viernes, 27 de diciembre de 2019

¿Por qué nos hemos puesto tan comemierdas?

Para Normita y Robertico, nuestros grandes amigos de siempre. Si cuando lean, sienten ganas de llorar, lloren, llorar además de ser humano, a veces es bueno. Me he permitido hablar de parte de sus historias, que como saben, es también mía, cuento por adelantado con sus autorizaciones.

Claro, sé que, con un título como este, todos estarán erizados, esperando a ver qué ideas rocambolescas se me ocurren ahora. Y puede ser cierto, siempre resulta más fácil para la aceptación, hablar o escribir sobre temas light, o sea, suaves, donde todos sonriamos y estemos de acuerdo, aunque el tema y la conversación sea una mierda. Prefiero entonces, sabiendo que puede ser complicado, escribir sobre este tema para terminar el año, esperando que puedan leerlo y así recibir mi presencia. Yo, como siempre, no tengo la verdad, sólo escribo sobre mi verdad.

Debe ser el haber crecido en un país con escasez, donde todos, más o menos, vestíamos iguales, con lo que podíamos; puede ser que crecimos prestándonos la ropa y los zapatos entre amigos para poder ir a una fiesta o vistiéndonos con la ropa de nuestros padres, tíos, hermanos, si teníamos la suerte de que nos sirviera; puede ser, en mi caso específico, que crecí en una familia, donde para nada teníamos problemas económicos, pero nos enseñamos y aprendimos a valorar algo más que la ropa, los perfumes, etc. Debe ser uno de esos problemas o todos juntos, porque coincido aquí con dos amigos con los cuales compartí mi infancia y juventud, Ruso y Mayito, y, a pesar de que viven en Estados Unidos, siguen siendo los mismo que conocí hace más de 45 años, personas sencillas, poco impresionables, que invierten poco en una tonta imagen y con esa sencillez casi histórica, son felices. Menos apariencia, menos malacrianza, más realidad.

Recuerdo que mi abuelo, que viajaba mucho por problemas de trabajo, sobre todo al campo socialista, regresaba con la maleta llena de herramientas y tarecos para la casa, dentro de ellas un enorme y pesado soplete ruso hecho para la guerra, daba clases en la universidad con unas botas corte bajo Centauro y murió usando un Poljot ruso de esos de manillas elásticas. Nunca vi en mi familia joyas, vestidos de lujo, ni a los hombres echándose cremas, dándose masajes o mirándose en el espejo todo el día. Mi madre, heredera de mi abuelo en ese aspecto, lo supera. Lo importante es un libro. Crecimos trabajando, metiendo la mano en el concreto y en cosas peores, levantando paredes, corriendo lavaderos. Crecimos con los muebles heredados del capitalismo y un piano vertical que, al ser nosotros tres varones “revolucionarios”, jamás tocamos, por el contrario, nos dedicamos a deteriorar. Crecimos primero trabajando, ayudando a nuestro padre, tío y abuelo, lavando, limpiando casa, limpiando baño y ayudando a vecinos, antes de jugar pelota, cosa que en aquel momento fue torturante y hoy agradezco con el alma.

Mi padre fue un hombre de aquellos que, mientras más crudo mejor. El hombre debía ser masculino, no lindo. El tipo no creía en heridas, ampollas, ni dolores de músculos, para eso había mercurocromo y más trabajo. No creía en los peines, en los espejos, en las cremas, en las comiditas especiales, etc., el hombre, por aquellos años, mientras más cerca del animal estuviera, mejor era. Fue además de un cubano típico jodedor, flaco, narizón, que disfrutaba la música, el ron y a las mujeres, una máquina de trabajo. Luego conocí a mi suegro, máximo exponente de la sencillez, la austeridad, y, sobre todo, la idea. Tipo que viajó buena parte del mundo y pudo comer la mierda que le diera la gana, y, sin embargo, jamás acumuló nada material que lo diferenciara del resto de los mortales de su época. Así mantuvo a su primera esposa y así crio a sus hijos. No les faltó la comida, pero jamás pudieron alardear de posesiones.

Entonces, a veces, considerándome a mí mismo como medio anormal, me preguntó: ¿Dónde fue que nos perdimos?, ¿Por qué hemos cambiado tanto?

Soy medio anormal, es cierto, teniendo en cuenta lo que está pasando hoy a mi alrededor. Trato de ser un tipo observador, tanto que a veces, soy acusado de demasiado observador y trato de pensar y aprender constantemente. A veces cometo el error de compartir mis aprendizajes, torturando, o al menos molestando, a los que me rodean.

Ruso, apegándose a los clásicos, siempre me repite que el hambre no mata a los pueblos, la ignorancia es lo que los destruye, sin embargo, he leído una frase de la que no puedo nombrar al autor porque no estaba declarada la autoría, que me parece mucho mejor para representar lo que nos está pasando, para entender, quizás algo, lo que estamos, tal como enfermedad, “padeciendo, “El mayor enemigo del conocimiento no es la ignorancia, es la ilusión de conocimiento” y entonces me asocio a ella, porque resume parte de lo que pienso sobre la enorme cantidad de fingidores que veo todos los días en todas partes.

Me complace hoy escribir sobre una persona con la cual compartí muchos años de mi vida. Sus familiares directos, no me dejaran mentir.

Viví muchos años casi al lado de la casa del Doctor Martín Landa Bacallao, abuelo y casi padre, de mis amigos Normita y Robertico. El Doctor Landa, conocido por los más íntimos allegados, entre los que me encontré por muchos años, por Pipo Martín, fue una persona muy respetada en Víbora Park, como médico y como vecino.

Pipo Martín no nació rico, todo lo contrario, es de esos ejemplos que demuestran que a partir del trabajo y el sacrificio se pueden conseguir cosas que parecieran imposibles o inalcanzables. Pobre de origen, se graduó de médico pagando sus estudios con los premios que ganaba por estudiar fuerte, quizás más fuerte que lo hijos de ricos y caminando como un loco por La Habana, cobrando muy poquito, centavos, por inyectar a enfermos necesitados.

Su presencia era impresionante. Fue, hasta que murió, un hombre muy alto, yo mido 5 pies y 11 pulgadas y él me sacaba un pedazo, por lo que debió estar por encima de los 6 pies y 2 o 3 pulgadas. En sus mejores momentos debió pesar más de 300 libras y para colmo tenía un enorme vozarrón, que cuando estaba bravo se convertía en prácticamente un rugido. Tenía una nariz muy grande, pero muy grande, de esas que reflejó Francisco de Quevedo en su “Soneto a una nariz”, aquel que comienza diciendo “Érase un hombre a una nariz pegado” y una cara llena de baches, recuerdo gráfico de un acné juvenil muy fuerte. Siempre le preguntábamos a su esposa, Ada, para muchos de nosotros Mamá Ada, que era en los años que hablo una viejita especial, muy bajita y linda, cómo se había enamorado de alguien que podía catalogarse como feo. Ella siempre sonreía, ahora no sé si de forma maldita o ruborizada, además del amor, de ese de antes, o sea, único, ellos eran primos.

El Doctor Landa, fue de esos médicos que, pudiendo quedarse en cualquier lugar del mundo a vivir, sobre todo en Estados Unidos, después del triunfo de la revolución del 59 decidió quedarse en Cuba. No era comunista, jamás lo fue, pero era cubano, patriota, descendiente de mambí. Fueron de esas familias que, frente a un llamado de Fidel al principio de su revolución, entregaron parte de las joyas y el dinero que tenían a cambio de nada, sólo para ayudar a Cuba. Entonces masón del grado más alto que existe antes del último en la Masonería Cubana se quedó y trabajó como médico para la revolución, llegó a ser director de uno de los hospitales más grandes e importantes, más histórico, de la Ciudad de la Habana. Toda su vida trabajó, a veces con carro, era extremadamente mal chofer, y al final de su vida a pie, cogiendo guaguas. Mantuvo hasta que ya no pudo más, dos trabajos, uno en un hospital de gobierno y otro en su consulta privada, condición que el gobierno permitió a algunos médicos, pienso yo como compensación.

Pipo Martín era de aquellos clínicos clásicos, de aquellos médicos poco impresionables, que pudiera parecer que nada lo alteraba. Nunca nada era grave. Llegabas a verlo con un dolor de oído y te decía acuéstate y te revisaba completo, cosa inexplicable, digamos para mí, porque no entendía qué tenía que ver el dolor de oído o de muela o del dedo gordo del pie, con una revisión completa de la cavidad intestinal, los ganglios, etc. El doctor Landa no era un médico complaciente, o sea, de esos que dicen a los pacientes lo que los pacientes quieren escuchar, no consideraba enfermos a aquellos que no lo estaban, pienso que conocedor del cuerpo y con muchos años de experiencia práctica, sólo veía enfermedades donde realmente las había. Martica se coheteaba a veces con él, le llevaba a uno de nuestros niños “gravemente enfermo” y Pipo Martín decía, no tiene nada, es cuestión de dos o tres días. Déjalo tranquilo.

Dicen los que conocieron a “Martinito” de joven, que era feo, pero muy agradable, muy jodedor, con un acercamiento a la ironía y al sarcasmo, quizás por eso, Mamá Ada se enamoró. Pero la vida es complicada y a veces jodida, entonces, su única hija, Adita, en plena juventud murió de cáncer, muy joven, madre de dos pequeños hijos. Pipo Martín, padre, abuelo, el gran médico, el experto, el científico, no pudo salvarla. Viajó con ella a Moscú para operarla y se le fue entre las manos.

Esto debió ser demoledor, destructivo, avasallador para aquel hombre. La vida le cambió totalmente, su carácter se agrió, su participación social y familiar fue de más a menos. Se deprimió y aunque vivió muchísimos años más, dicen que jamás fue el mismo. Al ser Martica y yo, dos nietos más en aquella casa, cosa que agradeceré mientras viva, recuerdo verlo llegar con su siempre, siempre, guayabera y su maletín de médico y traerle un bocadito a Mamá Ada que esperaba sentada en la sala de la casa, casi siempre conversando con alguno de los amigos de sus nietos. Él le entregaba el bocadito, le daba un beso en la cabeza y saludaba de medio lado a los presentes. Inmediatamente se trancaba en su cuarto con aire acondicionado a escuchar la BBC de Londres, mientras Mamá Ada casi siempre le peleaba o reclamaba a sus espaldas mientras él se encaminaba al cuarto. A veces el reclamo podría parecer injustificado, pero ella, Dios y luego algunos de nosotros, sabíamos el por qué.

Pipo Martín era de aquellos médicos que ya no existen. Fue un reconocidísimo médico, nada más decir que conozco que Haydee Santamaría y la propia madre de Fidel Castro fueron sus pacientes, para entender de lo que hablo, pero además fue no sólo patriota de alma, sino que fue conocedor de historia y política, sobre todo de la cubana. Poseía una enorme biblioteca en la segunda plata de su casa, su lugar favorito por años. Era siempre muy provechoso hablar con él, se aprendía constantemente.

Fue un tipo “anormal”. Recuerdo que, cuando él quería, entonces se sentaba y disfrutaba conversar, compartir, incluso le gustaba tomarse sus traguitos de muy buena bebida que siempre tenía guardada y nosotros a veces le robábamos para tomárnosla. Se sentaba en la sala o en el portal de su casa y disfrutaba la presencia de sus nietos reales y postizos. Entonces en esos momentos no sólo conversaba, sino que le gustaba joder, molestar, hacer chistes e ironizar con cualquier cosa. Le gustaba hablar de historia de Cuba, no era muy admirador de Maceo, ni del Che. Se divertía un ratico, luego, cuando menos se esperaba, pero él decidía sin importarle lo que ocurriera o los presentes, se retiraba y se trancaba nuevamente en su cueva, su cuarto con aire acondicionado y su BBC. Los que lo querían lo entendían, jamás, salvo Mama Ada, le exigieron nada más. Su tiempo y su espacio, era además de muy propio, limitado, por tanto, había que disfrutarlo cuando él quería estar. Robertico, más hábil, siempre le jugaba cabeza. Normita, diferente, siempre se le enfrentaba.

Recuerdo que tenía 3 hermanos, de ellos yo compartí más con dos, que continuaban siendo muy jodedores, tía Dulce y Toto. Ellos, primero lo respetaban enormemente, de ese respeto casi absoluto de subordinación y, segundo, lo idolatraban. Martinito era punto menos que un Dios y entonces él, ahora me entero porque soy papá y abuelo, disfrutaba enormemente aquellos momentos de protagonismo y se ponía contento, incluso hasta dulce. Recuerdo que cuando quería molestar, por ejemplo, a Martica, a la que vio nacer y luego crecer dentro de su casa, le decía: _ ¿Martica, ¿qué te dijo? Y entonces cuando Martica trataba de responder, se enredaba con Pipo Martín en un inacabable quién te dijo, pero quién te dijo, pero qué te dijo, tal como el tradicional cuento de la “buena pipa”, que podía durar horas.

Pipo Martín, un día murió. No fue mi primer muerto, pero si la primera persona que vi morir frente a mis ojos. Robertico se encontraba buscando comida para su abuelo, misión complicada en Cuba y Normita, Martica y yo luchábamos con Pipo Martín ese día. Buscamos a la doctora de todo Víbora Park, Mayi, ella lo reviso y dijo, _ “está muriendo, ya no pueden hacer más nada”. Entonces nos sentamos en la esquina de la cama, frente a su sillón, en su cueva y lo vimos partir. Lo cambiamos a la cama, le cambiamos la ropa, hicimos los trámites de cuestión y lo enterramos.

El doctor Landa, Pipo Martín, ahora me sirve para explicarme la vida, lo recuerdo, imagino no tanto como sus nietos, pero lo recuerdo con mucha frecuencia. Él, el médico, el historiador, el masón, el tipo que de la pobreza formó una familia económicamente fuerte, que renunció a la buena vida y se volvió revolucionario, que cambió su viejo carro por un auto entregado por el gobierno, pero nunca aprendió a manejar y el que montarse con él, yo casi todos los días pues nos llevaba en las mañanas a la Universidad, era casi un suicidio, que como experto médico y medio psicólogo, tenía miles de ejemplos para explicarnos qué era un ser humano, escogía siempre 4 ejemplos extremadamente sencillos, comunes, para decir que todos, al final, éramos iguales, que él no se explicaba por qué tanta mierda para vivir.

De esos ejemplos yo hoy sólo recuerdo tres y, sobre todo, las peleas de Mamá Ada, que lo conocía bien y sabía por dónde venía, cada vez que él comenzaba con el cuento, cosa que puedo asegurar ocurría con frecuencia, cada vez que él quería sonreír. Decía:

1.- ¿Nunca te has sacado un moco y lo has enrollado con tus dedos o lo has pegado debajo de una mesa o silla? Todo esto, por supuesto, con ganas de joder, metiéndose el dedo en la enorme nariz y simulando hacer un rollito con el supuesto moco que se acabada de sacar.
2.- ¿Nunca te has tirado un peo debajo de una colcha y has metido la cabeza para olerlo? Cosa que hacía simulando que se tapaba la cabeza con una sábana y terminaba mareado.
3.- ¿No te has estado limpiando el “fondillo” y se ha roto el papel sanitario o el papel que estás usando, el dedo se te ha embarrado de mierda y te lo has llevado a la nariz para olerlo? Y entonces se olía el dedo del medio, señalando que ese era siempre el que se embarraba.

Hoy recuerdo perfectamente el siempre Martínnnnnnnnnnnnnnnnnnn, que Mamá Ada gritaba desde donde estuviera, provocando entonces no sólo la risa maldita del médico, sino las de todos los presentes.

Y es verdad, hemos cambiado tanto que, Martín, quizás yo y otras muchas personas, aparezcamos hoy como anormales, como fuera de moda, tratando de aferrarnos a la tradición, a nuestra verdad, en medio de tantas invasiones.

Termina el año 2019 y creo que debería terminar con él, cosa que sé imposible, la vida tonta y vacía y nos dediquemos el próximo 2020 a crecer de verdad, a enriquecernos y enriquecer a otros de verdad, a compartir no sólo los momentos lindos reales y los inventados, sino nuestras experiencias de vida, esas que pueden salvarnos y salvar a otros.

Sería bueno dejar de mirarnos tanto al espejo y mirar a los otros, sería bueno no hablar tanto de las marcas de nuestras ropas y zapatos y entender a los demás. Sería fantástico dejar de pasarnos mensajes de amor por las redes, muchos de ellos ridículos y que sólo dan ganas de vomitar y que toquemos a los que nos rodean, los abracemos, los acompañemos a caminar, a solucionar sus problemas. Sería bueno decirnos la verdad, la más cruda verdad, o al menos nuestra verdad y ser capaces de discutirla. Sería bueno que las personas supieran que pueden contar siempre con nosotros, para algo más que aparecer en una foto fría. Los amigos son aquellas personas a las que no hay que citar, ellos aparecen solos y sólo dicen, estoy aquí.

Las redes sociales, fenómeno moderno, bueno, han venido a ayudarnos a unos y, paralelamente, desgraciarnos la vida a otros. Es bueno ver a los nuestros en lugares lindos, disfrutando, pero es mejor verlos tal como son y están, independientemente del restaurante, el hotel, la playa, etc., donde se encuentren. Las redes nos ayudan a comunicarnos y a estar acompañados, incluso en la distancia y han venido a desformar las relaciones con posturas irreales e inventadas. Las redes han venido a sustituir a la insustituible compañía humana. Mientras más soledad y vacío, más redes sociales, a tal punto que las personas terminan encerradas todo el tiempo frente a una pantalla.

Muchas personas hoy caminan, entran y salen de ascensores, bajan y suben escaleras, mirando un celular. Muchas personas manejan, comen, trabajan, pendientes de la pantalla del teléfono. Muchos se reúnen para compartir y no pueden desprenderse de lo que está pasando en las redes, por lo que pasan la velada animados conversando y mirando a los que están lejos, olvidándose totalmente de los que están a su lado.

Para muchos ya no hay que estudiar, no vale la pena profundizar o investigar sobre algo, todo lo que se necesita saber, está en las redes. Con tan sólo leer un vendito artículo o ver un tutorial se llaman expertos, viviendo o tratando de crear esa ilusión del conocimiento, más allá del conocimiento real.

Las redes, no a todos, porque nunca es todo para todo, han venido a falsear la soledad que muchos tenemos, porque nos hemos inventado dentro de ellas y para ellas, un mundo que no existe. Seguidores muchos de las Kardashian como máximo exponente de la vida deseada, lo que nos interesa es sobre todo la imagen. Tenemos dos caras, una real, fea, despeinada, arrugada, y otra, la que ponemos frente a una cámara, cuya foto será subida a las redes. Tenemos dos cuerpos, uno flaco o gordo, jorobado, con dolores y otro al que sometemos con posturas a veces muy incómodas y copiadas, para las fotos donde lo importante son las tetas y fondillos. Tenemos muy en cuenta las fotos y las revisamos y aprobamos o no, antes de que sean subidas, porque queremos siempre estar bellos, de esa belleza externa, muchas veces inventada por nosotros mismos o por nuestros padres.

He compartido dentro de grupo de personas aburridas, que están todo el tiempo, de forma privada, mirando a la pantalla de un celular y que lo único que las ha animado, es cuando una voz en off dice: _” vamos a tirarnos una foto para Facebook”.  Muchas personas han perdido esa necesidad de la reunión, del compartir, y la unión sólo se organiza para un espacio donde podamos mirar los teléfonos.

Nos hemos vuelto muy complicados. Estamos parados frente a un closet lleno de ropa y decimos que no tenemos nada que ponernos. Estamos parados frente a un refrigerador lleno de comida y decimos que no tenemos nada de comer. Nos interesa más el nombre de la tienda o la marca de la ropa, que ella misma y preferimos vestirnos como muñecos siempre y cuando la ropa sea reconocida. No luchamos por las relaciones directas, por la compañía, hoy para la soledad existe Facebook.

Siendo padres que jugamos en la calle con nuestros amigos, hoy se nos ha olvidado jugar y preferimos que nuestros hijos transiten, a pesar de las alertas que ya existen, frente a las pantallas de colores moviendo únicamente dedos y ojos. Necesitamos niños tranquilos, sedados, en resumen, medio embobecidos y para eso nada mejor que un table o un celular o el indiscriminado uso de la televisión. Necesitamos niños que no jodan, que no corran, y entonces los engordamos y endrogamos o permitimos que se engorden o se endroguen. 

Los cambios existen y es bueno que existan, pero ¿por qué hemos cambiado tanto? Los hombres preferimos mujeres de plástico, embutidas como se embute un pavo o pollo para hornearlo, para exhibirlas a otros, aunque ella no sepa hablar o peor, no sepa, ni le interese freír un huevo. Las mujeres prefieren hombres llenos de músculos, donde la búsqueda del estereotipo perfecto, no les da tiempo para quererlas, amarlas y disfrutarlas, hombres que se operan para implantarse los abdominales y tienen más cremas que sus propias mujeres, pero que no abren puertas, no cargan jabas, no ayudan a cocinar o a limpiar. Hombres enamorados de sí mismos, sin tiempo para enamorarse de más nadie.  Ambos, hombres y mujeres, quieren tener hijos, pero inmediatamente que nacen los entregan a las abnegadas abuelas, porque los niños dan mucha lucha y no dejan dormir. Amigos que se dicen mentiras, se doran la píldora, no aparecen y hay que casi citarlos oficialmente cuando se necesita ayuda. Todos queremos más en las redes, amamos a nuestras parejas, les agradecemos, nombramos a nuestros hijos príncipes y princesas, pero no los ayudamos o enseñamos a aprender, dejando esto a la escuela, la vida, la casualidad o a Dios. Los temas “complicados” se evitan, las personas nos mentimos con tal de agradar, las personas no nos conocemos en realidad, casi todo el mundo tiene o anda con una doble jugada.

Deberíamos entonces para el 2020 meternos más los dedos en la nariz, taparnos más con una sábana para “disfrutar” muchas veces del alivio biológico que significa liberar un gas y olernos más los dedos. Deberíamos ser más feos, peleones, gordos o flacos, negros o blancos, homo o hetero, mal humorados, jodidamente jodidos, pero más reales.

Ojalá pudiera reconstruir aquellas agradables conversaciones con Pipo Martín y preguntarle qué nos ha pasado.

lunes, 23 de diciembre de 2019

Culturales a fin de año. (Segunda Parte)

Sigo hablando exclusivamente de temas culturales por la importancia de ellos en fechas y fiestas por el fin de año y el arribo de un año nuevo.

Continuando con la idea del dialogo entre gobierno cubano y la emigración, programado para abril del 2020, creo que sería bueno recorrer lo que ha pasado en la historia con hechos como el que se está tratando de organizar.

Después de años de silencio e incomunicación, donde los que salieron de Cuba, no importó niños o viejos, fueron declarados enemigos, a finales de 1978 el propio Comandante en Jefe invitó a escogidos representantes de la comunidad de cubanos en el exterior, con excepción de los cabecillas reconocidos como contrarrevolucionarios, a participar en un dialogo directo con el gobierno cubano.

La reunión en cuestión se celebró en dos partes, la primera los días 20 y 21 de noviembre y la segunda el 8 de diciembre de 1978 y ha quedado ella reconocida como la I Conferencia La Nación y la Emigración. En esos días, el propio Fidel, que fue, como casi todo, el que ideó el encuentro, se reunió con un grupo escogido de los cubanos que vivían en el exterior y mantuvo, como era de suponer, el protagónico en el suceso. La II Conferencia se realizó bajo el mismo nombre Nación y … se celebró en abril de 1994 y la III edición, que fue la última, tuvo lugar en mayo del 2014. El objetivo en cada una de ellas, según información oficial cubana, fue fortalecer, yo imagino que crear, los vínculos de los emigrados con su nación, Cuba y viceversa, lo que colaboró con la ya existente politización e ideologización de la migración cubana, sobre todo en Estados Unidos. Los a favor y los en contra, no de Cuba, sino del pacto con el gobierno revolucionario, cuyo objetivo era mantenerse revolucionario a cambio de algunas migajas.

Ahora, así como de la nada, el Presidente Canel, después de recorrer algunos países y reunirse con cubanos residentes en cada uno de ellos, cubanos que nadie conoce y que obviamente fueron invitados y aceptados por la oficialidad cubana, regresa a Cuba anunciando la IV Conferencia La Nación y la Emigración a celebrarse el próximo abril del 2020, como un interés, siguiendo los pasos “irreversibles” marcados por el “líder histórico” cubano en el 78,  por fortalecer los lazos nuevamente del gobierno cubano, padre, con sus emigrantes, hijos. Lazos que, según el propio gobierno cubano hoy, en propuesta de su propio presidente y principales voceros, se consideran fuertes. ¿Fuertes?

Lo primero llamativo de esto es que, en más de 60 años de gobierno comunista continuado, por llamarlo de alguna forma, con casi los mismos actores, sólo se han celebrado cuatro encuentros, lo que me hace pensar que, de importante, importante, tiene poco. Si en realidad el dialogo con los que se fueron y se van, fuera decisivo e interesante para ambas partes, sobre todo para el gobierno cubano, el número de conferencias debería ser mayor, mucho mayor.

La dinámica de la vida es tan rápida, la conformación de los intereses de los emigrantes es tan diferente en cada momento, pensar en los que emigraron en la década del 60 y los que emigran ahora, que para tenerlos en cuenta y que puedan servir para el reconocimiento y beneficio de ambas partes, deberían estar en pleno constantemente. Quizás dentro del parlamento cubano, que, según ahora, ratifica que está interesado en los emigrados, debería haber uno o varios representantes de esa comunidad del exterior. Voceros libres y defensores de los verdaderos intereses de los que estamos afuera, independientemente de sus filiaciones políticas, ideológicas, etc. Representantes diarios que velaran por los derechos y exigieran por las necesidades, no de los emigrantes escogidos, sino de todos lo emigrantes.

Si se observan las fechas de las conferencias ocurridas, todas ellas están vinculadas a crisis internas en Cuba y la idea del gobierno de alejarse de la candela. Las tres primeras, 78, 94 y 2014, así lo reflejan. Ahora la nueva conferencia programada, tiene la misma explicación, ni más, ni menos. El gobierno cubano está en crisis total, no porque lo diga yo, sino, primero, por los números y segundo, porque es lo que cada cubano dentro de la isla siente. Entonces después de un viaje termómetro del presidente y su reunión con pequeños grupos de cubanos en el exterior, se vuelve a pensar en la emigración y aunque no se diga, en ella como fuente de dinero, como fuente de financiamiento. Es claro y más que evidente, si no se puede producir casi nada, si no existe la posibilidad de financiamientos externos sólidos, si no se puede pagar las deudas que se tienen con antiguos proveedores, entonces la fuente más noble de dinero, conseguida con promesas y palabras lindas como patria, familia, etc., es la emigración. Es ese dólar que cada uno de nosotros enviamos a Cuba con tal de apalear los males de los nuestros.

Y entonces, me cuestiono no sólo al gobierno, pues es claro su interés, sino que ahora me cuestiono a la emigración cubana. Me refiero a esa parte de los emigrados que no trabajan para el gobierno cubano, que no son espías, que no reciben un salario o son colaboradores sentimentales. Me refiero a esa parte de cubanos que hemos salimos de Cuba y hemos escogido, no sin problemas de todos tipos, vivir en el exterior de la que debería ser nuestra isla.

El caso de la emigración cubana no es económico, no es como la de México, Honduras, Congo, Siria, etc., Los emigrantes cubanos, que para nada vivimos en la más cruda pobreza, aunque hoy digamos lo que digamos, hemos salido “echando” porque hemos huido del gobierno socialista, pues el gobierno socialista ha tenido y tiene que ver con todas y cada una de las acciones que tomamos y más, con cada una de las ideas que tenemos públicas y privadas.

Yo, al menos no creo en otra variante, No creo en que se enamoró y se fue a vivir a Italia, no creo que era alérgico y se radicó en Suecia por eso. No creo en que era amante de los pingüinos y como en nuestro clima no existen se fue a vivir al norte de Canadá. No creo que en ninguno de los casos nuestros emigrantes sean económicos como se ha querido establecer para defender el sistema político ideológico cubano, por más que conozco que hay muchas personas que se han ido de Cuba en busca de mejorar económicamente, pero incluso en estos casos, la mejoría económica pasa por un análisis político, ya que el gobierno cubano, precisamente por un tema político que tiene que ver con, no la mayoría, sino la totalidad de la vida dentro de Cuba, ha trabado, desmantelado y destruida la opción económica.

Esto me hace recordar mis estudios universitarios, donde el propio marxismo asegura, como descubrimiento histórico, social y filosófico que la base económica determina la superestructura política, cosa que precisamente el socialismo en el poder, con tal de lograr permanencia, trata de cambiar o cambia. No existe en Cuba, la de ayer y la de hoy, algo donde la incidencia política e ideológica no interfiera o condicione a la economía. Precisamente ese es el gran error de todos los errores. La revolución cubana no fue, ni es, un proceso económico, porque el gobierno escogió y se adaptó a ser mantenido. La revolución cubana es un proceso político y el gobierno ha estado defendiendo esto durante toda su existencia.

No entiendo a los emigrados, a aquellos que ya dije que no trabajan en el exterior para el gobierno, pues ese mismo presidente con el que han brindado y se han tomado fotografías en cada uno de los encuentros, al que le han sonreído como muestra de cariño y aceptación, tal como si Cuba fuera una taza de oro, hace muy pocas semanas, ha llamado a la emigración apátrida e hijos de malas madres, etc. No entiendo a los emigrantes, pues conozco que en Cuba todos o casi todos tuvimos miedo, el miedo existe porque tu vecino, tu familia e incluso tu hijo te puede llevar a la cárcel por una o todas las acciones ilegales que hacemos e incluso pensamos, lo que es un triunfo innegable del gobierno, pero tener miedo estando fuera de Cuba, es demasiado, a no ser que estemos, como en otras tantas ocasiones en cuatro patas para que alguien, el gobierno, nos penetre violentamente. Somos tan poco como personas, que ni reconocemos derechos, ni los exigimos, y estamos rogándole pedacitos a los gobernantes, a los mismos gobernantes que nos hicieron salir definitivamente. Somos tan poco que se nos olvidó, vemos nuestras historias privadas y las colectivas ya muy lejos y borrosas y ahora, terminamos alabando al señor presidente, que no he hecho, ni el pobre, podrá hacer nada.

Ya dije que no creo en el amor, ni en las alergias. Yo me fui de Cuba desesperado por salir de un gobierno que nuca soporté en ninguna de sus acciones y que en no pocas ocasiones me afectó directamente, encarcelándome, excluyéndome, vigilándome, prohibiéndome, haciéndome sentir inferior, etc. Yo me fui de Cuba porque durante muchos años, viví bajo una definición que un día leí en la cual me vi reflejado, un exilio interno. Entonces yo cubano común, ¿cómo entender a personas que están viviendo fuera de Cuba, defiendan al gobierno cubano, lo apoyen, le sonrían desde sus residencias en París, Madrid, New York, etc.?, ¿Por qué esos que defienden al gobierno cubano no se van para Cuba a trabajar en un policlínico, en una escuela primaria, en una fábrica, en el campo, en la construcción, donde son muy necesarias, hoy más que nunca, manos trabajadoras?, ¿Cómo es posible que hoy, un grupo de cubanos se pueda sentir emocionado y motivado por el anuncio de un nuevo encuentro con el gobierno, cuando existen listas secretas de “regulados” a entrar a Cuba por cualquier cosa, incluso caprichos personales y un pasaporte cubano, exigido a veces también por capricho e intereses de gobierno y no de los emigrantes, cuesta cerca de 400 dólares, más 200 dólares cada dos años para mantenerlo vigente?

La invitación hoy, según el documento oficial que anuncia el próximo encuentro dice textualmente que los cubanos residentes en el exterior constituyen un importante pilar en la defensa de la Patria, nuestra cultura, historia y valores. En tal sentido, esta IV Conferencia reunirá a aquellos cubanos que respetan, aman a Cuba, la defienden libre e independiente y se oponen activamente al bloqueo impuesto por el gobierno de Estados Unidos contra la Nación”.

La propia convocatoria en esta ocasión encierra varias trampas. Primero el gobierno cubano, sigue confundido y más que confundido sigue tratando de confundir y llama “Patria” al gobierno, tal como si fuera la misma cosa. Idea que lleva 60 años repitiéndose una vez tras otra, a sabiendas de que tantas veces se repite una mentira hasta que se convierte en verdad, por lo menos para una parte de los que la escuchan y no se la cuestionan.

La patria son varias cosas, entre ellas la eternidad, lo que no tiene absolutamente nada que ver con el gobierno que la dirige, ni tan siquiera, como en el caso de Cuba, por más de 60 años. Cuba no es su gobierno, por tanto, los cubanos tendríamos que tener derechos y obligaciones para con ella, independientemente de si nos guste o no, participemos o no, en el gobierno que está de turno. La patria no es un invento de un gobierno, ni de una ideología, menos un aspecto que pueda beneficiar a una parte u otra, incluso dentro de un conflicto. Ningún gobierno puede robarse, ocupar o poseer la definición patria y lo que ella significa para cada uno de los nacidos en un lugar específico.

El gobierno cubano, siguiendo obviamente lo que se estableció y les ha funcionado, entre otras cosas, se ha apoderado de ese concepto “patria” y lo ha llevado al plano ideológico, utilizándolo para definir o clasificar a las personas. Si estás conmigo y me apoyas eres patriota, si no estás conmigo y no me apoyas entonces eres apátrida, eres enemigo no de mí gobierno, sino de Cuba. Mas que una confusión es un gran manejo.

Luego, los que serán citados tienen que ser confesos de que están en contra de lo que el gobierno y sus seguidores llaman “bloqueo” y aman a Cuba de forma independiente, tal como si existiera dentro de los cubanos emigrantes un sentimiento claro de entregarle Cuba a alguien o a algún gobierno. Sentimiento inventado que ya escribí y repito aquí ahora no existe, o por lo menos yo no he escuchado nunca, en ninguna tendencia de las miles que existen en la emigración cubana, una idea o un sentimiento anexionista. Jamás he escuchado a nadie hablar seriamente de que Cuba debe ser un territorio anexado a Estados Unidos, en la misma medida que jamás he escuchado al gobierno norteamericano decir que pretende anexarse a la isla. El sentimiento mayor es que Cuba debe ser libre, pero libre de comunismo, sencillamente por su incapacidad y debe transitar a un sistema verdaderamente democrático, pluripartidista, pluri ideas y tendencias, tanto políticas como económicas. El mayor sentimiento es sobre la libertad de Cuba a escoger su camino y que no sea un único camino, aunque este tenga aspectos que se podrían valorar como positivos en el plano teórico.

La convocatoria se atreve a escoger una idea de Martí, sacarla de contexto y apropiarse de ella para su conveniencia, dejando claro que sólo invita a los cubanos de bien. Martí en su preparación de la Guerra del 1895, habló de la necesidad de una nación “con todos y para el bien de todos” ¿Quiénes son hoy los cubanos de bien escogidos por el gobierno? Imagino que aquellos que colaboran desinteresadamente con la permanencia del mismo gobierno en el poder. Martí hablo de todos los cubanos que estaban en contra del dominio colonial español, para él era una opción de honestidad. Martí llamó a eliminar, con el esfuerzo de todos, la presencia de una potencia extranjera por más de cinco siglos en Cuba que, sobre todo, la sometía, convirtiéndola en posesión y la atrasaba democrática, política y económicamente y de construir una república moderna para la época, donde todos estuvieran representados. Martí habló y llamó a la democracia, que es lo más alejado en el plano práctico del comunismo. El gobierno hoy hace un paralelo y habla de los cubanos que quieren, aparentemente salvando a la patria Cuba, perpetuar el socio-comunismo, con toda la incapacidad manifiesta que este sistema exhibe, al margen de los huracanes, sequías, embargos, etc.

Entonces: ¿Con quién se pretende reunir el gobierno cubano, con el objetivo de, sobre todo, dar una buena imagen internacional, de interés por los cubanos que están afuera del país de forma definitiva?

Amorosa convocatoria, pues dice que el evento tendrá “un sentido especial para los jóvenes que, habiendo nacido en otras latitudes, se identifican, defienden y aman el país de sus padres y abuelos. Para ellos, la Conferencia constituirá una excelente oportunidad de acercarse a sus raíces” El gobierno habla de reunirse con mi nieta Mia. Amorosamente engañosa para los jóvenes, porque las raíces de los abuelos y padres, la cultura, la historia, la música, los tamales, la yuca con mojo, la carne de cerdo asada, las palmas, el colibrí, etc., se llevan a categoría de gobierno. Habla a los jóvenes que no viven en Cuba, y en un por ciento muy alto no vivirán. Jóvenes, fuerzas democráticas y revolucionarias por excelencia mientras son jóvenes, que habiendo nacido en “otras latitudes” no tienen idea de la vida real en Cuba todos los días y no saben los vericuetos laberínticos que un sistema comunista totalitario tiene mientras está en el poder para agenciarse la permanencia.

Como todos, o al menos una buena parte, debemos saber, a estas alturas del juego el gobierno cubano tiene la lista de los invitados, la agenda que se va a debatir, el lugar para el encuentro, los lugares y actividades “culturales” que van a disfrutar los delegados en sus tiempos libres y hasta el menú que se les va a servir. Por supuesto, ya el gobierno cubano tiene definido lo que va a ceder y exhibir a Cuba y sobre todo al mundo, como logros de este encuentro. Pensar de otra forma es ser tonto.

Si la conferencia fuera seria, debería transmitirse en vivo para Cuba y el planeta Tierra y no conformarse con que un periodista haga un resumen para un periódico o un presentador repita del telepronter frente a las cámaras de televisión un resumen del resumen hecho. El pueblo de Cuba dentro y fuera de ella, digamos yo, tiene derecho a conocer hasta la última palabra que se diga en ese encuentro “tan importante”.

Creo, y dejo claro aquí para los que me leen, que considero importantísimo cualquier encuentro o reunión, que sea entre el gobierno y sus emigrantes. Es más, creo que deberían hacerse de forma sistemática anualmente y como dije deberíamos los emigrantes tener representantes permanentes dentro de la estructura del gobierno cubano. Debería, por su importancia, crearse un ministerio, al final existen decenas de ministerios en Cuba que no producen ni generan mucho, o una delegación dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, donde personas escogidas por el exilio y los emigrados, tuvieran voz.

Se debería además tenerse en cuenta a esos emigrados que hoy se llaman para votar dentro de Cuba y no sólo a opinar como se ha venido haciendo. Si somos cubanos, entonces Cuba no tiene 11 millones de personas, Cuba tiene además a todos los emigrados que por voluntad quieran participar en la concepción de la Constitución, de sus leyes, de los aspectos administrativos que existen, etc. Si somos cubanos todos, entonces no sólo se puede llamar para una reunión con aspectos culturales, porque los cubanos en verdad no necesitamos para comer carne de cerdo y yuca y escuchar el Benny, pisar territorio cubano, sino llamarnos para resolver, cada cual, a su posibilidad y nivel, el funcionamiento del que debería ser nuestro país y no sólo como una acción determinada por la crisis y la necesidad de dinero.

Si somos cubanos todos, la convocatoria no debería ser excluyente, o sea, invitar o tener en cuenta sólo a los que estén a favor de eliminar el embargo y mantener la soberanía del gobierno, expresada confusamente como soberanía de la patria. Deberíamos estar todos citados y ser capaces de analizar, debatir, convencer, entender a cada una de las personas allí reunidas, que deberían representar los sentimientos de todos los que estamos fuera. Es importante que le bajen el precio al pasaporte, si claro, pero en realidad hay otros millones de cosas más importantes sobre las cuales debatir y acordar. Ganar y ceder, ceder y ganar.

La conferencia, democrática, debería ser incluso en un lugar neutral, donde todos los convocados, incluyendo a los representantes del gobierno, tengan los mismos deberes y sobre todo derechos y debería tener especialistas en este tipo de reuniones, quizás como simple observadores, que puedan dar luces y luego recomendaciones.

La IV Conferencia Nación y la Emigración será una nueva obra circense, donde el gobierno en su entorno, en sus predios, en los escenarios que acostumbra a manejar, se reúna con un grupo de cubanos que viven en el exterior, de esos ya llamados cubanos de a pie, les comente sentimentalmente sobre el interés en fortalecer las relaciones y la necesidad de luchar en cada uno de sus países y ciudades contra el “bloqueo” de Estados Unidos contra Cuba y la posibilidad de que envíen y no dejen de enviar dinero. Dinero que garantizará, no la vida del gobierno, sino el bienestar de sus familiares que el gobierno por razones ajenas a su voluntad hoy no puede garantizar.

Se hablará del genocida embargo, se expondrán algunos números de lo que el gobierno no puede acceder, medicamentos, productos alimenticios, etc. Se les llevará a conocer La Habana Vieja, una sala en el Hospital Almejeiras y la Escuela de Medicina Latinoamericana, más un espectáculo cultural con exponentes de la cultura cubana, digamos Hayla Ma. Monpie.

Los reunidos se creerán la seriedad de los planteamientos, los más jóvenes lloraran, quizás visitando las casas que sus abuelos perdieron, tomaran acuerdos a continuar para la próxima Conferencia, digamos para la cual habrá que esperar otros 5, 10 años y se tiraran muchas fotos. Se hablará todavía de la “gusanera de Miami” y se les invitará a todos a repatriarse para que puedan ser atendidos de gratis en hospitales y coger los mandados de la bodega, que es cierto que son pocos, que no alcanzan para 10 días, pero son baratos. El gobierno cubano invitará a los emigrados presentes a convertirse en defensores de lo que ellos llaman patria y a los cubanos de a pie.

Todo terminará y todo seguirá igual. Pequeños cambios en coloretes, nada esencial. Pasará tal como dice el gran Joan M. Serrat, en su canción Fiesta:

Y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal,
la zorra pobre al portal la zorra rica al rosal y el avaro a las divisas.

Se acabó, el sol nos dice que llegó el final.
Por una noche se olvidó que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta que arriba en mi calle se acabó la fiesta.

viernes, 20 de diciembre de 2019

Culturales a fin de año. (Primera Parte)

Utilizo el título “Culturales …” porque me parece que es más suave para las fechas y festividades que corren, la Navidad, el Fin de Año, el Año Nuevo, etc., por lo que siembra menos terror a la hora de que se pretenda leer. Puedo estar engañando o complaciendo a mi madre, que me he recomendado lo que me ha recomendado y pediría no que se tomara mí título como una definición irónica o sarcástica, pero los temas cubanos hoy, o sea, lo que está pasando, tanto en el plano interno como externo, son más parecidos a una novela o una obra de teatro, quizás más a esas series puestas de moda que nunca se sabe cuándo terminan, porque los guionistas, expertos en marketing, enrollan las historias, alargando y alargando las presentaciones. Podría verse como una de esas películas de Hollywood, a las que se les hace 6, 7, 8 partes, sin ningún contenido nuevo, sin nada diferente que contar, cuyo único objetivo es rating, taquilla y dinero.

No se mucho de historia, menos de política, pero cada día, cuando leo y escucho sobre Cuba, o mejor, sobre las acciones tomadas por su gobierno, me da la impresión de que, estoy frente a una muestra, que, si no fuera por lo triste que trae, podría ser una verdadera comedia.

He tratado de recordar y no encuentro en mis conocimientos, muestras de que un gobierno que, más allá de sus postulados teóricos, porque sabemos que se puede decir una cosa y hacer otra, pueda cambiar tanto constantemente, siempre en busca de permanecer, tal como lo hace el gobierno cubano, antes representado por Fidel, luego por Raúl como transición y ahora por el presidente Canel.

Ahora para fin de año se da la noticia de que el gobierno cubano organiza y estimula para el 2020 un nuevo dialogo, o sea, una nueva reunión con los cubanos que viven fuera de Cuba, en casi todos los rincones de este planeta. Frente a esa idea, aparentemente importante y necesaria, no sé si creer o no, reírme o llorar. La idea, como muchas otras teóricas y públicas, es, no sólo linda, sino sentimentalmente agradable. Atrae. Es precisamente lo que cualquier gobierno moderno haría o hace con esa parte de hijos que viven “voluntariamente” fuera del territorio llamado patria, representado oficialmente por el Estado y el propio gobierno en cuestión. Entonces como soy parte de esos hijos, me he puesto a pensar en lo bueno y malo de este llamado “dialogo”.

Primero recorramos algunos de los ejemplos, no inventados por mí, sino los más conocidos donde se dijo y se hizo algo y luego se cambió sin previo aviso, cambio estimulado sólo por la conveniencia de cada momento en cuestión. Hechos más que estudiados, que hoy no se puede decir que no se conocen, porque los protagonistas, salvo algunas muy pocas excepciones y cambios, son los mismos.


  1. Muy al principio, muchos religiosos, especialmente católicos, fueron expulsados de sus trabajos y centros de estudios, muchos fueron sancionados a privación de libertad por considerárseles enemigos de la revolución, años después, por necesidad de crecimiento y fortalecimiento internos, fueron aceptados dentro, nada más y nada menos, que las filas del Partido Comunista. Se podía creer en Dios o en los dioses, se podría estar a favor de la fe y al mismo tiempo, estar dentro de un partido comunista lidereado por la teoría marxista leninista que considera primero la materia. Hacia falta número, los crecimientos disminuyeron, las personas, después de años de militancia, se daban de baja voluntariamente, aunque con justificaciones amorosas, que nada tenían que ver con la enemistad y por encima de todo había que mantener popularidad, después de todo Jesús Cristo podía ser considerado como “el primer revolucionario de la modernidad”.
  2. Muchos, sobre todo jóvenes, fueron repudiados e incluso reprimidos por tener los cabellos largos, los pantalones apretados, por escuchar música en inglés proveniente de Estados Unidos, Gran Bretaña, etc. La revolución nombró problemas ideológicos el querer parecerse a las corrientes de amor libre, pacifistas, contra la burocracia, etc., que recorrían el mundo. Años después escuchamos a Fidel decir que él y John Lennon tenían muchas cosas en común y que a él le hubiera gustado conocerlo personalmente. Fidel y Lennon eran luchadores.
  3. A partir de políticas distorsionadas de ambas orillas, la familia cubana quedó partida, quedó separada. Se llevó a nivel de traición el comunicarse con aquellos familiares que abandonaron Cuba. Se cuestionó y se denunció a aquellos que mantenían relaciones con el extranjero, a cambio de perderlo todo en Cuba, o sea, trabajo, estudios, etc. Años después frente a las cámaras de televisión, una anciana española en España, familia cercana de Fidel Castro, dijo que el Comandante nunca había dejado de tener relaciones con su familia en España, tenían una comunicación sistemática y frecuente. No sólo se comunicaban, sino que se conocían bien. El hoy difunto hijo del hoy difunto Fidel, cuya madre se radicó fuera de Cuba, nunca dejó de mantener relaciones con su madre, incluso ella lo visitaba autorizadamente en La Habana. Evidentemente había familias más importantes que otras.
  4. Muchos cubanos fueron sancionados a 4 años de privación de libertad por un delito que se llamó “tenencia ilegal de divisas”, a veces por tener 3 o 4 dólares encima. Un buen día, no sólo se autorizó la tenencia, sino que casi se le pidió a cada ciudadano cubano, con participación activa de los militantes, que saliera a lucharla. Una parte de los cubanos teníamos dólares en los bolsillos, muchos, miles de dólares, comprábamos en las tiendas autorizadas para esa moneda, fiestábamos y vacilábamos en dólares y otros cubanos continuaron presos por mucho menos dólares. Jamás se les pidió disculpas, menos se les pagó.
  5. Muchos crecimos escuchando sobre la desvergüenza de la prostitución de los países capitalista. Escuchamos del flagelo que significaba la venta del cuerpo por dinero. Ser prostituta era ser enemiga de la revolución. Luego, años después, hasta el propio Comandante, hablando de las bautizadas “jineteras”, las llamó las prostitutas más sanas del mundo, porque estaban atendidas por el inigualable sistema de salud cubano y al final atendían a los extranjeros, inversionistas y turistas que visitaban Cuba, lo que contribuía al ingreso de divisas convertibles. No eran prostitutas comunes, eran damas de compañía hasta revolucionarias.
  6. Que se vaya la escoria, abajo la gusanera, apátridas, gusanos, hijos de putas, traidores, fueron algunos de los adjetivos, existen más, que se utilizaron para definir peyorativamente a aquellos que dejaron Cuba para vivir mejor. Ellos dejaron de ser cubanos, dejaron de ser humanos en la misma medida que se llegó a la represión física como orden. Un buen día, después de una justificación de horas de discurso frente a las cámaras, donde el gobierno se preguntó a quién se le había ocurrido lo de los mítines de repudio, porque al gobierno no se le había ocurrido y menos los había orientado, los vimos regresar, sanos y salvos, los vimos regresar y hospedarse en los hoteles que el pueblo no podía entrar, los vimos regresar y comer en los restaurantes que el pueblo no podía comer. Los vimos regresar y un poco con ese sentimiento de venganza oculta o disfrazada, los vimos consumir y andar en Cuba libremente. Los cubanos que quedaron en Cuba entonces fueron llamados por el gobierno a entender y más, a proteger y custodiar a los cubanos que venían de visita, como forma de superioridad humana. Los que visitaban venían gordos, rosados, alegres y sobre todo perfumados y encontraban a sus familiares y amigos flacos, enfermos y mal vestidos, entonces como solidaridad regalaban aquellas cosas que el sistema superior no podía proveer: pasta de diente, jabones, perfumes, bombones, papel sanitario, medicinas, etc.
  7. Desde que muchos nacimos, escuchamos sobre la superioridad del sistema socialista, lo malo y cruel del capitalismo, el salvajismo que el capital trae, la no humanidad y locuras del sistema llamado por los teóricos, inferior. Escuchamos que era preferible morir antes de ceder, entendimos algo parecido a aquello de que primero entraría un elefante por el hueco de una aguja, antes de que un rico en el mundo de los pobres. Escuchamos y repetimos acerca de la explotación del hombre por el hombre, de lo que significaba el asesino burgués. Y entonces un buen día, después de muchas horas de discurso frente a las cámaras de televisión, vimos a Cuba, como un “sacrificio doloroso”, llenarse de capitalistas inversionistas que venían a “salvar” a nuestro país. Capitalistas buenos fue la explicación y la denominación que se les dio. Capitalistas agradables, amigos, que de pronto compraron nuestras casas, se pasean en carros modernos por nuestras calles, compraron a mujeres y empleados, corrompieron a funcionarios, trabajadores, y hasta a “malanga” frente a un pueblo que seguía parado en la década del 60 viendo cómo el desarrollo le pasaba por el lado sin poder acceder a él. El capitalismo incluso dentro de Cuba era excluyente y para colmo de males, dejaba afuera a sus ciudadanos. Los burgueses explotadores en sus respectivos países aparecían como personas inmaculadas y amigas del gobierno cubano.
  8. Durante muchos años se quemó la caña. Mi padre me contó lo que significaba cortar y alzar a mano, caña quemada. Una locura. Luego, la misma persona que dio la orden, cuando se demostró que la caña quemada, además de otros problemas dañinos, generaba una pérdida sustancial de azúcar, frente a las cámaras de televisión, después de largas horas de muela, se preguntó que: _¿A quién se le había ocurrido quemar la caña en Cuba? Pregunta a la que todos los presentes, se miraron y por supuesto jamás encontraron a ese “fantasma” culpable. La caña se había quemado ella sola por decisión propia, tal como pasó con Hatuey que no fue quemado vivo, sino que se suicidó por problemas personales.
  9. Se metió en Panamá y se apoyó a Noriega, se le dio armas, se le vio visitar Cuba con frecuencia y amistad. Cuando los norteamericanos fueron a buscarlo y lo sacaron de allí a patadas, se declaró que no sabían nada de lo que el “amigo” estaba metido, más aún, se dejó de mencionarlo para evitar que internacionalmente se involucrara al gobierno más de lo que ya estaba involucrado.
  10. Se apoyó a Saddam Hussein, él viajó a Cuba, se enviaron médicos especiales para que lo atendieran. Hussein nombró calles con nombre de médico cubano como agradecimiento y regaló automóviles de lujo, comimos dátiles iraquíes, se olvidó o no se hecho a ver que el “amigo” era un torturador, dictador y asesino en masa de su propia población por sólo oponerse a su mandato. Cuando los norteamericanos lo sacaron de la cloaca donde se encondió como una rata para escapar, se hicieron declaraciones públicas en contra de la injerencia extranjera en Irak.
  11. Se llamó traidores a los soviéticos cuando ellos solos, decidieron eliminar de su país al gobierno comunista, sin que esto tuviera que ver con el gobierno de Cuba. Se habló del desmerengamiento del comunismo en Europa y se les declaró la guerra en los escenarios públicos. Suspendieron las revistas Sputnik y todas las que el pueblo leía durante los años que pertenecimos al bloque socialista, cuando en ninguna de ellas se hablaba del gobierno cubano. Se olvidó en ese momento todo lo que durante décadas esos soviéticos y su campo socialista apoyaron a Cuba, mantuvieron, donaron, regalaron, obsequiaron, etc., en todos y cada uno de los aspectos de la vida del y para el pueblo cubano. Hoy los rusos regresan a invertir y hacer negocios con el gobierno cubano. El pueblo de antes y el de hoy, sólo observa sin poder decidir nada. Amigos, luego enemigos, ahora de nuevo amigos, es como para volverse loco.
  12. Tan pronto los chinos sacaron los tanques y le pasaron por encima a jóvenes civiles que se manifestaban pacíficamente, evento más que demostrado, el gobierno de Cuba fue de los pocos, si mal no recuerdo sólo hubo tres, en enviar una felicitación al partido comunista chino por la solución de eliminar a los contras revolucionarios que querían cambiar la situación china. Los mismos chinos o gobierno que años antes por las criticas despiadadas y públicas habían sido abochornados en la Plaza de la Revolución, de la cual se vieron obligados a retirarse como orgullo frente a las ofensas. ¿Los chinos son malos o buenos?, ¿El gobierno chino, que por un lado exhibe un gran desarrollo económico en determinados renglones y polos de su territorio, pero al mismo tiempo mantiene a una gran parte de su población aún en límites con la miseria, es el ejemplo a seguir?
  13. Recientemente el gobierno envió aviones de guerra y armamento escondidos debajo de sacos de azúcar, sin estar declarados, o sea, como tráfico, al gobierno de Corea del Norte. Cuando fueron detectados como contrabando, como toda mercancía no declarada, se dijo para el exterior que eran aviones viejos que se enviaban a los coreanos para que lo repararan o utilizaran como piezas de repuesto. ¿Piezas y partes de aviones no declaradas, escondidas debajo de un cargamento de sacos de azúcar?, ¿Solidaridad revolucionaria?  
  14. Se mandó o apoyo al Che para su “aventura” en Bolivia, creo que, aprovechando las ganas del guerrillero de irse de Cuba, cuando con sólo ver a dónde pensaba ir a parar, es fácil entender que era imposible hacer, no una revolución, sino absolutamente nada. Lo enviaron sin apoyo, los contactos fallaron, nadie lo conocía allí y los méritos acumulados en su hoja de revolucionario no funcionaban en Bolivia, se le cambio el lugar a última hora y cuando el mambo se puso feo, cuando se dijo internacionalmente que era una misión cubana, se dejó de comunicarse con él, las comunicaciones con La Habana quedaron interrumpidas. Sospechoso. ¿Lo apoyaron en su idea de extender la revolución por toda Latinoamérica o lo apoyaron en su locura para de una vez salir de él?, ¿La carta que se dice que el Che dejó era privada para Fidel o era para que él la leyera para el pueblo cubano y el mundo entero, cosa que, obviamente, al segundo le traía reconocimiento, aceptación y, sobre todo, lo declaraba no culpable?
  15. Un buen día, los cubanos pueblo, descubrimos que muchos de nuestros héroes, de nuestros grandes militares especiales y por qué no, muchos intocables, que vivían “extrañamente” diría un ciudadano común con inmensa inmunidad e incluso licencia para matar, eran narcotraficantes internacionales y que el gobierno se enteraba a la misma vez que el pueblo, porque no sabía nada. Esos intocables movían aeropuertos y aviones, barcos, almacenes en varios puntos del territorio nacional, movían a muchas personas como subordinados que los apoyaban totalmente porque entendían que eran misiones de gobiernos autorizadas por el “mando superior”, sacaban muchachas jóvenes legalmente, o sea, pasaporte, VISAS, pasajes, para fiestas personales de fines de semanas en otros países y las devolvían irónicamente con medallas de internacionalismo por los “servicios prestados”, las mismas medallas que ganaron nuestros padres en años de guerras o servicios en el exterior, vivían muchísimo por encima de las posibilidades reales del pueblo socialista, pueblo que jamás pudo cuestionarlos y que todo esto que era público y conocido, todo esto que era un gigante enorme, el gobierno cubano, sus principales líderes, inmaduro, ingenuo, bonachones, confiados, engañados de las buenas voluntades, no sabía nada. Escuchamos primero de sancionarlos salvándoles la vida como quería el pueblo, escuchamos luego de la sanción de fusilarlos, por algo que no quedó muy bien aclarado. Elemental Watson, si el gobierno sabía, es culpable, pero si el gobierno no sabía, es culpable igual. ¿Cómo pudo escapar ileso el gobierno de tales problemas?
  16. Se organizó la visita de Obama a Cuba y el concierto de los Rolling Stone casi paralelamente, con muy amplia, amplísima expectativa del pueblo y una, por lo menos, aparente aprobación y contentura del gobierno. Obama, primer presidente norteamericano en años que visitaba Cuba, negro de raza. Los Stone, una de las bandas más importantes del rock y la música mundial de toda la historia. El primero prometió cambios de la política norteamericana hacia Cuba, los segundos rompían el estigma de Cuba territorio bloqueado para el rock, se reunían con su público, con muchos de sus seguidores silenciosos en estos últimos 60 años. Obama y los Rolling Stone cumplieron, se portaron bien y dieron lo que estaba acordado, pero inmediatamente después que salieron, Obama fue desprestigiado, tildado de desconocer la historia de Cuba y punto menos que presidentucho, el concierto de los Rolling Stone fue catalogado oficialmente por los medios de comunicación, como un concierto diabólico.
  17. Hace muy poco el presidente actual cubano, por un lado, habla de la familia cubana, del apoyo que necesita del exterior, de la intención de escuchar a la emigración que puede enviar dinero a Cuba, de la necesidad de que los cubanos viajemos a ver a los nuestros dentro de la isla o a disfrutar como turistas de la isla que nunca tuvimos como residentes e incluso, lo que resulta no sólo inconcebible sino descarado, del derecho que tienen los ciudadanos norteamericanos a viajar de turismo a Cuba y paralelamente ese mismo personaje llama a la emigración cubana, regada por todo el mundo, mal parida, traidora, asesina, comprada, etc. Paralelamente el precio de un pasaporte cubanos es mayor que el pago anticipado para comprar un carro o una casa aquí en Estados Unidos tiene el emigrante que ser autorizados para viajar a Cuba e incluso siendo autorizado puede correr el riesgo de aparecer, no sé sabe exactamente por qué, ni desde cuándo, menos hasta cuándo, en una lista de “regulados” que imposibilita a entrar. Se puede enviar dinero, más todo lo demás, pero se tiene que esperar por permisos especiales, se puede participar opinando, pero no se tiene voto para las decisiones. Se va a escuchar hasta donde convenga, pero cuando no convenga, pues se levantarán, se dirá que las ideas son extemporáneas o están fuera de contexto o la sacrosanta idea mágica de que “este no es el marco para hacer ese planteamiento. Se escuchará cuando convenga, cuando no convenga, pues dirán que son enemigos y que están pagados por la CIA o la todavía llamada “gusanera” de Miami.
  18. Más recientemente hemos visto al presidente Canel irse de viaje por varios países en busca de apoyo a su gobierno. Visita obligatoria México. Hemos escuchado lo del interés por el cubano de a pie y esa persona no visitó, no se refirió, ni prácticamente conoció que en ese mismo momento existían 20 mil cubanos parados en el territorio mexicano frente a la frontera norteamericana sin poder moverse hacia adelante. ¿Es creíble lo del interés por el cubano pueblo?, ¿Por qué no fue allí como presidente de Cuba y se reunió con su pueblo, dándole con esto un mensaje, como mínimo de reconocimiento, sin que tuviera que apoyarlos?, ¿Por qué no envió comida, ropas, abrigos, medicamentos a esos cubanos que siendo o no revolucionarios, son parte del pueblo que él dice representar y estar interesado en reunir, defender y unir, sabiendo, porque lo tiene que saber que están pasando frío, hambre, necesidades de medicamentos y atención médica, etc.?
Estos son algunos de mis recuerdos, a pesar de mi mala memoria y mi poco conocimiento, pero no son los únicos, quizás se me olvidó aquello de que la revolución era verde como las palmas, la leche de vaca llegaría por tuberías a las esquinas, el cubano tomaría el mejor café que se produciría en el mundo y el poema de Nicolás Guillen, aquel de Tengo, vamos a ver, …, se convertiría en el programa a seguir para el bienestar del pueblo. Entonces ahora, las preguntas podrían ser: ¿Es creíble la buena intención de la nueva reunión entre gobierno y emigración?, ¿Tendríamos que creer en que, ahora en el 2020, un nuevo dialogo será real y terminará por beneficiar equilibradamente a ambas partes?

No sé, me inclino a pensar, según los antecedentes de que es algo puramente formal, que más que todo busca un entretenimiento para un gobierno en crisis y con pocas posibilidades de actuación, ganar tiempo para continuar en lo mismo, la garantía de la permanencia y llamar la atención a los teóricos internacionales, enviándoles un mensaje de lo bueno que es el gobierno que se comunica con sus hijos que viven fuera.

Veamos en la segunda parte de este escrito, qué puede estar pasando en este aspecto específicamente.

jueves, 19 de diciembre de 2019

Mia Campeona.


Mi madre desde Cuba me pide, en realidad me aconseja, que escriba sobre lo que ella llama “temas lindos”, o sea, menos Cuba, menos análisis de su realidad y más sobre las ardillas y la nieve de Lincoln. Ella está en Cuba y a lo mejor, leer la realidad que vive, le cansa. Entonces la complazco, aunque no hablaré de las ardillas, pues entre otras cosas, no soy biólogo y si la historia me aprieta, bien cocinadas por Martica, me las podría comer, escribiré sobre un tema de los llamados lindo.

No soy especialista en nada, pero si puedo decir que crié, junto a Martica, a nuestros hijos, entonces puedo descubrir y diferenciar. Mia tiene un futuro grande, no sólo por el apoyo que como niña tiene, sino por ella misma. Futuro grande, no significa millonaria, futuro grande significa organizado, estable, sólido, capaz de seguir, de acompañar, de guiar y ayudar a otros.

No fuimos en mi familia muy dados a los deportes de contacto practicados oficialmente. Nos dio por la música, por la albañilería, la mecánica, la plomería, la electrónica, la lectura, los grandes análisis sobre historia, política, etc. Nos fajamos como todos los cubanos, nos dimos trompadas y revolcones en la tierra. Jugamos y practicamos deportes a nivel de calle como todos los cubanos, pero no nos dio por irnos a un local a practicar judo o karate. Mis conocimientos sobre artes marciales, tengo muchos, se concretan a las películas que veía en la pantalla de TV o cine. Ya ha dicho anteriormente que fui fanático a Bruce Lee y debo haber visto la Cámara 36 de Shaolin, como mínimo 36 veces, todavía de viejo, aquí en USA, me la volví a echar y para burla de mi hijo, podría volverla a ver de nuevo. Recuerdos de la infancia.

Sin embargo, como papá, si me incorporé con Jonathan al karate. Durante meses en mi reparto se creó un grupo de niños que quisieron practicar el deporte japonés con dos profesores que allí practicaban, entonces varias tardes a la semana, llevaba a mi hijo a un colchón que quedaba cerca de mí casa.

Jonathan, para orgullo mío, se tomó aquello muy seriamente y logró transitar por varias cintas, hasta que un buen día, ahora no recuerdo exactamente la causa, dejó de ir, creo que, porque la opción del espacio se acabó y no se pudo conseguir otro. Me gustaba ver a mi hijo practicando karate darse golpes técnicos con otro niño y disfrutaba yo, sentado o asomado por una ventana, verlo sudar copiosamente, el espacio tenía techo de fibrocemento y el clima en Cuba es muy caliente, así que a lo mejor nunca llegaba a ser buen karateca, pero lo de sudar estaba garantizado. Me gustaba ver los avances y sus logros, me gustaba verlo tirar patadas o parado en kiba dachi hasta que las piernas y muslos le temblaban y no podían sostenerlo. Recuerdo que se ponía rojo como un tomate.



Ahora, veo a mi nieta de 7 años, linda, rubita, cariñosa y dulce, practicando Taekwondo y como abuelo me siento orgullosísimo, pues me recuerda a cuando Jonathan fue niño y doy mucho mérito a sus padres, sobre todo a su papá Yordan, por motivar, apoyar, enseñar y practicar con Mía casi diariamente.

El Taekwondo coreano, como deporte oficial internacional es bastante nuevo, pero como todo en Asia, tiene sus orígenes en el año 50 D.C., o sea, hace muchísimos años. Es un deporte que se caracteriza por el amplio uso de técnicas de piernas y patadas, haciéndolas especiales por su rapidez y precisión, que parece son mucho más variadas que en el resto de las artes marciales, además de los golpes con los puños y las manos abiertas. Según los coreanos, donde existen dos escuelas principales, la práctica utiliza el uso de la respiración y la conciencia física y emocional, interna y externa, adquirida por la meditación, de donde lo importante no es el triunfo, sino el dominio del arte marcial. Todo muy asiático.

Podría parecer fácil, pero no lo es. Si algún problema tenemos hoy día, al menos aquí, que es lo que veo, es el olvido de muchos papás sobre sus hijos. Los niños existen, muchos, porque a sus papás no les queda más remedio, pero más nada. Transitan muchos, olvidados, frente a pantallas de televisión, tables o celulares la mayor parte del tiempo. Viven, muchos, trancados en sus cuartos incomunicados de la realidad que los rodea. Viven en soledad, complaciendo a sus padres en portarse bien, viviendo, muchas veces, en mundos irreales de esos que se viven a través de los videos juegos.

Es común escuchar a padres decir: _el niño está bien, ahí anda trancado en su cuarto jugando con el table. Para que los niños se porten bien, le entregamos nuestra mejor oferta, el celular. A los papás se les ha olvidado jugar, enseñar, compartir ideas y trabajos, compartir maldades, regañar oportunamente y reconocer oportunamente y sólo nos complace en nombrarlos “especiales” en las redes sociales. La mayor parte de las veces las acciones se concretan al regaño y al olvido. Los papás están muy cansados y ocupados en sus propias ideas, lo que termina muchas veces en una posición egoísta e inmadura, o sea, quiero ser papá, pero no puedo dejar de quererme a mí mismo. Quiero ser papá, pero no puedo emplear tiempo en los niños, porque tengo que estudiar, trabajar o dedicar mi tiempo libre a mis músculos y belleza corporal. Quiero ser papá, pero necesito mi espacio. Los niños están bien, tienen juguetes, galleticas, cereales y 300 canales de TV, incluyendo los pornográficos para entretenerse solos. Quiero ser papá, pero necesito dormir hasta las 2 de la tarde, estoy muy cansado y estresado.

Ser papá entonces, desde que se inventó la categoría, es otra cosa. En las tribus antiguas, los papás llevaban a sus hijos y los enseñaban a cazar osos, mamut, leones o ballenas, para graduarlos de hombres, todavía hoy en algunas tribus africanas y los esquimales practican esa tradición. Ser papá significa, nada más y nada menos que no tener espacio, ni tiempo, ni vida privada, ni ocupaciones y atenciones por encima de los hijos. Los papás no tienen libertad una vez que paren. Para mantener la libertad, el no compromiso, el tiempo libre, para poder dormir hasta el mediodía, para tener todas las noches libres, hay sencillamente que usar muchos condones y evitar a todo costo que un espermatozoide fecunde a un óvulo. Es mejor, más sencillo, aunque también tiene sus complejidades, tener un pececito dentro de una pecera.

Entonces valoro a Jennifer y a Yordan, no como mi familia, sino como padres. Mía, mi nieta, también conoce de pantallas, es imposible nacida aquí sustraerla 100% de la modernidad y tecnología, porque nadie ha dicho que ver muñequitos o una película hace daño. Mía juega por momentos sola, los psicólogos dicen que es una de las mejores formas de desarrollar en el niño el intelecto, la imaginación, la solución al aburrimiento, la búsqueda de soluciones, etc., pero paralelamente tiene a dos personas que la han declarado VIP, o sea, todo lo demás que existe, viene después de ella.


Entonces, entre otras cosas, Yordan que, si es de esas personas que necesita hacer deporte todos los días, es el máximo encargado de, en ese llamado tiempo libre, llevar, apoyar, esperar, etc., a Mia a sus clases de deporte coreano. Es más, es el entrenador personal que Mia tiene en la casa para practicar.

El deporte, sobre todo en equipo, es muy bueno, sobre todo aquí donde una gran parte de los niños viven como ya describí, en soledad.

Los entretiene sanamente y aparta de la bobería y de las grandes cantidades de comidas llamadas “chatarras”, porque grandes problema tienen los países como Estados Unidos, donde los niños son grandes consumidores de comidas rápidas, veneno, donde muchísimos están muy pasados de peso y donde incluso existen miles de casos, lo que antes era poco frecuente, de niños diabéticos y con altos niveles de colesterol, además de otras enfermedades ocasionadas por el excesivo consumo y la poca actividad física.

Luego los disciplina, en la misma medida que tienen un entrenador que no es su familia que les exige, les crea horarios, les pide esfuerzos, cumplimiento de planes y técnicas, etc., o sea, los hace fuertes y organizados.

El asistir al deporte oficialmente, los sociabiliza, aspecto de vital importancia para la vida solitaria que muchos llevan frente a pantallas electrónicas. Los hace compartir con otros niños, de diferentes edades, tamaños, orígenes, etc., lo que hace que crezcan sin considerarse reyes o princesas especiales. Por momentos hay que vencer, en otros hay que ceder. La sociabilización enseña a negociar.

Si es de contacto el deporte, pues aprenderán, no a atacar según dice la teoría, pero si a defenderse, en la misma medida que el deporte crea seguridad, independencia, y sobre todo enseña a que nadie, mañana, te pueda, como decimos en buen cubano, “meter el pie”. Hay que ser noble, calmado, pero en un momento agresivo como muchos vivimos, es bueno poder sacar las manos y los pies, para, por lo menos, paralizar al agresor. Creo que lo de la seguridad en uno mismo es fundamental, veo a mi alrededor a una enorme cantidad de inseguros que mete miedo, que a veces me pregunto, cómo han llegado hasta aquí.

El deporte, en medio del sacrificio, divierte y hermana. Dicen que Martí dijo: “Subir montañas hermana hombres”. Es cierto. Está probado que, si existe algo que une a las personas, si existe algo que crea uniones irrompibles son las acciones de compartir labores manuales, visiones, pasar trabajos y necesidades, compartir soluciones, incluso las que pueden resultar inimaginables en momentos normales. Pensar en equipo, pensar en nosotros y luchar para lograr el objetivo, hace a las personas más sensibles y más comprometidas.

Claro, puede haber riesgos, sobre todo cuando se trata del físico, siempre los hay. Puede existir un mal golpe no intencional. Recuerdo cuando niño, regresando de la escuela primaria, jugando con mi hermano Iván 4 años menor que yo, de una patada le saqué un diente de arriba, que por suerte era aún de leche y gracias a eso no me mataron cuando llegué a mi casa. Puede haber una lesión, pero, al final de la vida, existen muchísimos otros riesgos que corremos todos los días, muchos riesgos no del físico, sino del alma. Dejemos de proteger excesivamente a nuestros príncipes y princesas y los haremos más fuertes para mañana.

Mia hoy está contenta y se toma, apoyada siempre por sus papás, lo del Taekwondo en serio. A lo mejor mañana cambia, es más que posible, seguro, porque otros intereses aparecerán en su vida, aunque no se puede desconocer que los campeones que vemos ganar medallas comenzaron desde muy chicos, pero lo que está haciendo hoy, no sólo le mejorará el cuerpo, haciéndola incluso inmune al dolor, sino que le fortalecerá el cerebro y es ese precisamente el mayor beneficio para el futuro.

Aquí les dejo las fotos para que vean que lo que cuento no es mentira.