Si en algún momento el gobierno de Cuba exhibió determinada bonanza, ese momento quedó muy lejos. Cuba muestra hoy, su peor momento económico, social y político, creo yo que, de toda su historia, incluyendo el exterminio de los aborígenes en manos de los “modernos” españoles.
El gobierno, a partir
de la propia estructura que ha diseñado durante estos últimos 60 años, es el
responsable de todo, la economía, la política y, por supuesto, las
consecuencias que esto trae en la vida diaria de la sociedad cubana, de los valores,
las tradiciones, de todos los que aún viven en la isla e incluso de muchos de
los que durante décadas la han abandonado, pero que no pueden desprenderse de
ella totalmente, porque mantienen allí, como rehenes, a familia y amigos.
No es de ocultar la
enorme e insalvable crisis económica que lleva casi a no tener nada que ofrecer
para comer. Una producción paralizada como muestra de la desatención y de las
malas medidas tomadas durante décadas, una incapacidad para mantener exportaciones
estables aunque sea de materias primas y productos del agro, enormes y
millonarias deudas con proveedores extranjeros, imposibilidad de obtener créditos
internacionales como resultado de incumplimiento de pagos y las acciones no
desconocidas del embargo comercial y financiero norteamericano que funciona
para algunos productos y negocios, lo que ha traído que hoy, el gobierno
ejecute medidas de urgencia poco entendibles anunciadas para el beneficio del
pueblo y retome fuertemente los discursos pidiendo entendimiento, tiempo y
confianza, pero desconoce o quiere desconocer que antes de leer un libro, antes
de dar un discurso, antes de elaborar una idea, el ser humano necesita comer y
satisfacer sus más elementales necesidades.
Ese sería a mi modo de
ver el ataque más fuerte contra los derechos humanos o civiles. No la libertad
de expresión, no la libertad de protestar y reunirse, sino la incapacidad de
dar de comer en un país donde TODO, o casi todo, QUE ES IGUAL, pertenece como propiedad
al gobierno. No vale la pena analizar más nada, un gobierno que no pueda dar de
comer es un mal gobierno, un gobierno que haya logrado paralizar o destruir a
las fuerzas productivas como lo ha hecho el gobierno cubano, es un mal
gobierno. Un gobierno que mantenga a su pueblo ganando en una moneda y
paralelamente obligándolo a consumir en otras dos monedas que ese pueblo no gana,
sino que lucha, que negocia o “bisnea” u obtiene desde los enemigos del
exterior, es un mal gobierno. Un gobierno que establece reuniones para medidas,
que sólo originan más reuniones para más medidas, pero nunca dice para cuándo,
ni cómo, tal como si las personas tuvieran 2000 años de vida o siete vidas como
dicen tienen los gatos, es un mal gobierno. Entonces si se es un mal gobierno
para el interior, si no puede resolver hoy lo mínimo, si los derechos humanos
deberían comenzar por el acceso al pan, cómo se puede elegir a Cuba, por más
nombre lindo que tenga, por más historias apasionadas, por más leyenda que fue,
para formar parte del consejo que atenderá los derechos humanos en el planeta
Tierra. O todos son locos, están vendidos y comprados, o son unos hipócritas a
los que eso de derechos humanos les importa un bledo.
Frente a todo este
escenario, hasta los seguidores apasionados se han desacelerado y entonces como
única respuesta para hoy, todo lo demás está en el limbo, aparece, más que nunca, un gobierno que desconoce y agrede, reprime, encarcela, tortura al menos psicológicamente, mantiene
desaparecido por semanas o presos por años a personas, a todas las personas. Antes la represión estuvo
encaminada y diríamos de forma sutil a los llamados opositores conocidos, pero
hoy para completar, como nunca, el
gobierno agrede y reprime al pueblo y hoy más que nunca ese pueblo se
manifiesta y publica cada una de las violaciones, por lo que la Asamblea
General de la ONU no puede estar desinformada.
Puede hacerse la loca y eso parece, puede haber olvidado los parámetros para los que fue creado el hoy llamado
Consejo de Derechos Humanos, puede no querer ver la verdad o defecarse en ella
o puede estar totalmente parcializado y comprometido, cualquier de estas
últimas variantes, menos la de no conocedora, entonces lo que se está viviendo hoy dentro de Cuba servirán para cuestionar su actuación y más, su existencia. A lo mejor,
para lo que fue fundada y sirvió al término de la II Guerra Mundial, ya hoy ni
funciona, ni debería existir y la ONU se ha convertido en un grupo más de “vive
bien” a nivel global, parcializado y comprado.
Entonces veamos, por mi cuenta, lo que
está pasando hoy, octubre del 2020 en Cuba, que pudiera parecer más de lo
mismo, pero que se ha agravado, por la imposición del partido comunista,
clavado por la constitución vigente como único posible a existir y reconocer
legalmente y la ineptitud e incapacidad de los que hoy son “continuidad” en el
gobierno, cosas que, repito, por las denuncias diarias desde dentro de Cuba por
las víctimas y desde fuera de Cuba, todos los días son enviadas a la Asamblea
General de la ONU para su conocimiento.
·
Estamos en presencia
de un gobierno derrotado, incapaz de resolver nada, que se sabe repudiado por
una gran parte de los cubanos, que se sabe sin futuro a corto, mediano, largo
plazo, pero que está determinado a permanecer, con el uso de la fuerza si es
necesaria. Estamos frente a un gobierno autoproclamado comunista, que pregona
que existe para beneficiar al pueblo, que cada medida que toma está más alejada
de la doctrina de Marx, no digamos del demócrata
Martí y defiende cada día menos los intereses
del pueblo que dice representar. Estamos frente a un gobierno manipulador, cuyos
fracasos lo lleva a saber que está sin verdadero apoyo, pero que, dueño de la
comunicación oficial, única que existe, se empeña en seguir diciendo que está
allí por deseo popular, mientras ese pueblo se desgasta y pierde lo único que
lo mantenía parado, la esperanza. Estamos frente a un gobierno, cuyo único
discurso es pedir al pueblo tiempo, más de los 60 años que han pasado, para
implementar las mismas medidas ahora con otros nombres, que ya fueron implementadas
en décadas anteriores y no dejaron ni un gramo de beneficio estable y sólido,
del cual pueda un cubano sentir orgullo y que por el contrario fueron, por
errores, caprichos, acuerdos extraterritoriales y un poco de odio al interior,
cavando un hueco del que nadie los va a poder sacar.
·
Una
pregunta que debería responder el gobierno recién seleccionado para el Consejo
de Derechos Humanos, ¿Por qué en 1959 habían en Cuba 14 cárceles y 1 de alta seguridad
con una población de un poquito más de 6 millones y que al cabo de 60 años, con
una población que sólo ha crecido el doble, con ese gobierno que dice sólo
existir para beneficiar a su pueblo y que cuenta con el apoyo total de él para
todo, hoy las cárceles, solo de adultos, han aumentado a 590?, Es cierto, la población
se ha duplicado, pero las cárceles han aumentado en 39 veces, sin contar las de
menores y sobre todo la inmensidad de calabozos regados por todos los
municipios y provincias del país. Aquí hay un problema, una contradicción al menos
desde el punto de vista simple de la matemática y la lógica. ¿Cómo un gobierno
que dice trabaja únicamente en satisfacer a su gente, hoy tiene una población
carcelaria de ambos sexos tan inmensa, únicamente superada por Corea del Norte con
relación a cada 100 000 habitantes? Si todos están de acuerdo y apoyan, ¿Por qué
tantos presos en cárceles, sin contar las de menores, los que viven bajo prisión
en libertad condicional, los que cumplen prisión domiciliaria, todo lo que
llevaría aproximadamente a 200 000 cubanos penados y condenados?, ¿No será que
el pueblo, sin más remedio, se ha acostumbrado a decir que apoya, en la misma
medida que ha desarrollado formas de vida, donde la contravención, el robar, la
corrupción, el delinquir, se ha convertido en su real modo de vida, sancionados
por el código penal inventado por el propio gobierno?
·
Buena
pregunta para el gobierno. ¿Por qué el pueblo cubano
no para de emigrar? No somos 4 gatos, sino
millones de cubanos los que hoy estamos regados
por el mundo y otros millones de cubanos que no pueden irse de Cuba, pero que su máxima
aspiración de vida es salirse de ella. ¿Cómo el gobierno puede justificar los
miles de miles de muertos tratando de fugarse?, ¿Cómo el gobierno
puede explicar que las personas salgan de Cuba con más de 80 años a morirse en
cualquier tierra desconocida o
se fuguen embarazadas a parir en cualquier pedazo de tierra fuera de la isla?, ¿Cómo es que después de los beneficios pregonados que se tienen dentro de
Cuba, que cada día son menos reales, incluyendo la super atención médica o la
super educación gratuita, más el deporte como derecho, muchos cubanos prefieran
huir de Cuba, quedarse y traicionar a sus misiones oficiales en el exterior?, ¿Cómo el gobierno
puede hacer entender que no sólo los “gusanos” sino ministros, altos oficiales
del ejército, altos oficiales de la Seguridad del Estado y otras direcciones
del Ministerio del Interior y miles de cuadros de la dirección del gobierno y
el partido comunista hoy vivan felices en los países históricamente llamados
enemigos?, ¿Tantos y tantos cubanos, cuyo número es imposible de identificar, están
equivocados?
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Como
práctica diaria, hoy más reforzada, se
sigue sometiendo a registros injustificados y no documentados, decomisos,
detenciones y permanencias en calabozos, más las reales torturas psicológicas y
a veces hasta físicas, juicios amañados con abogados que no defienden a nadie
porque forman parte de la misma maquinaria del gobierno y no pueden interceder
por su defendido durante el período de “instrucción”, o sea, de investigación,
contra aquellos que de una forma u otra se manifiestan diferente, forman parte
de algún movimiento o grupo reconocido como disidente, etc. Son más que conocidas las imágenes, fotos y videos,
de grupo de supuestos civiles y mucho personal uniformado golpeando a civiles,
jóvenes, mujeres, que marcha o hacen paradas pacíficamente. Golpizas con odio.
·
Pero, además, hoy,
tropas de policías y militares del ejército, con técnicas modernas antimotines,
con armas y perros entrenados están en las calles reprimiendo, no sólo a
aquellos llamados históricamente “gusanos”, sino a cualquier cubano, hombre,
mujer, joven e incluso adolescentes, que cansados de su realidad la cuestione
públicamente. Esas fuerzas del
llamado orden, no organizan nada, están reprimiendo por
adelantado para evitar que una pequeña chispa, que una protesta individual se
convierta en un problema más grande, social, de masas, que llegue a ser
incontrolable. Existen imágenes de policías
sacando y apuntando con sus pistolas a civiles y echando le perros entrenados a
jóvenes. En medio de la crisis económica, el gobierno cubano que se dice sin
miedo y apoyado por el pueblo, aumenta y refuerza sus fuerzas represivas
importando y supongo luego de haber pagado, con equipos especializados, carros,
cascos y escudos antimotines, perros entrenados, etc.
·
Hoy se incrementa la
represión directa contra los llamados opositores tradicionales, pero además
contra todos aquellos que, desde posiciones individuales, con un celular, con
un blog, con una entrevista, estén dando información sobre la realidad
cubana, no inventada, no información secreta, no espionaje, sino por sólo
narrar lo que se vive y se ve. Represión que va desde detenciones arbitrarias
sin reales argumentos sobre delitos, hasta ingreso en viviendas ilegalmente para intimidar, decomisar, chantajear a personas y una nuevísima forma que es la de colocar agentes de la seguridad del
estado, más civiles entrenados y dirigidos por el gobierno para prohibir a
personas salir de sus casas, o sea, no sólo una
posible orden de detención, sino sencillamente la idea, no avalada en ninguna
regla legal, de que no puedes salir de la casa, estás preso dentro de ella
hasta que yo diga o determine. Vuelven
los conocidísimos “mítines de repudio”, donde aparentes cubanos “revolucionarios”,
ofendidos, con la dulce
justificación de la espontaneidad,
agreden, maltratan, humillan, imposibilitan que personas salgan de sus casas y
dan golpizas a civiles, hombres y mujeres, que están tratando de decir su
verdad por vías pacíficas. Aparente
pueblo ofendido y víctima contra pueblo ofensor y victimario. ¿Puede
haber mayor violación de los derechos humanos que colocarle un candado desde
afuera a las puertas para prohibir salir o la de colocar bandas represoras que
te impiden vía fuerza poner un pie en la calle?
·
Cada manifestación es
considerada ilegal, sea de la magnitud que sea, da igual pararse en una esquina
con un cartel o dar gritos en contra del gobierno, por lo que son totalmente
reprimidas a base de violencia. Son más que conocidas las imágenes de golpizas
“especializadas” a mujeres que caminan con una flor en la mano, a parte de los
integrantes del movimiento LGBT que marchan pacíficamente, a personas que están
cansadas de hacer 10 o 12 horas en una tienda para comprar un pedazo de pollo o
un tubo de pasta dental, a jóvenes que están denunciando todo lo que ven, etc.
Golpizas, arrestos violentos, represión, chantaje y presión, detenciones, donde
siempre una parte del pueblo es el protagónico, pero que todos saben, porque no
sólo es la tradición sino porque hoy está filmado, que detrás existen las
fuerzas militares entrenadas del gobierno dando órdenes. La escena con disfraz y todo es linda para obra de
teatro, aparente pueblo contra pueblo.
·
La crisis económica
ha agravado la situación dentro de Cuba, el gobierno improductivo, dueño
monopólico de casi todas las empresas y medios de producción, no puede surtir los
productos básicos para la población, entonces se reinventa fórmulas para una moneda, una segunda moneda y para colmo una
tercera moneda. Tres monedas, para que el cubano pueda
satisfacer necesidades básicas, ahora la más reciente es la dolarización de las
ventas, cosa que deja afuera a un porcentaje muy alto de la población, que no
tiene de dónde sacar esa moneda, o sea, los dólares americanos para, como única
forma de sobrevivencia, comprar los productos todos, incluyendo los alimentos. La medida anunciada por el gobierno con caras de dolor
y como temporal, tiene el mismo corte de todas las anteriores, los CUC que
también eran temporales todavía existen 30 años después de su invento, ahora se
encamina a abrir tiendas y comercios en dólares norteamericanos donde el cubano
tiene que comprar a precios super inflados los productos de primerísima necesidad,
hablo de alimentos, productos de higiene, etc. ¿Cómo puede ese pueblo sentirse
protegido?, ¿Cómo puede un cubano trabajador, sin familia en el exterior, sin
negocios privados, sin una vida por la izquierda para vivir, entender que ahora
tiene que tener la moneda del enemigo de siempre, para comprar espaguetis,
tomates, mayonesa, galletas, jugo de frutas, etc.?,
·
¿De
qué derechos humanos se habla, si el cubano pueblo padece hoy la triple explotación
de las monedas que necesita poseer, una moneda nacional que en pocas cantidades
para nada sirve porque nada se oferta para ella, estrategia lograda por idea
del gobierno, un invento de Fidel Castro llamado CUC, dinero que sólo circula
dentro de Cuba, que al presente se ha quedado sin valor y ahora después de 30
años se estudia para suprimir, porque en definitiva ya sirvió para que el
propio inventor muriera tranquilo de muerte natural y por último increíblemente
de nuevo en el 2020 la reaparición promulgada por el gobierno del dólar norteamericano,
estrategia diseñada, pienso yo, para impulsar a delinquir o a llamar a amigos y
familia del exterior para poder comprar a precios anti derechos e inhumanos los
productos que se ofertan?
Hay hoy, miles de ejemplos más, que no son casuales, que no son puntuales, que no son, para nada, respuesta de un gobierno que batalla contra enemigos externos y menos contra terroristas internos. Las imágenes, que ya nos son sólo cuentos que pasan de boca a boca, son de un pueblo disgustado por su realidad y un gobierno decidido a permanecer por la fuerza, ya independientemente de ninguna doctrina ideológica. Se sigue hablando de marxismo, se sigue hablando de comunismo, más que nunca se retoman las ideas “destructoras” porque fueron así, de Fidel Castro, diariamente se menciona el futuro luminoso que le espera al pueblo cubano, pero por detrás del telón, lo único se e está defendiendo es la permanencia en el poder de unos cuantos históricos ya y de otros más nuevos, incapaces, a los que le ha dado la misión de aguantar.
Entonces la
Organización de Naciones Unidas, hoy en 2020, en medio de todo esto, en medio
de millones de imágenes que existen, en medio de miles de denuncias enviadas y
hechas directamente a ella, premia al gobierno cubano con una silla dentro del
Consejo de los Derechos Humanos, quizás, para mí, con la única justificación posible
de seguir el “combo” del premio muy estrafalario que la Fundación Muamar al
Gadafi de Derechos Humanos otorgó a Fidel Castro en 1998. ¿Derechos humanos, Gadafi
y Fidel? Fue un chiste.
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