lunes, 4 de mayo de 2020

Partido Único y además Partido Comunista. (Tercera Parte)

El artículo publicado en Granma no sólo es irrespetuoso con los cubanos, o al menos con una parte de ellos, sino que es mentiroso, demostrando una vez más lo poco que se valora a las personas que piensan, tienen conocimientos e incluso tesis, que puedan discrepar de una opinión oficial, cada día que pasa más impuesta desde el poder.

José Martí, que para mí es el gran desconocido a profundidad y a su vez el gran utilizado a conveniencia, escribió, “la patria es aras no pedestal” frase corta que encierra un gran mensaje, que quizás adaptándolo a lo que pasa, podríamos decir que Martí no debería ser pedestal para cualquier idea que se antoje, sacando de contexto sus verdaderas ideas y más, sus sentimientos.

En 1877, mucho antes incluso de fundar su Partido Revolucionario, Martí escribió, Siempre es desgracia para la libertad, que la libertad sea un partido” Entonces, esto no lo conoce el autor del artículo y los funcionarios cubanos que ejercen el poder, que pretenden, una vez más, para dar solidez a sus ideas, retomar sólo parte del Apóstol como base, para justificar la “necesidad” del partido comunista como único partido que deberá existir eternamente en Cuba.

Martí, que años después de esa idea, fundó su PRC, lo concibió sólo como instrumento para organizar desde el exterior su revolución independentista, lograr apoyo logístico y monetario, sumar personas, no sólo fuera de la isla, sino dentro de la propia Cuba, pero, el mismo Martí sabía que era circunstancial, en la misma medida que cuando se dispuso a salir para Cuba, dejó como sucesor en el partido a Tomás Estrada Palma, con el objetivo de seguir garantizando el apoyo necesario y no se llevó con él al partido para hacer la guerra en los campos cubanos. Martí sabía que sus ideas políticas válidas, tenía que combinarlas con la experiencia práctica de los militares cubanos que ni conocían, ni pertenecían y a muchos no les interesaba el partido. Martí como buen hombre de ideas, interesado primero en la independencia de Cuba, pero con una proyección más larga para la edificación de una moderna república, no impuso su partido, sino que dejó al menos la idea de unir a todas las fuerzas políticas, democráticas, blancos y negros, pobres y ricos, mujeres y hombres, propietarios y desposeídos, militares y civiles, que conformaban el diverso espectro de la Cuba de finales del XIX.

Entonces el autor, el periódico Granma, el Partido Comunista y el gobierno de Cuba mienten a conciencia cuando dicen que un proyecto pluripartidista sólo beneficiaría a los enemigos de la revolución. Primero porque no existe tal revolución. Una revolución es un proceso determinado en fecha, que significa un cambio o transformación radical respecto al pasado. Esa revolución ocurrió en Cuba hace muchas décadas ya, tuvo su principio y su fin, todo lo que sea seguir llamando revolución al gobierno que existe, tiene sólo la intención de confundir y prolongar un sentimiento irreal. Cuba, no tiene una revolución que dura 60 años, Cuba, como todos los países del mundo, tiene un gobierno, que sucedió a aquella revolución, ahogando otra cualquier posibilidad incluso de pensamiento. Segundo, un proyecto pluripartidista, no beneficiaría a los enemigos de Cuba, por el contrario, un proyecto de diferentes ideas y soluciones podría unir a fuerzas progresistas en el plano social, económico, político incluso religioso, tal como quería Martí, que beneficiaría a todos.

Si es cierto, una opción o varias diferentes, podrían liquidar, como ocurrió en el resto de los países comunistas europeos, el monopolio del partido único comunista, no por el nombre, no por sus postulados, sino porque sencillamente han tenido tiempo a probar y hacer experimentos de todos tipos y el resultado hoy es desastroso. Cuba tiene un gobierno y un partido que está pidiendo, después de 60 años en el poder, más tiempo para seguir ensayando.

¿En qué si no miente el Granma? Sencillamente en las estadísticas, en las que el gobierno es experto y ahí todos hemos tenido y aún tenemos un poquito la culpa.

El articulista repite que “El 90 % de los ciudadanos con derecho electoral concurrieron a las urnas, y de estos, el 86,85 % votaron a favor, cifra que a la vez representa el 78,3 % del total de compatriotas con derecho al voto, con la cual quedó refrendada la nueva Constitución de la República”. Y asegura que “Es significativo que la mayoría de los cubanos que ejercieron el voto pertenecen a las generaciones nacidas con posterioridad al triunfo revolucionario, lo que refleja la fortaleza y continuidad de nuestros principios”.

Siendo honesto, las cifras frías son impresionantes, esos números son los que se exhiben a las naciones y organizaciones mundiales. Esos números son los que logran ayuda y apoyo, pues dicen, sin conocimientos exactos de lo que pasa, que la inmensa mayoría está a favor del gobierno, del partido, del fidelismo-marxismo-leninismo. Que esa misma inmensa mayoría está contenta con todos los experimentos, muchos de ellos estériles, y más, está de acuerdo y alegre con seguir en los experimentos y sacrificios. Es por eso que constantemente las exhiben.

Las estadísticas son reales, ahora, ellas también tienen, a mi entender un truco, con el que el gobierno y partido han trabajado siempre. Los que hemos vivido en Cuba muchos años, sabemos y tendríamos que darnos algunos azotes por ello, qué han significado desde siempre, las reuniones, selecciones, votaciones, etc., cosa que es difícil de demostrar pero que funciona.

Sin desconocer que existió un apoyo y que aún existe ese apoyo, establecimos la costumbre de ir a reuniones, levantar la mano para salirnos del paso. Aprobábamos cosas y personas, sin saber que estábamos aprobando o seleccionando. Era una práctica común que todo se aprobara por unanimidad, tanto que durante años jamás se preguntó por los que estaba en contra o se abstenían. Nos acostumbramos a no hacer presencia de cerebro, pero sí de cuerpo y esa es la presencia que el gobierno necesitaba. Cada una de las marchas “impresionantes”, también reconociendo que muchas personas marchaban en apoyo, tuvieron un enorme número de personas que marchaban porque eran dirigidas, eran apuntadas en listas, eran chantajeadas con sus trabajos y estudios, más grupo de personas que marchaban en práctica para los carnavales de ese año con botellas de ron en las manos incluidas.

Durante muchos años nos dio igual un entierro que un bautizo, la idea era no marcarse, no identificarse en contra. Durante muchos años era mejor no opinar, si nuestra opinión cuestionaba lo que se estaba esperando. Muchos cubanos incluso dentro de una casilla, encerrado por las cuatro paredes, teníamos miedo a sencillamente anular nuestra boleta, siempre nos quedaba aquello de que podríamos ser identificados. Nuestros padres nos pidieron la asistencia muerta, sólo el cuerpo convertido en cadáver.

Ahora no puedo demostrar cuántas fueron durante todos estos años, es difícil llevar la cuenta, pero todos los que vivimos allí sabemos qué pasaba. Entonces el partido gobierno en eso gana y eso es lo que se utiliza. A nadie le importa ahora por qué marcharon y por qué votaron, lo más significativo es exhibir el número de que del 90% de los que votaron, más del 86% votó a favor de la herramienta más importante que tiene un país, la constitución, cuya elaboración, dirección de los llamados debates populares, rectificación y redacción final de la misma, por casualidad estuvo en manos de Raúl Castro, primer secretario del Partido Comunista de Cuba. Todo esto es un chiste.

El gobierno y partido conocen nuestros defectos y entonces cuentan con ellos. Saben que al final, entre los que apoyan, que, por mi cuenta, cada día son menos de corazón, que están dirigidos, no lo dudemos, por el partido, y los que vamos a votar para no meterse en líos, para salirnos del problema, para cumplir mecánicamente, para mantener nuestro trabajo, para no discutir con nuestros padres, para no afectar a nuestros hijos, etc., etc., etc., el resultado querido está garantizado.

Observemos algunas partes de la nueva constitución. Llamo la atención que estuve en Cuba meses antes de que se votara definitivamente y a mi nivel, dentro de mis amigos y vecinos, el tema que más llamaba la atención de lo que se estaba debatiendo, era el matrimonio entre homosexuales, lo que delata un enorme interés político ideológico de una gran parte de la población.

En la introducción, se declara públicamente que este documento se hace por:

  •            por lo que promovieron e integraron y desarrollaron las primeras organizaciones de obreros y de campesinos, difundieron las ideas socialistas y fundaron los primeros movimientos marxista y marxista-leninista;

Luego dice que, Guiados por:

  • ·        por el ideario de José Martí y las ideas político-sociales de Marx, Engels y Lenin;

Continúa diciendo que, Decididos:

  • ·       a llevar adelante la Revolución triunfadora del Moncada y del Granma, de la Sierra y de Girón encabezada por Fidel Castro que, sustentada en la más estrecha unidad de todas las fuerzas Revolucionarias y del pueblo, conquistó la plena independencia nacional, estableció el poder Revolucionario, realizó las transformaciones democráticas, inició la construcción del socialismo y, con el Partido Comunista al frente, la continúa con el objetivo final de edificar la sociedad comunista;

Y, por último, declara que Conscientes

  • de que sólo en el socialismo y el comunismo, cuando el hombre ha sido liberado de todas las formas de explotación: de la esclavitud, de la servidumbre y del …

Constitución
Capítulo I

FUNDAMENTOS POLÍTICOS, SOCIALES Y ECONÓMICOS DEL ESTADO

artículo 1o.- Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, …

artículo 3o.- En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado…

artículo 5o.- El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista.

De ahí para adelante, todo lo que queramos protestar es por gusto, los que votaron, ratificaron que estaban de acuerdo con que Cuba mantenga una revolución marxista-leninista y que el Partido Comunista de Cuba sea la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado, para construir el socialismo. Nos guste o no o ahora en una segunda lectura nos preocupe, en realidad eso es lo que fue aprobado. Claro tampoco se hizo mucha propaganda a Martí, dando a conocer lo que él dijo en 1882 sobre una constitución cuando afirmó que, Una Constitución es una ley viva y práctica que no puede construirse con elementos ideológicos”

De ahí entonces que el articulista inescrupuloso diga que el “modelo de partido único en Cuba se define en la Constitución” o sea, nos está diciendo, ustedes lo acordaron, y de esa forma lo siembra para la eternidad, pero dice, “el pcc no tiene funciones electorales, no tiene potestad para nominar o designar un candidato, para remover un cargo administrativo o para suplantar atribuciones estatales, como la impartición de justicia o la administración pública”.
Esto es otra mentira autorizada. Durante muchas décadas hemos asistido al partido decidiendo puestos, cargos, tanto de ascenso como descenso. Fidel ponía a ministros a su antojo y luego los quitaba a su antojo también. Asistimos a que las leyes de los códigos legales se transformaran por interés político, como escarmiento y se llegaran a fusilar a personas por el único delito de traicionar o poner bravo a Fidel y lo que se llamaba su revolución.
El partido no lleva una boleta pública aparte con sus candidatos, pero, ya he dicho que no existe un momento de la vida del cubano que no esté influida y determinada por el partido comunista, por lo que siempre el partido se ha asegurado de que los candidatos propuestos coincidan con sus intereses, a los que reviste de intereses de pueblo. Cualquier elección de cualquier cosa, tiene en Cuba meses de campaña, donde el partido orienta a sus miembros por quién hay que votar y más, orienta que orienten a sus familiares y amigos cercanos para conseguir esos votos necesarios. El partido no nomina, pero si hace un enorme lobbie para garantizar que los elegidos respondan primero a la ideología en el poder. No lo digo yo, sencillamente leer que el partido es la guía del Estado y de la sociedad y se podrá calcular la verdad, todo, exactamente todo, está subordinado al interés del partido.
Les cuento una experiencia de mi vida personal. Martica fue militante de la Unión de Jóvenes Comunista, no porque realmente tuviera motivaciones políticas e ideológicas, sino porque le tocó vivir en una época donde si eras buena alumna, te portabas bien y hacías todas las tareas, te proponían para joven militante, cantera de lo que luego se convertiría en militante del partido comunista y era casi un suicidio decir que no. Así creció ella, jugándole cabeza a cada actividad, pero manteniendo su militancia.

Un día ya grande, Martica trabajadora, decidió pedir la baja del trabajo y entonces, primero fue a ver al director de la empresa, le comunicó su decisión y luego, a los 2 minutos y medio, entró en la oficina siguiente, que era de la secretaria general de la UJC para comunicarle que dejaba de trabajar. Entonces Martica tuvo que sufrir las interpretaciones de aquellos comunistas, que proponían sancionarla porque ella, con dos minutos y medio de diferencia había invertido la comunicación. Primero había que informar a la organización política, esperar que ellos lo aceptaran y entonces luego, sólo luego, se podía ir a la administración, siendo la baja laboral un tema puramente administrativo. Ya podrán imaginar, reuniones, aclaraciones, sentimientos encontrados, llanto, etc., que convirtieron aquello en un infierno por varios días. Fin del cuento, Martica no sólo pidió la baja laboral, sino que, para evitar que su vida “política” fuera manchada, porque pretendían sancionarla, pues les dejó el carnet de la juventud y todo lo que aquello significaba como recuerdo a aquel grupo de extremistas. Sabiamente mató dos pájaros de un mismo tiro. ¿Tiene o no la ideología participación directa en cada una de las vidas?, ¿Durante todos estos años, cuantas Martica habrán existido?

En cada empresa, en cada ministerio, en cada entidad de lo que sea y se dedique a lo que se dedique, existe ese núcleo superior del partido, personas encargadas de mantener los intereses ideológicos por encima incluso de los rendimientos administrativos, laborales, profesionales, etc., entonces el ministro no puede quitar al secretario del núcleo del PCC de su ministerio, pero sabe que ese secretario, con sólo un informe, lo puede hacer volar de su silla. Tan sencillo como un informe partidista. Ese mismo esquema, hace que Raúl Castro, líder absoluto del PCC, pueda inventarse un presidente de gobierno, pero mañana quitar de cuajo a Díaz Canel, hacerlo volar por los aires, reventarlo como “reventó Cafunga”, mandarlo a “plan piyama” e incluso a la cárcel, pero Díaz Canel no tiene poder para, ni tan siquiera, cuestionar nada que emane de Raúl. Esa es la verdadera estructura. Ese es el verdadero funcionamiento, diga el articulista lo que diga.

La estructura del partido se lleva a todo, cada militar, cada policía es militante de la juventud comunista y luego del partido. El partido comunista tiene una estructura presencial pública y reconocida además de en cada centro laboral y de estudio, en cada municipio y provincia de todo el país, existen miles de los llamados “cuadros” que se dedican a cumplir, muchas veces sin pensar mucho, con las órdenes, disposiciones, reglamentos, recados, etc., que vienen desde donde vienen todas las cosas en Cuba, de arriba. Entonces es creíble, querido periodista, el PCC no tiene en Cuba funciones electorales. ¿Haría falta?

Martí, el mismo Martí que utilizan a antojo, probablemente el más grande de nuestra historia, duro de carácter, pero al mismo tiempo demócrata sensible; líder absoluto, pero conciliador; definido, pero abierto, él gran olvidado convenientemente en parte, escribió, con una gran visón y certeza sobre el poder y con esto les dejo mis conclusiones sobre lo que ha pasado y pasa en Cuba.

“Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo que no tiene las mismas razones de complicidad en esperanza y provechos, para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes. Como todas las necesidades públicas vendrían a ser satisfechas por el estado, adquirirían los funcionarios entonces la influencia enorme que naturalmente viene a los que distribuyen algún derecho o beneficio. El hombre que quiere ahora que el estado cuide de él para no tener que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor que pudiese él estado asignarle, puesto que, a éste, sobre quien caerían todos los deberes, se darían naturalmente todas las facilidades necesarias para recabar los medios de cumplir aquéllas.

De ser siervo de sí mismo, pasaría el hombre a ser siervo del estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios. Esclavo es todo aquél que trabaja para otro que tiene dominio sobre él, y en ese sistema socialista dominaría la comunidad del hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo. Y cómo los funcionarios son seres humanos y por tanto abusadores, soberbios, ambiciosos y en ésa organización tendrían gran poder, apoyadas por todos los que aprovechan o esperaron aprovechar de los abusos y por aquéllas fuerzas viles que siempre compra entre los oprimidos, el terror, prestigio o habilidad de los que mandan, éste sistema de distribución oficial del trabajo común llegaría a sufrir en poco tiempo los quebrantos, violencias hurtos y tergiversaciones que el espíritu de individualidad, la autoridad y osadía del genio y las astucias del vicio originan pronta y fatalmente en toda organización humana…El funcionario autocrático, abusará de la plebe, cansada y trabajadora. Lamentablemente será y generará la servidumbre".

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