Miremos seis realidades que ocurren en el mismo país en el mismo momento. Evaluemos los hechos, como dicen los norteamericanos.
- Cuba se prepara para celebrar el próximo abril un festival internacional de música, parece que de nombre San Remo, aunque por los problemas que ya comienzan a aparecer, las presiones internacionales, la renuncia de varios invitados extranjeros que han dicho no van a cantar en un país donde se violan los más elementales derechos humanos y se encarcelan a personas, incluyendo a menores de edad, por protestar pacíficamente reclamando sus derechos e incluso varios artistas nacionales, que se han comenzado a bajar, esgrimiendo “entendiblemente” razones de tipo personales, a lo mejor ya ni el nombre puede ser real. No obstante, sin conocer el costo, cosa que en Cuba nunca se llega a conocer, es fácil, por la tradición y experiencia vividas, saber que deberá costar muchos miles de dólares, más otros millones de pesos cubanos, sólo para que hoy la llamada “primera dama”, haga algo para lavar la imagen del desgobierno de su marido. Tal como si fuéramos Suiza, Mónaco o la misma Italia, madre de los festivales San Remo, Cuba, un país que se está partiendo en pedazos, sin agua potable, sin comida, sin medicamentos, con una población sobre todo joven que está restrenando, no la emigración, sino la huida, se entretiene en organizar eventos musicales para el beneplácito de la cúpula de gobierno.
- Se está tratando de impulsar un nuevo Código de Familia lleno de artículos tontos, pero en realidad la intención es de reparar sobre todo un asuntico con la niñez y la juventud que estaba medio suelto. Recuerden la historia sobre la que ya escribí de Hammurabi Díaz, tío de Díaz Canel, allá por el 1751 a.C. (antes de Cristo). Código de Familia para entretener, para dar la idea de que se está haciendo algo útil, para, en realidad esconder que no hay azúcar, café, ni papas. Código que, también por la tradición y experiencia vividas, ya está escrito y definido y sólo se anuncia para una falsa consulta popular, donde se aclara contradictoriamente que ese pueblo sólo podrá opinar, pero que nada se va a cambiar y menos se someterá el panfleto completo o algunas de sus partes a votación, o sea, algo así como: “ya yo lo definí, te lo comento para que luego no me acuses de que no te lo dije, puedo escucharte, pero te advierto, nada de lo que digas me interesa, menos va a cambiar mi idea”. Todo esto en un momento donde se le han arrancado de las manos a los padres y se han sancionado a privación de libertad a jóvenes menores de edad por salir a manifestarse el 11 de julio del pasado año o en silencio se está presionando a las figuras, sobre todo jóvenes, más visibles de la disidencia y por qué no la resistencia, a que abandonen el país, lo que antes pudiera ser llamado deportación.
- Campesinos cubanos, en un momento de crisis alimentaria, que yo recuerde y tengo buena memoria, la mayor crisis alimentaria de toda la historia a partir de la revolución, denuncian que miles de toneladas de, por ejemplo, tomates, coles, mangos, se pudren en los campos después de recogidas porque la estructura y burocracia del gobierno no los va a recoger. Esto genera que el campesino no reciba pago alguno por su cosecha, pero además que esos productos no lleguen a la población que pasa hambre. Paralelo, el campesino no puede vender sus productos de forma privada y muchas veces ni regalarla por temor a ser denunciado, multado, etc. Hambre en un país donde la tierra, a pesar del mal trabajo y lo rudimentaria de la labor agrícola, todavía, sin apenas abono, sin agua para regar, sin herramientas, menos con alguna tecnología moderna, produce. Mi padre me contaba que en las zafras que hizo e hizo voluntariamente nueve, muchas veces los macheteros, por hambre, salían a recoger mangos verdes para, mezclándolos con azúcar, hacer “dulce de mangos verdes en almíbar” para “apaliar” la falta de comida.
- El Ministro de Economía, un pobre tipo víctima del gobierno, aunque un comedor de vaca también, que está puesto en su posición para recibir palos y compartir el desagrado que hoy la gran mayoría de los cubanos siente por el gobierno, asegura que las tiendas en dólares, que pocos productos tiene dentro, son beneficiosas para la economía nacional porque la impulsan, a pesar de que el pueblo, en un por ciento muy alto, no tiene acceso a ellas, las odias y las acusa de profundizar las divisiones entre los cubanos, en momentos donde la red de distribución nacional a la que estábamos acostumbrados después de 60 años, o sea, la regulada, murió, no existe y a penas oferta nada. Entonces la mayor parte del pueblo cubano, desformado y acostumbrado a vivir de lo que el gobierno garantizaba, hoy pasa hambre. Tiendas en dólares vacías, que obligan al cubano a comprar lo que hay, lo que aparezca, lo que llega, en la moneda que, paralelamente, es nombrada enemiga, explotadora, imperialista, que es garantizada por los que, todavía hoy o mejor, hoy con más fuerza, son reconocidos como gusanos, apátridas, mercenarios, entreguistas, etc. Hoy el valor del dólar en el mercado negro clandestino, pero casi oficial y público, está a más de 100 pesos cubanos y sigue subiendo.
- A partir de un acuerdo negociado en silencio entre los gobiernos de Cuba y Nicaragua, donde el segundo permite viajar a los cubanos sin necesidad de VISA, los isleños están saliendo en oleadas alocadas y desenfrenadamente para el país centro americano, llegando los pasajes de avión a costar cerca de 4 000 dólares. Unos pocos van a comprar a los mercados nicaragüenses y se regresan a la isla para trabajar y “engordar” el más que oficial mercado negro, pero la gran mayoría pone “pies en polvorosa” y comienza su viaje hacia el norte, la frontera de México con Estados Unidos. El gobierno cubano oficialmente publica en su TV nacional una intervención de la ministra de turismo nica, que asegura que los cubanos viajan a Nicaragua para ver de cerca los volcanes que no tienen en la isla caribeña. El mismo esquema de San Remo, la mentira publicada por la oficialidad, la mentira publicada para crear una opinión, la mentira que se trata de convertir para los crédulos en verdad. Decir que los cubanos están viajando para visitar el Momotombo,el Masaya, etc., no sólo es una enorme mentira, sino una gran humillación al pueblo cubano, una muestra más de lo poco que el gobierno siente por él.
- Un pueblo que, gracias a su enorme creatividad artística, sobre todo musical, hoy tiene dos himnos nacionales, el histórico, aquel que dice: “Al combate corred bayameses, que …” y el otro, “Patria y Vida”, recién ganador de muchos premios internacionales, incluyendo un Premio Grammy. Nada extraño para caribeños, viví en República Dominicana y ellos allí tienen paralelamente tres padres de la patria. Un pueblo que todavía no sale a la calle masivamente a explotar al gobierno, pero cuando le dan un chance grita dos grandes frases, que un día deberán ser llevadas a los libros de historia, “Oye, policía pinga” y la cadenciosa y pegajosa: “Cuando yo diga Díaz Canel, ustedes dicen Singa´o. Díaz Canel, Singa´o, Díaz Canel, Singa´o”. Y que recién acaba de estrenar una conga santiaguera, con una gran y alegre participación popular, dirigida, o sea, lidereada por un joven negro que, para mí, muy simbólicamente viste un pullover con una bandera cubana en el pecho, seguido por otro joven, que toca un cencerro, vistiendo un sombrero de pirata, con un ojo tapado y todo, cuyo texto, elaborado a partir del mayor cuidado de nuestro idioma dice: “ya no me dan carne de “re”, de primera, ni segunda / el café me lo dan liga´o, la multipropósito perdió la junta / oyeeee, me quitaron el jabón de baño, hay que lavar con el detergente / me quitaron una libra de azúcar y liberaron la “pata” de diente. Oyeee, ya no existen los reyes magos, desaparecieron los juguetes, los niños están embarca´o, a los 7 años le quitan la leche”. Conga santiaguera arte, donde me parece ver a mi Viejo, arroyando, porque los santiagueros no bailan, la conga se arroya, vestido con una bata de casa, a la que antes allí le decían “kimona”, con los pantalones arremangados, unas chancletas de palo, (madera) y una sombrilla, Trocha arriba, Trocha abajo.
Esto, complicado de entender, está pasando ahora mismo, a la misma vez en Cuba, tal como si se tratara de muchos países. Esto, que puede ser perfectamente una buena muestra de lo “real maravilloso latinoamericano” creado por Carpentier, puede llegar a confundir y lo paradójico es que puede hacerlo con la misma fuerza y argumentos, lo mismo a la izquierda que a la derecha. Cuba es un país que parece que va a explotar por lo caliente que se pone y luego o paralelamente, tal como si tuviera un sistema anti-incendio desde el interior, muestra un frío gélido que desestimula. El mismo camino, tal como si fuera un elástico o muelle, se ve muy corto y alcanzable y luego se pone muy largo y enredado.
Es difícil, al menos para mí a la hora de escribir, definir una situación únicamente a partir de dos palabras claves. Siempre necesito escribir o hablar más. Cualquier hecho de la vida tiene muchas explicaciones. Mientras más personas intervengan, mayor sea la diversidad de todo tipo, entonces, cada una de estas palabras cobran vidas y variantes diferentes, incluso en la realidad, a veces, cuesta mucho trabajo verlas de forma pura, por lo que las actitudes de las personas se reflejan mezclando a la misma vez ambas definiciones, frente a un determinado hecho y proceso.
A mí me parece que por momentos podemos ser optimistas y segundos después podemos desarrollar una posición pesimista, porque, a veces, ningún proceso, hecho o acción es absolutamente de una forma u otra lo que nos permitiría estar en una posición u otra definidamente. Claro, todo esto dependerá de los implicados, de su fuerza, de su valor, de su historia, de su claridad, de su empuje, de sus ganas, de todo aquello que hacer ver una parte o posición por encima de la otra.
Existen personas que viven en positivo, se auto animan, se auto dan cuerda, ven, por encima de todo, sus sueños y esperanzas. Esas son generalmente optimistas, por qué no, líderes. Existen otras aparentemente contrarias, en las que priman los análisis más moderados, con más trabas y aspectos negativos, lo que los lleva a una vida o análisis pesimistas o cercanos a esa postura.
Es bueno decir, a partir de mi propia experiencia, que la vida es tan linda y rica y a la misma vez tan compleja y complicada, que lo de optimismo o pesimismo es parte de lo que todos los seres humanos pasamos diariamente. No recuerdo a nadie optimista todo el tiempo y digo esto porque a veces el optimismo desmedido deja de ser un sueño y alegría con vínculos terrenales y se convierte y confunde con una real locura o demencia. Pasa igual con el pesimismo. Las personas que transitan mucho tiempo en esa posición, llega el momento que, más que pesimistas, están enfermos, deprimidos, etc., y eso es otra cosa.
Todo, optimismo y pesimismo, nada más que posiciones humanas, están dentro de una posición cuerda, con una, más o menos, posibilidad de análisis. Lo otro, lo desmedido, lo irracional, para cualquiera de las dos posiciones, me parece enfermedad.
Veamos las definiciones más utilizadas.
Optimismo: ilusión, aliento, euforia, alegría, jovialidad, humor, entusiasmo, ánimo, esperanza.
Todo esto y más, está inevitablemente relacionado hoy con Cuba. Yo, sigo en la posición optimista cuerda, que reconozco cada día se hace más complicada de mantener, porque existen muchas evidencias de la otra parte, de esa parte, no pequeña y no débil que asegura que no pasará nada, que todo es más rollo que película y que la sangre no llegará al río. Es a veces difícil mantener una posición optimista, frente a la realidad y a un grupo enorme de personas, queridas, que aseguran pesimistamente que nada cambiará, que los males de Cuba, generados por un desgobierno de seis décadas, serán eternos y que estamos condenados a nacer y morir sin lograr otra realidad, mala o buena, pero otra realidad.
Y esto me jode. Soy de aquellos hombres, ya casi maduro, que apostó toda su vida por el cambio dentro de Cuba. No recuerdo un momento a partir de mi adolescencia donde no haya planteado franca y abiertamente que esa llamada revolución era un fraude, que estábamos dirigidos por locos, que Cuba completa se encaminaba a la miseria económica y más que ella, a la miseria social, de valores, de ideas, a la que hoy se ha llegado. Es bueno, pero muy triste, recordar que hoy Cuba se acuesta pobre y en cada madrugada empobrece más. El amanecer de un nuevo día nos trae una posición más atrás de la que teníamos cuando nos acostamos y digo “nos trae” y “nos acostamos” conscientemente y no por error, porque cubanos, da igual si estamos dentro o fuera.
Me he pasado la vida, claro a mi nivel y dentro de mi entorno, discutiendo, a veces, discutiendo mucho sobre Cuba, lo que me trajo no pocas consecuencias en mi vida estudiantil y luego laboral, que ahora no vienen al caso. Salí de Cuba como muchos otros y me he refugiado en la sólida seguridad del duro, fuerte, agresivo y a veces despiadado exilio para mantener, lo que llamaría, mi lucha, siguiendo el nombre de un libro de un autor que ni mencionar vale la pena. Ahora desde aquí, detrás de mi PC, observo a Cuba y lo que veo es que, sin remedio, ni consuelo, sin escuchar críticas y consejos, camina francamente como el cangrejo, pero, además, como el cangrejo, que ya no puede estar más jodido porque le faltan algunas patas.
Sin embargo, mi optimismo, aún creo yo, con vínculos terrenales, me hacen seguir pensando que tiene que pasar, que estamos en un buen momento para sacar el comunismo del poder, no porque sea teóricamente malo o bueno, espectro enorme que la mayoría de un pueblo, cualquier que sea, no llega a calcular, no porque ha quedado demostrado por la vida de los padres europeos, que sólo es una etapa difícil entre capitalismo y capitalismo, sino, porque llámese como se llame, en el caso cubano, hoy ya en el 2022, no funciona, no tiene nada resuelto, no ha logrado sacar a un país de la crisis, por el contrario la ha profundizado en todos los aspectos donde la palabra crisis pueda ser analizada, porque con sus malas y más malas decisiones, sólo ha logrado destruir a un pueblo, o sea, a los seres humanos.
Lean a Viktor Frankl, sobreviviente del tristemente famoso campo de concentración Auschwitz, en su libro “El hombre en busca de sentido” o lean la historia de los sobrevivientes del hecho que se conoce como la Tragedia de los Andes en 1972 y podrán entender, que más allá de comida, ropa y posesiones materiales, el ser humano necesita encontrar un sentido a su vida, a lo que hace. Sentido, camino, huella que lo hace moverse. Ese sentido o significado en Cuba hoy se perdió para una gran mayoría.
Si contamos los que se han marchado de Cuba desde 1959, marcha que hasta hoy no se ha detenido y los que están dentro de la isla viviendo de forma incómoda por darle un nombre, más los que estando dentro de la isla no están de acuerdo con absolutamente nada de lo que el gobierno propone, viviendo lo que un día leí contado por el Cardenal Jaime Ortega Alamino, un “exilio interno”, el número de personas afectadas es de muchos millones.
Teniendo en cuenta ese 86% que dicen votó por la nueva
constitución, donde se declara eterno, incuestionable e inamovible al partido
comunista y a lo que ellos llaman sistema socialista, del cual en la práctica más
allá del nombre, queda poco, pensando que ese por ciento fuera de verdad, de
conciencia, conseguido en el año 2019, de allá para acá ha llovido tanto, que
estoy seguro de que si sometieran a votación libre, sin presiones y chantajes,
esos dos aspectos nuevamente hoy, no conseguirían ni el 8 con que comienza la
cifra que ellos diariamente exhiben para decirle al mundo que todos los cubanos
queremos al comunismo. Para demostrar lo bueno de la conquista española, los
nativos en ese país enarbolan lo que se adelantó en América con el desarrollo
que ya tenía España en 1510.
El gobierno cubano, tiene nada más y nada menos, que la figura de un presidente, que la mayoría de los cubanos no saben de dónde salió y peor, no confían en él. El gobierno cubano tiene un presidente desprestigiado, que dio la orden de “combate” contra una parte del pueblo desarmada, lo que ha desatado la mayor represión pública desde el año 1959. Y es ese mi optimismo. Si, es cierto Fidel fue el más malo, pero en aquello de “si salimos, llegamos y si llegamos triunfamos”, tuvo, aunque nos duela, mucha razón. Fidel, el diablo, tuvo y aún muerto, tuvo y aún tiene mucha ascendencia sobre el pueblo cubano, lo confundió, lo utilizó, siempre diciendo que era con cariño. Todavía hoy, frente a la cara del actual presidente Díaz Canel, muchas personas gritan: “viva Fidel”. Raúl, bueno, Raulito tiene un gran mérito, es el hermano de Fidel, que como hermano pienso que siempre le envió un cake el día de su cumpleaños, pero, Díaz Canel y, ¿Ese de dónde salió? Y de ahí mi optimismo.
Recuerdo que, en mi visita a Cuba, estábamos sentado en el portal de mi casa, compartiendo una de aquellas animadas conversaciones entre 10, 12 personas, donde todas hablamos a la vez y nos entendíamos y el tema que se impuso fue Cuba. Mi madre trataba, tal como hace una gata recién parida cuyos cachorros comienzan a caminar en muchas direcciones a la misma vez y los trae cerca de ella una y otra vez, trataba de que la conversación no se fuera a “mayores”, dejando siempre una frase de ilusión y hablando de un tal “proyecto”. En un momento, mi joven medio hermano y digo lo de medio para que se entienda el momento, o sea, era hijo no de mi madre, sino de mi papá con otra esposa, muy respetuoso y creo que, hasta temeroso, le preguntó a mi madre: “¿Alicia, pero esa mejoría de la que usted habla para cuándo será?” Entonces ella, con una de esas caras únicamente típicas de actrices como la norteamericana Joan Crawford, la mexicana María Félix o la siempre estelar cubana Raquel Revuelta, le respondió: “Para tus nietos”. Mi hermano aún no estaba casado.
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