sábado, 29 de abril de 2023

497.- "El amor después del amor"

Los que me conocen bien, saben que tengo mis limitantes y dentro de ellas, sigo siendo un fanático de aquello que me interesa. He tratado de mejorar y dar cabida a los matices que aportan los otros, pero en realidad cuando se trata de mis gustos, pues sigo siendo un tipo sin muchas permisibilidades.

Como digo, eso me pasa con la música, dentro de ella, por ejemplo, la que viene en nuestro idioma, el castellano. No soy muy consumidor de la música en español, pero tengo mis cantantes preferidos desde siempre, esos que sigo sistemáticamente y forman parte de mi vida todos los días. 

He escuchado a muchos, pero en realidad sólo me he quedado con unos pocos muy escogidos.

Joan Manuel Serrat desde niño, creo que desde que tenía 7 u 8 años. Luego, Mercedes Sosa desde que la descubrí en su máxima potencialidad cuando joven, Estos dos no sólo son mis preferidos, sino que todavía hoy, a pesar de haberlos escuchado y escuchado, suelo emocionarme con algunas de sus canciones, casi al borde de llorar. Me recuerdan mi infancia, mi juventud, me recuerdan a los amigos y a mí Víbora Park.

Luego me hice fanático a José Monje, más conocidísimo por el sobrenombre "Camarón de la Isla", el más grande de todos los grandes del flamenco, por esa forma única, salvaje, espontánea de cantar.

Luego, desde siempre, soy fanático al mayor éxito del rock argentino, con el perdón de Charly García, al señor Fito Páez, con su forma extraña de cantar, con su voz que por momentos no tiene o lo abandona, con sus movimientos alocados, medios extraños para nuestra cultura, con sus excentricidades, etc.

Soy un admirador y seguidor de Fito, al que tuve la increíble oportunidad de ver en vivo en aquel concierto que dio en la Plaza de la Revolución. En aquella ocasión mis compañeras rockeras fueron Martica y mi hija Jennifer, siendo ella muy pequeñita, allá por el año 1993. Genial concierto para un pueblo muy necesitado de cosas como esa. Rock en vivo.

Ahora he tenido la suerte de acabar de ver la serie "El amor después del amor" que recién acaba de estrenar NETFLIX bajo el nombre de "Love after music". Muy buena para aquellos que disfrutamos con saber algo más que de canciones. Ya he dicho muchas veces antes que me gustan los argentinos, entonces no voy a argumentar mucho más.

Por lo que he leído y averiguado sobre Fito Páez, la serie está muy bien engarzada, reconstruyendo aquellos momentos importantes del músico que marcaron su vida. Claro que no resulta fácil resumir en pocos capítulos una vida tan cargada de emociones, problemas, fracasos, triunfos, alcohol, drogas, fiestas, depresiones, etc.

El guion, para mi gusto, muy bueno, logra conducir por la vida laberíntica de Fito sin que uno se pierda, o peor, se aburra con un panfleto sentimentaloide o demasiado rocanrolero. Sin yo ser cineasta, la estructura no es un cuento lineal, cronológico. Ella va y viene del presente al pasado y al pasado de ese pasado, tratando de explicar los por qué, sin que uno se dé cuenta, sin que uno sienta el paso del tiempo, mejor, sin que uno se pierda.

Como los personajes de esta serie aún viven, se conocen, caminan por las calles, siguen trabajando, etc., es mayor el riesgo, sin embargo, las actuaciones son muy buenas y creíbles. No existen super héroes, super ideas, super soluciones. Merito adicional el haber buscado o encontrado actores muy parecidos, incluso físicamente, a las personas reales. Puede parecer fácil, pero encontrar a un tipo fisicamente parecido a Fito Páez debe haber sido algo muy complicado.

La música inmejorable, la de siempre.

La recomiendo 100%.



lunes, 24 de abril de 2023

496.- De Cuba qué te voy a contar que no sepas.

Como siempre, una vez más, El Terrible, mi colaborador voluntario, me reporta desde Cuba con las últimas noticias, haciendo sus muy oportunas valoraciones.

Aquí se las dejo. 

"Canel y su pandilla ""resultaron elegidos"" para sus respectivos cargos sin ningún problema o sea todos votaron por un gobierno que mantiene a el pueblo en la miseria y la desesperanza permanente. Ahora han encontrado a unos ""nuevos aliados"", los VIETNAMITASSSS. Aquí estuvieron en el proceso de las elecciones unos viejos con los pelos teñidos de negro y diciendo que quieren ayudar a Cuba a salir del problema. Que nos van a enseñar a cultivar arroz, langostas, camarones, etc. Pero, ¿Cómo es que tenemos que aprender de Vietnam, un país que quedó devastado por largos años de guerra y que ahora tienen intercambio comercial con USA, los mismos que los masacraron como perros.   

Es sabido, muy documentado, el interés marcadoooo y sostenidooo de España como metrópoli en Cuba. Muchoooos recursoooos de la época gastó el Imperio Español para mantener su dominio sobre Cuba y eso no tenía que ver con caprichos individuales, ni tendencias políticas.

El gobierno de España sabía la importancia que para la zona geográfica tenía Cuba y no dejó de tratar de mantenerla como colonia durante varios siglos. ¿Qué pasó con aquella Cuba referencia de avance económico y signo de prosperidad para la época ???? ¿Qué pensarían los gobernadores y los reyes de España en aquellos años si le dijeran que seríamos ""ayudados"" por los vietnamitas y les rendiríamos honores como nuestros nuevos colonizadores ????, ¿Qué tiene el comunismo que no sólo es capaz de no engendrar crecimiento y autonomía si no que acaba con lo establecido con la justificación de mejorarlo???

Ahora somos los ""más libres e independientes"" del mundo, pero somos incapaces de instrumentar un régimen de cosas que nos permita vivir dignamente de nuestros propios esfuerzos y no tener que agradecer todo el tiempo por migajas aparentemente desinteresadas de terceros llenas de oscuros motivos.

¿Qué hubieran pensado José Julián y Antonio si hubieran podido ver el presente de Cuba?, ¿Qué hubiera hecho Gómez, el primero en cruzar la trocha con más de mil hombres, si hubiera podido ver la Cuba de hoy?

Ahora si avanzará el comercio exterior de Cuba con el señor Cabrisas de ministro nuevamente y con más de 80 años en sus huesos. A éste improvisado gobierno le pasa lo mismo que a la metrópoli España, no quieren soltar y se mantienen como payaso de instrumento de la cúpula de gobierno que no sale nunca por la TV, pero que son los que toman las más importantes decisiones a su favor.

Ahora Cuba no se hunde, pero navega a la deriva y al amparo de algún ojo de águila interesado en acabar de hacerla naufragar. Es claro que hombres como Maceo y Gómez no nacen por estos lares donde abunda la falsedad, la demagogia y desesperanza como parte de la herencia y el legado de nuestro “"invencible líder histórico"”. Ahora le entra agua a el barco sin poder evitarlo y todos quieren abandonarlo, es obvio que esta no es la Cuba que tanto ambicionó la España de aquellos años y los que se queden irán a parar a el fondo sin remedio.

Es una historia triste, pero real de cómo un pueblo puede ser aniquilado por una ideología hasta hacerlo desaparecer en favor de unos pocos y la desgracia de muchos.


Resistencia Creativa"

jueves, 20 de abril de 2023

495.- Si no nos unimos TODOS, tendremos miseria para los próximos 50 años de vida

¡Pueblo de Cuba!, parafraseando aquella alocución inconclusa que leyera José Antonio Echeverria en la emisora de Radio Reloj el 13 de marzo de 1957, si no nos unimos TODOS tendremos miseria para los próximos 50 años de vida, los que tengan vida para vivirla.

Cubanos de Cuba acaben de entender que no se puede esperar más de un gobierno, que hoy acaba de ratificar de forma “unánime” su existencia, bajo la fórmula mágica creada por ellos para ellos mismos. No se puede esperar nada de aquellos que siguen siendo reconocidos y premiados por la incapacidad para resolver definitivamente, ni tan siquiera todos, sino uno solo de los problemas que el pueblo cubano en Cuba hoy padece.

No se puede seguir sufriendo, padeciendo escaseces, incertidumbres, desesperanzas, no se puede seguir muriendo en nombre de una revolución que se hizo en 1959 para sacar del poder a una dictadura de derecha, para terminar, estableciendo una dictadura de izquierda, sino peor, igual que la que existía.

No se puede seguir aguantando que se hable de los pobres y los analfabetos, del racismo, de la desigualdad de antes de la revolución, cuando se está en el 2023, después de 63 años de pruebas y experimentos inconclusos, irrelevantes, sin resultados y fallidos, frente a mayor pobreza, mayor analfabetismo, mayor racismo y una muchísima mayor desigualdad.

Los cubanos de Cuba, esos que sufren todos los días, si sufren, porque el estar 10 horas sin electricidad es sufrir, porque estar 3, 4 horas esperando una guagua es sufrir, porque tener que hacer 7, 8 horas de cola para adquirir un mal alimento es sufrir, porque tener que pagar 5, 6, 8, 10 veces el precio de cualquier producto es sufrir, tienen que acabarse de convencer que, si no son capaces de luchar por ellos mismos, nadie los va a liberar. Morirán y seguirán muriendo sino biológicamente, al menos sentimentalmente que es peor que la primera forma de muerte. El hambre mata al cuerpo, la desesperanza, la falta de estímulo, la falta de ilusión es más cruel, más inhumana, más torturadora, porque mata día a día al cerebro en vida.

Cubanos de Cuba que hoy tienen que aceptar que un grupo de reelegidos por ellos mismos, que ya han fracasado en todas sus gestiones durante años, incluso décadas, emitan discursos banales, hipócritas, hablando de ilusión, esperanza, de esfuerzo para vencer y sobre todo de patria o muerte, como única solución para vivir dentro de esa isla de la que ese mismo grupo y algunos que no salen por la televisión, pero tienen el poder, se ha apoderado para siempre, si no acaban de entender que ninguno de esos van a resolver nada, que sólo son un grupo de monigotes que están tratando de escapar y vivir mejor, a costo de escudarse detrás de un noble sentimiento al que llaman “pueblo”. Cubanos, el para siempre no existe, nada tiene que ser para siempre, porque la misma vida no lo es.

¿Cómo otros pueblos han podido revertir la situación que viven cuando no han estado de acuerdo con ella? ¿Cómo otros pueblos han derrocado gobiernos? ¿Cómo han podido sacar de sus sillas a presidentes y poderes, a ejércitos y aparatos represivos? ¿Cómo han podido, incluso sin tirar un tiro, hacer que los gobierno renuncien, abdiquen, huyan?

¿Será más fuerte el gobierno desmoralizado de Cuba que los gobierno de la Europa del Este patrocinados, dirigidos, apoyados, mantenidos por la URSS, será más fuerte que el estatus de Apartheid en Sudáfrica? ¿Será más fuerte el poder en Cuba, con sus cuatro policías incultos y mal alimentados, con sus cuatro agentes de la seguridad del estado con sus mochilitas donde llevan la merienda, que, en la Alemania hitleriana, que, en la España de Franco, que en la Italia de Mussolini?

No existe un gobierno, con toda la aparente fortaleza que tenga, que pueda contra un pueblo entero, incluso cuando éste esté desarmado. No existe un gobierno que pueda contra un pueblo que sale a la calle y decide exigir cambios radicales, porque el gobierno no puede encarcelar y matar a todo un pueblo.

¿Pueblo cubano hasta cuándo permitir que barrigones, metidos dentro de sus modernos trajes y zapatos importados sigan hablando de la Sierra Maestra, de Playa Girón, de principios intactos, de Fidel, de continuidad, para justificar su presencia, sin hablar de cuándo y cómo se resolverán los problemas de una santa vez? ¿Hasta cuándo aquello de que continuaremos trabajando sin dormir, con un enorme esfuerzo, con una absoluta continuidad, frente a un país que, no sólo está destruido, sino que se destruye y destruirá día a día? ¿Hasta cuando el pueblo cubano en Cuba tendrá que despedir a sus hijos deseándoles un mejor futuro lejos o poniendo los presos y los muertos?

Pueblo cubano, ¿Es que no nos damos cuenta de que el gobierno es más débil hoy que nunca antes?, ¿No nos damos cuenta de que el gobierno cubano tiene miedo, que se sabe un gobierno minado, con comején por donde quiera y que el miedo que siente lo hace pregonar que es fuerte para engañar? Díaz Canel debe saber, porque lo sé yo, que no tiene mucho respaldo en esa población que dirige, que los militares no le son fieles y están agarrados por Raúl Castro, que cada día hay menos cubanos que quieren ser del partido comunista y de la juventud comunista. ¿Creen que no se dan cuenta que las personas está levantando las manos para aprobar una ley, una decisión y al día siguiente están en la frontera sur de los Estados Unidos? Si lo saben y están sencillamente jugando con el tiempo.

Es cierto, si fueran honestos, hombres y mujeres con dignidad, deberían renunciar y / o masivamente suicidarse frente al fracaso. No lo van a hacer. Ellos, dueños, con el poder, están decididos a permanecer con el mismo discurso de, ahora tenemos que sacrificarnos, por siempre. No se van a ir. Díaz Canel, el más gris de todos los grises, acaba de ser vuelto a poner para los próximos 5 años y con él, se han resembrado a todos los que estaban. Todos dueños y autores de todos los fracasos actuales. Se ha vuelto, como una gran burla, al premiar al desastre, a la apatía, a la muerte.

Sé que es fácil decir todo esto desde el exterior. No soy ajeno. No llegué ayer del planeta Marte. Entonces ¡Pueblo de Cuba!!!!!!!!!! en el exterior. No nos dejemos engañar más. Cada discurso que se refiere a la emigración es un discurso hipócrita. El gobierno de Cuba nos odia, no nos perdona que, no sólo nos hayamos ido, sino que jamás perdonarán que hayamos triunfado, cada uno a su nivel, cada uno en su lugar. No pueden perdonar que regresemos a divertirnos. El gobierno de Cuba no nos quiere y cualquier discurso temporal o coyuntural de cariño es fingido, por actualizaciones de imágenes internacionales o por dinero. No existe otra verdadera causa. La idea de que se “vayan, no los necesitamos, no los queremos” sigue aún viva.

Nosotros, también somos responsables, en una parte, de que ese gobierno exista. Nosotros lo ayudamos, nos reblandecemos frente a sus mensajitos de cariño, nos dejamos engatusar con palabras dulces. Dejamos que nos chantajeen. Nosotros estamos divididos sin razón, porque aquí o allí donde vivimos no existe el CDR, no existe el PCC y no existe la seguridad del estado que nos vigilan o reprimen. Estamos divididos porque esa división está en nuestra génesis, en nuestra historia, en nuestro ser y con esa división el gobierno cubano gana.

Los de “afuera” estamos peor que los que en Cuba están. Somos libres y no sabemos qué hacer con nuestra libertad. Si, por mucho que moleste, somos libres, pero incluso en libertad no sabemos salir del lamento. Ni hablar de aquellos que desde “afuera” defienden al comunismo cubano, de esos no vale la pena consumir espacio.

Es cierto que no podríamos desde nuestros confortables lugares decidir nada, pero, ¿Qué nos impide unirnos en un frente único? No para decidir una constitución o código desde ahora, no para establecerla forma de propiedad de la tierra, del río, del mar, para eso luego habrá tiempo, sino para echar a un gobierno que está matando a los cubanos, a nuestros hijos, a nuestros padres, hermanos, sobrinos, vecinos, amigos. Echar a un gobierno que no da opción, o estás con él y te utiliza o estás contra él y te ignora, te aparta, te excluye. Si estás en contra, pues acostúmbrate a padecer, soportar, aguantar o sencillamente vete o no vengas. ¿De dónde el gobierno, cualquier gobierno, es el dueño de una patria, de un país, de una población entera? ¿De dónde el pobre José Martí tiene que ver con lo que está pasando ahora en la patria Cuba? Patria y Martí son las dos primeras y más grandes mentiras en las bocas del gobierno. Patria y Martí son sólo un comodín.

Cuba, es cierto, tuvo una revolución que triunfó en 1959. De allí para acá no dejó nunca de tener un gobierno feudal, que como en un medioevo demorado en el tiempo, se desarrolla alrededor de un caudillo. Esos modelos feudales, hace años que no prevalecen en una gran parte del mundo. Esos gobiernos donde yo soy el único dueño y hago y dispongo a mi antojo y nadie puede cuestionarme, menos echarme, hace años que dejaron de ser gobiernos modernos.

Para el gobierno cubano y sus gordos integrantes, el llamado pueblo, que cada día cuesta más trabajo definir y encontrar, es sólo una justificación para días de celebraciones. Esos gobiernos dictatoriales y totalitarios, aunque disfrazados de otra cualquier cosa, están de forma ilegal o ilegítima y los pueblos tienen el derecho de decirles: hasta aquí, ya no más.

Si los cubanos, los de aquí y los de allá, queremos una vida digna, que nos lleve a no sufrir, a no mendigar, a no inventar, tenemos que reconquistar nuestro más legítimo derecho, el ser dueños de nosotros mismos.

Quiero para el pueblo cubano en Cuba, la mitad de la libertad que yo tengo, con sólo esa mitad, no exenta de problemas, esfuerzos, contradicciones, Cuba sería un país lindo, un país de donde no se tuviera que huir o escapar.

¿Por qué otros pueblos sí y el cubano no? 

¡Pueblooooooo de Cubaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 

martes, 18 de abril de 2023

494.- Recapitulación 6. La Vida es un Gran Viaje.

Leyendo y leyendo encuentro este artículo que escribí hace más de 10 años mientras vivía en República Dominicana y al releerlo con calma, descubro que no solamente estoy de acuerdo con lo que pensé en aquel momento, sino que estoy muy de acuerdo, por eso me arriesgo a reproducirlo ahora bajo el esquema de Recapitulación.

Claro, todo tiene matices y la idea de tratar de resumir ideas como estas en poco espacio, puede llevar a pensar que se trata de algo fácil y además absoluto. Nada es absoluto, entonces cada caso, específicamente cuando se trata de seres humanos, puede o de hecho tiene una explicación particular.

Lo recomendado sigue siendo pensar y evaluar antes de tomar decisiones o crear definiciones generales, que es cierto que pueden ayudar a entender, pero también es cierto que complican el tema, porque no sólo ninguna persona es idéntica a otra, sino que ningún día, mes o año, ningún entorno con el paso del tiempo, se parece incluso al de ayer, por lo que aquello de 2 + 2 es igual a 4, para nada siempre funciona.

Hablo con muchas personas todos los días, me gusta hablar, sin embargo, hoy he desarrollado, no con pocos trabajos, mi capacidad de escucha, por lo que por momentos me descubro en silencio, dejando respetuosamente que el otro se explique, cosa que reconozco, antes me costaba más trabajo.

Descubro personas locas, atormentadas, al borde del alcoholismo como “solución”, con una carga enorme de problemas que no saben que tienen, no pueden o no quieren resolver. Personas que se auto diagnostican estresadas, confundiendo la presión que siempre impone la vida con otra enfermedad más compleja. Personas que imitan hasta el infinito, tanto que en realidad se les olvida quiénes son. Personas para las que la vida se convierte en una carrera loca sin una dirección mínima, sin un camino. Personas que tienen muchos problemas imaginarios.

Entonces, sin saber nada, me place recomendar un poema que me gusta y él mismo delata las complejidades de la vida. Por muchos años, la obra que en nuestro idioma se conoce como “Instantes” o “Momentos”, fue atribuida a Jorge Luis Borges en su versión en castellano, sin embargo, otras fuentes aseguran que la autora es Nadine Stair, norteamericana y que lo escribió a sus 85 años. Al parecer la primera publicación apareció en inglés bajo el título de “If i had my life to live over”. El poema es lindo lo escribiera uno u otro, pues habla precisamente de ese viaje que es la vida y cómo se ve cuando se mira para atrás, cuando se está casi al borde de la muerte.

El poema lindo, además enseña, podríamos leerlo todos los días en la mañana. ¿Para qué esperar a la muerte para entonces querer comenzar a vivir? Aquí se los dejo como aporte a mi artículo del 2012.

“If i had my life to live over”. “Instantes”. “Momentos”. 

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.

Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.

Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares a donde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.

Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años...
y sé que me estoy muriendo.


VIERNES, 29 DE JUNIO DE 2012

LA VIDA ES UN GRAN VIAJE. 

Hace dos días estaba sentado frente al televisor mirando, nada y de repente escuché una frase, me llamó la atención, me levanté y la escribí en un pedazo de papel para que no se me olvidara. Podría averiguar quién, cuándo y por qué la dijo, hoy resulta relativamente fácil, pero no es tan importante el origen sino su contenido, por lo que prefiero reflexionar sobre ella.

 “La vida no se trata de llegar a un destino, sino de disfrutar el viaje”

La idea, de seguro hija de algún sabio de una cultura antigua como la china o la griega, es una de esas verdades que a pesar de su claridad a muchos nos cuesta trabajo reconocer. La vida es eso, un viaje. Camino del cual sabemos muy poco.

Nuestro viaje comienza con la famosa concepción, donde de forma planificada o por accidente, el óvulo queda fecundado por el espermatozoide. Héroe dentro de millones que después de vencer miles de obstáculos logra sobrevivir y cumplir con su objetivo. De ahí en adelante comienza ese viaje sin rumbo definido, sin tiempo exacto para llegar al final, sin un destino previamente seleccionado. Unos mueren al nacer, incluso antes, otros permanecen sobre La Tierra más de 100 años. No existe esquema.

Tal como dice el programa de TV “1000 Maneras de Morir”, nacemos y tenemos que enfrentar diariamente miles de posibilidades de morir. Mal funcionamiento de nuestro cuerpo, enfermedades, bacterias y parásitos asesinos, accidentes, envejecimiento, guerras, catástrofes y uno que otro semejante que trata de agredirnos, a veces para quitarnos lo poco que poseemos, a veces por el sólo hecho de agredirnos, por lo que mantenernos vivos y llegar al final de cada día, es todo un mérito. Quizás el mayor de los méritos que podamos alcanzar. Al igual que hacen las escuelas para reconocer los estudios que terminamos, sería bueno que, al terminar de vivir cada año, se nos entregara un título o diploma como reconocimiento al haber logrado ese objetivo que está presente independientemente de todo lo otro que podamos o tengamos que hacer.

Entonces, luego de vivir 9 meses en un medio líquido como dentro de una pecera, salimos y pasamos los primeros años de nuestra vida, dentro de nuestra familia de origen, nuestro primer grupo. Otra pecera, ahora sin agua. Ahí aprendemos, ahí nos domesticamos. Consumimos lo bueno, lo aceptable, lo permitido y también somos víctimas de lo malo, los vicios y las deformaciones. Consumo de lo bueno y lo malo que luego arrastramos toda la vida sin pensar mucho, como una marca que no se ve, pero existe. Experiencia que muchas veces termina por conformar nuestra mejor y más sólida tesis: “yo soy así, así me enseñaron, no tengo por qué cambiar”

Un buen día nos enteramos de que somos grandes y tenemos que continuar solos, comenzando la segunda etapa de nuestro viaje, quizás la más difícil. Traemos inevitablemente lo que aprendimos y fuimos cuando niños y al enfrentarnos al grupo más grande llamado sociedad, agregamos otras enfermedades que hacen del viaje un infierno. Sólo los mejores se salvarán. Tal como los espermatozoides, sólo los que tomen conciencia de la importancia de la vida y busquen solucionar las deformaciones, saldrán ilesos.

Nuestro paso por la sociedad de hoy nos introduce en temas bien complejos. ¿Lo importante es lo que soy verdaderamente o lo que tengo?, ¿El éxito significa acumular y acumular y tratar de parecerme a alguien que tiene muchas más cosas que yo? Si, lamentablemente a veces es así. Los que tratan de romper con esto aparecerán como anormales o locos.

La sociedad actual, o sea, la mayor parte de las personas que dentro de ella existen, valoran el éxito por las cosas materiales que se logran acumular. No importa si sirven para algo, no importa si son funcionales, lo importante es tener, sobre todo poder mostrar que tenemos. Eso es haber alcanzado el éxito. Nos convertimos entonces en vitrinas, que terminamos consumiendo lo que otros consumen, nos convertimos en imitadores con tal de ser aceptados por el medio donde nos desenvolvemos. Llegamos no sólo a comprar y consumir igual, sino a caminar, posar e incluso hablar igual que otras personas. Es una pena, habernos esforzado tanto para sobrevivir y terminar imitando a las hermanas Kardashian, Paris Hilton o Shakira; o terminar comprando una camisa o un pantalón por una etiqueta; o aspirar a un automóvil o un celular por lo que otras personas puedan pensar del éxito. Peor, ir a un gimnasio con la única explicación de parecer inteligente.

La vida moderna, asesina de la individualidad y la creatividad, termina creando en los descerebrados, imágenes a imitar y por supuesto introduciendo enfermedades mayores, tales como la ansiedad, la irritabilidad, la insatisfacción insana o enfermiza, en resumen, el estrés. No estamos contentos con lo logrado. Nada nos llena. Siempre queremos más.

Y entonces convertimos nuestro camino en algo tormentoso e infernal, dedicándonos a llenar nuestro deseo de tener y acumular, lo que nos impide disfrutar el viaje. Es raro y tonto, pero penosamente es así, al menos para una gran mayoría.

Vivo en República Dominicana desde hace 4 años. Trato de reflexionar todos los días sobre lo que me rodea y descubro que, muchos ricos están jodidos como personas, y precisamente la causa de sus males personales y familiares está precisamente en lo que el dinero los ha deformado y entonces los pobres están también jodidos, pero a mi criterio están peor, no por no tener dinero, sino sencillamente por querer a brazo partido imitar a los ricos. Gran problema, la gente ha perdido la capacidad de pensar y valorar y se dedica sólo a imitar.

Por pensar en alguien ahora, pienso en Michael Jackson. ¿Quién podría haber pensado que, a esta hora, joven aún, estaría muerto y que lo que más dejó fue deudas?, ¿Michael Jackson con deudas? Creo que nadie. Pero en realidad, ni la famosa casa donde vivía, con parque infantil incorporado sueño de todo niño, era de él. Horrible forma de terminar su viaje.

Deberíamos urgentemente pagarle a alguien para que nos enseñe a ser felices. Antes de que sea tarde deberíamos aprender el valor del éxito y su significado. Esa es la disyuntiva que tenemos para enfrentar y poder disfrutar nuestro viaje. Entonces: ¿es mejor el que escribe un poema o el que tiene una jeepeta?, ¿es mejor el que salva una vida o el que tiene una majestuosa casa?, ¿qué es mejor ser un buen profesional o un maniquí que exhibe ropa, carros, casas?, ¿qué es mejor tener un hermano y compartir con él el único pan que se tiene o tener un hermano rico con el que no se pueda contar para nada?

De la definición que demos a estas preguntas y a otras más, dependerá la calidad de nuestro viaje. En sentido general podemos escoger entre la insatisfacción insana de no conformarnos con nada y querer más y más, lo que terminará por distorsionar el objetivo y convertir la vida en una guerra o tratar de disfrutar el viaje, descubriendo los detalles mínimos que existen durante el trayecto.

¿El viaje hasta cuándo durará? No lo sabemos. Yo particularmente ya a mis casi 50 años soy un sobreviviente, entonces valoro cada día cuando abro los ojos y veo el Sol. Siempre he tenido una convicción, trato de disfrutar el viaje sin pensar mucho en el destino y sobre todo trato de no convertirme en un maniquí.