sábado, 22 de diciembre de 2018

Hambre en Estados Unidos o ¿Hambre en Estados Unidos?

Hace unos días recibí esta información que ahora comento.


Me llamó la atención porque ella viene precedida de un título bien rimbombante, “Hambre en Estados Unidos” y es algo que, aunque no nos parezca, puede pasar y de hecho pasa.

La investigación, que no trae muchos datos adicionales para poder valorarla, estuvo hecha por Wells Fargo, uno de los bancos nacionales más grandes y famosos dentro de la Unión, que es además el banco donde tengo puesto mi poquito dinero, por lo que digamos conozco su funcionamiento a groso modo.

Confiando en el prestigio del banco, más allá de si es bueno o no para muchos, me arriesgo a publicarla.

Me he quedado con ganas de sabes más, o sea, a qué llaman hambre y cuáles son los parámetros que utilizaron para medirla, porque a primera vista, la comida aquí está que da al pecho en todas las esquinas. dudo mucho que exista un país donde se venda tanta comida, en todas sus variantes, de todos los países del mundo como en Estados Unidos. Entonces lo que yo he podido experimentar es sencillamente lo contrario, las personas compran y compran sin límites, muchas veces para luego, sin consumir, echar a la basura.


Trabajé casi 6 años como mantenimiento en un residencial, por lo que mi misión en el 98% de los casos era trabajar dentro de los apartamentos y para si fuera poco, muchas veces con tareas asignadas dentro de los refrigeradores, entonces si hay algo que he visto en todo este tiempo es comida, cocinada, semi cocinada, cruda, etc.

En líneas generales los ciudadanos norteamericanos son acusados por su alto nivel de consumo, cosa que puedo asegurar que es cierta, sin que yo pueda calificar a todo el mundo por igual. He visto a muchas personas racionales, sacar cuentas diarias de lo que van a comprar y consumir. No todo el mundo está constantemente echando su dinero sobre cualquier cosa.

Por otra parte, existen muchas facilidades. Primero los salarios, generalmente dignos, alcanzan para vivir el mes. Segundo existen innumerables soluciones a partir de créditos, tarjetas, préstamos, etc., que hacen la vida más llevadera. Tercero a los más necesitados se les aplican determinados planes de ayuda que incluyen dinero en efectivo y bonos para comprar comidas. Cuarto existen muchas instituciones, como por ejemplo las iglesias de todas las denominaciones religiosas, los gobiernos estatales y el propio gobierno federal, que, entre sus misiones más importantes, tienen la de ayudar a los más necesitados, donde incluyen la entrega de comidas, ropas, muebles, medicamentos, atención médica, etc., de forma gratuita.

Claro que este es un país de más de 300 millones de personas, y siempre hay determinados sectores sociales, familias negras, inmigrantes, personas que viven ilegales, que aparentemente pasan más trabajo para vivir.

A veces es complicado de evaluar, porque existen muchas personas y familias que prefieren vivir de la ayuda del gobierno y no trabajar 8 horas y entonces la ayuda, puede resultar insuficiente, porque es sólo eso, una ayuda.

La información sobre el hambre que da Wells Fargo, que para mi gusto es incompleta porque sólo presenta el resultado, puede estar poniendo el dedo en algo real, que la mayor parte de los mortales desconocemos por no ser este el objeto de nuestras vidas. Claro que, imagino que los niveles de hambre a los que se refieren, y que no queda aclarado cuáles son, en principio no tienen que ver nada con el hambre en Haití, parte de África y parte de Latinoamérica. El hambre a la que se refiere el estudio debe ser al hambre norteamericana, que, a mi humilde modo de ver, dista mucho de ser algo extremadamente complicado.

No obstante, sería algo en lo cual pensar, porque, como debemos saber, todo lo que aparentemente brilla no es oro, dista mucho este país de ser esa imagen súper dorada que muchos tenemos cuando vivimos fuera de él, aunque dorado es.

He visto personas pedir dinero y cigarros, pero muchas veces es para poder fumar, tomar alcohol y, peor aún, comprar drogas. No he visto en mis 6 años aquí, a alguien revisando la basura para sacar un pedazo de pizza viejo y comerla. Conozco historias de homeless que la pasan mal, pero cuando averiguas, muchos viven en refugios del gobierno, reciben atención médica, y tres comidas calientes al día gratis, sólo que, por determinadas razones, han parado en esa forma de vida y les cuesta trabajo salir de ella, por otras determinadas razones.

A simple vista no existe aquí adentro el hambre, por el contrario, el pueblo norteamericano es reconocido por la gordura. El sobre peso, ese sobre peso ya como enfermedad grave, es algo que se detecta fácilmente con sólo pasar la vista no sólo en adultos, sino también, lamentablemente en los niños. Por otro lado, habría que ver la cantidad de comida que se compra en una familia trabajadora sin mucha idea de lo que es sano o no. Resulta por momentos impresionante ver aquellos dos e incluso tres carros llenos de comidas que se pasean por los súper en busca de las cajas registradoras. Luego cada cinco metros se encuentra un lugar para comer, restaurantes, cafeterías, negocios de comidas rápidas, farmacias, servicentros, carritos con comidas en las calles, etc., todo lo que genera que las personas, lejos de pasar hambre, se pasen el día con algo en las manos para comer y tomar. 

Sin embargo, para no pecar de ingenuos, debe existir y según Wells Fargo existe, un grupo, que visto de forma general pueden sumar millones, digamos más afectado que no accede a ninguna de estas formas y se las ven más complicados a la hora de llevarse algo al estómago. No lo dudo, aunque no lo puedo asegurar, porque no lo he vivido y no conozco a nadie que lo viva diariamente.


Es un tema bien complicado, abierto de por y para siempre al debate. Muchas veces podrá depender de realidades económicas indiscutiblemente malas y otras de factores selectivos que condicionan el ganar dinero y luego dónde y cómo se invierte. Es probable que, si eres una madre soltera y has tenido 8 hijos que aún son pequeños, con diferentes padres no responsables y vivas de la ayuda del gobierno, te resulte más difícil asegurar una buena alimentación. Es cierto que, si eres drogadicto o bebedor empedernido, prefieras tomar cervezas o fumarte una mariguana antes de comer algo sano de forma sistemática. Es muy entendible que si eres ilegal y no encuentras trabajo estable y para colmo tienes 6 hijos, es más probable que tengas las condiciones para garantizar una dieta digna y estable. Si no tienes trabajo, a veces porque no lo consigues, otras porque no quieres trabajar y estás escogiendo, pues tengas problemas a la hora de comprar la leche diaria. Es conocido de que si prefieres vestir de lujo, tener el último celular de moda y salir con tus amigos, tengas límites a la hora de comprar el pan.

Muchas veces el tema del hambre engaña y conmueve sobre todo cuando se anuncia en grandes titulares, sin que yo quiera ahora por esta vía desconocerla o justificarla. Muchas veces el hambre, me refiero solo y exclusivamente a los Estados Unidos, es el resultado de una mala planificación y sobre todo de una no prioridad de algunos temas prioritarios. 

En mi caso particular, que podría ser ahora un buen ejemplo, cuando llegué aquí hace ya 6 años, vine sin dinero o con muy poquito dinero y lo primero que hice fue buscarme un trabajo, el más fuerte que he hecho en toda mi vida. Trabajamos Jonathan y yo, por momentos uno de los dos únicamente. Nos vestimos con ropa de Goodwill, comprada a precios módicos de 3, 5 dólares y disfrutamos de los muebles que nos regaló una de las instituciones religiosas que existen en Lincoln. Íbamos, debo reconocer a veces a regañadientes empujados por Martica, a hacer colas todos los domingos para recibir alimentos gratis, sólo teníamos un solo automóvil para todos y todo, no comíamos en restaurantes, no íbamos a cines y no compramos cosas a través de Amazon.com, pero nunca, exactamente nunca, dejamos de comer bien, porque sabíamos lo que significa priorizar lo que se tiene que priorizar.


Es un tema muy sensible, abierto de por y para siempre al debate. 


jueves, 6 de diciembre de 2018

"Generación Microwave".

Hace unos días hablando con Jonathan sobre un acontecimiento ocurrido a uno de sus compañeros de trabajo, me mencionó un término que nunca antes había escuchado para definir determinada conducta de los seres humanos. Me habló de una tal Generación Microwave.

Cuando uno escucha microwave, le viene a la cabeza ese aparato rectangular casi siempre que pesa una enormidad, que acelera los procesos en la comida; descongelar, freír, terminar de cocinar, etc., aparato sin el que muchas personas hoy no sobrevivirían y esto lo puedo asegurar porque llevo casi 6 años luchando con ellos en mi trabajo de mantenimiento y conozco lo que se forma dentro y fuera de muchas personas cuando descubren que el dichoso equipo no funciona.

En efecto, el microwave, que todavía no sé exactamente si es bueno o malo, sólo que a mi mujer no le gusta para nada, se utiliza para, sobre todo, terminar algo muy rápido, algo que ya tiene que estar para los próximos segundos, de donde la rapidez es exactamente la mejor justificación que nos da un vendedor y la que encontramos los compradores para poseer uno. Luego vendrán los colores, los tamaños, los botoncitos, los precios, etc.

Pues, parece que ese mismo término, microwave, se está utilizando por los psicólogos y sociólogos para definir la conducta de un grupo de personas y sobre todo las consecuencias de esas conductas. Entonces he leído.

¿A qué se le llama Generación Microwave?

Este término puede y de hecho se aplica a cualquier persona independientemente de su edad, sexo, clase social, etc., pero está encaminado sobre todo a los jóvenes, o al menos a una parte de ellos, porque es precisamente en la juventud donde se aprecian más las características que luego describiré y sobre todo las consecuencias de determinada forma de pensar y actuar, muchas veces, aparentemente ingenuas, leves, inofensivas, sin grandes complicaciones para la vida y otras, agresivas y dañinas y como si fuera poco, destructivas.

Según los especialistas, las formas tradicionales de vida y comunicación se han visto afectadas, truncadas y sustituidas por un enorme frenesí de los medios sociales de comunicación, de donde, para mucho, se ha perdido el valor real de las cosas y el tiempo, lo que ha cambiado de forma drástica el impacto que ellos ocasionan.


El mal o desmedido uso de determinada tecnología, partiendo de las computadoras y parando en los inofensivos teléfonos, está produciendo un fuerte golpe en la mente y la conducta general de las generaciones actuales. Existe una lucha, que ha devenido en costumbre a la vuelta de un click o de apretar un simple botón, por disminuir los tiempos para acceder a cualquier cosa, desde una pizza a hasta un informe oficial sobre el Ébola a nivel mundial.

Al parecer estamos violando muchos aspectos de la vida. Hemos olvidado que hay que sembrar una semilla, luego esperar a que germine, ver crecer una planta, para al final, con suerte, poder observar una flor o comernos una fruta. Estamos creyendo que, a partir de la tecnología, la mejor y más avanzada, podemos cambiar las estaciones del año y poner después del invierno el verano y dejar la primavera para cuando termine el otoño. Apostamos a que las personas están bien, incluso los niños, porque saben moverse dentro de la pantalla en colores de nuestra computadora o celular.

Hemos concluido que no vale la pena recibir clases presenciales en una escuela, pues todo lo que necesitamos aprender se obtiene en la red viendo tutoriales o leyendo lo que otros han publicado. Ya no es necesario ir a ver a un amigo personalmente, porque al final lo vemos en Facebook todos los días a través de sus publicaciones  e incluso para muchos, la relación con Dios y su hijo Jesús, resulta más fácil y rápida utilizando el WhatsApp.

Los más afectados en esta carrera en busca de lo fácil y la inmediatez, resultan los jóvenes que han nacido y crecido como producto y dentro de las modernas tecnologías. Esto les ha propiciado la cultura de la rapidez para obtener y la facilidad para el aparente éxito parcial. Muchos hoy llegan a la conclusión de que mañana en la mañana tenemos que levantarnos millonarios como los millonarios que ven en la televisión, muchos apuestan por obtener los resultados inmediatamente, sin darse cuenta de que muchos de esos resultados son efímeros y sólo parciales.

No se tiene tiempo, el tiempo es una categoría vieja, sólo para los viejos. Si hoy se puede comprar un celular, un libro, un par de zapatos, etc., a través de la web y recibirlo a las 48 horas, entonces podemos a las 48 horas poder hacer y sobre todo obtener cualquier otra cosa.

Esto ha desarrollado, según los estudios que he leído, un facilismo, en la misma medida que hemos olvidado el sacrificio, el esfuerzo, la espera, la constancia, etc. La idea es obtener rápidamente y mostrar lo obtenido, violando la secuencia de sembrar, esperar, trabajar, cosechar.

Para ese grupo, la Generación Microwave, todo es para ahora y ahí el peligro. Al no ser para ahora, pues muy pocas cosas sólidas en la vida se logran para ahora mismo, aparece la frustración, el desengaño, la depresión, el no entender qué es lo que está pasando. En los casos graves, aparece como síntoma la apatía, el olvido, el desinterés y en los casos más críticos, el atentado contra la propia vida, pues se llega a pensar que no vale la pena vivir si hay que esforzarme todos los días para obtener un abdomen bien diseñado, porque necesitan ese abdomen para mañana por la mañana.

Aparecen dentro de este grupo de personas, sean jóvenes o menos jóvenes, las tendencias a la soledad y el sufrimiento en silencio, la incomunicación, porque la frustración es enorme, en la misma medida que se ha crecido sin contemplar que el éxito sostenible es el resultado de haber dedicado muchos años a lo mismo, es la respuesta por haber fracasado en varias ocasiones, aprendido de esto y haberlo intentado de nuevo por otras vías.

Hoy, todo lo queremos para hoy mismo, entonces pretendemos correr en una carrera olímpica, que es la vida, sin antes haber aprendido a caminar bien. Nos frustra el tener que subir escaleras escalones a escalones, cuando en realidad nos parece que podríamos saltarnos muchos de ellos para llegar arriba. Nos desgastamos, no sólo en tener un fingido y endeble éxito, sino en mostrar ese mismo fingido y endeble éxito, ahora disfrazado a los que nos rodean, sin darnos cuenta de que ese éxito puede necesitar y de hecho necesitará base para consolidarse y poderse mostrar como algo real, estable y duradero.

La Generación Microwave, es aparentemente contenta, moderna, activa, líder, pero en realidad sufre, no se adapta, pasa trabajo para conseguir algo a largo plazo, pues está dotada sólo de dedos para mover teclas y esperar el éxito en pocas horas e incluso en pocos segundos.


Son débiles y frágiles tan pronto la vida les pone el primer inconveniente o barrera. No saben reaccionar y muchos, con sus “improvisadas ideas del éxito” con el paso del tiempo, sólo logran quedar en el camino sin haber hecho nada medianamente interesante para la prosperidad. En el mejor de los casos logran sólo preservar la vida frente a la pérdida de un App dentro de su celular, pero la huella que esto dejará en ellos los anula para próximos eventos.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Super Rock Concert. Noviembre 2018

Sigo creyendo que es una suerte haber tenido hijos cuando fui joven. Claro, eso me llevó a adelantar muchas tareas y a quemar etapas de la vida. En vez de dormir la mañana los sábados y domingos, tuve planes de juegos, excursiones, etc. desde muy temprano en las mañanas. Por momentos peiné y bañé muñecas, me dejé pintar la cara y las uñas y luego maté lagartijas, cogí ranas, jugué a las bolas, hice carriolas, etc. Mientras mis amigos dormían, iban de fiestas, se emborrachaban, jugaban dominó o sencillamente se sentaban a mirar el cielo, yo hacía tareas, reconstruía libros, forraba libretas, daba comida, bañaba niños, me ingresaba en hospitales, limpiaba vómitos y diarreas y sobre todo lavaba pañales.
Bad Wolve

Recuerdo hoy y no puedo parar de reírme, que algunos de mis más cercanos, me llamaban “cariñosamente” washing machine, porque las visitas para hablar conmigo, muchas veces transcurrían en el patio de mi casa, mientras yo sacaba y metía pañales en una de aquellas lavadoras rusas, que además con mucha frecuencia entre tanda y tanda, tenía que arreglar.

Fui papá joven y con esto quiero recalcar que aprendí a ser papá en la misma medida que aún estaba aprendiendo a ser yo. ¿Errores? De los que conozco y he podido analizar y subsanar, miles. Debe haber otros miles que ni tan siquiera pude ver y los que me rodeaban tampoco se percataron.

Breaking Benjamin
Mi segundo hijo nació en 1991, le pusimos Jonathan por un capricho de juventud y nuestro gusto por los nombres en inglés, pero en realidad se debió haber llamado Periodo Especial Torres Tomé, porque fue de aquellos niños que, junto a todos los nacidos antes, experimentaron todos los inventos de sobrevivencia; el perro sin tripa, la masa cárnica, el yogourt de soya, la hamburguesa de soya, el jabón como pasta de diente, junto al bicarbonato y la sal, el flan de un huevo o sin huevo, los huevos fritos en agua, el jabón de baño hecho artesanalmente con cebo de algún cuadrúpedo y una especie de arenilla, que en realidad te limpiaba porque te lijaba la piel, pero te dejaba con una tremenda peste a mierda imposible de ocultar por horas, por sólo citar algunos de los inventos de aquel gobierno decidido a no cambiar aunque tuviera que matarnos.

Five Finger Death Punch
Período Especial, apodado Jonathan, creció en medio de “apagones programados” de 8, 10 y hasta 12 horas diarias, que nos vendieron como algo positivo, porque al final eran programados, durmiendo en el portal de Villoldo 112 con su papá, o sea, yo, moviendo sobre él un periódico Granma para mitigar el calor y espantar los enormes mosquitos que no picaban, sino mordían, mientras Martica se encargaba de lo mismo con nuestra hija Jennifer en la sala de la casa. La escena era la misma todas las noches, sólo variábamos el pedazo de papel que movíamos sobre nuestros hijos, unas veces el odiado periódico Granma, otras veces, una que otra revista más amada.

Jonathan y Jennifer crecieron con zapatos siempre medio punto más grande, frente a la misma pregunta miedosa, ¿y si le crece el pie? Crecieron con ropas, muchas veces regaladas por mis amigos, algunos de ellos ya en el exterior por aquellos años, bañándose con un cubo de agua o fregando con el más que conocido “jarrito de fregar”, que también era parte de nuestra familia.

A pesar de todo esto y más, más hasta lo inimaginable, puedo decir que ellos no pasaron gran trabajo. Tenían, en primera posición, dos padres jóvenes dispuestos a comerse un tanque de guerra en marcha atrás, dispuestos a no comer y a no dormir con tal de convertirnos en un filtro o una sólida barrera para que el momento histórico que les tocó vivir, irónica y burlonamente llamado especial por el padre de todos los males, no los afectara mucho y no les dejara enormes cicatrices. Tuvieron en medio de todo aquello una ventaja, dos padres jóvenes.

Escucho con frecuencia a mi alrededor, a muchos jóvenes y ya no tan jóvenes, decir, estamos esperando tener mejores condiciones para parir. ¿Mejores condiciones? Si la humanidad hubiera esperado mejores condiciones para procrear, probablemente no hubiéramos rebasado la corta historia de Adam y Eva. Muchas personas dicen no encontrarse preparadas para parir y todavía a sus pasaditos 30, no se sienten lo suficientemente maduros para enfrentar algo “tan serio e importante” como tener un hijo, entonces la sagrada tarea se pospone, se pospone y se pospone, muchas veces hasta casi el límite de la menopausia y andropausia.

Creo que lo que nos está pasando es que muchos de estos jóvenes, no quieren dejar de ser jóvenes, vivimos en un momento de la juventud eterna. Siguen prefiriendo dormir toda la noche y a veces toda la mañana hasta pasado el mediodía, algo así como 14 o 15 horas seguidas, siempre están cansados, el cansancio es otro de los síntomas que acompaña a la eterna juventud, no quieren ceder el tiempo de gimnasio o masajes, no quieren lavar, limpiar, cargar, responsabilizarse, menos cocinar, lo de cocinar es algo tan terrible solo comparado con el trabajo en minas de carbón o en canteras picando piedras con una mandarría.

Los jóvenes de hoy se niegan a ceder sus posiciones, ganadas como resultados de grandes combates, frente a las computadoras y sus juegos de matar gente o matar bichos o matar ángeles. Por supuesto menos quieren tener que echar fresco con un periódico, aunque este sea el Miami Herald o el New York Times. Muchos de estos jóvenes, están esperando las mejores condiciones, o sea, muchas veces, un televisor más grande, varios autos, mejores celulares, mejor pintura para los techos, y que las orquídeas paran todo el año.

Esto no está mal para mí, son al final deseos humanos importantes, sobre todo el que los techos estén bien pintados, pero también para mí, se la están jugando todos los días de esta vida. ¿Llegarán a parir? Si claro, muchas veces la vida los obligará, pero entonces parirán viejos y eso tiene muchas desventajas, más allá de participar en consultas que en Cuba llamaban ARO, o sea, alto riesgo obstétrico y que las arrugas de la piel demoren más en recogerse.

Parirán viejos y alejados de sus hijos, muchos de los cuales parecerán, al pasar un poco el tiempo, sus nietos. Vivirán con la incertidumbre de la gran diferencia de edad entre ellos y sus infantes y entonces les costará más trabajo entender, participar, compartir. Parirán viejos y entonces estarán y tendrán una real justificación para estar todo el tiempo cansados. Por la propia ley de la vida o de muchas vidas, criarán hijos dependientes, temerosos, extremadamente precavidos. Vivirán y verán vivir con más miedo, el miedo hasta cierto punto lógico que trae la madurez. Hablarán de sus hijos como joyas y serán visto por ellos como algo lejano, que estará ahí para temas puramente administrativos, pero no para mucho más.

¿Qué significa mejores condiciones? Habría que preguntarles a nuestras abuelas, a las mujeres que paren en África, a las que, a pesar de las guerras, mantienen un embarazo y paren dentro de una trinchera u hospital de campaña. Habría que preguntarles a las mujeres que cargan agua desde un río o lago a cientos de metros de donde están sus bebés y amasan sin parar una pasta de yuca o arroz para alimentar a los suyos. Habría que preguntarle a muchas mujeres cubanas, trabajadoras, estudiantes, esposas, de aquellas que cocinaron con leña o con luz brillante, de aquellas que caminaban para llevar el niño a la escuela o al círculo infantil y luego caminaban para una parada de guagua en la que podían estar paradas dos o tres horas esperando para luego meterse como una sardina más dentro de uno de los monstruos diseñados para transportar humanos en Cuba. Habría que preguntarle a esa misma mujer que a escondidas, en las noches, se arriesgaba en el mercado negro dentro de un pasillo oscuro o un solar para comprar carne de res o leche en polvo, muchas veces invirtiendo todo el salario ganado después de un mes de trabajo.

Me parece que, para muchos, mejores condiciones significan que no sabemos escoger entre las decenas de marcas de pañales, entre los miles de pomitos con comidas prefabricadas, entre las miles de compotas de todas las frutas que existen. Mejor momento debe esperar por lo complicado que resulta escoger el color del tete y hacerlo pegar con la ropita que le vamos a poner a nuestro bebido o escoger el color de las estrellitas que pegaremos en el techo de su cómoda habitación.

Creo que esperando el mejor momento demostramos nuestra debilidad y fragilidad para enfrentarnos a una responsabilidad, grande cierto, pero que no mata. Debilidad que luego deliberadamente traspasamos con la leche en polvo que viene en lata a nuestros hijos, ya que lo importante no es tanto alimentar al niño, sino mantener las tetas paradas después del parto.

Tuve suerte, fui papá joven y como consecuencia algo tuve que haberme perdido de aquel momento, sin embargo, fue bueno, hoy además de hijos tengo amigos con los que comparto de igual a igual. Ellos no me cuentan sus experiencias, yo las vivo a su lado.

Hoy podemos conversar, discutir, analizar un tema porque son los mismos temas los que nos preocupan. Hoy podemos compartir un deporte, una reunión, una comida, una música, un análisis, porque coexistimos con cerebros en el mismo momento.

Los hijos grandes enseñan, nos proveen de información que cogen de su entorno. Se aprende con ellos e independientemente del papel de padre y de la posición de hijos, se establece una relación bidireccional, donde no sólo son válidas las experiencias de los más viejos, por ser viejos, sino se escuchan y aceptan las vivencias de los más jóvenes, porque los jóvenes saben también.

En este compartir de experiencias, hace dos noches tuve la oportunidad de participar en un concierto de la, digamos, música de Jonathan. Rock fuerte, al que jamás me hubiera decidido a ir solo.
Los que crecimos bajo la influencia de bandas como Led Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath, Pink Floyd, AC-DC, Journey, etc., nos parece, a veces insistimos, que la buena música se detuvo entre los años 70 y 80 y que todo lo que viene después para nada sirve. Estamos totalmente equivocados.

Es cierto, esos años trajeron más que buena música, todo un estilo de vida que conformó parte de nuestra formación, pero muchos nos hemos quedado ahí y defendemos a capa y espada ese período, negándonos a escuchar y conocer otros grupos.

Jonathan creció bajo la influencia de mi música, pero ha continuado viviendo y explorando y lo mejor, ha tratado de que sus papás conozcan y disfruten también de su actual momento. A veces competimos, a veces discutimos agradablemente sobre lo que escuchamos y vemos. Competencia y discusión que termina por mejorarnos.

Entonces como él nos acompañó a el concierto de Deep Purple, ahora fuimos invitados a acompañarlo a un concierto de varias bandas en la Arena de nuestra ciudad, para lo cual estuvimos varias semanas antes escuchando la música y viendo videos, lo que nos permitiría entender lo que pasaría en vivo. Jonathan un poco preocupado sobre todo por su mamá, no sabía si ella resistiría 3 o 4 horas parada metida dentro de una olla que parece que va a estallar por el efecto de los decibeles.

Genial noche. Ya imaginan, pelos largos, tatuajes, cervezas, alcohol, cigarros, supongo que algo más fuerte a escondidas. Mujeres, hombres, jóvenes de todas las edades e incluso niños, que como le pasó a Jonathan, asisten a esos eventos con sus papás. Mucha hermandad entre personas que no se conocían, pero a las que la música une.




La Arena repleta de gente. Indescriptible ruido. Guitarras eléctricas a todo meter, baterías que parecen tocadas por varias personas a la misma vez y muchos gritos desde el público hacia el escenario y desde el escenario hacia el público. Todo el mundo grita hasta quedarse sin voz. Podría parecer desde lejos algo violento, los movimientos son en apariencia fuertes, pero no es más nada que una forma de expresar y disfrutar. No vi a nadie agrediendo a otra persona. Por el contrario, los hermanos rockeros aparentemente locos, son por encima de todo hermanos, entonces muy rápido se identifican, se saludan y se respetan. Actúan como si fueran miembros de la misma secta.

Cuatro bandas en la noche, como para volverse loco. Todas buenas, de ellas, para mí la mejor, Five Finger Death Punch, la recomiendo. Ya era fanático antes de llegar al concierto, ahora soy un devorador de su música. El cantante, que por cierto se llama Ivan igual que mi segundo hermano, un tipo súper genial, con una tremenda voz y sobre todo un dominio espectacular de la escena. Ya Jonathan me había hablado mucho de este grupo, es uno de sus favoritos, ya me gustaba, pero al verlos en vivo, concluyo que la música de los 70 y 80 fue buena, pero ahora también existe muy buena música, muy buenos cantantes, muy buenas letras, tan buenas como con las que crecí.

Es una suerte haber tenido hijos cuando joven y ahora poder disfrutar y aprender junto a ellos de sus vidas, no como un simple espectador embobecido por lo grandes que ya están y lo inteligentes que son, sino como un amigo, como un “brother”, como un “yunta”, como un rockero más.

La noche incomparable, el frío de la ciudad no soportó el vapor que se generó dentro del recinto. Yo, como el mejor. Martica, a pesar de su avanzada edad, una de las que más disfrutó, canto, bailó sin reparos y el Jonathan, ese estuvo todo el tiempo en su salsa, poco le faltó para subirse al escenario y cantar junto a los, a veces 4, otras 5 locos que estaban actuando . Entonces la noche terminó tarde y como era de predecir, para eso fuimos, los tres rockeros que asistimos juntos, estamos más unidos.

domingo, 21 de octubre de 2018

La última vez fue hace 21 años, ahora en 2018 nevó en octubre

Lo mejor que tiene la naturaleza es la dinámica con que transita y lo que influye en nuestras vidas.

Cuando uno lee, digamos, sobre las 4 estaciones del año, aquello de primavera, verano, etc., podría parecer que todo funciona exactamente tal como si abriéramos y cerráramos una puerta y para nada es así.

La mejor muestra de esto es que el pasado 14 de octubre, en medio de lo que conocemos como otoño, nevó y nevó mucho. Según los historiadores y las estadísticas, algo así no pasaba en Lincoln, Nebraska, hacía 21 años.

La nieve no es nueva, ya ni siquiera para mí que vengo del caliente Caribe, pero el evento en esta fecha del año nos cogió a todos por sorpresa, más allá de que los celulares lo anunciaron. No sólo nevó, sino que estuvo cayendo agua congelada por muchas horas, desde antes del amanecer hasta casi las 3:00 pm.

Entonces tuvimos que pasar de la ligera ropa otoñal, a la profunda, pesada e insoportable ropa de invierno, lo que resulta suficiente para cambiar todo plan.

Yo de guardia esa semana y como siempre que nieva, tuve que limpiar el residencial donde trabajo. Dinámica naturaleza y con ella nuestras vidas. No estábamos preparados para lo que ocurrió tan temprano, por lo que las máquinas de limpiar la nieve no tenían gasolina, y entonces como de todas formas hay que limpiar, la agradable actividad tuvimos que hacerla a palas. El proceso de limpiar nieve de por sí, es desagradable, tener que limpiar a pala se convierte en punto menos que en una tortura.

Lo de limpiar con una pala el frente de una casa, siempre que ésta sea de dimensiones normales, es casi una diversión. Si tienes perro el animal te acompaña, si tienes niños, pues ellos aprovechan para tirar nieve, tirarse ellos, embarrarse y jugar o jugar embarrándose, pero limpiar un residencial que tiene 17 edificios grandes con múltiples entradas y escaleras y aceras que corren en todas las direcciones, de divertido no tiene absolutamente nada.

Además, como estábamos esperando el invierno, tampoco contamos con reserva de arena gorda y la sal que se utilizan para evitar que las personas resbalen incluso después de limpiadas las aceras y entradas de edificios, por lo que tuvimos que racionalizar la poca que nos quedaba en los contenedores que cada edificio posee. A veces me parece estar en Cuba.

Dinámica la vida. Me gusta la teoría de hacer planes. No dejo de divertirme mucho cuando alguien de forma muy seria me pregunta, qué planes tienes para dentro de 3 o 5 años. Siempre sonrío y como voy para viejo, con la cuota de decir lo que me venga en ganas, respondo que no tengo planes para esa fecha, me resulta ya demasiado largo. Viendo que nevó en octubre, quizás para esa fecha tenga sueños, pero sólo sueños.

Ahora, frente a mi realidad, pensaré en responder, tengo un plan y objetivos para mañana, siempre y cuando no amanezca nevando brutalmente y con eso salvaré lo de mi visión estratégica, que tanto se menciona hoy por los grandes teóricos, los desconocedores y los esnobistas.


Les dejo las fotos de una linda mañana otoñal en octubre en Lincoln, Nebraska, dónde si no.



viernes, 5 de octubre de 2018

¿En realidad el verdadero problema son las manzanas?

No vivo en Cuba ni en Miami, por lo que las noticias que tengo sobre la isla grande son muy pocas. Reconozco que no estoy pegado todo el tiempo a internet, Facebook o el TV para lograr mayor nivel de información sobre mi país de origen y que a pesar de haber estado allí el mes pasado, la información siempre es limitada.

No obstante, cuando la noticia es grande o curiosa, siempre me llega. Es imposible sustraerse del todo, sobre todo cuando aún tengo intereses, en realidad sentimientos, allí.

Algo grande y curioso. Hace varias semanas, conocí la noticia de que alguien había comprado públicamente 15 000 manzanas en una tienda oficial en CUC, o sea, no de contrabando, no a escondidas, mucho menos en el mercado negro o producto del robo. Me quedó claro el asunto, un cubano se presentó en una tienda y pagó en CUC por la compra de nada más y nada menos que de miles de frutas importadas.

Primero pensé que el número no era real, sino un invento o una equivocación de alguien bien o mal intencionado. ¿15 000 manzanas?

Luego al comprobar que fue verdad, traté de imaginar qué se podría hacer en una isla como Cuba, con una población deprimida, donde la manzana no es ni remotamente un producto de primera, ni segunda, ni tercera necesidad, con esa cantidad de frutas. Revenderlas, exportarlas, hacerlas jugo o mermelada, donarlas a hospitales y asilos de ancianos, regarlas en las puertas de las escuelas, utilizar como relleno para puercos asados, lavado de dinero, poner en situación de aprieto a la administración de una tienda, salir en el periódico y en internet, hacerse famoso, etc., y por ningún lado me daba la cuenta.

Para colmo de algo grande y curioso, leí que a varios de los trabajadores que, al parecer cumplían con su trabajo de vender y recaudar divisas, fueron sancionados y separados de sus puestos, por hacer algo que hasta ese momento no estaba prohibido, ni tan siquiera regulado y que a todas luces ayudaría a cumplir el plan diario, quizás semanal, mensual y por qué no anual de ventas, cuando en realidad le deberían haber dado un diploma por ser el vendedor o vendedora más destacado del período que se analiza.

Entonces, me llovieron los cuentos, comentarios, aclaraciones, chistes y digo me llovieron porque eso fue lo que apareció en las redes sociales. En medio de todos los análisis, como todo, unos más serios y fundamentados que otros, descubrí la publicación de Luis Alberto García, que por cierto cada día que pasa se parece más a su padre.

Luis Alberto que está en Cuba, resulta más fácil hablar de las manzanas desde el exterior, y que no creo que nadie pueda ahora dudar o criticar como mala su calidad de actor e intelectual, ha hecho un análisis fabuloso, como para no perdérselo.

Para mí es extremadamente agradable, pues suma a una gran madurez intelectual, el enorme sarcasmo y la ironía más fina del cubano de siempre. Aprovecha un tema puntual, la venta de una cantidad enorme de manzanas y las medidas que se tomaron al respecto, para hacer un recorrido, aparentemente jocoso y liviano, pero muy profundo y serio, con muy buena memoria, por lo que ha pasado en Cuba, retomando palabras y métodos más que utilizados durante estos últimos 60 años.

Llama a su escrito, no de forma ingenua, "Decreto 1349", haciendo referencia a otro tema candente en Cuba ahora mismo, el Decreto 349, que tiene enhierbado a los artistas independientes y las autoridades gubernamentales, pues parece que los segundos han tratado de prohibir y/o regular algunas manifestaciones artísticas de forma absolutamente grosera, tratando si no de matar, encarcelar o maniatar al arte.

Cualquier puede hacer críticas, yo incluido, pero hay personas que además de criticar o analizar, hacen arte y este es uno de esos casos. No he pedido permiso para publicarlo en mi blog, pienso que, de haberlo hecho, el autor, que además parece ser un cubano “empingao”, me lo permitiría. Quizás ya muchos de ustedes lo conozcan de mano de su propio autor, pero me parece una buena reproducción para compartir, disfrutar, quizás reír y a lo mejor hasta llorar.


Más allá de las manzanas, sus preguntas, que son las mismas que muchos nos hacemos todos los días sobre Cuba, son para guardar.

Decreto 1349
Por Luis Alberto García Novoa

Acaban de informarme, de muy buena tinta, que se prepara un nuevo decreto, que aseguran, será muy duro en sus términos y propuestas en relación a la venta y consumo de MANZANAS, ese artículo de “primerísima necesidad” para los cubanos.

Aunque todavía es muy temprano para tener el documento en la mano, se han producido algunas filtraciones, gracias a las cuales hemos tenido acceso a “lo que se cocina”.
Ya se ha constituido una comisión integrada por blogueros, articulistas y gacetilleros que  ahora mismo está sumida en largas y exhaustivas sesiones de trabajo, analizando el daño irreparable que podría acarrearle a nuestro sistema social el acaparamiento de manzanas en los establecimientos en CUC y su peligroso consumo por una parte de nuestro heroico pueblo.

Hemos sabido que las personas naturales, ciudadanos cubanos residentes en el archipiélago, no podrán adquirir más de 10 manzanas por semestre en todo el territorio nacional. Los dueños de restaurantes y cafeterías particulares que pretendan comercializar zumos, mermeladas, jaleas y otros tipos de dulces o postres que lleven manzana en su confección, deberán retirar de sus cartas cualquier alusión a la fruta prohibida.

Aquellos ciudadanos que por prescripción médica o alguna otra razón de fuerza mayor demuestren que deben consumir manzanas más allá de las 10 semestrales permitidas, deberán llenar “in situ”, en cada tienda o mercado, una planilla de origen y destino en la que aclaren su estatus económico, el estado de sus ahorros y de ser necesario, una copia certificada y legalizada de sus remesas familiares. También, para esos menesteres (comprar manzanas) deberán llevar un expediente con todas sus posesiones (inmuebles, automóviles, etc) que serán analizados por inspectores designados para tales efectos.

Se comenta que de ninguna manera podrán asistir a dichos establecimientos para comprar la fruta de marras, aquellas personas que tengan puestas ropas en las que de alguna manera aparezcan símbolos patrios estadounidenses. Manzana y traición estarán indisolublemente ligadas.

La compra e ingestión de la Manzana (de la discordia) será considerada una prueba fehaciente de que se coquetea de manera sutil o se le rinde descaradamente culto a la norteña potencia y sus lacayos, la mafia. Es una fruta foránea y habrá que salirle al paso a la siempre presente globalización. Nuestro mango también es caro (y la piña y la frutabomba y el mamey y la chirimoya), pero es nuestro mango.

Estarán prohibidas en nuestros medios de difusión masiva y en fiestas o jolgorios particulares absolutamente todas las canciones de Armando Manzanero (en su voz o versionadas por otros intérpretes), otro tanto ocurrirá con el repertorio del famoso cuarteto británico The Beatles, ya que en las portadas y contraportadas de sus discos de pasta, DVDs, BluRays y otros soportes aparece el logotipo de una manzana. Igualmente todos aquellos cubanos que tengan computadoras, teléfonos, iPads, iPhones, iPods y Relojes diseñados por Apple, se verán en la obligación de tapar con cintas pegantes, stickers o pegatinas la manzana que sirve de logotipo a dicha marca. “La Manzana En La Cabeza”, de Carlos Manuel y Su Clan y “Guillermo Tell”, del cantautor Carlos Varela, también sufrirán un largo destierro en el éter criollo.

La talentosa y bella cantante Luna Manzanares y el genial trompetista Yasek Manzano han sido conminados a cambiar sus primeros apellidos en el Registro Civil en un plazo de 15 días hábiles o deberán pagar altas multas, pudiendo llegar incluso a perder irremisiblemente sus nombres de pila.

Compañeras y compañeros: UBÍQUENSE ¡!!

Todas y Todos:   SITÚENSEEEEE ¡!!

El incumplimiento de algunas de las medidas que finalmente serán plasmadas en este nuevo decreto será visto como falta grave, en algunos casos y en otros, como falta muy grave.

Decomisos y multas altas vienen en camino.

Candela!!!

Desde los tiempos de Adán y Eva la puta manzana ha estado formando lío y chuchuchú.
Pin Pon fuera, abajo la manzanera!

Viva la indestructible amistad entre el queso blanco y la barra de guayaba!

Pregunto: 

- No sería mejor tener mercados mayoristas en los cuáles alguien pueda comprar (en CUC) las manzanas que le salgan de su “entretela mondongal”?

- El dinero (quiero suponer que limpiamente ganado) proveniente de comprar muchas manzanas, no va a parar finalmente a las arcas del Estado?

- Hay alguna legislación que regule la cantidad de manzanas que pueden ser compradas en las tiendas de recaudación de divisas?

- Si alguien llega a una tienda y pide, sin esconderse, sin esconderlas, cientos de manzanas, no será porque cree fehacientemente que no está haciendo algo ilegal?

- Le bajarán el precio a las manzanas?

- No quieren mejor, dar de manera subsidiada las manzanas por la libreta de abastecimientos?

- A alguien le molesta que no alcancen las manzanas para los ciudadanos de a pie y no saben que la inmensa mayoría  de esos ciudadanos de a pie no puede comprarlas?

- Por qué algunas personas ven nada más a los acaparadores de manzanas y no a otros acaparadores?

- Por qué nada más que a los acaparadores pequeños y medianos? Por qué no sacuden el manzano?

- Por qué no acaban de liberar las fuerzas productivas?

- Y ese miedo incontrolable al que posee dinero? Al cuentapropista que lo gana sin robar y sin traficar influencias?

- Por qué le temen más a un millonario que a un millón de pobres?

- No quieren darse cuenta de que hace muchos años existen en nuestro país clases sociales que en las escuelas nos repiten que no existen en estos lares?

- Si siempre hubo personas que “sí podían” mientras la gran mayoría “no podíamos”, por qué algunos paladines de la igualdad nunca se preocuparon en ventilar ese preocupante estado de cosas?

Y así las cosas. Lo dejo de tarea.

martes, 25 de septiembre de 2018

Mi concierto de Deep Purple

Si, por fin el viernes 21 de septiembre de 2018, fui al concierto de Deep Purple en el Hotel Harrah´s en Council Bluffs, Iowa.

Lo de presenciar un concierto aquí en Estados Unidos no es nada extraordinario, sin embargo, he nombrado a este artículo “mi concierto” y entonces cuando lean la historia entenderán lo importante que fue al menos para mí y los que han tratado toda una vida de complacerme.


Nosotros. (Yo uniformado)
Antes del cuento, me gustaría decir, para aquellos que no están muy enterados, sin temor a exagerar que cuando se habla de Deep Purple dentro de la historia del rock mundial, es lo mismo que hablar de la Gran Pirámide de Giza, los Jardines Colgantes de Babilonia o la Estatua de Zeus como ejemplo de las Maravillas del Mundo Antiguo, del Coliseo Romano, La Gran Muralla China, Petra o el Taj Mahal dentro de lo que se reconoce como Maravillas del Mundo Moderno. Estamos hablando de algo parecido a lo que significan el Ferrari dentro de los autos de lujo o el Patek Philippe y el Vacheron Constantin como muestra de relojes inalcanzables para simples mortales.

Deep Purple. Antes y Ahora
Claro que para gustos están los colores, habrán quienes piensen en otros grupos influyentes, incluso los que encontraran el aporte de un tipo apodado Pitbull o de Buena Fe a la música contemporánea, pero desde que el hard rock tomó forma, una de las bandas más famosas e influyente en ese género y en todos los derivados que han venido después, que son muchos, desde el rock sinfónico, pasando por todos los metal, el grunge, hasta nuestros días, ellos mismos, los ejecutores, reconocen que crecieron y han trabajado inspirados bajo la influencia de dos grandes banda, Led Zeppelin y Deep Purple. ¿Cuál de las dos es mejor? Hoy creo que la primera, aunque en mi caso particular, he sido y soy fanático a la segunda.

Deep Purple es una banda inglesa formada en 1968, que contó dentro de su alineación con músicos hasta hoy excepcionales. El gran pianista Jon Lord, pionero del uso del órgano dentro del rock, instrumento que distingue la música de Purple, Ritchie Blackmore, uno de los mejores guitarristas de la historia por su capacidad creadora, sus solos y ejecuciones e Ian Guillan, que pasará a la historia de la humanidad como una de las voces más potentes, definidas e impactantes del rock. Por cierto, tengo dos sobrinos de sangre varones, uno se llama Ian y el otro Steve, no tengo que explicar mucho el por qué.

Nací en 1963 y recuerdo que con 9 o 10 años descubrí la música de Deep Purple, a través de un disco de acetato o vinil negro, con mucho ruido de fondo creado por el paso de la aguja sobre la superficie del disco, a lo que en Cuba llamábamos crash y en muchos países le llaman “sonido fritura” y desde ese momento hasta hoy ininterrumpidamente, he escuchado la música de esa banda de forma muy  apasionada. He incursionado escuchando otros ritmos y estilos, he aceptado que existen otros grupos y los reconozco y escucho como buenos, pero al final he mantenido durante toda mi vida el gusto y la pasión por Deep Purple.

Ian Guillan. (Héroe de mil batallas)
Desde niño me impresionó aquella forma “salvaje” de tocar la guitarra de Blackmore y sobre todo la distinguida e inigualable forma también “salvaje” de cantar de Guillan, aspectos que hoy, después de haber escuchado mucha música, todavía me impresionan. Pasa algo curioso con esta música, estamos hablando de canciones que tiene, muchas de ellas, más de 40 años de creadas y para mí, cada vez que las escucho, aparecen como nuevas. Soy así de apasionado



He sido, soy y seré fanático a Deep Purple, independientemente de la inmensidad conocida y la otra desconocida de grupos que han existido, existen y existirán. Creo que, en aquellos años, los 70 y principios de los 80, la música que se hizo fue diferente, lo que correspondía a, claro está, un tema artístico, pero sobre todo a un estilo de vida, a un momento histórico diferente, a una forma nueva de expresión, que es mucho más que hacer e interpretar canciones.

Vuelvo a insistir que, para gusto, …, pero si hablamos de rock, es bueno acordar que cada uno de los discos de esta banda, que suman en su trabajo muchos, 20 álbumes de estudio y 35 álbumes en vivo, mas 15 álbumes de videos y 21 álbumes de compilaciones, es una obra de arte, pensar sólo en Machine Head, Fireball, Deep Purple in Rock, Perfect Strangers, Burn, Stormbriger, Infinite, etc., para darnos cuenta de que esto es algo fuera de serie.

Nada más mencionar canciones como, Smoke on the Water, Chil inTime o Strange Kind of Woman, más Mistreated, Burn, Soldier of Fortune, para darnos cuenta de que, estamos frente a algo excepcional, imperecedero, que ha servido y servirá, no sólo a los músicos a definir sus estilos y alcanzar sus metas, sino a millones y millones de personas alrededor del mundo, independientemente de idioma, costumbres, raíces, historias, edades, sexos, etc., a vivir.


Puedes ser que no se conozca al grupo, puede ser que no se tenga información de sus integrantes. No todo el mundo escoge la música y los músicos como objeto de estudio, hay personas que prefieren la biología, las matemáticas o sencillamente lavar y cocina, puede ser que incluso no se escuche rock, pero si existen unos acordes iniciales de una canción que el mundo identifica, que recientemente ha sido reconocido como los acordes más famosos de la historia y más recientemente la canción completa ha ido a parar al Hall de la Fama, es precisamente los acordes que pueden ver en si pinchan el siguiente enlace de YouTube y verán que si la conocen.


Es real, ellos están viejos, pero yo también lo estoy, no importa los años de las Pirámides de Egipto, siempre es impresionante poder estar frente a ellas, entonces sería difícil poder describir aquí la alegría de la noche, el disfrute tiene características muy personales, sólo diré que será inolvidable, sumado esto a muchos recuerdos de muchos amigos, las muchas horas dedicadas a caerle atrás a escasa información o a discos, cassettes y cintas de videos, los trabajos para ha escondidas escuchar, compartir, intercambiar ideas sobre este tipo de música, las frustraciones que trajeron el gusto por ella y por el estilo de vida que traía atrás.

Más allá de Deep Purple, el gran Ian Guillan, las luces, la música en vivo, las pantallas, una de las cosas más disfrutables de la noche fue el ambiente. No puedo definir cuántas personas había, pero sí que más del 80% de los que allí estaban, hombres y mujeres, eran de mi edad e incluso más viejos. Creo que uno de los más jóvenes participantes fue Jonathan, que estaba allí, además de por el respaldo a la banda, como asistente de sus padres.

La noche estuvo llena de personas viejas, gordas, canosas, calvos o de barbas y pelos largos, que, enfundadas en sus chaquetas de mezclilla o de cuero, con pullover alegóricos al rock debajo, bailaban, se contorcionaban, cantaban y se movían al compás de la música, en realidad su música. Muchas parejas disfrutaban abrazadas, tal como si la esta música los hubiera mantenido unidos.


Todas aquellas personas conocían y cantaban las canciones, sonreían, aplaudían, chiflaban y gritaban, tal como lo hacen los adolescentes en sus conciertos, sin que la edad de muchos de ellos los limitara o sin la pena por hacer algo que otros miran o censuran. Entre los miles de personas que allí asistieron, algo primó en el ambiente traído por el rock, la libertad y la solidaridad.