sábado, 28 de noviembre de 2015

Jonathan y yo. Noviembre 2015

Como no todo es invierno, frío, etc., aquí les pongo una fotico junto a mi hijo Jonathan.
Con sólo vernos, se puede inferir que estamos bien. JAJAJA. Yo en segundo plano, un poquito encorvado para darle mayores oportunidades a él, pero sigo manteniendo mi estilo.
Jonathan un poquito más viejo. Ahora a lo Ragnar en Vikings.
No podemos perder oportunidades, uno nunca sabe cuándo podrá ser contratado para una película en Hollywood, tal como le pasó a Brad Pitt. La vida dice que si le pasó a él, por qué no a nosotros. JAJAJAJA



viernes, 27 de noviembre de 2015

Invierno 2015

Ahora si llegó el invierno.  Las temperaturas han venido bajando poco a poco, lo que es bueno, porque permite que uno se vaya acostumbrado al frío.

El otoño, que sigue siendo la temporada del año que más me gusta de Lincoln, fue larga y muy húmeda. Llovió mucho. Sin embargo fuimos escapando de la nieve y el gran frío, exactamente hasta ayer, 26 de noviembre.
Jason  y yo. 26 noviembre 2015

La llegada del real frío coincidió con el Thanksgiving Day, o Día de Acción de Gracias, popularmente conocido como el Día del Pavo, porque es el día donde se come por excelencia este tipo de ave. 

Cada invierno es diferente, entonces ayer estuvo lloviendo, en realidad lloviznando todo el santo día hasta que en la tarde estuvo tres horas lloviendo hielo.

Yo nunca había visto este fenómeno anteriormente. Los granizos son más comunes, incluso en Cuba se pueden ver, pero los pedazos de hielo son más grandes. Esto que ocurrió ayer fue una lluvia, pero en vez de gotas de agua, lo que estuvo cayendo sin parar fue hielo, tal como si estuviera lloviendo granizado.

Es más complicado que la nieve, pues inmediatamente que cae, como la temperatura es muy baja, crea una capa de hielo en el suelo, fatal para manejar e incluso para caminar. No importa donde vayas, estás siempre sobre una pista de patinaje. Hay que tener mucho cuidado y la velocidad de los carros es prudente no subirla a más de 20 millas por horas. El mínimo movimiento inexacto, puede terminar con un patinazo y cuando patinas dentro de un carro, lo más frecuente es un choque.

Hizo frío, la última vez que pregunté, estábamos parados fuera de nuestro apartamento y había 26 grados F., que son exactamente –3 grados C., pero aún es más grave porque una cosa es lo que marca el termómetro y otra es la sensación que se recibe en el cuerpo, por lo que los 26 grados F., cuando se mezclan con el aire y la nieve que está sobre el suelo, crearon una sensación térmica de 14 grados F, o sea, aproximadamente  -10 grados C. Frío.

Es increíble como el cuerpo humano se va acostumbrado al frío. Muchas veces estamos parados fuera del apartamento, no sentimos mucho frío y hay 32 grados F., o sea, 0 grados C. Es bueno, porque de lo contrario, tendríamos que salir echando de aquí en busca de un lugar más cálido. Luego, el frío, la nieve, el hielo, el gélido aire, tiene mucho que ver con los nervios. Si la historia te coge deprimido o alterado, pienso que termina tirándote para un hospital psiquiátrico. El frío termina siendo una buena prueba para el sistema nervioso. Pienso que las personas que viven bajo estos climas, terminan siendo más fuertes, pues todo cuesta mucho más trabajo y lo que no te mata, termina por hacerte más sólido. Tienes que cambiar la forma de vivir, hasta lo más insignificante, como por ejemplo la forma de caminar y moverte.

Como estaba previsto, si nevaba o caía hielo, yo tenía que ir a mi trabajo a arreglar las aceras y escaleras y entradas de los edificios. Entonces a las 5:30 am, estaba disfrazado saliendo de mi apartamento para comenzar a trabajar a las 6:00 am. Aún de noche. El traslado se hace más lento. Siempre es jodido, salir de un lugar que tiene 70 grados F., y de pronto caer en menos de 20 grados F. Se siente como si alguien estuviera esperándote para clavarte no un machete, sino un mandoble, aquella espada enorme que sólo podían usar los súper hombres en las batallas medievales. Mandoble que además de ser grande y pesado, está helado.

El manejo a esa hora siempre es complicado. Aunque hay pocos carros en la calle a esa hora, pues sólo encuentras a los que tienen que ir a trabajar y a uno que otro loco, la presión de tener que manejar sobre una pista de hielo y vigilar a todo el que se mueve a tu alrededor, para saber por dónde te puede venir el golpe, termina por multiplicar por mil el tiempo que estas conduciendo.

Jason y yo. 26 noviembre 2015
Llegar al trabajo siempre lleva la misma pregunta, qué es esto que me está pasando. JAJAJA. Luego, a los pocos minutos de empujar una máquina de quietar nieve o de repartir sal, comienzas a sudar de tal forma que tienes que empezarte a aflojar o quitar parte del disfraz invernal que tienes arriba.

Por suerte, a diferencia de los inviernos anteriores que he pasado aquí, somos más personas en mi trabajo, por lo que las acciones se terminan  más rápido y en un par de horas hemos acabado y nos encontramos otra vez dentro del cómodo taller con calefacción, compartiendo un cafecito, un cigarro, y los últimos chistes del día de hielo y nieve.

Esto parece que empieza ahora. Está anunciada nieve para la próxima semana, por lo que el ciclo de levantarme antes del amanecer, salir todavía siendo de noche, manejar sobre hielo, y quitar nieve comienza a hacerse cotidiano.

Esperemos a ver qué tipo de invierno tenemos. Ojalá haga mucho frío, pero caiga poca nieve.

En realidad, aquí comenzó tarde el asuntico de la nieve, estamos ya a finales de noviembre, pero puede ser entonces que tengamos estas condiciones hasta marzo o abril del próximo año. Nunca se sabe.

Les dejo una fotico acabada de hacer hoy a las 7:00 pm. Como dije, a todo se acostumbra uno. El asunto pudiera parecer terrible para los que están fuera de estas condiciones, pero como todo, una vez dentro, aprendes a disfrutar e incluso descubres tiempo para posar para una foto.

Nada, si del cielo te caen limones, …