martes, 27 de diciembre de 2022

472.- "No sé qué diría el nunca bien reconocido "Don Carlos Manuel"". El Terrible.

El Terrible, que no se enamoró y fue a vivir a España y que tampoco ha venido a Estados Unidos cruzando selvas y caminando por toda Centro América, me escribe. El Terrible sigue en Cuba y como cubano de a pie, vive o  mejor padece diariamente, la inexplicable e injustificable situación de nuestro país.

A veces, por no decir siempre, mientras escribo pienso en él, quizás como solidaridad, quizás como lamento o sabiendo que leerá cuidadosamente mis ideas y siempre aportará a ellas su mejor conocimiento.

Es lindo nuestro intercambio, pero a su vez doloroso. Más allá de la total coincidencia en nuestras ideas, su realidad, sin merecerla, es muy diferente a la mía. Más allá de la total coincidencia, sus afirmaciones no sólo enriquecen lo que escribo, sino que le dan un verdadero sentido. 

El Terrible me halaga y eso, debo reconocerlo, me hace sentir bien. Podría pensarse que a mí me resulta muy fácil, sentado en mi cómoda silla, escribir sobre Cuba, pero qué se puede decir de El Terrible, que ni comodidad, ni casi silla tiene.

Aquí les dejo textualmente lo que me contó a propósito de mi último artículo:

“No puedo agregar ni una sola coma a tú artículo sobre Canel. Es impresionante como sigues conectado con la realidad de Cuba a pesar de estar lejos desde hace muchos años. Coincido con cada una de tus ideas, sólo en un país como Cuba puede ser presidente un tipo como Canel. Es verdad que todo está peor desde que él "asumió esa tarea" y no podía ser de otra manera. Es sólo un payaso puesto para dar la cara y complacer los mandatos de la cúpula gobernante.

Cuba sigue siendo y ahora más que nunca, un completo desastre. Ahora lo mandan por el mundo a pedir limosnas en nombre del pueblo trabajador, bloqueado y asediado. De su última "gira" por Rusia recibirán 25.000 toneladas de trigo regaladas a cambio de nuestra famosa cercanía física con USA.

¿Por qué tenemos que vivir de lo que otros nos "regalan" a cambio de concesiones como el gastado voto en ONU ????? No sé qué diría el nunca bien reconocido "Don Carlos Manuel" de lo que pasa hoy en Cuba bajo un sistema que destruye lo más distintivo del ser humano sí le dijeran que los cubanos de hoy estamos pagando 150 pesos por una libra de azúcar. (en la calle, robada) y que ahora endulzamos como en la manigua del siglo XIX con miel de abeja, producto que hasta dónde sé no está castigado por el férreo bloqueo y que además depende solamente de nuestras mejores amiguitas las laboriosas abejitas.

El capitalismo surgió a partir del feudalismo y pienso está muy lejos de ser un sistema justo que puede mejorar en el futuro, pero el comunismo, bajo la apariencia de justicia social, convierte al ser humano en cucarachas incapaces de generar bienestar verdadero, ni prosperidad sostenible.

Claro que a Canel le ha salido todo mal porque no puede ser de otra manera y pasará a la historia como el peor de todos los presidentes de este país que está condenado al fracaso absoluto. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡En la asamblea de Lazo y sus muchos parásitos, acaban de aprobar una nueva ley de EXPROPIACIÓN !!!!!!!! y me pregunto: ¿Cuál es el verdadero propósito de esa ley y por qué ahora???? El pueblo está tan ocupado tratando de sobrevivir que no prestó atención a ese tema. La nueva ley fue aprobada y aplaudida por unanimidad, (como todas), pero ¿qué implicaciones puede tener en la vida de los cubanos en el futuro???

Ayer Mesa Redonda hablando de los grandes logros de la agricultura urbana, según dijeron una idea de Raúl. ¿Cómo en medio del hambre y altos precios que imperan en un país repleto de tierras fértiles subutilizadas, a alguien se le puede ocurrir esa mediocre idea???? Los capaces sólo piensan en salir de Cuba y los mediocres y oportunistas ocupan esos espacios dónde se toman las decisiones, es imposible cambiar el rumbo de los acontecimientos. ¿Cómo un país pudo permitir que un sólo hombre, (loco y el más sínico), cambiara el destino de un país para complacer su inagotable e intangible ego y todo bajo la justificación de alcanzar la pretendida igualdad???? La vida nos está castigando y las futuras generaciones tendrán que pagar por vivir en un país desbastado por la miseria y el atraso.

Seguimos en combate. Besos.


lunes, 26 de diciembre de 2022

471- Papel triste de Miguel Díaz Canel, el que dicen es presidente de Cuba.

Mucho había demorado en escribir este pequeño artículo, trabajos y fiestas me lo habían impedido, pero como ya todo eso va pasando, le dedico al tema importante Cuba, algunas ideas.

En su última intervención pública ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, (parlamento al estilo cubano, aburrido, inoperante, aplaudidor), el presidente de Cuba Miguel Díaz Canel se “motivo” a rendir cuentas sobre su gestión de gobierno, al cual él mismo ha definido como “Continuidad”, tratando un poco, ante la desaprobación mayoritaria de la población, de legitimarlo desde el punto de vista político – ideológico únicamente.

Su informe o el informe del resultado de su gestión, estuvo precedido por un traje gris y una camisa negra de rayas grises, tal pareciera que estuviera vestido para asistir a un funeral o quizás a su propio funeral. En realidad, si esto fuera serio, debía estar asistiendo a lo segundo. Su gestión ha sido, tan, pero tan mala, que no sólo necesitaría renunciar, sino que resolvería de una vez, siendo cuidadoso al darse un tiro, creo que con un tiro bien dado es suficiente y así no le gastaría muchas balas a su patrocinador Raúl Castro y al ejército cubano que el hermano de Esteban, de seguro, todavía dirige.

Buena forma de traducir su real estado de ánimo, al tenerse que parar frente a los llamados diputados, que son los mismos, que están allí para aplaudir y hacer bulto, porque en realidad jamás han resuelto nada y por la estructura de gobierno cubano, jamás resolverán nada y, sobre todo, frente a una gran parte del pueblo que lo reconoce como “Puesto a Dedo” y “Díaz Canel Singa´o”, demostrándole, por un lado, el irrespeto y por otro, la desaprobación que le tiene.

Pararse frente a ese pueblo, que ha dado miles de muestras de nobleza, para reconocer que su famosa “Continuidad”, sólo ha servido para hundir a Cuba entera, lograr que sea reconocida como un Estado Fallido y que los números de una emigración desesperada hayan roto todos los récords existentes en estos últimos 63 años, con más de 250 000 personas de todas las edades, colores y sexos, incluso muchos con sus perritos, debe ser muy duro o descarado.

Realmente, después de muchos años ya de análisis e implementación de “nuevas medidas”, sobre las otras nuevas medidas que no funcionaron, desde el acostumbrado poder absoluto, al menos de forma pública, han destruido tanto, que el mismísimo Fidel Castro, que se debió haber considerado el máximo destructor, de estar vivo, se debería sentir superado.

Como siempre, la repetida introducción del momento histórico malísimo que le ha tocado, donde una vez más, Estados Unidos y el más que famosísimo “bloqueo”, ganador en estos últimos 63 años del premio Oscar, tuvieron, no sólo un papel, sino el papel protagónico. Cuba, país asediado, bloqueado, atacado, estrujado, martillado, etc., por la potencia más rica del mundo, lo que ha impedido el desarrollo que él, Díaz Canel y su equipo, como nuevos inventores de la sopa de ajo, tenían muy bien estructurado para salvar en pocos años a Cuba, causante externa de que, en Cuba, la tierra, ni boniato produzca.

El “bloqueo” por un lado, como nota de tristeza. Maniobra del enemigo eterno como “un cerco criminal e inaceptable” al decir de Canel, que nos quiere hacer desaparecer, acción que nos convierte en eternos enemigos, pero al mismo tiempo el anuncio muy flojito, muy suavecito de que el gobierno de Cuba está interesado en “conversar” y sobre todo recibir ayudas. Para mí gran contradicción, primero enemigo que quiere que Cuba desaparezca, que agrede y ataca y al mismo tiempo brinda ayuda que el gobierno cubano, ni por vergüenza ha sido capaz de rechazar, por el contrario, ha agradecido en más de una ocasión. ¿Es que una cosa no tiene que ver con la otra? Enemigo jurado y obviamente la mayor parte del tiempo inventado, que ha tenido a ese pueblo en alerta de guerra por más de seis décadas, causante de todos y cada uno de nuestros males y al mismo tiempo, suministrador de comidas, medicinas, tecnologías, etc., y poseedor de dos millones de inmigrantes cubanos que, a pesar de todos los pesares, incluso sin poder realmente, durante todos estos años, han ayudado a mantener, con sus remesas de dinero y envíos de todo lo enviable, más sus viajes a “la tierra” a ese gobierno, que luego de haberlos agredido, maltratado, vilipendiado, echado, descubrió los beneficios de vivir de los que un día “se fueron”.

Después de esta repetitiva, pero necesaria introducción del mal momento, que sirvió al parlamento como entrante, Canel trajo el plato fuerte cuando afirmó:

“Siento una enorme insatisfacción por no haber sido capaz de lograr desde la conducción del país los resultados que necesita el pueblo cubano para alcanzar la anhelada y esperada prosperidad”.

Inmediatamente pensé, lo que viene ahora es su renuncia, la honestidad para decir, no pude, no voy a poder y dejo esto para que otro, quizás más joven, quizás mejor preparado, quizás con más apoyo y menos lastre, quizás más arriesgado y menos comprometido, lo eche para adelante, pero no, sólo una dulce y conmovedora autocrítica, de esas que hemos visto por muchos años, carita de melancolía, hablar nervioso y más nada y no pasa más nada. Todo seguimos igualito a como estamos.

Pero lo más llamativo, ridículo e incomprensible es que el tipo esté diciendo que la cagó y los parlamentarios masivamente se levanten a aplaudir, lo que tiende a confundir. ¿Están aplaudiendo la dulce autocritica sabiendo que no pasará nada y que al bajar el telón todo continuará igual o es que están reconociendo con sus aplausos que el presidente no ha sido capaz de lograr los resultados que necesita el pueblo? Esto último, no sería para aplaudir, sino para abuchear prolongadamente.

Díaz Canel, en busca de lástima, no es otra cosa, habla de “anhelada y esperada prosperidad”; pero, cómo se puede ser tan descarado para mencionar la palabra prosperidad, cuando la gente se está matando fuera de una tienda para conseguir algo de comida, muriendo por falta de atención médica y medicamentos y nuevamente la familia ha visto partir, ha despedido o ha partido a través del mar, selvas y caminado cuatro, cinco o más meses por tierras desconocidas, a sus cubanos.

Es un mentiroso, cuando da la impresión de que la prosperidad del pueblo ha sido el eje conductor de su gobierno, cuando lo que ha pasado en realidad es el olvido total. Cuba, nunca ha estado peor, los niveles de satisfacción son menos que los elementales en la mayor parte del mundo y la prosperidad es una palabra que el cubano promedio sueña con conseguirla y siente que la ha conseguido cuando precisamente ha salido de Cuba, aunque trabaje limpiando piso en un hogar de ancianos o en un matadero de cerdos.

¿Cómo se puede aplaudir, lo que significa aprobar, que el presidente diga, aunque lo diga muy dulcemente que después de muchos años de su único gobierno no ha resulto nada y peor, que todo está más malo que cuando él llegó?, ¿Cómo es que después de esa declaración, que todos sabemos, no venga aquello de: _ pongo a disposición de este mismo parlamente que me aplaude sin yo saber por qué, mi cargo de presidente y todos los demás cargos que tengo?

Todo un plato fuerte crudo, mal elaborado, que significa una vez más lo que siempre ha pasado, la manipulación. Una pequeña autocritica autorizada por todas las instancias obviamente, Canel es incapaz de apartarse del papel que lee, ni para mirar al público que lo escucha en vivo o por la cámara de TV, con la que se pretende ahora dar imagen de honestidad, de sacrificio, de entrega “revolucionaria”, de que como “Continuidad” hace lo mismo que Fidel, al que le fue muy fácil siempre cagarla y luego reconocer que la cagó, bajo los aplausos de los aplaudidores y continuar el camino para luego volverla a cagar sabiendo que los aplaudidores siempre lo perdonarían, respaldarían y aprobarían sus desastrosos resultados. ¿Qué fácil la tiene el gobierno de Cuba? Si es cierto, no obtienen ya ni los mínimos resultados, Cuba, isla bella del Caribe importa sal, pero saben que no pasa nada, todo se resuelve con un discursito apenado, melancólico y luego a las langostas y el buen vino.

Para el final, después de los aplausos que ni él mismo pudo entender, Canel nos presenta su postre:

“El 2023 debe ser un año mejor, pero lograrlo demanda más que un plan integral, exige sacudir la inercia, desterrar el burocratismo, quitar más trabas y superar la auto complacencia”

O sea, Canel esta mencionando las precisas causas que desde hace muchos años han logrado lo que hoy tenemos, pero se le olvidó decir que hablaba de ellos mismos, que han sido los únicos que han generado todos estos problemas. Los cubanos desde el propio año 1959 hemos estado esperando a ese año que viene, que va a ser mejor y así hemos llegado al 2023, donde ahora sí, el presidente nos augura que va a ser mejor otra vez.

El discurso de Canel, su postre, es como si él y su grupo, es como si Raúl, Fidel, todos los burócratas en el poder, todos los ideólogos del único partido que ha existido, cuyo “sacrifico revolucionario” les ha permitido vivir a nivel de la gran burguesía mundial, hubieran llegado ayer y le están encontrando los problemas a los anteriores, sin reconocer que los anteriores y los anteriores a esos anteriores, han sido ellos mismos.

Canel tendría, por pudor, que mencionar a todos aquellos, hoy muertos, o que están fuera de Cuba o que están muriendo defraudados dentro de ella, que desde hace 60 años han hablado y están hablando de “sacudir la inercia, desterrar el burocratismo, quitar más trabas” y nada más y nada menos que, “superar la auto complacencia”. Tendría que proponer una medalla para aquellos que desde hace décadas lo vieron venir y lo advirtieron. La auto complacencia ha sido la verdadera guía ideológica en Cuba.

Sólo le faltó decir, antes del disparo que debía darse, _ la causa hemos sido y somos nosotros. La causa ya la describieron aquellos “gusanos” que se fueron, somos nosotros, no busquen a otros culpables. Nuestro objetivo, al menos el oculto, está cumplido, hemos sido capaces de destruir a un país entero.

Pero como la base de todo el gobierno cubano es el descaro, es saber que se está mal, pero decir que se está bien, que hay logros que nadie ve, pero hay logros, etc., el gobierno de Canel, siguiendo a sus antecesores, crea falsas imágenes. Ahora se habla de “Resistencia Creativa”, algo así, regresando en el tiempo, como pedirle al esclavo, que se sabe esclavo y que no puede hacer más nada para cambiar su status, que haga poemas, que cree música, que busque nuevas formas y medicinas para curar las heridas de los latigazos, que optimice más su jornada laboral para que su trabajo sea más productivo, que coma menos para disminuir los gastos del esclavista y que se dedique a hacer hijos para aumentar la población esclava. Entonces por esa vía, por esa conclusión del gobierno cubano, la esclavitud no era tan mala, sólo que fue poco creativa.

La “Resistencia Creativa” es como pretender que al perro que tienes amarrado con una cadena por el cuello, expuesto al Sol, al que no le das comida, ni agua, al que le das con un palo todo el día, que está lleno de llagas sangrantes, te de la pata como símbolo de amistad, amor y agradecimiento. Sería absurdo, sin embargo, el gobierno cubano, ahora representado por Canel confía en que sí, que, si se puede, lo que le falta al perro es creatividad.

Resistencia Creativa a un pueblo que noblemente se ha convertido en un resistente creador no para la prosperidad que se obtiene y vive, sino para sobrevivir. A un pueblo que se ha comido sus gatos, que ha fabricado casas con cartones, que camina y camina kilómetros para ir al trabajo, que anda recogiendo hojas de cualquier mata para hacer un té medicinal, que renunció a sus langostas, a sus hoteles, a sus mejores playas, que anda con ropa usada, regalada, que se conforma con recibir huesos que un día tuvieron carne, sin preguntarse a dónde fueron a parar los músculos y tejidos, que se alumbra con lo que puede conseguir, porque ni velas para los santos se consiguen con facilidad, que no duerme por falta de electricidad y porque tiene que combatir contra los mosquitos todas las noches, que se deja enyesar un brazo con dos pedazos de madera, que paga la medicina precios de Japón, que ve caerse su edificio y pierde todo lo que había adentro, incluyendo algunas veces a sus familiares, etc., un pueblo que se siente feliz cuando logra colocar a un miembro de la familia fuera de Cuba y que llora su ausencia, pero con alegría. Hay que tener la cara dura.

 

lunes, 19 de diciembre de 2022

470.- Más allá de Argentina Campeón.

Me place decir que siempre me han gustado los argentinos como pueblo. He sido toda mi vida un amante del cine argentino, el que considero uno de los mejores, sino el mejor, de nuestro continente, junto al cine brasileño y al cubano, cuando en Cuba se hacían muy buenas películas. Me enamoré de Mercedes Sosa, de su música y persona, siendo yo muy joven y con ella enamoré y fui adicto desde muy al principio a Fito Páez. Todavía hoy lo soy.

Y lo paradójico de esto hoy, es que cuando digo, a veces con cierto miedo, que me gustan los argentinos, son muy pocas personas las que me apoyan, por el contrario, casi siempre lo que he recibido es una mirada de desaprobación y entonces aparecen las miles de críticas, algunas más coherentes que otras, sobre las diferentes manifestaciones de ese pueblo.

Me gustan los argentinos, me gustan mucho. Creo que son inteligentes, al menos los que he conocido y tienen para mí un humor muy especial, que me hubiera gustado tener, mezcla de humor de muchos colores. El mejor chiste popular que los define e identifica es que dicen que cuando está relampagueando, los argentinos, o sea, ellos miran al cielo, porque Dios los está fotografiando.

Son además todo lo apasionados, irreverentes, protestones, rebeldes, cosas que hasta ese nivel me hubiera gustado ser. Son fanáticos y, sobre todo, expresivamente fanáticos, lo que viene muy bien a mi forma de ser. Sobre todo, lo de expresivamente. Suelen parecer arrogantes y prepotentes, características que a veces me gustan, a lo que ellos responden que no lo son, porque sencillamente son argentinos.

Argentina es un pueblo que ha sido jodido muchas veces, que podría ser muy rico y no lo es, además de dictaduras militares, han sido dañados por repetidas y crónicas crisis económicas, políticos extremadamente corruptos, etc., sin embargo, tiene algo que los ha salvado y unido y los salvará para siempre, su futbol, que no es cualquier futbol.

A través de ese deporte, según ellos mismos dicen, se animan y se revelan, se fajan, gritan, lloran, se unen y se desunen incluso entre ellos mismos, pero sobre todo se liberan. El futbol es su expresión más clara para rebelarse contra su realidad.

Existen muchas muestras de expresividad a través del futbol. Pueblos que cuando compiten entre ellos parece que se van a matar, antagonismos históricos. Recuerdo hace años una entrevista a un futbolista irlandés, ya retirado, que afirmaba que cuando salían a jugar contra Inglaterra, no iban a competir, ellos iban a una guerra. Así Brasil, España, Italia apoyan a sus selecciones con amor, pero para los argentinos, al parecer, el futbol es algo más que deporte.

Quizás sea algo paralelo, tan amado como la misma patria o es que a través de ese deporte demuestran lo que aman a ese pedazo de tierra donde han nacido. El futbol para el caso argentino es una manera de expresión, más allá de la variante deportiva.

Si es cierto parece que se matan entre ellos, pero cuando de unirse se trata, no conozco otro pueblo más unido. Aman a Argentina a través del futbol casi hasta la enfermedad.

Disfruto viendo a ese pueblo no sólo cuando grita, sino cuando llora apasionadamente, tal como frente a la muerte de algún familiar muy querido y siento tanto orgullo que no puedo dejar yo también de emocionarme al punto de las lágrimas. Disfruto ver incluso a los periodistas profesionales, ya no a los jugadores entendiblemente emocionados, cuando pasando por encima de sus funciones como comunicadores, echan a llorar sin pena, frente a las cámaras, lo que me dice que primero y, ante todo, son argentinos y les importa poco en ese momento lo que se pueda pensar.

Disfruto enormemente ver a los niños argentinos, tan pequeños como de 3, 4, 5 años, vistiendo con enorme orgullo las camisetas de su equipo y más allá de originales, copias o inventadas quizás por sus madres y abuelas, llevar orgullosísimos los colores de su bandera y el nombre que hoy los ha vuelto a hacer sonreír, Messi. Y no sólo vistiéndolas, sino pudiendo explicar el por qué la llevan puestas.

Hay que ver las imágenes de las ciudades en Argentina para darse cuenta de lo que para ellos el futbol significa. Hay que ver como celebran y sufren. Ambos sentimientos, como son argentinos, llevados al extremo más extremo.

Cuba fue un país de buen deporte, digamos nuestro deporte nacional, la pelota, por muchos años nos hizo sentir orgullosos, pero recuerdo que los estadios se llenaban de hombres, la mujer cubana, en sentido general, no es beisbolera. La pelota cubana era mayormente para hombres, cosa que se observaba frecuentemente en cualquier momento cuando frente a un solo televisor en la sala de cualquier casa cubana había que decidir entre la pelota y otra cualquier cosa que se ponía en el otro canal. Recuerdo lo que me burlaba de Martica cuando joven, cuando trataba yo de explicarle cómo se jugaba a la pelota, diciéndole garrafales mentiras sobre el juego, en forma de burla, que ella desconocedora total de lo que pasaba, inocentemente creía. Recuerdo haber visto a muy pocas niñas o muchachas jugando a la pelota en mi barrio, sólo recuerdo a una, se llamaba Estrellita, que jugaba pelota como cualquier varón, incluso mejor, pero no dejaba de ser un “bicho extraño”.

La mujer argentina, incluso las jovencitas, son fanáticas al futbol y asisten a él, no para aburrirse acompañando a su pareja o amigos, sino para apoyar, también fanáticamente, a su selección, tan fanáticamente como el mejor exponente del sexo opuesto.

Aunque sé que los premios, las medallas, las copas del Mundo, no se otorgan por merecimiento, me alegra que Argentina ganaran el Mundial, creo que se lo debían y, sobre todo, se lo merecían. Para este caso frente a Francia, equipo de enorme tradición y méritos, no le regalaron el juego, por el contrario, fue un juego para morir, lleno de fuertes emociones hasta el mismísimo último segundo. Argentina ganó porque fue mejor.

¿Qué decir de Messi, que ya no se haya dicho por los autorizados a decir? Creo que ahora sí, más allá de todo lo que ha hecho, podrá pasar a la historia con su bien merecido campeonato. Ahora sí, los que decían que estaba muerto, que estaba desaparecido, que si Cristiano Ronaldo, que si Neymar, que si Mbappé, etc., tendrán que sacarle su plato aparte. Ahora hablamos de un Campeón, con C mayúscula

Me seguirán gustando los argentinos.

domingo, 11 de diciembre de 2022

469.- Quien desee patria segura, que la conquiste.

El Terrible, mi colaborador, me envía un texto y una imagen, que me hacen pensar.

De la imagen no voy a hablar, ella misma se representa, sólo decir que a pesar de la aparente importancia que se le da en Cuba y lo que se repite su nombre, la propuesta es sólo interesada y a conveniencia del y para el gobierno, o sea, se toma y se deja como antojo, pero en realidad, sigue siendo desconocido en su real profundidad.

Martí, Martí, Martí, repetimos todos los cubanos, sin tan siquiera conocer su segundo apellido. Martí resulta como una especie de muletilla con la que, por una parte, desde el gobierno, se sigue pretendiendo sustentar su patriotismo, existencia y, sobre todo, su permanencia eterna y por la otra, algunos, quizás hoy muchos, tratan de repudiarlo y sustentar su inevitable desaparición.

Ambas partes, parecen desconocer que Martí vivió sólo hasta 1895 en circunstancias muy específicas, por lo que muchas de sus ideas o las que al menos dejó escritas o comentó a otros, todos sabemos que hay ideas que no se exteriorizan, hay que actualizarlas y revalidarlas hoy. 

Por momento me parece que queremos ver en Martí una especie de mago o brujo, que es más que genio, que fue capaz siempre de proponer ideas acabadas y absolutas, sin pensar en su categoría de humano, o sea, con miedos, dudas, supuestos, imaginaciones, pequeñas mentirillas, etc. No siempre es tan fácil como coger una idea, sacarla de su real general contexto y repetirla como si fuera una mayonesa que sirve lo mismo para aderezar una ensalada de vegetales, que una de coditos. Martí no es una botella de kétchup.

A veces leo a Martí o al menos lo que alguien asegura que dijo y la idea me parece que va hacia la izquierda, inmediatamente leo otra idea, que se dirige exactamente a la derecha. Izquierda y derecha en este caso no como orientación política e ideológica, sino sólo como dirección, podría haber dicho yo, hacia el este u oeste, pero me da miedo introducir confusiones.

Martí, que vivió poco tiempo en Cuba, por lo que de seguro la conocía como yo unos días pasee por Londres, que no es Inglaterra, si vivió muchos años y caminó por parte de los Estados Unidos, sólo por una parte del país donde tenía amigos, allegados y le servía para su causa, porque creo nunca anduvo por Nebraska, Iowa, Minnesota, etc., por lo que en sus textos abundan su admiración por el sistema democrático que se estaba implementando en este país, invento que como es de suponer, le sirvió de base para pensar en el sistema que deseaba para Cuba cuando fuera arrancada del dominio colonial español y sobre todo por el desarrollo económico que ya se veía venir en la Unión, con su sistema capitalista, para Martí mucho más avanzado obviamente que el sistema económico y hasta cierto punto, político social despiadado que España imponía en su patria natal.

Al mismo tiempo, se puede leer a Martí y encontrar críticas a ese mismo sistema, política y economía, que se estaba implementando, incluso con intereses extraterritoriales y se declara su enemigo con aquello de “conozco al monstruo y …” Entonces Martí, o estaba confundido y confunde o tanto escribió que no se acordaba mucho con exactitud de todas sus ideas, porque no se puede admirar tanto a un sistema político económico y al mismo tiempo la próxima semana declararse su enemigo, luego al paso de un mes sentirse acogido y agradecido. Y no es que no se pueda, sencillamente es que no se debe.

Sobre la idea, esta idea específicamente, una vez más, nuestro Apóstol tuvo razón.

Si se desea una patria segura, cosa que hoy, menos que nunca tenemos los cubanos, hay que luchar por conquistarla y luego construirla.

Ese, según he leído, fue la propuesta de aquel grupo, luego llamado “La Generación del Centenario”, presidido y lidereado por Fidel Castro, en sentido general, para entregarles a los cubanos un lugar, no solo lindo, sino sano y seguro para TODOS y para ese fin, bien vino Martí al que se nombró, muy bien escogidamente, autor intelectual.

Luego, casi desde los mismos comienzos, bajo la apariencia de ese necesitado y requerido beneficio, Martí y sus ideas se fueron olvidando, quedando sólo como tarima y dando paso a ese mismo grupo que se apoderó del poder, se consiguió aliados internacionales para sobrevivir y a golpes de migajas convenció por mucho tiempo a una parte grande de los cubanos. Los confundió, los convenció o los obligó a seguir, por todos los métodos, los inventos a la hora de gobernar.

Entonces sólo se recordó y utilizó a Martí para aquello de conquistar una patria, lo de construirla con seguridad para todos, se fue quedando rezagado y se conformaron, los del gobierno y muchísimos de los gobernados con, ocultar al propio Martí y recibir, a cambio de grandes pérdidas, incluso la de la mismísima patria, lo que el gobierno, a su conveniencia, podía “repartir”.

Lo de próspero y seguro se dejó para aquellos largos discursos, llenos de grandes promesas, se olvidó el desarrollo, se invirtió en locas ideas, que, a lo largo de estos años, sólo han logrado un país empobrecido y que empobrece.

Empobrece no la economía, no la política, que, como respuesta social, pueden cambiarse, sino que empobrece el alma de los cubanos.

Cuba puede ser un país atípico. La revolución cubana, que muy rápido tendió al comunismo o a la que se llamó como tal, ha hecho que no sólo emigraran los que habían sido afectados o estuvieron en desacuerdo, cosa entendible, sino que hoy, más que nunca, emigran los que por muchos años ayudaron a construir y mantener ese sistema, incluso de forma fanática y enfermiza.

La emigración cubana está llena de los llamados “revolucionarios y comunistas” ayer, que hoy, tal como si no pasara nada, se insertan en los diferentes países capitalistas destinos, lo mismo en Estados Unidos, en México, que, en Angola o Australia, que incluso en países tan diferente como los árabes. Lo que demuestra la gran capacidad que tenemos los cubanos para estar de acuerdo al mismo tiempo con que “crezcan los niños o que crezcan los accidentes”. ¿Cómo se puede ser furiosamente crítico y enemigo de un sistema económico, o sea, el capitalismo y luego ir a vivir voluntaria y más, felizmente dentro de él? Peor, ¿cómo se puede querer vivir engordando diariamente dentro del capitalismo y seguir defendiendo, al menos teóricamente, la idea comunista? Martí llega a confundir.

Esos emigrantes, que, sin haber ejecutado manualmente a nadie, muchas veces respaldaron que se ejecutara o incluso muchos que sí participaron respaldando enérgicamente cada una de las ideas locas y reprimieron o trataron de contener a aquellos que no lo veía igual. Esos emigrantes que prefirieron dividir a sus familias y estigmatizar a muchos de sus integrantes. Esos emigrantes de memoria corta que, frente a un helado de chocolate o un bistec, ya no quieren hablar de su pasado, tal como si no hubiera existido, que no han tenido tan siquiera la buena acción de disculparse.

Fidel fue un genio, no porque sus ideas fueran geniales, no hay uno de sus inventos que haya perdurado en el tiempo, sino y creo que fue lo más importante, fue capaz de engañar y meterse en el bolsillo a muchos cubanos, que fueron ellos solos, luego, como los apóstoles escogidos por Jesús, los que se dedicaron a propagar, difundir e imponer, sus “milagros”, que de milagros en realidad tuvieron muy poco. Fidel solo nunca hubiera podido, para satisfacer sus enfermedades del cerebro, contó con muchos de nuestros abuelos y padres, que dejaron de pensar o engañaban con que pensaban y sólo fueron partes y piezas de un mecanismo virtuosa y detalladamente diseñado.

Entonces, unos, los emigrantes que estuvimos en contra y los otros, los que estuvieron a favor y hoy huyen silenciosamente de Cuba y su gobierno, hemos perdido el alma y todos, cubrimos tal pérdida detrás de una sonrisa, porque al final nos parece muy complicado llorar, que es lo que deberíamos hacer.

Los cubanos, cada cual tiene sus ideas y justificaciones, tanto los que no, como los que sí, hemos perdido una patria, a la que tenemos incluso que pedir permiso para entrar, porque un grupo de personas se han apoderado de todos los poderes de decisión. Los cubanos, tanto los que sí, como los que no, nos hemos conformado con el lamento y con que se nos coja lástima. Esperamos que aquellos hombres libres nos entiendan y apoyen en nuestra muerte.

Si algo tuvo grande Martí, más allá de algunas de sus ideas complicadas de entender, fue que regresó y murió. Su “mejor” alumno, escogido por él mismo, Fidel, salió, no sólo regresó, sino que se las agenció para triunfar y quedarse con el trono. Los cubanos en sentido general, sobre todo los de hoy, nos conformamos con ver telenovelas, tomar cervezas y comer helados y esperar a que los “marcianos” nos resuelvan nuestros problemas, nos devuelvan lo que es nuestro, nos entreguen la patria perdida y sus destinos.

A los cubanos nos parece que somos el pueblo que más ama a su patria, error, sin embargo, nos conformamos, por impotencia, miedo, compromisos, tradiciones, etc., a que algunos nos controlen hasta, no sólo echarnos o prohibirnos entrar, si no a no poder decidir qué y cómo queremos ser.

En esa fantástica canción interpretada por Mercedes Sosa, “Sólo le pido a Dios”, parte de la letra dice:

Solo le pido a Dios

Que el engaño no me sea indiferente
Si un traidor puede más que unos cuantos
Que esos cuantos no lo olviden fácilmente

Solo le pido a Dios.

Que el futuro no me sea indiferente
Desahuciado está el que tiene que marchar
A vivir una cultura diferente.

Y es verdad, los cubanos no sólo estamos muertos del alma, sino que hemos terminado desahuciados, fingiendo felicidad, viviendo en culturas diferentes por no saber o poder defender la nuestra. Los hombres libres, como Martí los llama, no lo entienden y al menos para mí, es difícil de explicarles.