus
votantes, de funcionarios que visto simplemente traicionaron a aquellos que un
día los apoyaron para que ejecutaran las leyes y las medidas en defensa de
todos.
Los
puertorriqueños se cansaron y ejerciendo esa democracia tan mencionada por los
gobiernos, pues se lanzaron a la calle y exigieron que los ladrones e incapaces
se fueran. No sólo lo exigieron, sino que lo lograron. Se dijeron, no nos vamos
a retirar, no nos vamos a quedar en las casas, no vamos a ceder, todo terminará
cuando el gobierno renuncie. No sólo se lo dijeron, sino que lo lograron.
No
esperaron por nadie, no pidieron una intervención extranjera, no salieron a la
calle disfrazados con caretas para no ser reconocidos. Salieron, gritaron, cantaron
y no sólo lo hicieron, sino que lo lograron.
¿Entonces,
son más valientes los puertorriqueños que los cubanos? ¿Viven los
puertorriqueños en peores condiciones que los cubanos? ¿Estarían más cansados
de las personas que integran su gobierno que lo que puede estar cansado el
pueblo cubano de soportar un mismo aparataje de más de 60 años? ¿Los boricuas,
que nacen con pasaporte norteamericano y todos los beneficios que esto trae y
manejan el dólar americano como moneda única y legal viven en peores
condiciones que el pueblo cubano?
No hay comentarios:
Publicar un comentario