sábado, 7 de marzo de 2020

¿Quién divide a la familia cubana? (Segunda Parte)


A mis casi 57 años de vida, puedo decir que soy un tipo que tuvo una buena educación familiar y académica. Tuve suerte, crecí en una familia organizada con valores definidos y me tocó una época donde todavía los profesores amaban su profesión y venían de la vieja escuela, por lo que sabían lo que hacían con los alumnos. Luego me casé y fui a parar a una familia estructurada como la mía, donde los valores con los que venía se consolidaron.

Mi formación me ha llevado a ser, lo que se dice, un tipo buena gente, muy rápido me paso del simple conocimiento a una posición de amigo, padre, hermano, lo que me ha hecho ganar, a lo largo de mi vida, muchas personas que por lo menos aprecian mi presencia, muchos me quieren. Siempre hay excepciones, pero entonces, ellas son las que están mal. JAJAJA.

Me gustaría decir que, siendo yo privilegiado en conocer a muchas, muchas personas, no conozco a un cubano aquí, que no pene por su familia. Vivimos añorando a los que dejamos atrás, padres, hijos, hermanos, sobrinos e incluso a los amigos. Creo que incluso aquellos que mantienen hoy una posición más radical con la vida, cuando se habla de Cuba hacen un aparte. Claro están los que tienen la suerte de no tener a nadie en la isla, entonces para esos, lo que queda es el sentimiento de patria como lugar de origen.

Casi todos, vivimos tratando de que los que quedaron puedan disfrutar alguno de los beneficios que tenemos por sólo habernos mudado de país. Una gran mayoría, estamos al tanto, nos preocupamos, enviamos dinero, más comidas, más medicamentos, ropas, etc., a los que allí tenemos para aliviarles el padecimiento. Tan pronto podemos vamos a verlos, a tocarlos, a conversar, llorar y reír; tan pronto podemos los invitamos sabiendo que no les podremos resolver todos los problemas, pero por lo menos por dos o tres meses los haremos vivir de forma diferente. Tan pronto podemos tratamos de reclamarlos, quizás para que vengan a comer huevo y arroz blanco, pero que se puedan comer todos los huevos y el arroz blanco que quieran. Vivimos la mayoría lamentando el dilema de la familia dividida.

A pesar de eso y el esfuerzo que para muchos significa sobrevivir y ayudar a su familia, claro, nuestra familia está dividida físicamente porque unos estamos fuera y otros han quedado dentro. Cuentan nuestros abuelos que al cubano no le gustaba emigrar. Salía y entraba, Trabajaba duro fuera, pero regresaba a vivir en su pedazo de tierra. Hoy, sin que esto haya cambiado, estamos obligados a permanecer en el exterior, para sólo poder realizar el más pequeño de nuestros sueños. A mí que me gusta el rock, los pelos largos, los tatuajes, las personas sencillas en short y tenis sin preocupaciones por lo que va a pensar el vecino de al lado, a veces me pregunto, ¿y qué yo hago aquí en medio de Estados Unidos, hablando inglés todo el día, con frío, hielo y nieve? Entonces pienso en mi familia, en los que aquí están bien y en los que atrás dejé y puedo ayudar y quizás un día pueda recuperar. Estoy, no importa los problemas e inconvenientes, donde tengo que estar. Estoy convencido de morirme aquí, mis hijos conocen la funeraria donde pueden incinerar mi cuerpo, los costos y el lago de los patos donde, acompañado de la música de Deep Purple y Journey, echar mis cenizas.

Veamos lo que nos pasa. Los cubanos, por capricho y venganza del gobierno, tenemos que pagar casi 400 dólares por un pasaporte que sólo dura 6 años, pero además cada dos años tenemos que pagar 200 dólares para habilitar el librito azul que nos permite entrar a Cuba, nuestra patria, nuestro país. No importa la nacionalidad que tengamos o cuántas tengamos, para ir a Cuba estamos obligados a seguir usando el pasaporte cubano y por si fuera poco tenemos que pedir permiso para entrar, absurdo, porque como se conoce y es lógico, Cuba debería ser más que un gobierno de turno. Aunque el turno sea ya muy largo, debería ser eso, más nada que un turno. Esto no tiene que ver con el bloqueo, ni con los cubanos de pueblo. Familia dividida.

Pagamos 7 dólares para enviar cada libra de medicina, más 9 dólares para enviar cada libra de ropa o comida, en un país donde las medicinas y la comida escasean. Pagamos enormes impuestos a aquellas cosas autorizadas a llevar y padecemos frente a las miles de cosas que allí no hay y que desde donde estamos no podemos llevar. Seguimos siendo esclavos económicos, porque tenemos que trabajar para mantenernos y nos tiene que sobrar para enviar a Cuba, sabiendo que los precios allí están siempre multiplicados por tres, sabiendo que, de una forma u otra, el propio gobierno se beneficiará. Esto no tiene que ver con el bloqueo, menos con los emigrantes. Familias divididas.

Cuando no es interés, seguimos siendo llamados gusanos, traidores, apátridas, cuando quieren suavizar y mostrarse dulces, sobre todo para la opinión internacional, entonces somos reconocidos como positivos. Ahora más que nunca, por necesidad únicamente del gobierno y falta de decoro y ética, el propio gobierno, a través de la familia en Cuba, apela a la emigración, a que se manden más dólares, a que, ya sin tapujos, reconocer, que no somos iguales, que existen diferencias, que están los que vivirán bien y los que continuarán jodidos. Se venden autos viejos a más de 50 000 dólares para el pueblo trabajador, pero se le mantiene el pan y el café de la bodega igual que aquel nacional que no logró colocar a alguien afuera. Cubanos con celulares, con aires acondicionados, con autos, que jamás se obtuvieron vías trabajo socialista, frente a cubanos que siguen apelando a las filas para coger el pescado del mes. Familia dividida.

Tenemos hace 6 décadas una libreta de abastecimiento, que se creó teóricamente para que todos fuéramos iguales, pero que en realidad escondió y esconde la incapacidad del gobierno para producir más y repartir más. La libreta de abastecimiento, típica de los países en guerra y de períodos muy cortos de problemas económicos y suministros, se ha convertido en la reguladora del cubano. Si analizamos bien, Cuba es un inmenso y eterno solar o cuartería. Por elementales incapacidades de producir viviendas, hemos estado obligados a vivir juntos, todos, padres, hermanos, cuñados, hijos, sobrinos, entonces lo que desde afuera se ve como una casa, dentro tiene 3 o 4, porque existen 3 o 4 familias que comparten el espacio. Conozco familias donde se cocina separado, o sea, tienen turnos para elaborar la comida, conozco casas donde el refrigerador está cerrado con un candado y la llave la tiene alguien metida en “las lomas de mamá”, o sea, las tetas. Conozco familias donde la libreta de abastecimiento está en la bodega bajo la custodia del administrador, porque como los integrantes no se hablan, tienen que coger los mandados en diferentes momentos. El cubano odia a la libreta de abastecimiento, ella lo condena, ella lo diferencia, ella le recuerda día a día la miseria que se vive. Familias divididas.

Lo de la vivienda, no tiene nombre y no tiene que ver con el imperialismo. No tiene que ver con la escasez de cemento, arena, piedra, porque en los hoteles que se construyen con inversión extranjera, no se trae el cemento y la arena de Italia, ni de España. Los edificios, muchos construidos a finales del siglo XIX, hoy se están derrumbando solos, si un ciclón los ayuda se caerán más rápido. Las casas se han visto imposibilitadas de reparar por muchos años y los barrios de llega y pon, más los solares donde quiera, pululan en toda Cuba. Cada problema de vivienda trae problemas de familia, discusiones, guerras, golpes, divorcios. Cada barrio llega y pon, generalmente, trae consigo la mala vida, el tráfico, la droga, la delincuencia. Cada problema de vivienda trae hacinamiento, insalubridad. Pero entonces, se encuentran personas que pagan 90 000 dólares por una casa, casi la derrumban completa, quitándole pisos, repellos, y hacen casas nuevas, frente a la incredulidad del pueblo. ¿De dónde sale ese dinero, se preguntan muchos? El gobierno lo sabe, lo permite y lo utiliza. Los cubanos enviamos dinero desde el exterior, pero ¿conocen ustedes a alguien que trabajando en los países donde están, puedan darse el lujo de enviar cash 90, 100, 120 000 dólares, porque obviamente nadie envía cemento, cabillas, arena, agua, etc.? Un profesional que gana entre 16 a 20 dólares mensualmente, sin pagar más nada, ni tomarse un café en la calle, pasaría como mínimo 108 años de vida para reunir ese dinero. Familias divididas.

Ahora, aunque ha existido desde siempre, aparece la categoría de “regulado”. Cubanos que están en una lista que tienen prohibida la entrada, otros tienen prohibida la salida, e increíblemente otros después de dejarlos entrar, tienen impedido el regreso a sus orígenes. Las listas son secretas, uno nunca sabe si forma parte de ellas y sobre todo cómo caer y cómo no caer. Listas que manejan las autoridades migratorias que no están obligadas a dar información, ni explicación. Estás regulado y es así. Regulado se refiere, una vez más, a que eres propiedad del gobierno, el que te puede dejar entrar o salir a su antojo. Puedes pagar pasaporte y habilitación, pagar pasaje, puedes preparar maletas, más lo que esto significa cuando vas a Cuba, o sea, llevar hasta la pasta de diente para tu familia, puedes viajar la mitad del mundo y cuando llegas y te bajas del avión, no te permiten pasar porque estás regulado, quizás por la tontería más tonta de hacer un poema que habla mal o dice la verdad del gobierno.

He visto a personas que han viajado para asistir al entierro de su madre y no han podido, ni tan siquiera por el más elemental sentimiento de humanidad, ir a la funeraria o al cementerio. He visto a personas que se han preparado para viajar al exterior, han sacado VISAS, pasaportes, preparado maletas, han sido acompañados por familiares para despedidas y no lo han dejado salir, porque están regulados y esas personas sólo saldrían para participar en determinado evento fuera de Cuba. ¿Qué tiene que ver esto con el bloqueo?, ¿Cómo entender que a alguien que ha viajado la mitad del mundo, se le prohíba entrar para enterrar a su madre? Luego tenemos que creer que el gobierno nos quiere, que está interesado en sus hijos que están fuera, que vela por el beneficio de los cubanos dónde quiera que estemos. ¿Es creíble que ese gobierno trabaje para el pueblo? Yo, quizás por uno de mis escritos, podré engrosar las listas de regulados, no sé, me enteraré algún día cuando me baje del avión. Familias divididas.

Esto me ha dejado loco. Conozco a un cubano, hijo de una gran figura histórica, política e ideológica, comunista, pero querido por muchos, al que se le prohibió estar en el velorio de su padre. Por sólo no pensar como el gobierno fue expulsado. Esta persona no le debía nada al gobierno, no estaba buscado por Interpol, y, porque su padre era propiedad del Partido Comunista y el gobierno, se le expulsó del velorio y se le prohibió ir al entierro de su papá. El muerto no era su padre, no le pertenecía, el muerto no llevaba su sangre, porque a la vez que se piensa diferente al gobierno, la sangre es verde. Entonces un hijo que, hasta el último momento se relacionó con su padre, que el padre sabía cómo pensaba y aunque diferían de muchas cosas, se toleraban, no tiene derecho a velarlo, acompañarlo, enterrarlo, porque el padre es propiedad del gobierno. Esto es inhumano, esto es criminal y no tiene que ver con el bloqueo. Familias divididas.

Antes de 1959, Cuba, con un poco más de 6 millones de habitantes, tenía 14 cárceles, sólo una de máxima seguridad. Hoy existen casi 600 cárceles con cerca de 100 000 presos. Es poco entendible, durante la dictadura más cruel que se dice tuvo la isla, la de Batista, las cárceles eran sólo 14 y luego de 60 años, con una revolución que es para el pueblo, donde todos la apoyan incondicionalmente, donde los Derechos Humanos se respetan a cabalidad, donde el gobierno es el padre de todos y lo único que hace es beneficiarlos, existen 582 cárceles repletas de personas, sin contar obviamente, las miles de unidades de la policía y los miles de calabozos que existen en toda la isla, también repletos de personas. Esto puede parecer contradictorio, pero no, porque el cubano transita más del 80% de su vida diaria en la ilegalidad. El cubano, independientemente de su credo ideológico tiene que “luchar”, entonces es muy fácil caer por cualquier cosa. Cubanos en las cárceles por razones económicas y hoy, más que nunca, por razones políticas y esto no es culpa del bloqueo. Cubanos detenidos y presos, enorme problema para las familias. Familias divididas.

Siguen siendo sancionado aquellos profesionales cubanos, no por haber cometidos actos en contra de la revolución, o sea, actos armados, sabotajes, sino por la sola razón de irse y abandonar una misión como médico, como profesor, como deportista, a no poder regresar a Cuba por 5, 8 años o todo aquel tiempo que se determine en cada momento y caso específico, pero además, los familiares de esas personas, hijos, esposas, madres, padres, están imposibilitados a salir del país hasta que el gobierno lo permita, porque los tentáculos de la venganza, no sólo son contra el que supuestamente traiciona, sino con todos aquellos que se relaciona. La política es clara, te vas a quedar, nos vas a dejar, pero vas a sufrir. Los papás están fuera, pero los hijos están secuestrados. Pedimos a Elian para que regresara con su papá, ya que su mamá había muerto en el mar tratando de llevarlo a Estados Unidos, pero entonces miles de niños están retenidos dentro de Cuba, porque el gobierno los tiene como rehenes para la venganza. Oreste Lorenzo, aquel piloto militar que desertó llevándose un avión, tuvo que ir a Cuba a robarse a su familia, porque el mismísimo Raúl Castro le dijo que no se los daría nunca. Alina Fernández, la hija no reconocida de Fidel Castro, tuvo que irse de la isla a escondidas, utilizando un pasaporte de una española. Ella no se fue, se escapó y luego hubo que desarrollar una campaña internacional por años para que le dejaran sacar a su hija. Familias divididas.

Hoy más que nunca, como acciones preventivas, se está reprimiendo a las personas en Cuba, que no sé cómo se llaman, porque la categoría de pueblo para el gobierno es algo más elástico que una goma de mascar. A eso que se llama donde quiera pueblo, en Cuba se ponen personas, se quitan personas, se agranda o empequeñece, en dependencia de los intereses. A veces el pueblo es pueblo, otras es grupúsculo. Algunas veces es revolucionario, otras es elementos confundidos o pagados por el enemigo. Para el gobierno el pueblo sólo piensa y existe si defiende al gobierno, de lo contrario entonces siempre es mercenario pagado por la CIA, el gobierno americano, o sea, el enemigo clásico. A veces ese pueblo es colaborador, otras, es definido como conspirador y confundido. Las personas están hoy en una categoría y mañana en otra. Hoy más que nunca existen los “nopersonas”. Pero, los reprimidos tienen familia y amigos, las Damas de Blanco tienen familia y amigos, aquellos a los que se les multa o se les llevan detenidos por temas de violación de normas establecidas, tienen familia y amigos, aquellos a los que se les saca de las casas, de los almacenes donde viven, tienen familia y amigos, aquellos a los que se vigila y sancionan, tiene familia y amigos, entonces por cada afectado hay 10, 15 personas que comparten y asumen esa afectación. Cuando se tiene a un familiar o un amigo bajo investigación, detenido o preso, los familiares y amigos no tienen vida. La afectación es inmensa. La multa, el decomiso, la detención, la golpiza en las calles, los juicios amañados, los encarcelados, no tienen nada que ver con el bloqueo. Familias Divididas.

Entonces después de éste, mi pequeño resumen, el gobierno cubano, en su más que conocida posición de víctima, repite que se quiere desde el exterior, dividir a la familia cubana y lo más incomprensible es que muchos, desde el exterior, aquí en Estados Unidos existen unos cuantos, repiten el estribillo, tratando de ocultar la realidad.
El gobierno y sus lacayos tratan de ocultar la ineficiencia, la incapacidad, y nombrándolo injusto, echan la culpa a otros, tocando, nada más y nada menos, que el tema sensible de la familia, los niños, los viejos.

Como antes dije en uno de mis escritos, que no he escuchado a nadie decir que quiere anexar a Cuba a los Estados Unidos, hoy aseguro que la mayor parte de los emigrados queremos quitar o cambiar al gobierno cubano. Los que estamos fuera, al menos la mayoría, estamos convencidos de que, con 60 años de pruebas y experimentos con casi ningún logro, es más que suficiente para justificar una nueva opción. Nadie quiere atentar contra su familia, nadie quiere atentar contra la familia de los amigos, más, nadie quiere atentar contra el cubano que lucha y sufre.

Creo que cada emigrado debería tener clara y recordar su vida en Cuba, sus sueños no realizados, sus frustraciones, sus necesidades no resueltas. Cada cubano debería recordar la persecución y represión a su persona o a amigos y conocidos. Cada cubano debería recordar lo que le costó estudiar, trabajar, hacer y mantener una familia, conseguir ropa y comida e incluso mantener un perrito o gatico. Cada cubano debería recordar cuán fácil se apeló a los famosos problemas ideológicos para destruir la vida de alguien. Cada uno de los que hoy están fuera, deberían conocer lo que se pasa en los calabozos y cárceles de la revolución.

Cada cubano fuera debería recordar o conocer las lágrimas de una joven expulsada de la universidad o de un trabajo, los sacrificios que hace una madre o esposa cuando tiene a un esposo o hijo preso, el miedo que se siente cuando se sabe que alguien te vigila a nivel de cuadra o centro de trabajo. Cada cubano debería recordar el peligro que significa en Cuba pensar diferente, expresar opiniones diferentes, cuestionar, no seguir a la manada. Cada cubano debería pensar, no importa si está en Estados Unidos, Europa, África, o en el mismísimo Polo Norte de la libertad que disfruta, de las miles de opciones que tiene para escoger y vivir, de las ventajas que disfruta, de las posibilidades que tiene en el futuro y entonces pensar si todo eso lo tendría en su linda isla.

Cada cubano, siempre que siga viviendo fuera de la isla, debería defender y luchar a su nivel y posibilidad, que, en su país de origen, donde viven sus familiares y amigos, existan las mínimas mismas condiciones que existen en los países donde están radicados. Sería incongruente hacer lo contrario por conveniencia, miedo o desinterés, o sea, preferir que Cuba siga viviendo como vive. Es lindo Varadero, es precioso Baracoa, las palmas, los ríos, la yuca y la carne de puerco, pero eso no puede opacar que el cubano está jodido, que es reprimido, que es maltratado hoy más que nunca, por un conjunto de policías jóvenes sin madres, sin hermanos, sin vergüenza. Cada cubano tiene que pensar, por ejemplo, en que la idea de “regulados”, es más de lo mismo, es toda una estrategia para en silencio, por venganza, por odio, para mantener el poder, infundir miedo, para que cada uno de nosotros nos sigamos reprimiendo, nos sigamos aguantando y saben que puede dar resultados, si quieres ir a Cuba a ver a tu familia o a vacilar en los hoteles y playas, la idea de estar en una lista secreta da miedo. Ellos no quieren al pueblo, no quieren a los emigrados, ellos sólo quieren permanecer en el poder para vivir eternamente bien.

Nadie quiere dividir más a la familia cubana, todos estamos ya todo lo divididos que se puede estar. La idea sería ser capaz de unirnos, ya dije, en lo mínimo, en la idea de que ya los mecanismos que se han probado y probado durante 60 años no funcionaron, no funcionan y no van a funcionar.

La idea de que los emigrantes quieren dividir a la familia cubana es además de ridículo, una estrategia de desinformación mal intencionada por parte del gobierno, para confundir, para dañar, para manipular, para maniatar frente a la opinión internacional y la opinión nacional, a los cubanos que queremos una Cuba libre.

Ya dije que muchos hemos crecido confundidos, porque la propaganda ha hecho ver que nación, patria, líderes políticos y gobierno, son la misma cosa. Nos han manipulado siempre con la idea de que se están refiriendo a personas que no piensan, a marionetas, pero aquellos que hablan con amorosas frases de pueblo, en realidad lo odian. Ahora a los términos confundidos, se agrega el de familia.

A esa familia cubana en Cuba, se le está bombardeando todos los días, a todas horas, con la idea de que el “bloqueo” y Trump, de que la “gusanera” y los emigrados “negativos”, son los culpables de los males y quieren por todos los medios acabar y destruir a Cuba. Se siguen utilizando argumentos de invasión, exterminio, anexión, liquidación de las conquistas, poniendo a los emigrantes como un grupo de bandidos, sedientos de sangres, de venganza y de odio.

Escucho que yo, típico emigrante negativo, quiero dividir a la familia cubana y me veo pagando caro las llamadas a Cuba y gastando mucho dinero para enviar comida y medicinas a esas mismas familias que se supone quiero dividir, porque no hay comida y medicinas suministradas por el gobierno. Escucho que quiero dañar a la familia cubana y no hay un día que me levante y no piense en Cuba, cómo ayudar más, como resolver un problema de última hora, como hacer para ir a verlos. Escucho que quiero dividir a la familia y mi mayor anhelo es poder tener un avión para ir a recogerlos a todos y traerlos a vivir conmigo, aunque tenga que convertir mi apartamento en Lincoln en el primer solar de cubanos. No quiero y conozco que no queremos dividir a la familia cubana, soy sincero, quiero y conozco que queremos quitar al gobierno, quitar el partido comunista, quitar el socialismo y darles a los cubanos la opción de que crear un nuevo sistema, un nuevo país, un nuevo futuro.

¿Sería perfecto? No, pero sería imperfectamente nuevo. No quiero y conozco no queremos anexar a Cuba a Estados Unidos, no quiero que se cambie la bandera, ni nos veamos obligados a hablar inglés, quiero que Cuba, teniendo a Estados Unidos como vecino más cercano, pueda emprender un camino de inversiones y desarrollo a su nivel y posibilidades. Quiero que la mayor aspiración de un joven, como las tuve yo, no sea irse para cualquier lado, incluso Haití o Burundi, con tal de respirar. Quiero poder decir que soy cubano sin tener que aclarar que soy de los cubanos negativos.

¿Quién quiere dividir a la familia cubana?

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