martes, 27 de diciembre de 2022

472.- "No sé qué diría el nunca bien reconocido "Don Carlos Manuel"". El Terrible.

El Terrible, que no se enamoró y fue a vivir a España y que tampoco ha venido a Estados Unidos cruzando selvas y caminando por toda Centro América, me escribe. El Terrible sigue en Cuba y como cubano de a pie, vive o  mejor padece diariamente, la inexplicable e injustificable situación de nuestro país.

A veces, por no decir siempre, mientras escribo pienso en él, quizás como solidaridad, quizás como lamento o sabiendo que leerá cuidadosamente mis ideas y siempre aportará a ellas su mejor conocimiento.

Es lindo nuestro intercambio, pero a su vez doloroso. Más allá de la total coincidencia en nuestras ideas, su realidad, sin merecerla, es muy diferente a la mía. Más allá de la total coincidencia, sus afirmaciones no sólo enriquecen lo que escribo, sino que le dan un verdadero sentido. 

El Terrible me halaga y eso, debo reconocerlo, me hace sentir bien. Podría pensarse que a mí me resulta muy fácil, sentado en mi cómoda silla, escribir sobre Cuba, pero qué se puede decir de El Terrible, que ni comodidad, ni casi silla tiene.

Aquí les dejo textualmente lo que me contó a propósito de mi último artículo:

“No puedo agregar ni una sola coma a tú artículo sobre Canel. Es impresionante como sigues conectado con la realidad de Cuba a pesar de estar lejos desde hace muchos años. Coincido con cada una de tus ideas, sólo en un país como Cuba puede ser presidente un tipo como Canel. Es verdad que todo está peor desde que él "asumió esa tarea" y no podía ser de otra manera. Es sólo un payaso puesto para dar la cara y complacer los mandatos de la cúpula gobernante.

Cuba sigue siendo y ahora más que nunca, un completo desastre. Ahora lo mandan por el mundo a pedir limosnas en nombre del pueblo trabajador, bloqueado y asediado. De su última "gira" por Rusia recibirán 25.000 toneladas de trigo regaladas a cambio de nuestra famosa cercanía física con USA.

¿Por qué tenemos que vivir de lo que otros nos "regalan" a cambio de concesiones como el gastado voto en ONU ????? No sé qué diría el nunca bien reconocido "Don Carlos Manuel" de lo que pasa hoy en Cuba bajo un sistema que destruye lo más distintivo del ser humano sí le dijeran que los cubanos de hoy estamos pagando 150 pesos por una libra de azúcar. (en la calle, robada) y que ahora endulzamos como en la manigua del siglo XIX con miel de abeja, producto que hasta dónde sé no está castigado por el férreo bloqueo y que además depende solamente de nuestras mejores amiguitas las laboriosas abejitas.

El capitalismo surgió a partir del feudalismo y pienso está muy lejos de ser un sistema justo que puede mejorar en el futuro, pero el comunismo, bajo la apariencia de justicia social, convierte al ser humano en cucarachas incapaces de generar bienestar verdadero, ni prosperidad sostenible.

Claro que a Canel le ha salido todo mal porque no puede ser de otra manera y pasará a la historia como el peor de todos los presidentes de este país que está condenado al fracaso absoluto. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡En la asamblea de Lazo y sus muchos parásitos, acaban de aprobar una nueva ley de EXPROPIACIÓN !!!!!!!! y me pregunto: ¿Cuál es el verdadero propósito de esa ley y por qué ahora???? El pueblo está tan ocupado tratando de sobrevivir que no prestó atención a ese tema. La nueva ley fue aprobada y aplaudida por unanimidad, (como todas), pero ¿qué implicaciones puede tener en la vida de los cubanos en el futuro???

Ayer Mesa Redonda hablando de los grandes logros de la agricultura urbana, según dijeron una idea de Raúl. ¿Cómo en medio del hambre y altos precios que imperan en un país repleto de tierras fértiles subutilizadas, a alguien se le puede ocurrir esa mediocre idea???? Los capaces sólo piensan en salir de Cuba y los mediocres y oportunistas ocupan esos espacios dónde se toman las decisiones, es imposible cambiar el rumbo de los acontecimientos. ¿Cómo un país pudo permitir que un sólo hombre, (loco y el más sínico), cambiara el destino de un país para complacer su inagotable e intangible ego y todo bajo la justificación de alcanzar la pretendida igualdad???? La vida nos está castigando y las futuras generaciones tendrán que pagar por vivir en un país desbastado por la miseria y el atraso.

Seguimos en combate. Besos.


lunes, 26 de diciembre de 2022

471- Papel triste de Miguel Díaz Canel, el que dicen es presidente de Cuba.

Mucho había demorado en escribir este pequeño artículo, trabajos y fiestas me lo habían impedido, pero como ya todo eso va pasando, le dedico al tema importante Cuba, algunas ideas.

En su última intervención pública ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, (parlamento al estilo cubano, aburrido, inoperante, aplaudidor), el presidente de Cuba Miguel Díaz Canel se “motivo” a rendir cuentas sobre su gestión de gobierno, al cual él mismo ha definido como “Continuidad”, tratando un poco, ante la desaprobación mayoritaria de la población, de legitimarlo desde el punto de vista político – ideológico únicamente.

Su informe o el informe del resultado de su gestión, estuvo precedido por un traje gris y una camisa negra de rayas grises, tal pareciera que estuviera vestido para asistir a un funeral o quizás a su propio funeral. En realidad, si esto fuera serio, debía estar asistiendo a lo segundo. Su gestión ha sido, tan, pero tan mala, que no sólo necesitaría renunciar, sino que resolvería de una vez, siendo cuidadoso al darse un tiro, creo que con un tiro bien dado es suficiente y así no le gastaría muchas balas a su patrocinador Raúl Castro y al ejército cubano que el hermano de Esteban, de seguro, todavía dirige.

Buena forma de traducir su real estado de ánimo, al tenerse que parar frente a los llamados diputados, que son los mismos, que están allí para aplaudir y hacer bulto, porque en realidad jamás han resuelto nada y por la estructura de gobierno cubano, jamás resolverán nada y, sobre todo, frente a una gran parte del pueblo que lo reconoce como “Puesto a Dedo” y “Díaz Canel Singa´o”, demostrándole, por un lado, el irrespeto y por otro, la desaprobación que le tiene.

Pararse frente a ese pueblo, que ha dado miles de muestras de nobleza, para reconocer que su famosa “Continuidad”, sólo ha servido para hundir a Cuba entera, lograr que sea reconocida como un Estado Fallido y que los números de una emigración desesperada hayan roto todos los récords existentes en estos últimos 63 años, con más de 250 000 personas de todas las edades, colores y sexos, incluso muchos con sus perritos, debe ser muy duro o descarado.

Realmente, después de muchos años ya de análisis e implementación de “nuevas medidas”, sobre las otras nuevas medidas que no funcionaron, desde el acostumbrado poder absoluto, al menos de forma pública, han destruido tanto, que el mismísimo Fidel Castro, que se debió haber considerado el máximo destructor, de estar vivo, se debería sentir superado.

Como siempre, la repetida introducción del momento histórico malísimo que le ha tocado, donde una vez más, Estados Unidos y el más que famosísimo “bloqueo”, ganador en estos últimos 63 años del premio Oscar, tuvieron, no sólo un papel, sino el papel protagónico. Cuba, país asediado, bloqueado, atacado, estrujado, martillado, etc., por la potencia más rica del mundo, lo que ha impedido el desarrollo que él, Díaz Canel y su equipo, como nuevos inventores de la sopa de ajo, tenían muy bien estructurado para salvar en pocos años a Cuba, causante externa de que, en Cuba, la tierra, ni boniato produzca.

El “bloqueo” por un lado, como nota de tristeza. Maniobra del enemigo eterno como “un cerco criminal e inaceptable” al decir de Canel, que nos quiere hacer desaparecer, acción que nos convierte en eternos enemigos, pero al mismo tiempo el anuncio muy flojito, muy suavecito de que el gobierno de Cuba está interesado en “conversar” y sobre todo recibir ayudas. Para mí gran contradicción, primero enemigo que quiere que Cuba desaparezca, que agrede y ataca y al mismo tiempo brinda ayuda que el gobierno cubano, ni por vergüenza ha sido capaz de rechazar, por el contrario, ha agradecido en más de una ocasión. ¿Es que una cosa no tiene que ver con la otra? Enemigo jurado y obviamente la mayor parte del tiempo inventado, que ha tenido a ese pueblo en alerta de guerra por más de seis décadas, causante de todos y cada uno de nuestros males y al mismo tiempo, suministrador de comidas, medicinas, tecnologías, etc., y poseedor de dos millones de inmigrantes cubanos que, a pesar de todos los pesares, incluso sin poder realmente, durante todos estos años, han ayudado a mantener, con sus remesas de dinero y envíos de todo lo enviable, más sus viajes a “la tierra” a ese gobierno, que luego de haberlos agredido, maltratado, vilipendiado, echado, descubrió los beneficios de vivir de los que un día “se fueron”.

Después de esta repetitiva, pero necesaria introducción del mal momento, que sirvió al parlamento como entrante, Canel trajo el plato fuerte cuando afirmó:

“Siento una enorme insatisfacción por no haber sido capaz de lograr desde la conducción del país los resultados que necesita el pueblo cubano para alcanzar la anhelada y esperada prosperidad”.

Inmediatamente pensé, lo que viene ahora es su renuncia, la honestidad para decir, no pude, no voy a poder y dejo esto para que otro, quizás más joven, quizás mejor preparado, quizás con más apoyo y menos lastre, quizás más arriesgado y menos comprometido, lo eche para adelante, pero no, sólo una dulce y conmovedora autocrítica, de esas que hemos visto por muchos años, carita de melancolía, hablar nervioso y más nada y no pasa más nada. Todo seguimos igualito a como estamos.

Pero lo más llamativo, ridículo e incomprensible es que el tipo esté diciendo que la cagó y los parlamentarios masivamente se levanten a aplaudir, lo que tiende a confundir. ¿Están aplaudiendo la dulce autocritica sabiendo que no pasará nada y que al bajar el telón todo continuará igual o es que están reconociendo con sus aplausos que el presidente no ha sido capaz de lograr los resultados que necesita el pueblo? Esto último, no sería para aplaudir, sino para abuchear prolongadamente.

Díaz Canel, en busca de lástima, no es otra cosa, habla de “anhelada y esperada prosperidad”; pero, cómo se puede ser tan descarado para mencionar la palabra prosperidad, cuando la gente se está matando fuera de una tienda para conseguir algo de comida, muriendo por falta de atención médica y medicamentos y nuevamente la familia ha visto partir, ha despedido o ha partido a través del mar, selvas y caminado cuatro, cinco o más meses por tierras desconocidas, a sus cubanos.

Es un mentiroso, cuando da la impresión de que la prosperidad del pueblo ha sido el eje conductor de su gobierno, cuando lo que ha pasado en realidad es el olvido total. Cuba, nunca ha estado peor, los niveles de satisfacción son menos que los elementales en la mayor parte del mundo y la prosperidad es una palabra que el cubano promedio sueña con conseguirla y siente que la ha conseguido cuando precisamente ha salido de Cuba, aunque trabaje limpiando piso en un hogar de ancianos o en un matadero de cerdos.

¿Cómo se puede aplaudir, lo que significa aprobar, que el presidente diga, aunque lo diga muy dulcemente que después de muchos años de su único gobierno no ha resulto nada y peor, que todo está más malo que cuando él llegó?, ¿Cómo es que después de esa declaración, que todos sabemos, no venga aquello de: _ pongo a disposición de este mismo parlamente que me aplaude sin yo saber por qué, mi cargo de presidente y todos los demás cargos que tengo?

Todo un plato fuerte crudo, mal elaborado, que significa una vez más lo que siempre ha pasado, la manipulación. Una pequeña autocritica autorizada por todas las instancias obviamente, Canel es incapaz de apartarse del papel que lee, ni para mirar al público que lo escucha en vivo o por la cámara de TV, con la que se pretende ahora dar imagen de honestidad, de sacrificio, de entrega “revolucionaria”, de que como “Continuidad” hace lo mismo que Fidel, al que le fue muy fácil siempre cagarla y luego reconocer que la cagó, bajo los aplausos de los aplaudidores y continuar el camino para luego volverla a cagar sabiendo que los aplaudidores siempre lo perdonarían, respaldarían y aprobarían sus desastrosos resultados. ¿Qué fácil la tiene el gobierno de Cuba? Si es cierto, no obtienen ya ni los mínimos resultados, Cuba, isla bella del Caribe importa sal, pero saben que no pasa nada, todo se resuelve con un discursito apenado, melancólico y luego a las langostas y el buen vino.

Para el final, después de los aplausos que ni él mismo pudo entender, Canel nos presenta su postre:

“El 2023 debe ser un año mejor, pero lograrlo demanda más que un plan integral, exige sacudir la inercia, desterrar el burocratismo, quitar más trabas y superar la auto complacencia”

O sea, Canel esta mencionando las precisas causas que desde hace muchos años han logrado lo que hoy tenemos, pero se le olvidó decir que hablaba de ellos mismos, que han sido los únicos que han generado todos estos problemas. Los cubanos desde el propio año 1959 hemos estado esperando a ese año que viene, que va a ser mejor y así hemos llegado al 2023, donde ahora sí, el presidente nos augura que va a ser mejor otra vez.

El discurso de Canel, su postre, es como si él y su grupo, es como si Raúl, Fidel, todos los burócratas en el poder, todos los ideólogos del único partido que ha existido, cuyo “sacrifico revolucionario” les ha permitido vivir a nivel de la gran burguesía mundial, hubieran llegado ayer y le están encontrando los problemas a los anteriores, sin reconocer que los anteriores y los anteriores a esos anteriores, han sido ellos mismos.

Canel tendría, por pudor, que mencionar a todos aquellos, hoy muertos, o que están fuera de Cuba o que están muriendo defraudados dentro de ella, que desde hace 60 años han hablado y están hablando de “sacudir la inercia, desterrar el burocratismo, quitar más trabas” y nada más y nada menos que, “superar la auto complacencia”. Tendría que proponer una medalla para aquellos que desde hace décadas lo vieron venir y lo advirtieron. La auto complacencia ha sido la verdadera guía ideológica en Cuba.

Sólo le faltó decir, antes del disparo que debía darse, _ la causa hemos sido y somos nosotros. La causa ya la describieron aquellos “gusanos” que se fueron, somos nosotros, no busquen a otros culpables. Nuestro objetivo, al menos el oculto, está cumplido, hemos sido capaces de destruir a un país entero.

Pero como la base de todo el gobierno cubano es el descaro, es saber que se está mal, pero decir que se está bien, que hay logros que nadie ve, pero hay logros, etc., el gobierno de Canel, siguiendo a sus antecesores, crea falsas imágenes. Ahora se habla de “Resistencia Creativa”, algo así, regresando en el tiempo, como pedirle al esclavo, que se sabe esclavo y que no puede hacer más nada para cambiar su status, que haga poemas, que cree música, que busque nuevas formas y medicinas para curar las heridas de los latigazos, que optimice más su jornada laboral para que su trabajo sea más productivo, que coma menos para disminuir los gastos del esclavista y que se dedique a hacer hijos para aumentar la población esclava. Entonces por esa vía, por esa conclusión del gobierno cubano, la esclavitud no era tan mala, sólo que fue poco creativa.

La “Resistencia Creativa” es como pretender que al perro que tienes amarrado con una cadena por el cuello, expuesto al Sol, al que no le das comida, ni agua, al que le das con un palo todo el día, que está lleno de llagas sangrantes, te de la pata como símbolo de amistad, amor y agradecimiento. Sería absurdo, sin embargo, el gobierno cubano, ahora representado por Canel confía en que sí, que, si se puede, lo que le falta al perro es creatividad.

Resistencia Creativa a un pueblo que noblemente se ha convertido en un resistente creador no para la prosperidad que se obtiene y vive, sino para sobrevivir. A un pueblo que se ha comido sus gatos, que ha fabricado casas con cartones, que camina y camina kilómetros para ir al trabajo, que anda recogiendo hojas de cualquier mata para hacer un té medicinal, que renunció a sus langostas, a sus hoteles, a sus mejores playas, que anda con ropa usada, regalada, que se conforma con recibir huesos que un día tuvieron carne, sin preguntarse a dónde fueron a parar los músculos y tejidos, que se alumbra con lo que puede conseguir, porque ni velas para los santos se consiguen con facilidad, que no duerme por falta de electricidad y porque tiene que combatir contra los mosquitos todas las noches, que se deja enyesar un brazo con dos pedazos de madera, que paga la medicina precios de Japón, que ve caerse su edificio y pierde todo lo que había adentro, incluyendo algunas veces a sus familiares, etc., un pueblo que se siente feliz cuando logra colocar a un miembro de la familia fuera de Cuba y que llora su ausencia, pero con alegría. Hay que tener la cara dura.

 

lunes, 19 de diciembre de 2022

470.- Más allá de Argentina Campeón.

Me place decir que siempre me han gustado los argentinos como pueblo. He sido toda mi vida un amante del cine argentino, el que considero uno de los mejores, sino el mejor, de nuestro continente, junto al cine brasileño y al cubano, cuando en Cuba se hacían muy buenas películas. Me enamoré de Mercedes Sosa, de su música y persona, siendo yo muy joven y con ella enamoré y fui adicto desde muy al principio a Fito Páez. Todavía hoy lo soy.

Y lo paradójico de esto hoy, es que cuando digo, a veces con cierto miedo, que me gustan los argentinos, son muy pocas personas las que me apoyan, por el contrario, casi siempre lo que he recibido es una mirada de desaprobación y entonces aparecen las miles de críticas, algunas más coherentes que otras, sobre las diferentes manifestaciones de ese pueblo.

Me gustan los argentinos, me gustan mucho. Creo que son inteligentes, al menos los que he conocido y tienen para mí un humor muy especial, que me hubiera gustado tener, mezcla de humor de muchos colores. El mejor chiste popular que los define e identifica es que dicen que cuando está relampagueando, los argentinos, o sea, ellos miran al cielo, porque Dios los está fotografiando.

Son además todo lo apasionados, irreverentes, protestones, rebeldes, cosas que hasta ese nivel me hubiera gustado ser. Son fanáticos y, sobre todo, expresivamente fanáticos, lo que viene muy bien a mi forma de ser. Sobre todo, lo de expresivamente. Suelen parecer arrogantes y prepotentes, características que a veces me gustan, a lo que ellos responden que no lo son, porque sencillamente son argentinos.

Argentina es un pueblo que ha sido jodido muchas veces, que podría ser muy rico y no lo es, además de dictaduras militares, han sido dañados por repetidas y crónicas crisis económicas, políticos extremadamente corruptos, etc., sin embargo, tiene algo que los ha salvado y unido y los salvará para siempre, su futbol, que no es cualquier futbol.

A través de ese deporte, según ellos mismos dicen, se animan y se revelan, se fajan, gritan, lloran, se unen y se desunen incluso entre ellos mismos, pero sobre todo se liberan. El futbol es su expresión más clara para rebelarse contra su realidad.

Existen muchas muestras de expresividad a través del futbol. Pueblos que cuando compiten entre ellos parece que se van a matar, antagonismos históricos. Recuerdo hace años una entrevista a un futbolista irlandés, ya retirado, que afirmaba que cuando salían a jugar contra Inglaterra, no iban a competir, ellos iban a una guerra. Así Brasil, España, Italia apoyan a sus selecciones con amor, pero para los argentinos, al parecer, el futbol es algo más que deporte.

Quizás sea algo paralelo, tan amado como la misma patria o es que a través de ese deporte demuestran lo que aman a ese pedazo de tierra donde han nacido. El futbol para el caso argentino es una manera de expresión, más allá de la variante deportiva.

Si es cierto parece que se matan entre ellos, pero cuando de unirse se trata, no conozco otro pueblo más unido. Aman a Argentina a través del futbol casi hasta la enfermedad.

Disfruto viendo a ese pueblo no sólo cuando grita, sino cuando llora apasionadamente, tal como frente a la muerte de algún familiar muy querido y siento tanto orgullo que no puedo dejar yo también de emocionarme al punto de las lágrimas. Disfruto ver incluso a los periodistas profesionales, ya no a los jugadores entendiblemente emocionados, cuando pasando por encima de sus funciones como comunicadores, echan a llorar sin pena, frente a las cámaras, lo que me dice que primero y, ante todo, son argentinos y les importa poco en ese momento lo que se pueda pensar.

Disfruto enormemente ver a los niños argentinos, tan pequeños como de 3, 4, 5 años, vistiendo con enorme orgullo las camisetas de su equipo y más allá de originales, copias o inventadas quizás por sus madres y abuelas, llevar orgullosísimos los colores de su bandera y el nombre que hoy los ha vuelto a hacer sonreír, Messi. Y no sólo vistiéndolas, sino pudiendo explicar el por qué la llevan puestas.

Hay que ver las imágenes de las ciudades en Argentina para darse cuenta de lo que para ellos el futbol significa. Hay que ver como celebran y sufren. Ambos sentimientos, como son argentinos, llevados al extremo más extremo.

Cuba fue un país de buen deporte, digamos nuestro deporte nacional, la pelota, por muchos años nos hizo sentir orgullosos, pero recuerdo que los estadios se llenaban de hombres, la mujer cubana, en sentido general, no es beisbolera. La pelota cubana era mayormente para hombres, cosa que se observaba frecuentemente en cualquier momento cuando frente a un solo televisor en la sala de cualquier casa cubana había que decidir entre la pelota y otra cualquier cosa que se ponía en el otro canal. Recuerdo lo que me burlaba de Martica cuando joven, cuando trataba yo de explicarle cómo se jugaba a la pelota, diciéndole garrafales mentiras sobre el juego, en forma de burla, que ella desconocedora total de lo que pasaba, inocentemente creía. Recuerdo haber visto a muy pocas niñas o muchachas jugando a la pelota en mi barrio, sólo recuerdo a una, se llamaba Estrellita, que jugaba pelota como cualquier varón, incluso mejor, pero no dejaba de ser un “bicho extraño”.

La mujer argentina, incluso las jovencitas, son fanáticas al futbol y asisten a él, no para aburrirse acompañando a su pareja o amigos, sino para apoyar, también fanáticamente, a su selección, tan fanáticamente como el mejor exponente del sexo opuesto.

Aunque sé que los premios, las medallas, las copas del Mundo, no se otorgan por merecimiento, me alegra que Argentina ganaran el Mundial, creo que se lo debían y, sobre todo, se lo merecían. Para este caso frente a Francia, equipo de enorme tradición y méritos, no le regalaron el juego, por el contrario, fue un juego para morir, lleno de fuertes emociones hasta el mismísimo último segundo. Argentina ganó porque fue mejor.

¿Qué decir de Messi, que ya no se haya dicho por los autorizados a decir? Creo que ahora sí, más allá de todo lo que ha hecho, podrá pasar a la historia con su bien merecido campeonato. Ahora sí, los que decían que estaba muerto, que estaba desaparecido, que si Cristiano Ronaldo, que si Neymar, que si Mbappé, etc., tendrán que sacarle su plato aparte. Ahora hablamos de un Campeón, con C mayúscula

Me seguirán gustando los argentinos.

domingo, 11 de diciembre de 2022

469.- Quien desee patria segura, que la conquiste.

El Terrible, mi colaborador, me envía un texto y una imagen, que me hacen pensar.

De la imagen no voy a hablar, ella misma se representa, sólo decir que a pesar de la aparente importancia que se le da en Cuba y lo que se repite su nombre, la propuesta es sólo interesada y a conveniencia del y para el gobierno, o sea, se toma y se deja como antojo, pero en realidad, sigue siendo desconocido en su real profundidad.

Martí, Martí, Martí, repetimos todos los cubanos, sin tan siquiera conocer su segundo apellido. Martí resulta como una especie de muletilla con la que, por una parte, desde el gobierno, se sigue pretendiendo sustentar su patriotismo, existencia y, sobre todo, su permanencia eterna y por la otra, algunos, quizás hoy muchos, tratan de repudiarlo y sustentar su inevitable desaparición.

Ambas partes, parecen desconocer que Martí vivió sólo hasta 1895 en circunstancias muy específicas, por lo que muchas de sus ideas o las que al menos dejó escritas o comentó a otros, todos sabemos que hay ideas que no se exteriorizan, hay que actualizarlas y revalidarlas hoy. 

Por momento me parece que queremos ver en Martí una especie de mago o brujo, que es más que genio, que fue capaz siempre de proponer ideas acabadas y absolutas, sin pensar en su categoría de humano, o sea, con miedos, dudas, supuestos, imaginaciones, pequeñas mentirillas, etc. No siempre es tan fácil como coger una idea, sacarla de su real general contexto y repetirla como si fuera una mayonesa que sirve lo mismo para aderezar una ensalada de vegetales, que una de coditos. Martí no es una botella de kétchup.

A veces leo a Martí o al menos lo que alguien asegura que dijo y la idea me parece que va hacia la izquierda, inmediatamente leo otra idea, que se dirige exactamente a la derecha. Izquierda y derecha en este caso no como orientación política e ideológica, sino sólo como dirección, podría haber dicho yo, hacia el este u oeste, pero me da miedo introducir confusiones.

Martí, que vivió poco tiempo en Cuba, por lo que de seguro la conocía como yo unos días pasee por Londres, que no es Inglaterra, si vivió muchos años y caminó por parte de los Estados Unidos, sólo por una parte del país donde tenía amigos, allegados y le servía para su causa, porque creo nunca anduvo por Nebraska, Iowa, Minnesota, etc., por lo que en sus textos abundan su admiración por el sistema democrático que se estaba implementando en este país, invento que como es de suponer, le sirvió de base para pensar en el sistema que deseaba para Cuba cuando fuera arrancada del dominio colonial español y sobre todo por el desarrollo económico que ya se veía venir en la Unión, con su sistema capitalista, para Martí mucho más avanzado obviamente que el sistema económico y hasta cierto punto, político social despiadado que España imponía en su patria natal.

Al mismo tiempo, se puede leer a Martí y encontrar críticas a ese mismo sistema, política y economía, que se estaba implementando, incluso con intereses extraterritoriales y se declara su enemigo con aquello de “conozco al monstruo y …” Entonces Martí, o estaba confundido y confunde o tanto escribió que no se acordaba mucho con exactitud de todas sus ideas, porque no se puede admirar tanto a un sistema político económico y al mismo tiempo la próxima semana declararse su enemigo, luego al paso de un mes sentirse acogido y agradecido. Y no es que no se pueda, sencillamente es que no se debe.

Sobre la idea, esta idea específicamente, una vez más, nuestro Apóstol tuvo razón.

Si se desea una patria segura, cosa que hoy, menos que nunca tenemos los cubanos, hay que luchar por conquistarla y luego construirla.

Ese, según he leído, fue la propuesta de aquel grupo, luego llamado “La Generación del Centenario”, presidido y lidereado por Fidel Castro, en sentido general, para entregarles a los cubanos un lugar, no solo lindo, sino sano y seguro para TODOS y para ese fin, bien vino Martí al que se nombró, muy bien escogidamente, autor intelectual.

Luego, casi desde los mismos comienzos, bajo la apariencia de ese necesitado y requerido beneficio, Martí y sus ideas se fueron olvidando, quedando sólo como tarima y dando paso a ese mismo grupo que se apoderó del poder, se consiguió aliados internacionales para sobrevivir y a golpes de migajas convenció por mucho tiempo a una parte grande de los cubanos. Los confundió, los convenció o los obligó a seguir, por todos los métodos, los inventos a la hora de gobernar.

Entonces sólo se recordó y utilizó a Martí para aquello de conquistar una patria, lo de construirla con seguridad para todos, se fue quedando rezagado y se conformaron, los del gobierno y muchísimos de los gobernados con, ocultar al propio Martí y recibir, a cambio de grandes pérdidas, incluso la de la mismísima patria, lo que el gobierno, a su conveniencia, podía “repartir”.

Lo de próspero y seguro se dejó para aquellos largos discursos, llenos de grandes promesas, se olvidó el desarrollo, se invirtió en locas ideas, que, a lo largo de estos años, sólo han logrado un país empobrecido y que empobrece.

Empobrece no la economía, no la política, que, como respuesta social, pueden cambiarse, sino que empobrece el alma de los cubanos.

Cuba puede ser un país atípico. La revolución cubana, que muy rápido tendió al comunismo o a la que se llamó como tal, ha hecho que no sólo emigraran los que habían sido afectados o estuvieron en desacuerdo, cosa entendible, sino que hoy, más que nunca, emigran los que por muchos años ayudaron a construir y mantener ese sistema, incluso de forma fanática y enfermiza.

La emigración cubana está llena de los llamados “revolucionarios y comunistas” ayer, que hoy, tal como si no pasara nada, se insertan en los diferentes países capitalistas destinos, lo mismo en Estados Unidos, en México, que, en Angola o Australia, que incluso en países tan diferente como los árabes. Lo que demuestra la gran capacidad que tenemos los cubanos para estar de acuerdo al mismo tiempo con que “crezcan los niños o que crezcan los accidentes”. ¿Cómo se puede ser furiosamente crítico y enemigo de un sistema económico, o sea, el capitalismo y luego ir a vivir voluntaria y más, felizmente dentro de él? Peor, ¿cómo se puede querer vivir engordando diariamente dentro del capitalismo y seguir defendiendo, al menos teóricamente, la idea comunista? Martí llega a confundir.

Esos emigrantes, que, sin haber ejecutado manualmente a nadie, muchas veces respaldaron que se ejecutara o incluso muchos que sí participaron respaldando enérgicamente cada una de las ideas locas y reprimieron o trataron de contener a aquellos que no lo veía igual. Esos emigrantes que prefirieron dividir a sus familias y estigmatizar a muchos de sus integrantes. Esos emigrantes de memoria corta que, frente a un helado de chocolate o un bistec, ya no quieren hablar de su pasado, tal como si no hubiera existido, que no han tenido tan siquiera la buena acción de disculparse.

Fidel fue un genio, no porque sus ideas fueran geniales, no hay uno de sus inventos que haya perdurado en el tiempo, sino y creo que fue lo más importante, fue capaz de engañar y meterse en el bolsillo a muchos cubanos, que fueron ellos solos, luego, como los apóstoles escogidos por Jesús, los que se dedicaron a propagar, difundir e imponer, sus “milagros”, que de milagros en realidad tuvieron muy poco. Fidel solo nunca hubiera podido, para satisfacer sus enfermedades del cerebro, contó con muchos de nuestros abuelos y padres, que dejaron de pensar o engañaban con que pensaban y sólo fueron partes y piezas de un mecanismo virtuosa y detalladamente diseñado.

Entonces, unos, los emigrantes que estuvimos en contra y los otros, los que estuvieron a favor y hoy huyen silenciosamente de Cuba y su gobierno, hemos perdido el alma y todos, cubrimos tal pérdida detrás de una sonrisa, porque al final nos parece muy complicado llorar, que es lo que deberíamos hacer.

Los cubanos, cada cual tiene sus ideas y justificaciones, tanto los que no, como los que sí, hemos perdido una patria, a la que tenemos incluso que pedir permiso para entrar, porque un grupo de personas se han apoderado de todos los poderes de decisión. Los cubanos, tanto los que sí, como los que no, nos hemos conformado con el lamento y con que se nos coja lástima. Esperamos que aquellos hombres libres nos entiendan y apoyen en nuestra muerte.

Si algo tuvo grande Martí, más allá de algunas de sus ideas complicadas de entender, fue que regresó y murió. Su “mejor” alumno, escogido por él mismo, Fidel, salió, no sólo regresó, sino que se las agenció para triunfar y quedarse con el trono. Los cubanos en sentido general, sobre todo los de hoy, nos conformamos con ver telenovelas, tomar cervezas y comer helados y esperar a que los “marcianos” nos resuelvan nuestros problemas, nos devuelvan lo que es nuestro, nos entreguen la patria perdida y sus destinos.

A los cubanos nos parece que somos el pueblo que más ama a su patria, error, sin embargo, nos conformamos, por impotencia, miedo, compromisos, tradiciones, etc., a que algunos nos controlen hasta, no sólo echarnos o prohibirnos entrar, si no a no poder decidir qué y cómo queremos ser.

En esa fantástica canción interpretada por Mercedes Sosa, “Sólo le pido a Dios”, parte de la letra dice:

Solo le pido a Dios

Que el engaño no me sea indiferente
Si un traidor puede más que unos cuantos
Que esos cuantos no lo olviden fácilmente

Solo le pido a Dios.

Que el futuro no me sea indiferente
Desahuciado está el que tiene que marchar
A vivir una cultura diferente.

Y es verdad, los cubanos no sólo estamos muertos del alma, sino que hemos terminado desahuciados, fingiendo felicidad, viviendo en culturas diferentes por no saber o poder defender la nuestra. Los hombres libres, como Martí los llama, no lo entienden y al menos para mí, es difícil de explicarles.

lunes, 7 de noviembre de 2022

468.- Gracias Continuidad.

Gracias Fidel. Gracias Raúl. Gracias Díaz Canel. Gracias Continuidad.

Si, gracias, Fidel, por haber hecho todo tu esfuerzo por destruir un país que cogiste funcionando en 1959. Gracias por ejercer un poder que no fue nunca moderno, ni revolucionario, menos comunista. Tu gobierno no pasó de ser un gobierno feudal, donde tú si supiste escoger muy bien el papel del señor de toda la comarca. Tu gobierno para el pueblo siempre fue una mentira. Tu poder sólo te benefició a ti mismo.

A ti Fidel, al que le entregamos contentos nuestros castillos, nuestros ríos, nuestras tierras e incluso a nuestras mujeres y nuestros hijos para que, con tu gigantesco apetito megalómano, los devorarás en tus continuos experimentos e inventos hasta casi desaparecerlos.

A ti Fidel, que un día cansado de ejercer el control absoluto, ya con los castillos destruidos, los ríos sin peces y las tierras infértiles, le pasaste el poder a el mejor heredero, tu hermano Raúl.

Tú sabías, porque lo conocías bien, que Raúl no podía, pero no te importó. El único mérito personal real de tu hermano fue seguirte incondicionalmente y repetir ciegamente todas tus ideas. Tu sabías que Raúl, en medio de su mediocridad manifiesta, no podía hilvanar una idea en dos párrafos. Gracias porque Raúl, en el poquito tiempo que ocupó tu silla ya destartalada, sólo destruyó más y claro, tal como estaba pactado entre ustedes, te permitió morir tranquilo, como tu querías. Tú lo sabías, pero no te importó Cuba, escogiste y beneficiaste a Raúl, que llevaba tus mismas décadas de poder, afilándose los dientes.

Gracias a ti Raúl Cuba se puso peor. Las personas que confiaban en la sucesión e incluso hablaron de una apertura sanadora, muy rápido descubrieron que no cambiarías nada. Sólo eres un general de aula y cursos, porque en tu currículo militar no existe una guerra, ni un combate real. No podías cambiar nada, no tenías la más mínima capacidad para salvar a los plebeyos, así y todo, es de agradecerte que, en una fiesta, cerca de la piscina imagino, rodeado de las muchachitas del partido comunista que te atienden y con tu vaso de vodka en la mano, mirarás a tu alrededor, donde se encontraban disfrutando tus más cercano acompañantes y en busca de un incondicional, para nada importaba su capacidad, “a dedo”, escogieras a la persona a la que le entregarías la opción de sustituirte públicamente, porque todos sabemos que, como la mafia, tu sigues dirigiendo desde detrás del trono o mejor detrás de la silla que te dejó tu hermano más destartalada aún. Los mafiosos nunca se retiran de verdad, sólo en apariencias y ustedes se parecen mucho a la mafia.

Raúl, tu selección caprichosa, a tu conveniencia, fue inmejorable, escogiste a Díaz Canel, la persona más gris e incapaz que ha pasado por el gobierno cubano en estas seis décadas. El más gris de todos los grises. Díaz Canel, cuyas tres ideas más importantes, sobre las cuales piensa dirigir un país, han sido hasta hoy, “la limonada es la base de todo”, “somos continuidad” y “la orden de combate está dada”, orden de combate no contra un enemigo armado hasta los dientes que viene a invadir Cuba, sino contra un pueblo noble y desarmado que está pidiendo “libertad”.

Díaz Canel, ahora rodeado de sus amigos gordos, todos fracasados en momentos y funciones anteriores, lo único que ha podido hacer como continuidad es destruir más y más y dejar que la destrucción llegue a los seres humanos, que hoy, sin distinción de sexo, edad, color, se están fajando a los golpes fuera y dentro de las tiendas por un pedazo de pollo y están siendo reprimidos de varias formas, unas más públicas que otras, porque solamente están manifestando su inconformidad con su realidad diaria.

Eso tiene el comunismo práctico, no el de los libros, de incoherente. Sus gobiernos donde quiera que hayan estado, por un lado, aplauden y apoyan a los que se levantan con posibles reclamos sociales en sus diferentes países capitalistas y al mismo tiempo reprime, encarcela, tortura a aquellos que hacen lo mismo en el país que ellos gobiernan. Para los gobiernos comunistas al menos en fachada, los que se manifiestan fuera son revolucionarios con derechos y los que se manifiestan dentro son contrarrevolucionarios, sin derechos algunos, siendo incluso los reclamos idénticos.

La “Continuidad” que se enarbola como bandera para repetir que se está emparentado con las más “nobles” ideas de Fidel y Raúl, para el caso cubano, la Real Academia de la Lengua Española, en su último diccionario revisado y ampliado la ha definido como: calamidad, miseria, pobreza, odio, división, desesperanza, falta de una orientación a futuro, decepción, desilusión, enfermedades y, sobre todo, fuga, huida, emigración.

Los cubanos desde el propio 1959 somos un pueblo que emigra. Aquellos primeros “siquitrillados” como se les llamó, dueños capitalistas que fueron afectados o se olieron lo que venía, marcaron el camino único para esa parte del pueblo que no estuvo de acuerdo. Luego hemos vivido diferentes oleadas de emigración, algunas por avión y barcos de forma organizada, Camarioca, Mariel, otras como respuesta visceral al descontento, menos organizadas y espontáneas, etc., más los que en silencio, poco a poco, de forma individual se enamoraron, se contrataron o fueron escapándose, incluso cuando realizaban funciones de gobierno fuera de Cuba. El hijo del vecino, el amigo de la escuela, el compañero de trabajo, nuestros propios familiares, siempre se han ido mientras han podido. Cuba tiene más habitantes porque es una isla y la salida es necesariamente por mar o por aire, cualquiera de las dos vías muy complicadas. Si Cuba tuviera al menos un pequeño pedazo de tierra que la conectara con otro país, de seguro estaríamos hablando de casi un país vacío.

Gracias a Fidel y Raúl, yo, cubano, formado dentro de la revolución comunista y con una vida organizada familiar y para nada destruida desde el punto de vista económico, hoy vivo en Estados Unidos y vivo muy feliz. Mi solución de emigrar podría atribuirse a miles de causas, desde la ignorancia hasta un gran problema ideológico e incompatibilidad con el sistema comunista, pasando por el obstine, la desilusión, el no entendimiento de un solo por qué, etc.

Yo podría ser un buen ejemplo de un pueblo al que no le quitaron nada importante económico porque nada tenía, sin embargo, así y todos los cantos de sirenas de la vida mejor dentro de Cuba, un día, después de muchos años y acciones, logré salirme, llevando como única propiedad una pequeña maleta con toda mi historia dentro. Nadie me robó el cerebro, la CIA no me convenció, nadie me pagó para que me fuera, sencillamente como resultado de toda mi vida, la única opción, para poder vivir decentemente, fue marcharme.

La historia se repite y se repite. Cuba es un país cuyos pobladores emigran. Ahora estamos asistiendo a una nueva opción, sin que se hayan parado el resto de las opciones. Para todos es claro que el gobierno cubano, tiene que haber pedido al gobierno nicaragüense que levantará las restricciones para viajar a ese país y esto ha servido como una válvula de escape que alivia el descontento interno, no porque se resuelva, sino porque se va, además de la siempre intensión de crear problemas al gobierno norteamericano con una inmigración masiva y explosiva, que muy pocos países del mundo pueden asumir.

Entonces los cubanos, según la ministra de turismo de Nicaragua, comenzaron a viajar a ese país, para, por ejemplo, ver los volcanes, ¿Se podría ser más cínico? De cualquier forma y justificación, el país centro americano abrió y los cubanos, masivamente, creo que, en estos últimos 6 meses, van por 200 000, se han lanzado a llegar a Nicaragua para luego caminar hacia la frontera de México con Estados Unidos. El gobierno cubano, una vez más, por su propia conveniencia, no los ha echado, pero se ha hecho el de la vista gorda para dejar salir y ha convertido todo esto en un gran negocio económico, que le debe estar garantizando una buena cantidad de dólares, porque un pasaje a Managua, la capital de Nicaragua cuesta 3500 dólares norteamericanos, como mínimo siete veces más de lo que debe costar un pasaje normal. ¿Qué parte de eso cae en las manos del gobierno?

Gracias a la desastrosa continuidad, hoy, mi sobrino, joven, bien parecido, ingeniero de profesión, ha llegado a los Estados Unidos. Gracias a la colaboración de un grupo de personas y un poquito de dólares norteamericanos, ha vuelto a nacer. Otro cubano que se salva, otro cubano que se pierde Cuba. Otro cubano que ha preferido dejar su familia cercana, su novia de años y su “honorable” puesto como profesional, para quizás en un primer momento venir a trabajar en una fábrica, en la construcción, en un supermercado, con una única ilusión, la madre de todas las otras ilusiones, vivir.

Un cubano que ya Cuba no tendrá, un cubano que tampoco fue comprado por la inteligencia norteamericana, que no ha vendido su cerebro, que no viene persiguiendo vivir como las Kardashians y su nuevo invento del “american way of life”. Un joven inteligente y preparado que prefirió correr riesgos, por los que podía incluso morir como otros han muerto, antes de seguir muriendo en vida.

El riesgo por correr es mucho, el precio a pagar es alto, pues se termina una etapa dura y se comienza otra dura también, que significa insertarse en una nueva, desconocida y complicada sociedad, amparado todo esto únicamente en la ilusión que crea para cualquier ser humano la esperanza y el mismo mensaje que nos repetimos los cubanos unos a otros constantemente, que sale de un chiste popular: “Dale, Superman, que tú puedes”.

Mi sobrino es una nueva y reciente muestra de otro cubano que se salvó y que luchó por no dejarse consumir por el ya casi genocida desgobierno cubano.

Gracias Continuidad, porque a lo mejor, de tu no haber existido y haber acabado de destruir lo que ya destruido estaba, no nos hubiéramos arriesgado.

Les dejo entonces una idea que acabo de leer, publicada en Facebook por mi hija Jennifer a razón de su cumpleaños. Ella, la idea, lo explica todo. Ella, la idea, es la mejor justificación del porqué mío, del porqué de mi sobrino y de tantos y tantos otros porqué, ya millones de otros. Es la mejor y más sencilla y a la misma vez abarcadora respuesta para los que hoy dirigen un país otrora tan lindo como lo fue Cuba, es la mejor respuesta, a pesar de los problemas, del por qué de nuestra decisión:

“Home is not always the place you were born; HOME becomes the place that let you live a HAPPY life”.

domingo, 16 de octubre de 2022

467.- No había que ser marxista, no había que ser genio, sólo lo que se necesitaba era leer a Lincoln.

Ahora mismo no sé por qué me llama la atención tanto la figura de Abraham Lincoln, para colmo de bienes, mi primer hogar y digo hogar y no casa conscientemente, aquí en Estados Unidos, donde viví feliz por casi 10 años, fue la ciudad Lincoln, capital del gran Estado de Nebraska, justo en el centro del país.

Gracias a la belleza, la buena vida y como consecuencia el disfrute de todos aquellos años, hoy con sólo escuchar o mencionar la palabra Lincoln, me resulta muy familiar, allí me reencontré con mis viejos amigos de Cuba, Ruso, Mayincito, Richard, allí hice nuevos amigos.

Abraham Lincoln es, de hecho, una de las personas más importantes, por su carisma, por sus conocimientos y actuaciones de toda la historia de este inmenso país. Nació en 1809, dedicado a la vida política, después de intentos en el Congreso y Senado fue electo presidente y ocupó el cargo el 4 de marzo de 1861.

Durante su gobierno, enfrentó la Guerra de Secesión, reconocida como el conflicto armado más sangriento de la historia de Estados Unidos, el cual, a decir de especialista, por encima de los eventos bélicos, trajo consigo una enorme crisis moral, constitucional y política.

Sus logros fueron grandes, nada más y nada menos que la abolición de la esclavitud, el fortalecimiento del gobierno federal y la modernización de la economía nacional, logros que de por sí solos lo hacen más que grande.

En 1864 fue relecto por aplastante mayoría, lo que lo hizo continuar frente a la presidencia del país, hasta que, en 14 de abril de 1865, presenciado una obra de teatro junto a su esposa, fue asesinado por la espalda por John Wilkes Booth, quien le disparó directamente a la cabeza. Una sola bala fue suficiente para quitarle la vida.

Lincoln, abogado, dicen que muy querido como persona, quizás por su origen humilde que al parecer lo llevó a creer de verdad en la justicia, la libertad y la paz, entre las miles de cosas que hizo, dijo y escribió, dejó, quizás como explicación, quizás como ideas para el futuro de su propio país, lo que hoy se conoce como las “Ocho Leyes de Lincoln”.

Impresionante y muy concreto análisis de cómo administrar y qué hacer o no hacer para lograr un país próspero. Sus ideas, imprescindibles a pesar del tiempo que ha pasado, perfectamente se adaptan y pueden servir de guía, no sólo para Estados Unidos, que creo que ellas forman parte de su psicología, prosperidad y desarrollo, sino para cualquier otro país del mundo.

De más está decir entonces, que esas mismas ideas, así enumeradas, pero hechas totalmente al revés, son las que han llevado a Cuba al descalabro, primero económico y como consecuencia social y humano.

Cuba siempre fue una contradicción, que muchos miraron callados, porque no se puede llegar a pensar que todos fueron o fuimos anormales y otros criticaron hasta donde la crítica fue posible.

Según el marxismo soviético, lo recuerdo de mis clases universitarias, siempre se le prestó mucha importancia a la relación entre la base y la superestructura. El propio Marx, padre teórico de todas estas ideas, aseguró en su “Contribución a la crítica de la Economía Política”, que:

“El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social”.

El marxismo entiende por base el conjunto de las relaciones de producción cuyo carácter está determinado por la forma de propiedad, en la nueva sociedad los “famosos” medios de producción estarán en manos de la sociedad entera, lo que asegura que por primera vez en la historia el hombre de pueblo sería el dueño verdadero de esos medios de producción y por tanto de la riqueza que se genera, para el cual el propio marxismo establece una forma de distribución, sobre todo totalmente humanitaria.

Si estudiamos la realidad cubana, desde el mismísimo comienzo de la llamada Revolución Cubana de 1959, a pesar de que los protagónicos se nombraron marxistas-leninistas y estuvieron muchas décadas asesorados directamente por los propios soviéticos, se hizo exactamente lo contrario y se trató de inventar, en la misma medida que se violaban muchos de los preceptos descritos de la teoría que según los estudiosos era tan completa, detallada y abarcadora, que con sólo seguirla al pie de la letra se resolverían todos los problemas y se conseguiría un hombre no sólo nuevo, sino totalmente feliz y realizado.

Cuba nunca tuvo una revolución económica, para nada importó la economía, a no ser para satisfacer caprichos e inventos sobre todo de Fidel Castro. Los llamados momentos de “gloria y abundancia económica” nunca fueron reales, ellos estuvieron respaldados totalmente por la gran ayuda e intervención extranjera, por aquellos años comunista.

No existe un solo plan económico que haya tenido éxito mantenido en el tiempo. Las vacas, las frutas, el café, los cerdos, la producción industrial de cualquier cosa, tal como soldaditos de plomo, fueron cayendo uno detrás de otros sin resultados. Los inventos, experimentos y caprichos de los dirigentes cubanos, muchos de ellos alocados, como las miles de ideas megalómanas de la fábrica más grande, el estadio más grande, el parque de diversión más grande, el embalse o presa de agua más grande, la producción de azúcar, café, carne, cítricos, etc., más grandes del mundo, para nada sirvieron. De todas ellas hoy no queda nada. Ese es el verdadero legado de Fidel y de todos aquellos que hasta hoy ocupan el desgobierno

Tal parece que se hizo a exprofeso, porque en Cuba, la superestructura, o sea, las leyes y sobre todo la política, no sólo subordinan a la base, sino que la ahogan, la oprimen, la inmovilizan y la destruyen.

Tal parece que a nadie le importaba la economía. Según dicen un poquito, al principio, le importó al Che, que trató de enseñarlo desde la mismísima lucha armada, pero nadie le hizo mucho caso y un buen día, cuando molestó un poco con sus ideas y ejemplo, se lo quitaron de arriba. El argentino, inteligente parece, se dijo, “a buen entendedor, …” y se fue con su idea guerrerista a morir en Bolivia, después de haber probado y fracasado en el Congo.

Ernesto, dicen los que lo conocieron de cerca, estudiaba economía de madrugada y obligaba a sus subordinados a estudiar y someterse a exámenes, sin importar día, hora, familia, ni nada, mientras Fidel y el resto del combo comían en restaurantes, fiestaban y se acostaban con intensiones sexuales, no paternales, con las muchachitas revolucionarias. El Che hablaba del ahorro y la producción industrial propia y se fijó en los chinos, mientras Fidel y el resto del combo, asesorados “desinteresadamente” por los padres soviéticos, hacían fiestas, tomaban ron o whiskey, fumaban tabacos, comían langostas, se adueñaban de un país entero que habían encontrado funcionando, preguntándose: “¿Economía para qué, si esto es el paraíso en la tierra?  De hecho, está reconocido que los “hermanos” soviéticos, nunca vieron con buenos ojos a Ernesto, acusándolo de aventurero, improvisado, etc.

Cualquier idea política, incluyendo miles de extranjeros que pasaron por Cuba a recibir cursos de formación ideológica y militar, las guerras y guerrillas en muchos lugares del mundo en que nos vimos metidos los cubanos, las marchas diarias por toda Cuba con el sólo objetivo de gritar “gusanos”, “abajo el imperialismo”, los interminables y casi diarios discursos del “invicto” Comandante en Jefe, etc., siempre fueron más importantes que producir yucas o boniatos. La idea de convencer al mundo con la idea de que todos estábamos alegres, lo que debió y debe constar miles de millones de dólares, se impuso siempre a la idea de construir calles, acueductos, casas, etc.

Entonces creo que no fueron brutos, sino hijos de putas, a los que para nada les interesó, más allá de conservar el poder y la buena vida, nada.

No había que ser marxista, había sólo que leer a Lincoln, creo que en las leyes que dejó, no sólo explica cómo lograrlo, sino, explica perfectamente, sin habérselo dedicado o propuesto por qué Cuba es hoy lo que es. Veámoslas detalladamente, ellas se explican por sí solas, no obstante, no dejaré de aportar mis comentarios.

1.            No llegarás a la prosperidad despreciando la economía. Fácil de entender. Fidel nunca trabajó. Mientras fue estudiante fue mantenido por su familia. Luego de revolucionario sus compañeros pagaban por su renta, su comida, su transporte, en la Sierra Maestra dormía sobre sábanas blancas, tomaba agua fría de un refrigerador que tenía en su comandancia, participó en muy pocos combates para cuidar su vida, etc. Luego del triunfo descubrió el camino de los discursos, jamás mantuvo de su salario a su familia y se convirtió en líder político e ideológico de Cuba y una parte del mundo con una imagen que él mismo se inventó. Sus intentos económicos, todos, fueron inventos, malacrianzas y caprichos, nada más pensar en la célebre no lograda zafra de los 10 millones donde todo el país se paralizó y desvió para lograr un número que desde el principio era imposible de lograr. Reparar en que los árboles frutales, los territorios de viandas y frijoles, fueron cortados y destinados a sembrar productos, también como la caña que, por tradición milenaria se sabían que no se daba. Recordar el capricho de los Panamericanos, con miles y millones de pesos y dólares en la construcción de estadios e instalaciones deportivas, para sólo decir que sí se podía. Recordar los experimentos con el ganado, tratando de crear en Cuba un ganado vacuno que nunca tuvimos, que diera más carne y más leche que todas las vacas registradas en el mundo. No menos desacertado fue la intervención de todos los pequeños negocios, cafeterías, tiendas, talleres, pequeñas fábricas, etc., en aquella llamada ofensiva revolucionaria del año 1969. Ni hablar de las guerras, dinero y recursos, más el reconocido olvido del interior de Cuba y sus problemas, para mantener a miles de hombres luchando en cualquier lugar del mundo. No existe hasta hoy un plan de los inventados en el sector económico que se mantenga, que camine, que haya tenido algún resultado estable durante años. Hoy, gracias a Fidel y por supuesto a sus más cercanos continuadores Cuba es una ruina económica, una Cuba que en 1959 brillaba dentro del continente americano. Una Cuba receptora de inmigrantes, de turistas. Un país que económicamente se mantenía, donde por ejemplo en 1959 tenia más cabezas de ganado que personas. Un país que no se destruyó con la guerra, por lo que todo, hasta el último bar, la última bodega, la más pequeña fabriquita funcionaban. La pregunta es: ¿cómo lograron en tan poco tiempo destruir todo eso, hasta llegar hoy a no tener ni agua potable de forma estable y constante para ofrecer?, ¿A quién se le pudo ocurrir intervenir a un pobre hombre que vendía granizado en una esquina, o sea, hielo y algún sirope de sabor, para crear entonces la empresa estatal socialista de granizaderos?

2.            No puedes ayudar al obrero degradando al que le paga su salario. Lo de los salarios ha sido para llorar. Recuerdo que jamás, jamás alcanzaron bien, aunque por momentos parecía que servían para comprar los alimentos en la bodega. Los salarios desestimulan, en la misma medida que eran todos iguales, por los llamados “tridentes”, donde hicieras lo que hicieras no se estimulaba al que trabajaba y se les pagaba lo mismo a los vagos, destructores, etc., por lo que era más conveniente ser vago y destructor. De ahí la confeccionada teoría del saber popular de que “ellos, refiriéndose al gobierno, hacen que nos pagan y nosotros, el pueblo, hacemos que trabajamos”. La teoría nos señaló a TODOS como dueños, pero como todos no podemos administrar se creó una “casta” de administradores revolucionarios, muchos que ni idea tenían de lo que iban a administrar, pero se mostraron incondicionales. Se creo un gobierno burocrático a todas las instancias, cuya única misión era pasar decisiones de arriba abajo, sin el más mínimo poder de crear, muchas veces sin la mínima posibilidad de resolver nada. Ejemplo típico de los Delegados del Poder Popular, puros lleva y trae sin el más mínimo poder, ni recursos. Al eliminarse la propiedad privada sobre los medios de producción e intervenir y estatalizar hasta el último carrito de limpia botas, la creatividad, la lucha por el crecimiento, la inventiva, etc., desaparecieron, para dar paso a una clase obrera, más los intelectuales que poco a poco fueron creando la iniciativa de “luchar”, que en buen cubano quiere decir robar o al menos resolver con los recursos del estado cubano los problemas privados, hasta llegar incluso al enriquecimiento. Lo que crea enormes problemas, somos 11 millones de personas tratando de sacarle al gobierno por la izquierda lo necesitado para vivir. Durante décadas el salario del obrero, del profesional, para mayor problema, el del campesino, jamás representó un estímulo para levantarse de la cama. El salario implementado de forma absoluta y totalitaria por el gobierno comunista, como única fuente de trabajo oficial, hoy menos que nunca sirve de nada. Los cubanos siempre tuvimos una forma adicional de vida, el invento a todos los niveles, la “lucha”, el robo y desde hace varias décadas las remesas familiares y de amigos, provenientes desde el exterior. Los dueños dejaron de existir, fueron llamados capitalistas abusivos, mercenarios, explotadores para dar paso a un gobierno lobo vestido de oveja, como única solución de vida, que en realidad sólo ha explotado tres, cuatro, cinco veces más a los que dirige. Pensar en los médicos que se alquilan al exterior, lo que se paga por ellos y lo que ellos en realidad reciben.

3.            No puedes fortalecer al débil debilitando al fuerte. Más claro ni el agua. Si debilitas al fuerte, en vez de fortalecer al débil, lo que logras y es lo que ha logrado el gobierno revolucionario cubano es debilitar y hacer más pobres a todos. Es cierto había pobres en Cuba en 1959, no se puede ocultar, personas que vivían mal por diferentes razones incluyendo las personales, pero hoy somos pobres todos. Si algo se ha logrado es expandir, engordar, ensanchar, la miseria. Es cierto, hoy todos somos iguales, pero somos iguales en los problemas, en la escasez, en la no tenencia de oportunidades, en la pobreza, en la no esperanza y visión de futuro. Preguntar a un cubano hoy, ¿Cómo estás?, la respuesta siempre es la misma, _Aquí en la lucha. Hoy más que nunca existen en Cuba barrios enteros de esos llamados de “llega y pon”, hoy más que nunca se comenten en Cuba delitos de todos tipos, protagónicos los económicos. Hoy más que nunca existen personas viviendo en casas de pisos de tierras, sin baños con letrinas coloniales fueran de las casas. Hoy más que nunca la población cubana deambula por las calles, si trabajos, sin objetivos, tratando de encontrar cada día qué vender, que comprar para revender, robando, asaltando, etc.

4.            No promuevas la hermandad de los hombres incitando al odio de clases. Bueno para qué hablar de odios. La revolución cubana y su gobierno, llevó la división no sólo a las clases, sino a la familia. Nos pusieron a vigilarnos entre vecinos, nos pusieron a criticarnos entre compañeros de trabajo y escuelas y hasta fajarnos por un ventilador, una lavadora. Se implementó la vigilancia llamada “revolucionaria” donde entraron además todas las miserias humanas, la envidia, el odio, el revanchismo, el “quítate tú, para ponerme yo”. Se acusó de homosexuales a personas por usar una camisa rosada, se acusó de gusanos a todos aquellos que pensaban y creyendo en la sinceridad expresaban sus ideas, se acusó de traidores a la patria a aquellos que se les ocurrió realizar una crítica, se marginó a los religiosos por anticientíficos o anti materialistas, brujos, oscurantistas, etc. Se fabricaron campos de concentración, se estigmatizo a los religiosos, se les apartó, se prohibieron las relaciones con todos aquellos que salían del país, obligando a los padres a olvidar y peor, denigrar de sus hijos, a los hermanos a considerarse hijos únicos, a los hijos a no comunicarse con sus padres, todo esto al menos de forma pública, siempre, siempre para los cubanos existió una izquierda. Fuimos obligados a inventar a un familiar marinero o diplomático para justificar la tenencia de un par de tenis o un “pitusa”. La ideología llegó a los niños, a los jóvenes cuando ninguno de ellos sabía de ideología. Los padres, dirigidos por el gobierno, se convirtieron en el principal freno de sus hijos, tratando de controlarlos e inmovilizarlos con ideas absurdas, irreales, irrealizables, que sólo lastraban al pasado. El odio, vestido de armónica acción revolucionaria todavía hoy existe, quizás más que nunca, cuando se ordena a golpear, arrastrar, vejar, humillar a mujeres, jóvenes, pueblo en general por sólo mostrar un determinado descontento. El odio ha creado en Cuba una de las poblaciones carcelarias más grandes del mundo. Los cubanos, a los mejor no somos marxistas, ni martianos, quizás ni seamos fidelistas por más que se diga que se quiere a Fidel, lo que, si somos, muchos, incluso en diferentes países del mundo donde nos encontramos es odiadores y no es que seamos malos del todo, es que como resultado de más de seis décadas de un vivir, hoy somos un pueblo enfermo. Somos un pueblo con miles de reservas, con miles de frustraciones, muchos con deseos entendibles de venganzas.

5.            No puedes ayudar al pobre destruyendo al rico. Obvio, creo que no hay que explicar mucho. Recuerdo cuando estudié Historia en la Universidad y se hablaba de la incorporación patriótica de los esclavos a las luchas independentistas, tratando un poco de alzar esa definición ideológica que en realidad no existía. El hasta hoy patrón, que explotaba, abusaba, pero daba comida, atención médica, ropa, algunos días de fiestas, etc., reunía a sus esclavos en el patio y les decía, a partir de hoy son libres, yo me voy a la manigua a luchar por la independencia de Cuba. Los esclavos se miraban y se preguntaban, ¿libertad? El patrón les decía, si son libres, entonces ahora caminen para allá y búsquense por ustedes mismos cómo comer, cómo vestir, dónde dormir, cómo trabajar, etc. Puede parecer fácil, pero para aquellos africanos bajados de un barco esclavista e internados toda la vida en un campo cubano y para los que incluso nacidos en Cuba como esclavos, no conocían más nada que el ingenio, el batey, la iglesia y la casa del amo, era algo imposible de procesar, así de rápido, tan sólo con que alguien les dijera, son libres. Entonces muchos, como lo habían hecho hasta ese momento siguieron al amo, ahora “compañero” a la lucha, sin saber ni tan siquiera mucho lo que aquello significaba. El obrero, el pobre, no tiene los mecanismos, no tiene la educación, no tiene la experiencia, no tiene el dinero para poder salir de su pobreza así de fácil. El pobre necesita ayuda, necesita apoyo, necesita estudio, necesita que alguien le señale y apoyo en el camino. El pobre, si algo aspira es a hacerse rico, pero eso cuesta mucho tiempo y trabajo. Muchas personas nacen inteligentes, incluso genios en determinadas áreas o profesiones y viven y mueren pobres. Se necesita de políticos hábiles, de gobiernos serios, no para que les quiten a los ricos y les repartan a los pobres, porque a la vuelta de años, todos serán pobres, sino para establecer planes, programas reales que permitan a las personas formarse para progresar. Cuando los pobres reciben de gratis toda la vida, sólo lo que se crea es una actitud de gorrión, o sea, bocas abiertas esperando que el gobierno y Estado provea. Hoy Cuba todavía espera lo que el gobierno prometió. Todos los días los cubanos esperamos lo que el gobierno dice que nos va a dar e incluso lo exigimos como un derecho absoluto, creándose esa ley que hoy nos mantiene, el gobierno dice que nos va a dar, nosotros esperamos que nos de y entonces el gobierno nos exige agradecimiento y compromiso por lo que nos ha dado. El gobierno, a veces disculpándose otras no, nos dice ahora no puede ser, tienen que esperar y nosotros, bravos o contentos, entendiendo y confiando o no, esperamos. La sabiduría popular dice que el gobierno cubano, primero te parte la pierna, luego te lleva al médico para que te pongan un yeso y después de hace declarar que estás contento porque te arreglaron el miembro.

6.            No puedes establecer una seguridad bien fundada con dinero prestado. De eso sabemos y por eso tenemos lo que tenemos. El compromiso de Fidel fue gritar y poner a gritar a un pueblo frente a los Estados Unidos, eso fue lo que más le importó, mientras eso ocurría, los soviéticos y su campo socialista nos mantenían. No importaba la economía porque el dinero, las armas de todas las áreas, aviones, barcos, tanques, submarinos, las comidas, las películas de cine y tv, las ropas, los perfumes, los relojes, las cámaras fotográficas, los refrigeradores, los ventiladores, las batidoras, los radios, y, todo lo demás, nos llegaba por aquella idea de internacionalismo proletario, el Consejo de Ayuda Mutua Económica, CAME, y el subirles el nivel a los países más pobres de esa unión. Cuba, mientras mantenía apagones para su interior, llegó a reexportar el petróleo que los soviéticos enviaban. La deuda externa cubana no sabemos exactamente cuál puede ser, una gran parte de ella ha sido condonada, la otra jamás la podrá pagar. Luego dinero prestado como créditos chinos, de empresarios europeos, etc., para desarrollar planes locos. Dinero cubano que en 1959 tenía el mismo valor que el dólar norteamericano, hoy ha quedado para jugar a las cartas o coleccionarlo como sellos o postalitas. Economía cubana totalmente dependiente del exterior. He caminado algo por Estados Unidos, el dinero lo produce el pueblo norteamericano. La Unión no depende de las exportaciones, menos del turismo. Los grandes consumidores y productores de un estado rico son los propios norteamericanos. El dinero prestado, los créditos blandos engañosos, etc. sólo crean una visión de mejoría, pero efímera, sobre todo cuando ese dinero se invierte y no es capaz de recuperarse. Cuba acostumbrada a pagar con azúcar y ron, hoy no tiene que dar a cambio, hoy ruega para que le den más plazos para pagar los préstamos que ya desde hace mucho están vencidos. Estados Unidos, por ejemplo, es un país rico, porque sus habitantes, o sea, yo, soy rico. Lo otro, los sueños alejados de la realidad son locuras. Hoy el gobierno cubano dueño de un país entero, función totalmente errada y desproporcionada, sigue teniendo grandes deudas y sigue sin poder pagarlas. Recuerdo que el crédito chino para mejorar trenes y líneas férreas, Fidel lo utilizó, sin consultar con los chinos, para comprar refrigeradores, aires acondicionados, ollas eléctricas para cocinar, etc., con tal de subir su rating de aceptación popular e hizo aquellas intervenciones desastrosas, donde presentaba al mundo ventiladores inventados con motores de lavadora, un refrigerador de 70 años, batidoras manuales, etc., sin aclarar primero que ese era el resultado de su revolución. El pueblo circo reía y él, una vez más, quedaba como el salvador que se había enterado ese día del retraso que teníamos como pueblo. Resultado disgusto del gobierno chino, hoy no tenemos trenes, ni líneas férreas seguras, menos equipos electrodomésticos o los servicios para repararlos y la deuda a pagar debe ser inmensa. Caprichos. Pero, además, la deuda no sólo es externa, aunque sea de la que más se habla. Cuba, adquiere por ejemplo el café o la miel de los productores, sale en el NTV que se exportó e ingreso por ese concepto X cantidad de dólares, siempre el número parece grande, pero no les paga a los productores en pesos cubanos el precio y la compra de su producto. Eso es igual para todo, por tanto, el productor no tiene como volver a producir, además de que se le va acabando el estímulo.

7.            No puedes dar al hombre valor y carácter, quitándole su iniciativa y su independencia. En Cuba el hombre es sólo una herramienta y lamentablemente es considerado como uno de esos medios de producción que tanto el marxismo menciona. No puedes crear, no tienes cómo. No puedes crecer, no tienes cómo y el crecimiento está mal visto por el gobierno y sus seguidores, y además por muchos de pueblo que como no lo pueden hacer, “prefieren que te lo quiten”, por lo que un crecimiento, que te coloque fuera de la manada, puede ser, no sólo mal visto, sino enjuiciado, encarcelado, etc. El hombre no es independiente para decidir, porque desde que nace hasta que muere está condenado a depender del gobierno. El hombre en Cuba está tratado como un animal, al que el gobierno “padre de todos” le echa comida, la comida que él determina para engordarlo y mostrarlo como que está contento y satisfechos. El hombre en Cuba está preso, incluso cuando no vea las rejas. No existe la iniciativa porque lo que está previsto es que sea solo un disciplinado ejecutor. Las ideas, las tienen otros, los llamados escogidos, que en muchos casos no tienen ideas

8.            No puedes ayudar a los hombres haciendo lo que ellos podrían hacer. Seguro. La idea no es crear anormales que ejecuten “disciplinadamente” sin pensar, porque entonces el hombre no se crece, no crea, no pare. La idea no es crear gorriones con la boca abierta todo el tiempo en espera de lo que la madre gobierno pueda traerle. En Cuba no se habla de busqué, sino hablamos de lo que nos van a dar, entonces esperamos por un padre gobierno que nos dijo que nos beneficiaría, esperamos y esperamos, todavía hoy por un gobierno que en realidad cada día debe levantarse pensando que es el último día. Es un compromiso que ahora mismo no sé si Marx o Lenin u otro loco describió, pero que convierte al hombre en un ente que espera para después obligarlo a agradecer. Ese lastre de espera, muchas veces se manifiesta en los cubanos incluso cuando viven fuera de Cuba, acostumbrados a que nos den, esperamos a que el gobierno nos mantenga. Para muchos ha sido durante décadas un negocio, yo me porto bien y el gobierno me premia, pero con eso se acaba la libertad, la libertad de pensamiento, de expresión, de movimiento y de creación. La idea que viene de la prehistoria de ese hombre que lucho contra animales, contra adversidades de la naturaleza, por el dominio del fuego y lo que eso significó, la idea de asentarse y mejorar constantemente se destruye con el comunismo. El hombre necesita ilusión, esperanza, saber que si puede. Necesita levantarse todos los días con la idea de que va a crear algo nuevo para su propio beneficio y para el de los demás, pero sobre todo el hombre necesita ver y experimentar la mejoría. Todo éxito exige sacrificio, años de trabajo, investigación, pensamiento, pero el éxito, la mejoría, la estabilidad, etc., tiene que verse, porque todos tenemos sólo una vida. La función de un gobierno no es mantener de por vida a todos, la idea debe ser darte las herramientas, los caminos, las estrategias y acciones para que tu puedas lograrlo. La idea no puede ser a que esperes a que yo gobierno me dé cuenta de que tú tienes una cama de 150 años y un día cuando yo pueda o quiera te la cambie, la idea es que yo gobierno estimule la fabricación de camas, luego que estimule la venta de camas y luego al final te estimule a trabajar y crear para que tú puedas comprarte una cama, dos cama, no la cama que yo quiero, sino la cama que tu quieres y entonces ese sólo hecho de poder comprarte por ti mismo la cama de tus sueños, enriquece, engrandece y te hace echar para adelante. Eso el comunismo nunca lo entendió y entonces por incapacidad real, trata de comprometer sentimentalmente al hombre a cambio de nada, solo de sentimientos. El hombre defraudado se cansa. Hoy en la presente oleada de cubanos que escapan y huyen de la isla, mayoría jóvenes, vamos por más de 200 000 que han llegado a la frontera de los Estados Unidos, el supuesto enemigo. Sólo en esta última oleada migratoria, lo que debería poner al gobierno en entredicho. Tantas personas no pueden estar equivocadas, como han tratado de demostrar siempre. ¿Qué más necesita un gobierno para darse un tiro?

No había que ser marxista, no había que ser genio, sólo lo que se necesitaba era leer a Lincoln.