martes, 14 de enero de 2020

Culturales 2020. Érase una vez un mercado.


Puedo asegurar que no estoy poseído por el mal, menos que estoy bebiendo de fuentes enemigas que manejan la información como veneno. Sólo estoy leyendo lo que los mismos interesados publican en sus páginas oficiales. Claro, puede ser que ahora alguien me diga que esas páginas no son oficiales y están manejadas por enemigos, entonces, me comió el león.

He seguido la información sobre el famoso mercado de Cuatro Único, conocido popularmente como Mercado de Cuatro Caminos, sobre el cual escribí un artículo el día 18 de noviembre del 2019 al que titulé “Contrastes”.

En aquel momento manejé dos ideas, la primera tratando de describir el plan de rescate de aquella famosa plaza, la cual se había deteriorado al máximo y el interés de ponerla a funcionar, sobre lo que dije: “… ahora para las celebraciones del cumple de La Habana, después de algunos años de restauración y un costo imagino de millones de pesos cubanos, más millones de dólares, recordar que, de obras como estas, se reparan y construyen muchas casas de la ciudad, reabrió sus puertas, como mercado en divisas” y, la segunda idea que describí, fue la desorganización y el fracaso de la apertura, sobre la cual dije:  En realidad, lo de desorden, …, nada. Lo que se formó allí, no me lo contaron, lo vi, fue la de San Quintín. Decenas de personas, las mismas que antes ocupaban el lugar con su mercado negro, empujándose, fajándose unas con otras para acceder a los productos. Hombres encaramados sobre muebles, que cogían y tiraban para atrás los productos, personas encaramadas unas sobre otras para coger una lata o un pomo de algo y llamativo, las personas con 4 o 5 cajas de cervezas luchadas en plena guerra”.

La oficialidad cubana, llámese la máxima dirección de la Corporación Cimex, S.A., el gobierno a través de sus medios de comunicación, con tal de justificar el desastre en medio de la celebración del cumpleaños de la ciudad, aseguraron que los directivos no estaban preparados para tal evento,  lo que resulta increíble, porque esos directivos hace muchos años han creado y administran tiendas a lo largo de toda la isla, por lo que si no estaban preparados deberían haber presentados sus renuncias o anunciar sus sanciones. La otra idea manejada por la oficialidad fue la siempre a mano justificación de que la indisciplina social, los revendedores, los intermediarios, la gusanera, o sea, esa parte de la población cubana que no es pueblo revolucionario fue la causante de las “desgracias”. En mi escrito de noviembre, mirando los acontecimientos, aseguré: “A pocas horas de inaugurado el Mercado de Cuatro Caminos no se derrumbó porque ya dije que puede ser su construcción comparada con la de una fortaleza militar, pero si hubo que cerrarlo hasta próximo aviso. Imagino que la policía debe estar preparando un super operativo para manejar la próxima todavía no avisada apertura”.

Las dos justificaciones resultan increíbles para los que hemos vivido o aún viven en Cuba. La oficialidad nunca reconoce sus errores y echa manos a cualquiera cosa con tal de salir ilesa, sobre todo para la opinión pública internacional, que es lo que, en última instancia, al decir del marxismo lo más importante, es lo que importa. El pueblo revolucionario siempre entenderá y el pueblo no revolucionario no cuenta.

Entonces, como detective novicio, he seguido los acontecimientos sobre ese mercado en la propia página aparentemente oficial de la institución de gobierno que lo reconstruyó, inauguró con bombos y platillos y lo administra y resulta ser que ahora, aunque las otras áreas del mercado siguen abiertas, la parte dedicada a la venta de alimentos está cerrada sin fecha de apertura. La información a los potenciales consumidores, en la propia página web de la Corporación CIMEX dice: “El Mercado Único de Cuatro Caminos mantiene abiertas sus puertas, (…) excepto el área dedicada a la comercialización de alimentos que desde el lunes 6 de enero realiza un mantenimiento integral para subsanar algunas averías en sus espacios de venta. (…)  Entre las principales labores en proceso, se encuentra el mantenimiento a las áreas de congelación y refrigeración, pulido de pisos, reparación de la puerta de entrada por Arroyo y arreglos eléctricos que no afectan la venta en el resto de las áreas.



Y entonces como detective principiante que soy, hay algo que no me cuadra y aunque no puedo decir cuál es la mentira exactamente, algo me dice que existe una mentira, sino cómo entender que una obra gigantesca, en la cual se invirtió millones de pesos cubanos y otra buena cantidad de dólares, donde la Corporación CIMEX debe haber utilizado los últimos materiales que existen en el mercado internacional, a sólo 2 meses de inaugurado, tenga que cerrarse para dar un mantenimiento, arreglar puertas, pulir pisos y arreglar la electricidad.

El gobierno cubano, o nos considera a todos anormales, o en realidad para nada le interesa nuestra opinión y sigue dirigiendo a ese país con el mayor sentimiento totalitario, ese que garantiza hacer y decir lo que les da la gana, sin tener en cuenta lo que piensen los que reciben la información. No nos parece casualidad que el área a dar mantenimiento sea exactamente la dedicada a la venta de alimentos y aquellas que venden cualquier otra cosa, sigan abiertas.

Pensemos que se debe dar mantenimiento, no es nada nuevo que se inauguren obras en Cuba que luego no funcionen bien, se abran con defectos o dejando cosas sin terminar. 
Esa ha sido una constante en todos estos últimos años. Luego sabemos, a lo mejor cosa que la Corporación CIMEX no conoce, que, frente a una obra constructiva de cualquier tipo, los materiales para construir son robados y vendidos en el mercado negro, por lo que las mezclan llevan menos cemento, las pinturas son mezcladas con agua, las losas de pisos y baños van a parar a los particulares y entonces la obra en cuestión siempre necesita más de lo que se planificó. Los jefes de las construcciones y como consecuencia los obreros constructores han vivido, viven y de seguro vivirán de las construcciones donde trabajan.

Cuba ha sido la mejor muestra de las obras mal terminadas o las terminadas a pedazos, obras simples que demoran 13 o 15 años en terminarse y que después de inaugurar, cosa que antes siempre se hacía coincidir con un compromiso a “nuestro” Comandante en Jefe, había que cerrar para seguir trabajando. En Santa Cruz del Norte donde viven mis sobrinos, se construyeron los edificios, pero no las calles, ni las aceras, ni los alcantarillados. Cuentos como este, en la agricultura, la industria, las construcciones hay miles, yo tengo dos cuñadas arquitectas. Al principio se chapeaban solo las cabeceras de los surcos para dar la imagen que no había hierba y a 3 o 4 metros hacia adentro, la hierba tapaba a las personas. Se apilaban las cajas de productos para que las estibas dieran la imagen de que se había cumplido con la producción, luego las cajas de atrás estaban vacías. A mí me gusta mucho uno sobre la inauguración de un laboratorio de esos de biotecnología, donde se enchaparon las paredes con azulejos y se colocaron las llaves del agua, sin haberle hecho las verdaderas conexiones. Fidel pasó, no tocó las llaves, no sé si sabía sobre el truco, se tiró fotos, dijo unas palabras de lo maravilloso de la obra y se fue.  Luego se tuvo que destruir las paredes, abrir zanjas en el concreto e insertar las tuberías de agua, pero la misión de inaugurar para el cumple del invicto se había cumplido. Si mis cuñadas tuvieran conexión a internet, podríamos llenar este blog de ejemplos como este.

Así ha sido todo, durante todos estos años, en casi todos los sectores de la vida política, económica y social de ese país. Las visitas y las inspecciones de los “jefes” y sus invitados siempre fueron avisadas y entonces se limpiaban el camino que sería recorrido, se pintaban las paredes del paseo, se mejoraba las comidas en los comedores y se advertía a los trabajadores de lo que tenían que decir y hasta el momento en que tenían que sonreír. Recuerdo que con aquellas movilizaciones que se hacían cada fin de semana en diferentes pueblos de Cuba presididas por Ramiro, Guillermo y otro más, en aquellos donde no existían plazas para la cantaleta, se seleccionaba un terreno sembrado o no, se desmontaba la hierba, se aplanaba, se tiraba asfalto y se hacía una plaza, se pintaban y arreglaban las calles que darían acceso a la plaza y luego de terminada la actividad que duraba 3 o 4 horas, se volvía a cubrir de tierra todo el espacio que se había asfaltado. ¿No lo creen? Puedo dar varios nombres de lugares. Todos les echábamos la culpa a Fidel, por su caprichoso actuar, pero ahora Fidel no está, al menos físicamente y los métodos siguen siendo los mismos. De ahí debe ser la idea de la “continuidad”

Se inaugura una gran obra y a los dos meses hay que cerrarla y la justificación es así fría y descarada, es por mantenimiento, y, sin embargo, no aparece la noticia paralela de que se ha fusilado a alguien, se le han dado 20 años de prisión, o al menos, se le ha mandado a su casa en “plan pijama”. Los jefes, utilizando estas justificaciones acordadas y aprobadas por las máximas instancias de ese gobierno, no existe otra posibilidad, siguen disfrutando de sus jefaturas.

El pueblo, la parte de esa denominación que aparentemente importa, o sea, esa llamada “revolucionaria” no se manifiesta o si lo hace, es para justificar, con argumentos irrisorios y repetitivo lo que está pasando, que según yo recuerdo, no es nuevo, pasa desde antes de yo nacer.

Pero lo del mantenimiento a dos meses de inaugurada la obra, será verdad. Eso me huele a mentirillas. Con la inauguración del mercado, se comentó que se habían desabastecido todas las tiendas para concentrar los productos en el Mercado de Cuatro Caminos. Eso tampoco es nuevo. Se necesitaba dar una imagen de que no había problemas, de que la ciudad celebraba su aniversario de fundada y que los Reyes de España quedarían encantador. Entonces se formó la molotera y la tienda fue cerrada, por la indisciplina social y la incapacidad de los jefes.

Ahora la ciudad tiene un gran mercado que para abastecer hay que tener mucha producción nacional y mucha importación de alimentos, ambas fuentes hoy está en crisis. No existen productos para el suministro, los estantes y neveras aparecen en otros lugares vacíos, así que es muy probable que el cierre, casualmente en la parte de alimentos, sea porque no encuentran comida para poner y no hay una justificación mejor que un oportuno mantenimiento.

Tendrían que decir la verdad, o sea, llenarse de valor e ir a una Mesa Redonda y decir, no tenemos como suministrar, no sabemos cuándo podremos y entonces serían respetados, pero el respeto no existe. El gobierno dice trabajar para el pueblo, dice constantemente querer al pueblo y entonces como muestra le miente. Sólo hay que mirarles las caras a los funcionarios encargados de dar las noticias, para darse cuenta de que la mentira no la creen ni ellos mismos.

Mantenimiento o desabastecimiento, cualquiera de las dos o las dos juntas, son muestra del gran fracaso.





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