"El Terrible" me ilustra. Leo sus ideas, creo en ellas y
se convierten de hecho en la mejor referencia que tengo para, sobre todo,
mantenerme al tanto de lo que pasa en Cuba. Aquí les dejo parte de sus últimas
reflexiones.
Mayo 2020.
“Millones de personas no pagaron la renta en United
States en el mes de abril. Veo grandes colas en New York de indocumentados
para plato de comida. Dicen asesores de la Casa Blanca que si abren ahora puede
haber un rebrote en el próximo invierno que sería mucho peor que lo que pasa
ahora. Hay estados en los que el tema es complejo, muchos inmigrados sin seguro
médico. El sistema de salud allí no está diseñado para estos temas. En realidad,
es un negocio más en el país de todos los negocios. Las corporaciones se quedan
con esos millones de dólares por concepto de seguro médico. Es una de las cosas
que tiene que cambiar en el futuro en ese país. Pero si entraste de manera
ilegal y no tienes documentos no te queda otra que agradecer la ayuda y si te
enfermas y mueres pues a otra cosa. Nadie que sale de su país de origen puede
pretender entrar en un país ajeno a querer cambiar su realidad. En estados como
California veo cola de autos de indocumentados que reciben una bolsa de
alimentos gratis sin bajarse del auto”.
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“Después de que empezó la pandemia el gobierno cubano se
esfuerza por enmarcar los resultados del sistema de salud en estos 60 años. Han
preparado unas temporadas de programas donde se entrevista a los más
conocedores y más grandes especialistas de lo que por aquí llaman el "polo
científico", miles de personas. Dicen que, como todos sabemos, esas
instituciones todas fueron diseñadas por nuestro líder histórico y que hay una
gran cantidad de investigaciones científicas de punta que son el basamento de
un gran volumen de producción de una lista interminable de medicamentos. Ya
sabemos dónde se usan y quiénes son los que consumen esos medicamentos. IPK, el
CIMEQ, el Cira García, Las Praderas. Todos para extranjeros, jefes y sus
familiares y amigos y trabajadores del lugar con sus familiares y amigos. Cómo
pueden decir por TV que somos una potencia y vanguardia de los medicamentos que
el pueblo nunca ha oído hablar de ellos, por poner un ejemplo el Enalapril,
que no pueden dejar de tomar los hipertensos (la mitad de la población en
Cuba), que es controlado y está desaparecido de las farmacias. Los Enalapril
que tenemos de reserva en nuestra casa para estos casos, son fabricados en la
India. Entonces, ¿en qué quedamos?, ¿dónde está esa producción de medicinas de
la que hablan por la TV? Seguramente dirán que es el bloqueo yanqui, que si no existiera
todo fuera diferente. Mentiras y más mentiras. ¿Qué país puede dedicarse a
producir y exportar medicamentos teniendo su población envejecida y enferma que
no puede comprar ni Dipirona? La lista de medicamentos "en falta" es
interminable y lo resuelven con justificaciones en las que nadie cree. Si eres
jefe o extranjero con dinero, entonces si tienes acceso a todo ese paraíso de
salud del que hablan por la TV, pero, y, ¿si eres un cubano de a pie, que
haces? Te ahorcas y se te acabaron todos los problemas de una sola vez. Es duro
estar enfermo o tener a alguien enfermo por ejemplo con cáncer y oír por TV los
medicamentos que dicen ellos producen en Cuba a los que solo tiene acceso un
grupo selecto y limitado de personas”.
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No voy a hablar de los
hipermercados, los supermercados, las tiendas de especialidades, las pequeñas
tiendas, los estanquillos, las tiendas exclusivas de productos orgánicos,
libres de gluten, de productos no genéticamente modificados y la venta de mercados
abiertos donde los productores asisten directamente, más los mercados típicos
de determinadas regiones o países, chinos, vietnamitas, africanos, del medio
oriente, italianos, etc., en todos los Estados Unidos. Menos de la capacidad
productora e importadora que este país ofrece, derivando en millones de
millones de combinaciones a la hora de seleccionar. Sería una historia
extremadamente larga y compleja. Mi intención no es tampoco torturar a nadie
con las posibilidades que tenemos aquí, porque eso nada resuelve. Cada ser
humano tiene las posibilidades que le brinda su entorno y sobre eso hay que trabajar,
estemos dónde estemos.
Menos es entrar aquí en
comparaciones, para mí absurdas desde siempre, entre Cuba y Estados Unidos, por
mucho que durante años nos hicieran creer y/o quisimos querer, que esto es
posible. La comida que se fabrica o produce en Estados Unidos en un día, es
capaz de mantener a todo el pueblo de Cuba por semanas y meses. Baste decir que
en California se produce el 80% de la almendra que se consume en el planeta
Tierra o que Estados Unidos produce como promedio 270 millones de pavos cada
año y se come en una fecha festiva, un día en el año, sólo en esa fecha familiar,
45 millones de esas aves.
Menos voy a hablar, desde
el plano personal, sobre la comida a la que tengo acceso. Odio las fotos de los
platos de comida como protagónicos, por encima incluso de las personas, a no
ser que, obviamente, se trate de una receta específica como las de Martica, en
canales o espacios diseñados para enseñar a cocinar o promover determinado
lugar donde comer. Odio las fotos de los supermercados que exhiben lineales
llenos de comida, sin objetivo específico alguno, sólo por fotografiar. Soy
cubano, viví muchos años en Cuba y se exactamente el valor económico y
sentimental que tiene un bistec de carne de res.
Mucho se habla hoy de
Cuba sobre la comida diaria, la escasez aumenta y entonces como consecuencia,
mucho se habla hoy de la comida diaria dentro de la comunidad cubana fuera de
Cuba, la preocupación sana también aumenta. Salí de Cuba en el 2007 y nunca
había visto tantos mensajes sobre comidas de aquí para allá y viceversa.
Si de algo estoy
convencido es que, desde siempre, el gobierno de Cuba, creo que, como cualquier
otro gobierno, ha mantenido un grupo de psicólogos y sociólogos, además de los
políticos creativos y los políticos altoparlantes, repetidores, amplificadores,
que han ayudado al manejo de las masas. Ellos al final conocen al cubano
promedio y saben que somos grandes combatientes, sobre todo, entre nosotros
mismos y entonces, les ha sido relativamente fácil ponernos a fajar. Saben de
la pasión, por momentos irreflexiva, con la cual pensamos y vivimos y entonces siempre
ha sido muy fácil encendernos con un fósforo. Ahora el tema es la comida.
La idea de muchas de
las noticias que se publican, sobre todo, sobre la comunidad cubana en el
exterior, están muy bien diseñadas para provocar, quizás como consecuencia a lo
que se consideran provocaciones a la comunidad interna, que no es tal, aunque si
es cierto que muchos de esos mensajes van dirigidos, hoy con mucha fuerza, al
gobierno. Nada es casual, nada es por desconocimiento o inocencia.
La vieja política y
psicología de divide y vencerás o de dividir para gobernar, tan conocida por la
utilización de ella que hiciera Julio Cesar en Roma o Napoleón Bonaparte en
Francia, también fue y sigue siendo una de las herramientas principales para
lograr que no existan grandes estructuras de poder que compitan con el poder,
convirtiendo a la primera en pequeños grupos, creando la contradicción entre
ellos, para de esta forma debilitarlos y poderlos combatir y hasta aniquilar
fácilmente. Yo, personalmente, un día escuché, nada más y nada menos, que, a
Eusebio Leal, fiel y entusiasta seguidor de Fidel Castro a partir de una época,
reconocer que esa era su forma de trabajar, forma consciente que era fácil de
detectar cuando se seguía su manera de actuar desde el poder.
Estar vivo es algo más
que dormir, comer, trabajar y volver a dormir, comer y trabajar. Estar vivo es
tratar de tener experiencias, es sencillamente vivir lo más intensamente que se
pueda. Es caminar, preguntar, conocer, tratar de probar lo que otros hacen, es
tratar de entender cómo otros viven. La idea de nacer, comer, dormir y morir,
bajo la cual viven muchísimas personas, es triste porque deja afuera ese
sentimiento de experimento y aprendizaje inherente al ser humano. El miedo a
cambiar, a aprender, incluso a fracasar, paraliza esa capacidad de
acercamientos a otros y a otras formas de vida. No salirse de la llamada “zona
de confort”, es cómodo, hasta cierto punto seguro, pero muchas veces limita.
La idea es probar y olvidarse
de lo “políticamente correcto. Eso da una verdad como una roca, porque lo que
se vive, más allá de los libros e internet, es lo que queda como cierto. Nadie
podrá saber mejor que yo lo que he vivido, no importa si lo he vivido bien o he
vivido mal. La idea no es repetir lo que otros dicen para estar a la moda, la
idea es decir nosotros a partir de nuestra propia experiencia.
Granja avícola de Nebraska. ¿Cómo poder encontrar al primo? |
Entonces
no hablaré de la comida que se puede comprar, no voy a fotografiarme con una
banda de puerco sobre el hombro o metido dentro de una cesta de pollos
congelados para defender mi posición. No voy a bañarme con leche, no soy
Cecilia Valdés o echarme helado como crema para la piel. No intento hablar
sobre Estados Unidos de forma general, sería una propuesta inmensa, porque por
sólo mencionar un ejemplo, Walmart, que la conozco bien, una empresa familiar
norteamericana, es la mayor compañía de ingresos en el mundo, casi medio
trillón de dólares al año y más de 11 000 establecimientos, la mayor parte de
ellos en el territorio nacional y alrededor de 2,3 millones de empleado. ¿Quién
puede competir con esto? Sólo diré que mi primer trabajo en Estados Unidos,
acabado de llegar, fue como cargador de jamones, en una pequeña fábrica que
procesa diariamente, como promedio, un millón de libras de cerdo para hacer
jamón, les recuerdo que los cerdos nada más tienen dos piernas traseras. Esta
pequeña fábrica pertenece a una compañía que tiene otras 12 plantas procesadoras
de carne en el país y es dueña de 400 cochiqueras. ¿Quién puede competir con esto?
Una de las cochiqueras de Nebraska. ¿Se parecen entre si los puercos? |
Veamos
las variantes.
No
sé exactamente cuántas iglesias pueden existir en Lincoln. He tratado de
investigar y como resultado obtengo que existen 15 categorías de iglesias
diferentes, por lo que puedo asumir que deben existir en la ciudad, solo en la
ciudad, centenares de iglesias. El número exacto no importa para lo que voy a
contar, pero lo cierto es que en cada esquina existe una iglesia, que, a mí, en
el plano personal, me gustan mucho por sus arquitecturas.
Iglesias
por categorías, solo en Lincoln, Nebraska.
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Baptist Churches in Lincoln NE
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Bible Churches in Lincoln NE
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Catholic Churches in Lincoln NE
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Christian Churches in Lincoln NE
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Episcopal Churches in Lincoln NE
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Evangelical Churches in Lincoln NE
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Hispanic Spanish Churches in Lincoln NE
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Lutheran Churches in Lincoln NE
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Methodist Churches in Lincoln NE
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Non-Denominational Churches in Lincoln NE
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Orthodox Churches in Lincoln NE
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Pentecostal Churches in Lincoln NE
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Presbyterian Churches in Lincoln NE
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Reformed Churches in Lincoln NE
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Spirit-Filled Churches in Lincoln NE
En cada una de estas
instituciones, independientemente de su clasificación o definición, se reparte
comida gratis. Algunas lo hacen los sábados, otras los domingos. Las personas
llegan, sin tener que presentar ningún documento, sin tan siquiera probar que
son creyentes o afiliados, sin tener que hacer grandes filas, cogen un turno,
se sientan en sillas habilitadas para la cuestión. Los números, para evitar
oscuros planes, marcaderas de madrugada, sociolismos, personas durmiendo en los
portales, etc., son cantados al azar como en el juego de bingo o la lotería.
Nadie se pone bravo, no hay broncas, porque es lo utilizado desde siempre, luego
no hay ansiedad y hoy te puede tocar la posición número veinte, el próximo
sábado la posición número uno y así cada fin de semana. La comida siempre
alcanza porque no son miles de personas concentradas en una iglesia, existe una
iglesia en cada cuadra de la ciudad.
Usted puede ir sólo, o
puede ir con todos los miembros de su familia, sólo tiene que coger un número
independiente. En líneas generales el público asistente son inmigrantes
acabados de llegar, personas de bajos ingresos económicos, personas que están
sufriendo temporalmente problemas económicos por pérdida de trabajo, consumo de
alcohol, drogas, divorcios y olvido de familias en ambas direcciones, o sea, la
familia lo olvidó o la persona olvidó a su familia, etc. En líneas generales,
cuando ya se tiene un salario se deja de ir a esos lugares, porque, el salario
permite escoger y afiliarse a determinado servicio y/o productos y el salario
enseña a dejar ese tipo de actividades para personas que no lo tengan. Aquí,
generalmente, cuando puedes pagar, pagas. Las personas, generalmente, no le
están cayendo atrás a las ofertas, por sólo ser gratis.
Conozco esta variante
personalmente, porque en un momento de nuestras vidas, recién llegados a
Lincoln y recién operado yo del corazón y donde el único en nuestra familia que
trabajaba era mi hijo Jonathan, impulsados por Martica, todos los sábados nos
presentábamos en la iglesia que queda a 50 metros de nuestro apartamento. Cogíamos
nuestros números y esperábamos pacientemente.
¿Que dan? Bueno, todas
las semanas la oferta es diferente, porque depende de lo que a las iglesias le llegue
como donación, que siempre les llega. La oferta va desde comida cocinada, del
día, o sea, como una especie de completa que se puede consumir inmediatamente
que te la entregan, hasta carne, leche, quesos, frutas, vegetales, panes,
huevos, e incluso ropa. Puede que uno de estos productos esté limitado, o sea,
te dicen puedes coger sólo 12 manzanas o 2 galones de leche. Puedes coger sólo
de este queso 1 paquete de una libra y de este queso 2 paquetes. En otras ocasiones
te meten y te meten dentro de la caja o bulto que llevas, toda la comida que no
te puedes comer. Platanitos de fruta, vegetales, dulces y más dulces, refrescos,
jugos, carneeeeeeeeee de pollo, de res, pavo, etc. Es lo que recuerdo.
Esta ayuda puede que no
sea suficiente, porque si necesitas pimienta y ellos no la tienen, no te la
pueden dar. Puede que a ti te guste el melocotón y lo que tengan sean manzanas
o que no comas brócoli y ellos estén dando 5 paquetes de ese vegetal. Es
sencillamente una ayuda.
Como conté, muchos fines
de semana, Jonathan y yo, fuimos obligados por Martica a asistir a la ayuda.
Las cajas que traíamos, no nos la podíamos comer y la teníamos que distribuir
entre los vecinos de mi edificio. Nosotros tratando de bajar de peso y entonces
regresábamos con 6 libras de pan, más 3 paquetes de pan de hamburguesas, más un
cake de cumpleaños entero. Lamento no tener fotos de esto.
Fin de semana tras fin
de semana se puede ir a esos lugares. Ya nosotros no vamos desde hace muchos
años, pero como la iglesia que menciono, la de mi experiencia, me queda a la
vista, sigo viendo a los carros llegar temprano en la mañana con las donaciones
y sigo viendo a las personas que llegan alrededor de las 2:00 pm. Nadie te
pregunta nada, no hay que presentar ningún carné, ni tan siquiera es para
religiosos afiliados. Llegas, coges un número y puedes llevar de lo que ellos tienen
y dan, lo que quieras. Esta variante no
tiene nada que ver con el virus de moda, es algo que existe desde siempre e
imagino que seguirá existiendo y que puedo asegurar que funciona en todas o casi
todas las iglesias de Lincoln.
Luego existen otras
instituciones, como por ejemplo “La Casa de las Américas”, “Social Catholic
Service”, Centro Luterano, que hacen lo mismo. Donan semanalmente alimentos, más
o menos con el mismo corte que los que ya mencioné anteriormente. Como nadie te
vigila y no hay que mostrar una libreta de consumo, puedes primero asistir con
toda tu familia, digamos nosotros éramos tres personas, y puedes ir al mismo
sábado a una y luego a otra, o ir el sábado a una de las iglesias y el domingo ir
a otra, con lo que la ayuda, o sea, lo que se obtiene, aumenta enormemente.
Muchas de estas instituciones ayudan de otra forma, que no es comida, pero me gustaría
explicar.
Cuando llegamos y nos
mudamos solos a un apartamento, no teníamos nada, más que nuestra ropa y recién
comenzábamos a cobrar nuestros primeros salarios, entonces nos fuimos, Martica
jefa, al Social Catholic Service y le dijimos, somos cubanos, acabamos de
llegar a Lincoln y no tenemos nada y nos atendieron en una oficina con los
mayores honores y distinciones, con el mayor respeto y comprensión. Con la
mayor solidaridad. Nada de esto me lo puede negar nadie, no lo obtuve en un
libro, no lo vi por internet, menos alguien me lo contó. Fue exactamente lo que
viví, por tanto, es mi verdad como una roca.
Sin preguntarnos tan
siquiera si creíamos en Dios, nos dieron, quizás se me queda algo. Dos
colchones cameros, uno de ellos nuevo. Dos camas, mesas de noche, un radio,
unas lámparas, platos y cubiertos para comer, tarecos para la cocina, cazuelas,
una mesa de comedor con tres sillas, dos butacones grandes y un sofá de tres plazas,
y un dinero en efectivo para que fuéramos a una tienda que tiene de ropa usada
y nueva, a muy bajos precios, o sea, 3, 5 dólares, y compráramos la ropa de invierno
que necesitáramos, estábamos en febrero, hacía frío. Todavía hoy tengo pullover
de mangas largas y abrigos comprados en esa tienda. Y lo más increíble del
asunto, lo que nos dieron, ellos mismos lo trajeron a la casa y lo colocaron
sin dejarnos tocar nada y lo más increíble aún, todo esto gratissssssssssssss.
Estuvimos allí varias veces y me llamó la atención que en el lobbie de lugar
existen exhibidores con diferentes tipos de panes fresco todos los días y
cartuchos. Las personas libremente entran, sin hablar con nadie, sin tener que
identificarse, sin pedir permiso y se sirven los panes que desean. Todos los
días por la mañana, pan acabado de hacer y gratis. Lo sé, porque muchas veces
salimos de allí con jabas de panes, muchos panes.
Además, existen otros
lugares, lo puedo asegurar porque mi amigo Richard asiste semanalmente a uno de
ellos y nosotros nos vemos varias veces a la semana, además de que, aunque yo
no voy, recibo los beneficios directos. Explico. ¿Cómo funcionan esos lugares, no
por ahora y el virus, sino siempre?
Para acceder a ese tipo de asistencia, tienes que presentar tu salario y las personas que viven contigo o demostrar que no tienes entrada, entonces ellos te tiran una foto y te entregan un carnecito plástico. Entonces accedes a un almacén donde puedes escoger de lo que hay, lo que quieras. Claro, también existen a veces algunas limitaciones, o sea, sólo puede llevar un cake de boda, sólo puede coger 3 paquetes de manzanas, con 25 manzanas cada uno, sólo puedes llevar 2 paquetes de carne de res o de puerco, lomo de res o puerco o 2 cartones de huevo de 30 huevos cada uno. Existen limitaciones en dependencia de lo que ellos tienen, porque tratan de garantizar que todas las personas necesitadas, puedan llevar.
Ayuda en comida, distribuida semanalmente en uno de los puntos que existen en Lincoln, NE. Las fotos, tomadas, desde el auto de mi amigo Richard, reflejan las filas o colas para acceder. |
Entonces Richard que trabaja, pero vive con su mamá, la misma mamá Gladys que en mi artículo anterior describí la ayuda, incluso en dinero efectivo, que recibe, se presenta todos los viernes y a veces no coge todo lo que hay porque no lo conoce, no lo come o sencillamente no lo quiere. La oferta es tanta, que, así y todo, Richard reparte lo que coge con 3 personas, una de ellas yo, o mejor Martica, porque no puede comerse 70 huevos, o 20 pepinos, o un nylon con 25 pechugas de pollo, o una caja de panes, tipo cangrejitos cubanos, en una semana. Puedo asegurar que es tanto lo que a veces nos trae, que no tenemos dónde meterlo, no tenemos espacio en el refrigerador y entonces tenemos que darle cosas al Jonathan. ¿Qué hacemos con un melón del tamaño de una pelota de playa o con 15 libras de salami o papas para una semana?
Puestos de alimentos para distribuir gratis a los ciudadanos de Lincoln, NE. En el momento de tomarse las fotos, los miembros del ejército norteamericano, ayudan en la entrega de alimentos. |
Ahora la historia ha cambiado un poco con el virus, Richard ya no puede entrar con un carrito de supermercado y escoger, sino que va en su carro, escuchando su música preferida, llega, abre desde adentro el maletero y abnegados trabajadores, incluso algunos voluntarios, le meten en el maletero, cajas y cajas de todo lo que están repartiendo. Ahora, es más, porque los de la institución tienen la misión de ayudar y entregar comida a los que van a buscar. Gústete o no te guste, te meten un paquete enorme de apio o espárragos, cajas de manzanas, naranjas, nylon de pechugas de pollo, a veces crudas o a veces adobadas, 10 libras de bacon frito y molido, pan, galletas, un cake, paquetes de fresas, lomos de cerdo, papas, calabazas, vegetales en cajas plásticas, etc. Lo sé, porque repito, de lo que a él le dan, luego él nos da. Es tanto que repartimos con Jonathan y a veces Martica sale con cosas que regala en su trabajo o a los vecinos. No exagero, es exactamente la realidad que vivo. Desde el viernes pasado estoy comiendo cangrejitos, hoy es jueves y me siguen quedando.
En Lincoln, hablando de
comidas, ahora por el virus, muchas escuelas, han estructurado sistemas para que
los padres pasen a recoger diariamente la merienda y los almuerzos para sus
hijos. No las escuelas de los ricos, no los colegios privados, las escuelas públicas,
que sabiendo lo que significan esas meriendas y almuerzos, siguen corriendo con
el costo y estimulando a los padres, para que organizadamente, a pie o en sus
carros, pasen y recojan alimentos diariamente sin tener que pagar nada, o sea,
gratis. Escuelas entregando comidas para los niños y jóvenes que están en casa
sin que los papás tengan que pagar extra. Esto puede parecer un sueño.
Otro asunto es el de las
personas que duermen en la calle o aparecen en la ciudad como vagabundos, sin
hogar, en inglés homeless. De
eso no tengo la experiencia práctica, pero he averiguado para aprender. Hablo
sólo de Lincoln y sí, es cierto, se ven algunos homeless, sobre todo en el
centro de la ciudad y la entrada de los supermercados. Son personas
generalmente que viven en la calle, porque no tienen casas, ni familias, o han
pedido ambas cosas por malas actuaciones, drogas, alcohol, etc.
Esos homeless, aquí
tienen varios refugios, en inglés shelters,
donde tienen camas, tres comidas diarias, aire acondicionado en verano y
calefacción en invierno, donde les entregan ropas y clínicas donde los atienden
con todas las especialidades y le suministran los medicamentos gratuitamente. ¿Recuerdan
la clínica donde dije que estuve años atendiéndome sin pagar nada? Pues esa
clínica está al lado de un refugio de homeless y su primera misión es darles servicios
a esas personas, o sea, ellos tienen prioridad por encima o delante de mí. Importante,
que sea una clínica para homeless no significa que sea mala o esté descuidada,
menos un matadero, ya conté que puede competir con los mejores hospitales que
conocemos. Los shelters están mantenidos por las iglesias, por el gobierno del
estado y/o la ciudad o una combinación de estos poderes.
Entonces, esas personas
sin hogar comen todos los días, caliente, acabado de hacer y bajo los rigurosos
controles de técnicos en alimentación y médicos. Si nos ponemos a contar por la
calidad, de seguro la comida tiene más calidad y balance que la que nosotros comemos
todos los días. Están en la calle, muchos pidiendo dinero no para la comida,
sino para fumar o tomar y sobre todo están en la calle porque tienen la
libertad y el derecho de dormir donde ellos quieran.
He averiguado y si ellos
no comenten un delito o molestan a las personas, ni la policía los puede
recoger, las leyes norteamericanas respetan el derecho a que las personas
escojan incluso ser homeless, me dijeron cuándo averigüé. A mí, que vengo de
Cuba, pues me parecía que como los homeless afeaban el panorama de la ciudad,
era más que suficiente para recogerlos. Ojo, cuidado. Ellos no molestan, se
paran con carteles hechos en cartón, donde piden sin hablar, jamás se acercan a
un carro o a las personas, sólo están parados o sentados sobre la hierba, entonces
la policía les pasa por el lado y los saluda, muchas veces los conoce hasta por
nombre. ¿Se podrían llevar obligados a una clínica - cárcel? No.
Otra cosa puede ser preguntarnos, por qué existen esas
personas y sería otra explicación con otros análisis. Muchas de ellas han sido
víctimas de momentos económicos, crisis, malas decisiones, muchas de ellas han
sido veteranos de guerra y eso está extremadamente mal, otros han escogido ese
camino despreocupado para vivir, sin trabajar, sin tener que pagar servicios,
sin responsabilidades y entonces eso no tiene que ver con el poder, ni con la
política, ni con el gobierno, ni con ningún presidente. Los recoges, los bañas,
los afeitas, les entregas ropa limpia, le garantizas comidas diarias calientes,
más atención médica y vuelven a salir a la calle. No se quejan, es un modo de
vida. Son libres. A veces llama la atención,
ver a un joven parado en una esquina, bien vestido, con un cartel pidiendo
ayuda. Ese joven puede haber perdido el trabajo o probablemente no quiere
trabajar más y entonces se para en una esquina para pedir, pero tiene 25 años,
una salud de roble, se ve fuerte, incluso lindo, sencillamente no quieren
trabajar en algo duro o ha tenido problemas con la justicia, drogas, etc.
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