martes, 30 de junio de 2020

Terror científico.

“En el totalitarismo la primera víctima es la verdad, el instrumento de dominación es el silencio, la sistemática asfixia de la libertad de expresión, la persecución, los daños y castigos”.
María Corina Machado. Caracas, mayo 2020

Soy un cubano común, nunca pertenecí a ninguna organización política mientras viví en Cuba, menos ocupé cargos a ningún nivel, de ninguna importancia. Estudié, trabajé, hice una familia y desde muy joven, cuando aún no podía explicarme teórica y profundamente el por qué, decidí que el marxismo-leninismo, el fidelismo, el socialismo y el comunismo en su fase de ideas, no me gustaban. Eso marcó un camino para mí, que ya muchas veces he descrito, me ha traído hasta hoy.

Leo y además pienso en Cuba y me sigo haciendo las mismas preguntas, que, a pesar de mi edad y experiencia, no puedo responderme con algo categórico y concluyente. ¿Qué nos pasó a los cubanos?, ¿Cómo tanto disgusto no ha terminado con lo que nos disgusta?, ¿Cómo después de tantos años de carencias progresivas irreversibles, no sólo en lo económico, sino en todos los aspectos de la vida, incluyendo la moral, atrapando a casi todos los cubanos en la limitación de aquello material para la vida y en el, por lo menos públicamente para una gran parte de los cubanos, doble pensar, no ha terminado por ponernos de acuerdo y tomar una decisión, una sola decisión, que nos permita probar por vías cubanas, otras fórmulas? Nadie cuestiona hoy la soberanía de Cuba, nadie quiere entregar el país a otra bandera o idioma, sólo se trata de probar otra forma, atrevida, arriesgada, pero nueva.

Resulta muy difícil analizar en pocas cuartillas un proceso que ya va por más de seis décadas y en el cual las figuras, sus virtudes y errores, sus logros y derrotas, sus voluntades políticas buenas y su mala intención, fueron muchas de ellas, las mismas.
Mucho se ha hablado, escrito, analizado, desde diferentes puntos. Los protagonistas, los que han estado a favor, los que están en contra, los estudiosos y filósofos, los cubanos de pueblo cada uno a su nivel, experiencia y posibilidad e incluso yo. Se repiten y se repiten las ideas, unas justificando, otras culpando. Los de adentro con sus compromisos y deudas o no, los de afuera con sus complejos, añoranzas, odio, etc. Siempre se repiten las mismas ideas.

Sin embargo, también siempre aparecen ideas, que, si no son nuevas para nada, definen y ayudan a definir, para incluso llegar a conocernos mejor. Ahora me refiero al término recién escuchado por mí, terror científico. Me declaro no especialista en técnicas represivas, entonces no me apena haber leído ahora por primera vez sobre algo que me parece conocido, que siempre he pensado, que además lo he sufrido personalmente, pero que en realidad no tenía tan conceptualizado con incluso un término reconocido parece que internacionalmente.

Recién unas semanas y unos días, han ocurrido dos hechos parecidísimos en dos países diferentes, que a pesar de lo parecido que son, han traído diferencias en la forma de actuar de autoridades y pueblos, por lo que una vez más, es bueno pensar.

Me refiero al primero, un hecho ocurrido el día 25 de mayo del 2020 en el vecindario de Powderhorn, en la ciudad de Mineápolis, Minesota, Estados Unidos, donde como resultado de un arresto policial, donde intervinieron 4 policías, a todas luces con un desmedido uso de la fuerza, un hombre negro, George Floyd, resultó muerto minutos después de su arresto, aparentemente por asfixia. El segundo ocurrió el día 24 de junio del 2020, a solo un mes del anterior, en el municipio de Guanabacoa, Ciudad de la Habana, Cuba, donde un joven de 27 años, también negro, fue baleado por la espalda y en una pierna de forma mortal, por un policía que lo persiguió en carrera por casi dos kilómetros. De más está decir, aunque siempre es bueno repetir que ninguno de los dos hechos tiene justificación, pues parece que en ambos casos los oficiales de la policía, aún cumpliendo con su deber, podía haber apelado a otras formas de actuar, que no terminaran en la muerte de ambos hombres.


Lo llamativo es que ambos hechos ocurridos con muy poco tiempo de diferencia como para que el olvido o la confusión haya trabajado, donde mueren dos hombres por abuso o mala práctica policial, donde ambos eran supuestos delincuentes, uno afroamericano en Estados Unidos, otro negro en Cuba, tengan tanta diferencia como consecuencias. Dos vidas perdidas en manos de la policía. Da igual cómo y por qué fue, dos vidas perdidas.

En Estados Unidos, a pesar de que los 4 policías fueron separados de sus responsabilidades y al menos el protagónico fue inmediatamente instruido con cargos de asesinato, etc., que muchos jefes de policía declararon reconociendo y criticando el error, que muchos políticos se manifestaron en contra y que el propio presidente del gobierno declaró a la nación y se entrevistó con la familia de Floyd condenando el hecho y transmitiéndole sus condolencias en nombre propio y del pueblo norteamericano, se desencadenó la de “San Quintín”.

La muerte del afroamericano que afectaba a su familia y amigos más cercanos se utilizó como pretexto para armar y poner en funcionamiento el movimiento antirracismo y anti-xenofobia, manifestaciones pacíficas entendibles y quizás necesarias, pero detrás de ellas, de forma organizada y pagadas en dinero cash, se montaron manifestaciones no tan pacíficas y, peor, totalmente violentas, agresivas, vandálicas, destructoras y desestabilizadoras de la vida en algunas ciudades del país. Llevamos un mes con agresiones a las personas, ahora de negros y supuestos aliados hacia blancos, agresiones a negocios privados con el objetivo de robar, quemar, destruir, agresiones a las estaciones y carros e incluso a los policías como personas, agresiones a las figuras de gobierno y sus decisiones.

Todo el mundo aquí, en Estados Unidos, ha opinado, incluso yo, lo que me parece bien, a favor o en contra de lo que está pasando. Están los que apoyan las acciones de los que protestan pacíficamente a pesar de que ellos porten banderas y ropas con la cara del Che, banderas marxistas, sandinistas y bolivarianas, etc., y los que apoyan y creen necesarias las acciones de los delincuentes de cualquier color, los hay negros, rubios, jabados, pelirrojos, albinos, etc. y de cualquier edad.

Se han visto declaraciones de los jefes de esos movimientos que han dicho frente a periodistas textualmente que la idea es “quemar” el país, destruirlo, cambiar todo hacia el lugar y la forma que ellos, con razón o por capricho, exclusivamente quieren llevarlo y cambiarlo. Todos hemos opinado. Ya dije en uno de mis artículos anteriores, todos los colores humanos defendiendo o echando a todos los otros colores humanos. Todas las marchas y protestas se han tratado de resolver, aplacar, terminar, sin más abuso de la fuerza, sin que aparezcan más muertos, incluso donde por momentos las autoridades han aparecido como pasivas y disminuidas. Las policías locales han pedido por favor, se han arrodillado en muestra de respeto, han hecho declaraciones negociadoras llamando a la calma y el orden. Los políticos han intervenido tratando de que la cosa se calme. Le presidente ha llamado la atención, y ha advertido que, si no queda más remedio, en cumplimento de su autoridad y responsabilidad, no permitirá que se destruya el país y si llegara a hacer falta, él mismo asumiría el papel de jefe del ejército en la práctica.

Pero, además, tan pronto se conoció la noticia de Floyd, todo el mundo que está fuera de los Estados Unidos, que en realidad ni sufren lo del supuesto racismo, ni les interesa la muerte del aquí afroamericano, ha opinado. Claro, el caso, además de justo, se presta para el show, ocurrió en Estados Unidos, país en la mira constante de muchos, eso es importante, en medio de un gobierno, que de seguro pasará como el más criticado de la historia de este país, con un presidente que a muchísimos no gusta y que otros muchos aseguran que no ha hecho absolutamente nada positivo, a pocos meses de las próximas elecciones presidenciales. Los justos reclamos por la innecesaria muerte de Floyd han pasado, olvidando el origen, a críticas al gobierno, cuestionamiento de la actuación de todos, donde pocos han escapado, burlas, noticias reales y noticias falsas, chismes. Las manifestaciones han traído a personas extranjeras que pagan a los manifestantes y manifestantes extranjeros que han venido precisamente desde sus países a quejarse aquí adentro. La izquierda encubierta o pública ahora se filtra y trata de imponer el camino, los socialistas tratan de apoyar al candidato opositor.

Cuba, para no quedarse atrás, se ha manifestado, como siempre. Expertos en la caza de los problemas internos de Estados Unidos y los noticieros y periódicos oficiales cubanos, que por demás son los únicos que existen, se la han tomado con el abuso policial, el racismo, la muerte de una persona para inundar los medios con sus ideas y con esto no sólo establecer su camino, sino mantener entretenida a la población que depende o gusta depender de la información oficial que le suministran.

Muchos funcionarios del gobierno han hecho públicas sus opiniones adoloridas, hablando mal de la sociedad y gobierno norteamericanos e incluso, por hacer cosas, un cantante popular cubano anuncia el lanzamiento de una nueva canción con la frase “no puedo respirar” que dijo Floyd mientras el policía le presionaba con la rodilla su garganta. El gobierno cubano a través de sus funcionarios y periodistas, hablan de racismo, explotación, capitalismo brutal, diferencias irreconciliables de clases, disgusto de toda la sociedad. 

Habla de la solución “socialista” que quieren 5 o 5000 personas aquí adentro, sin poderles dar pan y agua a la población de Cuba. Estimulan, si, dan candela, desde posiciones aparentemente justas e inofensivas, a la destrucción de lo que hoy tenemos, para sustituirlo por algo que nadie sabe qué es exactamente. Se quejan una vez más y echan la culpa a otros, Estados Unidos es el elegido siempre, de todos los males, carencias, incapacidades, etc. que hoy ese sistema que domina a Cuba por más de 60 años, exhibe.

Entonces, como el “que no quiere caldo le dan tres tazas”, al mes del problema Floyd, un policía cubano, mata, para algunos, asesina, a un joven, Hansel Hernández, de 27 años, por la espalda y la reacción cubana es totalmente diferente, gobierno y pueblo.

Veamos la simple declaración del Ministerio del Interior de Cuba, entidad a donde pertenece la Policía Nacional Revolucionaria, PNR, de donde era o es miembro el policía que disparó, dada al pueblo de Cuba, después de varios días de silencio, en un periódico de segunda categoría, Tribuna de La Habana, que muy pocos leen:

“Los tripulantes de un auto de la Policía Nacional Revolucionaria que cumplía servicio de vigilancia y patrullaje, en el capitalino municipio de Guanabacoa, sorprendió infraganti a un ciudadano que había robado piezas y accesorios de un paradero de ómnibus, quien se dio a la fuga cuando trataron de identificarlo.
Como parte de las investigaciones realizadas, hasta el momento, se pudo establecer que durante la persecución -a la carrera, a lo largo de casi dos kilómetros- por un terreno irregular, el individuo para evitar ser detenido agredió con varias piedras a uno de los policías, una de las cuales lo golpea en la entrepierna, otra el lateral del torso y una tercera le disloca el hombro y lo lanza al piso.
En el intervalo en que el agresor lanza las piedras, el militar realizó dos disparos de advertencia. Acto seguido y debido al peligro para su vida por la magnitud de la agresión, el policía riposta desde el piso efectuando un disparo con su arma de reglamento que impacta al individuo y le provoca la muerte.
El fallecido se nombra Hansel Ernesto Hernández Galiano, de 27 años, residente en el propio municipio.
El Ministerio del Interior, lamenta el fallecimiento de esta persona, en la circunstancia, antes descrita, en medio de intensas jornadas de nuestros combatientes junto al pueblo en defensa de la vida, la tranquilidad ciudadana y el orden interior”.


Lo primero, claro, es la vía para dar la información, ya dije un periódico de muy poca circulación que leen pocas personas, en vez de utilizar el periódico Granma, o sea, desde aquí mismo el asunto para las autoridades no es tan importante. Luego, la información es primero publicada por un influencer llamado “Ale El Guerrero” que tiene un canal en YouTube de audio sin cara, sin identidad, o sea, sobre un muñeco con voz, que se dedica a defender todos y cada uno de los actos del gobierno cubano y echarles a todas y cada una de las opiniones diversas que existen dentro y fuera de Cuba. La noticia oficial del gobierno repite la información dada por una voz sin imagen en internet.

La versión oficial del órgano responsable cubano no deja de decir, como siempre, que el joven cubano tenía “antecedentes por Amenaza, Abusos Lascivos y Robo con Violencia, por lo cual cumplió sanción y se encontraba en libertad condicional”, o sea, que el muerto no era tan buena persona, sino que era un delincuente común. No se aclara en la nota oficial si el policía esta bajo investigación, detenido o al menos separado de las filas de su organización y lo que si se sabe hoy es que la investigación debe estar limitada porque el cadáver del joven fue incinerado, luego de que las autoridades cubanas sugirieran esa rápida solución para el cadáver, alegando que estaban en medio de una pandemia, el joven cubano no estaba infestado con el Coronavirus, lo que hace imposible calcular los disparos, etc., porque las cenizas de un cadáver no permiten hacer estudios científicos sobre balísticas.

La noticia está confusa en sí misma, como siempre. El “delincuente” salió corriendo dicen que con una pantalla que se había robado cuando uno de los dos policías de turno, le cae atrás. El otro policía quedó tranquilamente en el auto de policía, al parecer sin hacer mucho, imagino que llamando a los refuerzos. Yo supongo que el joven debe haber tirado la pantalla o lo que llevara consigo para poder correr más rápido, carrera que ocupó según el informe “a lo largo de casi dos kilómetros” o sea, casi 2 000 metros, lo que significa una buena carera de 5 vueltas a una pista olímpica. El informe dice que el joven en el mismo momento que corría desprendido para evitar la captura le tiraba piedras al policía, o sea, para cualquier que pueda imaginarse la escena, el tipo se paraba, se agachaba, recogía las piedras, que tuvo suerte estaban todas organizadas a la mano, luego se viraba de frente para tirársela a su perseguidor, porque no existe otra manera de hacerlo. Las piedras tiradas parecen debieron ser muy grandes o el perseguido tener una extraordinaria fuerza porque una de ellas, dice el informe, “le disloca el hombro y lo lanza al piso” al perseguidor, cosa que un experto en traumatología, fuera de Cuba obviamente, declaró que en sus 20 años de servicios atendiendo traumas en todo el cuerpo humano, nunca había visto. El técnico define que una piedra tirada a determinada distancia por un hombre y no una máquina, jamás podría dislocarle el hombro a nadie, a no ser que fuera una piedra como “La Gran Piedra” o la “Piedra Tumba de Fidel Castro”, ambas en la ciudad de Santiago de Cuba.

Al final el policía le dispara mortalmente por la espalda, obviamente a distancia, lo que queda poco entendible que fuera en defensa propia, porque el perseguido, corría ligeramente para escapar, dicen que estaba agachado y todos los informes que he leído aclaran que no estaba armado, sólo la versión cubana dijo que tiraba piedras a su perseguidor mientras corría, todo lo que ahora es difícil de analizar, donde hubo un cuerpo, sólo queda cenizas.

Hay los que dicen que el hecho está o puede estar relacionado con una exacerbación de las pasiones entre policías, porque hace muy pocas semanas, un individuo entró a una estación de policía en Calabazar, Ciudad de la Habana y sin mucha explicación, hirió a dos policías y asesinó con un arma blanca a otro, lo que resulta difícil de demostrar, pero siempre puede quedar la duda porque todos sabemos que la historia recoge muchos hechos en muchos países de policías que frente a la muerte de un compañero, salen a cazar, si cazar, a los culpables o a otros que paguen por el incidente ocurrido. Pasiones a pesar de los uniformes.

Llama la atención que el informe del Ministerio del Interior, máximo órgano de la seguridad de la nación, al cual pertenece la Policía, trata de quitarle importancia al asunto cuando dice textualmente que lamenta lo ocurrido, en “medio de intensas jornadas de nuestros combatientes junto al pueblo en defensa de la vida, la tranquilidad ciudadana y el orden interior”, o sea, como en muchas otras ocasiones le pasa la mano al hecho, primero nombrando a los policías “combatientes”, cosa que trata de crear un mayor efecto sentimental y luego, con más abuso de sentimientos, dice que esos policías combatientes, están junto al pueblo, apareciendo nuevamente la definición pueblo que ya nadie sabe lo que quiere decir, ni a que parte se refiere, defendiendo la vida, etc.

Ahora, el hecho sea cual sea, tiene un policía que mató de un tiro por la espalda a un cubano, joven, negro, desarmado, quizás delincuente, que a todas luces trataba de escapar, no de agredir ni de eliminar físicamente a su perseguidor. Declaro que le joven cubano no era ni mi familia, ni mi conocido y en realidad puede ser que dentro de una semana no me acuerde el él. ¿Dónde están las voces insultadas que reclamaron justicia para Floyd, un afroamericano en Estados Unidos?, ¿Dónde está Mariela Castro y los periodistas del régimen que, a segundos de la muerte de Floyd, comenzaron a invadir las redes sociales exteriorizando y sobre todo, tratando de agravar el hecho?, ¿Dónde está el presidente de Cuba y los ministros que forman su gobierno, que no salieron por la TV nacional a dar una explicación y menos se presentaron frente a la familia para por lo menos dar condolencias?, ¿Dónde están los cantantes, intelectuales, artistas cubanos en Cuba y todos aquellos que fuera de Cuba criticaron a mansalva, haciendo leña del árbol caído, a las autoridades norteamericanas, a la policía y que no pocos vieron bien e incluso justificaron la violencia y el vandalismo, que se creó aquí y todavía existe en muchas ciudades?, ¿Dónde están esos cubanos dentro de Cuba que no llaman a salir a la calle a pedir se sancione a los policías, a declarar al mundo que la policía cubana ha asesinado a un joven negro, quizás a destruir una que otra tienda o edificio?, ¿Es para las autoridades de gobierno cubanas, los artistas, los intelectuales, más los que desde cualquier lugar del mundo defienden o callan frente al gobierno cubano, más importante la vida de un negro norteamericano, que la vida de un negro cubano?, ¿Hasta cuándo tanta hipocresía?

Esto, entonces, me ha hecho pensar en el terror científico. Creo que desde el propio 1959 Fidel Castro, como muy pocos anteriormente, implementó esta herramienta como parte de su poder, convirtiendo, como dice María Corina, a la verdad en víctima y al silencio en instrumento para gobernar. La propaganda trató e incluso logró, que las personas repitieran como verdad, algo que no existía o no veían. Las personas creyeron en algo que se dijo, pero no se definió ni cómo, menos, para cuándo. El escarmiento ejemplarizante desde los propios inicios y contra los propios compañeros de lucha y gobierno, funcionó no sólo como muro de contención, sino como maquinaria efectiva de auto contención para muchos. Las personas sentían miedo incluso cuando no habían hecho nada malo y trataban de evitar que sus cercanos, familiares y amigos, pudieran hacer algo indebido, como sólo decir, no estoy de acuerdo. El miedo formó parte de nuestras vidas.

Si todo aquello que aprendimos de las condiciones objetivas y subjetivas es verdad y existe como narrativa de la vida social y económica de un país cualquiera, entonces estamos en presencia de un momento donde el gobierno cubano, más allá del nombre que se le dé o la legalidad que se le asigne, ha venido disminuyendo y disminuyendo sus prestaciones, hasta casi llegar a no poder resolver nada de la necesidad de un cubano común, o sea, hablo de comida, agua, medicamentos, atención hospitalaria, ni hablar de otros servicios como arreglo de casas, carros, compra de ropas, artículos para el hogar, transportes públicos, etc. Ya no vale la pena discutir si fueron malos o buenos en el pasado, si los inventos fracasaron o triunfaron, si el socialismo como sistema socio económico es válido o no porque han pasado 60 años y hoy, el gobierno, como todo otro cualquier gobierno, no beneficia a nadie, más allá de a las figuras del propio gobierno.

El gobierno cubano, no el socialismo teórico, no lo que ocurrió en las décadas del 60, 70 u 80, sino hoy no puede garantizar y peor, no sabe cuándo podrá, nada para una población que se desgasta en hacer horas de infernales colas para comprar cualquier cosa, padece de los mismos apagones de siempre y la misma falta de agua de siempre. ¿Cómo entender que las autoridades cubanas entiendan y apoyen el disgusto de algunos sectores sociales norteamericanos, que bien comidos, bien bebidos, bien vestidos, bien transportados, poseedores de casas y apartamentos, donde no se va la electricidad, ni el agua, donde se puede escoger entre 3000 ofertas de líquidos para tomar y 200 ofertas para un celular, con más de 300 canales de TV, quieran hacer cambios y no acepte que el pueblo cubano, después de 60 años de ininterrumpido esfuerzo y sacrificio, tenga derecho a soñar con poder tomar agua fría siempre y comerse un buen pan siempre?, ¿Cómo desear el bien para el pueblo norteamericano, que el día que no consiga mayonesa se tira a las calles y pretender que el propio pueblo que se dirige, que ha visto disminuir sus posesiones, que está viviendo al día, con un muslo y contramuslo de pollo para tres personas para el mes entero, que considera que la mayonesa es algo que sólo consumen los multimillonarios que tienen sus mansiones en La Luna, siga y siga aguantando por los siglos de los siglos? El pueblo norteamericano está inconforme y en seguida hay que cambiar el sistema, el pueblo cubano está inconforme y tiene que soportar, aguantar, resistir y luego sonreír y mostrar alegría frente a un sistema incapaz hoy de resolver nada. Buen negocio el de esos gobernantes, cada día más alejado del marxismo, leninismo, proletariado y sobre todo su pueblo en general.

Existen condiciones en Estados Unidos para mostrar la inconformidad e incluso acabar con ella. Todos nos podemos poner de acuerdo y dentro de pocos meses votar por los demócratas, por los verdes, por los anarquistas, por los vegetarianos, por los que son homosexuales, por los de cabezas cuadradas, podemos manifestarnos, protestar, hacer declaraciones, crear movimientos en defensa de las hormigas negras gigantes, podemos denunciar el fraude, llevar a los corruptos a juicios, pedir justicia por la muerte de Floyd, etc. Cuba, su gobierno civil y militar sólo pretende vivir bajo el terror científico.

VIVI, si viví con mayúscula en Cuba durante 44 años, tiempo suficiente como para conocerla y si hay algo que me llama la atención hoy es que nunca vi tanta represión como la que estoy viendo. Siempre ha existido, pero creo que antes era menos o por lo menos había menos conocimientos de su existencia, quizás eran más finos. Conozco del terror científico desarrollado por cuadras, por centros de trabajo y estudios, incluso por familias. Conozco del terrorismo científico establecido entre personas. Tengo tantos cuentos, sólo los vividos por mí, que pudiera escribir una enciclopedia.

Crecí escuchado que los “yanquis” nos atacarían todas las mañanas de todos los días y por tanto el entretenimiento de la autodefensa. Crecí escuchando hablar, mejor criticar a los “gusanos de Miami” que regresarían a quitarnos lo que teníamos. Me puse viejo escuchando que los opositores internos, eran agentes pagados, mercenarios, por cualquiera de las agencias que existen fuera de Cuba y, sobre todo, los mejores consejos, no pienses tanto, no hables tanto, no critiques tanto, este no es el marco para ese planteamiento, no te dejes influir, etc. Las fuerzas combatientes de la policía, las fuerzas especiales del Ministerio del Interior, la policía secreta y los agentes de la seguridad del estado, más militares armados vestidos de civiles, están hoy todos los días en la calle, no junto al pueblo en defensa de la vida, la tranquilidad ciudadana y el orden interior, eso es mentira, sino reprimiendo abiertamente a las personas. Hoy las imágenes de las golpizas a hombres y mujeres, la violencia de las detenciones, la coartada justificada para llevar presos, amontonar en los calabozos, poner en las cárceles a todo el que trate de violar la cientificidad del terror, es parte de la vida diaria.

Antes era más fácil, la información era poca y muy bien administrada y escondida, hoy las imágenes no mienten. Acabo de ver a un policía ahorcando a un muchacho cubano, con una de esas técnicas de estrangulación especializada, mientras su compañero combatiente, poco diestro en poner esposas, arrodillado sobre el joven, le daba piñazos por las costillas y gritaba violentamente “lo quiero desmayado, lo quiero desmayado”. Acabo de ver a un policía metiendo a la fuerza dentro de un carro de policía a una muchacha que tenía a un bebé de meses en sus brazos, a la que zumbaron con bebé y todo para adentro. Son más que conocidas las arrastradas, las golpizas con palos, tonfas, a gente que está en desacuerdo con algo o que sencillamente reclama un derecho, “queremos agua”. He visto lo increíble, un policía cubano, que, frente a una cámara de video, amenaza con golpear y acabar con cualquiera que salga a protestar, frente a una cámara tal como lo hacen en aquellos famosos videos los grupos extremistas árabes que a cada rato se ven en internet. Y no pasa nada, ni lo saca de la policía, ni el gobierno aclara, sólo se deja correr. ¿Qué diferencia todo esto con lo ocurrido a Floyd?, ¿A quién defiende la policía cubana hoy?, ¿Es el gobierno cubano mejor o peor que el “malísimo” gobierno de Trump?, ¿Se está reprimiendo en Cuba hoy a aquellos que intentan desordenar “el orden” o lo que al gobierno le llama así o se está reprimiendo de izquierda a derecha para evitar que se les vaya de la mano, para imposibilitar que aquello de las condiciones objetivas terminen de preñar a las condiciones subjetivas?

El terror científico. Alertas personales por agentes vestidos de civil, chantajes, acciones para comprar a los que se oponen de forma organizada, ahora en la parte alta de la última ola, decomisos y sanciones ejemplarizantes, más personas en calabozos y hacia las cárceles, reforzamiento de tropas antimotines, no para luchar contra el enemigo yanqui que nos viene invadiendo por estos últimos 60 años, sino para reprimir, aplastar a ese pueblo que ya no pude soportar más. Gobierno tomando decisiones que no resuelven nada, aconsejando nuevamente a las personas que siembren en los jardines, patios e incluso en las macetas, tanto como si la pasta de diente se diera de la tierra o una vaca pudiera criarse dentro de un pozuelo plástico. Discursos por un lado aparentemente amorosos, pero por otro agresivos, represores. Policía en la calle golpeando y como nunca, personas, barrios, pueblos casi enteros, que comienzan a fajarse con las manos y quizás piedras contra esa policía. Discursos hoy en 2020 sobre la fortaleza y el apoyo del pueblo a la revolución gobierno y cada día más caras de decepción y asombro de ese mismo pueblo que dice no querer apoyar a nadie, ni a nada más.

Sólo el terror científico, como antesala de algo más complicado le está quedando al gobierno frente al escenario que se está desarrollando. El retraso a los cambios, el no querer ceder, el aguantar hasta última hora como lo están haciendo a cambio de nada demostrable, la muela de un sistema mejor, que está trabajando para logar cosas que viene tratando de lograr por más de medio siglo sin resultados estables, la ciencia puesta aún en el terror para reprimir a los inconformes, que por la real cuenta son muchos, ojalá no desencadene y genere algo peor. Seá muy complicado para todos.

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