El Terrible, con su aporte, me deja boquiabierto:
"¿Qué pueblo somos si nos
hemos dejado engañar y manipular durante tantos años por una sola persona? Por conveniencia, ignorancia, comodidad, etc., de alguien con insaciable
necesidad no de dinero sino de poder y de reconocimiento colectivo a
toda costa. ¿Cómo un país de más de 11 millones de personas puede seguir
como ciegos y sordos los designios y mayores antojos de una sola persona? El precio que hemos tenido que pagar y pagaran las venideras generaciones de cubanos será alto. Un país devastado a todos los niveles. Hoy estuve en
Marianao (...) hay que ir a esos lugares para saber lo
que pasa en la Cuba de verdad. Viendo el documental del aeropuerto de Kansai no puedo dejar de
pensar que ni el sistema político, ni lo ideológico tienen nada que
ver con este asunto. Nos hemos convertido en un pueblo huérfano, incapaz de
reaccionar y arrancar de una vez. No tenemos los problemas de los Países Bajos, por el contrario, el 80% de las tierras increíblemente fértiles del país, no producen más que marabú. Todos nos quejamos y queremos estar como los
"americanos", siempre vestidos limpios y con lo último, con autos, etc.
Pero, ¿De dónde van a salir esas riquezas, quién las va a generar? Los jefes y
sus familias, se sabe que tienen su papel histórico en medio del desastre
que nos sumerge en la más profunda oscuridad. Un cada vez mayor sector de
intelectuales con todas las categorías, subvencionados por el gobierno y que no
aportan nada en la vida real. ¿Los hijos de quiénes son los que quieren trabajar
de verdad durante 8 horas diarias, si se sabe que son los jóvenes los
que tienen la tarea de hacer mover los resortes que determinan el avance? Estamos destinados al fracaso, la mediocridad y la frustración. No se me
ocurriría compararnos con un pueblo como el japones ni en sueños, ellos si le
han dado al resto del mundo una lección de entrega, interés, ahínco y dedicación
sin límites, que los ha llevado a ser un pueblo admirado y respetado por todos.
Esta sociedad, que en teoría tendría que estar disfrutando los beneficios de un
sistema político superior con 60 años de existencia, por el contrario, la pura
verdad es que sólo ha generado una realidad gris llena de inconformidad, conformismo que solo nos conduce al fracaso rotundo. Y no es derrotismo, ni
negativismo, tampoco es vivir en el pasado, por el contrario, quien
constata el presente con independencia de su afiliación política, se entera
fácilmente de la difícil, para no decir imposible, tarea de hacer que Cuba se
levante y camine por si sola.
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Imaginemos
un país que no existe y hagámonos una sola pregunta: ¿Podría ese país
sobrevivir e incluso más, crecer y desarrollarse, teniendo como mínimo cinco
grandes sectores que dependen absolutamente del gobierno en cuestión, un inmenso
ejército en hombres y armamentos, una enorme seguridad del estado inmensa en
hombres y en tecnología, una educación en todos sus niveles desde preprimaria
hasta las post universitaria gratuita, una atención de salud en todos los
niveles, para todas las personas y todas las enfermedades, gratuitas también y
el derecho a la práctica del deporte, en todos los deportes que existen, en todos
los niveles de competencias, sin que se pueda cobrar algo, sin tener una enorme
cantidad de dinero?
La respuesta
a todas luces es NO. Sin estudiar mucho el país, sin conocer exactamente sus
condiciones, su ubicación, su sistema socio político, resulta fácil concluir
que es imposible, ni en 10, ni en 60, ni en 150 años lograr que esto funcione. Entonces,
no sé cómo todavía hoy podemos escuchar como una solución mágica después de
seis décadas de pruebas y ensayos, con más o menos los mismos discursos y
algunos llegar a creer que algo así podrá darse en Cuba.
He
escuchado a personas que parece que saben lo que dicen que, Cuba, antes de 1959
producía el 72% de lo que se consumía internamente y que solamente importaba el
resto, o sea, el 28%. Sin hablar de lo que Cuba exportaba, pues se exportaba
mucho, lo que producía competía con los productos internacionales de por
aquellos años. Es cierto que la exportación era básicamente de productos provenientes
de la agricultura, pero las cifras jamás han sido superadas durante todos estos
años. Hoy, esos mismos expertos aseguran que el gobierno cubano importa el 90%
de lo que el país demanda para mantener los niveles mínimos, porque dentro de esa
demanda, conocemos que hay una gran parte que todavía está regulada por la “famosísima
prima absoluta” libreta de abastecimiento. Cuba, con casi 12 millones de personas
dentro de ella, sólo produce alrededor del 10% de lo que su economía necesita
para vivir.
Pensemos en
un sector que ha sido una de las columnas pilares del sistema político cubano,
al menos desde el punto de vista teórico, la educación. Tener la educación
gratuita, aunque ya no de la calidad que se heredó con el triunfo de la
revolución de 1959, es cierto que es uno de los mayores logros y sueños para aquellos
que reciben ese inestimable servicio. Martí dijo algo así como que se debía ser
culto, para ser libre. Ahora lo que no dijo ni el mismísimo Martí, porque su
genialidad no llegaba a tanto y si lo conocemos, sabemos que no era su fuerte
el trabajo y el dinero, es cómo se va a mantener, no a nivel de una familia,
sino a nivel de un pueblo, eso de ser culto sin poseer los recursos económicos
que garanticen esa masividad de calidad y esa gratuidad. Martí fue un gran
revolucionario, poeta, escritor, periodista, medio filósofo, en todo esto uno de
los más grandes de América, pero de economía no sabía nada.
La educación
gratuita y el acceso de todos a la educación, desde los seres humanos normales,
hasta los que vienen con problemas e incluso los que lamentablemente no traen
cerebros y tienen que aprender a pensar con el hígado, significa, sin yo saber
muchos del tema un inmenso esfuerzo. Veamos:
1.- Crear
escuelas y academias para de forma continua seleccionar, formar y mantener
formados a todos los profesores que necesitará el país para todos los niveles
de enseñanza, para todas las especialidades incluyendo las especiales.
Paralelamente pagar a esos profesores salarios representativos, que reconozcan
la labora que hacen y que les permita, sin nervios, dedicarse a formar a otros.
2.- Crear o
construir centros educacionales, más reparar y mantener sistemáticamente los
que ya existen, para una población que ha tendido durante todos estos años a
crecer. En 1959 éramos un poquito más de 6 millones y fue un por ciento mínimo dentro
de ellos, los que vencía todos los estudios terminando en las universidades,
hoy somos 12 millones, que desde los círculos infantiles a los que se entra con
un año de vida, hasta las maestrías y doctorados son uno de los objetivos de
una buena parte de la población.
3.- No sólo
hay que construir y mantener, sino modernizar todas esas instalaciones. Cuando
yo era niño a nadie le importaba los zurdos y menos los problemas de columnas
vertebrales. Hoy el obligar a un zurdo a usar una silla de paleta para derechos,
es una violación de los derechos humanos e individuales de los que usamos la
izquierda. Las sillas y mesas tienen que reunir diseños ergonométricos para colaborar
con la salud, sobre todo del esqueleto de los humanos y todo lo que de él
depende. Antes los mejores profesores si pedían algo era una pizarra más o
menos aceptable y tizas. Hoy la enseñanza parte de computadoras, videos, televisores,
centro de informáticas en escuelas para poner en redes la información y lograr
el fácil acceso, etc. Se necesita cada vez más que los alumnos estén conectados
con el mundo y que desde su local escuela puedan acceder a la Biblioteca del Capitolio,
no sólo de La Habana, sino de Washington.
4.- La
educación gratuita lleva a que el gobierno sea capaz de entregar todos los
libros, todas las libretas, todos los lápices, incluyendo los de colorear, más
los materiales adicionales, gomas de pegar, gomas de borrar, tijeras, cartulinas,
etc., que se necesitan durante todo el año, durante todos los años, a lo largo
y ancho del país.
5.- Luego,
esa adecuación gratuita linda y conveniente para el que la recibe, sobre todo
en edades pequeñas, preprimaria, primaria, secundaria, como mínimo; en Cuba
también ahora los preuniversitarios y los técnicos medio se incluyen, necesita
que el gobierno sea capaz de mantener meriendas y almuerzos de calidad, y sobre
todo mucha agua para tomar de alta calidad, a todos los estudiantes, en todas
las escuelas, en todo el país.
6.- Cuba
mantiene una educación con uniformes y, además, por la creatividad del gobierno
que fue muy creativo durante muchos años, cada nivel de enseñanza tiene uniformes
de diferentes diseños y colores, la primaria tiene un color y diseño, la
secundaria y el pre otro, los enfermeros otro, los que estudian pedagogía otro,
los estudiantes de medicina llevan batas blancas y uniformes para determinados
salones como la terapía intensiva, los becados otros, los técnicos medios otro
o varios en dependencia de la especialidad, no es lo mismo estudiar economía, química,
que mecánica, etc. Por lo que el gobierno, necesita entregar, digamos como
mínimo dos uniformes, deberían ser más, a cada familia para cada niño y joven, para
cada año. No se resuelve entregando a un niño 10 uniformes en primer grado cuando
tiene 6 años, para toda su vida escolar, porque los niños en líneas generales,
siempre hay sus excepciones, crecen, engordan, más los uniformes se manchan, se
ensucian, se rompen, etc. Tampoco el gobierno pudiera decirle al mismo niño, te
vamos a dar 10 uniformes talla 32, porque esa es la talla que vas a usar cuando
estés en 12 grado y tengas 18 años. Lo de los uniformes, con cada color y
diseño específico, es año por año, para cada uno de los niños y jóvenes que van
a recibir la educación, da igual que viva en el medio de la Ciudad de la Habana
o en lo alto de una montaña en la Sierra Maestra. Habría que pensar además en
la ropa para educación física o deportes, porque evidentemente esa es una
materia obligatoria en Cuba dentro de cualquier nivel de enseñanza y por
supuesto, con el uniforme de la escuela no se puede participar.
7.- Ni hablar
de las escuelas de arte u oficios, ellas llevan instrumentos musicales, porque
no se puede estudiar percusión sobre un arpa, salones especiales protegidos, sistemas
de audio, etc. Los que estudian danza necesitan espejos, grandes espacios,
vestidos especiales. Los que estudian oficios necesitan herramientas, talleres,
laboratorios, materias primas, porque la albañilería no se puede estudiar en un
torno y los torneros no hacen nada con cerámica y soldaduras eléctricas, más,
para hacerse torneros, albañiles, mecánicos, etc., van a necesitar bibliografía
especializada, acceso a lugares para practicar, etc., porque los que han
estudiado construcción naval en Cuba, si es cierto que tienen un título que los
avala, se han graduado sin ver un barco; los que han estudiado química aplicada
a la industria alimenticia, como ésta es una industria tan deprimida, no
conocen la diferencia entre una probeta y un jarro para hervir leche.
8.- Ni hablar
de la educación especial para débiles visuales, hipos acústicos, niños de lento
aprendizaje, síndromes de Down y otra miles de enfermedades que existen y que
en Cuba tiene cobertura, sin dudas. Esas escuelas necesitan todo especial,
desde rampas para caminar, accesos a puertas controladas electrónicamente, pizarrones,
materiales, tecnologías, comidas, meriendas, y sobre todo profesores
especializados más determinados servicios médicos dentro de la propia escuela,
lo que exige, por ejemplo, poner a la psicóloga que atiende a niños, en algún
lugar más apropiado que en el baño de la escuela, etc, etc, etc.
9.- Último
factor de mi lista, pero no el menos importante, por el contrario, muchas veces
decisivo. El nacer en un país donde la educación es gratuita, nadie te habla de
la calidad, de la modernidad, ni tan siquiera del costo, sólo te repiten que es
gratis, se crea un efecto contrario al que a todas luces se debería crear, y es
precisamente el desinterés, muchas veces en los alumnos y aunque parezca
mentira en las familias. La única responsabilidad que se tiene es ir a la
escuela a medio aprobar las asignaturas para pasar y pasar de grado, efecto que
lamentablemente se ha visto apoyado o favorecido por una tendencia de los
profesores, quienes, presionados por el cumplimiento y las cifras, prefieren aprobar
con el mínimo, prefieren vender las pruebas o repasar las tres preguntas que mañana
saldrán en el examen.
Se llega a
desarrollar la idea de que esto no es mi problema, ésta no es mi
responsabilidad, entonces tengo que ir a la escuela, porque eso es lo
obligatorio, pero todo lo demás, incluyendo, como ya dije, el aprobado, es
problema del gobierno. Los niños y jóvenes e incluso algunas familias, van a la
escuela a romper los libros, romper las sillas y mesas, destruir, a exigir lo
que ellos no dan, pero exigen por el derecho de la famosa gratuidad. Van a las
escuelas a perder el tiempo y pretender que la escuela es la responsable no
sólo de enseñar matemáticas, español, etc., sino es la responsable de educar a
niños y jóvenes malcriados, groseros, vulgares, falta de respeto, etc. La
gratuidad, por contrario a lo que debía crear, sólo genera desinterés y abuso. Entonces
como es gratis deberíamos matarnos estudiando, pues no, es gratis, pero me
jode, por tanto, voy a hacer de las mías y tendré a mamá está tranquila, es
mejor que esté allí, aunque no aprenda nada y rompa de vez en cuando los
cristales de las ventanas, a que esté en la calle con los delincuentes. Es
preferible que, como delincuente, esté 8 horas dentro de un lugar, al final es
gratis.
Debe haber
más cálculos, de seguro no conozco exactamente las exigencias del sector, pero
esto es lo que a mí, un cubano común se me ocurren, entonces: ¿Cómo pretender
que un país pobre que ya no tiene el inmenso respaldo económico en rublos soviéticos
que tuvo, sin recursos naturales como petróleo u oro para vender a precio de
mercado internacional, sin dinero acumulado en los bancos para invertir a largo
plazo de forma estable, que su agricultura e industria sólo produce el 10% de
todo lo que necesita para vivir en todos los otros aspectos de la vida, no sólo
la educación y por lo que se ve obligada a importar de forma sistemática casi todo
lo que se consume incluyendo algo tan común como el jabón para bañarse, pueda
mantener algo y mucho menos desarrollarse?; ¿Cómo pensar que el desarrollo
puede estar basado en la casuística obtención de los dólares americanos, a
cambio de estrategias “infantiles”, ya sabemos que de niños malditos, pero
infantiles?
Resultan
infantiles, por ponerle algún nombre, las fatales y dramáticas estrategias para
salvar a un país hoy. He escuchado al presidente Díaz Canel decir, aparentemente
disgustado y muy enérgico, que ahora en Cuba todo el mundo tiene que exportar. Si
Canel fuera el primer presidente que Cuba tuvo después del 59, todavía cabría
pensar en inocencia, buena fe y esperanza, pero en el 2019, de inocencia no
tiene nada. La exportación fue desde siempre una de las necesidades revolucionarias
cubanas, como la es de cualquier país del mundo. Cuba tiene un Ministerio de
Comercio Exterior inmenso, dividido en empresas especializadas por sectores
económicos, miles de funcionarios, especialistas, oficinas, carros, directivos,
regulaciones, etc., que en realidad hoy sólo importan, de exportación muy poco
y es bien sencillo de entender, con una economía que produce sólo el 10% de lo
que se necesita, lo que es lo mismo a nada, entonces qué se va a exportar.
Aquí las soluciones. |
Cuba es un
país destruido en su economía interna, en su agricultura, más en su industria. ¿Como
lograr exportar lo que no se tiene o lo que no se produce?, ¿Cómo mantener una
exportación estable, lo que significa cumplir con lo que se ha pactado, vendido
y cobrado, con una economía enormemente frágil, dependiente cada mes, cada semana,
de un dinero que no hay?
Exportar
tiene su onda, sobre todo para aquellos que en Cuba se montan en los aviones
para reconocer y conocer los mercados destinos, pero que a la hora cero, no
tienen en las manos un producto que cumpla en calidad y cantidad con las
exigencias de mercados internacionales. De esto podría contar miles de anécdotas,
pues trabajé muchos años en Comercio Exterior, con las empresas creadas
básicamente para exportar y cada uno de los ejemplos que tengo puede ser peor. Díaz
Canel pretende exportar, parece que desconoce que una buena parte de la azúcar que
se consume hoy en Cuba se importa, después de haber sido ese país uno de los
más grandes productores y exportadores de azúcar del mundo. Díaz Canel quiere
exportar, parece que desconoce que el café que el cubano toma es una mezcla de
muchos polvos que nada tiene que ver con el fruto del cafeto y que incluso, el
café que se vende dentro de las tiendas en divisas, muy caro, no sólo está
adulterado, sino que con frecuencia no existe su abastecimiento. ¿Díaz Canel
pretende exportar qué? Estamos parados en Martí a finales del siglo XIX, cuando
dijo que había que ser culto para ser libre, pero que, al morir joven, no tuvo
tiempo a imaginarse cómo se daría buena cultura a 12 millones de personas con
lo que todo esto conlleva, sin un centavo prieto partido a la mitad.
La exportación
es una de las tareas más repetidas y repetidas durante estos años. Todos tenemos
que exportar y esto en realidad sólo ha generado viajes y más viajes de
funcionarios y especialistas, y por supuesto gasto de dinero, porque no hemos
tenido nunca algo para exportar de forma estable y mantenida, descuento de aquí
lo que por cuota teníamos que enviar al CAME o el petróleo que luego de recibido
de la URSS y previo acuerdo con ella logramos enviar al mercado internacional.
Todo se resumen a buchitos, poquitos, coyunturas, etc., que han logrado
entonces pérdida de dinero y mala fama en los mercados internacionales.
Queremos exportar, pero también queremos que nos compren bien caro el producto,
pero también que el mercado destino entienda la falta de calidad, los
incumplimientos de contratos, la demora, etc. Queremos exportar, tal como el comandante
Guillermo García dijo que el futuro alimentario de Cuba estaba garantizado y se
basaba en el consumo de avestruz, el cocodrilo y la jutía conga.
Entonces como
no se puede exportar porque poco se produce en todos los sectores, porque hasta
el tema de la exportación de los médicos y técnicos de la salud está en crisis,
no queda más remedio que importar a gran escala y llegar a pensar y proponer
que el futuro de Cuba dependerá de la importación para la cual ahora mismo no
se tiene ni un centavo prieto partido a la mitad. La importación y el regalo
son dos cosas diferentes. Se puede conseguir que Japón regale unos carros para
recoger la basura, pero: ¿Japón regalará las piezas de repuesto para reparar esos
camiones que por el uso mantenido y el mal uso que le van a dar, porque al
final el camionero no es el dueño del camión?, Se puede lograr que Viet Nam,
increíble Viet Nam, regale un barco de arroz, pero: ¿Regalará Viet Nam un barco
de arroz todas las semanas o regalará el aceite y la sal para cocinar ese arroz?
Se puede lograr que España, Rusia, te perdonen la deuda que tienes con ellos,
al menos la mayor parte, pero: ¿Después de borrón y cuenta nueva, regalaran
todos los productos que se necesita para continuar viviendo? Se puedes lograr
que no se pague lo que se debe ahora, pero: ¿Eso permitirá pedir nuevos
créditos internacionales? La respuesta es NO. Se han agotado las fuentes, se
han agotado los acreedores y aquellos empresarios países que aportaron. No
existe TODO a cambio de NADA.
Entonces
frente a esto, ¿qué se puede hacer? Bueno, geniales en crear imágenes que no existen,
tal como los diseñadores de las películas de ciencia ficción, con el ningún
pudor a la hora de mentir, apelan a los cubanos internos, a esos que ganan 300
pesos cubanos, no tienen agua, ni electricidad, no ropa, ni recargas para
celulares. Crean la ficción de que ahora el país se salvará, con toda una serie
de definiciones y acciones internas, para crear tiendas y vender televisores,
lavadoras y aires acondicionados y de ahí saldrá el dinero que la economía necesita
para abastecer al pueblo y aún más, para desarrollar la industria interna, pero:
¿Dónde están los miles y miles, quizás millones de cubanos que saldrán
corriendo a las tiendas a comprarse televisores a los precios que ellos han
llamado, irónica y cruelmente módicos? Téngase en cuenta que un televisor que
cueste 500 dólares significa 12 500.00 pesos cubanos, que un trabajador con el
salario de 300 pesos pasaría casi 42 meses de su vida en conseguir, si es capaz
de utilizar todo su dinero para este objetivo. Piénsese que una lavadora que cueste
319 dólares significa 7 975.00 pesos cubanos, que el mismo trabajador emplearía
su total salario por el período de 27 meses.
Como esto
resulta imposible, entonces, quedan los familiares en el exterior y a ellos el
gobierno, sin rubor, ni pena, olvidando todo lo que ha pasado entre emigrados y
gobierno, sin cambiar nada que afecte a la emigración, digamos el tema pasaporte
cubano, su habilitación, su costo, etc., tal como si todos fueran nuevos, dirige
la infantil estrategia, pero: ¿Dónde están los miles y miles, quizás millones, de
cubanos emigrados que van a salir
corriendo a comprarle a sus familiares un televisor, una lavadora, un aire
acondicionado, todo esto a la misma vez, para además de ayudar a su familiar,
soportar económicamente el gobierno cubano, pretendiendo éste que como Japón
regaló los camiones y Viet Nam regaló un barco de arroz, la emigración cubana
ponga ahora los millones y millones de dólares, porque no es cosa de tres centavos,
para ayudar a abastecer a Cuba general y además incentivar el crecimiento de la
destruida, inexistente o casi desaparecida producción nacional. ¿Ahora hay que
creerle al gobierno de Cuba que está interesado en que mi mamá tenga una
lavadora moderna? Apretaron.
¿Cómo y
cuándo se verá ese desarrollo, manteniendo hoy paralelamente la educación, la
salud pública, el deporte, y los ejércitos como grandes consumidores de dinero?,
¿Cómo se pretende que emigrados y un poco de cubanos dedicados al tan estable
mercado negro, sean los encargados de producir el dinero, o al menos, dos de
las fuentes principales y más rápidas, porque lo de exportar cacao o café,
economías totalmente destruidas y lo de comer carne de avestruz, lleva su
tiempo?
No existe
emigración, ni venta de refrigeradores y televisores, enmascarada en precios bondadosos
e intenciones amorosas, que pueda salvar a un país, menos a uno tan destruido
como Cuba. No existe esa emigración, aunque ella misma se disfrace de miles de
dólares exhibiendo cadenas de oro, casas con piscina, carros del año, etc. Esa
emigración a la que se está apelando, interesada en su mayor parte en seguir
ayudando puntualmente a su familia en Cuba, está, en rasgos generales, tan mal
o comprometida como el propio gobierno cubano. ¿Cómo si el emigrado promedio hace
un esfuerzo; si un gran esfuerzo, por ayudar a comer a su familia, a comprar
una medicina, a garantizar que su hijita pueda celebrar sus 15 años, a que su
niño tenga uniformes para ir a la escuela o está enviando los culeros
desechables para su vieja que está con cáncer tirada en una cama, o todo a la
misma vez, se le pretenda cargar con la obligación ahora de colaborar a
desarrollar la industria nacional cubana, no como proveedor, no como dueño de
fábrica, no como propietario de tierras, sino como anónimo proveedor de dinero.
Plata dulce, se llama una inmejorable película argentina.
¿Es
infantil o desmadrado?
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