lunes, 24 de febrero de 2020

Si Cuba espera por las redes sociales, está jodida.


Hoy, siempre cuando se habla de las redes sociales y su importancia, como, por ejemplo, la movilización y puesta de acuerdo de las fuerzas internas de un país determinado, se pone el ejemplo de las revueltas o revoluciones ocurridas en Yemen, Túnez y sobre todo Egipto, donde en enero del 2011 se logró expulsar del gobierno a Hosni Mubarak después de 30 años de gobierno.

En realidad, no soy gran conocer de los hechos, me quedan muy lejos, pero por lo que leí, las redes sociales tuvieron determinada importancia para movilizar a un Egipto donde el 60% de la población tenía menos de 30 años, o sea, consumidores por excelencia de ese tipo de comunicación, pero perece que incluso en ese ejemplo, el papel de estos medios de comunicación está sobre valorado. Tal revolución, a decir de los expertos, no hubiera sido posible, sin la incorporación de los obreros y miles de desempleados, por lo que resulta imposible asegurar, como muchos plantan que las redes tumbaron al gobierno.

Luego otros expertos y participantes en los acontecimientos afirman que los mismos medios que los unieron para movilizarse, terminaron luego por desunirlos, porque las personas comenzaron a polarizarse en determinadas posiciones políticas y atacarse unas a otros, tal como creo que está pasando ahora mismo con el tema cubano.

En uno de mis anteriores escritos, dije que el fenómeno que observaba en las redes sociales que, desde diferentes caras y formas, está dando información actualizada, a veces diaria, sobre la realidad cubana dentro de la isla y tratando de llamar la atención sobre los problemas de los cubanos de allá, de aquí y de donde quiera que estén, ya que así nos han dividido y nos hemos dejado dividir, más haciendo un llamado a unirnos para lograr cambios, me sigue pareciendo, no sólo loable, sino necesario.

Yo, que he pasado voluntariamente sin trabajo unos meses, me he acercado a ellas y hoy, quizás semi atrapado, me muevo y conozco bastante de lo que está pasando, al menos en sus principales exponentes. Digo semi atrapado, porque aún me queda un recurso para analizar, depurar, interpretar, seguir o no, a cada una de las variantes que observo. Entre tarea y tarea doméstica y la búsqueda de trabajo en internet, tengo puesto como audio de fondo, conozco las caras de todos, las plataformas más conocidas de las redes hoy y aquella pasión que me cautivó, que me hizo al principio seguir, hoy ha comenzado a menguar. Son, muchas de ellas, más paja que trigo.

Veamos mi resumen de las que existen fuera de Cuba.


“Hola Otaola”. (Alexander Otaola). Joven camagüeyano, actor de teatro y radio en Cuba, actor en Miami. Hoy es la figura principal y la cara de uno de los programas más perseguidos por la audiencia en las redes. Llamado “Rey de las Redes”, conduce un programa que parece que empezó orientado al chisme sobre actores, cantantes, etc. y un poquito de Cuba y hoy ha invertido su misión convirtiendo a Cuba en el centro de su trabajo, acompañado de un poquito de chismes. El tema entre cubanos da rating.
Alex, es un homosexual agradable y público, señalo esto porque su orientación sexual es parte de su propuesta con juegos e insinuaciones, para mí, muy bien administradas. Es un buen comunicador y sobre todo un buen actor que utiliza todo lo que le puede servir, desde un turbante y muchos pulsos, hasta un cartón con la imagen de Trump, “Míster Pelusa” como llama a su presidente, para conducir su programa.  Es ágil, hábil y para mí inteligente. Republicano confeso, está a favor de la tendencia más radical en contra del gobierno cubano. A veces con desaciertos para mí gusto, es una llamada de atención diaria en contra de los gobernantes cubanos. Es eco de la llamada disidencia interna y de aquella parte de la emigración que quiere resolver para mañana todos los problemas. Es una propuesta refrescante, que atrapa. Más allá de la información que da, es generalmente agradable de ver.

“Juan Juan al Medio”. (Juan Juan Almeida). Buena persona, agradable, educado, con una posición mesurada y que trata de ser justa, lleva a sus espaldas un gran peso, está siempre entre dos orillas y a veces maltratado por todos los bandos. Los “gusanos” de antes lo acusan de haber vivido muy bien dentro de Cuba por ser el hijo del comandante Juan Almeida Bosque, por muchos años la tercera figura dentro del gobierno cubano y los “revolucionarios” de hoy lo acusan de haber traicionado, entre otras cosas a la memoria de su propio padre. Tal como si una cosa o la otra se pudieran fríamente poner en una balanza. Juan Juan, no sólo fue hijo de Almeida, sino que por decisiones de su familia vivió muchos años dentro de la familia, en la misma casa, de Raúl Castro, por lo que es una espina en la garganta del gobierno, ya que conoce muchas historias de los históricos y sobre todo muchos chismes, nada más y nada menos que de la “familia real”, o sea, no se imagina las cosas como nos las imaginamos los cubanos, sino que las vivió.

No conozco a Juan Juan, sin embargo, a pesar de haber nacido dentro de una de las familias comunistas más poderosas de Cuba después de 1959 y como todos sabemos, haber disfrutado de todo lo que disfrutaron los que a ese nivel estaban, incluyendo la idea de ver a Fidel, no como comandante, no como invicto, no como compañero, sino exactamente como tío, cuando lo decidió o le llegó el momento, fue disidente público dentro de Cuba, sufrió repudio, persecución, tuvo problemas, no con la Seguridad del Estado, sino con el propio “Estado”, entonces ha encaminado su actuación con más fuerza y más conocimiento en contra del mismísimo Raúl Castro, quien entre otras cosas, no le permitió asistir, o peor lo expulsó del velorio y entierro de su padre, porque Almeida era propiedad de la revolución. Me gusta Juan Juan, posee muchos datos de primera mano, conoce muchas anécdotas políticas, tiene mucha información sobre lo que ocurrió y por sus conexiones tiene mucha información de lo que está ocurriendo en los altos sectores políticos, militares y económicos de la Cuba del 2020. Como no es un actor y creo no pretende serlo, su propuesta es más calmada, es más potable, sin los típicos andariveles de la teatralidad.

“Ponle el Cuño”. (Erich Concepción). Cantante de ópera en Cuba, perteneció por muchos años al Teatro Lírico y parece que desarrolló dentro de él una carrera profesional. Católico público, según él mismo dice, tuvo problemas con las autoridades, lo que es creíble porque son pocos los que no han tenido problemas con las autoridades de gobierno en Cuba, no importa si estás en educación, en salud pública, en la TV o radio, en un taller de mecánica, en una tienda, seas cantante de ópera, etc. Erich es también homosexual público, pero mucho menos agradable que Alex. Es un tipo medio histérico o que utiliza los arranques para atraer y llamar la atención. Estuvo, se fue y ahora regresó con el mismo programa, que tiene como centro de su actividad el tema Cuba, pero de forma diferente, o sea, Erich es anticomunista, pero se va a Cuba a hacer “buenas” acciones. Reparte medicinas, entrega dinerito a los viejitos más necesitados, va a hospitales y actúa para los niños, etc., o sea, es de una variante menos agresiva que la de su archienemigo Otaola.

A mí me aburre, su voz, su ritmo, su forma histérica a veces de reaccionar, la forma en que trabaja los chismes reales o chismes inventados, los de atrás para adelante, sus justificaciones a veces sin reales argumentos, etc., hacen que uno se diga, todo esto es un invento para los “likes”. Mucho brete, mucha pajarería barata, mucha chusmería, aunque vuelvo a aclarar que estoy a favor de la homosexualidad seriamente enfrentada y defendida. La homosexualidad no repugna, lo que repugna es la vulgaridad y la chusmería, venga incluso de la orientación sexual que venga. Erich se cree una figura, apelando a lo lírico dentro y fuera de la isla, que, como sabemos, tiene que ver con un sector muy específico y minoritario de la población y se vanagloria de las acciones de llevar el dinero que recauda en su programa y algunas sillas de ruedas para los viejitos cubanos. Al final, su propuesta, nada nuevo, chisme y, sobre todo, fajasones con sus competidores, con la parte del público que no está con él de acuerdo, etc. Más paja, menos trigo.

“Eliécer Ávila”. (Eliécer Ávila). Joven oriental cubano, que se hiciera famoso por aquella intervención, siendo aún joven revolucionario, en la Universidad de Informática, que puso en ridículo, nada más y nada menos, que a Ricardo Alarcón. Aquella que dejó sin argumentos al por aquellos años presidente del parlamento, pero sobre todo conocidísimo embajador de Cuba en Estados Unidos por muchos años, sustituto del maestro de la cancillería cubana Raúl Roa, lo que le costó al joven ser reprimido, detenido, repudiado, maltratado dentro de Cuba, lo que lo llevó a radicalizar sus posiciones políticas ideológicas y como era de suponer, presionado por su realidad, provocó su salida del país.

Eliécer es un político declarado, con intenciones también declaradas de participar en la vida política en la Cuba del mañana. Hoy preside un movimiento político llamado “Somos Más” que tiene su prolongación en diferentes partes de los Estados Unidos y Europa. Grupo que pretende movilizar las fuerzas de cubanos y otros interesados, para provocar cambios “democráticos” dentro de Cuba. No quiere sangre, no quiere violencia, aunque está a favor de esos cambios deseados que se deben lograr cuando el pueblo cubano salga a las calles y los del gobierno se retiren. Fórmula mágica hasta ahora difícil de conseguir, porque no es tan sencillo como hacer una mayonesa. Es un muchacho serio, que dedica su tiempo a la política, la economía y que, desde una propuesta más profesional con cierto respaldo teórico, dedica sus programas a hablar y hablar de Cuba, con muy pocos chismes. Como el tema de Cuba demora, entonces lo de hablar y hablar, llega a pasar por las manos de la posible repetición y el cansancio. Es serio, a veces hace algunos chistes, que a todas luces no son su fuerte. Me parece sincero, al menos su propuesta llega como verdad. Tiene mayor vuelo que muchos de los anteriores mencionados, se reúne, da conferencias, es invitado por universidades y organismos internacionales, etc. Lo veo con frecuencia, sus reflexiones y las de sus invitados, pueden dar luces y hacer pensar. Es un típico líder político, a veces, su variante es la que es.

“Datos no Ideas”. (Karlitos Madrid). Joven cubano que vive en España. Dedicado como profesión al Culturismos, o sea, al deporte que realiza programas de entrenamiento con pesas para desarrollar y controlar los músculos, donde ha ganado varios premios y al parecer como hobbie se ha convertido en un comunicador dentro de las redes, porque como hobbie le gusta la historia y la política.

Karlitos es bueno en lo que hace. Es un joven calmado, de proceder dulce, que sonríe con franqueza. Su forma de presentar su trabajo atrapa, sin tantos chismes y periquitos como atrapa Alex Otaola. A mí me gusta, pues su propuesta de “datos no ideas”, siempre respalda sus ideas con mucha información que obtiene de investigaciones. Recomienda además los libros y otras fuentes que ha trabajado para que las personas, no crean en lo que él dice, sino que vayan a buscar la información y saquen sus propias conclusiones. Eso lo hace serio y me da confianza.

Karlitos, desde un cuarto, sin un despliegue tecnológico abrumador, habla de hechos históricos, de personajes conocidos, de líderes, de filósofos y por supuesto habla de Cuba, que es el plato fuerte, pero no la Cuba de Díaz Canel gordo, no de la primera dama mal vestida, menos de Gente de Zona y los carros que se han comprado. Lo conoce, puede mencionarlo como un comercial, pero su trabajo, sobre fuentes históricas comprobables, está encaminada a hablar de historia del mundo y de Cuba. Claro, cada dato, cada idea, es susceptible de investigarse, el tipo no está dando una carrera universitaria por YouTube, pero lo que hace, a mi entender y gusto, lo hace bien. Para un primer acercamiento a determinados temas, resulta muy bueno. Luego, repito, su forma, despojada de todo histrionismo, de papeles dramáticos antes estudiados o de súper montajes o súper actuaciones, hacen de su entrega algo muy agradable de ver.


“Ultrack”. (Jorge “Ultrack” Batista). Joven holguinero, que no fue político, ni disidente, ni tiene historias pasadas contra el gobierno cubano, tampoco pretende tener alto vuelo político ideológico en sus presentaciones, ni dar una imagen profesional y menos convertir su espacio en algo extremadamente metodológico para luchar contra el gobierno cubano. No tiene, ni pretende tener un espacio organizado. Es un joven desenfadado, mal hablado, pero de forma cómica, que tiene una forma muy peculiar de hablar y transmitir sus ideas.

Eliécer tiene su metodología y aspiraciones políticas, Alex, actor, tiene un programa bien montado con noticias y videos actualizados, Juan Juan, tiene sus temas definidos que domina y sus invitados que lo apoyan para desarrollarlos, Karlitos, muy organizado en sus exposiciones históricas y actuales sobre todo con Cuba en la mira y, entonces Ultrack es todo lo contrario. Es un joven desenfadado que se apasiona, se altera, habla con dicharachos, dice malas palabras y no pretende definir nada para tumbar al gobierno. Habla como hablamos los cubanos, gesticula, mete la pata, tal como te encuentras a cualquiera en una esquina de nuestro país. Es además cómico, incluso cuando está hablando de cosas serias y creo que su principal arma es la ocurrencia y la jocosidad. Yo, que no pretendo recibir clases de él, lo sigo con frecuencia, porque en medio de tantas cosas serias, me divierte y me veo a veces sonriendo con las cosas que dice. Me gusta Ultrack, es un cubano guajiro de Cuba, con la misma frescura y ocurrencia de cualquier hombre de campo. Se muestra apasionado, desenfadado, dinámico, dice malas palabras cubanas y entonces se parece a mí.


“Despierta Cuba”. (Liu Santiesteban). Ella misma se presenta como Soy activista, comunicadora. Promuevo Derechos Humanos y Estado Reducido, Propiedad Privada y Libre Mercado” A Liu la conocí cuando fue niña. Creció en una familia revolucionaria que venía de oriente, que un día apareció en una casa a la mitad de la calle Roma de mi reparto. Allí creció y un día la dejé de ver, según ella ya grande se mudó para Centro Habana, en la caliente y trabajó en la TV y el radio en Cuba. Luego al pasar de muchos años, la veo como la disidente Liu, parece que dentro de Cuba y luego en su actividad desde Miami ha tenido acciones para ganarse esa reputación. Rubita de espejuelitos, parece que sí, que es reconocida por su labor, la que no demerito, aunque debo reconocer no conozco bien. Creo que tiene a su haber, el haberse retratado artísticamente desnuda, cubierta en partes por la bandera cubana. Evento no muchas veces visto anteriormente.

Liu, joven, mujer, no es nada nuevo. Un poco más de lo mismo. Un poco para mí, le cae atrás a Alex Otaola, del cual es amiga. Su plataforma es un poco de todo y de nada. Está a favor de la “libertad” de Cuba y de Trump, pero su propuesta es, para mí, poco original, más, por su ritmo, a veces perdido en lo que tiene que decir, me aburre. No demerito su trabajo, pero me parece poco dinámico, poco informado con datos de peso y por lo general cuando llego a ella, lo que dice, ya lo he escuchado antes en otra de las plataformas. A veces sonríe desenfadadamente y yo me pregunto de qué, más allá de que puede ser un recurso para atraer. Liu es suave, no se faja mucho con los que están detrás de las cámaras, tampoco es una variante exclusiva y nueva, más que todo se dedica a apoyar.

“El Invicto Cubano” o “El León de Oriente”. (Roberto García). Santiaguero de origen que hoy vive en California. Es para mí, una de las más fatales definiciones de ser humano. Dice haber sido disidente en Cuba y reportero independiente, lo que le valió para salir del país y luego, al llegar aquí se convirtió en una persona que defiende al gobierno cubano.
Es un tipo vulgar, para mí, semianalfabeto, extremadamente prepotente, seguro enfermo real de la cabeza, quizás fue maltratado o violado de niño y eso lo está revirtiendo ahora en las redes sociales, creándose un espacio para protagonizar una historia. Es para mí la muestra más clara de lo que significa ser mercenario, por lo que creo que nunca fue disidente en Cuba y no es ahora comunista en Estados Unidos. Su gracia está en decir malas palabras de forma grosera, burlarse de los que están en contra de Cuba, nombrarse, no sólo comunista, sino defensor de Fidel, y todos los dirigentes cubanos, incluyendo ahora a Díaz Canel. Se dice comandante, aparece en Cuba vacilando en los hoteles y tirándose fotos con las fotos de los dirigentes históricos. Él dice ser el Comandante en Jefe y no duda en pedir dinero a la cara, todos los días y a todas horas en su canal.

Lo que más me llama la atención, no es que el tipo sea un vulgar mercenario, cochino, mal educado y semi analfabeto, sino que reúne seguidores dentro de Estados Unidos y Europa, que se nombran a favor del comunismo cubano, seguidores que, todos los días, le donan dinero para que Roberto, extremadamente desagradable, aparezca tomando cervezas y fumando cigarros baratos frente a las cámaras haciendo gracias, hablando de sexo, burlándose hasta de su propia mujer, que claro no es cubana, pues de serlo ya le hubiera caído a patadas, cantando canciones revolucionarias y alabando a Fidel y a cualquier estupidez que se hizo o haga en la Cuba revolucionaria. El tipo, para mí, repito, está enfermo de la cabeza realmente, se cree una personalidad, cuando en realidad ni de payaso podría ganarse la vida. Creo que sus seguidores, aburridos, más que todos pagan por sus estupideces.

“Moderna”. (Yadira Escobar). Joven cubana, que vino muy niña a Estados Unidos porque su padre fue enemigo político de la revolución. Ella es una política independiente que apoya a Bernie Sander y pretende correr al Congreso norteamericano. Es una joven que pasa como bonita, que presenta una mezcla muy extraña entre un inglés bien hablado, un castellano madrileño puro, nadie sabe por qué y un cubano aprendido, creo yo que a la corredera con chistes y dichos de nuestra tradición que para nada le quedan bien.

Ella, sin saber mucho de Cuba, más allá de los cuentos y creo que un viaje como turista, trata de tener las soluciones para el caso cubano. Tiene propuestas vinculadas al gobierno de la isla y a mí no me queda claro si quiere un capicomunismo o un comucapitalismo para la isla. Creo que ella tampoco lo tiene claro. Sus intervenciones en la red, al menos lo que he visto son huecas, media prefabricadas, sin argumentos reales sólidos, creo que incomprensibles para el cubano de a pie. Tiene, al parecer relaciones y pretende ser la representante de los cubanos en el Congreso norteamericano, por lo que el tema Cuba es la principal idea de sus presentaciones, pero de una Cuba que no conoce en realidad y donde no la conocen. De una Cuba que ha visto como turista o por videos y reuniéndose, imagino, con personas allí autorizadas, pero que no la entiende.

Es cómico y lamentable, lo mismo habla en inglés o en castellano madrileño y de pronto un consorte o asere cubano, cuando incluso, no vienen al caso. Yo no podría definir qué es y qué es lo que finalmente propone, más de repetir y repetir en contra de la democracia norteamericana y a favor de la “democracia” cubana. Imagino que será bien vista por las autoridades en la isla, siempre sirve de apoyo, aunque lo que diga sólo se sume a la incoherencia del propio gobierno hoy, pero incoherencia + incoherencia = incoherencia más grande.  


“La tarde se mueve”. (Edmundo García). Si antes dije de Roberto “El Invicto” era un mercenario común y un ser humano vulgar, he dejado para último al señor Edmundo, porque me parece que él solo, reúne todas las características malas, repugnantes, deleznables que puede tener un ser humano.

Edmundo, lo recuerdo en un programa cultural que él define equivocadamente como “élite” de la TV cubana, haciéndole la segunda a una abogada llamada Vicky que no podía reconocer las diferencias entre la Torre de Pisa en Italia y el faro del Castillo del Morro en La Habana. Programa elite en una televisión que tenía sólo dos canales y que se dedicaba a poner fotos de pinturas o esculturas y videos internacionales y recitar de memoria quién era el pintor, escultor o cantante. Nada más. Nadie supo nunca, el por qué aquel joven desconocido, sin estudios, sin carrera, sin experiencia en los medios de comunicación, estaba en aquel programa para apoyar a la despistada y desconocedora Vicky, más allá de que todos suponíamos que ambos estaban “calzado” por alguien de poder.

Edmundo al que se le achacan delitos de tráfico de obras de arte después que desapareció de la TV con su programa “elite”, vino a vivir a Estados Unidos y aquí después de pasar por algunos canales en la TV de Miami, inauguró un programa de radio independiente, llamado “La Tarde se mueve”, donde públicamente se dedicó a defender a la revolución cubana y su gobierno, entrevistando a personalidades de Miami y de Cuba. Con el tiempo reventó pienso yo y anunció oficialmente que se regresaba a Cuba para definitivamente dejar de ser un extranjero en Estados Unidos, cosa que, al pasar un año más o menos, evidencia de que no le fue bien en Cuba o logró sus objetivos de ser nuevamente utilizado, regresó de nuevo a Miami. Regresó, por la “coyuntura” desgastado, enfermo, para mí, física y mentalmente, regresó sin dinero, sin recursos y vive de la ayuda del gobierno norteamericano, qué gran país este, para volver a fundar la misma estación de radio o un canal de internet y volver a defender públicamente, con argumentos inventados, a la revolución y gobierno cubanos.

Edmundo, como ya dije, tiene el mérito de reunir en un mismo cuerpo, todos los males del ser humano. Para mí es bajo, cochino, loco, vulgar, descarado, prepotente, demagogo, mercenario a todas luces, que pretende confundir a las personas, llamándose amigo de Fidel, los que conocimos al comandante sabemos que no tenía amigos, menos creo que se hubiera fijado en Edmundo, se nombra amigo de Raúl, de los cinco espías de la Red Avispa, sobre todo de uno que se llama René, menciona constantemente sus relaciones con personas del gobierno cubano o artistas, menciona y deja entrever sus relaciones directas con la alta oficialidad de la Seguridad del Estado, la Inteligencia y la Contrainteligencia cubanas, el cuerpo diplomático, etc. Edmundo es un simulador, mercenario que ha vivido siempre de guataquear. Es extremadamente demagogo y pedante, que se cree, no sé cómo, una grandísima figura. Se nombra autodidacta de gran vuelo y se cree que, al mencionar dos o tres nombres, más dos o tres fechas, es un súper intelectual y ahora súper político.

Si no me creen, mírenlo. Es a todas luces un tipo enfermo de la cabeza, más allá de la diabetes que dice padecer. No me queda claro si es un hombre medio gay o un gay medio hombre y al no quedarme esto claro, entonces es para mí detestable. De ser cierto los mensajes que están circulando hoy en las redes, su postulado sexual es más que asqueroso para cualquier ser humano. Su actuación ahora provocativa, es la de un loco. Pero además su discurso es deleznable, porque para llamar la atención se tiene que dedicar a ofender, crear chismes, etc. Dice venir con la misión de destruir a los cubanos que están en las redes y a la “gusanera” de Miami, por lo que, primero que todo, su discurso está enfocado a buscar vistas, suscriptores y apoyadores, a partir de tratar de demeritar, con chismes personales y bajos a todos los que están trabajando. Es amigo en esta vuelta de Roberto, El Invicto y de Yadira Escobar.

Se cree y se nombra comunista de alto vuelo, se dice que él es el Comandante en Jefe, que él es un espía más a favor de la revolución cubana, se nombra amigo de Díaz Canel y de todo lo que el gobierno comunista está haciendo en Cuba. Se nombra casi un genio de la cultura, la política y la historia, dejando muy poco espacio para otros. Se nombra asesor y analista sobre Estados Unidos para el presidente actual de Cuba, cosa que a todas luces es incierta, de ser verdad, entenderíamos más fácil por qué estamos tan jodidos en ese país. Se autoproclama el que va, desde territorio norteamericano, viviendo de la ayuda del gobierno o de la caridad pública, a acabar con la “gusanera”.  Se burla y apela a bajezas, ofendiendo a las personas sin consideraciones de ningún tipo.  Para mí es asqueroso, repugnante, repulsivo, desagradable, repelente, nauseabundo e inmundo.

Si alguien me preguntara que haría con él, aunque mi actuación pudiera parecer intolerante, le quitaría la ciudadanía americana, por supuesto la ayuda, le prohibiría en esta vida y en cualquier otra que se pueda tener, pisar territorio norteamericano y lo montaría en un avión mañana mismo en la mañana y lo aterrizaría en Cuba, para que desde allí continuara su lucha contra Estados Unidos a favor del gobierno cubano. No abriría las puertas en medio del mar, porque sería ayudarlo, en la decisión de suicidarse para la que no tiene valor, lo haría aterrizar en el aeropuerto José Martí.

Una cosa es la libertad de expresión, la democracia, las posibilidades que da el vivir en Estados Unidos, incluso dentro de Miami, una cosa es defender una idea política e ideológica, que puede ser el comunismo de forma seria y responsable y otra es utilizar la plataforma Estados Unidos para bochornosamente hacer campaña política a favor de algo que, llámese como se llame, tiene limitada a Cuba y dentro de ella a todos los cubanos. Una cosa es defender una idea, que se piensa que es justa y otra es utilizar esa aparente justicia para prebendas personales. Una cosa es Yadira Escobar y su amor por Bernie Sander en su propuesta más democrática, más popular, cosa permisible dentro del sistema político norteamericano y otra es Edmundo, que inmundamente se burla, ofende, trata de humillar, a favor de un comunismo de más de 60 años sin resultados hoy, justificando incluso hasta lo más imposible de justificar.

Existen otra variantes y personas, pero de menor importancia. Hoy las redes dan la ventaja de que cualquiera, en cualquier momento, se grabe con un celular y suba su video. En realidad, lo que veo, tal como pudo haber pasado en Egipto después de la movilización en la Plaza Tahrir, que lo que estamos logrando sobre todo en las redes, es lo que los reguetoneros llaman, la tiradera. A excepción de pocos, el resto, se está dedicando a tratar de desmoralizar al otro, de responder la ofensa que el otro hizo el día anterior. Lo que está pululando es la vulgaridad, la bajeza y el chisme personal, donde hasta quién se acostó con quién sale a relucir.

La tiradera cada día suma más seguidores, interesados en saber si es verdad que Edmundo participaba en amoríos con varias personas o tenía un novio dominicano con un pene muy grande, si Alex es verdad que se acostó pagando con un joven menor de edad en Cuba, si por fin Piu, la esposa de Roberto, un día lo mata frente a las cámaras, etc., mientras el futuro de Cuba se dilata.

Es difícil y no poco arriesgado tratar de dar definiciones, pero si ese futuro depende de las redes sociales entre cubanos, Cuba está jodida. Evidentemente los cubanos no somos como los egipcios.

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