viernes, 30 de diciembre de 2016

Nebraska, el Estado de la felicidad en Estados Unidos.

Casi al finalizar el año 2016, otra noticia agradable, de esas que hacen que uno se sienta muy bien pues ratifica una buena decisión.

No puedo asegurar que lo que estoy publicando sea verdad 100%. No trabajo para el gobierno, ni para una institución que maneje estos asuntos, sin embargo mi vida en Lincoln, Nebraska, puede perfectamente dar crédito a lo que aquí se dice.

Recuerdo que durante mi paso "difícil" por Miami, Jonathan, Martica y yo decidimos movernos o mudarnos para Lincoln, ciudad de la que no conocíamos nada y que está ubicada casi en el medio de los Estados Unidos. Para muchos, la sola propuesta era una acción loca, para otros incomprensible, a quién se le podría ocurrir abandonar la "Ciudad del Sol" después de haberla conocido. Para muchos de los que nos rodearon y deseaban nuestro bienestar la idea era fatal, sin embargo para nosotros, sin desconocer el riesgo que corríamos, la idea tenía al menos algo de valentía. 

Claro, no estuvimos solos, podemos ser valientes, pero no somos locos. El movimiento estratégico fue organizado, dirigido y apoyado por un hombre cuyo nombre, Raúl Bosmenier, a lo mejor puede decir poco, sin embargo su apodo desde niño, Ruso, lo hace más que conocido para los que crecimos y vivimos en Víbora Park. El Ruso, el Bolo, el que a pesar del tiempo, las adversidades y vicisitudes que ha enfrentado durante toda su vida, no cambió.

Por el Ruso y su sólida frase de "en la calle no se van a quedar", nos movimos a lo desconocido, con la seguridad de conocerlo y hoy, después de casi 4 años, puedo decir que es de las decisiones más acertadas que hemos tomado como familia en esta última etapa de nuestras vidas y por eso el artículo que reproduzco me da alegría. Además de valientes, fuimos inteligentes.

Gracias Ruso

.....

Nebraska el mejor estado para vivir en el país. ¿El peor? Mississippi se lleva el último lugar.

Un estudio fue hecho para determinar cuál de los 50 estados de Estados Unidos es el mejor; los 10 mejores estados:
  1. Nebraska
  2. Iowa
  3. Wyoming
  4. North Dakota
  5. Minnesota
  6. Virginia
  7. Kansas
  8. Connecticut
  9. Utah
  10. New Jersey

¿Cómo fue que se decidió si un estado es bueno o no para vivir?

Con el fin de clasificar los mejores estados para vivir en los Estados Unidos, ellos tuvimos que determinar qué criterios son los que la gente le gusta de ese lugar. No es una exageración suponer que a las personas como les gusta el crimen bajo, educación sólida, buen clima, cosas que hacer y una economía estable.
 ¿Cómo determinaron la colocación de los números?
Utilizando los datos de criminalidad del FBI, el censo del gobierno, la Oficina de Estadísticas Laborales y otros más, estos son los datos que utilizaron:
  • La más baja tasa de desempleo
  • Ingreso medio ajustado por el costo de vida
  • Baja tasa de vivienda vacantes
  • Educación
  • Crimen bajo
  • El mejor clima
  • Romanos de Víbora Park en Roma
Romanos de Víbora Park en Nebraska

 1. NEBRASKA
Al parecer la decisión fue difícil, pero Nebraska terminó adelante que Iowa cuando se decidió cual es el mejor estado.
El ingreso familiar ajustado para los residentes de Nebraska promedia en $ 57,000 que es en realidad casi la más alta del país.
No sólo las gentes de Nebraska ganan grandes salarios, casi todos ellos están empleados. Sólo el 3,3% de la gente de aquí están sin empleo. Y como se puede imaginar, los tiempos para trasladarse son bajos. Se tarda unos 18 minutos en llegar al trabajo, en promedio, según el estudio. En muchos estados, se tarda 18 minutos para llegar a la carretera en la mañana.
Si se suma estos y otros factores; sin duda alguna no se puede encontrar un lugar mejor para vivir que en el Estado de Cornhusker.
 2. IOWA
Iowa es un lugar maravilloso para vivir por algunas de las mismas razones que hacen a Nebraska el mejor. Los hogares tienen un ingreso ajustado de $ 51,000 al año, lo cual no está nada mal. Y el dinero va para beneficios del estado.

Sólo el 8,5% de las casas en Iowa están vacantes. Esa es una buena señal de que la economía en general en el Estado Hawkeye es estable, y hay demanda para vivir allí. Y hogares menos abandonados significa mejores barrios y participación.



sábado, 17 de diciembre de 2016

Cuba. Dos temas actuales.

No vivo en Cuba desde hace muchos años ya y no vivo en un lugar donde las noticias sobre ese país invadan constantemente mi cerebro, por lo que he decidido ser muy cuidadoso cuando se trata de analizar un tema relacionado con el presente de ese lugar.

No tengo la solución, no sé qué va a pasar, no puedo imaginar quién vendrá después a gobernar, ni cuál será el camino de ese gobierno. Me auto limito, hoy más que cuando viví allí, porque el despertar en Cuba cada mañana, me daba el derecho a gritar, maldecir y cuestionarme todo lo que pasaba a mí alrededor. La solución inteligente y “fácil” que escogí para mí vida, ha terminado por enfriar mis calores. Cuba no forma parte de mi vida diaria, no quiero resolver nada de verdad, no estuve ni estoy dispuesto a poner el muerto. No extraño Varadero, ni los hoteles, ni tan siquiera las calles restauradas de la Habana Vieja, porque en realidad nunca las tuve.

No obstante, por momentos, me llegan o busco alguna idea, pues tampoco puedo asegurar que he logrado borrar 100% a ese país de mi vida. Me miro, veo las heridas que tengo, las mías, y entonces recuerdo.

Ahora mismo he conocido dos noticias que me llaman la atención y entonces escribo sobre ellas desde mi cálido apartamento en el crudo invierno que comenzamos a vivir ya este año.


1.- He leído en internet que el gobierno cubano, como consecuencia de la muerte “física” de Fidel va a prolongar la suspensión de las actividades festivas y celebraciones por fin de año. En los lugares públicos sólo se podrá escuchar “canciones patrióticas” y que sólo se mantendrán algunas actividades internacionales como, por ejemplo, el Festival de Cine.
No puedo asegurar que esto sea cierto o falso, pues parece que no se ha comunicado al pueblo de forma oficial y conozco que en internet se puede publicar cualquier cosa. Sin embargo, conociendo el funcionamiento del gobierno cubano, no lo dudo.

Ya fue llamativo lo de los 9 días de duelo oficial y el traslado de los restos “físicos” por carretera desde la capital a Santiago de Cuba, que si somos sinceros es mucho, pero menos de lo que siempre se pensó. De haber ocurrido esto cuando existía el desaparecido campo socialista, pues la historia hubiera parado en un enorme mausoleo con guardia de honor, el cuerpo embalsamado para ser mostrado al mundo y la pira con la llama de la libertad encendida las 24 horas del día, tal como hicieron los soviéticos con nuestro querido Tío Lenin.

Es hasta entendible que, si el gobierno del país determina un duelo oficial por algo considerado importante, pues en los lugares públicos que pertenecen a ese gobierno no exista la fiesta durante ese período, que para nada tiene que ver con que las personas escuchen música y bailen en sus casas y quieran celebrar un cumple, una boda, la llegada de un niño nuevo a la familia, o sencillamente que ganó el Barcelona al Madrid, o que fue encontrado un nuevo micro organismo que vive a mil metros de profundidad en el mar.

Lo que me parece ya un extremo es que ahora, a fin de año, que quizás es la fecha más importante para un pueblo trabajador como el cubano, se suspendan todas las celebraciones donde exista música, baile, risas, bebidas y comidas, porque alguien, donde incluyo a Fidel, murió “físicamente” hace horita más de un mes. Me resulta absurdo y una muestra más del abuso del poder, cuando recuerdo que los psicólogos modernos en Cuba recomendaban frente a la muerte de un familiar o amigo querido, llegar a la casa y seguir viviendo normalmente, ver televisión, poner música, pasear, porque aquel luto eterno, vestidos todos de negro y aquellas casas cerradas a cal y canto en total silencio no eran buenos para los que quedaban vivos.

Recuerdo que, a principios del año 1986, Martica y yo comenzamos a pensar en nuestra boda. Ella ya trabajaba y yo me debía graduar a mediados de ese año en la universidad por lo que podíamos pensar en unirnos “hasta que la muerte nos separara”, llevábamos ya varios años noviando, varios casi muchos.

Mi abuelo, Papa Felo, enfermó de ingreso y el día 19 de febrero murió. Al ser mi abuelo una persona importante en nuestra familia, al que, visto desde hoy, tuve la suerte de cuidar en el hospital, Martica y yo decidimos que debíamos aplazar nuestra boda y así se lo comunicamos a mi madre, hija del difunto.

Mi mamá, con esa madurez y claridad que ha tenido siempre, y que hasta hoy la acompañan, nos dijo; están equivocados, para nada una cosa tiene que ver con la otra, si tu hubieras muerto, tu abuelo no hubiera dejado de vivir, no hubiera faltado a dar clases en su Facultad de Derecho. Ustedes se van a casar. Como en efecto, un mes después, casualmente el día de mi cumpleaños, Martica y yo nos casamos y no fuimos a ponerle las flores de la boda a la tumba de mi abuelo. Gracias a la objetividad “marxista” de mi madre, hicimos una linda fiesta, bailamos, comimos y, sobre todo, a diferencia de muchas otras bodas donde he estado, nos divertimos.

Esa fue mi historia con la muerte de alguien que estuvo muy cerca de mí como abuelo, que además fue una persona admirable desde el punto de vista profesional y que supo mantenerse, a pesar de los pesares, como el centro de toda una familia. Entonces cómo entender el luto eterno, que contradice a las más modernas de las técnicas psicológicas y a la más sólida objetividad marxista.

Creo que, como muestras del mejor totalitarismo, es otro exceso. Claro que:

a.- Se permitirán las actividades internacionales, donde inevitablemente participan un grupo pequeño de cubanos, digamos el Festival de Cine, donde siempre asistían los medio selectos o los medio socios. Noches de cine en La Habana que terminan siempre en secreto, con fiestas, tragos, sexo, etc. Manteniendo de esta forma la más sólida tradición discriminatoria hacia el interior, o sea, hacia la gente de a pie, que puede llevar esperando 365 días para celebrar éste 31 diciembre y desearse un feliz y próspero año nuevo.

b.- Habría que ver si la prohibición de fiestas llega a todos los niveles y si en las casas de los “jefes” donde siempre se han reunido en secreto los amigos de los amigos, se guardará luto el último día del año a las 12 de la noche, mientras se comen las 12 uvas rojas.
Para completar la ridiculez, leí que sólo se permitiría la música patriótica, imagino algo así como La Bayamesa  o los Versos Sencillo de José Martí musicalizados por Moncho “El Gitano del Bolero” y es que a lo mejor, como muestra de respeto al desaparecido, a alguno de los destacados guatacones, se le ha ocurrido pedirle a los cubanos de a pie que hagan sus ruedas de casino al compás del Himno Nacional.

2.- La represión siempre ha existido. Visto desde el punto de vista social, creo yo que, desde el momento en que se desarrolló el hombre pensante apareció como forma para conquistar, tener y mantener el poder. Desde siempre y hasta hoy los más fuertes joden a los más débiles. El sentimiento represivo poseído por algunos para controlar a los otros, puede ser clasificado como algo natural en los seres humanos, aunque natural no signifique bueno. Siempre que una parte es fuerte y necesita tener tranquila a la otra parte, pues reprime.

A eso no escapó el nuevo y mejor sistema socialista mundial, que, como nos decían en nuestras clases en la universidad, para fortalecerse, el gobierno del pueblo, tuvo que encarcelar, matar, y sobre todo crear el control y el auto control efectivo, en aquellos que se mostraban no a favor o por lo menos dudaban.

La Cuba revolucionaria agrega a esta estrategia socialista un sentimiento muy fuerte latino, caribeño, enormemente caudillista que nos viene desde el mismísimo Hatuey y entonces, también en nombre del pueblo, se trata de mantener a raya o del lado de allá de ella, a los que incluso sin manifestarse podrían estar en contra.

Así sufrieron algunos intelectuales, algunos religiosos, algunos que se querían dejar el pelo largo y ponerse los pantalones apretados y hablaban de amor y por supuesto aquellos que de una forma más directa hicieron algunas critiquitas o simplemente algunas muequitas. El poder, aparentemente fuerte, pero con miedo, reprime por anticipado como mejor forma para evitar.

No obstante, siendo sincero, puedo decir que crecí en un país donde era difícil ver un arma de fuego en la calle. Éstas quedaban segmentadas para los militares en maniobras en el campo y para la policía vestida de uniforme y en servicio. Durante muchos años los policías se quejaron por la enorme cantidad de medidas de protocolo que tenían que realizar antes de sacar un arma en medio de la calle, lo que resultaba que a veces los verdaderos delincuentes salían ganando, por aquello de tener que decir tres veces alto, párate, luego de no sé cuánto, había que tirar al aire con un intervalo determinado entre disparo y disparo y luego la casi ley de tener que tirar a las piernas del perseguido. Sacar un arma y matar a alguien en medio de una calle cubana era una acción que necesitaba de toda una enorme justificación. Inteligente por aquellos años el gobierno. Reprimía, pero era bueno. Recuerdo que sentir un tiro era todo un evento, por muchos años reservado sólo para los 31 de diciembre a las 12 de la noche, mientras no prohibieron esa parte de la fiesta.

Recién ahora veo en internet también, manifestaciones del pueblo malo contra el gobierno cubano y la represión que se lleva a cabo por fuerzas represoras buenas. En esta información sí creo, porque los videos que veo no son producidos por las tradicionales “agencias noticiosas enemigas”, sino de cualquier cubano de a pie que lo graba con su celular y en menos de lo que canta un gallo, lo cuelga en internet.

Y lo que me llama la atención es la cantidad de hombres y mujeres vestidos de civil que participan con armas de fuego y radios de comunicación colgados en la cintura, o sea, la secuencia es repetida, aparecen dos carros de cualquier color, se bajan de ellos 6, 7, 8 tipos, siempre de civil y le caen a piñazos a los que están ejerciendo su “deseado” derecho a la libre expresión, que por lo que he visto, muchos de ellos para nada reciben pagos del enemigo imperialista. Son cubanos, cansados, jodidos, que quieren vivir mejor, cosa lícita que acompaña al ser humano desde que éste se hizo pensante.

Conozco que esto se hace, claro, pero todavía no se puede acusar de la existencia de un ejército uniformado tirado a la calle como represor. Quizás los suecos o los daneses al no ver uniformes puedan dormir tranquilos, entendiendo esto como reyertas aisladas entre dos bandos, aunque nosotros sabemos que en realidad es el mismísimo ejercito sólo que para este tipo de actividad lo visten de ropitas civiles. Es como aquella ropita de cumpleaños que todos tuvimos guardadas en nuestras casas en espera de tal ocasión.

No lo puedo negar, los videos que he visto y en los que creo, terminan por ponerme cabrón, porque veo a ese ejercito disfrazado de civil, con odio, con roña, con saña y alevosía y sobre todo mayor en número, dándole golpes a un hombre joven esposado.

Es cierto hubo muchos batistianos asesinos, que mataron sólo por matar, que torturaron por diversión, que, desde la comodidad del poder ilimitado, reprimieron y asesinaron a jóvenes por la sola condición de ser jóvenes. Pero al ver estos videos, donde hombres en grupos les caen a golpes odiosos, innecesarios, a un hombre esposado, que ya tienen inmovilizado, me pregunto, cuánto de batistiano tendrá todo esto, cuánto estarán disfrutando el golpear y reprimir de esta forma.

Peor, se ven a mujeres, madres, hermanas, hijas, caerle a golpe a otras mujeres madres, hermanas e hijas. Más desagradable, la imagen de hombres represores es más común. No resulta agradable, ver bajarse de una guagua a 20 o 30 mujeres cuya misión es caerles a golpes, partirle los brazos, arrancarle los pelos, arrastrar por la calle, romperles las ropas, etc. a otras simples mujeres que pacíficamente caminan o quieren ser escuchadas, más allá de que lo que están pidiendo sea bueno o malo.

He visto una reciente entrevista a un cubano que está varado en Ecuador que dice ser uno de los organizadores de la represión a las llamadas “Damas de Blanco”. Dice no haber participado en las golpizas, pero se auto reconoce como organizador de las estrategias en papel y oficinas y ahora arrepentido está tratando de llegar a los Estados Unidos para acogerse a la “asesina ley de ajuste cubano”. ¿Cuántos de los que ahora dan golpes con roña a personas desarmadas y muchas veces solas, están esperando para acogerse a la misma ley en busca del perdón divino? ¿Cuántos habrán visto a sus represores y torturadores caminando por las calles de Miami tal como si nunca hubiera pasado nada? ¿Cuánto de verdad y mentira en todo esto?


Como ya dije, no vivo en Cuba, me siento auto imposibilitado a cuestionar. JAJAJA.

sábado, 3 de diciembre de 2016

"Mierda blanca". Diciembre 03, 2016.


Bueno, la tan esperada nieve de cada invierno, llegó hoy.







La temperatura lleva días bajando poquito a poquito, como para no asustar. En esta última semana, en las mañanas, el termómetro de mi carro viene marcando 24, 25, 29 grados F, o sea entre – 4 a -1 grados C, a lo que yo me he acostumbrado y no lo siento tan, pero tan frío. Un poquito incómodo si hace aire porque entonces la sensación en el cuerpo puede ser de unos cuantos grados menos.

Pero nada, al medio día el Sol ha calentado y entonces los días son lindos. A veces el cielo está totalmente azul, sin el menor rastro de nubes, y la luz del astro rey es extremadamente brillante.

Hoy a las 10 de la mañana, comenzó a caer algo que llaman agua nieve, o sea, algo que no es totalmente agua, ni totalmente nieve. Es como una suavecita escarcha que apenas cae en el suelo se desaparece y sólo moja la calle. Esa agua nieve se fue solidificando y entonces apareció la de verdad, la nieve, la “mierda blanca”. JAJAJA. Apareciendo con ella la primera imagen del invierno en Lincoln, NE.

Todo está vestido de blanco y aunque tampoco ha sido una de las más grandes nevadas que he visto aquí, fue una nevada.



Esta semana, al menos por esta vez, estoy salvado. Estaba de guardia en mi trabajo, actividad que tuve que cambiar con un compañero porque también desde hace una semana he tenido un gran dolor en la parte izquierda de mi cintura y espalda, producido por el nervio ciático, lo que me llevó a visitar al médico. Como estoy enfermo, al menos por esta vez, no tendré que ir mañana a limpiar la nieve en mi trabajo. La tarea de empujar una máquina de limpiar nieve o trabajar con una pala me es imposible de hacer ahora.


Entonces con esa seguridad, me dedico medio románticamente a ver caer la nieve a través de la ventana de mi apartamento, que es obviamente, desde donde mejor se puede ver caer.

Para no olvidar el tema, he tirado unas foticos. Mañana domingo será otro día. Esperemos a ver si nos levantamos en invierno o todo ha cambiado.