lunes, 31 de agosto de 2020

Maykel Castillo Pérez, alias “El Osorbo”. Un hombre que se cose los labios.

Las malas decisiones de gobiernos traen opositores, el aumento de los opositores desatan las malas decisiones que gobiernos escogen para desconocer, reprimir y contener a los opositores. Malas medidas, opositores, más malas medidas, más opositores. Es un ciclo. Más represión de gobierno, más personas pierden el miedo, protestan y aparecen como oposición. Mas protesta, más represión. Mientras más se reprime, más fuerza desarrolla la oposición, mientras más fuerza en cualquier orden aparecen, más violencia de los gobiernos. Es casi una ley. 

Así, poco a poco, jugando ese ciclo, van apareciendo las figuras, van aclarándose las ideas, van sumándose más personas, poco a poco se pierde el respeto, poco a poco se pierde el miedo. La desmoralización de gobiernos favorece que el reclamo individual se convierta en demanda popular y un día, incluso no planificado por los expertos, las personas se lanzan a la calle, se tumban los muros, se ajusticia a los culpables, los “jefes” huyen, etc. Muchas veces, para los más maduros e incrédulos, la historia puede comenzar con un simple pisotón de pie, una bofetada mal dada o dada a la persona equivocada, un apagón, un empujón, etc., a veces los movimientos populares aparecen sin tantas reuniones o tantos programas.

Maykel Castillo Pérez, alias “El Osorbo”, tiene que haber sido un joven, como otros muchos, con problemas. Quizás por rebeldía, por necesidad o mala cabeza, sus acciones juveniles, convertidas en delitos comunes, lo llevaron a cumplir varios años de privación de libertad. Lo he escuchado decir que fueron cosas de su pasado, que ya están superadas y por las cuales ya pagó.

Tiene que haber sido un joven rebelde, de esos llamados problemáticos, a los que la cárcel, como a muchos otros, en vez de calmarlo, lo hizo más rebelde. Nacido y criado en La Habana Vieja, hoy es reconocido como un cantante rapero contestatario y disidente, que pertenece al Movimiento San Isidro, un grupo de artistas urbanos, del barrio que da el nombre, de donde hoy Luis Manuel Alcántara, es la figura más emblemática.

El proyecto San Isidro, agrupa a jóvenes y ya no tan jóvenes artistas cubanos que están en Cuba y algunos fuera de ella, pero que mantienen los vínculos con sus orígenes. De él han salido varias figuras que hna convertido su arte en una forma de protesta contra el gobierno cubano y que dicho gobierno ha tratado, por todas las vías, de desmoralizar, acusándolos de falsos artistas, que en realidad son delincuentes.

Abundan entonces sobre ellos las acciones represivas, citaciones de la policía, detenciones sin reales causas, publicación de informaciones desmoralizadoras incluso por los medios oficiales de información, vigilancia permanente en sus casas, golpizas.

"El Osorbo", pertenece a ese grupo de jóvenes que debe tener el récord de mayor vigilancia y veces detenido por la policía oficial y por la llamada policía política, o sea, hombres vestidos de civil, de algún departamento del Ministerio del Interior, que portando armas se presentan en cualquier lugar, en cualquier momento y lo montan en un carro, con destino desconocido. A decir de sus amigos y compañeros del proyecto San Isidro, “El Osorbo”, cada 48 horas, es recogido, escondido por varias horas o días y luego dejado en libertad. A decir de sus compañeros, en ninguna de las ocasiones se ha estado cometiendo un delito, sólo se está expresando una idea diferente frente a la cámara de un celular, o se está filmando una realidad, o sea, las largas colas para adquirir productos, personas que están viviendo en la calle porque sus edificios se han caído y esperan por semanas la solución del gobierno, entrevistas sobre la alimentación o sobre determinado hecho puntual como la detención de alguien, etc.


Maikel entonces es una figura, para una parte de los cubanos en Cuba y por supuesto para otra parte de los cubanos fuera de la isla. Antes el anonimato era casi obligatorio, ahora es muy fácil darte a conocer, publicar tus ideas y videos, dar conferencias y entrevistas. De ahí pienso yo, las constantes y frecuentes detenciones. Los que hemos pasado por algún trámite parecido, sabemos cómo funciona.

Te llevan o citan a un lugar, donde eres recibido por varios “agentes”, a veces de militar, otras de civil, que te dicen: “Sabemos en lo que estás, conocemos lo que estás haciendo, te pedimos “amablemente” que dejes de hacerlo”, “Sabemos con quién te reúnes y lo que haces todos los días, te pedimos “amablemente” que te portes bien”, “Sabemos que acabas de comprar un jabón por la izquierda, no queremos hacerte daño, pero podríamos ahora mismo dejarte detenido, te pedimos “amablemente” que no sigas”, “Sabemos que eres bueno, que estás confundido, que no quieres hacer lo que haces, pero las malas influencias te tienen equivocado, te pedimos “amablemente” que no te dejes influenciar”, “Te tenemos abierto un expediente por lo que podríamos procesarte por tal o más cual delito, entonces dinos que está haciendo tu amigo fulano de tal o mengano de tal”, “Sabes que hemos sido condescendientes, te reúnes con personas que quieren hacer daño a la revolución, entonces te pedimos que colabores con nosotros y podrás “escapar”, te dejaremos tranquilo, podrás seguir reparando tu apartamentico”, “Conocemos a lo que te dedicas, sería bueno que sacaras una VISA para Burundi y no regreses, te vamos “amablemente” a dejar salir”. Mas o menos siempre es igual, está probado que la policía y los "secretos" a los que todos conocemos, son pocos creativos.

Parece que esa ha sido la historia de Maykel El Osorbo, pero él no ha querido ceder, ni colaborar, por el contrario, cada recogida lo hace más rebelde, cada citación lo ha regresado más decidido. Ha ido mejorando su trabajo de oposición, lo que lo ha llevado a estar todos los días en la calle, transmitiendo, a mi modo de ver, sin miedo lo que ve y está pasando en su entorno.

Ahora, hace pocas horas, cansado, pero decidido a continuar, "El Osorbo" ha subido un escalón en su protesta. Se ha cosido la boca con hilo, frente a una cámara y así se ha ido a la estación de policía donde nuevamente estaba citado. Solo, sin comparsa, sin grupo de opositores a su alrededor, sin marchas populares de apoyo. La acción, filmada con la mayor crudeza de su realidad, ha impactado a los que incluso son difíciles de impactar.



¿Qué hace a un hombre atentar contra su integridad física?, ¿Qué fuerza mayor o designio divino hace que se esté dispuesto a resistir el dolor, aguantar el sufrimiento físico y además causar dolor en los que te rodean, madre, esposa, hijos, amigos?

La respuesta para mí es sencilla. Se está loco, se ha perdido el instinto de conservación, se trata de llamar la atención o se está muy convencido de un ideal por el cual se lucha, por el cual se vive y se está dispuesto hasta incluso morir.

La historia nos ha enseñado a valorar a estos hombres, que hacen cosas que quizás nosotros mismos no estamos dispuestos a hacer. Abel Santamaria, el gran joven cubano, permitió que le sacaran los dos ojos a sangre fría y no delató a sus compañeros de lucha. Gandhi, realizó varias huelgas de hambre para lograr la unidad pacífica de los indios. Coco Fariñas, ha llevado también varias huelgas de hambre para ser reconocido y llamar la atención sobre el problema cubano, recién ahora varios hombres en Cuba han muerto bajo huelgas de hambre dentro de las cárceles cubanas. Mario Chang se metió 30 años como preso político “plantado” en Cuba. Hace pocos días, Maykel se cosió los labios.

Entonces aparecen las interpretaciones, Abel y Gandhi son héroes de las ideas, hombres excepcionales, valientes, inigualables, que todos terminamos respetando y hasta adorando. El Coco y Maykel son unos delincuentes, locos, que no tienen ideas propias, sino que son mercenarios pagados por el “imperialismo yanqui”.

A Abel hay que imitarlo, a Maykel hay que rechazarlo, es la propuesta de las autoridades cubanas, quienes, por todos los medios, no sólo tratan de desprestigiar, sino de callar. Gandhi fue un patriota, Maikel, según las autoridades políticas, es un vendepatria, un loco, un mal parido y, sobre todo, un enemigo del pueblo cubano, o sea, un joven negro, de La Habana Vieja, cantante de rap, que estuvo años preso en las cárceles del gobierno, ahora está en contra del pueblo de dónde salió, de dónde comió, de dónde probablemente lo hayan ayudado. Al mismo Maykel que las personas saludan en la calle con agrado, el mismo que tiene decenas de amigos que lo apoyan, que lo siguen, que lo defienden de la policía y lo buscan por toda La Habana cuando se lo llevan sin destino fijo conocido, ahora, según el gobierno, es enemigo de ese pueblo. Una vez más pueblo contra pueblo, la mejor estrategia de los gobiernos con miedo, que se saben en peligro constante de desaparecer.

Maykel “El Osorbo”, que viste desde hace dos años un uniforme de preso, como su ropa común, ahora se ha cosido los labios como muestra de protesta. Ha dejado claro, por escrito, que está preso, aunque por el momento tenga por cárcel a la ciudad, que no puede expresar lo que piensa, que está cansado de que lo llamen a declarar. ¿Cómo comerá?

Y es cierto, puede estar tratando de llamar la atención sobre la realidad que está pasando, sobre su realidad que no es inventada, Puede de esa forma, querer monopolizar la opinión de muchos otros dentro y fuera de Cuba en busca de decisión y apoyo. Puede estar diciendo a gritos, aunque con labios cosidos, lo que el gobierno quiere ocultar. Ha escogido una forma poco ortodoxa, pero es su forma y hay que respetarlo, sobre todo por aquellos, que pensando igual que él, no nos atrevemos.

Entonces, ¿Dónde están las voces que admiran a Abel y a Gandhi?, ¿Dónde están los que hablan de héroes?, ¿Dónde están los que mencionan el valor? Admiro al tipo, me gustaría conocerlo, me gustaría darle la mano y decirle, mi hermano, estás fuera de liga. Te apoyo.

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