lunes, 2 de noviembre de 2020

¿Y a mí, quién me envía remesas?

¿Quién me envía remesas a mí? Nadie y eso podría ser injusto, los amigos que tengo en todo el país, más los que tengo en muchos otros países del mundo y por supuesto los que tengo en Cuba, que son muchos, deberían enviarme algo de dinero mensualmente. Cinco pesos para cada uno de ellos no sería mucho, sin embargo, cinco pesos multiplicados por 100 o 200, para mí, sería muy bueno.

Claro, esto no ocurre porque se supone que vivo en Estados Unidos, entonces vivo bien, el dinero lo sigo consiguiendo en las llaves o pilas de agua de la cocina o con sólo salir a cortarlo de las plantas de mi jardín, que, por ser norteamericanas, en vez de dar rosas, dan dólares.

Puede ser injusto, pues puedo vivir en Estados Unidos, país rico, puedo trabajar incluso y vivir mucho peor que todos mis amigos, sin embargo, ellos me llaman, me preguntan por mi salud, están al tanto de mi familia, hablamos frecuentemente de muchos temas interesantes, pero no me dicen, te voy a mandar un dinerito para que puedas comer más, para que puedas comprarte más ropita, para que puedas seguir fumando.

Todos supone y no está mal fundado del todo, que yo vivo mejor por el sólo hecho de haber cambiado mi lugar de residencia. Siempre el imaginario popular hace circular el dinero de los países ricos a los países pobres, tanto de imaginario popular, que se convierte casi en una ley, no escrita, pero que vive en las cabezas de todos, los de los destinos ricos y los destinos pobres. Entre una de las razones que siempre se escucha del por qué se emigró, está, con mucha fuerza en muchos casos, la idea de que tengo que enviar dinero a mi familia que dejé atrás y esto es románticamente hermoso, pero, ¿Eso es real, es posible, es tan conseguible con sólo la idea de pisar el país de destino? Si, es hermosamente posible sin dejar de hacer, muchas veces, enormes sacrificios, no contados, no publicados, para no dañar a terceros.

Claro que todos sabemos, que enviando 10 poquitos dólares, por ejemplo, a Cuba, cubrimos casi el salario de cualquier profesional que trabaja para el gobierno, entonces 10 dolaritos aquí en USA no nos matan y esos mismo 10 dolaritos en Cuba hacen vivir, pueden salvar vidas.

Ningún norteamericano vive de remesas. No lo tienen implementado. El norteamericano trabaja. Muchos deciden no estudiar, acabemos de entender que hay personas que no les interesa o gustan los estudios, otros deciden que con el 12 grado tiene ya suficiente para vivir y un grupo minoritario, a nivel del total de la población, interesados por los conocimientos, la investigación, los sueños, etc., decide graduarse en una universidad. Todo, exactamente todos, tiene el mismo objetivo, trabajar.

Los Estados Unidos, no son un gran país por haberle “robado” el cerebro a alguien, por haber explotado a países pobres y vivir de parásito de otros, no es un país grande por el tráfico de armas, drogas y la prostitución. Todo eso ocurre, como en cualquier otro lugar del mundo, pero es esencialmente grande porque es un pueblo que se levanta todos los días a trabajar fuertemente, para luego poder vivir a su interés y deseos.

El campesino, el constructor, el maestro, el bombero, el médico y las enfermeras, el mecánico, el que despacha en un super mercado, el que trabaja en una gasolinera, el que trabaja veinte días seguidos en un pozo petrolero en el medio del océano, el militar destacado en otro país, los cosmonautas, son norteamericanos, a los que nadie los obliga, nadie se los ha robado de ningún lugar, pero además son inmigrantes, legales y no, buenos, no delincuentes, que luchando por sus vidas, construyen o ayudan a construir. Son personas con diferentes niveles culturales y académicos, que, desde sus diferentes posiciones, en sus diferentes lugares, a veces con mejores, otras con peores condiciones y escenarios, contribuyen y lo saben, con esta nación. Desde muy jóvenes, todos aprenden sobre la libertad económica, sobre las posibilidades y derechos del dinero y, sobre todo, sobre las responsabilidades y deberes para con el dinero.

Esto es un conflicto a nivel social, porque para nosotros, muchos latinos, creo que especialmente los cubanos, acostumbrados a que le idea es estudiar cualquier especialidad hasta graduarnos de doctores, no logramos entender mucho por qué los jóvenes norteamericanos trabajan, por qué muchos deciden no continuar sus estudios, por qué los papás favorecen que sus hijos se contraten “part time” en vacaciones, en parte de sus días, etc. Claro, luego no calculamos o no nos queremos dar cuenta, por qué existen mecánicos, electricistas, constructores, personas que limpian las oficinas, los hospitales, las tiendas, campesinos, criadores de animales, etc., para que todo funcione cerca a la perfección.

Si un norteamericano tiene necesidades extras, pues no pide remesas, se va a un banco y pide un préstamo, claro los bancos existen y trabajan para los ciudadanos, entonces recibe un beneficio inmediato, pero, ojo, adquiere un compromiso a largo plazo, de devolver el préstamo y los intereses de esa acción. Los norteamericanos, de forma general, no gustan de prestar dinero personalmente, conocen los riesgos, entonces te dicen, con toda razón, si necesitas dinero, vete al banco.

Steve Perry, una de las voces más influyentes a partir de los 80 según aseguran los especialistas, un día, muy joven, ya cantante local, pero desconocido aún para el mundo, recibió una llamada. Si interlocutor se presentó como Herbie Herber, mánager de un grupo de rock llamado Journey. Herbie, a quien alguien se lo había recomendado, lo había visto y sabía lo que se traía entre manos, le explicó que buscaba un cantante y lo invitó a hacer una audición para el grupo, para lo cual tenía que dejar lo que estaba haciendo y viajar de una ciudad a otra. El Perry, frente a lo que fue una súper tentadora oferta, pasar de un cantante de un bar de su pueblo a los más grandes escenarios del mundo, le respondió que no podía ir, no podía dejar su trabajo, el que además odiaba, porque tenía que pagar sus facturas. Herbie rio, le dijo que no se preocupara, que pagaría todos los gastos y entonces se hizo la maravilla.

Esa es la reacción del norteamericano, ningún trabajo es malo. Hay trabajos para toda la vida, pero hay trabajos para un mes, me explican mis hijos. No importa, si tiene buen reconocimiento social, no importa si es para graduados universitarios o no, no importa si pudiera estar mejor pagado o no, si sirve para pagar, si a través de él se soportan las facturas de la vida, entonces es bueno. Cuando se habla con ellos y se les conoce, han trabajo en miles de lugares diferentes, en diferentes ciudades y estados. Se contratan, se mueven, mejoran o empeoran en dependencia de cada caso, pero siempre trabajan.

Pocos aspiran, como aspiración de vida, a ser mantenidos por otros, pocos aceptan vivir bajo los padres eternamente. Son muy independientes económicamente, tanto, para mí gusto, que ese sentimiento económico los lleva a probar y experimentar solos, incluso desde muy jóvenes. Trabajan legalmente desde muy jóvenes, no por explotación, no porque nadie los obligue, no porque el capitalismo criminal y opresor los fuerce, sencillamente trabajan, se independizan, se hacen grandes, quizás antes de tiempo para nuestra cultura, porque esa es la psicología y cultura promedio de los ciudadanos de este país.

Viví cinco años en República Dominicana, conozco. Ese país tiene más de 2 millones de personas fuera, que no sólo envían remesas, sino que compran e invierten en su país. Ayudan a sus familiares, pero, ¿Los dominicanos de la isla viven dependiendo de esas remesas? La respuesta es no, los dominicanos, defectos aparte, se levantan todos los días a trabajar o “luchar” la vida en los campos y las ciudades, estudian, se meten en rollos, se superan, pero primero aprenden a buscarse “sus cuartos”. Los dominicanos son extremadamente hábiles en buscarse dentro de su país el dinero.

¿El gobierno dominicano está llorando todo el día por las cabronas remesas de sus ciudadanos? No, no lo recuerdo así. El gobierno estimula las medidas a nivel de gobierno, crea los mecanismos para facilitar la inversión o la llegada de productos desde el exterior, como digamos, el levantamiento de aranceles en determinado periodo del año de forma regular para que puedan llevar o mandar lo que les dé la gana y puedan montar en un barco o avión, pero las remesas son cosas de cada cual, de cada familia, con la máxima y la lógica de que, si cada familia resuelve su tema de forma individual, el gobierno como mínimo tiene y tendrá menos problemas. Ahora, si tú quieres coger tu dinero enviado por tu familia desde New York y vivir a partir de ahí becado en un colmado tomando cerveza “Presidente” y comiendo dados de queso y salami “Induveca” o crear una empresa o un restaurante, o ir a jugar a un casino, es un problema únicamente tuyo. Si el gobierno pretende quedarse, con algún mecanismo medio turbio, con tu dinero, enviado desde “afuera”, los dominicanos, graduados y no graduados, la arman gorda.

Hoy con más fuerza que nunca, tanto dentro del país, Cuba, como en todos los predios internacionales, se escucha el mensaje, en realidad el llanto y la pataleta, del gobierno cubano que se pasa, como niño malcriado y llorón, diciendo que otro gobierno está tratando de afectar a la familia cubana, matándola de hambre y de otras necesidades, porque no hay ni clavos para crucificar a alguien como se le hizo a Jesús, si esto fuera necesario, ahogando y destruyendo a un país entero, que se ha deteriorado gracias a la fuerza maléfica desde el exterior.

Descaradamente, se grita hoy, con intenciones electorales, porque el gobierno cubano, casi parece que participa en las elecciones norteamericanas o trata “muy sutilmente”, tan sutilmente que hasta los mongos se dan cuenta, de que el emigrado en Estados Unidos vote por una opción “suave”, democrática y aparentemente de nuevo solidaria, que ahora, sus representantes, días antes de las próximas elecciones presidenciales, a celebrarse dentro de dos días, se acordaron de que en Cuba hay familias compuestas por personas.

El mismo gobierno, la misma ideología y casi las mismas caras, un pocos más viejos y gordos, que hace muy pocos años, pregonaron, gritaron e incluso compusieron canciones que decían “que se vayan, que se vayan”, “no los queremos, no los necesitamos” y no conformes con los textos, dieron palos, golpes, arrastraron, encerraron, claro siempre el ritmo de congas a una buena parte de cubanos, ahora está tratando de que esos que se fueron, apaleados y embarrados de huevos crudos, se acuerden que son cubanos, exactamente para el único tema, las remesas, el resto de los aspectos de esa cubania, de esa pertenencia, de esos derechos, ahora mismo no son importantes. La cubania es igual a dólares.

Tengo familia muy cercana en Cuba, llevó fuera del país, mi país de origen, 14 años y nunca esa familia me ha pedido dinero, lo que mando, lo que he hecho y haré, es el resultado de mi inspiración, a mi posibilidad. La primera idea que recibo desde Cuba es, “estamos bien” y ahora tengo que creer que ese gobierno está interesado en que mi familia reciba dólares para que no muera de hambre. Tendría que ser muy crédulo.

Pensemos en las remesas. Hoy debe ser de todas las fuentes de financiamientos del gobierno, la más estable y para nada despreciable. Entonces hoy, como nunca, el gobierno grita que el gobierno norteamericano actual quiere matar de hambre o está tratando de afectar y dividir a la familia cubana, con medidas directas en contra de ese pueblo. gobierno que aún no ha cumplido cuatro años en la acción y bajo el cual se han vendido a Cuba, millones de millones de dólares en alimentos, medicamentos, tecnología para la farmacéutica, la agricultura, etc. Ya sobre esto he escrito mucho, si quieres refrescar, puedes leer el artículo de dos partes titulado ¿Quién divide a la familia cubana?, publicado el 7 marzo 2020.

En realidad, con un cinismo soberano o un soberano cinismo, como dije en mi artículo anterior, ahora es el propio gobierno que, sin vergüenza, apela a estimular llevándolo a categoría de cubania, tal como si fuera obligatorio que los emigrantes cubanos envíen dinero a sus familiares. Eso, al igual que en República Dominicana fuera inteligente, a no ser porque en el caso cubano es extremadamente malvado y condicionado a la permanencia del gobierno y sus mecanismos.

Ahora frente a la dolarización de la economía cubana, a pesar de todas las otras justificaciones que han querido dar para crear la imagen de una “soberana” recuperación de la que debió siempre haber sido la “soberanisima” moneda nacional, el gobierno trata de estimular bajo campañas humanas y de derechos humanos, a que el cubano de afuera envíe dólares al cubano de adentro, pero que este último no va a ver jamás. Se ha creado tiendas para el consumo interno exclusivamente en dólares, como única opción para casi conseguir los productos más necesarios. Entonces el cubano tiene que poseer una tarjeta magnética con un saldo, que no puede sacar, que no puede utilizar para otras cosas, que no puede regalar más adelante, sino sencillamente tiene que utilizarla exclusivamente para comprar en esas tiendas.

El dominicano cuando recibe dinero de su familia en New York, por ejemplo, puede coger el dinero, ya dije para tomar cervezas, para jugar en un casino, para comprarse un carro, para arreglar su casa o comprar una casa, para crear una empresa, comprar acciones, invertir a su antojo, para comprar cocaína o mariguana o para sentarse sobre una piedra y darle candela. El cubano, recibe a su nombre dólares, pero no los ve, no los puede sacar y manejar a su antojo, no puede, ni por un “performance” revolucionario, sentarse y darle candela a la moneda “enemiga”. Debe tener dinero norteamericano para comprar en unas tiendas que a última hora el gobierno se ha vuelto a sacar debajo de las mangas y digo a última hora porque en realidad si revisamos la historia, ya estos inventos se han puesto en práctica, pero no puede poseer los dólares para invertirlos en lo que desee.

Familiares en el extranjero, una vez más, ayudando no a su familia, sino al gobierno, que dice que va a coger los dólares para luego ayudar al pueblo cubano. Lo que genera una duda o pregunta por pura lógica, ¿Qué ha hecho y hace el gobierno con todos los dólares que debe generar como gobierno, para haber llegado al casi desabastecimiento total de todo?

Pero veamos la forma de ayuda a esa parte de los cubanos, propuesta por el gobierno, que, no obstante, todo lo negativo, posee y está dispuesto a usar esa moneda que no produce, como casi único recurso para poder acceder a la comida, a los productos de higiene, aseo y limpieza, porque de la solución para una cocina rota, un reloj, un techo que se filtra, aún no se habla. He hecho una selección al azar de algunos de los productos que se venden en las tiendas con sus precios oficiales y he buscado desde mi casa la referencia en Amazon. He tenido a bien, no poner los productos cárnicos de ningún animal y forma, porque los precios en el mercado cubano de todos ellos deberían llevar por sí solos, sin discursos, sin partidos, sin movimientos a una sublevación popular. La carne de res de cualquier tipo y forma se está vendiendo a precio sólo comparados con el de las esculturas faraónicas, los lienzos de D´Vinci o los de los diamantes “Cullinan” o “Hope Diamond”. No se venden mariscos, creo que, de venderse, los precios de las langostas serían sólo comparables con los precios que el inteligente Dennis M. Hope cobra por las parcelas de terreno que ha logrado vender a más de 6 millones de clientes en la Luna.   

producto

Cuba (USD)

Amazon (USD)

TV LED Smart 43 pulgadas

549.00

229.00

TV LED Smart 65 pulgadas

1139.00

697.00

Frezzer Horizontal Royal 5.5 pies cúbicos

249.00

219.00

Fezzer Horizontal Sankey 10 pies cúbicos

325.00

271.00

Lavadora Semiautomática Daewoo

191.85

e/ 115.00 y 124.00

Refrigerador 10.6 pies Daewoo

562.90

299.00

Jugos de Frutas (lata)

2.25

0.62

Arroz (libra)

1.90

1.40

Fideos 500 g

1.25

0.70

Pomo de Mostaza

2.25

1.49

Paquete de Cereal

3.15

2.98

Pomo de “Nutela”

14.00

6.42

Lomo de carne de res 1 kg

15.35

e/ 1.50 y 3.00

Téngase en cuenta que hoy, el cubano pueblo recibe su salario en moneda nacional, quizás 300.00 pesos como promedio y algunos cubanos, en relación con su trabajo recibe entonces un llamado estímulo en CUC, la segunda moneda oficial de curso legal en Cuba, que quizás dicho estimulo pueda estar entre 15 y 25 CUC al mes. Jamás se le ha pagado oficialmente en dólares americanos a ningún trabajador en Cuba, aunque los dólares norteamericanos, luego de estar prohibidos y penalizados con años de cárcel, tuvieron un periodo de libre movimiento dentro del país. Hoy cada dólar se consigue en el mercado negro a 2:00 CUC, o sea, lo mismo que a 50 pesos cubanos, porque el cambio oficial entre CUC y pesos cubanos está a 25.00 pesos cubanos por 1 CUC.

Saquemos una cuenta, sencilla con cualquiera de los productos que aquí expongo, un TV de 43 pulgadas cuesta 549.00 USD, lo que significa 27.450 pesos cubanos, que divididos entre un salario promedio mensual de 300.00 pesos cubanos, sin tener que pagar más nada, cualquier cubano pueblo tendría que trabajar casi 92 meses, o sea, casi 8 años, sin faltar un día, sin enfermarse, sin que le descuenten ni un centavo.

Escojamos otro producto de los que aquí están expuestos, Pomo de Mostaza, que es vendido en 2.25 dólares americanos, por la misma cuenta el cubano que quiera comprar el líquido amarillo tiene que pagar 112.30 pesos cubanos, lo que significa casi la mitad de su salario mensual. Precio genial el de la “Nutela”, 14.00 dólares el pomo que existe en todos los supermercados, lo que significa 700.00 pesos cubanos, lo que un trabajador tendría que trabajar casi tres meses para echarle algo al pan o meterse en la boca una cucharada de la riquísima crema de chocolate.

Con esta medida y otras anunciadas para un día CERO que nadie sabe cuándo va a llegar, el partido comunista cubano y el gobierno de Cuba ha armado un arroz con mango para salvar a la población y echar a andar la paralizada, postrada y parapléjica economía cubana, medidas que ni nosotros mismos, los cubanos, que hemos demostrado una enorme capacidad para entenderlo todo, hoy lo podemos entender.

En lo que se echa a andar la economía y se estabiliza el asunto, lo que puede demorar por mi cuenta 50 años más a partir de hoy, el gobierno ha logrado activar una de las instituciones más estables y organizadas que hemos tenido en Cuba durante estas últimas seis décadas, el mercado negro, en realidad, por respeto debería escribirlo con mayúscula, EL MERCADO NEGRO, porque dentro de las personas que tienen dólares para comprar en esas tiendas, cuyo número ni Dios puede definir, aparece la opción de comprar para revender, conclusión fácil, el queso que vale 14.00 dólares americanos dentro de la tienda, llega a Víbora Park donde vive mi familia en 25.00 CUC, o sea, 625.00 pesos cubanos, lo que significa dos meses de trabajo y no hemos hablado aún del pan para hacer un bocadito o del pedazo de guayaba para comer un rico postre. La libra de arroz se está vendiendo en 40.00 pesos cubanos, lo que significa que una libra de arroz es el 13% del salario cubano y como los cubanos no somos chinos, no acostumbramos a comer arroz blanco solo o como dicen los dominicanos “vacío”.

Las preguntas de quién divide a las familias cubanas, quién las está explotando y jugando con ellas a ambos lados del Estrecho de la Florida, son por mi cuenta muy fáciles de responder. La difícil de responder es a mí, simple trabajador en Estados Unidos, necesitado de enviar el doble o triple de remesas a mi familia para que puedan soportar los precios oficiales y los “precios negros, ¿Quién me envía remesas a mí?

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