viernes, 27 de noviembre de 2020

Los demócratas, como ratones Pérez, cayeron en la olla por la golosina de la cebolla

Les cuento cómo funciona.

Quisiera recordar que escribo para divertirme, por lo que cualquier otra interpretación de mis palabras, es un craso error.

Un día me levanto y decido escribir sobre números. Entonces saco mi calculadora y marco muy cuidadosamente 2 + 2 = y espero pacientemente a que el equipo me responda, tal como dice que respondía el espejo mágico a la bruja del cuento Blanca Nieve. Miro y descubro que el resultado es 4.

Como estoy aprendiendo a no ser absoluto, prepotente, dominante, etc., no conforme con la primera respuesta, repito el proceso, a veces dos y tres veces. Al comprobar que el resultado siempre es el mismo, me decido, siempre muy cuidadosamente, a escribir y en parte de mis ideas, digo, mi calculadora, porque ya no me interesa impresionar a nadie con mi inteligencia y capacidad, dice que 2 +2 = 4.

Inmediatamente recibo mensajes de mis amigos, siempre amigos, ya no pierdo el tiempo con otras personas, que me dicen: Roly estás mirando mal, tu calculadora no sirve, no sabes mucho de matemáticas y los más conocedores me envían mensajes muy claros y entendibles sobre la física cuántica donde los protones y los iones … y otras miles de teorías chinas como decimos en Cuba.

Esto crea en mí, quizás por mi formación y estudios pasados, la idea de verificar. Agradezco cada uno de los mensajes, me gusta debatir y eso me energiza. Soy como una batería Duracell. En no pocas ocasiones vuelvo a sacar la calculadora y ahora con delicadeza quirúrgica vuelvo a sacar la cuenta y en otras no pocas ocasiones le pregunto a mi legendaria acompañante: Marty, vida mía, a veces incluyo lo de vida mía, cuánto es 2 + 2 y ella muy segura me responde: Facilito, 2 + 2, es igual a 4.

Entonces me parece que:

  • Mis amigos no tienen dedos y están metiendo los ñongos en sus calculadoras, por lo que al marcar cualquier número el resultado es cualquier número.
  • Mis amigos tienen dedos, pero no tienen ojos y al usar una calculadora sin audio, no pueden ver y enterarse del resultado.
  • Mis amigos tienen un nivel tan elevado como científicos, que están montados en los cálculos cuánticos y la planificación de los viajes al planeta Marte y como eso es para pocos escogidos, han perdido el vínculo con la realidad.
  • Mis amigos ven que es 4, lo saben, pero no les da la gana de verlo o reconocerlo, se mantienen en sus posiciones caprichosas, ven solo la fase de la Luna, cuando está “Creciente” y aseguran que el satélite del planeta Tierra únicamente tiene forma de plátano, etc.

A inicios de esta semana, Trump, como presidente en funciones, dio luz verde al GSA, Administración de Servicios Generales, que trabaja con el gobierno, pero no es de su propiedad, para que se reuniera con el equipo de transición de Biden, y entre otras cosas, comenzara a asignar los fondos económicos que se prevén para esto, que son alrededor de 6 millones de dólares por un concepto y otro millón por otros. La directora del GSA emitió un comunicado, donde declara que ha sido objeto de presiones, chantajes, acusaciones, agresiones por teléfono y online, hacia ella y su familia, por parte de demócratas y sus allegados para forzarla a que incumpliendo la ley entregara los fondos y la información y dejó claro que su Agencia no es la responsable de nombrar presidentes, contar votos, certificar ganadores, probar fraudes, etc., que esto se hará bajo lo que la constitución disponga. Aclaró además que las amenazas nunca han venido de la parte republicana, la que se ha mantenido trabajando según lo que la tradición y ley señala.

Rápidamente una buena parte de los medios de la desinformación en Estados Unidos y en el mundo, cuyo papel ha sido hasta hoy desde el punto de vista profesional patético, evidentemente plegados a intereses que tratan de mentir, de ocultar, pero sobre todo de construir una imagen y realidad que no existe, inventando información, traduciéndola a su conveniencia y lo que es peor haciendo silencio frente a las verdades, más sus apasionados seguidores y repetidores, comenzaron a publicar noticias de que Trump se había rendido, que estaba entregando las armas, que estaba solo, que nadie lo apoyaba y que con esa acción Trump no sólo reconocía su derrota, sino que deba por hecho el reconocimiento de Biden como presidente “electo”.

Fue tanto el revuelo y los cantos de victoria que el mismísimo Trump declaró el lunes que jamás concedería la victoria a lo que denominó “la elección más corrupta de toda la historia política de Estados Unidos”, con eso lanzó su mensaje, diciendo, he ordenado que la GSA pueda trabajar, no quiero incumplir con lo establecido, estoy tratando de continuar los pasos ordenados por las leyes, lo cual deberían haber reconocido todos como un acto de buena voluntad, pero, ojo, dijo, estoy vivo y sigo en la batalla, nada de derrotas, menos frente a los posibles fraudes y ratificó que su equipo seguía en las reclamaciones y demandas frente a los diferentes estados.

Por su parte el James Edwin “Trey” Trainor III, presidente de la Comisión Federal de Elección de los Estados Unidos, máxima autoridad a nivel de país, o sea, traducido de “comisión federal”, declaró que la sola evidencia de fraude presentada por una de las partes obliga a considerar su existencia, por lo que ahora los demócratas tendrán que presentarse frente a las cortes a defenderse y, de paso, ratificó que Estados Unidos, no tiene un presidente electo oficialmente. Esto está claro, Trump lo viene diciendo, pero parece que no lo escuchan. La presentación de un posible fraude da posibilidades legales a los demandantes a ir a las cortes, lo que de inmediato detiene todos los procesos de conteos y certificaciones hasta que no se determine si es real o no, pero además anunció que los presuntos culpables tendrán que declarar, por lo que es posible que esto se extienda más allá de la fecha del 14 de diciembre, porque investigar y armar juicios es muy complicado aquí. En diciembre tendremos un presidente electo, pero los casos quedaran abiertos para mucho más tiempo.

El amigo “III” en su condición de presidente de la Comisión Federal de Elecciones, cargo al parecer muy importante, no está diciendo que existe el fraude, solo ratifica que según la ley norteamericana, la sola sospecha o presunción de que pudiera haber existido, da la posibilidad al supuesto afectado a reclamar, por lo que los medios de la desinformación tendrían que haber salido a disculparse por su creación maléfica y nociva de que Trump era un mal perdedor, que estaba dando una pataleta de niño malcriado, que quiere hacer lo que le da la gana, que caprichosamente no quiere irse de la Casa Blanca y deberían además, dejar un espacio a la duda para comenzar a explicar a sus consumidores, luego repetidores, las palabras irregularidades, errores y posibles fraudes en el proceso electoral. Los medios además deberían entender que no existe un presidente electo, por lo que denominar a alguien ya electo es otro fraude, quizás más grande que los anteriores.  

Hoy, 26 de noviembre, para que no se me olvide el día, los estados de Pensilvania, Georgia y Nevada, anulan de certificación de votos por evidencia de fraude. En Georgia, el abogado Lin Wood, que trabaja de forma paralela al equipo de Trump, logró que se acepte la moción de emergencia para la revisión acelerada de la demanda de fraude que impugna la validez del procedimiento de elección en ese estado.

Mientas que Sidney Powell ha interpuesto una demanda por fraude en Georgia y en Michigan y ha asegurado como abogada independiente al grupo del Trump, que no fue echada como dicen los medios, sino que se separó por pura acción estratégica, que tiene todas las evidencias y pruebas en un número colosal, para demostrar que se utilizó Dominion para perpetrar un fraude electoral y que va a presentar una demanda de “proporciones bíblicas”.

Por su parte un juez del estado de Nevada ha decretado que se establezcan las fechas para una audición, lo que se supone sea el 3 de diciembre próximo, lo que inmediatamente bloquea el certificado de votos electorales a favor de Biden. Michigan y Arizona también han anunciado que realizaran audiencias públicas.

La simple anulación de las certificaciones y el reconocimiento de posibles evidencias de fraude, dan pie a que el equipo de abogados de Trump, presenten lo que según dicen destapará y pondrá de manifiesto, el mayor fraude electoral de la historia de los Estados Unidos. Esa anulación destruye el interés demócrata por agilizar la firma de las certificaciones, tal como si no estuviera pasando nada más, o sea, la Luna sólo tiene forma de plátano.

Dicho equipo, que ha venido luchando desde el mismo día 3 de noviembre, diciendo que tienen todos los elementos, quejas, grabaciones, fotos y declaraciones juradas no sólo de republicanos, sin de funcionarios demócratas que demuestran un gran fraude planificado y coordinado para robarse estas elecciones, ahora, legalmente tiene el tiempo y los escenarios a favor para impugnar a los demócratas y a aquellas personas implicadas en cada estado para la consecución de este o estos delitos.

Esto sólo hace cambiar todo el tablero de juego.

A la luz de los acontecimientos, me gustaría decir, que, según veo y al decir de muchos expertos, al pararse la certificación de los votos en varios estados, Joe Biden, el declarado por muchos medios de la desinformación y muchos otros seguidores, como presidente “electo” de los Estados Unidos, pierde esa categoría y vuelve a ser un sencillo candidato, porque la carrera ha vuelto a la línea de partida.

No estoy diciendo que Biden no pueda ganar en el futuro, una vez que se verifique y certifique que no existió el fraude y que todo lo del equipo de Trump es un invento sin vínculos con la realidad, que todo ha sido un reclamo de un grupo de locos y que las pruebas que dicen tener no sean aprobadas. Pero a no ser mis amigos los de la cuántica, cuyos cerebros ya no están entre nosotros, deben reconocer que lo que se ha venido diciendo ha sido real. No se ha comprobado el fraude, pero por el momento se le ha dado reconocimiento a la parte demandante para que presente su caso. Eso es un pequeño triunfo de aquellos que quieren que la verdad salga a la luz, sean republicanos, demócratas, que por cierto también los hay, o sean marcianos.

Dejemos un por ciento a la duda, para que luego, si a los que llaman locos, que para nada lo son, demuestran lo que dicen pueden demostrar, la caiga y el golpe en las nalgas sea menos.
Creo que los demócratas hambrientos, como ratones Pérez cayeron en la olla por la golosina de la cebolla. Creo que su ceguera por el poder, los arreglos tradicionales que parecen hicieron en momentos pasados, más el confiar en los deméritos atribuidos a Trump durante estos cuatro años, llegaron realmente a pensar que el tipo además de pesado es tonto y fue allí donde se confundieron. Trump le puso la cebolla grande, linda, dorada dentro de la olla con agua hirviendo y ellos solos se lanzaron a cogerla.

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