viernes, 14 de febrero de 2020

Cuba abre facultad para estudiar idioma ruso. 2020.


De nuevo, nuevísimo, una vez más nuevamente, Cuba abre facultad para estudiar idioma ruso. Dicen que recordar es volver a vivir, entonces ahora mientras escribo, no puedo dejar de reírme.

Recuerdo cuando fui niño, a mis dos padres, sentados en la mesa del comedor de mi casa, con folletos hechos en papel gaceta, frente a un radio BEF, recibiendo clases de ruso. Recuerdo que cada tarde aparecía aquella voz de hombre que decía algo así como, “Russskiy Yaziy Radio”, y mis padres se disponían, con posiciones de alumnos atentos, disciplinadamente para repetir palabras de algo que, a mis cortos años, se escuchaba muy extraño. Mi mamá estudiosa, responsable, mi padre, santiaguero, obligado, tal como se obliga a un niño diariamente a hacer tareas que de las que no quiere saber. Estudios familiares, tareas, repetición de palabras y frases en el tiempo libre, que el partido orientaba se debía hacer.

Imagino que mis padres no fueron los únicos y muchos de ustedes recuerden estas escenas o fueron actores de ellas. No fueron suficientes los técnicos soviéticos, militares y civiles, que un buen día aparecieron, no fue suficiente con las películas, los muñequitos, las ropas y comidas soviéticas, no bastó con la construcción de repartos para ellos y la inmunidad que les dieron a todos, incluso a las esposas acompañantes de los técnicos, pioneras del mercado negro en Cuba, sino que el gobierno y su propaganda pidió, no sólo que amaramos a los soviéticos, sino que tratáramos de amarlos en su propio idioma. Y mis padres, imagino que muchos otros padres obedecieron, pero además ingenuamente embullados, el futuro de la patria cubana se explicaría en ruso.

Por suerte durante todos mis estudios fue el inglés el idioma que me tocó y digo me tocó porque los idiomas no eran opcionales en las escuelas, no se podían escoger. Te tocaban y tenías que aprobarlo. En la universidad, cuando llegué había dos grupos, uno de inglés y otro de ruso, tuve la misma suerte y pude ir escapando con el idioma de mi música. Los del otro grupo no la pasaron bien en sus clases de idioma y, aunque pueda parecer mentira, esa asignatura se convirtió en el tormento de muchos. Había los que declaraban que el ruso no les entraba, tal como si fuera algo que había que meter por un hueco.

Ahora pienso que era una locura, una carrera como la mía que tenía tres especialidades, Cuba, América y Contemporánea, obligaba a estudiantes a conocer el ruso desde primer año. Los graduados de Cuba, no sabíamos manejar bien el castellano, los graduados de América nada conocían de los idiomas regionales que se podían hablar en la región donde se supone que pasarían sus vidas estudiando, los de Contemporánea, básicamente África y Medio Oriente, jamás estudiaron ninguna lengua africana y menos árabe, cosa que hubiera sido más útil para poder leer bibliografía especializada y sobre todo poder trabajar en terrenos. Normita mi amiga, luego de graduarse, al especializarse y trabajar sobre África, tuvo que estudiar además swahili, para poder comunicarse con sus interesantes africanos en los varios viajes que realizó al continente negro.

A Martica, en su carrera de Economía Política, imaginen, le tocó el ruso obligado. Por aquellos años, hablo de principios de la década de los 80, los profesores universitarios, sobre todo los más jóvenes, que explicaban el marxismo en todas sus variantes, que provenían de haber estudiado en la URSS, torturaban a los alumnos cubanos diciéndoles que a los “clásicos”, haciendo referencia sobre todo a Lenin, había que leerlos en su idioma natal, con eso ellos se hacían los diferentes.

Los rusos desaparecieron un buen día, porque ellos mismos quisieron, se les acusó de traicionar al movimiento comunista mundial y con ellos desapareció el ruso de Cuba. A más nadie, incluyendo a mis dos padres, les importó continuar con el estudio de aquel idioma raro y difícil, que en la realidad poco tenía que ver con nosotros y nuestras tradiciones.

Los soviéticos se convirtieron en rusos y ellos mismos se apuraron en aprender inglés. Los cubanos nos salvamos de la influencia que aquello significaba, sobre todo las cinco partes de la película Liberación, repetida años tras años, según las autoridades de la cultura de la isla, porque los cubanos la pedíamos y de prontoooooooo, se abrieron las aulas cubanas para aprederrrrrrrrrrrrrrrrr chino. Chinos para Cuba, cubanos para China.

El tiempo pasó y pasó y de nuevo los rusos aparecen con fuerza en el escenario latinoamericano y se comienzan a ver los meneos de los intereses políticos y por supuesto, los económicos. Casualmente ayer, hablando con Ruso, le decía que me llamaba la atención, cómo Rusia, que conoce por experiencia propia lo existencia del sistema comunista por más de 70 años, que dejó más cosas negativas que positivas en su población, hoy apoya a gobiernos, dígase Cuba, dígase Venezuela, que pretenden bajo el mismo proyecto soviético fracasado, mantener el poder también fracasado, que dejará más cosas negativas que positiva a largo plazo y entonces hoy en la mañana veo noticias. Las noticias aparecen y se explican por ellas mismas.

Rusia prestará a Cuba 1.000 millones de euros para que modernice su armamento y el ferrocarril.
Febrero 13, 2020

“Los préstamos que el gobierno de Rusia planea otorgar a Cuba para llevar a cabo proyectos conjuntos podrían superar los 1.000 millones de euros”, según dijo el embajador ruso en La Habana, Andréi Guskov.
En una entrevista con la revista rusa Sputnik, el diplomático señaló que los nuevos créditos rusos se conceden al país caribeño para implementar diversos proyectos conjuntos.
Entre estos proyectos, el diplomático dijo que figura un gran contrato para modernizar la infraestructura ferroviaria de Cuba.
“Una parte importante de su financiación —casi 900 millones de euros— se proporcionará a través de créditos comerciales de los bancos rusos”, comentó. Asimismo, el embajador ruso manifestó que los trabajos de diseño en el marco de un contrato para modernizar la infraestructura ferroviaria de Cuba arrancaron el pasado mes de enero.
“Los trabajos de diseño en el marco de dicho contrato (…) arrancaron en enero de este año”, dijo en una entrevista con Sputnik.
Este contrato, valorado en 1.880 millones de euros, es el “mayor jamás firmado con Cuba en la historia de la Rusia moderna”, señala la publicación.
Por otro lado, el diplomático rememoró que la cooperación técnico-militar es “uno de los ámbitos más importantes de la interacción entre” las dos naciones.
“Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba están equipadas en gran medida con armas y equipos bélicos de fabricación soviética y rusa, incluyendo sistemas de defensa antiaérea y de misiles y artillería costeros”, dijo.
Para tener esos armamentos listos para la acción, es necesario “realizar el mantenimiento y las reparaciones pertinentes, suministrar piezas y accesorios, ir cumpliendo otras tareas relacionadas”, añadió Guskov.
“Nuestra labor conjunta se articula teniendo en cuenta estas necesidades”, comentó.

Lo de las armas y toda la parafernalia para modernizar el armamento cubano, obviamente obsoleto, es una buena estrategia para vender, o sea, yo te doy un crédito grande, blando, por tanto, a pagar en un largo plazo con muy bajos intereses, pero ese crédito es para usar en lo que acordemos, no en lo que tú quieras. Entonces yo, Rusia, necesito vender armas, piezas, repuestos militares y tu Cuba, necesitas proteger tus fronteras del enemigo externo que lleva 60 años atacándote sin atacar y reforzar tus posibilidades para enfrentar tus enemigos internos, que, si es cierto que aún están adormecido, también es cierto que no están drogado, por lo que crecen y pierden el miedo. Los escudos antimotines se empiezan a ver en las calles cubanas.

Lo del ferrocarril, ojalá ocurra de una vez y por todas. Cuba desde 1837 tuvo su primera línea de ferrocarril, La Habana-Güines, autorizada por la mismísima Reina de España Isabel II, que fue diseñada por un ingeniero norteamericano. De ahí, primera mitad del siglo XIX, hasta la Revolución de 1959 el ferrocarril cubano se desarrolló, se amplió, se modernizó y se utilizó tanto para fines económicos, o sea, movimiento de mercancías, productos del agro, etc., como para el movimiento de las personas.

Después del 59, en intentos por salvar el transporte, Cuba ha comprado locomotoras alemanas, canadienses, buenas, pero luego se ha complicado con las piezas de repuesto y los mantenimientos, las piezas son caras y no se podían pagar. El último fracaso fue la compra de locomotoras chinas que patinaban sobre los rieles y no avanzaban. Desastre. Quizás los chinos las venden como juguetes para niños y para ser instaladas en los jardines de las mansiones y el comprador cubano, evidentemente político, quizás graduado de biología o matemática, quizás inspirado en aquel abnegado funcionario, cuadro revolucionario, que compró al principio de la revolución, máquinas para limpiar nieve, compró lo que era lindo y le ofrecieron después de una comida china o quizás después de obtener una buena comisión, sin saber lo que estaba comprando, sin que le doliera su bolsillo. De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno.

Según los especialistas, Cuba, tiene la forma geográfica exacta para tener un ferrocarril súper útil. La forma estrecha y alargada del país por la horizontal, permite construir una sola línea de ida y vuelta de un extremo a otro y de ella sacar pequeñas líneas verticales y otras para conectar al resto de los poblados e intereses económicos. El ferrocarril se deterioró durante estos años y hoy casi no existe. Líneas están destruidas, los puentes con serios peligros de derrumbes, los carros deteriorados, las locomotoras viejas y grandes consumidoras de combustible en un momento de gran déficit de combustible, etc., han convertido hoy al ferrocarril en otro fracaso con el que los cubanos no pueden contar para trasladarse, ni el mismo gobierno puede utilizar efectivamente para mover sus intereses económicos. Vivimos en momentos donde un tren puede coger 600 kilómetros por hora, por lo que aquella aprobación de la Reina Isabel II en el siglo XIX es vieja. Se habla hoy de trenes y se está hablando de máquinas que parecen de ciencia ficción.

A los políticos no hay quién los entienda mucho. La política es una puta, recuerda siempre mi mujer que su abuelo paterno aseguraba, porque hoy se acuesta conmigo y mañana se acuesta contigo. Es por eso que uno tiene que tener cuidado al defender fanáticamente una variante determinada. El propio Putín hace algunos años, después de muchas reuniones y esfuerzos, canceló el 90% de la deuda que Cuba tenía con la actual Rusia, heredera de la Unión Soviética. El presidente ruso, abolió la deuda no porque fuera bueno, ni amistoso, sino porque, más que evidente, el gobierno de Cuba jamás podría pagarla y entonces por qué seguir lloviendo sobre mojado. Borrón y cuenta nueva. Yo no sé cuánto fue el monto de la deuda total y no sé cuánto Putín canceló, pero debo suponer que el número es extremadamente enorme, porque fueron muchísimos años de súper consumo soviético que se apuntó durante todo el tiempo en el hielo. El precio político de Cuba para el llamado Campo Socialista no tenía precio.

Ahora, en el momento que Cuba menos dinero tiene para pagar y con deudas con las 11 000 vírgenes, que menos resultados económicos tiene para producir dinero, a no ser que el gobierno haya puesto como garantía el Capitolio, el Túnel de la Habana, los hoteles viejos y nuevos, La Plaza de la Revolución con la estatua de Martí incluida y la heladería Coppelia del Vedado, el gobierno ruso, que además ha sido invitado a Cuba y probablemente Putín se anime a visitar la isla caribeña, quizás llegando montado en la primera locomotora rusa de la nueva era, le da un nuevo crédito a Cuba por 1 000 millones de euros. ¿Qué hay detrás de esta política puta o puta política?

Pero, no corto ni perezoso, el gobierno cubano, que no sabemos si pueda pagar esa deuda y se vea obligado a subastar la antigua Plaza Cívica, responde amorosamente y como acto de muy buena voluntad, aparece de nuevo, nuevísimo, una vez más nuevamente, la apertura de una facultad para el estudio del idioma ruso en Cuba. Aquí la noticia.

Cuba abre facultad para estudio del idioma ruso

Tomado de Granma
publicado febrero 11, 2020

La viceministra de Educación Superior de Cuba, Miriam Alpízar, y la viceministra de Ciencia y Educación Superior de Rusia, Marina Borovskaya, cortan la cinta inaugural de la Facultad Preparatoria de idioma ruso en La Habana.

«Para nosotros es una oportunidad contar con este nuevo espacio de trabajo y de intercambio, tendremos la posibilidad de traer profesores que dominan la didáctica de la enseñanza de la lengua rusa, y además tendremos la oportunidad que nuestros futuros profesionales dominen el idioma, no solo como vía para los estudios, sino como una vía cultural», subrayó la también miembro del Consejo de Estado de Cuba.
La doctora Nicado explicó a Sputnik que la nueva facultad preparatoria permitirá que los profesionales cubanos que opten por becas de maestría, doctorados, o por becas de pregrado, «puedan tener un dominio del idioma de manera que se pueda aprovechar mejor la estancia en un país que hoy ostenta uno de los mayores índices de desarrollo en materia educacional a nivel mundial».

Por su parte, la doctora Marina Borovskaya, viceministra de Ciencia y Educación Superior de Rusia, presente en la inauguración, aseguró que Cuba y Rusia están «en un momento importante en que los dos países están haciendo un gran esfuerzo para desarrollar el idioma ruso y las asignaturas que se pueden impartir».Borovskaya insistió que los profesores que trabajen en este proyecto deben conocer el formato que se utiliza en Rusia, no solo en la enseñanza del idioma ruso, sino en la enseñanza de otras asignaturas en este idioma.

También intervino Andrei Guskov, embajador de la Federación de Rusia en Cuba, quien calificó a este proyecto como «muy importante, no solo para la actividad educativa, sino para nuestras relaciones bilaterales en general. En varias ocasiones hemos tratado el tema de la cooperación económica y en el ámbito de la educación, y siempre mencionamos los proyectos bilaterales que se realizan ahora en el sector económico, como la revitalización de la infraestructura en el transporte, la energía, entre otros», precisó el diplomático. «Quedan muchas cosas que hacer en el futuro -insistió Guskov- por lo que los especialistas que dominan no solo su profesión sino también el idioma, las tipologías y las técnicas rusas, serán muy demandados aquí».

 ¿Y?, ¿Entonces? Los rusos, imperio antiguo y, no equivocarse, imperio hoy, con un enorme deseo y posibilidad de conquista, vean la historia, no sólo quieren negocios, dinero, sino que muy rápido aspiran a la culturización, o sea, es bueno que las personas conozcan las tradiciones, la cultura y el modo de vida rusos, que una de las formas que tiene para entrar es el incentivo para el estudio del idioma. El gobierno cubano, como pago, que no le es nada reconquistar a los viejos maestros de ruso, algunos de ellos ya retirados y ponerlos a trabajar de nuevo, no duda en abrir una nueva facultad para estudiar y profundizar en el ruso. Viajes de rusos para Cuba, el clima y las playas cubanas son lindos, viajes de cubanos para Rusia, la pacotilla y el chocolate que se venden en Moscú son buenos.


Mi padre murió sin aprender ruso, era santiaguero, mi madre, todavía estudiosa, está lo suficientemente vieja y cansada como para volverse a sentar frente a un radio a escuchar aquella voz masculina que decía, Russskiy Yaziy Radio” y los jóvenes, con excepción de los de gobierno y funcionarios obviamente, no creo que después de tantos años de “inglés y dolarización” en medio de lo que están hoy pasando, estén muy dispuestos a ver de nuevo, año tras año, las cinco partes de la película Liberación.



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