Como les pasa a muchas
estrellas de rock y a muchos actores de películas, he pasado mi vida rodeado de mujeres bellas.
Baste señalar a Martica, Demi Moore y Catherine Deneuve, para entender de lo que estoy hablando. La
belleza femenina, o sobre la belleza femenina, ha sido uno de los estudios que
he realizado durante ya mis largos años de vida.
Mientras fui joven en Cuba, me llamaban enormemente la atención los ojos
claros, que no eran imposible de encontrar, pero si difíciles por nuestra conformación
hispano-africana. Ahora en Lincoln, Nebraska, lo de los ojos claros es algo
extremadamente común, a tal punto que me parece que el único que no los tiene soy
yo, pero me siguen llamando la atención.
Tratando de dejar el tema Cuba un ratico a un lado, hace unos días frente al televisor, tratando de ver algo que no
estuviera relacionado con zombies y muertos de formas absurdas, me interesé por
una serie turca, “Black Money Love”, y entonces me dije, _"la veré y de paso
aprendo algo sobre Turquía", lugar del que he escuchado hablar mucho, pero en realidad
conozco muy poco.
En efecto, la trama, una secuencia casi inacabable de enredos entre dos
familias, una rica y la otra policía, de donde los protagónicos, masculino y
femenino, terminan relacionándose en amores, se desarrolla en Estambul, ciudad
bella, que combina lo antiguo con lo supermoderno en su estructura arquitectónica
y urbanística, lo que hace que, más allá del guion, se haga disfrutable.
A los pocos minutos de comenzar la serie, descubrí, yo que creí que lo
había visto todo y tengo que decir que quedé impactado, a una muchacha, que bien podría competir con las mujeres
bellas que mencioné al principio y mucho más, puede competir con cualquier mujer
bella que se le pare al lado, dejándola, a mi modesta consideración, bien
atrás.
La artista, llamada Tuba Büyüküstün, a la que podríamos a partir de
ahora bautizar como María para hacernos fácil y familiar el nombre, es una de
las mujeres más bellas que he logrado ver en toda mi vida. Yo no la conocía, parece que ella a mí sí.
La serie tiene algo bueno, no importa la parte del guion que se esté
desarrollando, la cámara siempre se acerca a la cara de María, lo que hace casi
imposible no querer tocarla e incluso, como conocedor de la belleza
femenina, besarla en la cara.
La serie, además de Estambul, sus calles, sus mansiones y hoteles, su
parte antigua, la belleza del mar que la baña, tiene para bien de los expertos, una de las caras más bellas que ha posado frente a una cámara de televisión o de las que caminan por las calles.
No creo que sea necesario dar más muela sobre esto. Les dejo a los
interesados que pongan el nombre en internet, el nombre real por supuesto y busquen las fotos. Existen miles. De todas formas, les dejo
algunas aquí para adelantarles lo que podrán ver.
Claro, sé que habrán féminas
que dirán que no es tan bella como digo, que estoy exagerando e incluso
lograran encontrarle que tiene una manchita en la parte de atrás del cuello o un hueso de la clavícula un milímetro más delgado que el otro, pero, yo, que he estudiado muchos años de mi vida sobre este aspecto, les puedo
decir que estamos en presencia de algo totalmente fuera de lo común.
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