Mayo 5
"Dicen los historiadores que, siendo muy joven en el siglo XIX, José
Martí, habló de las grandes ventajas de Cuba como país en aquellos tiempos, por
su economía basada en la agricultura. Busca Mesa Redonda de hoy con la
participación del Ministro de la Agricultura, el azúcar y la industria
alimentaria, con la conducción, dirección y guion del tristemente conocido
Randy Alonso. Dicen que sólo el 7% de las tierras cultivables tienen
riego, yo digo que el 3%. Desde hace días empezó el confinamiento y a la
vez aumentó el consumo eléctrico al estar todos en las casas. El gobierno
empezó a decir que el consumo era el del mes de agosto, etc. y hoy la noticia,
la Antonio Guiteras, la termoeléctrica más grande de Cuba PARÓ para dar
mantenimiento según el gobierno y yo me pregunto, ¿cómo en medio de lo que está
pasando, paran para dar mantenimiento? Es como parar el central para dar
mantenimiento en medio de la zafra. La verdad es que EXPLOTÓ al no soportar el
ritmo de estos días. Me imagino lo que viene. Están generando con los grupos
electrógenos, una idea de nuestro líder histórico en el periodo especial, que
funcionan con diesel y son grandes motores del tamaño de mi casa que tragan
combustible por toneladas. Algo me dice que el verano será más duro, este tema
del virus le puso la tapa al pomo. El jefe y sus asesores ya no tienen qué inventar. Todo parado a todos los niveles y la cosa se demora. La gente empieza
a desesperarse y no creo que los grandes problemas, crónicos de esta economía,
se puedan resolver en muchos años. Dice el Ministro de Economía, en reunión,
que hay que seguir produciendo y exportando y yo me digo, hay que ser hijo de
puta sabiendo en el estado deplorable, enteramente obsoleta y en desuso que se
encuentra la industria de Cuba que data de los años 70 y 80, la más moderna.
Todo está hecho polvo y amarrado con alambres podridos. Los jefes mientras más
mediocres, burócratas y demagogos mucho mejor. Lo de la TV y las mentiras no
tiene comparación con ningún otro lugar de cualquiera de los hemisferios. Lo de
las tiendas por Internet colapsó. A partir del 6 de este mes 37.000 autos
estatales inmovilizados. Son medidas desesperadas e improvisadas, buscando
oxígeno en el fondo del mar"
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No sé mucho de psicología
infantil, sólo he tratado de ser buen papá a tiempo completo de dos hijos, he
leído algunos libros de corte general y he visto algunas películas sobre el
tema.
Lo que le pasa a un
niño maltratado con frecuencia, física y emocionalmente, casi a diario, es que
adopta tres posiciones extremas. Se levanta un día y le clava un cuchillo entre
espalda y pecho a su agresor, lo que lo convierte de hecho en un criminal,
justificado pero criminal, intenta quitarse la vida y con ello salirse del
problema que no puede resolver o comienza a mentir tratando de no llamar la
atención, de crearse un mundo irreal donde no sea abusado, cumplir con las exigencias
de los que lo agreden y sobre todo sobrevivir. Las críticas destructivas y los abusos
de palabras, a decir de los expertos, son más dañinos a largo plazo que,
incluso, los mismos golpes.
El niño que se siente
criticado sin razón o excesivamente, muchas veces crea otro niño, del que con
frecuencia se sabe poco, asume la violencia como método de vida, pelea, agrede
o sencillamente se aísla. De una forma u otra, miente.
Y creo que eso es lo
que les pasa también a los gobiernos que se sienten en peligro, y más, porque los
gobiernos, integrados por muchas fuerzas e intereses, por lo general manejan
los dos resultados a la misma vez. Por un lado, agreden, tratando de eliminar o
al menos contener las opiniones y posiciones en su contra y, por otro lado,
mienten para decir que la culpa de los males es de otros, que existen enemigos ocultos
que no dejan avanzar, tratando de, bajo engaños conscientes, seguir manteniendo
apoyo, aunque sea formal. El fin, es el poder, los medios justificados, son las
mentiras.
Las revoluciones son
típicas en estas actuaciones debido a su misma aparición y existencia. Las
formaciones socio económicas nuevas que se estructuran dentro de las viejas, digamos
en capitalismo dentro del feudalismo, tienen un paso más lento, pero más cómodo
de forma general, pero como una revolución significa una explosión corta en el
tiempo de grandes transformaciones, a veces de inmensas transformaciones, por
un lado, suma muy rápido adeptos, seguidores deslumbrados y por otro enemigos
acérrimos, dejando en el medio de ambos a un grupo observador, asombrado por momentos,
que se debate en inclinarse hacia un lado u otro e incluso a los dos a la misma
vez.
La revolución que triunfó
en Cuba en 1959 no fue magia. Sin que yo quiera quitarle el mérito a los que lo
hicieron tanto en la lucha clandestina, como en los enfrentamientos armados
directos, existió y logró su objetivo porque una buena parte de Cuba,
incluyendo a muchos estratos de la burguesía nacional que nunca aparecen en los
libros, más el propio gobierno de turno de los Estados Unidos, coincidieron a
gritos o en secreto, que la dictadura de Batista había dado lo que iba a dar,
lo que quedaba era la sangre en las calles, la represión, el gran robo de
última hora, etc.
Triunfa aquella
revolución sin que fuera en realidad una gran guerra que destruyó a Cuba
entera, los rebeldes llegan a la capital del país que se encontraba de lujos
con toda su estructura en funcionamiento, el gobierno, los altos funcionarios y
militares y el mismísimo presidente huyen, llevándose con ellos lo que pudieron
sacar de última hora, los rebeldes ocupan, van a dormir al, por aquellos años, Hotel
Habana Hilton, reciben el apoyo prometido, necesitado y esperado y comenzaron los
cambios.
Fidel, como máximo rebelde,
viaja a los Estados Unidos, allí declara que no es comunismo lo que se va a
implementar, los norteamericanos comenzaron con sus jugadas políticas y sobre
todo económicas, Cuba se queda sin la acogida y el apoyo que necesitaba del
exterior, al tiempo aparecieron los “hermanos soviéticos” necesitados de expandir
su sistema comunista, descubrieron que la mayor de las Antillas estaba a sólo
90 millas de su enemigo número uno e invirtieron, garantizaron, logrando que lo
que iba a ser verde como las palmas, cambiara muy rápido a rojo como los
famosos labios de Blanca Nieves.
Lo primero que provocó
estas primeras mentirillas, fue que muchas personas que habían luchado contra
la dictadura batistiana, incluso antes, en las calles de Cuba y en los montes,
que habían acumulado méritos como para ostentar grados de tenientes, capitanes
y comandantes, se disgustaron. Para ellos la idea era quitar a Batista y recuperar
la democracia tradicional, no imponer un sistema comunista con nuevos dictadores
y el poder rojo internacional detrás del “trono” y a este disgusto se
incorporaron familiares, amigos cercanos y lejanos, que comenzaron a ver con reales
lentes lo que venía.
Entonces continuaron
las mentiras. Esas personas fueron catalogadas de traidores y bandidos. No se
les escuchó, no se les atendió, sencillamente se le echó para arriba a esa
parte del pueblo, que por momentos no es de ocultar fue grande, que apoyaba.
Muchos presos, otros fusilados, otros emigrados. La mentira, esas personas eran
enemigos del pueblo, enemigos de la revolución, enemigos de la patria, que querían
ahogar a Cuba en los vicios, la corrupción y sobre todo entregársela a los
Estados Unidos, que en ningún momento había dicho que la quería completa como
un estado más de la Unión.
Entonces apareció con
más fuerza que nunca, con más aristas que nunca, con más presión que nunca, la
lucha ideológica y apareció la doctrina marxista leninista a pulso. A cada
cubano se le exigió que fuera un ideólogo para defender a lo que se llamó
revolución y que hoy dura más de 60 años. Primero se tenía que ser ideólogo,
luego se podría ser médico, mecánico, maestro, alumno, e incluso corrupto y
delincuente. La ideología llega a ser en Cuba más importante que el oxígeno a
respirar. Es bueno decir que el marxismo leninismo, tuvo en Cuba a su principal
traductor, Fidel, quien definió que si eras como humano buen ideólogo, lo que
significaba, no el conocimiento exacto de la teoría, sino ser fiel
revolucionario a las exigencias del poder, no te haría falta el oxígeno, no necesitarías
la sangre, ni proteínas y carbohidratos, no necesitarías riñones, ni estómago,
ni corazón, todo lo que necesitarías para vivir y más, lo proveería la
ideología.
A partir del mismo
comienzo, repito sin descontar el apoyo de muchos de adentro en aquellos primeros
momentos, unos por sentimiento y conciencia y otros por conveniencia, por el
rechazo de muchos de adentro, que siempre fueron ocultados o disminuidos y el
rechazo de muchos de afuera, que fueron catalogados como imperialistas,
anexionistas, fascistas y todo lo malo terminado en ista; el gobierno, que ya
no era realmente revolución, comenzó a elaborar una teoría donde todo estaba
bien. Cada actividad fue un gran éxito, cada objetivo fue logrado exitosamente,
cada número real alcanzado se multiplicó y multiplicó victoriosamente, en el mismo
momento que los números no alcanzados, los desfavorables, se minimizaron hasta
casi desaparecer.
El discurso oficial,
que hay que decir que existía solo uno, porque muy rápido dejó sin voz a otros
discursos, pintaba constantemente una realidad que no existía, triunfos, sobrecumplimientos,
alegría desbordada, satisfacción, carne de res exportada, leche por tubería en
las esquinas, casas confortables hasta en el último rincón de la isla,
campesinos analfabetos que aprendieron a escribir y leer en cuatro o cinco
semanas, lo que les permitía entender a profundidad todos los postulados de Marx,
Engels y Lenin, risas y alegría nunca antes vista, construcción de una sociedad
perfecta y sobre todo, el hombre nuevo, ese hombre enamorado de su proyecto,
super consciente, super maduro, super incorporado, super deseoso de liberar al
resto del mundo, más super que la propia creación norteamericana de Superman.
El discurso y aquello de que una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad
llegó a confundir a los cubanos, que llegaron a creer que Cuba, esa pequeña isla
del Caribe, era una potencia mundial y que el mundo entero estaba paralizado
siempre esperando que Cuba ordenara o tomara decisiones.
Con el paso del tiempo
los logros se fueron ralentizando, lo que se lograba muy rápido se ponía malo,
los primeros disgustados se multiplicaron en muchos disgustados, los que
incluso apoyaron apasionada y ciegamente se fueron bajando del tren, comenzó la
emigración silenciosa de uno en uno y la escandalosa de miles en miles, el
gobierno creó entonces una emigración cubana expandida por los cinco
continentes del planeta, aumentando el número de enemigos, sin embargo,
mientras todo esto ocurría, más logros, más números alcanzados multiplicados,
más sonrisas y satisfacciones como discurso, más fortalezas internas que nadie
ve. Comidas en la televisión, casas en la televisión, niñas como Nemesia con zapatos
lindos en la televisión.
En resumen, desde que
la revolución iba a ser verde, sin que se puedan desconocer algunos logros
conseguidos, hasta hoy un gobierno rojo, ha vivido representando una obra
plagadas de mentiras. Los que no apoyaron fueron nombrados desgraciados, los
que apoyaron y fueron buenísimos, tan pronto dejaron de apoyar, fueron
nombrados también desgraciados. Los mismos en el poder viviendo como la gran
burguesía occidental, casas, fincas, yates, comiditas ricas en proteínas, vinos
y whiskies caros del enemigo, mujeres, novias, amantes, más casas, más carros,
más viajes, hasta llegar a hoy, donde los hijos de los pocos que escaparon sin
que se les rayara la carrocería, se han repartido el país, casas y carros,
ahora modernos y de factura capitalista, inversión de dólares en el exterior también
capitalista y ninguno, exactamente ninguno, trabaja como obrero en una fábrica
y menos como campesino. Los hijos del actual presidente de la República de Cuba
son músicos, dan giras internacionales y los descendientes del actual Secretario
General del Partido Comunista son millonarios, dueños de hoteles y bares de
lujos. Obviamente la revolución y el gobierno llamado comunista, por el partido
que la preside, aunque de comunista y socialista hoy tiene poco, la idea más
noble que ha existido, los logros no logrados y el sacrifico mantenido por décadas,
es exactamente para otros.
Mientras peor hemos
estado, mejor nos han dicho que estamos. Mientras menos libertades, más nos han
nombrado el país más libre del mundo. Mientras más limitaciones, más se nos
compara con la pobreza de África, América Latina y sobre todo los homeless de
los Estados Unidos. Mientras más quejas, más imágenes de tormentas, huracanes,
volcanes, terremotos, sunamis en cualquier rincón del mundo. Mientras menos productos
agropecuarios en las cocinas de cada casa, más imágenes de los niños en los
basureros en Perú, Bolivia, Brasil, etc. El casabe fabricado con yuca con que los
indios cubanos recibieron alegremente a los españoles en 1492, hoy sólo se
puede comer en Miami. El mundo colapsa, las economías se destruyen, los movimientos
de izquierda aumentan y con razón reclaman los derechos básicos, países en
guerras, la droga y la muerte por bandas de asesinos, mientras en el paraíso
llamado Cuba, todo es amor, paz, abundancia, donde incluso la vida está
acompañada de esos sonidos lindos de pajaritos en las mañanas y el perfume de
las flores que llega a la ventana de cada casa. Estamos mejor, porque esos pajaritos
y esas flores para el despertar no fueron descritos ni en el Paraíso de Adán y
Eva.
Hoy en el 2020 sin recursos,
ni de dónde sacarlos, la cosa se complica porque han empezado a decir mentiras
sobre las mentiras que ya se habían dicho. Gobiernos mentirosos que actúan como
los niños, que suelen ser muy fáciles de coger de adelante para atrás en sus
mentiras, porque llega el momento que ni se acuerdan de la mentira que dijeron
ayer y sobre ella elaboran una nueva mentira que muchas veces contradice o
desmiente la mentira dicha hoy.
Antes era muy fácil, le
fue fácil incluso a nuestros familiares, porque el monopolio de la información
fue una de las primeras cosas que la revolución y luego el gobierno se apropió.
Cada idea, cada cuestionamiento, cada duda fueron tratadas de suprimir con una
retórica, a la que los cubanos llamamos “muela”. Siempre el contrario estaba mal
informado, sus ideas eran generadas por el enemigo, incluso eran mercenarias
porque eran pagadas por el enemigo. Nunca se escuchó, jamás se atendió, por el contrario,
lo que recuerdo fue sólo el desprecio y la marginación. Los mensajes más utilizados
para no escuchar o renunciar a la verdad, fueron, “este no es el marco para
discutir eso que dices”, “yo no quiero hablar de eso ahora”, “quién te paga por
preguntar o cuestionar”, etc., de donde, sólo como resultado, solo se recibía
la impotencia, la incapacidad, el desconocimiento y una vez más, las mentiras
de los interlocutores. Los padres perdieron la capacidad de discutir y menos la
de convencer con argumentos reales, entonces se dedicaron a repetir e imponer.
(continuará)
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