domingo, 11 de febrero de 2024

545.- Calentando motores. (Tercera Parte)

Releyendo lo que escribí, debo reconocer mi error, en mi último artículo sobre este tema, o sea, votaciones primarias del Partido Republicano, aseguré:

Ahora vamos a la tercera etapa, las nuevas votaciones republicanas tendrán como escenario Carolina del Sur, donde Haley, única oponente de Trump fue gobernadora entre los años 2011 y 2017, de donde yo imagino que haya dejado amigos, compromisos, adeptos, etc., debido a que se dice que ella generó miles de empleos, impuestos más bajos, entre otras acciones que beneficiaron al estado. La ley electoral en ese estado no obliga a que los votantes estén registrados como republicanos, cosa que puede beneficiar a Nikki Haley”.

Error. La tercera fase o parte de esto se celebró en Nevada, según estaba planificado este jueves 8 de febrero de 2024 y Carolina del Sur, será la próxima y última. ¿Cómo pude confundir Nevada con Carolina del Sur? No lo sé, porque ni en el nombre se parecen, pero …

Reconocido mi error, pasemos a los hechos.

Titular. Trump ganó cómodamente los caucus de Nevada.

Parece que el amigo, de tener la posibilidad de seguir corriendo para nombrarse el candidato absoluto del Partido Republicano para las próximas elecciones presidenciales, es el elegido, al ratificar con una tercera victoria las votaciones republicanas.

Estados Unidos no se parece a ningún otro país y para si fuera poco no se parece así mismo en su interior. En Nevada existen dos votaciones paralelas, los caucus y las primarias. ¿Por qué? Tampoco lo sé exactamente, sólo he entendido que existen y los candidatos tienen que escoger a cuál de las dos quieren asistir.

Nikki escogió asistir a las primarias y el contrincante Trump seleccionó los caucus, o sea, no tropezaron, ni en espacios, ni en votos. Sólo que, para este estado con más de 1500 ubicaciones para votar, los delegados que necesitan los candidatos sólo los adjudican los caucus, por lo que me sigue pareciendo que Nikki sigue corriendo para darse a conocer de costa a costa, practicar y estar presente por si acaso el “arrasador” es imposibilitado por ley a postularse.

Al Trump asistir a los caucus a competir con otra persona del estado, se llevó más del 99% de los votos y los 26 delegados que ese caucus otorga, lo que lo asegura no sólo como ganador, sino como absoluto ganador en Nevada.

Dicen que Nikki decidió no poner mucho de su campaña en los caucus de Nevada y de ahí la elección de presentarse en las primarias, a lo que Trump, una vez más, le recomendó que se retirara ya, aunque dejó claro que no le molestaba que existiera.

Entonces tres de los cuatro caucus han sido ganados con enorme ventaja por el mismo candidato, lo que teóricamente lo siembra como figura del Partido Republicano para competir nuevamente por la presidencia del país a finales de este año.

Paralelamente el Partido Demócrata está realizando también sus votaciones, pero, por razones obvias, estas son mucho menos espectaculares que la de su oponente partido. Trump no sólo se ha llevado los votos donde ha estado, sino se ha llevado las cámaras convirtiendo en super noticia cada presentación. Gústenos o no, Trump es un espectáculo, él no sólo lo sabe, sino que lo aprovecha. Incluso ha sido capaz de aprovechar cada una de las acusaciones, cada una de las presentaciones a corte, etc., creando la imagen, hoy respaldada por muchos, que todo eso pertenece a una cacería de brujas en su contra y ha evidenciado, o al menos tratado de evidenciar un problema personal, más allá de la verdad y la razón.

Ahora sí, el próximo paso es Carolina del Sur, donde ya dije que Nikki debe tener mejores resultados, dicen que es su lugar, a partir de que trabajó allí como gobernadora por 5 años y parece no dejó una mala imagen.

Creo que independientemente de Carolina del Sur, Nikki, por los votos y delegados, no tiene ninguna posibilidad de superar el camino ya ganado por su oponente. Será más de lo mismo. Más dinero, más carteles, más campaña aprovechando sus relaciones, pero no mucho más.

Lo llamativo de todo esto, a pesar de gustos y disgustos es que ni el Partido Republicano, ni el Partido Demócrata tengan dos buenas opciones políticas para las próximas elecciones, por lo que cualquiera de los dos potenciales posibles candidatos saldrán a competir con muchas cosas en su contra, desde el punto de vista de una política limpia y sanadora.

Trump, 80 años, enfrenta más de 90 cargos criminales y administrativos, es cierto que parece que no lo van a invalidar, no creo que la Suprema Corte se tome ese trabajo a cómo van las cosas, pero los enfrenta y Biden, 84 años, empeñado por correr de nuevo, enfrenta un cargo mayor que todos los cargos de su potencial oponente, el cargo de la salud que a todas luces le está pasando la cuenta.

Trump se ve vigoroso, saludable, robusto, alegre ganador, confiado, capaz de arremeter contra cualquiera. Biden está desgastadito, viejito, incapaz de mostrarse coherente, olvidadizo, que confunde a las personas, peor, que saluda a personas que no están, a tal punto que los que más lo quieren, están dudando de que pueda casi salir vivo de un próximo período.

Trump para los republicanos es la figura para ganar, pero no es menos cierto que es cuestionado por los mismos de su base, que votan por él, pero siempre les queda la interrogante de cómo será para la próxima vez.

Biden, no entiendo cómo no ha dado un paso al lado y los demócratas han buscado otra figura a proponer. ¿Es que no la tienen o confían en que su candidato tiene hoy la presidencia y por tanto mayor fuerza? Para colmo de males, estos cuatro años de presidencia Biden han sido extremadamente malos, creo que no se pueden contar muchos éxitos definitivos. 

Sus desgastes y sus problemas de salud mental, sobre todo, se convertirán en los argumentos más importantes para irle para arriba.

Vámonos entonces, ahora sí, para Carolina del Sur, donde los motores se podrán reventar de calientes.

miércoles, 7 de febrero de 2024

544.- No siempre se puede culpar a la mala suerte y a los gatos negros.

Tengo cinco hijos que se llevan bastante pocos años entre ellos.

El primero un varón, mi ilusión. Dejó de estudiar en nivel secundario, se vinculó a las pandillas callejeras, se tatuó un dragón en la cara, ha participado en asaltos y atracos utilizando armas de fuego y hoy cumple una cadena perpetua, en realidad le pusieron quince, por haber asesinado a una mujer embarazada para robarle.

Mi hija, la segunda, era linda de niña, pero también dejó de estudiar muy joven y se dedicó a la prostitución como aficionada participando en fiestas con otras amigas, ella decía que le iba bien. En esas fiestas comenzó a consumir drogas, primero la mariguana porque la hacía reír, luego pasó a las drogas más fuertes. Hoy, sin dientes, no le queda más remedio que vender su cuerpo por centavos, parándose en una esquina en espera de que pase un postor. La han golpeado, la ha estafado, pero ella dice que no sabe hacer más nada.

Al tercero le gustaba el deporte cuando niño, pero tanto deporte hizo que se le olvidara la escuela. Cuando creció no pudo clasificar para deportista profesional y se deprimió tanto que paró consumiendo medicamentos y más medicamentos. Se encerró, no quería salir de la casa, comía y comía sin límites hasta llegar a más de 350 libras y un día decidió no querer vivir más. Se tomó un paquete de pastillas de esas que tomaba para los nervios, se disparó una botella de whisky y se ahogó en su propio vómito.

El cuarto era nervioso desde chiquito, se disgustaba sin control y adoptaba una posición violenta. En varias ocasiones pegó a su mamá y en otras me dio empujones. Rompía las cosas a su paso, salía a la calle dando gritos. Terminamos mi mujer y yo cogiéndole miedo y tratando de casi ni míralo para no disgustarlo y evitar sus arranques violentos sin observar nada. Un buen día arrancó una puerta de nuestra casa, se construyó una balsa con dos cámaras de camión y bajo una borrachera se lanzó al mar con algunos socios. Murió en el Estrecho de la Florida, tratando de llegar a conquistar el “Sueño Americano”, sobre el cual él no sabía absolutamente nada.

El quinto nació y fue medio enfermizo, no salía de un catarro para entrar en otro, entonces le cogimos lastima, su mamá sobre todo lo protegía tratando de evitarle trabajos fuertes, ideas comprometidas, etc. Se levantaba, desayunaba y se sentaba todo el día frente a la TV o la pantalla de su teléfono, decía que no iba a trabajar porque se haría daño, pedía y pedía y había que darle, porque si no como respuesta se enfermaba del cuerpo como resultado de su cabeza. Le cogió el gusto a no hacer nada, se reunía con amigos medio parecidos a él, de vez en cuando hacían juntos unas fechorías y se venían a refugiar en nuestra casa, donde mi esposa y yo, éramos más médicos, terapeutas o policías que padres.

En realidad, he tenido mala suerte como padre, la vida me ha sancionado y castigado de esa forma. Mi esposa vive enferma de los nervios entre ir a ver a uno a la cárcel, sacando a otra de una esquina, visitando el cementerio y el Malecón de La Habana, para preguntar a nuestros hijos por qué. Yo he tenido mala suerte como papá.

¿Se le podrá dejar todo a la mala suerte y a que no nos pase un gato negro por delante? Creo que no. Ni la mala suerte, ni los gatos negros son tan malos como la tradición señala. Alguna culpa, alguna mala actuación, algún olvido, etc., debemos tener para obtener resultados como los que cuento de mis hijos.

La idea de un gobierno es peor, más de un gobierno donde todo, absolutamente todo está monopolizado en manos de muy pocos. Un gobierno regido por un único partido donde la responsabilidad de ambas cosas está desde hace seis décadas en manos de la misma persona. Para el caso de este gobierno, no cabe la posibilidad de no saber, de no enterarse, de no haberse dado cuenta, de que alguien o algunos de forma mantenida estén actuando mal, sin que nadie lo observe.

Entonces cómo es posible que se liquiden a varios ministros claves, nada más y nada menos que al ministro de economía y al ministro de la alimentación y sus jefes, los que orientaron, los que dieron tareas, los que apoyaron, los que incluso felicitaron, aun se encuentren en sus cargos.

Para el cuento de mis cinco hijos, no fue la mala suerte, aunque ella puede haber actuado en algunos de ellos, algo falló en mí como papá. Entonces al primero que habría que sancionar es a mí. Uno está bien, dos es posible, cinco es demasiado. Para el caso del gobierno tras los descalabros mantenidos, tras las propuestas fallidas, tras los planes que, en vez de arreglar, destruyen, las cabezas de los responsables deberían ser otras. En realidad, las cabezas, depositadas en bandejas de aluminio como la mejor muestra del socialismo cubano, deberían ser las de todos.

El presidente es parte del fracaso, entonces no debería estar. El presidente no sabía del fracaso, con más razón debería no estar. Su primera misión como cabeza de un gobierno es saber. No cabe otra opción. Si no se le quita por mal trabajo, se le debe quitar por comemierda.

Claro, en el caso cubano, los presidentes después de 1959 que han sido tres, Fidel, Raúl y ahora Díaz Canel, los tres, por “pura coincidencia" presidentes del partido comunista, único existente, obtienen categoría de dioses intocables, responsables ellos, a todo costo, de garantizar su permanencia. Son faraones egipcios, reyes medioevales, dictadores modernos totalitarios que no están en ningún momento supuestos a ser enjuiciados, emplazados, menos sancionados. Ellos son la ley.

Ahora, una vez más, estamos frente a la rápida destitución y pase al anonimato de varios ministros. Ahora, una vez más para dar la imagen de que se está interesado y que se está buscando, con nuevas caras, un mejor rendimiento. Y en Cuba todos sabemos que no es de caras nuevas de lo que se trata, pues llevamos más de 60 años, experimentando caras viejas que son removidas y sustituidas por caras nuevas, que muchas veces nadie sabe de dónde salieron y que no tienen la menor idea de para lo que se les ha propuesto. Caras nuevas que se ponen viejas y muy a conveniencia son sustituidas. En Cuba, es tradicional que las personas, que hasta ayer eran famosas, sobre todo por confiables, hoy en la mañana aparezcan en plan piyama, sin muchas explicaciones, cosa que es entendible, los faraones y los reyes feudales no tenían que explicar a nadie del porqué de sus decisiones. Dos remedios, aceptabas alegremente o al menos no te oponías o eras, en el mejor de los casos, enviado a construir una pirámide o un castillo, para no hablar de la muerte.

Creo que no debe haber existido un gobierno tan mal visto en nuestra historia. Creo que no ha habido un presidente tan gris como el actual desde que se fundó la República en 1902. Fidel fue un monstruo, pero se las arregló para brillar en colores, Díaz Canel es el mismo monstruo, pero sólo tiene un color gris desteñido. 

¿Dirá Díaz Canel que ha tenido mala suerte con los que nombra en su gobierno o que un gato negro se le atravesó en el camino por la mañana? Es probable que lo diga y así más descaradamente justifica el por qué él continua en su puesto. Claro, que ya ni él mismo, para no hablar de los que lo rodean, le pueden creer.

Y siendo justo, no creo que Díaz Canel, ni todo su sequito pueda resolver nada. Creo que tampoco lo podría resolver una muy buena intención, menos lo podría resolver yo. Tratar de obtener resultados diferentes, aplicando los mismos métodos, aunque sean anunciados como nuevas medidas, es sencillamente, ya no de incapaces, sino de locos.

No existe futuro para Cuba bajo los mismos preceptos probados por más de seis décadas. No existe futuro para Cuba, lamentablemente, mientras el sistema sociopolítico imperante sea el socialismo, en su versión caribeña, que obviamente hoy en el 2024 tiene muy de poco del socialismo que se pensó construir bajo la “ayuda desinteresada” de los “hermanos”.

A Cuba le queda el camino de sufrir y sufrir más. No cabe la posibilidad de arreglos, de medidas para solucionar un problema puntual, no existe la posibilidad de volver a empezar, porque la destrucción y la distorsión es tanta que habrá un día que darle candela a todo y con eso a algunos.

Cuba, en mi forma de ver, la más dulce que tengo, tiene que destruirse totalmente, más de lo que está y se necesita, tal como ocurrió en 1898, una intervención que logre en una etapa neutral organizar y crear bases.

No hablo de una intervención armada, de guerras, de ataques, de combates. Esa época faraónica o medioeval ha pasado. No hablo de entregar el país a nadie, porque entre otras cosas no creo que alguien lo quiera. Hablo de la necesaria organización de un país, gobierno y pueblo, extremadamente hoy desorganizado, desalentado, desilusionado y confundido.

Si, yo veo para Cuba, luego que se destruya más, un período de aprendizaje, porque los cubanos, nosotros, los más preparados, los más conocedores, no tenemos la menor idea de cómo funciona hoy el mundo real, el único existente, salvo los ejemplos locos de China con una fórmula imperial que ni ellos mismos pueden explicar, Corea del Norte que ha regresado casi a la comunidad primitiva, y otros satélites locos como hoy Venezuela, con un gobierno extremadamente corrupto, pero además extremadamente bruto. Ser corrupto y bruto es demasiado.

Cuba, jamás saldrá sola de dónde está. No existe una institución, no existe un mecanismo, no existe un ministerio, pero además no existen muchas ideas claras, que sean compatibles con el derrotero del resto de los países del planeta.

Ya el gobierno cubano desde el escenario económico, probó con el campo socialista entero, luego con tal de mantenerse, con empresarios capitalistas, lo que significaría una contradicción al menos teórica, españoles, italianos, mexicanos, árabes y otro cualquier loco que se ofreció, luego probó con los chinos, aparecieron en nuestras vidas los hermanos venezolanos, recientemente con los exhermanos soviéticos, ahora nuevos amigos rusos, más algunos deslices con el capitalismo norteamericano y de todo eso hoy no queda nada. Los miles de millones de dólares metidos en esa economía se han esfumado, se han derretido, se han convertido en agua y poca sal. Siendo Cuba una isla en el medio del caluroso Mar Caribe, la sal, increíblemente está perdida o extremadamente racionalizada.

Cuba, o sea, Díaz Canel, ahora apoyado por lo que le llaman líderes históricos militares comunistas, Raúl, Ramiro y García, y Machado Ventura, según dicen el líder del ala radical, todos ellos con más de 90 años, no saldrá de dónde está. Cuba es un cuerpo al que han tirado al agua amarrado con cadenas y con dos, tres, cuatro, cinco bolas de cañón atadas a los pies y lamentablemente no es el mago Harry Houdini para zafarse o el Hombre Anfibio para sobrevivir bajo el agua.

Si, yo creo que luego de destruirse o desaparecer producto de la candela, la solución es una etapa de ayuda internacional, real, libre, abierta, sólida, encaminada a un fin.

Claro, quedan los que hablaran de soberanía, de esa soberanía de mentira que hemos tenido durante todos estos años. Soberanía que, por ejemplo, permitió que se instalaran en Cuba bases de cohetes nucleares soviéticos.

De qué sirve entonces la soberanía, con hambre, con muertes, con personas que no pueden expresar lo que piensan, de personas maniatadas a aprobar cualquier idea loca, peor, con supuestos soberanos que se largan masivamente. De qué sirve la sobernía nacional, la grande, la que aparece en los libros, si el ser humano, el pequeño, el individual, no puede ser soberano. 

Ya nosotros los que nos largamos a cualquier lugar de este mundo, huyéndole a esa soberanía como receta de cocina, hemos entregado la verdadera soberanía de nuestra patria. Lo otro, son frases hechas para romancear.

 

 

 

 

martes, 6 de febrero de 2024

543.- Cuba avanza. ¿Avanza?

Si esto no fuera tan serio, porque le está yendo la vida a muchas personas, millones de personas, podría ser, como habitualmente se dice, una gran comedia.

Ya no soy capaz de recordar todos los planes anunciados en esta última etapa, desde aquel para el cual se estuvo 10 años estudiando, viajando el mundo, reuniéndose, comiendo y tomando, que luego le costó el puesto público a un tal Marino Murillo, hasta el último, también muy bien pensado y más que anunciado, que se debía implementar a principios del presente mes, febrero 2024. Sólo hago referencia a los planes del actual gobierno, si sumara los hechos por Fidel y su hermanito Raúl, el primero por sólo nombrar alguno, su oro rojo, o sea, la carne de res que hasta los norteamericanos irían a comprar, el segundo con lo de su vaso o vasos de leche para todos los cubanos, por sólo citar alguno y que todos fracasaron, de seguro podríamos hablar de “Record Guinness” para cada año de eso que se sigue llamando Revolución Cubana.

Ninguno, exactamente ninguno ha logrado funcionar, por tanto, menos mejorar nada, por el contrario, cada uno de los planes, medidas, han cavado más el hueco. Hoy mientras escribo el dólar ha arribado a la inimaginable cifra de 290 pesos cubanos en el mercado negro, que ahora se reconoce, quizás por no poder ocultarlo más, como informal.

Recuerdo que Murillo no salía de la noticia, era la cara de los cambios “renovadores”, repito por más de 10 años investigados, que salvarían de la noche a la mañana la grave no, la gravísima situación que Cuba vive y en realidad fue tal el fracaso que a las 24 horas de puesto en práctica el plan, lo que ocurrió de la noche a la mañana fue que Murillo fue esfumado, desaparecido, apartado. Y de esta forma, por supuesto, una vez más, como la culpa nunca cae al piso, se focalizó en su persona el fracaso. Claro también es bueno decir que Murillo se cayó para arriba, como buena tradición revolucionaria, entonces, pasada la pena con sus vecinos más cercanos, conserva su salario, su carro, su gasolina, de seguro sus vacaciones y el tipo que descojonó más la economía cubana, ahora dirige una megaempresa exportadora, nada más y nada menos que de tabaco. Se cayó bien para arriba, ahora debe estar viajando frecuentemente para “conocer” los mercados de los “Habanos” cubanos.

Murillo fracasó, sin embargo, los que le dieron la tarea, los que lo impulsaron y animaron, los que lo reconocieron convirtiéndolo por unos meses en una “celebrity”, quizás y todos los cubanos sabemos que así ocurre, los que le dijeron lo que tenía que hacer, están en sus puestos. El único fracasado fue Murillo, el resto se dedicó a dar discursos para explicar lo que no había resultado después de una década de estudios, investigaciones, y muy rápido pasaron a nuevos planes. Murillo forma parte de esos llamados daños colaterales, término acuñado por el ejército de los Estados Unidos para señalar a las muertes, los heridos y daños no intencionados durante la Guerra de Vietnam, sin saber la vigencia que esa definición tendría en Cuba.

Todos esos planes que, desde el mismo minuto que se comienza a pensar en ellos, se saben van a fracasar, pero no importa, la idea es entretener y dar la imagen de que se está trabajando para el bien del “pueblo”. De ese pueblo que se menciona y se menciona, que nunca ha decidido nada, aunque si muchas veces se ha convertido en cómplice y otras muchas veces no ha visto el beneficio. Los dirigentes en Cuba siempre trabajan para el pueblo, en la misma medida que con su enunciado, se sitúan fuera de él. El pueblo es esa cosa que esta allá, allá, allá, a lo lejos.

Canel, si, el “sin casa”, siempre digo que no está puesto ahí para que resuelva nada, jamás le pidieron que arreglara el país, Fidel y su hermanito menor Raúl, lo único que le pidieron fue que aguantara el palo, que evitara a todo costo que el pueblo deje de pensar en Patria o Muerte, a tal punto que si fuera necesario sacara a las tropas a la calle, para sin tapujos, reprimir, cosa que el “sin casa” supo hacer muy bien. No se le puede culpar de nada, el tipo es sólo la continuidad del soberano desastre.

Fidel no lo situó como presidente para que arreglara Cuba, porque primero a Fidel en realidad nunca le importó Cuba más allá de poder realizar en ella todos sus experimentos, por cierto, también fallidos. Él mejor que nadie sabía y debió estar convencido de que la situación cubana no tenía arreglo, entonces escogió morir tranquilo. Raúl no apoyó y presentó la propuesta para arreglar nada, Raúl no sabe nada de cómo se vive en Cuba desde hace seis décadas, no tuvo incluso ni la necesidad de experimentar que si tuvo su hermano mayor. Raúl se dedicó a, dicen, dirigir el ejército, con una foto de su hermano siempre delante de su cara.

Entonces Díaz Canel es sincero, quizás el más sincero de todos, él es la continuidad del gran experimento que significa averiguar hasta cuándo y cuánto puede resistir un pueblo. Él es la continuidad de lo absurdo, de la corrupción, del “sociolismo” y siguiendo el camino trazado por sus antecesores, de la buena vida para un grupito de personas que se llaman revolucionarios a cambio de mariscos y buenos alcoholes. Es el continuador de que, no importa quién tenga que caer, para que yo permanezca.

Entonces ahora, hace pocas horas, de nuevo la misma táctica, el gobierno cubano sustituye a varios ministros, como siempre sin decir por qué. No se explica, no queda claro, sólo se trata, una vez más de dar la imagen que se está trabajando y que se tiene presente al mismo denominador común, el pueblo.

Hasta hace esas mismas pocas horas, esos ministros estaban en la comparsa, estaban hablando de pueblo, de cumplimiento de las tareas asignadas, de socialismo irrevocable, de lo bien que lo ha hecho Canel, de que las medidas tomadas, las que se tomaran y las que no se han tomado pero se tomaran, más las que se puedan tomar en el otro futuro más adelante, porque para eso ellos tienen 64 mil milenios, hasta hace pocas horas todos ellos estaban engordando y ahora se deberán estar preguntando, pero y los que me orientaron, los que me dieron las medidas que yo tenía que firmar, anunciar y defender, los que me comprometieron, los que me hicieron quemarme día tras día frente a las cámaras de la televisión hablándole a eso que llamamos demagógicamente pueblo, los que comían y tomaban conmigo, los que me llevaron a sus viajes, los que me daban palmaditas en la espalda de reconocimientos, los que me decían que yo era valiente, esforzado y verdadero revolucionario, ¿dónde están?, ¿Cómo es posible que seamos tan poco los sancionados, apartados, depuestos, removidos, quitados, sustituidos?

En realidad, esas preguntas me las haría yo de estar en esa situación, ¿Y los otros donde están?

Cada uno de los quitados, deberían haber sido quitados desde hace mucho, quizás nunca deberían haber sido puestos, pero, ¿la idea de poner en “plan piyama” de la noche a la mañana a algún dirigente, es nueva en Cuba? Para nada, es la acción más que retomada para quitar a alguien del camino que se opuso, o se manifestó lento, o cuestionó, o hiso algún puchero o sencillamente a alguien al quien echarle la culpa. Ya sabemos, para muestra un botón y entonces basta mencionar desde los mismos inicios a Huber Matos o luego al General, primer Héroe de la República Arnaldo Ochoa.

Si no fuera tan complicado, podría dar risas.

Veamos uno de los casos, para mí, el más bochornoso. El día de la Marcha de las Banderas, 28 de enero de 2024, el ministro de economía, Alejandro Gil, que no por gusto lo llaman el más gil de todos los giles, decía unas palabras totalmente estimulantes, sonreía, declaraba que lo que se estaba haciendo era precisamente por el bien del pueblo y que se tenía todo el apoyo de ese pueblo y sobre todo el apoyo de la juventud y que en ese pueblo confiaba. Se veía feliz y sólido.

Y para sorpresa, una semana después Díaz Canel, el sin casa, lo sustituye, sin muchas explicaciones. Entonces, si cuando Gil marchó con las banderas lo sabía, es un tremendo descarado y fingidor, si no lo sabía, entonces es víctima de él mismo, porque debe haber concluido que era una cama que le tenían preparada desde hace mucho tiempo.

Pero para colmo, si lo sabía o no lo sabía, el tipo de baja con una nota pública casi de agradecimiento, al parecer nadie lo atendía, no le cogían el teléfono, los amigos más cercanos desaparecieron, ya no lo visitan, nadie quiere verlo, cosa que pasa siempre y entonces ha publicado en las redes sociales un mensaje “desgarrador”. ¿Qué podrán pensar sus hijos?

Gil, les recuerdo, destituido sin explicación que lave su imagen, escribió para el mundo:

“Gracias Presidente. @DiazCanelB. Ha sido un orgullo y un honor trabajar junto a usted al servicio de nuestro pueblo y de nuestra Revolución. Como siempre, estoy a la orden, para seguir #HaciendoXCuba, #YoSigoAMiPresidente, #UnidosXCuba”

¿Se puede ser más arrastrado, demagogo o interesado con eso de “estoy siempre a la orden?

Eso me recuerda una letra de un viejo bolero, “Ódiame”, que según ahora me entero, compuso el autor peruano, Rafael Otero en los años 60 y se grabó por primera vez por el llamado Ruiseñor de América, Julio Jaramillo, de esos que uno jamás llega a entender, por aquello de tu me odias, tu no me quieres, me aborreces, pero yo te amo, vuelve, que dice:

Ódiame por piedad yo te lo pido

Ódiame sin medida ni clemencia

Odio quiero más que indiferencia

Porque el rencor quiere menos que el olvido.

¿Cómo se supone que se pueda estar contento y a la orden, con la tronada que le han dado?, ¿Cómo entender que te hayan embarcado de esa forma, te hayan explotado y quemado, te hayan expuesto, a lo mejor te hayan escondido el plan piyama hasta última hora y estés a la orden para seguir?

Esta actitud tira por piso la más elemental respuesta humana después de que alguien ha atentado contra ti, a no ser que estés poseído por el conocido Síndrome de Estocolmo, por el cual, las víctimas de abuso crean vínculos con sus abusadores, llegando incluso a simpatizar con ellos.

Veremos más sustituciones, Díaz Canel, el sin casa, ha aprendido bien de sus profesores, que el que empuja no se da golpes.

sábado, 3 de febrero de 2024

542.- Calentando motores. (Segunda Parte)

Les repito que no soy politólogo, menos alguien que puede presumir de conocedor, sólo soy un observador casual.

¿Qué pasó luego de que Donald Trump arrasara en las elecciones primarias en Iowa?

Primero Donald festejó, se veía venir, quizás no de esa forma tan arrolladora, pero se veía venir. El expresidente, que se dio el lujo de no asistir a los debates entre candidatos, ahora uno de los gladiadores que compite dentro del Partido Republicano, a pasar de todos los pesares, a pesar de reunir en poco tiempo muchas acusaciones, algunas de ellas graves, pero aún inocente, sacó a los votantes de sus casas y logró una aplastante victoria en la primera prueba.

Aplastante victoria significa haber obtenido él solo más votos que el resto de los competidores. Iowa demostró, a pesar de las temperaturas gélidas del día de la votación, que muchas, muchísimas personas dentro de su partido lo apoyan. Quizás, es entendible, muchos votantes no concuerdan 100% con lo que el candidato hiso y pueden temer sobre lo que pueda hacer si sale nuevamente presidente, quizás quieran cambiarle algo, quizás quieran tener cada uno de ellos un mejor Trump adaptado a sus gustos, pero, así y todo, lo siguen prefiriendo, votaron por él para representar a los republicanos y votarán por el para presidente del país. Así son los republicanos, mientras los demócratas se les olvida votar, se ponen perezosos, los republicanos salen en masas a respaldar. ¿Llegan a ser fanáticos? No sé, quizás, a lo mejor, pero eso es exactamente lo que se necesita en la política mientras ella se obtenga por votos.

A partir del resultado de Iowa, repito aplastante, el segundo puesto de los candidato que corrían, Ron DeSantis, actual gobernador del estado Florida, anunció felizmente que se retiraba de la contienda, pero más inteligente aún, a pesar de lo muy criticado que había sido por Donald, declaró públicamente, unos días antes de la segunda fase de votación en New Hampshire, que dejaba el camino libre a Trump y que lo apoyaría totalmente, lo que significa no sólo su apoyo personal, sino el desvío de sus votantes para ponérselos en bandeja de oro al líder republicano hoy.

DeSantis dijo:

“El declive de esta nación requiere un liderazgo que brinde grandes resultados para las personas a las que fuimos elegidos para servir. […] Es el tipo de liderazgo que necesitamos para todo Estados Unidos ahora”.

Entonces no sólo se apartó, no sólo se comprometió con el total apoyo, lo que cambia la dirección de su base, sino que al hacerlo “sembró” a Trump, ya no sólo para candidato del Partido Republicano, sino para futuro presidente de este país. Al decir que la nación necesita de un gran liderazgo que garantice grandes resultados, está muy directa y explícitamente reconociendo a Trump como ese gran líder.

En otro momento afirmó:

“Firmé un compromiso de apoyar al candidato republicano. […] Él tiene mi respaldo porque no podemos volver a la vieja guardia republicana de antaño”.

Claro, ya dije, no sólo inteligente, sino inteligentísimo, DeSantis que, comprobó la imposibilidad de ganar, prefirió apartarse, apoyar al que si no muere se convertirá en el próximo candidato del republicanismo y evitarse posibles futuros problemas, recordar que es el actual gobernador de Florida, un estado que en las últimas elecciones presidenciales apoyó a Trump casi totalmente y que, a partir de ahí, más el desastre demócrata, se ha ido consolidando con cafecito cubano incluido.

Con este escenario, se llegó a la nueva fecha y lugar, New Hampshire, donde la única oponente que Trump tenía fue Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur, quien había quedado muy por detrás en Iowa, pero que se mantiene “ofuscada” en seguir compitiendo. Creo que, tal vez, como ejercicio político, cosa que es totalmente lícita, quizás para darse a conocer, tal como dicen los americanos de “costa a costa”, para futuras acciones.

Haley, mujer relativamente joven, un poco más de 50 años, ha sido una de las que ha tratado de impulsar, quizás como recurso para demeritar, las “famosas” pruebas de aptitud psíquica aplicada a políticos de mayor edad, a lo que Trump, al sentirse referido, ha respondido, con cierto gozo, que las ha superado todas, ratificando así su competitividad, o sea, algo así como, puede ser que no te guste, pero no estoy chocheando aún.

New Hampshire es uno de los lugares más antiguos e importantes para la historia de este país, nada más y nada menos que una de las primeras 13 colonias fundadas, conservador por excelencia con un por ciento mayoritario de población blanca, sin incluir a hispanos o latinos, casi 89%, descendientes de irlandeses, ingleses, franceses, italianos, alemanes, a mi entender personas fuertes, trabajadoras, arriesgadas, religiosas, por lo que es muy fácil entender que hoy de los problemas que acusan a las minorías, negras, latinas y otras, que los demócratas hacen suyas como campaña, no quieran saber mucho. New Hampshire es un lugar de esos, donde las personas son blancas, más blancas, coloradas, rubias, pelirrojas, de ojos claros, a veces muy claros. Y no es que sea un problema de racismo, es sólo una condición racial.

Aunque por momentos hubo destellos de demócratas, es un sitio donde mayoritariamente se respira el republicanismo y dentro de esa variante, de ese republicanismo patriótico de acero, presidido por el lema que los identifica y une, “Vive Libre o Muere” lo que puede explicar el porqué del apoyo a Trump y a sus discursos de “America Great Again” y de Estados Unidos para los norteamericanos. Donald, a pesar de todos los pesares, refleja eso, ese hombre fuerte, líder, fajón y, sobre todo, no importa los caminos recorridos, ganador.

Con todo esto de antecedente, Trump la volvió a hacer. Ganó por mucho en esta segunda etapa, lo que lo ha hecho vaticinar, haciendo referencia incluso a su contrincante, que “Esta carrera ha terminado”, cosa prepotente, poco políticamente correcta, puede ser verdad, pero no desconocer que a los norteamericanos les gusta.

La victoria en New Hampshire fue tal que el propio secretario del estado reconoció que, a final de la tarde, más de 12 ciudades habían pedido más boletas republicanas porque se estaban agotando. La votación republicana en New Hampshire para esta ocasión estableció un récord con 322 000 votantes, de los cuales Trump obtuvo más del 55%, lo que le garantiza 13 delegados, para superar Nikki Haley, quien obtuvo el 43% y sólo 9 delegados.

Ahora vamos a la tercera etapa, las nuevas votaciones republicanas tendrán como escenario Carolina del Sur, donde Haley, única oponente de Trump fue gobernadora entre los años 2011 y 2017, de donde yo imagino que haya dejado amigos, compromisos, adeptos, etc., debido a que se dice que ella generó miles de empleos, impuestos más bajos, entre otras acciones que beneficiaron al estado. La ley electoral en ese estado no obliga a que los votantes estén registrados como republicanos, cosa que puede beneficiar a Nikki Haley.

No obstante, los republicanos en Carolina del Sur han declarado que se unirán alrededor de Trump, porque lo ven único capaz de llegar a la presidencia del país en contra del actual presidente Biden. Eso probablemente lo beneficiará nuevamente incluso en el lugar natal y de trabajo de su competidora, que es muy buena, muy buena, muy buena, pero, entre otras cosas es mujer y creo que aún no estamos preparados para que una fémina nos dirija, menos para competir y ganar frente a la una figura como la de Trump, genio y figura hasta la sepultura.

Veremos.