martes, 17 de noviembre de 2020

A veces me parece que vivo en un mundo diferente. (Primera Parte)

A veces me parece que vivo en un mundo diferente o es que veo las cosas de una forma que nadie más las ve. Claro, cuando reacciono, me doy cuenta de que esto no es verdad, es sólo una ilusión o una gran duda, porque existen millones de personas que piensa como yo y mejor que yo, sin embargo, todavía, frente a determinados hechos me llama la atención que muchas personas, quieren seguir viendo, quieren seguir negando o al menos se hacen los locos frente a cosas que a todas luces no existen o existen. Aplicable para todo en la vida.

Entonces esto me hace pensar en una canción “Wrong Side of Heaven” de una de mis bandas de rock preferidas hoy, Five Finger Death Punch, cuando dice:

“Right or wrong
I can hardly tell
I'm on the wrong side of heaven and the righteous side of hell
The wrong side of heaven and the righteous side
The righteous side of hell”.

Más o menos así en español:

“Bien o mal
Apenas puedo decir
Estoy en el lado equivocado del cielo y en el lado correcto del infierno
El lado equivocado del cielo y el lado justo.
El lado correcto del infierno”.

Primero, para definir la locura que veo, Joe Biden, el candidato a presidente por el Partido Demócrata, apodado “Sleepy Joe” o “Zombie Joe”, se ha auto reconocido presidente, está dando discursos victoriosos, está formando el gabinete de gobierno y está reclamando que no la dan acceso a la información, que no le han entregado el dinero que el gobierno dispone para la conformación del nuevo gobierno que deberá entrar en funciones a partir de enero del 2021 y con muchas fuerza está diciendo que el presidente actual, Donald Trump, está negado a irse de la Casa Blanca, lugar donde incluso habiendo perdido por muchísimo, le toca estar hasta el próximo enero.

Luego, me parece extremadamente loco, descarado y sobre todo peligroso, que la mayor parte de los medios de información, con una super pública inclinación política a la parte demócrata, estén repitiendo, asegurando, alentando y dando por seguro que Biden es presidente. Repiten y repiten, pone mapas de diferentes colores y muestran diferentes números, lo que hace que muchas personas repitan también sin pensar o pensando.

He visto a periodistas, que más que periodistas, han salido a la calle como defensores del candidato demócrata y casi entran en discusiones con sus entrevistados cuando estos han planteado ideas diferentes a la tesis que ellos, como profesional de la información, de la imparcialidad, tiene y no debería tener al menos públicamente. El asunto contra Trump ha sido tanto que se ha llegado a cortar su discurso, sacarlo del aire, porque las cadenas de televisión, las principales norteamericanas y otras en español, dijeron que él estaba diciendo mentiras. Jorge Ramos, periodista prestigioso y conocido, en castellano perfecto, dijo: “Vamos a dejar la conferencia del presidente Donald Trump y la razón es muy sencilla, esto es muy importante, parte de las cosas que ha dicho el presidente Donald Trump, son mentiras. No es cierto lo que ha dicho el presidente Donald Trump respecto a que votos ilegales están evitando su victoria. No ha presentado ningún tipo de evidencia”. 

Esto, imagino lo vieron y no se puede desmentir, como dicen los norteamericanos, es un hecho. ¿Sacar del aire a el presidente de los Estados Unidos, en medio de una alocución al país, porque las cadenas y los periodistas opinan que lo que está diciendo no es verdad? A decir de muchos expertos dicha actuación, no tiene antecedente en la historia de este país, ni cuando la mentira ha sido realmente mucho más grande. ¿Venganza de las cadenas y los periodistas?, ¿Manipulación fría y malvada? Sólo un ejemplo: Bill Clinton aseguró frente a las cámaras que no había tenido relaciones sexuales, ni aproximaciones calientes con Mónica Lewinsky y nunca le cortaron la transmisión, menos lo sacaron del aire definitivamente. La Lewinsky dice lo contrario.

No sólo es un descaro, porque incluso han llegado y esto es un hecho, a darle los votos de un estado, donde todavía no se habían contado ni la mitad de los votos, sino que están tratando de dar una imagen de que a Trump se le ha dejado solo, que no tiene apoyo de nadie y que por supuesto, ha perdido las elecciones. No sólo es un descaro, sino que a mi consideración la mala información, lo que redunda en desinformación, puede estar calentando el ambiente y en determinado momento provocar lo que creo que a todo costo se debería evitar, más allá de un enfrentamiento político de ideas, un masivo choque entre dos fuerzas, una que está diciendo que le robaron los votos y termina poniéndose brava y la otra diciendo que no ha pasado nada, que todo está normal, que la vida es así. Nadie habló o por lo menos yo no quiero hablar de un periodista bobo, repetidor o inventor de noticias. Existe el compromiso comprometido, el periodista que trata de defender determinada posición o variante, eso está bien, pero lo del secuestro de los medios de comunicación, la parcialización oscura de muchos de los que están para informar es lo último que se puede pretender para un país como este, al menos por sus postulados teóricos.

Twiter y Facebok, por ejemplo, se han especializado muy rápido en censurar aquellas ideas, propuestas, imágenes, relacionadas con las elecciones y sobre todo Trump, diciendo, que se censura porque lo que se está diciendo es mentira. Pero, cómo si todavía la Corte Suprema no ha determinado, aprobado o no, los periodistas no dudan, no dejan espacio, sino que de la nada, aseguran, ratifican seguidamente, plantean categóricamente, que todo es mentira.

Si los ánimos se calientan, la parte que se ha considerado robada y engañada se lanza a la calle, ya no pacíficamente, sino a formar lío, los que apoyan la idea de que no ha pasado nada, se las van a ver feas. Ojalá no pase. Claro, para los que están fuera de Estados Unidos, es fácil, pueden incluso llegar a decir que Trump es un travesti, que en su juventud fue una mujer rubia de mal cuerpo, que luego de ser violada por su padre, cosa que su madre no sólo apoyaba, sino que ayudaba, se acostumbró a acostarse con los camioneros de su pueblo. Pueden decir que cuando adolescente salió embarazada y al no poder abortar, parió y se comió al bebito, Entonces luego creció, se casó con un viejo millonario, al que envenenó poco a poco con arsénico y luego de ahogarlo en una bañadera, se mudó de barrio, se cambió el sexo y por obra y gracia de la casualidad, llegó un día a presidente de los Estados Unidos apoyado por una multitud de estúpidos y anormales, que no saben nada de la vida, menos de la política, que no merecen vivir.

Es fácil, pero esa misma posición, que, aparentemente ingenua, tiene detrás todo un enfoque parcializado, puede ser complicada para los que aquí vivimos. Hace unos meses vi un choque en una de las calles de este país, entre un grupo de veteranos republicanos y un grupo de jóvenes enmascarados demócratas, y no les engaño, a mano limpia, a veces de un solo piñazo, los jóvenes demócratas caían como soldaditos de plomo. Los veteranos, para nada viejos en sillas de ruedas, sino hombres y mujeres jóvenes entrenados y bien comidos, eran como una ola de un tsunami que fue dejando acostados en la calle a los jóvenes demócratas, pero flaquitos, sin entrenamiento, a lo mejor medio tomaditos.

Ojalá esto no vuelva a suceder, los republicanos, que hasta ahora han estado apoyando al presidente, se ha portado bien, es bueno decir, el tema es un asunto cívico, político, pero esos mismos, blancos de campo, de cuellos gordos, con sus tatuajes en defensa de “America”, se van a sus casas, se pintan las caras, se disfrazan de camuflaje y entonces los demócratas, intelectuales, estudiantes, graduados universitarios, se la van a ver difícil y con esto, todo el país. Ojalá no pase.

Retomaré lo que escribí y publiqué el día 9 de noviembre en este blog bajo el título “Reflexiones, no llanto. No vale la pena llorar por la leche derramada”, para no improvisar ideas y tratar de ponernos a tono o sincronizar los relojes.

“Lo cierto es que yo, sin pensar en más nada, tratando de no prejuiciarme, estuve despierto frente a una pantalla hasta el día 4 a las 2:30 am, justo hasta que Trump salió e hizo unas declaraciones. En ese momento, el presidente, candidato del partido republicano, declaró que las elecciones las había ganado y aseguró, por mucho. El mapa de Estados Unidos se pintaba de color rojo. Faltaban por cerrar varios estados, tres de ellos de fuerte tradición republicana, Pensilvania, (20 votos), Georgia, (16 votos) y Carolina del Norte, (15 votos).

Hasta aquel momento, puede que Trump esté loco de verdad y todos lo que lo apoyan también estén locos, o sea, el gobierno no era nada serio, sino un manicomio clásico, los republicanos, a pesar de no estar de acuerdo con la parálisis sin justificación del conteo de los votos, ganaba. Sin embargo, en la mañana siguiente, todo había cambiado, incluyendo en aquellos estados de fuerte tradición roja, los demócratas estaban ganado o habían disminuido sustancialmente la ventaja que el candidato republicano tenía. No sólo Trump era el asombrado, también yo. No logré entender de “primera y pata” qué había ocurrido, hasta que se comenzó a decir que el cambio a favor de los demócratas estaba basado en los maravillosos votos por correo.

Cosa curiosa, los votos por correo favorecían a Biden de forma exagerada a decir de los especialistas en votaciones, pero además en estadística y matemática, los que declaran que es imposible por probabilidades científicamente que de una cantidad X de boletas un por ciento abrumador sea sólo para un candidato, no apareciendo incluso votos asignados, al contrario, tal como si todos los votantes se hubieran puesto de acuerdo o sólo existiera un nombre por el cual votar”.

Así estaba el mapa a las 2:30 am del 4 de noviembre. Tres de los estados
 no terminados de contar, PA, NC y GA, son tradicionalmente republicanos,
donde había ventaja. Trump y yo, nos fuimos a dormir tranquilos


Esto es en síntesis lo que pasó. Trump ganaba el día 4 de noviembre a las 2:30 am, sabiendo que, de los estados pendientes, por lo menos tres eran de fuerte tradición republicana, cuando sin explicación, sin antecedente en las anteriores elecciones presidenciales, se paró el conteo en varios condados, o sea, colegios. Lo que pasó después, todo lo sabemos, se está tratando de explicar y demostrar, pero lo cierto es que aparecieron miles de boletas a favor de uno de los candidatos. Cientos de miles de boletas daban el voto a Biden, casi ninguna reconocía al otro candidato, tal como si no existiera.

Sin saber más nada, sin presumir un fraude, sin reconocer “irregularidades”, tratando de no estar prejuiciado y no escuchar la voz de otra persona, la pregunta primera a hacernos, tanto a republicanos, a demócratas, a los pertenecientes a otros partidos políticos, a los apolíticos que no les interesa el tema y no votaron, a los mongos, a los que padecen Alzheimer, incluso a los niños, es: ¿Esto es normal?

Después de haber leído y visto cientos de noticias y haber visto decena de entrevistas y opiniones, la mejor respuesta la he encontrado en aquella genial serie de cartoon o muñequitos de “Huckleberry Hound”, donde en la sección de los ratones Pixie y Dixie y el gato Mr. Jinks, espero la recuerden, el gato Jinks entra en un túnel persiguiendo a un tren donde estaban sus archi enemigos Pixie y Dixie e inmediatamente sale perseguido y dice: _”esta película está al revés, antes yo iba detrás y ahora estoy delante”.

Empecemos por aquí. Trump hizo unas declaraciones en la madrugada del día 4 de noviembre, aproximadamente a las 2:30 am. No me la contaron, yo la vi. Reproduzco textualmente las ideas más relevantes:

Minuto 1:37. Trump dijo textualmente: … “Estábamos preparándonos para una gran celebración, estamos ganando por doquier y de repente hubo una pausa”.

Minuto 4:08. Dijo: “Lo más importante, estamos ganando en Pennsylvania, (aplausos prolongados). Piensen en esto, repuntamos en 650 000 votos por encima en Pennsylvania, esto no es una contienda reñida, con 64% de los votos escrutados, es prácticamente imposible ponerse a la par.

Minuto 5:10. Dijo: “Estamos ganando en Michigan, cuando veo las cifras yo dije, Wow, eso es mucho. Casi 300 000 votos con 65% de los votos escrutados y estamos ganando en Wisconsin …”

Minuto 6:47. Dijo: ¿Saben qué? Sabían que no podían ganar, así que decían vamos a los tribunales. ¿Y yo no lo anuncié? Lo he venido diciendo desde que escuché que iban a enviar decenas de millones de boletas porque querían ganar y si no ganaban pelearlo en los tribunales.

Minuto 7:46. Dijo: “Adelantamos por miles de votos y de repente todo paró, este es un fraude contra el pueblo estadounidense. Esto es un gran fraude al país, así que … vamos a acudir a la Corte Suprema … no queremos que vayan a encontrar votos a las 4 de la mañana para después añadirlos.

Esto es como dijera el gato Mr. JInks, esta película está al revés. En el estado de Pennsylvania, el conteo se paró en algunos colegios, sin explicación. Los republicanos anunciaron que ganaban por miles de votos, obviamente de los votos presenciales. Trump advirtió sobre las boletas por correo y como si fuera vidente, cuando se comenzó de nuevo a contar, había miles de boletas llegadas de las de correo que cambiaron el resultado y daban la ventaja al candidato Biden, la mayor parte de ellas, a decir de testigos, venían sólo votadas a su favor e incluso sólo traían la cruz sobre la elección de presidentes, tal como si a los votantes no les interesara más nada de lo que la boleta traía. Cosa que, según los expertos, es poco probable que pueda ocurrir.

Aquí les dejo el enlace:

YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=VxnLdApt3EA

1 comentario:

  1. bravo rolando... tu artículo es digno de publicación en algún periódico de prestigio mundial... bravo nuevamente.

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