jueves, 10 de septiembre de 2020

Para cinéfilos. También la vida de nosotros, los cubanos.

Después de que publiqué el 19 de agosto un artículo sobre la película checa, “The painted bird”, recibí desde Cuba la recomendación de mi amigo, el “Agente 24”, por razones obvias lo nombro agente y lo de 24, tal como se crearon las columnas en la lucha en la Sierra Maestra, puede dar la impresión de que tengo muchos colaboradores, para que buscara y viera la película alemana “The lives of others”, o sea, La vida de los otros.

Confío en el “Agente 24”, entonces me di a la tarea de buscarla y ayer me senté a verla, como siempre, de un tirón. Corría el riesgo de cabecear o “pescar” como decimos en cubano, porque la hora escogida fue precisamente después del almuerzo y el idioma alemán es difícil, pero no, nada de eso.

Genial, impresionante. De las mejores que he visto últimamente, además de Mulán, cuya versión en humanos, tuvo el rico objetivo de compartirla con mi nieta Mia, ambos estuvimos contando los días para su estreno y ella en San Antonio, yo en Lincoln, nos reunimos para verla a la misma vez y poder, luego, disfrutar de nuestras experiencias.

“La vida de los otros” es, como dije, una película alemana del 2006, que debo reconocer no conocía. Por aquellos años estaba tratando de insertarme en la República Dominicana y la información sobre cosas como esta me llegaba menos.

Si algunos de mis lectores tuvieron la oportunidad – “desgracia” de estar detenido en un calabozo o preso en Cuba, podrá recordar a través de la película su vida, al detalle. Podrá ver su biografía con otros nombres y rostros. Si algún lector, que por equivocación se empata con este artículo porque jamás escribiré para él, fue represor en Cuba, se verá reflejado y recordará su trabajo, las técnicas, las preguntas, el disfrutar haciendo y viendo sufrir. Si usted no ha estado nunca en calabozos e interrogatorios, si no ha sentido que lo vigilan, ahórreselo, pero al ver la película, podrá saber cómo funciona, pueden confiar, lo aseguro, que es verdad lo que se cuenta. Puede salir a contarlo tal como si lo hubiera vivido. Los que todavía no creen que esto sucedió y lamentablemente, sucede en lugares, como, por ejemplo, Cuba, no conozco mucho Corea del Norte y soy sincero, no me interesa mucho ahora mismo, despierten, la vida es corta y pueden morir durmiendo.

La historia se desarrolla en el Berlín del Este en el año 1984. La "Stasi", policía política de la República Democrática Alemana, por aquellos entonces, tenía, según Wikipedia, 100 000 agentes y 200 000 informantes. ¿Cuántos tendrá Cuba? La misión de esa dependencia del gobierno y sus homólogas en todos los países del llamado “campo socialista”, fue clara y la misma, vigilar cada día de la vida de los ciudadanos.

El drama principal se da entre dos personas. Uno, un convencido comunista y capitán de la Stasi y el otro, un dramaturgo que era fiel al régimen alemán. El primero es un tipo extraño, una máquina sin sentimientos, profesional de la tortura psicológica, de una vida solitaria y muy limitada económicamente, que utiliza los servicios de prostitutas para resolver sus necesidades sexuales. Envidia, miedos, lucha por el poder secreto. El segundo, un hombre de cultura, reconocido intelectual, que estaba a favor del gobierno alemán, que sus ideas no eran de gran problema para los intereses de la seguridad nacional, rodeado de una vida cómoda y de amigos, todos intelectuales, dramaturgos, artistas. Enamorado de una bella actriz y correspondido. Aparentemente un tipo profesional y noble, que no se cuestionaba nada, su objetivo era escribir obras para el teatro. Obras aceptadas. Era feliz. Contradicciones con sus amigos intelectuales con otra forma de pensamiento. ¿Conocen esta relación en Cuba?

La historia principal se relaciona con otros personajes y otras historias. Las clases en la escuela de la Stasi donde se enseñaba la teoría y la práctica de los interrogatorios, donde a la fuerza se convertía en culpables a los inocentes, logrando de ellos desgarradoras denuncias y acusaciones a otros. Los miembros de la seguridad del estado ocupando puestos en el gobierno, ministros corruptos, abusadores, chantajes políticos, compromisos sucios a base de compromisos para escalar dentro de las filas del partido comunista y las instituciones de gobierno. Poder. ¿Se parece esto a lo que ocurre en Cuba?

Ministro de Cultura proveniente de la Stasi, enamorado de la bella, joven, novia del dramaturgo, que, abusando de su poder, posee a la muchacha, la chantajea, la fuerza, a cambio de permitirle que continúe con su carrera de actriz. ¿Paso esto en Cuba? 

Ministro que, rabioso enamorado de la joven, que se deja poseer, pero no lo ama, arma un caso contra su novio, dando órdenes de vigilarlo las 24 horas del día, con el objetivo de “descubrir” algo para sacarlo del camino, llevarlo preso, quizás desaparecerlo. ¿Se pueden inventar casos en Cuba, acusando a personas de cualquier cosa con tal de desmoralizarlo, echarle arriba al pueblo, ponerlo preso, etc.?

Gobierno alemán que esconde las cifras reales de los problemas internos, que no solo falsifica las estadísticas, sino que las esconde y deja de informarlas. ¿Se manejan las cifras en Cuba? Suicidios como solución de muchas personas a la inconformidad de sus realidades y como para salirse de la presión de la policía secreta. Suicidios que rompieron récords dentro de la vida de los países “amorosos” del campo socialista, donde la propaganda decía que todos estaban contentos. Suicidios que podían ser comparados con la emigración, con las personas que se fugaban, con los que HULLEN y ESCAPAN. ¿Conocen si las personas, los cubanos, se fugaron de Cuba?

Los teléfonos “pinchados”, las casas cableadas con cámaras y micrófonos, la observación constante para encontrar un detalle, un mínimo detalle, por el cual presionar, chantajear, presionar, desmoralizar, lograr por lo menos la no actividad. Las advertencias, el anuncio de que las consecuencias llegarían a los familiares, esposas e hijos. La fuerza para conseguir no sólo el arrepentimiento, sino el olvido, para, al no poder penetrar en los cerebros, conseguir al menos, que no existan manifestaciones. Intelectuales disgustados, en desacuerdo, cuestionadores. Intelectuales, alemanes, que demostraban que de “amoroso” y de “contentos” había poco. ¿Esto, con el paso de los años, ha pasado en Cuba?, ¿Intelectuales, cubanos, que, incluso habiendo apoyado a la revolución de 1959, enamorados seguidores, otros enamorados guías, hoy están en “contra”?

Conocimiento exacto de todo lo que pasaba, de lo que se hablaba, de lo que se leía, de las veces que se hacia el amor, de incluso, el tipo de máquina de escribir con que se escribía. Conocimiento de todo, para poder utilizarlo en contra de la persona a sacar del camino. ¿Es así en Cuba?, ¿Un vecino, por revolución o envidia, por moral o chantaje, por dejar de ser foco, por buscar prebendas, puede denunciarte por comer diferente, vivir diferente, pensar diferente e incluso hacer el amor de forma diferente?

La historia se va complicando, con un enorme dramatismo, típico del cine europeo, las escenas son, a veces, más explicativas que los propios diálogos. Novia presionada, chantajeada, forzada a través de medicamentos y miedo a perderlo todo, que no sólo reconoce problemas en su novio, sino que lo denuncia, o sea, traiciona.

Aparición de la Alemania Federal como lugar dónde vivir en libertad, dónde poder escribir, dónde poder publicar la información sobre la real vida en la Alemania Democrática. Vínculo entre ambos puntos, lugar para los intelectuales, si no para escapar físicamente, por lo menos para escapar cerebralmente. ¿Será Estados Unidos, para los cubanos, nuestra Alemania Federal?

No les voy a contar el final, menos la evolución de los personajes principales sería un crimen adelantarles la genial solución. Pero prepárense para ver en el cine, lo que les pasó quizás a algunos de ustedes, a algunos de sus familiares, de sus vecinos. Prepárense para ver, quizás volver a vivir, las transformaciones honestas, sinceras, en su vida.

Podrán reconocer mucho de lo que nos ha pasado. Nada nuevo, porque todo el “famoso” campo socialista, vivió muchos años estudiando los mismos manuales y ejecutando los mismos métodos. Durante muchos años el “amoroso” campo socialista vivió, los papás, por ejemplo, Alemania, enseñando a los hijos, por ejemplo, Cuba, cómo había que mantener el poder político. Enseñanza que tenía y tiene aún en, por ejemplo, Cuba, dos textos, dos manuales. Uno, el público, el que se da a conocer, el que se expone como saludable y el otro, donde aparecen las verdaderas ideas no publicables, no transmitibles, entre ellas, la presión, el chantaje, el compromiso, la defensa de una cosa, bajo lemas de que se defienden otras. El primero es la imagen como poema dulce, el segundo, es el poder.

No les voy a contar el final. Sólo les dejo dos preguntas:

1.- ¿Saben cuántos miembros del ministerio del interior de Cuba, oficiales de alto rango y responsabilidades, miembros del ejército revolucionario cubano, oficiales de alto rango y responsabilidades, agentes secretos de la vida secreta cubana, dirigentes del partido comunista, de alto, medio y bajo nivel, dirigentes de las entidades de gobierno, de alto, medio y bajo nivel, militantes comunistas furiosos, militantes comunistas enamorados, revolucionarios de a pie y de a automóviles, policías, represores, colaboradores secretos y públicos, chivatos a cambio de nada, hoy viven fuera de Cuba, sobre todo y más que todo, en los Estados Unidos, “lugar enemigo” desde hace más de 60 años?

2.- ¿Saben cuántos cubanos de a pie y cubanos de automóviles, han sido vigilados 24 horas del día, a cuántos se les ha inventado causas falsas o causas por comprar un jabón cuando en realidad se les “trabaja” por pensar y expresar su pensamiento de forma diferente,  a cuántos cubanos se les ha interrogado dentro de cuarticos llenos de “oficiales” vestidos de uniforme o de civil, a cuántos se les ha pedido, bajo presión, bajo chantaje, bajo humillación, que se tranquilicen, que no participen y que no colaboren con lo que ocurre en su entorno, que denuncien a sus compañeros, a sus colegas de trabajo, a cuántos cubanos se les ha pedido que se vayan del país, que no regresen de sus viajes, cuántos cubanos hoy viven presos por reales justificaciones de pensar diferente o actuar diferente, cuántos cubanos sufrieron y sufren presión, humillación, a cuántos se excluyen, se discriminan, se apartan, cuántos cubanos son sancionados por aquello de enriquecimiento “ilícito”, que durante muchos años ha sido público y que sólo se saca cuando hace falta desaparecer o dar un escarmiento?















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