jueves, 31 de enero de 2019

Súper invierno. 2019

Hace unos días que no escribo nada. Luego explicaré una de las razones, junto a que estamos en invierno y quizás tengo poco que contar.


El invierno en Nebraska, más allá del termómetro, siempre es frío, aunque pensándolo, ahora bien, el invierno en el medio del país, puede ser la estación más dinámica y cambiante de todo el año.

A diferencia de la linda primavera, el caliente verano, etc., cada día dentro del invierno es diferente, incluso tan diferente que dentro del mismo día puede haber varios cambios, a veces predecibles, otras no. De ahí el conocido dicho popular de “si no te gusta el clima de Nebraska, espera 10 minutos”

Pensaba no escribir sobre el invierno, ya bastante jodido es vivirlo, pero como no puedo llorar pues estoy aquí voluntariamente, me desahogaré dándole golpes fuertes a las teclas de mi PC mientras escribo.

Ayer, según los termómetros, amanecimos con – 6 ̊̊ F, (traducción - 21̊ C), como para salir corriendo. Claro, se que habrá quien dirá que tampoco son muchos, si se toman como referencia las temperaturas polares o lo que está pasando ahora mismo en el norte del país, donde las temperaturas y su sensación están debajo de los 30 y 40 grados F.

Estar a - 6 ̊ F o sencillamente “six below” como dicen en inglés, para no explicar mucho, son muchos grados para abajo, son tantos para abajo, que sobran para conocer un poquito qué cosa es el frío. No hacen falta tantos. Lo puedo asegurar.

Para colmo, no es tan importante lo que dice el termómetro, sino la sensación de toda esta ciencia en el cuerpo, por lo que la combinación de humedad, Sol, aire, etc., hacen que se sientan siempre muchos menos grados, o sea, más abajo. Si ya – 6 ̊̊ F son muchos para abajo, cuando estos se sienten como – 20 ̊ F, (traducción casi – 30 ̊ C) por ejemplo, ya no existe el cálculo, ni la ciencia, mucho menos los consejos o buenas voluntades y muchísimo menos los santos y vírgenes.

Pienso que además en todo esto influye la grasa corporal, veo que los flacos siempre pasan más frío, la ropa que te pones, el lugar donde estás o transitas. De más está decir que no es momento para hacer media en ningún lugar en el exterior, no es el momento para sentarse en un parque o meter muela en una esquina.

Aquí donde vivo e imagino que, en el resto de la Unión, la vida no para, o sea, no puede parar. Salvo que exista el anuncio de una nevada enorme o el peligro del hielo sobre la calle, donde se toman medidas por ejemplo las escuelas o algunas entidades del gobierno, la vida continua igual. Todo sigue funcionando.

Entonces, independientemente de dónde se encuentre el termómetro, salimos a trabajar, con más cuidado, mejor abrigados, con más tiempo de traslado, pero salimos a trabajar. Esto condiciona la mente y el modo de vida, porque si salimos a trabajar, estamos en condiciones de salir también a pasear, a ver a los amigos, de compras, etc.

Hoy es más fácil, hemos aprendido a vestirnos, comer, caminar, hablar e incluso a respirar. Recuerdo nuestro primer invierno aquí cuando no conocíamos nada, nunca habíamos visto la nieve, los termómetros para nosotros no medían las temperaturas por debajo de 0 grados y veníamos vestidos con la ropa de invierno cubana, o sea, una ropa de verano sobre la otra y la otra y la otra y con los mejorcitos abrigos que compramos en Walmart de Miami para un inviernito tropical, aquello si fue para llorar.

Hoy, la nieve, el hielo y el invierno, siguen siendo nuevos cada año, pero al estar aquí desde el 2013, ya somos expertos en estos procesos. Yo, el más experto porque siempre trato de quedarme con el protagónico y mi respuesta es la misma, "no hace tanto frío". Así me levanto y así me acuesto, por aquello de “dale Superman que tú puedes”, pero la realidad real puede ser otra.

Les dejo las fotos, estoy seguro de que como en las buenas publicidades donde se apela a las sensaciones, podrán sentir el frío al verlas.

Si no fuera por mi presencia, podría ser esta una linda postal de regalo,
obviamente para aquellos que no están en invierno

viernes, 4 de enero de 2019

OJO - Niños Vacíos.

Podría parecer que la tengo cogida con este tema y a lo mejor así es, porque soy un poco obstinado. Aunque me parece mejor que, al ser más grande, tengo más tiempo para pensar en lo que antes no pensaba y que el momento que vivo, no sólo para mí, sino para muchas otras personas es muy preocupante.
Debe ser que, al ser abuelo y futuro abuelo de otros niños, me preocupan cosas que no quisiera que mis nietos pasaran. Cosas que por desgracia no sólo ocurren en las películas de los sábados, sino que nos están acompañando todos los días y que, a mi modesto parecer, muchas personas no se dan cuenta de ellas, incluso muchos padres ni tan siquiera conocen, cuando una de sus primeras responsabilidades debería ser ESTAR ATENTOS, con mayúscula.
Hace ya un tiempo vi una muy buena conferencia de una psicóloga chilena que le hablaba a un teatro completo lleno de padres. Ella, muy buena comunicadora, con mucha energía, caminaba, se reía, movía las manos e incluso algunas que otras malas palabras, todo atípico para un conferencista de ese nivel, En aquel momento ella dijo que su generación, más menos como la mía, estaba en el medio de dos bandos o campos a los que le tenía miedo. Habíamos, decía ella, crecido teniéndole miedo a los padres por la fuerza y tradición con que nos habían criado y ahora, increíblemente, le teníamos miedo a nuestros hijos, a los que tratábamos e caer siempre bien, prácticamente obedeciendo lo que ellos nos imponían. Esa idea en aquel entonces me llamó la atención, y aunque creo que no fue exactamente mi caso, puedo de forma general, estar de acuerdo con ella.
Ahora me encuentro este artículo en Facebook que me arriesgo a publicar en mi blog, porque es algo que ya está público, que tiene que ver con las ideas que antes he mencionado.
El escrito es del Dr. Luis Rojas Marcos, psiquiatra, investigador y profesor español, nacionalizado estadounidense, el que según Wikipedia ha dedicado su vida profesional, de la cual ha producido más de 15 libros, a la psiquiatría clínica, la investigación y docencia en España y los Estados Unidos, lo que me parece una buena autoridad para conocer, escuchar y confiar.
Las ideas que aquí concluye no son nuevas obviamente, por lo menos para mí y el grupo selecto de personas que me rodean con las cuales comparto mi vida, sin embargo, algo está pasando de forma general, si observamos las estadísticas es fácil de darnos cuenta. Las ideas que aquí se exponen, no son más nada que lo que antes muchos hacíamos y otros ahora hacen, pero que muchos otros han dejado de hacer o de momento nunca han hecho.
La modernidad, la imitación, el poco tiempo para lo esencial o el mucho tiempo para lo efímero, el mal uso de la tecnología o la tecnología como sustituto de la educación, la preocupación, la dedicación y la verdadera causa familiar e incluso como sustituto de los padres, son factores, que están determinado nuestras vidas y afectando a las personas, de ellas, como ya debo haber dicho en otro de mis escritos, los niños y jóvenes resultan los más perjudicados, quizás como nunca se había visto. A veces, sin darnos cuenta, por miedo o por simple complacencia, estamos atentando o al menos dejando de formar y atender a los que, supuestamente, más nos interesa.
Les dejo el artículo completo, creo que sobran los comentarios.
NIÑOS VACÍOS.
Hay una tragedia silenciosa que se está desarrollando hoy por hoy en nuestros hogares, y concierne a nuestras más preciosas joyas: nuestros hijos. ¡Nuestros hijos están en un estado emocional devastador! En los últimos 15 años, los investigadores nos han regalado estadísticas cada vez más alarmantes sobre un aumento agudo y constante de enfermedad mental infantil que ahora está alcanzando proporciones epidémicas:
Las estadísticas no mienten:
• 1 de cada 5 niños tiene problemas de salud mental
• Se ha notado un aumento del 43% en el TDAH (*)
• Se ha notado un aumento del 37% en la depresión adolescente
• Se ha notado un aumento del 200% en la tasa de suicidios en niños de 10 a 14 años
¿Qué es lo que está pasando y qué estamos haciendo mal?
Los niños de hoy están siendo sobre - estimulados y sobre - regalados de objetos materiales, pero están privados de los fundamentos de una infancia sana, tales como:
• Padres emocionalmente disponibles
• Limites claramente definidos
• Responsabilidades
• Nutrición equilibrada y un sueño adecuado
• Movimiento en general pero especialmente al aire libre
• Juego creativo, interacción social, oportunidades de juego no estructurados y espacios para el aburrimiento
En cambio, estos últimos años se los ha llenado a los niños de:
• Padres distraídos digitalmente
• Padres indulgentes y permisivos que dejan que los niños "gobiernen el mundo" y sean quienes pongan las reglas
• Un sentido de derecho, de merecerlo todo sin ganárselo o ser responsable de obtenerlo
• Sueño inadecuado y nutrición desequilibrada
• Un estilo de vida sedentario
• Estimulación sin fin, niñeras tecnológicas, gratificación instantánea y ausencia de momentos aburridos
¿Qué hacer?
Si queremos que nuestros hijos sean individuos felices y saludables, tenemos que despertar y volver a lo básico. ¡Todavía es posible! Muchas familias ven mejoras inmediatas luego de semanas de implementar las siguientes recomendaciones:
• Establezca límites y recuerde que usted es el capitán del barco. Sus hijos se sentirán más seguros al saber que usted tiene el control del timón.
• Ofrezca a los niños un estilo de vida equilibrado lleno de lo que los niños NECESITAN, no sólo de lo que QUIEREN. No tenga miedo de decir "no" a sus hijos si lo que quieren no es lo que necesitan.
• Proporcione alimentos nutritivos y limite la comida chatarra.
• Pase por lo menos una hora al día al aire libre haciendo actividades como: ciclismo, caminata, pesca, observación de aves / insectos
• Disfrute de una cena familiar diaria sin teléfonos inteligentes o tecnología que los distraiga.
• Jueguen juegos de mesa como familia o si los niños son muy chiquitos para juegos de mesa, déjese llevar por sus intereses y permita que sean ellos quienes manden en el juego
• Involucre a sus hijos en alguna tarea o quehacer del hogar de acuerdo a su edad (doblar la ropa, ordenar los juguetes, colgar la ropa, desembalar los víveres, poner la mesa, dar de comer al perro etc.)
• Implemente una rutina de sueño consistente para asegurar que su hijo duerma lo suficiente. Los horarios serán aún más importantes para los niños de edad escolar.
• Enseñar responsabilidad e independencia. No los proteja en exceso contra toda frustración o toda equivocación. Equivocarse les ayudará a desarrollar resiliencia y aprenderán a superar los desafíos de la vida,
• No cargue la mochila de sus hijos, no lleve sus mochilas, no les lleve la tarea que se olvidaron, no les pele los plátanos ni les pele las naranjas si lo pueden hacer por sí solos (4-5 años). En vez de darles el pez, enséñeles a pescar.
• Enséñeles a esperar y a retrasar la gratificación.
• Proporcione oportunidades para el "aburrimiento", ya que el aburrimiento es el momento en que la creatividad despierta. No se sienta responsable de mantener siempre a los niños entretenidos.
• No use la tecnología como una cura para el aburrimiento, ni lo ofrezca al primer segundo de inactividad.
• Evite el uso de la tecnología durante las comidas, en automóviles, restaurantes, centros comerciales. Utilice estos momentos como oportunidades para socializar entrenando así a los cerebros a saber funcionar cuando estén en modo: "aburrimiento"
• Ayúdeles a crear un "frasco del aburrimiento" con ideas de actividades para cuando están aburridos.
• Esté emocionalmente disponible para conectarse con los niños y enseñarles auto - regulación y habilidades sociales:
• Apague los teléfonos por la noche cuando los niños tengan que ir a la cama para evitar la distracción digital.
• Conviértase en un regulador o entrenador emocional de sus hijos. Enséñeles a reconocer y a gestionar sus propias frustraciones e ira.
• Enséñeles a saludar, a tomar turnos, a compartir sin quedarse sin nada, a decir gracias y por favor, a reconocer el error y disculparse (no los obligue), sea modelo de todos esos valores que inculca.
• Conéctese emocionalmente - sonría, abrace, bese, cosquillee, lea, baile, salte, juegue o gatee con ellos.

* TDAH – Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad