Sé que el momento no está para comentarios, sobre todo
cuando algunos de ellos puedan ser fuertes, pero como siempre, me hago responsable
de todo lo que digo. Cada uno de ustedes, mis lectores, podrán tener los suyos.
Lamentable es la muerte de cualquier ser humano. Mucho
más lamentable si ella es provocada por guerras, atentados terroristas, bandas
organizadas, abuso del ejército o la policía. Ninguna vida debería perderse
independientemente del sexo, tamaño, color, edad del poseedor de ella. Dicen
los religiosos católicos que las personas no pueden incluso ni quitarse la vida
de la que ellos son dueños, sólo Dios lo puede hacer.
Estados Unidos, tiene una inmensa lista de muertos por
abuso o exceso de fuerza de la policía, muchas de las víctimas son, aquellos a
los que ridículamente para mí, se les reconoce y gustan ser reconocidos como afroamericanos,
o sea, negros, que, del total de este tipo de muertes anuales, que según informe
de la TV cubana son entre 1000 y 1500, constituyen el 25%, pero, además, también
mueren latinos, blancos, legales e ilegales. Existen también, sin que esto
justifique la violencia policial, pero no lo puedo dejar de mencionar, una
lista de policías muertos, hombres y mujeres, asesinados, muchas veces a
mansalva, por la violencia de los delincuentes de todos los colores y orígenes.
Ninguna, como ya dije, es entendible y menos justificable, ninguna debería
haber existido. No creo que una salve a la otra en ninguna de las dos
direcciones.
Entonces la muerte de Floyd, como todas las que han
existido, fue, en principios, innecesaria y merece ser rechazada por todos.
Todos deberíamos salir a protestar, a reclamar justicia, a pedir que la policía
mida sus actos y trate por todos los medios de preservar la vida de los seres
humanos. Hoy fue Floyd, mañana puedo ser yo o tú, tus hijos o amigos, los que
al encontrarse con un policía “complicado” pudiéramos resultar maltratados en
exceso injustificadamente e incluso muertos.
En esta ocasión, el policía la cagó, quizás no a exprofeso,
pero la cagó, pero también la cagaron los otros tres policías que actuaron en
el hecho, al no percatarse que la violencia era demasiada, al no intervenir
para detener a su compañero, al no salvar a Floyd que ya estaba esposado y
acostado boca abajo sobre la calle. A pesar de que estos cuatro policías fueron
expulsados inmediatamente y el policía que provocó la muerte ha sido encausado
por un delito grave y se ha abierto una investigación que deberá terminar con
un juicio, deberíamos protestar, pero además deberíamos protestar por el abuso
policial en cualquier lugar del mundo contra cualquier raza, sexo, color, incluyendo
ahora mismo el que está sucediendo sin precedentes en Cuba, deberíamos protestar
además por las muertes por el narcotráfico o la trata de “esclavas sexuales”,
por los matrimonios “legales” asquerosos entre adultos y niñas de 7, 8 años, que
muchas veces terminan con la muerte de las niñas en manos de un depredador, por
el linchamiento de las mujeres en algunos países del mundo como una gracia, por
la prostitución infantil de ambos sexos para que ricos y millonarios disfruten
de acostarse con menores de edad, etc. Por tanto, deberíamos protestar por
tantas cosas, que lo único que podríamos hacer diariamente es levantarnos e
incorporarnos a una protesta.
No obstante, me sigo negando a creer que a la policía norteamericana
o a cualquier otra, se les da clases para matar, sólo por matar. Se les instruye
para salir a la calle a cazar a humanos por diversión. Me niego a pensar que,
dentro de las academias y unidades militares, como parte de la instrucción, se exacerbe
el odio a los seres humanos, la discriminación racial autorizada y que todo
termine en un derroche de odio de unos contra los otros. Lo que no me queda
duda de que, dentro de la policía, pero además dentro de una escuela, dentro de
un hospital, como dentro de cualquier otro grupo humano, existan personas que
no le gusten los blancos, negros, los chinos, los latinos y que desde el poder
puedan abusar. Lo paradójico de este tema del racismo es conocer que, de forma
organizada, existan personas negras, supuestamente ofendidas y maltratadas por
el racismo, que se agrupan para odiar planificadamente a los blancos.
Es un idea más que conocida y denunciada a todas las
instancias y niveles, a pesar de que el racismo como institución legal NO
existe en los Estados Unidos, muchos miembros de la comunidad negra, son los
más reprimidos, enjuiciados y encarcelados, en Cuba pasaba lo mismo, pero
también hay que decir, que precisamente esa parte de la comunidad negra, no
toda, pero esa parte, por diferente razones, históricas, sociales, culturales y
particulares, es la que más delinque, es la que asalta, contra viola o violan las
leyes y controla el tráfico de drogas y de armas en las esquinas de este país. Repito
que la policía que está, entre otras cosas para defender la vida y propiedades
de los ciudadanos, no debe actuar con violencia como primera vía para llamar al
orden, pero también hay que entender que, frente a una persona violenta, que no
responde a las órdenes, que agrede y saca un arma, por ejemplo, la policía no
puede sacar una biblia y leerle los versículos de amor fraternal. Los policías
además de cumplir con un deber tienen familias, mujeres, hijos, padres, amigos y,
sobre todo, tienen su propia vida a defender.
He tenido sólo dos contactos personales con policías
aquí en casi 8 años. La primera fue, estando Ruso y yo conversando en el portal
donde vivo como a las 3 de la mañana. Un carro de policía parqueó frente a
nosotros, quizás, pensé yo, preocupado por nuestra presencia en la noche. La
llegada de un carro de policía siempre crea una, llamémosle, expectativa diferente.
Era una joven muchacha entre los 25 y 30 años, que se acercó sonriendo, nos
saludó y preguntó si habíamos llamado a la policía. Le respondimos que no y
entonces ella miro el número de mi edificio y descubriendo que se había
equivocado de dirección, pues estaba buscando el edificio de al lado, se
despidió, pidiéndonos disculpas y deseándonos buenas noches.
La segunda vez, fue regresando Martica y yo de San
Antonio, a la altura de Kansas, en una autopista cuya máxima velocidad estaba
señalada como 75 millas por hora, yo desesperado por llegar a Lincoln, venía a
90 millas, sólo 15 millas más de las señaladas como máximas. El policía estaba
parado en una salida, yo lo vi cuando le pasé por al lado, ya no podía
disminuir la velocidad, ni levantar vuelo, pues no venía en el carro de
Fantomas. Al mirar por el retrovisor, vi que se acercaba. En efecto, antes de
que me hiciera seña, cortésmente me arrimé, apagué mi carro y puse las manos
donde dicen que hay que ponerlas. El joven policía se acercó, al ver el
ambiente que existía dentro de mi carro, o sea, Martica y yo, con cara de
cansancio por las muchas horas de viaje, se relajó, me pidió mis documentos y
se fue a chequear en su computadora. Regresó a los minutos, Martica trató de
ser cariñosa y explicarle, el riendo, apenado o al menos fingiendo pena, dijo
que entendía, nos clavó la multa por exceso de velocidad, nos recomendó tuviéramos
cuidado y nos deseó buen viaje.
En el primer encuentro la muchacha policía comprobó
que éramos amigos desvelados, que conversábamos en tranquilidad, pero si
nosotros hubiéramos respondido mal o la hubiéramos mandado al carajo,
independientemente del color de nuestra piel y los ojos azules de mi amigo,
ella hubiera llamado a sus compañeros, o sea, 5 carros de policías que siempre aparecen
nos hubieran ordenado tirarnos en el piso, nos hubiera puesto quizás esposas,
etc. En el segundo encuentro, si a pesar de mi cara de cansancio, me hubiera
dado a la fuga o no tuviera mis documentos en regla, o peor, hubiera dado pie a
pensar que tenía e iba a sacar un arma, entonces el policía hubiera dejado de sonreír,
probablemente me hubiera mandado a salir del carro, me hubiera esposas, tirado
al piso, en el peor de los casos hubiera sacado su arma, etc.
Entonces no conozco exactamente lo que pasó, porque no
estuve allí y lo que se ve en las imágenes es incompleto. La policía fue
llamada, Floyd, que tiene un historial delictivo, y dos amigos trataban de
pagar con un billete falso, lo que provocó que el empresario llamara al
servicio de la policía. Los amigos de Floyd fueron metidos en el carro de policía
parece que sin problemas, pero Floyd, esposado y todo, tuvo que haberse resistido
a entrar al carro o por lo menos tuvo que hacer algún movimiento que el policía
consideró inapropiado para tirarlo al piso y reducirlo al orden. Las imágenes recogen
al policía con la rodilla sobre el cuello de Floyd, cosa que duró dicen 8
minutos, mientras Floyd daba gritos diciendo que no podía respirar, que le dolían
las manos y la espalda y llamaba a su mamá.
Floyd no murió en ese instante, apareció una ambulancia
lo asistieron y montaron, pero murió rato después. Eso son los hechos que se
ven. Ahora tenemos dos autopsias. La primera hecha por una autoridad competente,
creo que la que se utiliza por orden del Estado y una segunda autopsia privada
que ordenó y solicitó la familia de Floyd y ambas concluyen de forma diferente.
La primera asegura que Floyd no murió directamente producto de la rodilla en el
cuello, o sea, por asfixia, sino que tenía enfermedades del corazón, la presión
arterial alta y que aparecieron sustancias químicas dentro de su organismo no
producidas por el cuerpo humano, no se aclara de qué sustancias químicas se
habla, podrían ser refresco de cola, o café, algún té indio o chino, pero
también podría ser droga. La segunda autopsia, la ordenada por la familia, concluye
con que Floyd si murió producto de la presión en el cuello.
Soy seguidor de la UFC, deporte en el que me metió Yordan,
el esposo de mi hija. Veo peleas de ese deporte desde antes de irme de Cuba. He
visto a muchos peleadores engancharse agresivamente del cuello del otro
peleador y aplicarle una llave típica de estrangulamiento y apretar y apretar
hasta que el apretado toca, como señal de que no puede aguantar más. En algunas
peleas el que aprieta no siente el toque o se hace el que no lo siente y el
arbitro demora segundos en actuar y el apretado se desmaya. Reconozco que a mí
me sigue asustando, porque da la impresión de que muere, pero no, parece que es
un recurso del cerebro que demora segundos, porque el apretado, a veces medio
mareado, se recupera, se levanta y en la mayor parte de los casos, se para en
el medio del octágono a recibir el veredicto de su derrota. Entonces, sin saber
yo nada de nada, siempre me pareció exagerado que Floyd hubiera muerto por asfixia,
cosa que lo complica todo porque no murió debajo de la rodilla del policía. Ahora
la justicia, el abogado fiscal, el defensor, los 12 jurados y el juez, la tienen
buena, porque por existir, existen dos autopsias legales con resultados
diferentes.
La familia de Floyd tiene ahora muchos derechos. Ella puede,
como ya hizo, ordenar investigaciones privadas. Puede además protestar. Los
familiares y amigos, más todos los movimientos pacifistas, ecologistas,
naturalista, vegetarianos, paleos y keto, etc., pueden protestar, o sea, ir a
las autoridades, sacar permisos, justificar su protesta, pedir el apoyo de las autoridades
incluyendo a la policía para desarrollar su protesta y recorrer los 50 estados
del país. La familia y los amigos tienen el derecho a protestar PACIFICAMENTE,
sin ser interrumpidos. La familia puede dar entrevistas a todos los medios, TV,
periódicos, etc., y filmar y publicar un o muchos documentales sobre Floyd, su
historia, su infancia, su muerte. La familia, queriendo o no a Floyd, teniendo
o no relaciones con él, puede demandar y pedir una indemnización, casi siempre
económica, muchas veces millonaria, por la pérdida de su familiar. La familia
puede irse a la Casa Blanca y después de ser autorizados, obviamente, puede
pararse, caminar, gritar consignas, cantar canciones, hacer misas, levantar
carteles, etc., pero pacíficamente. Si la familia o amigos, levanta la mano y
tira una piedra hacia el jardín de la Casa Blanca, sólo para el jardín, estarán
cometiendo un delito o un crimen, como aquí le llaman, estarán burlando la ley,
estarán incitando a la violencia y será retirada del lugar, a lo mejor detenida
y a lo mejor tendrá que enfrentar cargos.
Fuerza contra la violencia y el
terror.
Estados Unidos tiene una gran tradición en marchas de
protestas, creo que, de las más grandes fueron las que se hicieron en todo el
país e involucró a muchos sectores precisamente por los derechos civiles de los
negros y las que se hicieron a raíz de la guerra de Viet Nam para presionar al
gobierno norteamericano a poner fin al evento y regresar a los norteamericanos
vivos a “casa”. Los norteamericanos, a diferencia de nosotros los cubanos de
estos últimos años, crecen con ese derecho y eso hace a los Estados Unidos un
país grande. Usted no está de acuerdo o quiere mostrar su opinión o posición,
pues puede armarse un movimiento, no importa la causa, puede ser igual la
defensa de un derecho humano, como la defensa de las mariposas, puede hacerse seguir
por diez personas o por miles y denunciar, pedir cambios, etc. Puede desfilar y
movilizar al país, puede sumarse a los más de 300 millones que somos. Ese es un
derecho que se practica todos los días y que los norteamericanos no entienden
por qué otros no lo tenemos.
Entonces cualquier evento puede terminar en protesta,
pero no nos dejemos engañar, no seamos ingenuos o no seamos cómplices. Lo que
está ocurriendo en muchas ciudades de los Estados Unidos nada tiene que ver con
la muerte del hermano Floyd. Lamentablemente, para mí, el hermano Floyd ha sido
utilizado por objetivos más profundos y por personas más hijas de putas. Pensemos
y seamos honestos, ¿en realidad estamos enfocados e interesados en el hermano
Floyd?
Ya dije que sí, hay que protestar, hay que discrepar,
hay que discutir, hay que pedir justicia, pero nada de eso tiene que ver con lo
que estamos, unos impotentes, otros con miedo, viviendo. Lo que estamos
viviendo es un proceso de intención de desestabilizar al país, una vez más la
intención de pasarle la cuenta al gobierno y por supuesto, al “más malo de
todos los malos”, de toda la historia de los malos, Trump.
Lo que estoy viendo, incluso aquí en Lincoln, aunque
en menor escala, es vandalismo, robo, saqueo, destrucción, odio desmedido contra
todo y todos. Lo que estoy viendo es a grupos de personas, que son pagados, o
sea, personas que reciben dinero cash para salir a destruir. Ahí están los
videos. Lo que estoy viendo es a grupos de personas enmascarados que agreden a
civiles, dándole salvajemente golpes, con palos, patinetas, piedras, solo por
agredir y divertirse. Ahí están los videos de hombres destrozando a golpes a un
joven que ya estaba destrozado en el piso o a una mujer que, parada en la puerta
de su negocio, trataba de evitar que entraran a destruirlo. Hombres negros, si
negros, destrozando a golpes a otros hombres e incluso a mujeres. Y eso me
recordó un libro que leí cuando fui muy joven, “El señor de las moscas” genial
obra para entender la degradación humana, incluso la de niños como en el caso
de la historia específica, donde la violencia desmedida y el poder llegan a
convertir al hombre en animal.
He visto quemar, romper vidrieras, entrar y saquear
mercados y tiendas, virar carros de la policía en medio de la calle y peor,
carros de civiles que transitaban quizás de la casa al trabajo o viceversa, que
no tienen la culpa de nada. Ahí están los videos. He visto a jóvenes, de ambos
sexos, con las caras tapadas para no ser identificados, darle dos patadas a un
carro de policía que ya estaba destruido, sólo para las fotos y a jóvenes muchachas
encaramarse en carros que están gomas arriba para bailar y llamar la atención a
los que abajo gritaban, aplaudían y bailaban también. Ahí están los videos. Hay
una joven que se ha encaramado a defecar, o sea, en cubano cagar, delante de
todos y sabiéndose filmada por todos, sobre un automóvil. He visto a grupos de
hombres atacar y golpear a un policía que solo cumplía con su deber de llamar
al orden. Ahí están los videos. He visto no sólo saquear tiendas, sino que
luego de saqueadas grupo de jóvenes siempre ocultos detrás de máscaras, entrar
y provocar fuego, sólo por provocar fuego. He visto como se ha dejado grupos de
piedras en las esquinas para tenerlas a mano para tirarlas. Ahí están los
videos. ¿Qué tiene todo esto que ver con aquella lucha encabezada por el Dr.
King, que sí logró cambiar al mundo?
He seleccionado varias fotos para acompañar este
escrito. De ellas, la que más me gusta es ésta que exhibo abajo. El momento
captado por el fotógrafo, el equilibrio de los participantes, las posibilidades
de ver el movimiento de los protagonistas, es genial, sólo para mi comparable con
la “Última Cena” del grandísimo Leonardo da Vinci. Observen las caras, las
posesiones que traen en las manos después de haber saqueado una tienda, sus
ropas y capuchas, representativas de los “oprimidos” y las preguntas que se me
ocurren son: ¿Qué carajo tiene esto que ver con las protestas por la muerte de
Floyd?, ¿Esto es protestar pacíficamente por el asesinato de un hermano de color
de piel o es un acto fragrante de delincuencia?, ¿Ya sabemos que están robando,
pero denotan en sus caras al menos la tristeza y seriedad del momento?, ¿Están
homenajeando a Floyd? No jodan. La ventaja de la instantánea es que uno puede
saber muy fácil lo que está incluso dentro de los cerebros de estas personas
fotografiadas.
Otras preguntas son: ¿Qué tiene que ver todo esto con
la muerte de Floyd?, ¿Podría un gobierno hacerse el de la vista gorda, para
hacerse el democrático y discrepar sentimentalmente con la muerte de Floyd,
dejar que destruyan al país, destruyan negocios, quemen ciudades y sobre todo agredan
a personas?, ¿La muerte de Floyd, lamentable, injustificada, repudiable y
protestable, puede ser causa para que la mugre, la delincuencia, los
desclasados socialmente a gusto, los vándalos, los agresivos, los inconformes
justificados y los injustificados, los drogadictos y los narcotraficantes, los alcohólicos,
los locos, los aburridos, destruyan y maten?
Pues no. No sé si estarás de acuerdo, pero la respuesta
es NO. Primero Trump, encargado mayor, transmitió personalmente disculpas en
nombre del gobierno, en nombre del pueblo americano y de él propio a la familia
de Floyd. Luego hizo un llamado a los gobernadores estatales para que ellos y
las fuerzas de cada estado resolvieran los problemas y lograran pacificar a los
protestantes, pero dejó claro que las acciones que estaban tratando de crear
caos, serían nombradas terrorismo interno, o sea, no delincuencia, sino terrorismo
y que él, llegado el momento comandaría las acciones del ejército, si fuera necesario.
Y a mí me parece bien. Para aquellos que no les gusta Trump, ahora tendrán más
causas, pero el presidente de cualquier país tiene que velar porque las cosas
para mayoría funcionen. La primera misión es garantizar la seguridad ciudadana
y la de las propiedades de esos ciudadanos y el Estado. La delincuencia no puede
tomar las calles por ninguna razón o causa.
Nada justifica el vandalismo y entonces si
no se paran, el vandalismo será parado, incluso bajo el uso lamentable de más
fuerza especializada. Si la historia continua, entonces entrará a gran escala
la presencia del ejército. Delincuentes, aprendan y aplíquense la enseñanza, hoy
en las guerras modernas se dice, “cuando los aviones norteamericanos despegan,
nadie más vuela”, entonces cuando a las calles entre el ejército, la cosa se
pondrá “bonita” para los que no cumplan. Y es a eso a lo que no deberíamos
llegar.
Es lamentable ver como con el objetivo de desestabilizar a un país o agredir a la figura política de un gobierno, más, con el objetivo declarado de llamar la atención internacional mostrando una cara, a lo mejor real, pero no la única, que existe en este país, se lleguen a desarrollar incidentes como éste o se escoja un problema puntual como bandera. Repito, no existe el racismo institucional en Estados Unidos, no están los ciudadanos norteamericanos oprimidos, las personas aquí no sienten miedo y no quieren irse a vivir a otro país. Eso es mentira. En el peor de los casos que se quiere representar, los llamados afroamericanos, o sea, los negros, no son un grupo que vive en guetos o campos de reconcentración, no son manejados con perros entrenados, no son, ni podrán ser discriminados pública y abiertamente, ni por el estado, ni por los gobiernos, ni por la policía, ni por nadie.
Ningún grupo, partido, asociación podrá estar por
encima de los intereses de la nación, menos de los ciudadanos. Lo que veo no es
una manifestación por los derechos civiles, ni los reclamos por un grupo social,
ni tan siquiera la demanda por afectaciones particulares. Las imágenes de
candela, saqueo, robo, golpizas violentas, opacan cualquier causa justa. Lo que
el mundo está presenciando a gran escala, no es la protesta por la muerte de Floyd,
ni el disgusto del pueblo norteamericano, lo que se está exportando a partir de
las imágenes, es el descaro y la hipocresía, más los intereses de grupos,
metidos dentro de otros grupos, muchas veces metidos dentro de otros grupos, que
están tratando de joder. El ciudadano trabajador, el ciudadano cumplidor de las
leyes, el ciudadano que, queriendo cambios y arreglos, busque la vía “civilizada”
de manifestarse, siempre tendrá cabida dentro de este gran país, el resto
debería parar, porque se está arriesgando a ser tratado con más violencia que
la que ellos generan.
El pueblo norteamericano tiene una tradición muy
fuerte en la tenencia y uso de armas de fuego. Existen miles o millones de
civiles que legalmente poseen armas y han hecho declaraciones advirtiendo que
no van a permitir que nadie, ni ninguna causa, agreda a sus familiares o
destruya sus intereses. Han dicho públicamente que todos aquellos que crucen
esa fina línea del derecho y la legalidad, serán considerados enemigos y que
tiraran a matar. Ahí están las fotos y videos. Entonces, ¿qué quieren los
manifestantes agresivos y los saqueadores, que lleguemos a matarnos unos a
otros, que el asunto termine en una guerra civil? Creo que es el momento en que
la familia de Floyd, herida y dolida entendiblemente, salga y diga: _hermanos, negros
y blancos, asiáticos y latinos, árabes y africanos, les agradecemos las muestra
de solidaridad y el apoyo en la búsqueda de la justicia, pero, por favor, es
hora de parar.
En las manifestaciones, que repito, muchas no tienen
nada que ver con Floyd, aparecen jóvenes bolivarianos, o sea, portando carteles
en defensa de la Venezuela de Maduro, otros exhibiendo como mensajes sus tatuajes
con la cara de “Che”, banderas de frentes patrióticos latinoamericanos,
Salvador y Nicaragua, personas con gorras militares cubanas, verde olivo, con
la bandera cubana incluida, etc. Ahí están las imágenes. En las manifestaciones
aparecen personas que pagan a los manifestantes como ya dije. Ahí están los videos.
Y por supuesto, las televisoras nacionales e internacionales, incluyendo a la televisión
nacional cubana, que se dedican a echarle más candela al fuego, hablando de “revolución
social anticapitalismo” en los Estados Unidos, de los “oprimidos” lanzados a la
calle pidiendo derechos, de los negros explotados por la discriminación racial
brutal que existe, etc. Llegándose a lamentar públicamente y hacer propaganda de
la falta o violación de los derechos humanos dentro del país, incluso en
aquellos países donde todos los días, durante muchos años, se violan esos mismos
derechos, se reprime también a los negros, se encarcela también a los negros y
se conciben a los negros como mayor problema delictivo. Léase Cuba y mire a su población
carcelaria. Política y más política.
Creo que, si la intensión para muchos es demeritar a
pocos meses de las nuevas elecciones, a la figura del actual presidente, acaban
de escoger, una vez más, el camino equivocado. Por mis cálculos, el presidente
actual, sin desconocer el incidente de Floyd, está defendiendo los intereses
del pueblo norteamericano, no sólo de los blancos rubios de ojos azules, no
sólo de los republicanos, sino de los mismos ciudadanos negros que han sido
afectados, quemados y destruidos sus negocios, etc. Trump está jugando con la
candela de terrorismo interno, de gravedad nacional y de hacer funcionar al
ejército en defensa de las vidas y las propiedades de todos aquellos, incluyendo
los negros que están a favor, no de los republicanos, sino a favor de los
Estados Unidos de Norteamérica.
No todo es malo, claro, no todo es terror, no todos
los policías son asesinos, ni todos los negros, afroamericanos, son malos,
ladrones, drogadictos, etc. He visto videos de un negro americano, con cerca de
70 años oponerse a los vándalos, preguntándoles por qué le destruyen su negocio
y su camión, resultado de su trabajo y esfuerzo de toda su vida, lo he visto
decirles que eso no es “poder negro”, que eso no es reclamar nada, que, si
ellos están en contra del llamado “poder blanco”, están peor que ese poder
blanco que ellos critican.
He visto una foto, que debería darle la vuelta al mundo
de un policía que se queda solo, separado de su grupo de policías y que antes
de ser linchado, fue protegido por un grupo de hombres negros, los que hicieron
un cordón para salvarle la vida y evitar que fuera linchado por la masa
desbordada. He visto una foto de policías arrodillados rezando frente a la masa
de manifestantes, imagen que está pidiendo más que disculpas. He visto las
palabras en español casi perfecto de una niña de quizás 8 años, nieta del Dr.
Martin Luther King, donde, con sus palabritas pequeñas, hace un llamado a la paz
y al amor.
He visto un video de una muchacha joven negra, a la
que me echaría de amiga, que ella sola, batida contra decenas de manifestantes,
los acusa de hipócritas, de estar mintiendo, de no saber nada de lo que pasa en
los barrios de negros, donde, según ella misma, todos los días los negros matan
a negros, donde todos los días bandas de negros agreden a otros negros por el
control de zonas de drogas, donde mueren niños abusados por otros negros y
donde un negro que llama a la policía es asesinado por otro negro y el hecho es
bien visto porque es acusado de “soplón”. Ella les dice que sólo están buscando,
los tan queridos ahora, “likes”, pero ninguno va a trabajar en un barrio de
negros para resolver el tema desde abajo. Ella se nombra ciudadana libre y
feliz de vivir en el país donde vive. Les dejo el link del video, para mí, la
mejor de todas las explicaciones que he visto, leído y escuchado de lo que está
pasando y aclaro, lo que ella misma dice, no es una profesional de la
comunicación, no es un político, no es un enviado del gobierno, nadie le ha
pagado. Ella es una de la llamada afroamericana, o sea, negra, que ha salido a
decir su verdad.
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