domingo, 20 de septiembre de 2020

Septiembre 2020. Curiosidades para la periodista cubana, víctima, Irma Shelton.

Estoy escribiendo y no puedo dejar de pensar en Irma Shelton, si, aquella periodista cubana, que, frente a las cámaras del Noticiero Nacional de Cuba, el “estelar”, aseguró que Estados Unidos está complicado, porque se pasa hambre.

Y la información, que en el momento que se emitió, tuvo 99,9% de política, lo que demerita enormemente la profesionalidad de la periodista, porque incluso confiando en su buena voluntad, es cuestionable lo de prestarse, poner su cara y cuerpo, para repetir lo que otros le han redactado, sin averiguar, tan siquiera o al menos, flexibilizar la información.

¿Se pasa hambre en Estados Unidos? Creo que sí, que debe existir personas, al igual que en todos y cada uno de los países del mundo que no puedan comer un día. Sé que existen personas que, por malas decisiones, han parado en las calles y entonces es posible que de vez en cuando se las vean difícil para garantizar, como mínimo, tres comidas calientes al día. No obstante, he escrito ya en este blog, lo que pasa con los llamados “homeless” o sin hogar en el estado donde vivo, no puedo asegurar en otro lugar, y no es del todo tan horrible como se ve en las películas o la imagen que sobre ellos se quiere fabricar para demeritar a un país entero.

Si hay algo que impresiona a cualquiera al llegar a este país, es la enorme cantidad de comida en todas las esquinas que se vende. Tengo referencias vividas de tres países diferentes, en los dos anteriores a Estados Unidos, no existe, lo puedo asegurar, nada parecido a la oferta de comida, grande, inmensa, enorme, colosal, extraordinaria, formidable, magnánima y por momentos puede ser exagerada, como existe en este país. He caminado por varias ciudades y estados aquí adentro y donde quiera que te mueves, se repite el mismo esquema, comidas, pero además comidas para todos los bolsillos, incluso comida regalada, gratis, para los bolsillos deficitarios. De ahí que la afirmación de la Shelton me parezca no sólo una vulgar mentira, sino una mentira extremadamente ridícula, que lo único que logra es el irrespeto de las personas a las que pretende engañar.

Vivo aquí haca 8 años, he visto mucho, pero Estados Unidos, este gran país, no guste o disguste a algunos, tiene siempre guardada una sorpresa para aquellos que piensan que lo han visto todo. Hace dos semanas, me toco la visita a los dos supermercados en los que compro sistemáticamente cada 15 días. Martica manejaba y yo me encargaba de mirar hacia afuera para evitar imprevistos. Mirando y mirando, descubrí algo que me llamó la atención y dudé de que lo que estaba viendo fuera verdad.

Entonces, con ganas de ver mejor, me bajé y me acerqué a verificar si mi idea era cierta. Y si, lo era. En el parqueo de Sam´s Club, primo hermano del supermercado Walmart, ocupando toda una línea de parqueos había una rastra de las grandes, de las que cuando uno maneja y las ve por el espejo retrovisor, se dice “coño” y aprieta las manos en el timón, de color rojo la cabina, que, en la cama de atrás, a todo lo largo de ella, tenía montado un enorme horno, lo que aquí llamamos comúnmente BBQ.

Así y todo, sabiendo que Nebraska es uno de los estados mayor productor de carne del país, sobre todo de cerdo y res, al irme acercando me parecía mentira, no por lo del horno o BBQ, sino por el tamaño.

No confiado, porque podría ser una mentira o estar filmando una película, me acerqué con mi condición de no ser nacido aquí, un amigo me enseño que una cara de comemierda, bien administrada es a veces una buena solución, por lo que todo es posible y le pregunté a los que estaban trabajando frente a la rastra. _ ¿Esto es un BBQ de verdad? Y una de las muchachas, sonriendo, parece que, acostumbrada a las caras de asombro y las preguntas tontas, me aseguró que si, que ellos eran del norte de Nebraska y que todo aquello, les repito, un enorme horno del tamaño de la cama de una rastra estaba lleno de carne que se estaba cocinando.

No tuvo entonces que asegurarlo, porque el olor que salía por las chimeneas, a no ser producto de un muy fuerte espray, era de carne. Muchos metros alrededor estaban inundados de ese rico olor, que los cubanos sabemos que la carne de cerdo emana mientras se cocina, imposible de ocultar.

Pedí permiso para tirar fotos, a lo que la misma muchacha, tal como si estuviera acostumbrada a las alfombras rojas y los flashes de las cámaras, accedió agradablemente, yo sabía que escribiría este artículo y no quiero que se me pueda acusar de “enamorado mentiroso”. He asumido durante todos mis escritos lo de posible enamorado, claro que lo estoy, en la misma medida que me he prohibido decir mentiras. Las verdades son tan grandes como este BBQ, por lo que no es necesario inventar nada.

No puedo ocultar que me vino a la memoria la Shelton, con sus espejuelitos niquelados, parada frente al telepronter del noticiero, repitiendo la noticia que no se sabe quién pudo redactar. Me gustaría invitarla y de paso meterla dentro del BBQ para que pudiera comprobar la existencia de la carne que llenaba aquel horno. Carnes, que, por sus precios, puede consumir cualquier ciudadano norteamericano, incluso los “homeless” después de una jornada de 8 horas parado en una esquina de esta ciudad, porque además puedo asegurar, que, según cálculos de las autoridades, parados allí en sus esquinas, gana más dinero que si trabajaran en muchos trabajos de esos aquí considerados fuertes, de la mano.

¿Qué diría la Shelton, mientras camina por encima de la carne asada y se quema las nalgas dentro del horno? Bueno, a lo mejor entonces hablaría de la maldad de matar tantos cerdos, de lo que sufren los animales de granjas en vida, de que es preferible conservarles la vida, etc. Cuando no se quiere perder, pues nunca se pierde. Como dice el viejo refrán, “no hay peor ciego, que el que no quiere ver”.

Aquí las fotos, obsérvese que cada rectángulo niquelado, a ambos lados del gran tubo - horno, es una puerta a través de la cual se coloca y se saca la carne. Obsérvese que detrás de la rasta BBQ, existe un tráiler, refrigerado, lugar donde se transporta y se guarda, mássssssssss carne.
















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