viernes, 23 de julio de 2021

Encuentren las diferencias.

¿Recuerdan aquello de encontrar las 7 diferencias entre dos imágenes?

Bueno, aquí les dejo unas imágenes para que las encuentren y los animo a que me dejen sus comentarios.




Antes de meterse en la tarea, les quiero dejar algunas ideas como guía.

1.- Todas las fotos son reales, o sea, no son un montaje, ni son sacadas de la filmación de una película.

2.- El escenario de todas las fotos es el mismo, Cuba.

3.- Las fotos de la izquierda son en blanco y negro debido a la época, las que están en colores son recientes, julio 2021.

4.- En las fotos de la izquierda, los represores, vestidos de policías, fueron considerados por nuestros historiadores, ideólogos, políticos y, por nosotros mismos, como asesinos y esbirros que masacraban al pueblo.

5.- En las fotos de la izquierda, los reprimidos, fueron considerados como, sobre todo, jóvenes revolucionarios que luchaban por una causa justa, en contra de la miseria, de la violencia, la represión, quizás por una Cuba mejor.



jueves, 22 de julio de 2021

El pueblo de Cuba tiene sólo dos problemas. (Segunda Parte)

El segundo problema que tenemos, a mi consideración, más complicado y difícil de resolver, somos nosotros mismos, los cubanos.

"Un pájaro nacido en una jaula, cree que volar es una enfermedad".

Alejandro Jodorowsky. 
Novelista, guionista, poeta, dramaturgo, ensayista, 
director de cine y teatro, escritor, psicólogo, chileno.

Del primero sobre del cual ya escribí, es sencillo, al menos de entender. El gobierno cubano, demostrado, no tiene capacidad para resolver los problemas hoy, entonces hay que cambiarlo totalmente. Personas, muchas las mismas, que llevan seis décadas experimentando sobre los mismos postulados, nuevas medidas que rectifican viejas medidas, que luego tienen que ser rectificadas, que sólo, como resultado, han logrado meter a un pueblo entero, revolucionarios y no, en el hueco en que hoy estamos como país. Ya no dan más, ya no pueden crear, se les agotó la idea.

¿Esto es difícil de entender? Es como pedirle a mi abuela campesina, nacida en 1906, que se hiciera un tatuaje o que considerara la pizza como una buena comida o que una mujer que se había casado cuatro veces y entre divorcio y divorcio, cambió de novio todas las semanas, fuera una buena mujer o que se convirtiera en fanática de Ozzy Osborne. Mi abuela no podía cambiar en esas cosas. ¿Esto se entiende? Entonces, ¿Como no se entiende lo del gobierno?

Cuba tuvo una base muy fuerte española. OJO. Para mis amigos africanistas o muy sensibles, no estoy desconociendo la influencia africana, ella existe, pero Cuba no es africana. La estructura de la sociedad, impulsada por un acelerado desarrollo económico durante la etapa colonial y luego dentro de la república, es española. Nuestras ciudades y pueblos, la urbanística, la arquitectura, nuestro idioma, nuestros nombres e incluso nuestras mulatas tienen que ver con España.

Dentro de esas tradiciones, la familia constituyó el eje, el horcón, con más fortaleza. Esa familia patriarcal casi a estilo feudal, donde se respetaba a los viejos, los hermanos tenían que quererse y no se dejaba qué factores externos, por ejemplo, la política, dividiera.

Los jóvenes siempre existieron, ellos siempre fueron portadores de las nuevas ideas, pero la casa de los viejos siempre se respetaba. La familia nunca se ponía en juego.

La revolución de 1959 cambió todo esto de cuajo, a la fuerza y donde primero se introdujo la división y el cuestionamiento, fue en nuestras propias familias. Dueño absoluto de todo, el gobierno politizó nuestras vidas. No era importante ser bueno, ni honesto, buen trabajador, ni tan siquiera buen familiar, lo importante era ser revolucionario, a al menos aparentarlo.

Los niños comenzaron a ser adoctrinados desde edades muy tempranas. En los círculos infantiles se enseñaba a repetir que Fidel era el padre de todos los niños, cosa nada nueva, el comunismo convierte la imagen del líder en un dulce padre. Luego la escuela primaria, la secundaria, el preuniversitario, se encarga de reforzar diariamente estas ideas. Cuando se llega a la universidad se descubre que ella es para los revolucionarios, los que no lo son, pueden vivir una agonía o un fuerte Via Crucis.

Todos los cubanos sabemos que estamos vigilados. En cada centro de trabajo, en cada cuadra, en cada edificio, en cada organización religiosa de cualquier denominación, en cada empresa extranjera en Cuba, en cada grupo opositor, en cada embajada en el exterior del país, existen personas que vigilan e informa. En Cuba nada funciona bien, salvo los órganos de la Seguridad del Estado en todas sus variantes. Todos los medios de información, la televisión, la radio, los periódicos, las revistas, las vallas, los carteles, los sueltos, son del gobierno, por tanto, no se admite otras formas de expresión. Caer en la categoría de contrarrevolucionario o con problemas ideológicos es tan sencillo como tomarse un vaso de agua, a veces encontrar en Cuba un vaso de agua fría es más complicado.

Fidel, “el mago”, fue genial en instaurar personalmente el terror y demostrarnos muchas veces que todos éramos vigilados y, peor, logró que todos nos sintiéramos vigilados incluso cuando nadie nos vigilaba. Triunfo del gobierno. Es tan fácil perder el trabajo o la escuela, es tan fácil que te decomisen lo que tienes, que te lleven detenido, etc., que nosotros mismos somos nuestro primer freno. Todo esto, nos desformó, primero nos enseñó a callar y luego a mentir. Tanto se ha mentido que muchas veces no se sabe dónde está la verdad, dónde la mentira.

Nosotros somos nuestro principal cabrón problema. No existe nada, absolutamente nada, en lo que todos, a la misma vez, nos pongamos de acuerdo, incluso ni en las llamadas “Verdades de Perogrullo”

Claro, mientras la cerveza está fría, parecemos buenos, amigables, solidarios, pero cuando la cerveza se calienta, entonces aparecen las 10 000 variantes de nosotros mismos. El mejor ejemplo es hoy, cuando la cerveza no sólo está caliente, sino que está hirviendo y no somos capaces de apoyar una idea todos juntos.

Lo primero que tenemos y aparece es el fatídico y nefasto criterio de los cubanos “de aquí”, refiriéndose a los que están en Cuba y los cubanos “de allá”, o sea, los que están fuera. Criterio que apoya consciente o inconscientemente los manejos a conveniencia del gobierno. División creada y alimentada desde el gobierno a partir de la fractura de la familia cubana, o sea, el pueblo.

No se dan cuenta que los cubanos “de allá” somos los mismos que tenemos en Cuba madres, padres, hermanos, hijos y amigos. No se dan cuenta que los cubanos “de allá”, dispersos por el mundo, en Egipto junto a los camellos, en Australia con los canguros, en Miami con huracanes y en Nebraska con nieve, seguimos muriendo por los frijoles negros, la carne de puerco, los tamales y los pastelitos de guayaba.

No se dan cuenta los cubanos “de allá” no queremos invadir la isla para matar a los nuestros, no queremos dejar sin escuelas a los niños y sin hospitales a los enfermeros. No queremos derribar El Morro para construir un hotel seis estrellas o un parque de diversiones.

No se dan cuenta que los cubanos “de allá” llevamos a 62 años trabajando como mulos, rompiéndonos los culos con dos y tres trabajos incluso, en trabajos que nadie quiere, olvidándonos de nuestras profesiones, para luego de mantenernos, porque por ser cubanos no nos dan las cosas gratis, enviar ropas, comidas, medicinas, muebles, equipos, dinero, etc., a los cubanos “de aquí”.


Hay que ser muy hijo de puta para todavía hoy gritar “abajo la gusanera” a esa misma gusanera que llena los hoteles, renta automóviles, compra comida y literalmente, muchos, mantienen a sus familias enteras. La dignidad no comienza por la soberanía, la dignidad es ser honesto y defender al igual. La dignidad comienza por decir y reclamar: eso no son gusanos, no son traidores, ellos son cubanos. Sin embargo, no ocurre esto de forma absoluta. Esa división fue la que nos enseñó el gobierno y todavía hoy utiliza para manejarnos.

No se dan cuenta que los cubanos “de allá” trabajamos, tenemos casas modernas, autos modernos, toda la comida y ropa del mundo, tenemos libertad para casi todo, podemos pasear, invertir, ser dueños de negocios e incluso hacernos millonarios. No se dan cuenta los cubanos “de aquí”, que nadie quiere quitarles nada. Nadie quiere esclavizarlos, nadie quiere pararse nuevamente como conquistador sobre sus cenizas.

No se dan cuenta que los “de allá” estamos dando gritos por ustedes, por aquellos a los que deseamos un mejor futuro. Los “de allá” no queremos quedarnos con Cuba, a lo mejor, muchos no queremos regresar definitivamente, sólo es que queremos descansar de toda esta mierda, queremos visitar a nuestra familia con regalos, no con jabones, cepillos de dientes cuchillas de afeitar, galletas y café. Queremos los “de allá” que los “de aquí” vengan a visitarnos sin tener que tirarse al mar y que a los 15, 20, 30 días, nos digan: _ tenemos que regresar a Cuba, porque tenemos que trabajar, nuestro trabajo es importante. El año que viene vuelvo o tú vas o a lo mejor nos encontramos en la isla de Pascua. Queremos entrar y salir de nuestro país sin tener que pedir permiso, sin que nos miren con malas caras, sin que nos maltraten. Queremos entrar sin temor a ser detenidos o peor, imposibilitados de salir.

Seguir en esta mierda de los “de aquí y los de allá” sólo favorece a un gobierno totalitario que creó esa división para explotarnos. Gritar “abajo la gusanera” es tan violento como la represión que hoy está sufriendo el pueblo de Cuba, pero, además, gritar “abajo la gusanera” es tan deshonesto, tan hipócrita como los que dicen que las calles sólo hay un grupo de vándalos y mercenarios, los primeros confundidos y los segundos pagados.

Frente a los problemas de Cuba, entonces, aparecen los que dicen desde Cuba que no pasa nada, que todo está tranquilo, que dan consejos de, no te metas en problemas, no hables, no grites, no escribas, no protestes en un parque o esquina, porque los que están en la calle gritando “libertad”, “abajo el comunismo”, “Patria y Vida”, son un pequeño grupo de confundidos y pagados.

Muchas personas que hoy son mantenidas desde el exterior, que viven cómodamente sin trabajar al recibir dólares, al recibir comida, ropas, medicinas, por lo que viven muy por encima del nivel del pueblo cubano, están tratando de confundir a sus familiares, a los mismos que les envían el dinero.

Están los ilusionistas que ahora hablan de paz, de amor, del diálogo franco “con todos y para el bien de todos” mientras la policía le cae a tiros y golpes a los cubanos, provocando muertes, heridos, lesionados.

Existe un grupo más intelectual que ahora regresa al pasado y exponen poemas, canciones, etc., sobre la paz, el amor. Muchos nos envían a escuchar, por ejemplo, a John Lennon. Patético. A mí en lo personal me confunden. ¿Me están hablando del joven rebelde, que grabó, dicho por él mismo, más de la mitad de sus canciones bajo los efectos del alcohol y la droga? Si en realidad quieren parecerse al cantante británico, deberían entonces estar desnudos juntos a sus parejas también desnudas sobre una cama con un cartel que diga, "NO a la represión", "Abajo el gobierno represor de su pueblo", "NO queremos más patria con muertes, queremos patria con vida". En efecto, John Lennon fue un tipo valiente.

Están los artesanos, aquellos costureros que pretenden, una vez más, resolver los problemas poniendo parches sobre parches a la ropa muy vieja y los poncheros, definición que he leído hace poco, que pretenden arreglar una goma podrida cogiéndole ponches y más ponches. Versión mediocre, conformista, cómoda e hipócrita al proponer construir un país nuevo con lo que están en el poder, con los mismos postulados.

Están los enérgicos críticos de cualquier cosa, sobre todo de Estados Unidos, que hoy han desaparecido, no quieren saber, no quieren hablar, ejemplo típico del miedo. Ese grupo está acostumbrado a jugar con las dos variantes y siempre piensan: Y si mañana todo sigue igual.

Están los revolucionarios y comunistas te mentira. Esos dan asco. Pero también están los revolucionarios convencidos, los de verdad, los que aún quedan, porque siempre han existido, pero a ellos los imagino viviendo del mísero salario que paga el gobierno, comiendo únicamente la comida que llega a través de la libreta abastecimiento, vestidos con las últimas ropas que el gobierno les vendió allá por el año 1991. Si ellos reciben beneficios extra por parte del gobierno, si ellos tienen dólares y compran en las tiendas habilitadas exclusivamente para esa moneda, si viajan al exterior y regresan con maletas y maletas llenas de pacotilla y roban, aceptan a corruptos o se corrompen, entonces ellos también dan asco.

Por último, me perdonan mis amigos si parezco grosero o extremista, están los qué viviendo fuera de Cuba, incluso aquí, en los Estados Unidos, se auto nombran revolucionarios y defiende al gobierno cubano. Ese grupo de locos, hipócritas, demagogos, egoístas, mentirosos y porque no, algunos hijos de putas, que, disfrutando de las grandes ventajas del capitalismo, comiendo, tomando, paseando, todavía hoy apoyan al represor, piden para él tiempo y confianza y acusan al reprimido de vándalo, mercenario y confundido.

Ese grupo que no ha escuchado que los cubanos quieren libertad, que los cubanos quieren que se acabe el comunismo, que los cubanos quieren que el gobierno deje de estar, que los cubanos quieren que Díaz Canel desaparezca, que los cubanos quieren que el partido comunista no exista más.

Ese grupo que ahora retoma ideas cariñosas, de amor, unidad y solidaridad, que es capaz de criticar a los cubanos que, frente a las embajadas del mundo, que en cada esquina de la ciudad donde viven, que directamente frente al mismísimo presidente norteamericano, están brindando su apoyo a los cubanos de Cuba.

Ese grupo de acomodados, que ahora critican y acusan a los propios cubanos de generar odio. ¿Odio? Llaman odio a dejar de trabajar para ir a marchar o pararse en una esquina horas para, pacíficamente, con carteles, banderas, dar gritos para que los cubanos que están en las calles en Cuba se sientan que no están solos.

Ser coherente a veces es peligroso, entonces los cubanos que estamos a favor de que el gobierno cubano desaparezca, los que queremos una Cuba libre de comunismo, los que deseamos una Cuba próspera que hoy no es, entonces somos mercenarios, somos los que hemos causado o “pagado” los disturbios, somos los que con nuestros gritos estamos pidiendo una ayuda, intervención, presencia, llámesele como se quiera, en nuestro país para evitar que se sigan masacrando y apresando al pueblo de Cuba y entonces les parece que eso está en contra de la soberanía. ¿De qué sirve la soberanía bajo un gobierno totalitario?

¿Que están esperando estos cubanos?, ¿Que sean 5 000, 10 000 los detenidos, que sean 5 000 los muertos y otros 5 000 desaparecidos?, ¿Qué están esperando, a que le maten a un hijo, un padre, una hermana, para entonces salir a llorar y gritar?

¿Cómo es que estos cubanos, repito, como mínimo locos y descarados, pueden ahora acusar a otros cubanos que están tratando de llamar la atención sobre lo que está ocurriendo en Cuba y sobre todo tratar de no identificarse con ellos?

Si los cubanos fuéramos, al menos, un poquito realmente cubanos, revolucionarios y no, católicos o santeros, demócratas o republicanos, hijos, nietos, hombres y mujeres, profesionales, obreros, campesinos, en Estados Unidos, en Europa, en América Latina, en la tierra, en el mar o el cielo, deberíamos estar dando gritos de “abajo la represión”, “alto a la violencia”, “no más muertos y heridos en las calles”, “no a un gobierno asesino”, luego podremos escoger constituciones, cantidad de parlamentarios, lugar de reuniones, salario de los alcaldes, etc. Vergüenza es lo que hace falta.

Si los cubanos fuéramos, al menos, un poquito cubanos, diríamos NO a un presidente que ha dado una orden de combate contra un pueblo desarmado, orden de combate donde no había guerra, ni bandos armados, ni nadie estaba atacando desde el exterior. Orden de combate que es, una vez más, el camuflaje de una orden para reprimir sin límites. Orden de combate, represión que convierte a ese presidente en, no sólo en violador de los derechos más elementales humanos, sino también en un asesino que llevará sobre sus hombros la masacre de su pueblo en defensa teóricamente de un sistema político. Allá los que quieran compartir ese peso para la historia.

Ahora es el momento de, aunque sea por una vez, ponernos todos de acuerdo, sobre un más que visible y real tema. Cuba merece ser libre, los cubanos merecemos vivir en paz, pero vivir bien. Todos, estemos dónde estemos, hablemos el idioma que hablemos, seamos de una clase o grupo social u otro, deberíamos gritar “Abajo Díaz Canel”, “Abajo el comunismo del cual él se nombra continuidad”, “Libertad para los cubanos”. Luego, bueno, luego tendremos tiempo para valorar si es necesario o no cambiar la bandera o declarar ilegal o no al partido comunista.

Mi abuela Tomasa no podía mirar a Ozzy. ¿Cómo poder mirar al singa´o Díaz Canel?


lunes, 19 de julio de 2021

El pueblo de Cuba tiene sólo dos problemas. (Primera Parte)

Tenemos dos grandes problemas los cubanos. Uno es con el gobierno y otro es con nosotros mismos. El primero abarca e influye en toda nuestra vida material y espiritual.

Se habla mucho ahora de la necesidad de comida y medicina. Claro se necesita comer tres veces al día, pobres de los que quieran o necesiten comer más y para salvar el cuerpo, además de asistir a los curanderos, religiosos y guías espirituales, etc., se necesitan medicamentos, a veces mucho medicamento, pero ¿esos son los únicos problemas que tenemos?

El cubano no tiene ropa, ni zapatos Es cierto que nunca hemos andado desnudos, pero desde siempre comprar ropas, tenis, calzoncillos, ajustadores, etc., ha sido un tormento. Siempre nos conformamos con usar ropa usada, regalada, remendada, etc. El acceso a la ropa siempre ha sido doloroso para todos.

Los cubanos tenemos problemas con el agua y nos hemos acostumbrado a que ella viene cada 4 o 5 días, a veces cada más. Cada casa es una sucursal del acueducto y tenemos entonces tanques y más tanques para almacenar el preciado líquido. En pleno siglo XXI nos seguimos bañando con un cubo, seguimos fregando con un jarrito y seguimos descargando nuestras tazas de baño, donde, a veces acumulamos 1, 2, 3 orinadas con cubos.

Los cubanos tenemos problemas con la electricidad y hemos nacido, crecido y muchos muertos e incluso velados con apagones, a veces programados diariamente 8, 10 horas, otras sin programación. 60 años de apagones con diferentes justificaciones, escasez de petróleo, planta generadores rotas, falta de mantenimiento, etc.

¿Qué hay de las calles y las aceras? Me arriesgaría a decir que no existen calles sin baches, peor, hay huecos que están en el mismo lugar desde hace muchos años y décadas. Las calles hoy parecen el resultado de un bombardeo masivo intensivo, en un país donde nunca ha caído una bomba.

Los alumbrados públicos, señales de tránsito, carteles lumínicos, se han ido extinguiendo tal como se extinguieron los dinosaurios.

Los cubanos no conocemos de un buen servicio. Existía, heredado del capitalismo, pero como hoy como todos somos iguales, los que están para servir, pues se lo toman como un favor. Puede ser que todavía existan personas de buen corazón, que sienten placer con ayudar al otro, médicos, maestros, oficinistas, dependientes, pero lo clásico, lo tradicional, lo que se ve todos los días es el maltrato, la grosería, la estafa, el robo, la corrupción, etc. Si hay algo que hoy nos caracteriza y distingue es el mal servicio generalizado, incluso en aquellos lugares donde hay que pagar mucho y en una moneda extranjera. Nos hemos convertido en salvajes para sobrevivir, entonces todo nos parece bien. Nos hemos acostumbrado a gritar y que nos griten, a maltratar y que nos maltraten, a robar y que nos roben.

¿Qué hay de la vivienda? Los cubanos vivimos hacinados unos arriba de los otros. La obra constructiva del gobierno ha sido, no sólo insuficiente, sino pésima. Hemos convertido nuestras casas en solares, cuarterías, al tener que dividirlas y dividirlas en busca de privacidad. Tres y cuatro familias en el mismo espacio físico. Baños convertidos en cocinas, salas de estar utilizados como dormitorios. Padres y madres junto a todos sus niños en un mismo cuarto, a veces en la misma cama.

Muchas familias hoy siguen viviendo en edificios construidos a principios del siglo XIX, declarado potencialmente peligrosos con posibilidades de derrumbes. Balcones caídos, paredes rajadas, techos que se filtran y caen a pedazos, escaleras rotas, sin peldaños, sin barandas. Casas imposibles de reparar, pintar, cambiar una puerta, una ventana lo que ha parado en el deterioro total.

No hablar del campo cubano, sólo decir que muchas personas viven en condiciones muy precarias, tan precarias como en el duro período de gobierno, no de Batista, sino de Gerardo Machado, o sea, más para atrás en la historia.

Hoy quien vive en una buena casa es porque recibe mucha divisa desde exterior, trabaja vinculado a la divisa en Cuba, roba en bue cubano “como un caballo” o forma parte de los del gobierno y entonces otros roban para él.

¿Qué ha pasado con nuestros parques, cines, nuestros centros deportivos? Muy pocos existen hoy, muy pocos quedan que no sea una ruina inservible. ¿Dónde está la gasolina a un precio pagable, los repuestos para automóviles?, ¿Existen hoy talleres para reparar, chapistear, pintar? No existe. Todo lo que sea reparar, arreglar, reconstruir, está en manos del mercado negro, a precios ridícula e inexplicablemente altos, para muchos impagables.

Existe la posibilidad de seguir describiendo problemas, carencia, necesidades, etc., tantos que harían interminable este escrito. Falta de herramientas para trabajar, falta de productos para la higiene, largas colas para cualquier cosa o trámite, dos y tres horas de espera para poder acceder a un transporte, pago de precios altos a particulares para trasladarse, caminatas de muchos kilómetros, 8, 10, 12 para ir y regresar incluso del trabajo.

El pueblo de Cuba, presumido como el mejor, es hoy un pueblo mal vestido, mal oliente, mal alimentado, mal cuidado. Es un pueblo que ha tenido que lavarse la boca con agua, con sal, con bicarbonato. Ha tenido que bañarse con hierbas y jabones inventados como los que se usaban en Europa, allá a finales del feudalismo. Es un pueblo que ha usado Vaginol como champú y magnesia como desodorante. Es un pueblo donde los jóvenes y no tienen dientes, ni tan siquiera dentaduras postizas.

Es un pueblo que no conoce de tabaco y de buenos rones. Es un pueblo que, rodeado de agua del mar, no puede pescar y no conoce de pescado, menos de mariscos. Es un pueblo donde comerse hoy una galletica, un helado, un bombón es un lujo.

Cuba tenía un ballet clásico famoso antes de 1959. Cuba tenía pintores, escultores, poetas, escritores que no fueron productos de la Revolución. Cuba, a pesar del desastre y olvido, todavía hoy exhibe una urbanística, una arquitectura, esculturas, plazas, parques, famosos, ejemplo y envidia de muchos países latinoamericanos.

¿Qué pasó?, ¿Quién es el culpable?, ¿Cómo explicar que un campesino trabaje la tierra descalza, que no tenga un machete y que tenga que arar la tierra halando con su cuerpo un arado de madera?, ¿Quién es el culpable de que la cosecha, después de recogida y almacenada, se pudra en el campo o que haya que echar a la tierra miles de litros de leche en una o varias vaquerías, porque nadie vino a buscar lo primero y lo segundo?

60 años del mismo gobierno con los mismos discursos. ¿No nos parece, frente al desastre total e irreversible que hoy tenemos, que es mucho?

Si un gobierno cualquiera, incluso con las mejores intenciones, sólo ha logrado que todo hoy esté peor que al principio, que las personas estén muy mal, que nada funcione, que los jóvenes desilusionados sólo piensen en irse del país, ¿es difícil concluir que tenemos que cambiar al gobierno?


¿Qué pasaría en Estados Unidos si al norteamericano trabajador le prohíben comer carne de res y tomar cerveza?, ¿Qué pasaría en España si los españoles hoy tuvieron que comprar los chorizos y el jamón en yenes japoneses?, ¿Qué pasaría en República Dominicana si se les impone a los ciudadanos una libreta de racionamiento y a través de ellas sólo van a recibir tres plátanos por familia? Estoy seguro de que no alcanzarían los bomberos del mundo para pagar los fuegos.












Es sencillo, sólo los ciegos, los hipócritas, los hijos de puta, corruptos y vividores no lo ven. La solución es cambiar al gobierno.

Claro que el gobierno no quiere ser cambiado, después de 60 año en el poder, se ha acostumbrado a vivir bien, a no ser cuestionado, a disfrutar de los privilegios, entonces siempre bajo una pataleta o una gran actuación fingida, le mete miedo al pueblo y le dice: ustedes necesitan de nosotros, sólo no lo van a lograr, van a morir. Entonces el gobierno chantajea al pueblo y le dice: los negros volverán a ser esclavos, las mujeres volverán a ser explotadas, los hospitales y las escuelas serán privatizados, no tendrás que comer. Para colmo el gobierno humilla al pueblo y le dice: ustedes no son capaces de hacerlo por sí solos.

El gobierno no quiere ser cambiado y entonces encuentra la mejor manera de resolver el problema, reprime al pueblo que debe defender.

sábado, 17 de julio de 2021

Quien a hierro mata, a hierro tiene que morir.

Hoy 16 de julio, a la luz de los acontecimientos, cuando parte del pueblo cubano sigue protestando en las calles y el gobierno, amparado en la orden de su presidente de combatir contra ellos, ha desatado una feroz represión armada, aparecen los “versionistas”.

Cubanos de allá y de los llamados de afuera que ahora llenan las redes de discursos pacifistas en contra de la violencia que dicen han desatado los manifestantes y enarbolan ahora la consigna de un dialogo pacífico entre el gobierno, que repito ordenó la represión y los que están en la calle, algunos a decir del propio gobierno, confundidos en sus reclamos, otros delincuentes, vándalos, y como siempre una parte mercenaria pagada desde el exterior.

Con los cubanos, nosotros, nunca se sabe, durante años silenciosos y entonces ahora aparecen con versiones dulces que nunca se sabe si son de izquierda, de derecha, de arriba o abajo, de costado, paralelas o contrapuestas. Versiones que demuestran que no nos cuadra nada y por eso hemos llegado a donde estamos.

Cubanos que se consideran más cubanos por hacer más horas de colas para comprar comida o por aguantar 10 horas de apagón o haber sido quemados por las croquetas explosivas, que ahora enarbolan la paz, el dialogo con el gobierno y por supuesto, se agarran de la idea de una invasión extranjera para hablar de soberanía, injerencia, entreguismo y sobre todo que los problemas que existen, en medio de la represión repito, tienen que ser resueltos conversando amigablemente. Cosa que no cuesta mucho trabajo entender que los cubanos venimos tratando de hacer desde hace 6 décadas.

Discursos hipócritas de falsos demócratas. La idea de resolver el problema entre cubanos, que es lo que debía pasar, teniendo en cuenta que somos muchos los cubanos que vivimos afuera de Cuba y que también tenemos derechos sobre ese pedazo de tierra vivamos donde vivamos, llegó a un camino sin salida y el gobierno, en sus últimas declaraciones, ha dicho que no quiere conversar con nadie, menos con aquellos que tengan una opinión diferente, menos con aquellos que se cuestionan al gobierno que ha demostrado su incapacidad.

Creo que la opción de paz es entendible, pero entonces los que enarbolan esta idea, si es cierta, deberían estar en las calles defendiendo sus posiciones pacifistas, incluso entendible desde posibles revolucionarias reales, exigiendo al gobierno que deje de reprimir al pueblo, que deje de recoger en sus casas a personas y llevárselas detenidas a veces sin paraderos conocidos. Si fueran estos pacifistas coherentes, deberían exigir al presidente su renuncia, porque no creo que a partir de ahora sea posible conversar con una persona que ha dado órdenes de pasarle por encima al pueblo.

La opción de las conversaciones de paz y el dialogo, siempre son entendibles, cuando ambas partes en conflicto están de acuerdo con conversar, pero ¿Esa ha sido la posición del gobierno desde que triunfó?, ¿Por qué entonces somos más de cuatro millones de personas fuera de Cuba?

Es irrisorio que se perdone al represor, al abusador y que se pida entendimiento para ellos y se siga culpando y conteniendo al reprimido.

Sería absurdo pensar, los de adentro y los de afuera, que se está pidiendo una invasión masiva a Cuba, que lo que se quiere es que aviones de combate inunden de bombas a toda la isla, lo que provocaría millones de muertes, las bombas no tienen nombre.

Sería absurdo pensar que lo que se está pidiendo es matar a nuestras madres, a nuestros hijos, a nuestros hermanos, a nuestros amigos y vecinos, convirtiendo a Cuba en un pasado Viet Nam. Los cubanos estamos divididos, no entre cubanos a favor del gobierno y cubanos en contra del gobierno, sino que estamos divididos entre nosotros mismos, siempre lo hemos estado. Cubanos contra cubanos, los de afuera contra los de adentro y los de adentro contra los de afuera. ¿Quién ha ganado? El gobierno.

Lo primero que aparece es el reclamo de: “si claro, porque ustedes están afuera” ¿Y es que los de afuera no tenemos sentimientos, no tenemos allí familiares, no enviamos mensualmente medicinas, comida, ropas, dinero para ayudar a los de allí a sobrevivir?

La violencia siempre ha existido en Cuba. Los registros, las detenciones, los encarcelamientos por causas inventadas, los presos por sólo pensar diferente, los decomisos, las altas multas, las sanciones laborales, las expulsiones de centros de estudios y trabajos, etc., lo que pasa es que hasta ahora era sólo de una parte hacia la otra, o sea, de león a mono y el mono amarrado.

La violencia siempre ha existido en la misma medida de que cada cubano se ha sentido vigilado, cuestionado, chivateado, denunciado, incluso por sus propios vecinos y compañeros de trabajo, incluso, lo que pudiera parecer increíble, por su propia familia. Y en aquellos momentos, ¿a quién le importó? Solo los perjudicados y sus más cercanos sufrieron, el resto, se mantuvo todo el tiempo inmóvil y, sobre todo, viendo como escapaban del palo.

Durante todos estos años de violencia, si de violencia, solo existió la solidaridad de los más cercanos, muy pocas veces las personas se lanzaban a las calles a defender a nadie. ¿No recuerdan las imágenes de policías, mujeres y hombres, y muchos civiles dándole golpes a las llamadas “Damas de Blanco que sólo caminaban con una flor en las manos?, ¿No recuerdan los mítines de repudio donde se golpeó, se dejó sin agua, sin electricidad, sin contactos con familiares y amigos a familias enteras, incluyendo a niños, si muchos niños?, ¿Quién salió a defender, quien salió a repudiar al repudio, quien trató de detener a los golpistas? Violencia, mucha violencia de un lado armado y entrenado, contra el otro.

Entonces ahora, el discurso pacifista, el no a la violencia, el no a los saqueos de tiendas, etc., pero es que las tiendas están para comprar en dólares norteamericanos, mientras que el pueblo no los tiene, entonces no seamos hipócritas, las tiendas debían haber sido vandalizadas desde hace años, como respuesta de un pueblo a una medida violenta del gobierno. Si, las tiendas deberían haber sido vandalizadas desde que se inventaron, por abuso, por corrupción, por robo. Las tiendas tuvieron que ser vandalizadas desde hace mucho, porque los precios multiplicados por 4, 5 veces su real precio, oprimían, explotaban, esclavizaban a los cubanos.

Entonces ahora cuando una parte del pueblo se ha tomado la solución por las manos, después de 30 años de soportar el no poder comprar, el no poder acceder, hay quienes critican el vandalismo. No seamos descarados.

Nadie quiere bombas para Cuba, pero si una intervención internacional de la ONU. Esa organización, a la que Cuba pertenece, tiene un ejército de paz, los llamados Cascos Azules, que existen y se justifican precisamente para eventos como estos, un gobierno armado reprimiendo masivamente a una representativa parte del pueblo. Si la represión continua, pública o en silencio, los gobiernos internacionales deberían intervenir. ¿Quién puede ayudar a los que están protestando?

Y si, fuera justo, porque el pueblo que están en las calles, la parte que sea, del tamaño que sea, confundida o no, esta desarmada, está luchando con celulares y piedras, mientras que sus represores están usando armas antimotines, gases, manoplas, transportes y tiros. Las tropas de paz pacificarían y prepararían las condiciones para entonces reorganizar.

Pero las organizaciones internacionales, incluida la ONU y los gobiernos, no se manifiestan, el propio gobierno demócrata norteamericano, defensor de libertades según sus postulados, más tibio no ha podido ser. ¿Qué están esperando, que los muertos no quepan en los cementerios?, ¿Qué están esperando que los detenidos y desaparecidos superen los números de las dictaduras clásicas del mundo?

No estoy a favor de las bombas, no existe una guerra entre dos países o gobiernos, nadie quiere invadir a Cuba para cogérsela. Si estoy de acuerdo con un llamado de los gobiernos y organizaciones internacionales a contener lo que está pasando, a ponerle freno a la represión del gobierno, a los heridos y muertos. Si estoy de acuerdo con que se entre para pacificar y que se aprese a Díaz Canel por dar la orden de reprimir al pueblo, de derramar sangre civil, de hombres y mujeres cubanas. Una persona así no puede ser presidente de nada. Estamos en el siglo XXI.

Si estoy de acuerdo con que el actual presidente tiene que dejar lo que hace y pagar frente a la justicia. Si estoy de acuerdo con apresar a cada policía y a cada militar que haya golpeado, masacrado a un cubano. Sigo pensando que te pueden poner incluso el arma en la mano, pero, nada, absolutamente nada en esta vida, te obliga a dispararla. Si la has disparado y la has disparado contra el pueblo desarmado, tienes que pagar.

La revolución cubana de 1959 no perdonó a los batistianos que tenían sus manos llenas de sangre. Fueron ajusticiados, algunos incluso antes de juicios y fueron ajusticiados por asesinos. Entonces, ¿por qué hoy tenemos que perdonar a los que están en las calles abusando del pueblo? Aquello de pon la otra mejilla, no funciona, ya bastante con que llevamos años poniendo la primera.

Puedo parecer violento. Si, me da igual, la violencia desatada por el gobierno es inaudita e increíble, pues debería haber sido el último ente en disparar la violencia, no tiene otra respuesta que violencia. Si fuera por mí, si fuera por lo que siento ahora, pues no me da pena decir que iría a buscarlos y los colgaría públicamente de los postes de la luz. ¿Salvajismo? Bueno, pueden verlo como quieran. Lo que no podemos es seguir siendo ciegos, hipócritas, silenciosos, aguantones. La ley dice, “quien a hierro mata, a hierro muere” y a la corta o a la larga, van a morir.

jueves, 15 de julio de 2021

Los cubanos no estamos confundidos. Los cubanos queremos LIBERTAD

Hace ya poco más de un año, un afroamericano, un negro para nosotros los cubanos, George Floyd, murió como consecuencia de una acción desmedida de un policía blanco mientras  trataba de inmovilizarlo en el piso.

Floyd no era ningún héroe, no era tan siquiera un humilde consagrado trabajador, era un delincuente con varias condenas menores cumplidas en cárceles, no obstante, no debió morir. El policía, no la policía norteamericana, fue arrestado, enjuiciado y, a pesar de estar cumpliendo con su deber, fue sancionado a muchos años de privación de libertad.

La muerte de Floyd inmediatamente desató una respuesta nacional e internacional. Parte de la comunidad negra de los Estados Unidos y también muchas personas blancas dejaron escuchar sus voces de repudio al hecho.

Movimientos organizados, “Black Lives Matter” y armados, “Black Panther Party”, tomaron muchas ciudades y a ellos se sumaron grupos de izquierda, más estudiantes que, aprovecharon la coyuntura para expresar sus insatisfacciones y, sobre todo, sus desacuerdos con Donald Trump, en aquellos momentos presidente del país.

De demandas pacíficas, se pasó muy rápido a la violencia como diversión. Hubo heridos y mucha destrucción, hasta que el Gobierno Federal tomó cartas en el asunto y los norteamericanos que sí están armados y muchos entrenados por haber pertenecido al ejército, hombres y mujeres, salieron a proteger sus negocios, casas, derechos y tranquilidad.

Internacionalmente la respuesta no se hizo esperar. Todo el mundo opinó, nosotros los cubanos en el protagónico, tanto que muchos dieron la imagen de enorme dolor, tal como si fueran familiares o amigos cercanos de Floyd. Poco énfasis se hizo en que también anualmente mueren muchos negros asesinados por lo de su misma raza o color de piel en asaltos, atracos, violaciones y guerras entre pandillas por el control de zona de droga y tráfico de armamento y mucho menos se recordó que todos los años policías de todos los colores, edades y sexos son asesinados por delincuentes. El hecho de la desgraciada muerte de Floyd, negro, fue maximizado porque, entre otras muchas cosas, se utilizó como una venganza contra Trump, el que para muchos es el Diablo en persona.

El gobierno de Cuba, como siempre, cuando se trata de los Estados Unidos, emitió su mensaje de condena por la muerte, cosas que me parece aceptable, ético y necesario en cualquier gobierno, Floyd no debió morir de la forma que murió, pero, además, muy rápido, el gobierno cubano se solidarizó con las protestas reconociéndolas como legítimas.

El pueblo “oprimido” de los Estados Unidos tenía derecho a protestar, a mostrar su inconformidad. Por supuesto, la policía imperialista no debía existir, dijeron. La brutalidad policial en el país más abusador del planeta debía desaparecer, afirmaron.

Los mensajes cariñosos al movimiento Black Lives Matter, cuyos principales líderes se declararon abiertamente socialistas y a los Black Panther, grupo paramilitar considerados por algunos como beneficioso y por otros como uno de los mayores peligros para la sociedad norteamericana, inundaron los medios informativos.

No fueron pocos los que culparon a Trump y su “discurso racista”, incluso cuando el presidente no conocía Floyd, no conocía al policía y no estuvo en el lugar de los hechos. Odio a Trump y más, odio absurdo a los Estados Unidos, por parte de muchas personas que no viven aquí y aunque disfrutan de las ventajas, bondades y beneficios de otros países capitalistas, mantienen siempre una doble jugada, con un discurso dulce de igualdad, fraternidad, equilibrio, gratuidades, etc.

Las protestas ocurridas eran legitimas, necesarias, esa parte del pueblo norteamericano que protestó tenía no sólo el derecho, sino la absoluta razón. Esa fue la conclusión de muchos, entonces, ¿dónde están esas voces ahora, que dan la callada por respuestas?, ¿por qué no están en la calle con el mismo ánimo y entusiasmo defendiendo el derecho de los cubanos a defenderse?

¿Floyd no debió morir y los cubanos?


Díaz Canel, además de ser un incapaz y un inepto es un singa’o y ahora un singa’o que tiene sus manos manchadas de sangre del pueblo al que él debió pertenecer, a partir de que dio la orden de “combate”, o sea, reprimir con toda fuerza y agresividad a parte del pueblo de Cuba.

Además, es una persona que miente y miente a la cara, miente seria y profesionalmente. Miente sin vergüenza. Estoy seguro de que cuando el dúo “Los Castros”, Fidel y Raúl, pensaron en alguien para ponerlo a dedo frente al gobierno, precisamente fue la característica de ser un buen mentiroso lo que prevaleció en la selección.

Primero dijo que había estado en San Antonio de los Baños y había caminado por la ciudad. Mentira. Luego dijo que lo que encontró allí fueron revolucionarios que estaban defendiendo a la revolución. Mentira, en San Antonio de los Baños, lugar donde comenzó la explosión popular, lo que hubo fueron personas marchando con consignas muy claras de abajo el comunismo, abajo la revolución, Patria y Vida, y por supuesto todos los epítetos dedicados al presidente.

Al día siguiente del comienzo de los hechos, se paró frente a las cámaras de TV, rodeados de los 6 o 8 integrantes de su gobierno que ni tiñen, ni dan color y dijo que no pasaba nada, que en las calles lo que había era revolucionarios en defensa de la revolución y el gobierno. Que existían revolucionarios confundidos, con dudas, con los que había que seguir trabajando y una vez más aseguró que un pequeño grupo, por supuesto, mercenarios comprados por el imperio yanqui, anexionistas y sobre todo, delincuentes, eran los que están creando los problemas.

Díaz Canel acusó al pueblo cubano o a esa parte que está en la calle, de haber sido desconsiderado, porque seleccionaron el domingo, que era un día de descanso familiar, por lo que dichas acciones eran muy puntuales, aisladas y sin argumentos. Dijo además que no había muertos, que no había heridos, que no había ninguna represión. Entonces no sólo es un singa´o criminal mentiroso, sino es un descarado a nivel desproporcionado.

¡Qué tipo más descarado!!!!!!!!!. ¿Es que las imágenes que estamos viendo son todo un montaje o es que están filmando una película en las calles de Cuba?, ¿Esas imágenes de un pueblo marchando, dando gritos, repitiendo consignas contra el gobierno y la revolución, cayéndole a piedras a las patrullas de policía, las personas arrebatándoles a cubanos de las manos de la policía, los policías corriendo marcha atrás huyéndole al pueblo, son un invento?

¿Los heridos en los hospitales, las marcas de golpes con palos y tonfas en los cuerpos de las personas, los muertos, la sangre en las caras, las cabezas partidas, las personas llorando, tiradas por el piso, arrastradas, metidas a la fuerza en camiones o carros de policía, son todas “fake news”?

¡Qué tipo más descarado!!!!!!!! ¿La imagen de una abuela de 80 años, con un andador, caminando dentro de los manifestantes, junto a la de la otra abuela también octogenaria, dando con una cuchara en una cazuela, son mentiras o es que las abuelas están confundidas? 80 años y marchando con el pueblo, hay que estar muy obstinado y decidido para salir a la calle a protestar.

Ahora la gran mentira. Dice Díaz Canel que el pueblo de Cuba apoya a la revolución. Eso puede convencer a las personas de Tahití, que poco deben saber de Cuba, pero para los cubanos de hoy es muy poco probable que funcione.

El pueblo que apoya a la revolución son militares vestidos de civiles que son traídos en camiones y guaguas, son jóvenes que están pasando el Servicio Militar y los movilizan sin derecho a negarse, más trabajadores que son movilizados desde sus trabajos y puestos a marchar. Todos los cubanos, sabemos que esto existe y se hace desde siempre, sabemos que las personas son sacadas de sus trabajos y montadas en guaguas, camiones y llevadas de un extremo a otro de la ciudad o del país para hacerlos desfilar con banderitas cubanas. Todos los cubanos sabemos que esas personas que marchan son los llamados comprometidos, militantes del partido comunista, militantes de la unión de jóvenes comunistas, las diferentes organizaciones estudiantiles, los vanguardias, los que trabajan en las firmas extranjeras, en el turismo, porque los tienen chantajeados y tienen mucho que perder.

Los que están en la calle en Cuba son nuestros amigos, nuestras familias, madres, padres, hermanos, entonces, ¿Cómo no apoyarlos desde cualquier lugar donde estemos?, ¿Cómo no gritar junto a ellos?

Creo que donde quiera que estemos podemos ayudar. Los que estamos aquí podemos, escribir, hablar, reunirnos en cada esquina, frente a cada embajada cubana, frente al gobierno norteamericano, frente a las organizaciones internacionales, da igual la ONU o los que defienden a los albatros. Podemos, estamos en la obligación de explicarle a nuestros amigos y compañeros norteamericanos, algunos deseosos de saber.

Cuba he despertado. Cuba no está confundida. Cuba está pidiendo “libertad” con L mayúscula. Aquellos que aún permanecen callados por miedo, por seguridad, por doble moral, llevaran en sus espaldas la vergüenza de no haber apoyado a su gente. Vivirán eternamente abochornados de haber apoyado a unos criminales de hace muchos años, hoy criminales con sangre probada.

¿Como no defender, por lo menos con ideas, a un pueblo que está marchando, que está siendo brutalmente reprimido?, ¿Cómo no repudiar que una persona sea cazada como un animal por 10 policías y brutalmente golpeada?, ¿Cómo no repudiar que cubanos estén muriendo?, ¿Cómo no conocer que existen ya miles de detenidos sin explicación legal, por lo que pueden contarse hasta que no aparezcan como desaparecidos?

martes, 13 de julio de 2021

El muerto en esta ocasión tiene que ponerlo otro.

 Ahí está.

Para aquellos que apostaron a que el gobierno cubano jamás reprimiría a su pueblo, convencidos por su demagógica propuesta humanista. Para aquellos que todavía hoy, dentro de Cuba y fuera de ella, hablan de “puentes de amor”, de dialogo moderno y democrático con el gobierno. Para aquellos que todavía hoy, después de 62 años de experimentos fallidos, ahora, tal como descubriendo el agua tibia, plantean una posición de tomar nuevas medidas, nuevas estrategias, contando con los mismos, con el mismo gobierno, el mismo partido comunista, eso de incentivar la producción por municipios, de enamorar nuevamente al campesino, de permitir determinados negocios reconocidos como trabajo por cuenta propia, etc., muchas de ellas expuestas por Fidel Castro en su ya vieja “Historia me Absolverá” en 1953 y luego tratadas de poner en práctica en  la década del 60, del 70, del 80, del 90, en aquellos momento de rectificación de errores, la respuesta del gobierno fue clara y una sola, la represión.

El pueblo cubano se lanzó a la calle o al menos una parte de el. Si descontamos a los ancianos, a los niños, a los enfermos transitorios, más los enfermos permanentes, esa parte del pueblo es más grande, según las estadísticas.

Ahora el pueblo cubano, a decir del gobierno está confundido, pagado, estimulado por el imperialismo yanqui y eso demuestra, una vez más, el desprecio que sienten por ese pueblo, al considerarlo incapaz de tener sus propias ideas y de luchar por ellas. Que desprecio siente ese gobierno por esos hombres y mujeres que salieron a marchar pacíficamente, cuando lo catalogan de minoría entreguista, anexionista y contra revolucionaria de una revolución que hace ya muchos años no existe.

El pueblo que salió en muchas ciudades y pueblos de Cuba no está confundido, no estaban pidiendo que mejoraran la programación de la televisión o que les permitieran andar en patines por las calles. El pueblo sabe lo que estaba pidiendo, entre las consignas más repetidas están: “Libertad”, “Abajo el Comunismo”, “Abajo la Dictadura”, “Abajo el Partido Comunista”,” No más Comunismo”, “El Pueblo Unido Jamás será Vencido”, “Patria y Vida”, “Comida”, “Medicina”, acompañadas de dos frases que ya han pasado a la historia de nuestra cultura: Díaz Canel Singa´o y Oye Policía Pinga.

La primera, es la mejor representación de lo que ese pueblo o esa gran parte siente por el presidente que tiene al frente. Evidentemente el pueblo cubano no lo quiere, no lo respeta, no lo considera líder. La segunda, es la mejor muestra de lo que muchos sentimos por esa policía corrupta, abusadora, analfabeta, etc. Presidente y policía que no representan al cubano y que muchos sabemos que están allí impuestos. Presidente y policía que representan al pasado, al estancamiento, al bloqueo interno.

Los marchantes descolgaron fotos de Fidel y de Raúl, padre y tío del comunismo cubano, como representación de a los que se consideran los principales culpables de nuestras o de las desgracias de Cuba. Jóvenes tirando de un lado a otro de las fotos en medio de otros jóvenes que aplaudían, gritaban, “Abajo Fidel”, “Abajo Raúl”.

Nadie puede creer que todas estas personas, a lo largo de la isla están compradas, pero, además, nadie puede creer que es el resultado de una estrategia muy bien elaborada, por los grandes estrategas de la oposición, los cuales escogieron un día, una hora, el camino a caminar, la ropa que había que usar, etc.

Esas protestas comenzaron por San Antonio de los Baños, que para nada es uno de los pueblos que más se mencionan y muy rápido, como la pólvora, movilizó a muchas personas que están tan lejos unas de otras como de Santiago de Cuba, Palma Soriano, Bauta, Artemisa, Ciudad de la Habana.

La gente de San Antonio de los Baños, a los que habrá que reconocerle el mérito, actuaron como la gran chispa que encendió el polvorín. Es cierto han existido muchas otras chispas, pero eran más pequeñas y fueron atajadas a tiempo. San Antonio de los Baños fue una grandísima chispa, pero no fue magia, el polvorín Cuba hace muchos meses que se viene cargando y todos, menos al parecer Díaz Canel, sabíamos que pasaría, como he pasado en otros muchos pueblos.

El polvorín Cuba, ha visto aceleradamente caer su vida, quedarse sin comida, sin electricidad, sin agua y para colmo sin medicamentos. El polvorín Cuba ha estado chispeando desde hace muchos meses en esta última etapa. Todos los humanos, hasta los cubanos, tenemos un límite.

Para muchos que nos preguntábamos, pero ¿qué pasa?, ¿hasta cuándo?, ¿por qué la gente no se lanza a la calle?, ¿por qué no pasa nada? Aquí está la respuesta. Podría haber sido antes, sobraban argumentos, pero fue ahora y entonces bienvenida sea.

Al presidente y secretario general del Partido Comunista Díaz Canel, le quedaban, para mí, tres opciones:

1.- Escuchar al pueblo que está en la calle y entonces salir a marchar con él. Provocar el cambio desde arriba. Decir está bueno ya, nos vamos a la calle. Entonces se hubiera convertido en el nuevo padre de una nueva patria.

2.- Levantarse de su cómoda silla y decir, me tienen que matar. Voy a la calle a liderear personalmente la represión. Voy a defender con mi vida el comunismo cubano.

3.- Sudoroso y muy nervioso, decir que la calle era de los revolucionarios y dar órdenes para comenzar la represión, mientras se marchaba a su casa porque su esposa lo había llamado, la comida estaba servida en la mesa y se enfriaba.

Para las dos primeras, a pesar de que son diametralmente opuestas, hay que tener pantalones. Sólo eso. Entonces escogió la tercera. Enviar a otros a masacrar, como dice el viejo refrán, “el que empuja, no se da golpes”.

Ahora no podemos echarle la culpa a Fidel, esta bien muerto. No podemos echarle la culpa a Raúl, bastante culpa tiene sobre sus hombros. Ahora es un anciano que debe estar usando ahora mismo pañales por la incontinencia y las diarreas.

Hoy toda la responsabilidad es de Díaz Canel, que escogió para hoy y para la historia, embarrarse las manos de sangre. Díaz Canel, ya no será más “el puesto a dedo” o “singa´o”, ahora es un criminal que dio la orden de pasarle por arriba a una parte del pueblo cubano, a su propio decir sin miramientos, sin consideración alguna.

Entonces la policía, el MININT, las tropas especiales de ambos, las decenas y decenas de militares vestidos de civil, como en ocasiones anteriores, preparados, entrenados, fabricados, inyectados, se han desbordados.

Yo, nadie me lo ha contado, he visto imágenes de hombres armados, con escudos antimotines, con espray, tonfas, manoplas, trajes especiales, perros entrenados, cientos de carros de policías, cientos de camiones, motocicletas, más los carros civiles que todos sabemos utilizan los de la seguridad del estado, frente a un pueblo que salió a marchar pacíficamente con sus celulares como armas y que para defenderse han utilizado piedras recogidas en los caminos.

Si, Díaz Canel es despreciable. ¿Cómo se podrá entonces calificar a los militares? El primero está claro, está defendiendo sus privilegios, la casa de un antiguo burgués donde debe vivir, sus autos sin costo alguno, sus comidas sin colas, su aire acondicionado para dormir relajadamente. Quizás esté defendiendo “la botella” que tiene su mujer por trabajo y el grupo musical de sus hijos, pero, ¿un policía que defiende?

La mayor parte de ellos son cazados en sus pueblos pobres de origen, porque al no haber estudiado y muchos no tener trabajo en sus campos, la solución es ir a las capitales de provincias, sobre todo a la capital Ciudad de la Habana, para trabajar como policías. Me arriesgaría a decir que muchos de ellos no entienden de ideologías y políticas, porque prácticamente no entienden o hablan el castellano y para entender hay que tener cerebros.

Ellos viven albergados tal como si estuvieran presos y lo que han aprendido en la práctica es el abuso, la represión, la corrupción, pero, ¿es que esas personas no tienen familias, madres, hermanos, esposas, novias y amigos?

Díaz Canel es despreciable, más despreciables son los policías, cuya única misión es reprimir y dar golpes. Entonces alentados desde y por el poder, están tirando a matar. Están tirando por venganza, están tirando desde el anonimato, escondidos detrás de un uniforme, detrás de unas máscaras y cascos, parapetados detrás de camiones o columnas.

El gobierno de Cuba está ensangrentando al país, está hiriendo y matando a cubanos, mujeres y hombres, jóvenes y viejos e incluso adolescentes, por lo que nos asiste el derecho de pedir una ayuda, una asistencia o una intervención internacional de fuerzas de paz. El pueblo que está en las calles sea cual sea su número, su intención, está luchando disparejamente. Un apoyo internacional con tropas preparadas, tal como las que el gobierno ha sacado a la calle, pondría la balanza a nivel. Entonces la bronca sería de igual a igual.

Díaz Canel, con su orden de reprimir sin distinción y limites, a todos los que no son revolucionarios y están en las calles, tendrá que pagar. No puede a estas alturas, haber dialogo. No puede haber falsas y medias soluciones. Él y lo que los sigan, escogieron el camino, nadie los obligó y ese camino tiene sólo un final

El pueblo cubano no puede seguir siendo la víctima. 

El muerto en esta ocasión tiene que ponerlo otro.

sábado, 10 de julio de 2021

Ojalá en uno de esos pedazos, no venga el cuerpo destrozado de un familiar o amigo.

 “El enemigo del socialismo no es el capitalismo. Es la realidad”.

 Margaret Thatcher

Apretó la Thatcher. ¡Qué claridad!!!!!. ¡Qué visión!!!!!. Qué sentido del resumen y la concreción. Todo lo que se diga después, sobra. Es la realidad que se vive lo que hace que las personas se desencanten de los sonidos de sirenas. Es la realidad y las acciones de los gobiernos comunistas, lo que hace que las personas decidan ponerse en contra.

Interrumpo mis escritos lindos sobre paseos, fiestas, experiencias alegres, para hablar de Cuba. De la Cuba de ahora mismo, de esa isla que hoy no sólo está enferma, sino que se está partiendo a pedazos y los fragmentos, típico de una explosión, comienzan a caer en cualquier lugar.

Recuerdo que con este problema del COVID 19, después que los chinos estuvieran semanas ocultándole al mundo lo que estaba pasando dentro de su país, sobre todo en la ciudad de Wuhan, lo que permitió que las personas se siguieran moviendo desinformadas a conveniencia e intereses y que, al final, sobre todo Europa y los Estados Unidos reventaran, muchas opiniones desde Cuba, oficiales y oficiosas y también de muchas personas, hablo de cubanos que viven en el “Viejo Continente”, crearon además de la realidad que ya era grave, otra imagen más espeluznante, sobre todo para criticar a los Estados Unidos.

Semanas enteras donde la única noticia era la situación de New York, California, Miami, con fotos, videos, imágenes de hospitales, morgues, listados de los muertos, direcciones y números de identidad, etc., tanto que llegó a cansar a muchos. Me llegó a cansar a mí. Se habló, sin elementos o con sólo una parte de ellos, del colapso del sistema de atención médica en Estados Unidos, de lo ineficiente del Sistema de Salud norteamericano, de la escasez de medicamentos, de camas, de respiradores. Se criticó con morbosidad la supuesta inexistencia de crematorios, de cementerios y soportado por la prensa amarillista anti-gobierno, se creó una imagen de desastre nacional.

Claro, todo esto, desde Cuba y desde Europa, con el objetivo de demeritar a los Estados Unidos, de disfrutar con lo que podía estar ocurriendo, a pesar de que, en los primeros momentos, no se sabía qué era lo que estaba pasando con el dichoso virus y cuáles eran las posibles soluciones. Además, se aprovechó para vengarse del presidente Trump, al cual diariamente se le acusaba de loco, histérico, racista, machista, voluntarioso, políticamente no correcto, imbécil y además hijo de puta. Fueron días difíciles, el virus avanzaba rápidamente en todo el mundo y en ciudades muy pobladas de los Estados Unidos y aunque el gobierno estuvo tratando todo el tiempo de encontrar soluciones, nada convenía a la opinión pública. Lo único que faltó decir fue que Trump fue el inventor del virus, todo lo demás se dijo.

Trump “el diabólico” y la inoperatividad del sistema norteamericano. Las críticas fueron tan ilimitadas de todos tipos, que no pocas personas quedaron disgustadas, pienso yo, para la vida. Creo que hubo saña y disfrute. Creo que hubo ensañamiento.

Pero Estados Unidos, como en otros momentos, se organizó. Algunas grandes compañías paralizaron sus producciones y destinaron sus maquinarias y obreros para producir respiradores, mascarillas, guantes, etc. Se habilitaron salas de hospitales, se destinó un barco enorme como hospital de emergencia. El ejercito colaboró en la distribución diaria de comidas gratis para todo el que pasara por un punto de distribución. El gobierno entregó varias ayudas económicas en efectivo a todos los ciudadanos y para los pequeños y medianos negocios. A los primeros como regalo, a los segundos como un préstamo a pagar dentro de varios años con intereses mínimos. Muchas personas fueron a trabajar a sus casas y de esa forma conservaron su salario, otras tuvieron que ser asistidas y ayudadas económicamente. Que yo sepa nadie murió de hambre, de sed, de frío.

El gobierno, con Trump a la cabeza, reunió a varias fuerzas, científicos, militares, empresarios y antes de la fecha prometida o señalada, Estados Unidos obtuvo una vacuna y comenzó a vacunar gratuitamente a su población de forma organizada. Los respiradores, las jeringuillas, las ropas adecuadas, los medicamentos, la comida, etc. comenzaron no sólo a alcanzar, sino a sobrar. Las salas de los hospitales se vaciaron y entonces muchos médicos y personal técnico, estuvieron en condiciones de ir a ayudar a las ciudades más complicadas.

Claro no fue de un día para otro, ni todo fue como producto de accionar una barita mágica. Llevó meses, llevó coordinaciones, pero para aquellos que dudaron de este gran país y aprovecharon el momento para criticar y criticar, la respuesta es pública. Estamos aquí, estamos saliendo, las ciudades se han recuperado, la economía ha vuelto a caminar, se siguen vacunando a las personas y hemos dejado de aterrorizarnos diariamente. La vida ha vuelto a la normalidad.

Recuerdo aquellas voces, enmascaradas detrás de la preocupación, que se dedicaron a crear una imagen destructiva de este país. Recuerdo en medio de tantos problemas, las burlas y me pregunto: ¿Dónde están esas mismas voces “justicieras” que ahora no se levantan a destrozar al gobierno cubano?, ¿No saben lo que está ocurriendo en Cuba?

Durante muchos meses el gobierno cubano, no sólo no escuchó, sino que repitió y repitió que en Cuba no pasaría nada, porque estaba todo bajo control. Bajo control es la única idea que se les ocurre para crear la imagen de que el gobierno funciona. El gobierno, aún en medio del desastre provocado mundialmente por el virus, estuvo promocionando a Cuba como un polo turístico sin riesgo, donde los turistas, en medio de la pandemia, podían seguir disfrutando de playas, hoteles, rones, músicas, museos, sexo, etc.

Mientras el mundo se estaba hundiendo, el gobierno cubano se dedicó a promocionar, una vez más, nuevamente, el sagrado Sistema de Salud Cubano, a decir del propio gobierno, el mejor del mundo. Mientras el mundo se estaba hundiendo, los médicos cubanos eran rentados para atender a otros pueblos, dejando desprotegidos los hospitales cubanos.

Durante todos aquellos meses, estoy seguro, porque ha pasado siempre con todo, las cifras de contaminados, afectados, muertos, fueron “mecaniqueadas” y se presentaba a Cuba como el paraíso, donde sólo existían muy pocos enfermos, que, por supuesto, estaban controlados, bien protegidos y atendidos. Poco faltó para decir que los enfermos estaban felices de estar enfermos.

Hoy Cuba se está partiendo a pedazos. No lo digo yo, solo estoy haciendo referencia a lo que veo, nadie me lo cuenta. Hospitales, que ya venían deteriorados por el uso de estos últimos 60 años, hoy están inservibles, no pudiéndose comparar ni con los hospitales de guerra. Medicamentos, que ya venían en falta por la incapacidad productiva del gobierno, hoy no es que estén en falta, sino que no existen. Médicos, personal técnico, que pueden ser humanamente muy buenos de sentimientos, pero que no poseen ni lo más mínimo para poder trabajar. Hombres y mujeres extenuados que no pueden atender a los miles y miles de pacientes, a veces sin comida, a veces sin tener donde dormir, con el solo consuelo de decirle a los pacientes que llamen a sus familiares de Miami.

Personas que mueren en hospitales y nadie los saca de las salas. Personas que mueren en sus casas y nadie los va a buscar. Personas amontonadas en los pasillos, sentadas en el piso, tirados en camas sin colchones, en aquellas mismas camas que los hospitales socialistas heredaron del capitalismo.

Las imágenes que veo son como para apagar e irse. Las noticias de madres embarazadas muertas y peor, uno de los grandes bastiones de la revolución, los niños, pues si, los niños también muertos.

¿Dónde están las voces que criticaron ayer a Estados Unidos, que hoy no salen a dar gritos condenando al gobierno cubano?

Acabo de ver las declaraciones de un joven, dedicadas al presidente cubano Díaz Canel, a los pocos minutos de haber visto a su madre fallecer por negligencia médica en un hospital cubano. El joven que fue claro, tan claro como la Thatcher, le dijo: Diaz Canel, acaba de resolver esto o RENUNCIA y entrégale todo esto a los americanos.

Y creo que eso es lo menos que puede hacer el presidente y su corte de barrigones. La renuncia es la menor de las soluciones para ellos. Cuba no necesita de ayuda humanitaria, tal como se está pidiendo ahora nuevamente. Cuba necesita que los que están al frente de todas y cada una de las responsabilidades a nivel de todo el país, por provincias, municipios, repartos, se acaben de largar y les dejen el camino a otros.

Cuba no necesita que yo envíe 5 jeringuillas, el país necesita 50 000 jeringuillas diarias. Cuba no necesita que yo envíen una caja de guantes, el país necesita cientos de cajas de guantes todos los días. Cuba necesita medicamentos, de todos tipos, a gran escala, cientos, miles, millones. Cuba necesita una enorme cantidad de dinero, imagino que billones y billones de dólares para poder encaminar la vida y esos billones y billones de dólares no tiene como conseguirlos porque en realidad no produce nada y no tiene nada que vender. Cuba necesita pagar sus deudas para poder cambiar su imagen con los proveedores y acreedores internacionales, pero ¿cómo?

¿Dónde están las voces que no salen a criticar el gobierno cubano y no a criticar por criticar, sino a exigirle que se tienen que ir?

Ahora la provincia de Matanzas está colapsada y eso es lo que nos llega y trata de convencer, pero en realidad no es Matanzas, ni es ahora. No es un solo punto, ni una crisis puntual. La crisis en el sistema de salud cubano viene caminando desde hace muchos años, como resultado de la crisis que tiene el gobierno. No es un lugar, no es Matanzas, es Camagüey, Santiago de Cuba, las provincias de la antigua Habana Campo, la bella capital Ciudad de la Habana. Son los hospitales, los médicos de familia, los hogares maternos, las farmacias, por sólo mencionar el sector de salud.

Las personas están sometidas a vivir hoy, vidas que nunca habían experimentado. Las personas hacen grandes filas para conseguir algo de comida o algún medicamento. Las personas están muriendo, mientras al gobierno, gordos todos, sigue saliendo por la televisión a decir que todo está controlado, que se están tomando medidas, que se está haciendo un estudio, que está definida la estrategia. Muela y más muela, pero peor, mentiras olímpicas a ese pueblo que tanto ha apoyado a ese mismo gobierno.

Creo que ya no se puede hablar de buena voluntad. El gobierno cubano no tiene absolutamente nada de buenas intenciones. Ellos están jugando con el tiempo, en espera, pienso yo, del regreso del “Señor”.  

Ya no hablemos de los problemas de libertad de expresión, de libertad para los pobres presos de conciencia. Ya no hablemos ahora de la posibilidad de dos, tres o más partidos o de la libertad de culto sin consecuencia. Ya no hablemos más de esperar por donaciones, que en líneas generales y por tradición, nunca llegan al destino objetivo, sino que son desviadas por intereses de gobierno, muchas veces a casas particulares, no pocas veces a ventas en tiendas en moneda convertible.

Hablemos de las enormes mentiras que las máximas autoridades del gobierno dicen a ese pueblo. Hablemos de la incapacidad gubernamental para controlar algo. Hablemos de lo hijos de puta que son. Hablemos del descaro diario de decir que no pasa nada, mientras las personas mueren o se contaminan. Hablemos de seguir echándole la culpa a enemigos externos, a bloqueos, a acuerdos de bloques de países supuestamente en contra.

¿Como se pudo criticar a Trump y al gobierno norteamericano, en nombre de la justicia y la lógica y no se critica a Díaz Canel y al pleno del gobierno cubano haciendo uso de la misma justicia y lógica?, ¿Qué se está esperando, una muerte masiva?, ¿Podrá ser clasificada está posición del gobierno, la mentira, la hipocresía, la demagogia, la mantenida absurda incapacidad probada para resolver ni lo más mínimo, como un crimen de lesa humanidad?

Pues sí, si leemos la definición teórica de lo que se conoce como “delito de lesa humanidad”, podría hasta verse de esa forma. Ellos lo saben y saben que muchos serán buscados y juzgados, por lo que la solución inmediata es mentir.

 "Delito en que el perjuicio (muerte, violación, desaparición, deportación, detención ilegal, sometimiento a esclavitud o explotación sexual, etc.) se ocasiona como parte de un ataque generalizado o sistemático contra la población civil o una parte de ella, o por razón de pertenencia de la víctima a un grupo o colectivo perseguido por motivos inaceptables (políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género, discapacidad u otros reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional), o en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre uno o más grupos raciales y con la intención de mantener ese régimen."

Cuba, a donde se ha llegado hoy, no necesita que yo envíe 5 jeringuillas. Cuba necesita un gobierno honesto, capaz de reconocer los problemas y no seguir ocultándolos bajo el manto de que “todo está controlado”. Cuba necesita que pongan frente al país a un chef de cocina, a un mecánico, a un constructor, a una ama de casa, a un profesor de matemática, a una enfermera, a cualquiera que sea nuevo, a cualquiera que no esté viciado, a cualquiera que diga: OK, estamos jodidos, muy jodidos, entonces vengan de todos lados, de cualquier país, de cualquier negocio, de cualquier religión o ideología. Vengan a salvar a Cuba, luego hablaremos si lo que se necesita es la constitución del 40, la de 1902, una nueva, o no necesitamos una constitución, luego discutiremos si se necesitan tres o cuatro periódicos diferentes, etc. Que venga Obama, que venga Trump, que venga Putin, que vengan los esquimales, el Papa o “malanga”. Que vengan los chinos, los tibetanos, los mormones. Da igual, que entren y reconstruyan el país, junto a los cubanos, junto a eso que se llama pueblo de a pie, si para ello es necesario entregarles el Diamante del Capitolio, pues que se lo entreguen, al final de poco ha servido esa joya para los cubanos. Si lo que quieren es sacar el yate “Granma” de la urna de cristal donde está para dar una vueltecita frente al Malecón, pues que se saquen. Si Díaz Canel tiene que entregar la fastuosa casa que debe tener, pues que la entregue y se regrese a su provincia de origen.

Necesita Cuba una cara sin careta, una persona que parta de reconocer lo jodidos que están, lo difícil por vías propias de resolver nada, la imposibilidad de tener el dinero necesario y que abra el país totalmente. Si, abrir el país realmente, pero no para seguir construyendo ahora mismo hoteles llenos de comida para turistas internacionales, mientras un pueblo entero pasa hambre. No para que la cúpula de gobierno siga viviendo en Siboney, siga teniendo hospitales modernos para ellos, sus familiares, sus amigos, no para que Varadero sigua siendo sólo para uso en dólares, no para que se pretenda conservar el poder “per secula seculorum”.

Cuba está al estallar y los pedazos nos van a caer arriba. 

Ojalá con uno de esos pedazos, no venga el cuerpo destrozado de un familiar o amigo.