Sería absurdo, por más bien que uno vive, llegar a decir que vivimos en un país sin problemas. La comodidad personal, no nos puede obnubilar el pensamiento. Estados Unidos, la gran potencia mundial, tiene como todo sistema socio – económico terrenal, práctico y real, muchísimas cosas que pueden ser cambiadas para mejor. No yo, sino los propios ciudadanos que aquí han nacido pueden tener, o de hecho tienen, un pliego de asuntos pendientes a mejorar. Asuntos que van más allá, obviamente, de que la pizza tenga más queso o que el mecánico cobre menos por sus servicios.
Costo y
calidad de la educación que se ofrece en todo el país, lo que no quiere decir
que todo sea malo. Servicios médicos encarecidos, para muchos absurdamente.
Medicamentos excesivamente caros, por gusto o por sólo hacer millonarias a las
empresas farmacéuticas. Jóvenes y no tan jóvenes grandes consumidores de
grandes cantidades de alcohol y droga. Personas que, poseídas por “diablos” entran
en un super mercado, en una escuela, incluso en una iglesia y matan a
inocentes, antes de matarse o morir en manos de otras armas.
Esto que
pudiera parecer el caos, tampoco es tanto, porque, si es cierto, repito,
existen miles de problemas, pero es también cierto que, dentro de este país,
con más de 300 millones de personas, el hombre de bien, de trabajo, el hombre
de familia y amigos encuentra su espacio, encuentra su camino y no sólo vive,
sino que vive bien y tranquilo.
Lo sé yo
por propia experiencia, llevo aquí solo 7 años y cuando miro el lugar de dónde salí
y con él muchísimos otros países, me siento, como dirían muchas personas, que
he sido bendecido. Bendecido, con sacrificio. Bendecido con esfuerzo. Bendecido
con la cabeza clara para pensar y tomar cada una de las decisiones, cada día de
esta vida. La bendición no me ha regalado nada, ni me ha traído nada de gratis.
Este es un
país, rico, muy rico y esa riqueza se encuentra en cualquier lugar, centímetro
a centímetro.
Estas fotos
son de mi Nebraska, tomadas ayer por un orgulloso habitante, en un lugar
cualquiera del Estado que yo acabo de ver en FaceBook. Nebraska es así, campo. Campos y granjas organizadas, que
llegan a verse lindas y campesinos dueños y empleados orgullosos.
Como ya he
dicho estamos justo casi en el medio de los Estados Unidos entre Kansas y
Dakota del Sur de forma vertical. Tenemos dos ciudades grandes, Lincoln y Omaha,
otras ciudades más pequeñas y pequeñitos pueblos, todos unidos por una inmejorable
red de autopistas, carreteras, caminos, etc., tal como en cualquier otro país
del mundo desarrollado.
Es cierto, Nebraska
es campo. Cuando caminas de una ciudad o pueblo a otro, lo que se ve es tierra,
campos, lagos, siembras, ganado, granjas, almacenes, camiones y maquinarias
agrícolas. Es raro ver terrenos olvidados, matorrales salvajes, etc., por el
contrario, lo que impresiona es el aprovechamiento de cada uno de los espacios,
de cada centímetro de la naturaleza. En un clima que tiene, entre frío, nieve y
hielo, casi 6 meses de invierno, caminas para allá y puedes ver que están
arando la tierra, preparándola; caminas para acá y puedes ver la siembra de
maíz, soya, frijoles progresar de tan linda manera, que todo parece una foto o
pintura, la similitud de los sembrados parecen matas plásticas. Vuelves a pasar
y puedes ver a máquinas modernas recogiendo, cosechando lo que se había sembrado
meses antes; vuelves a pasar y ya están preparando la tierra nuevamente. Igual
pasa con el ganado, el que puedes ver caminar de un lugar a otro, con la tierra
cubierta incluso de nieve. Ganado sano, grande, podríamos decir irónicamente
que feliz. Así, ciclo del hombre contra la naturaleza donde, la organización y el
tiempo exacto, salva la vida y, sobre todo, crea riqueza. Los granjeros de
Nebraska, imagino que de toda la Unión, son ricos, poseedores de fortunas a
veces millonarias. Sus empleados, no quieren ser ingenieros, no quieren ser
taxistas, no quieren vivir en las grandes ciudades.
Pienso en
Cuba, soy cubano por lo que me cuesta más trabajo pensar en Singapur. Y trato
de imaginar o entender, como a algunos se les ocurrió comparar lo que pasaba en
esa pequeña isla con cierto atraso en el campo, con el imperio moderno y más
poderoso del mundo. Recuerdo los campos cubanos, por los que caminé algo y lo
que me viene a la mente es pobreza, limitaciones, maquinarias viejas, tecnología
atrasada, machetes, yuntas de bueyes, guatacas, sacos de yute, campesinos
pobres y deprimidos, mal vestidos, que conservaban, con cierto orgullo, sus
casas de palma, guano y piso de tierra, orgulloso atraso y, sobre todo, mucha
hierba, muchos matorrales, mucho marabú, mucha tierra, buena, si es verdad,
pero improductiva y olvidada.
¿A quién se
le ocurrió, tumbar los árboles frutales y los maderables y liquidar las tierras
de malanga, plátanos, aguacates, cebollas, ajos, para sembrar caña, donde ni
los colonizadores españoles en 5 siglos la sembraron?, ¿A quién se le ocurrió
construir en Camagüey, la inmensa cervecería que no ha podido nunca trabajar a
100% por falta de agua, contradiciendo la opinión de expertos europeos de
siglos de tradición en fabricación de cervezas?, ¿A quién se le ocurrió
instalar la mayor textilera de América Latina en Santiago de Cuba para
convertir a Cuba en la mayor productora de telas en el mundo?, ¿A quién se le
ocurrió construir la central nuclear de Juragua, en un país chiquitico como
Cuba?, ¿A quién se le ocurrió deshacerse de la vaquita criolla, aquella que
producía contra viento y marea, 4 o 5 litros de leche durante toda su vida, sin
medicina, sin cuidados intensivos especiales y sustituirla por la F 1, que
necesitaba comer pienso mejorado ruso y tener música indirecta en las vaquerías
y alguna que otra atención psicológica para dar leche?, ¿A quién se le ocurrió
que las personas en pleno siglo XXI, pueden sobrevivir comiendo soya en todos y
cada uno de los productos comibles y tomables, huesos de vacas sin carnes, pescado
enlatados o un pescadito gris, sin nombre, ni apellidos, sin familia, cogidos
no se sabe dónde?
No sé a
quién se le ocurrió, estas y otras muchas ideas, todas unidas por algo en
común, el fracaso. Lo que, si estoy seguro, viviendo donde vivo, es que no fue
a los pobladores de Nebraska. A los pobladores de Nebraska, campesinos, no científicos
partidistas de batas blancas detrás de mostradores de laboratorios, se le ha ocurrido
mejorar las condiciones de su trabajo, hacerse más productivos, aprovechar las
bondades de su tierra para sembrar maíz, soya y frijoles y no inventar con
extracción de petróleo a gran escala, menos con la industrialización de todo el
estado tratando de fabricar barcos en el medio de los Estados Unidos. A los
orgullosos campesinos de aquí, se les ha ocurrido, con la llamada riqueza
vieja, o sea, la tierra, producir más dinero y con ese dinero producir más
dinero y más dinero, sabiendo que han tenido que invertir y volver a invertir.
Nebraska
con casi 6 meses de invierno, hoy estamos a 11 de octubre, oficialmente en
otoño y nos levantamos con 35 grados F., lo que significa más menos 2 grados C.,
es el granero de la Unión, o sea, los granos que aquí se producen sirven para
alimentar a más de 300 millones de personas y por supuesto exportar a países
como Cuba. Los cerdos y las reses que aquí se crían, sirven para alimentar a
esos mismos 300 millones de personas y exportar a países como Cuba. No tenemos
aquí una inmensa textilera, no tenemos aquí una extraordinaria fábrica de cerveza,
menos una central nuclear, pero tenemos agricultura y eso nos hace ricos. La vaquita
de origen japones KOBI, según expertos, la mejor carne de res del mundo y por
tanto la más cara, se cría ahora en Nebraska y aunque parezca increíble, Japón
nos la compra para vender a sus habitantes. El maíz oriundo de México, formador
inseparable de la cultura y la historia mexicana desde muchísimos años antes de
la llegada de los conquistadores españoles, sin el cual los mexicanos no pueden
vivir pues constituye un por ciento muy alto de la alimentación de ese pueblo,
que a veces solo como maíz y nopal, una parte de ese maíz se produce en
Nebraska.
Entonces
mirando las fotos que en un lugar cualquiera de Nebraska alguien tomó, no para una
película de Hollywood, ni un documental de cine independiente nebraskeño, veo
el por qué hoy Cuba tiene lo que tiene.
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