miércoles, 29 de enero de 2020

PINGA, ¿HASTAAAAAAAAAA CUÁNDOOOOOOOOOOO CUBAAAAAAAAAAAA?


Las noticias de tres niñas muertas, aplastadas juntas por la caída de un balcón en la Ciudad de la Habana, sin demeritar el accidente aéreo donde perdieron la vida Kobe Bryant y 7 personas más, debería paralizar al mundo.

Soy papá y abuelo y aunque viva donde viva, además soy cubano, entonces la pregunta, en buen cubano, es: ¿Hasta cuándo pinga van a pasar estas cosas en Cuba?, ¿Qué ley, que fuerza interna o externa, qué teoría china puede avalar que estas cosas pasen, tengan que pasar y seguirán pasando? Tres niñas, nada nuevo, la caída de los edificios ha matado y herido a muchas personas, pero tres niñas al mismo momento, el mismo día, bajo la aterradora caída de un balcón de concreto, aplastadas por algo evitable, aplastadas por el mal, el olvido, la inconciencia.

No voy a escribir sobre la proliferación de barrios marginales, de llega y pon, de zonas “apaches” que se han generado en Cuba durante todos estos años. Yo no conozco muchas desde adentro, pero algunos de estos lugares he caminado. La Corea en San Miguel del Padrón, la Güinera en Arroyo Naranjo, Palo Caga´o en Marianao, etc. Recuerdo que una vez caminé, por la parte de atrás de la calle 26 frente al Zoológico en busca del Bosque de la Habana, jamás pude imaginar que en el medio del llamado Nuevo Vedado, existiera una “urbanización” idéntica a las famosas favelas brasileñas. Casas improvisadas, pasillos super estrechos, no calles, no aceras, cables de electricidad de un lugar a otro sin control, sin método ni protección, gente muy pobre de todas las pobrezas, caras de delincuentes o marginales. Palestinossssssssss.

Si sólo fueran estos barrios, la cosa estaría bien, pero el problema es peor, la pobreza, el deterioro, el desgaste, ha invadido toda Cuba, incluyendo aquellos lugares que fueron recién inaugurados antes de 1959 y cuya población podría llamarse “diferente”. Sólo caminar por las calles del antiguo Reparto Apolo, ahora reconocido como Víbora Park, para constatar lo que digo. No quedan repartos, no quedan zonas diferentes, todo está sumido en el más brutal deterioro. El asfalto no existe, las personas temen caminar por las aceras debido a los huecos y grietas, los alumbrados públicos desaparecieron, el agua, a veces limpia, a veces albañales adornan las calles y, las casas, mantenidas a pulmón, son la mejor evidencia de lo que ha pasado. Apolo fue un reparto donde vivían personas que gustaban de los jardines, cuentan que muchas familias pintaban sus casas todos los años, los árboles, que fueron sembrados por los propios vecinos y eran sagrados, aquellos que procediendo de cada lado de la calle se unían en el centro de la calle, hoy no existen. Cada familia, hacha o machete en mano, los ha tumbado como muestra del reguero e individualismo que ha prevalecido. Los edificios, mal construidos, despintados y transformados a capricho y conveniencia de cada familia, pululan en las esquinas. El tendido eléctrico, cables y transformadores diseñados para el consumo de una X cantidad de personas, hoy son ineficientes al triplicarse, cuatriplicarse, quintuplicarse el número de consumidores, las alcantarillas diseñadas bajo los mismos parámetros se desbordan con frecuencia, porque por cada persona que cagaba antes, ahora tenemos veinte, la cosa se agrava porque cuando yo fui niño se limpiaban las calles, cada vecino limpiaba su pedazo y luego camiones especiales se encargaban de reforzar la limpieza y la basura la recogían diariamente, toda ese mierda hoy no recogida y no limpiada, va a parar a las tuberías de desagüe.

Nunca viví en un solar o cuartería, pero sé de ellos. Mi primer trabajo en Cuba fue como historiador en el Museo de la Ciudad, en la Habana Vieja. Como parte de mis responsabilidades estaba hacer recorridos, “visitas dirigidas”, por las calles de la antigua ciudad, por lo que, entre museos y museos, era inevitable estar al tanto de lo que ocurría. Muchas veces, las bellezas arquitectónicas de las edificaciones eran tantas que permanecían dentro de aquellos edificios destruidos como muestra de un pasado glorioso. Balcones, rejas, escaleras de mármol, losas de piso y azulejos, vitrales, etc., eran las cosas que se podían ver e incluso amar dentro de cualquier edificación en ruinas. El trabajo como historiador es lindo, entonces no miento si les digo que llegue a amar aquella vejez, aquella peste, aquella mugre y oscuridad.

Muchos edificios por aquellos años fueron rescatados y transformados en museos, restaurantes, salas de exposición y conciertos, etc., por lo que desde las excavaciones arqueológicas, mi hermano Iván se acordará pues trabajó como arqueólogo allí, el descubrimiento de la primera pintura de las paredes, sacando capas y capas posteriores, la reconstrucción de la planta y los muros originales, hasta la historia de las familias y personas que por allí habían pasado, conformaron todo aquel, mi mundo, lindo y para mí importante.

En mis recorridos vi muchas cosas a las que no estaba acostumbrado. Primero la enorme cantidad de personas de cualquier parte de Cuba, que se podían albergar dentro de cada uno de aquellas edificaciones, cientos, luego las adaptaciones, los cambios, los inventos que cada cubano, tratando de resolver su propia necesidad por sus propios métodos habían hecho, barbacoas, cuartos en las azoteas, pasillos improvisados para brincar por los techos de un edificio a otro, personas viviendo debajo del ángulo que crean las escaleras convertido en cuartos, escaleras sin pasos y sin barandas, cables eléctricos sin el más mínimo orden y control, balcones colgados de Dios, etc., etc., etc.

Era lindo por aquellos años pensar que todo aquello se podía resolver. Más allá de una idea de gobierno, pues cuando yo llegué a la Habana Vieja, al gobierno aquello no le interesaba, era “glorioso” desmontar una cuartería, entregar casas nuevas, y construir en aquellos lugares, museos, escuelas, plazas, salas para exposiciones, conciertos, eventos y ver, a pequeña escala, pero ver, el resultado del trabajo. Pero, los años, más el deterioro, más los inventos, más el maltrato, más la imposibilidad de reparar y mantener, más el desorden, han hecho de Cuba un desastre. Es como cuando uno ve un documental científico, cómo crecen y se multiplican las bacterias y los hongos en un laboratorio o cómo se propaga un virus por la sencilla acción de estornudar. Es lo mismo, salvando la rapidez que ocurre, cuando se tira una bomba atómica en un determinado lugar.

Cuba es sinónimo hoy de destrucción, en todos los sentidos, tanto material como humano. Ya no porque los gobernantes sean malos de corazón o sentimiento, no porque no les interese, no porque estén destinados a maltratar, humillar y destruir por placer, sencillamente la destrucción es el resultado de la incapacidad y la inoperatividad sostenida por 60 años.

No es la primera vez que se cae un edificio, matando o hiriendo a los que están dentro. Se caen, no por una bomba terrorista, ni por un terremoto, ni porque las personas salen a tumbarlos con mandarrias. Se caen empujados por el tiempo, el deterioro, la falta de mantenimiento, el olvido, más las necesidades no resueltas y el reguero que permite hacer lo que se quiera hacer. Pero ahora, las víctimas fueron tres niñas, cojones, tres niñas inocentes que caminaban de regreso de su escuela. Que pueblo más impotente somos que ni así salimos a la calle a gritar.

Dicen que el edificio estaba declarado ruina, que había orden de demolición, que los encargados de tumbarlo lo estaban haciendo poco a poco para recuperar los ladrillos o bloques que pueden ser utilizados para construir en otros lugares. Dicen que no existía una señal de peligro, ni una valla, ni un cartel que dijera OJO. Dicen que no existía un muro, al menos de madera, que obligara a las personas a no caminar por debajo de los balcones que, para todos conocidos, se estaban cayendo. Dicen que el gobierno se olvidó y que Dios también lo hizo.

Lo cierto es que a nadie le importaba, al final era un edificio más que se está cayendo, frente al que las autoridades que viven en cómodas y modernas casas no asistían a verificar, hasta que el Noticiero Nacional de TV dio una ridícula nota, con pocas explicaciones del derrumbe y las muertes, sin dejar entonces de mencionar la lista de los dirigentes del gobierno y partido, que se habían presentado en la escena post derrumbe. Como siempre dirigentes para las fotos.

El canciller cubano horas antes había emitido una nota en nombre de Cuba, lamentando la muerte por accidente del basquetbolista norteamericano y sus acompañantes, mandándole un mensaje de condolencia a la familia y nada más y nada menos que al pueblo norteamericano. Pero, pinga, hasta dónde es el descaro. ¿Qué le importa al señor Bruno el basquetbol, Kobe, y el pueblo norteamericano?, ¿Hasta dónde el descaro, la hipocresía, la desfachatez del gobierno cubano?, ¿Dónde está el mensaje de Bruno Rodriguez, como canciller, como cubano, como humano, a las familias de las tres niñas?, ¿Dónde está el mensaje de Bruno Rodríguez diciendo, está bueno ya, ni uno más, renuncio a mi cargo pues no estoy de acuerdo con lo que está pasando, no soporto más lo que Cuba sufre? No el canciller cubano, rápidamente, envía un mensaje de condolencia al pueblo norteamericano y se limpia las manos.

Mientras esto y otras cosas, incluso peores, ocurren, los presidentes del partido comunista y del gobierno, Raúl Castro y Miguel Díaz Canel respectivamente, encabezan, junto a dicen 30 000 personas, una marcha de las antorchas. ¿Qué pinga antorchas en un país que se está cayendo y peor, matando a sus más jóvenes ciudadanos?, ¿Que marcha de las antorchas, lo que significa dinero, mientras las personas, incluyendo a niños bebitos, duermen en los portales por miedo a derrumbes?, Qué marcha de las antorchas si ese gobierno mantiene a personas albergadas, en realidad hacinadas, por más de 20 años, en espera de casas que nunca les llegaran?, ¿Qué marcha de las antorchas, cuando se construyen hoteles 5 estrellas para turistas extranjeros, justo al lado de los edificios clausurados, ruinas, medios caídos o en plan para caerse, muchos de ellos ocupados por personas? Pero, pingaaaaaaaaaa, ¿hasta dónde es el descaro?

Si han visto los documentales históricos de, por ejemplo, la reconstrucción de Europa después de la II Guerra Mundial, se podrán ver ciudades totalmente destruidas, en ruinas, sin nada, donde los sobrevivientes, sin tanta ideología y sin tanto partido político, a mano pelada, ladrillo a ladrillo, recogieron los escombros, organizaron la reconstrucción y ladrillo a ladrillo levantaron las ciudades nuevamente, incluso mucho de ellas por los planos originales, tal como eran antes de la guerra. Si han visto los documentales, por ejemplo, del tsunami último en Japón, podrán ver a los japoneses, a mano pelada, mujeres y hombres, jóvenes y viejos, recogiendo los escombros y más, los cadáveres y reconstruyendo lo que la fuerza del mar se llevó. Entonces en vez de marcha de las antorchas, que no sirve para nada, donde el gobierno es capaz de movilizar a 30 mil personas para caminar de un lugar a otro de la ciudad en homenaje a Martí que no se va a enterar, debería ese gobierno y esas personas salir a limpiar La Habana y Cuba. Debería el gobierno, que se dice confiado de los revolucionarios con los que cuenta, movilizar con el mismo ánimo a esas 30 mil personas a recoger escombros, a recoger la basura que pulula en cada calle, en cada esquina, en cada placer de Cuba. 30 000 personas es una fuerza estimable para cualquier campaña.  30 000 personas con ganas de limpiar asustan a la basura con la sola llegada.

¿Entonces, por qué y para qué marcha de las antorchas y no marcha contra la basura y la mierda? Si el gobierno es tan fuerte y cuenta con tanto apoyo, deberían todos esos come vaca salir con palas, rastrillos, palas y bajar sus barrigas en la recogida de escombros y basura. No importa que no tengan combustible, no importa que no tengan camiones, mano a mano, hombre a hombre, la basura se llevaría a lugares y tal como en el feudalismo se le daría candela. La primera obra honrosa de ese gobierno debería ser, a mano limpia, recoger la basura y declarar a Cuba limpia. Entonces se está preocupado por Bolivia, se mantiene la atención sobre Venezuela, se apoya a los chilenos, se le echa la culpa a Trump, se está interesado en el inmenso incendio que está devastando a Australia, Cuba envía mensaje de condolencia por la muerte de su deportista y a Cuba, que debería ser la primera responsabilidad, la está cubriendo la mierda, la falta de higiene, los escombros, la mugre.

Entonces dicen que ahora, inmediatamente después de las muertes, no sólo aparecieron por la escena los dirigentes barrigones con caras compungidas, sino todos los equipos y hombres para concluir las obras de demolición. Las niñas están en las funerarias, sus familias destrozadas y en su homenaje de recordación, el gobierno localiza los recursos para terminar lo que debían haber terminado meses o años antes. Ellas, pensarán los del gobierno y partido, deberán sentirse orgullosas e ir al cementerio en paz, porque gracias a sus muertes, la “revolución”, que no olvida a sus hijos, cumplió con su deber. Ellas, pensaran los del gobierno y partido, también cumplieron con su deber de morir aplastadas, para que una obra de la revolución, una vez más, se termine.

Esto no tiene que ver con el capitalismo, ni el comunismo, menos con ninguna ideología, es sencillamente un tema de la más elemental decencia y humanidad. Díaz Canel, padre y Raúl, padre y abuelo, deberían por lo menos renunciar y dejar el camino libre a otros cerebros, a otros aires, a otros métodos, para no mandarlos desde aquí a que se den un tiro con una 45 o una Magnum, para que sea certero. Deberían renunciar inmediatamente y dejar el camino libre para hacer otra Cuba, ya que ellos no han podido, para no mandarlos desde aquí a que se den un tiro, como se dio Ernest Hemingway con su arma favorita, una escopeta de doble cañón Boss calibre doce, para que sea certero. Deberían renunciar y dejar que el experimento pare y que otros puedan experimentar bajo nuevos parámetros, para no mandarlos desde aquí que se vayan ambos al puente de Bacunayagüa y cogiditos de la mano, se lancen al vacío, sin paracaídas por supuesto. Deberían renunciar para desde aquí no tener que mandarlos a que se paren debajo del balcón que está planificado caerse la próxima semana.

Claro, tantos han muerto en esta última etapa, que tres niñas más, puede parecer nada. Quizás los del gobierno y partido cubanos llamen a esto “daños colaterales”, haciendo uso del término que el ejército norteamericano acuño como justificación durante la guerra contra Vietnam.

Pingaaaaaaaaaa, ¿Hasta dónde es el descaro?







martes, 28 de enero de 2020

“Ojalá” de Silvio Rodríguez vs “Ojalá pase” de Orishas y Beatriz Luengo.

El cuento es corto. Hace muy pocos días el grupo cubano Orishas, por cierto, muchos años censurados por la oficialidad cubana y la española Beatriz Luengo estrenaron en Estados Unidos una canción llamada “Ojalá pase” por la cual tengo entendido que no han cobrado nada y el uso de ella no debe generar dinero a los cantantes.


En dicha canción nueva, Orishas utilizan una estrofa completa de la famosísima canción de Silvio, Ojalá, quizás su parte más polémica y la incorporan como parte de la letra de su nueva canción,

Ojalá se te acabe la mirada constante
La palara precisa, la sonrisa perfecta
Ojalá pase algo que te borre de pronto
Una luz cegadora, un disparo de nieve
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte
Para no verte tanto, para no verte siempre
En todos los segundos, en todas las visiones,  

evento que ha desatado una tormenta en las redes sociales, al menos de los interesados en estos temas medio culturosos. El propio Silvio no demoró en dejar sus declaraciones, como respuesta a las interrogantes recibidas sobre si él formaba parte de la idea y había autorizado a utilizar su creación. El mismo autor declaró que: Todos quieren saber lo mismo: ‘si autoricé a que se usara mi canción dentro de otra canción” (…) “No lo autoricé. No pidieron autorización”. Para rematar su nota dice: “¿Qué me parece esta vulneración flagrante de mis derechos como autor de ‘Ojalá’, cosa notoria desde hace 50 años?, (…) “Me parece un lamentable acto de parasitismo”.

Entonces, se ha desatado una guerra dentro e imagino fuera de las redes. Lo primero que me llama la atención es ver cómo una parte de nosotros, los cubanos, nos convertimos en fiscales y peor, en tribunales, para sancionar con una enorme facilidad y encontrar culpables. Los dolidos, basados en el amor al cantautor cubano, hablando de honestidad, están reclamando a favor de Silvio, pues nombran el hecho como un plagio y a partir de ahí estructuran sus argumentos, no con poca furia. Los amantes de Silvio aparecen más furiosos que el propio Silvio.

Una persona llamada Milena Recio, periodista cubana, profesora de periodismo, ha publicado todo un alegato, compitiendo con la famosa “Historia me absolverá” en defensa de Silvio y en contra de Orishas por su actuación, del cual, como es público, reproduzco textualmente algunos fragmentos, su texto es muy largo para copiarlo completo, pero para el que quiera leerlo puede ir a: 

https://www.facebook.com/milena.recio/posts/10157083986657817

“… Estamos ante un caso alevoso, además. Orishas y Beatriz Luengo saben perfectamente cuáles son las reglas de la industria en términos de derechos de autor. ¿Por qué lo han hecho entonces? ¿Para llamar la atención? ¿Para convertir a Silvio en su cena, en los banquetes de furia anticastrista? Si tienen tantas convicciones políticas, y las tienen, ¿por qué no escriben su propia canción íntegra y directamente contra el gobierno de Cuba, o contra los "pollitos que dicen pio pío"... da igual? ¿Necesitan una muleta, arrebatada, además? “No ayudamos dándole vítores a los que actúan como delincuentes, saltándose leyes que ni siquiera son propias del gobierno cubano, ni exclusivamente cubanas. Y encima lo hacen afectando a otros, dañando la propiedad y la dignidad de terceros”.
“Silvio Rodríguez y su obra son grandísimos. No me importa qué carro maneja, ni qué come, ni qué bebe. Nunca me ha importado. Nunca les ha importado a millones de personas en Cuba y en el mundo que admiran su obra. Me da igual si se alimenta con caviar o si come perros calientes y/o huevos fritos”.

Y entonces, los seguidores justicieros, los intelectuales de alto nivel, los estudiosos de la obra de Silvio, o sencillamente los esnobistas, le han caído atrás a Milena apoyando lo del fraude y el plagio y más, el agravio a un súper hombre como Silvio Rodríguez.

Conozco, creo que todos conocemos, que las canciones de Silvio han sido utilizadas tanto dentro como fuera de Cuba para acompañar ideas políticas, identificadas con aquel momento del autor cubano dentro de lo que fue el Movimiento de la Nueva Trova Cubana y sus innegables éxitos. Dentro de Cuba, en muchas ocasiones, los jóvenes, los niños pioneros, los actos del Partido Comunista y el gobierno, han utilizado la música de Silvio y dudo que en cada ocasión se le haya pedido permiso el cantautor para eso. El PCC no tiene que pedir permiso ni a Silvio, ni a nadie. No nos engañemos y seamos hipócritas. 

Nunca he visto a ningún cubano, a ningún intelectual molesto por esto, menos reclamar públicamente por la violación del derecho de autor. Fuera de Cuba, en muchas ocasiones la música del artista cubano se ha utilizado para identificar protestas de movimientos de estudiantes, obreros, de los desposeídos, de las causas llamadas justa. Dudo que cada movimiento de estos haya escrito a Silvio para pedir permiso por usar su música y menos he visto a ningún cubano reclamar en contra de los chilenos, argentinos, mexicanos que han utilizado la música del trovador para unir y defender sus ideas. Jamás he visto a tantos cubanos, ofendidos y dolidos, defender a Silvio y hablar de robo, plagio, parasitismo, delincuencia. Todos, exactamente todos, incluyendo al propio Silvio se han metido la lengua donde no le da el Sol.

El propio Silvio en el año 2011 frente al uso de su canción “La era está pariendo un corazón” por el movimiento de jóvenes españoles 15M declaró en su blog: Para mí ha sido muy especial ver y escuchar 'La era está pariendo un corazón' en medio de un coro de indignados jóvenes españoles de la actualidad. Porque fue una canción hecha por un joven que intentaba explicar la indignación de los indios, de los pobres, de los despojados de sus derechos humanos aquí, en América, hace más de cuatro décadas”.

Silvio escribió que fue para él muy especial, escuchar su canción en la boca de indignados jóvenes españoles y no los acusa de ladrones o peor de parásitos, al no poder crear para su movimiento sus propias músicas o himnos. ¿Dónde estaban estos intelectuales cubanos ofendidos que no protestaron por el uso de La era …, para las defensas en España?, ¿Estos jóvenes podrían ser catalogados de parásitos, revolucionarios, pero parásitos?

Recuerdo que hace algunos años ya, Silvio fue a sacar parte de su dinero a un banco cubano y le respondieron que no podían entregárselo porque las cuentas estaban todas congeladas. El gobierno había necesitado el dinero para pagar algo de última hora de impostergable espera, cosas que como todos sabemos, al menos lo que queremos saber, pasa con frecuencia. Silvio se disgustó, el dinero era de él y lo necesitaba para ese momento. El banco respondió, lo siento, causa de fuerza o motivo mayor. Dicen los que estaban cerca que Silvio se disgustó mucho, pero entendió y se montó en un avión y se fue a Chile a dar un concierto. No vi a ningún intelectual, de estos que ahora están dolidos, reclamar al gobierno cubano por coger sin autorización el dinero de Silvio cliente, sin comunicárselo tan siquiera. Nunca vi a ningún cubano pararse frente al banco o publicar un artículo en un periódico a favor del derecho de Silvio y menos criticar al gobierno por el uso de un dinero que “teóricamente” no era dueño. ¿Es más grave el uso de una estrofa o el uso del dinero?, ¿Si los Orishas son ladrones de textos, el gobierno qué es? ¿Dónde estuvieron durante todos estos años, los que hoy gritan plagio, plagio, con el único objetivo de desconocer o demeritar la nueva canción?

Cuba pudiera ser un buen ejemplo de violaciones de derechos de autor. Después de la caída del campo socialista, por suerte, todas las películas norteamericanas que vimos en la televisión cubana, de absoluta propiedad del gobierno, se copiaban sin pagar derechos. Jamás ninguno de estos intelectuales criticó, al menos públicamente, el hecho. Era necesario, esas películas puestas sin pagar ayudaron en muy buena medida a mantener la programación televisiva. Durante muchísimos años, los músicos cubanos han copiado y plagiado a artistas internacionales, cantando sus canciones en escenarios públicos sin pagar derechos. Ninguno de estos que hoy defienden el “pobre” Silvio jamás protestó. Haila Ma. Monpie se pasea, descaradamente, dando conciertos utilizando las canciones de Celia Cruz, por las que no ha pagado derechos. ¿Dónde están los preocupados seguidores de Silvio, que no han protestado por la actuación de esta “parasita” cantante?

Recuerdo que, en mi viaje a Londres, mi amigo Francesco quiso que conociera a su amigo José Ma, Cano, director del famosísimo, por aquellos años grupo español Mecano. El tipo al enterarse de que yo era cubano dijo que sabía que en Cuba se reproducía su música y se vendían sus discos sin permiso, sin autorización y por supuesto, sin pagar derechos. Cosa que era verdad.

Recientemente, nada más y nada menos, en las celebraciones por el V centenario de la fundación de La Habana, el gobierno cubano utilizó la emblemática canción Habáname de Carlos Varela sin pedir autorización al también importante cantante cubano y peor, quitándole a la composición las partes que a los organizadores no les convenía. El propio Varela frente a ese hecho ocurrido hace unos pocos meses, declaró que: “Manipularon mis versos y le quitaron el verdadero sentido, (…) Despojaron la canción de todo el peso que encierra la frase que omitieron y que provocó escribir esta canción”. 

¿Dónde están los ofendidos seguidores de Silvio frente a este brutal atraco que no protestaron masivamente?, ¿La justicia que se pide para Silvio, no funciona para Varela?, ¿Resulta más fácil, desde posiciones intelectuales o intelectualoides, cogerla contra Orishas que emprenderla contra el gobierno cubano por miedo a represalias conocidas?, ¿Silvio, aunque coma caviar y monte en carros sofisticados, aunque viva como millonario en una Cuba que se destruye, merece respeto y Carlos no?

¿Entonces por qué Orishas y Beatriz Luengo? Bueno, realmente por las declaraciones de Silvio no le pidieron permiso. Claro, de habérselo pedido, conociendo Silvio el otro pedazo original de la canción, jamás hubiera autorizado a que su creación, que según él mismo escribió a un amor que le hizo daño, aunque durante décadas los cubanos la interpretamos como algo diferente, formara parte de ese proyecto. Es real, bajo las leyes cubanas, podría aparecer como plagio, porque ellos utilizaron una parte de la letra de Silvio sin autorización, aspiro que Orishas, la Bea, sus representantes y abogados sepan de esto, porque ni son recién llegados, ni viven en la oscuridad y desinformación cubana e imagino que deben tener incluso algunos ahorritos por si tienen que pagar algún derecho o multa.

Lo que pasa es que los seguidores de Silvio, sus gratuitos defensores, pueden no conocer todas las partes de la legalidad y entonces, en algunos países, digamos Estados Unidos, donde “por casualidad” fue lanzada la canción, la historia puede ser diferente.

Darsi Fernández, abogada cubana, persona que parece conocer del tema, publicó el día 27 de enero una explicación que puede dar cabida a la actuación de los jóvenes músicos. Ella aclara:

Dicho esto, las leyes anglosajonas (y especialmente las norteamericanas) tienen sus particularidades. Algunas de estas excepciones que mencionamos anteriormente son recogidas en la jurisprudencia (que en Estados Unidos sí es fuente de derecho) con el apelativo genérico de “fair use” o uso justo, aplicable, en la mayoría de los casos a citas con fines académicos o de parodia artística creativa. Según la definición estricta, fair use se aplica a la reproducción o copia de material protegido por derechos de autor que se realiza con un propósito limitado y “transformador”, como comentario, crítica o parodia.
Pero en el país campeón de la “libertad de expresión”, uno de los usos que se hace con más frecuencia de esta figura es el uso político: un creador que demuestra que en su nueva obra se ha “apropiado” de la obra ajena porque es predecible que no va a obtener una autorización para el tipo de uso que pretende darle. Y por aquí, en el fair use anglosajón, con un perfil abiertamente político, es donde parece que se escudaría Orishas para el caso de que el cantautor cubano pretendiera demandarlos.
Entonces, la respuesta es que un uso de esta naturaleza no es lícito bajo la mayoría de las leyes, pero dado el carácter subjetivo y extremadamente político de la administración de justicia, ante una demanda de parte de Silvio Rodríguez, un juez en los Estados Unidos eventualmente podría argüir una excepción por fair use”.
Claro que la canción de Orishas no le gusta a Silvio, quizás a muchos de sus seguidores o amigos, probablemente no le guste a Milena Recio, la que llama a Orishas delincuentes. La otra parte de la canción que, si es nueva, dice cosas que no quieren escuchar. Es cierto que esa parte no dice nada nuevo, porque habla de los problemas que existen y se ven todos los días, pero coño, es lindo escucharla. La canción Ojalá pase de Orishas, habla claramente de lo que está pasando, de lo que no queremos que pase más, a diferencia de la Ojalá de Silvio, que además de buena composición, nunca hasta hoy queda claro de qué habla y a la que el autor ha dado una versión dulce, más, melcochosa, de lo que lo inspiró a escribirla.

Conozco la obra de Silvio Rodríguez, creo que no ha ganado la fama de buen compositor por gusto. Su creación artística es enorme y en una época fue meritoria, fue siempre mejor compositor incluso tocador de guitarra, que cantante, pero hoy no creo que Silvio sea esa persona importante dentro de Cuba. Conozco algunas de sus canciones, no todas, porque nunca fui su fanático. Algunas de sus canciones las entiendo, las puedo tararear, otras, creo que ni él mismo, ya no digamos el pueblo cubano, entiende qué quiso decir. Claro, si se quiere ser intelectual de Facebook hoy, se tiene que decir que el tipo es lo más grande que ha dado Cuba.

Conozco Cuba. A pesar de vivir fuera de ella, mantengo relaciones sistemáticas con cubanos que están fuera y dentro de la isla. Jamás he visto recientemente a nadie escuchando una canción de Silvio Rodriguez, a pesar de que conozco que muchos escuchan a Sabina, Serrat, Arjona. Tengo dos hijos jóvenes, jamás los he visto escuchando una canción de Silvio, a lo mejor no pueden ni reconocer su apellido. Con frecuencia participo en reuniones y fiestas entre amigos cubanos, jamás nadie ha pedido que se ponga una canción de Silvio para cantarla a coro y puedo reconocer que por cierta nostalgia hemos cantado hasta las canciones de los Yoyos. No he visitado ninguna casa de un cubano donde exista una foto de Silvio Rodriguez colgada en la pared, en mi casa tengo dos de Steve Perry. Entonces me da a pensar que su obra es grande, pero Silvio hoy no lo es tanto como Milena quiere dejar ver. Silvio, es tan grande como lo fue Bola de Nieve o Rita Montaner y habrá que ver, cuántos cubanos de los más de 13 millones que somos, recuerdan a estas figuras de nuestra cultura diariamente y gustan amenizar sus fiestas con sus inigualables interpretaciones.

Ojalá pase, es una linda canción, más allá de si es plagio o no. Es una canción que toca las fibras cubanas. Es una canción valiente. Ellos, para mi entendimiento, utilizaron sin cambiar nada, una parte de la letra de Silvio, una parte linda. No transformaron su canción, no ocultaron el uso que le dieron, no cambiaron la letra con sinónimos y antónimos para hacer fácil su obra, por el contrario, engarzaron muy a gusto, la letra vieja con la parte nueva. Ojalá pase, es una obra que habla de Cuba, de la tierra de hoy, habla de la realidad que el gobierno, quizás la periodista Milena y sus más furiosos seguidores o secundadores, no quieren hablar. Yotuel, uno de los Orishas le respondí a Silvio que como él escribió su Ojalá a una novia, ellos también escribieron su Ojalá para un primer amor y que ese amor es Cuba. A buen entendedor …

Ojalá pase, puede ser mañana, no sólo el título de una canción, sino la representación del sueño de muchos cubanos. Vale la pena decir que por cada disgustado por lo que le han hecho a Silvio, por cada fiscal acusador detrás de la intelectualidad y la legalidad, existen decenas de cubanos e incluso no cubanos, que hemos escuchado la canción y nos ha gustado. Necesitamos hoy más canciones como esta. Necesitamos más artistas como estos. Ojalá pase.

A diferencia de la periodista cubana Milena Recio, la cual declara en su alegato en defensa de Silvio, a la que leo casi como si estuviera gritando, que “No me importa qué carro maneja, ni qué come, ni qué bebe. (…) Me da igual si se alimenta con caviar o si come perros calientes y/o huevos fritos” queriendo ver sólo al Silvio que fue cuando escribió sus mejores canciones, a mí y parece que, a otros muchos, si nos interesa en lo que se ha convertido Silvio hoy. Quizás el irreverente, el inadaptado, el crítico ha dejado de existir y se ha acomodado a su, según dice, millonaria forma de vivir dentro de Cuba, a todas luces autorizado por el gobierno, frente a un pueblo que se lo está llevando el Diablo. No se puede defender a alguien por sus canciones lindas del pasado, frente a una realidad que se le ha olvidado, o peor, no le interesa ver, defiende a los que la provocan. No se puede seguir considerando símbolo de nada a alguien al que parecer compraron su alma.

Aquí les dejo el link para aquellos que aún no la han escuchado la puedan localizar. Los invito a que lean algunos de los comentarios de muchas personas que escribieron. ¿No puede ser que tantos seamos anormales?

jueves, 23 de enero de 2020

Culturales 2020. Trabajo ideológico = inmenso descaro.

Antes, en los años de nuestros padres y abuelos, muchos de ellos abnegados colaboradores con el gobierno cubano y su absurda idea de construir una sociedad más desarrollada y un hombre nuevo, mejor ser humano, absurdo no por la idea en sí que es buena, sino por los métodos escogidos, la tarea fue más fácil para ocultar las verdades.
Los que estaban en contra eran combatidos como enemigos desinformados, que trataban sólo por las ideas sin muchos argumentos, demostrar que todo aquello era una mentira y que se estaba caminando por un camino incorrecto y peor, estéril.
Era fácil echar mano a aquello de problemas ideológicos repitiendo consignas y palabras sacadas de discursos y, sobre todo, cuando no encontraban argumentos para convencer, acusar a las personas de que estaban planteando sus ideas “fuera del marco apropiado”. Ellos eran entonces, además, los dueños hasta del propio “marco” y se negaban a valorar otras ideas que no fueran las que se consideraban políticamente correctas. Las casas se convirtieron en campos de batallas, donde te gustara o no, se aplicaba lo del centralismo democrático y el poder del pueblo. Muchas veces, sabiendo que era verdad lo que se les estaba planteando, inmediatamente acusaban al interlocutor de estar influido, cuando menos, o pagado por el enemigo. Los comunistas no suponen que el resto tenga sus propias ideas, siempre que estas estén en otra dirección, son ideas pagadas. Fácil solución.
Ahora, muchísimos cubanos tienen un celular, el mayor porciento jóvenes, y otros muchos tienen acceso a internet fuera de los controles de un centro laboral, entre otras cosas, porque el gobierno, más allá de querer demostrar modernidad de su población, cobra muy caro por los servicios de telefonía. Entonces la idea de ingresar dinero, como la ley del bumerán, les ha ido para arriba porque no pueden impedir que las personas graven y difundan lo que quieran. Podrán poner presos a algunos, a otros los podrán amenazar, pero jamás podrán impedir a un por ciento alto de la población que haga lo que quiera con sus teléfonos. Los celulares han devenido en fuerzas clandestinas de oposición, porque no pueden poner a un policía detrás de cada ciudadano.
Ahora es más difícil decir o al menos creer, que se es pagado por la CIA o que lo que se dice es un invento, porque existen las imágenes, fotos y videos y la Agencia de Inteligencia no tiene presupuesto para comprar todas y cada una de las almas de los cubanos. Las redes sociales, y esto es bueno, han venido a brindar como contraparte, una información que no se da por los medios oficiales, que como se sabe, son todos propiedad del gobierno y de seguro han venido a abrirle las cabezas a algunos, lamentablemente para el gobierno, sobre todo a los más jóvenes.
Pero como en Cuba se gobierna sin verdadera conexión y cada medida o acción es más incoherente que la anterior, el presidente del país, días antes de terminar el año 2019, definió y anunció para los cubanos las prioridades de su gobierno para el 2020, ellas son: la batalla ideológica, la defensa del país; el ejercicio legislativo para apoyar la Constitución de la República; y la batalla económica”, o sea, a pesar de la intención de nombrarlas como algo novísimo, es la misma película de hace 61 años, creo incluso que en el mismo orden.

Al decir del gobierno, estos son los cuatro temas que definen el próximo período, que el propio gobierno trata de hacer ver como eterno, para ocultar la mentira y el miedo que se tiene. Primero, siempre primero, la batalla ideológica y cuarto, siempre cuarto, la batalla económica. Creo que siguen perdidos tratando de convencer a no sé quién y no sé de qué con los mismos argumentos de hace muchos años, aquellos que funcionaron en los 60, pero que hoy, luego de los fracasos, tropiezos, descalabros, frustraciones, carencias, incapacidades, derrotas, errores, extremas, medias y leves necesidades que existen acumuladas por décadas, etc., muy pocas personas, de verdad, por convicción, creen y confían.
¿Qué es defender la ideología?, ¿De qué ideología se habla?, ¿Cómo proponer que algo tan confuso, tan contradictorio y con tantos de atrás p´lante y de adelante p´atrás como la actuación del gobierno hoy, se pueda defender a nivel ideológico?
El presidente, que a todas luces tiene pocas luces, no le queda más remedio que retomar ideas de el “invicto” para definir su actuación en el futuro y entonces repite: "En la nueva era que vivimos, el capitalismo no sirve ni como instrumento. Es como un árbol con raíces podridas del que sólo brotan las peores formas de individualismo, corrupción y desigualdad”.
Mientras Fidel estuvo vivo era fácil entender, porque él mismo era todo, o sea, el primer secretario del PCC, el presidente del gobierno, el presidente del Consejo de Ministro, el Comandante en Jefe, y además el brujero mayor, el padre santo, el mejor arquitecto, el mejor químico, el que más sabía de ganado y de boniatos, el padre de todos los niños, el novio eterno de todas las solteronas, etc., etc., etc. Era incoherente, pero entendible que cuando él pensaba y hablaba estuviera hablando como ideólogo y administrador al mismo tiempo. Él, sólo él, tenía una idea y su misión era hacerla cumplir, porque demás está decir que después que se abrigó con el poder, jamás volvió a tirar un chícharo con las manos. Sus manos, sus uñas, eran más finas que las de una mujer.
Pero ahora, existe una aparente división entre Partido-ideología y Gobierno-presidente y su equipo, digo aparente, porque los cubanos sabemos que es ficticia, Raúl, siguiendo los pasos de su hermanito, no ha soltado la dirección del Partido Comunista y ese poder es lo que junto a los altos militares decide todo en Cuba. Lo de presidente, vicepresidente, parlamento, etc., es una obra de teatro, cuyo guion debería ser enviado al grupo de teatro inglés Monty Python, de seguro la sátira sería inolvidable.
Díaz Canel, administrador, máximo exponente de lo que se conoce como poder ejecutivo, que debería no dormir por la cantidad de problemas que tiene que resolver, que no le alcanzaría una vida para hacer su trabajo y devolverle al pueblo que dice representar, sólo algo tan sencillo y elemental como la tranquilidad, se decide primero por resolver, mantener y garantizar el asunto ideológico, poniéndolo, según sus propias palabras, como punto número uno de su plataforma de trabajo.
Tantos años hemos vivido los cubanos debajo del doble discurso, ese que dice hagan lo que yo digo, pero no lo que yo hago, ese discurso que por un lado hablaba de pueblo, democracia, igualdad, solidaridad y por otro, oculta la vida real, más cerca de la burguesía criticada o de la nobleza monárquica o feudal, que ha logrado confundirnos, no nos damos cuenta o en el mejor de los casos, las dejamos de escuchar convencidos de que no podemos cambiarlas.
En el 2020 Díaz Canel, como continuidad, se nombra como el principal defensor de la ideología, imagino yo que la marxista, aunque estoy cada día más convencido que de marxista tiene muy poco. Díaz Canel y sus antecesores, poseen su propia ideología, su propia teoría, han y van construyendo con una palabrería cantinflesca toda una tela de araña, que repite y repite sin contenido, que no se parece a ninguna, cuyo único objetivo es mantenerse en el poder en defensa verdaderamente de sus únicos y privados intereses.
No existe ideología en Cuba, nunca existió seriamente mucho, el grupo de poder hizo con ella lo que le dio la gana. Se acogió a la concepción marxista de la historia y al predominio del partido comunista, como simple formula de sobrevivencia y garantía de apoyo exterior, pero Fidel y los suyos siempre tuvieron, a nivel de pensamiento, su propia traducción y a nivel de actuación ni eso, como actuación hicieron con la ideología lo que les dio la gana.
Ahora, en un país hecho a retazos, con más que evidentes contradicciones en las estrategias, con un gobierno que está boqueando incapaz de resolver nada, que, aunque se muestra fuerte y convencido, no duerme porque no sabe cómo se levantará al día siguiente, existe menos que nunca. Todavía hablamos de ideología, pero en realidad ni existe una, ni existe otra teoría, ni se puede apelar a ningún estudio teórico serio. Ahora, la ideología es todo aquello que le permita al mismo grupo de poder, permanecer.
Es una gran contradicción o uno de los retazos, por un lado, el presidente retoma las palabras de Fidel, definiendo que el capitalismo no sirve para nada, que es un árbol podrido, mientras al mismo tiempo se exhibe frente a un pueblo trabajador, sencillo, humilde, con miles de necesidades que lleva todos los días en enormes mochilas, vistiendo, nada más y nada menos, que un Levi´s, uno de los símbolos más sólidos de la economía norteamericana. En mi época de joven tener un jean Levi´s era ser doblemente famoso. Famoso para los amigos que añoraban; famoso para las autoridades políticas que lo repudiaban.   
En realidad, no es nada nuevo, siempre se ha hablado de ideología marxista y de socialismo en Cuba como un intermediario entre el poder político y sus dirigidos, pero en realidad los “jefes” siempre han disfrutado de las bondades del llamado sistema podrido. Automóviles Mercedes Benz, relojes Rolex, zapatos de marcas europeas, vestidos de alta costura, casas acondicionadas como las tienen los ricos explotadores, yates de lujos, viajes y más viajes. Ahora, más que nunca, porque la arrogancia y el poder vengativo de Fidel ya no existe, los hijos y nietos del poder, se están repartiendo el país, restaurantes, bares, hoteles privados, viajes y más viejas. Lujos y más lujos. Esto me recuerda a un director que tuve en uno de mis trabajos en Cuba, el personaje en cuestión, que se paseaba diariamente con un trajecito a nivel de uniforme, repetía orgulloso tocándose la tela, que vestía de forma humilde y que sólo tenía dos trajes como aquellos, Siempre los mismos trajecitos solo de dos colores diferentes, hasta que un día descubrí que aquello a lo que llamaba “humilde”, en todos los botones tenía una marca, Dior, que, traducida a dinero, no bajaba de 500 dólares por pantalón y chaqueta. ¿Humilde o disfrazado?
Cuba ha vivido de ese doble discurso, tanto, que nuestros padres lo llegaron a justificar, tal como si para dirigir a un pueblo hiciera falta comer langostas. Tanto nos acostúmbranos a ese doble discurso que para muchos es normal el viejo refrán de hagan lo que yo digo, pero jamás cuestionen, critiquen, imiten, ni aspiren a hacer lo que yo hago.
Díaz Canel defiende la ideología. ¿Cuál? Aquella que llama podrido al árbol capitalista o aquella que grita desesperadamente que se necesitan inversionistas extranjeros que pongan en Cuba sus podridos dólares. ¿Cuál? Aquella que dice que estamos ahora en el momento del esfuerzo decisivo número 15 467, que el pueblo necesitará más ahorro, más restricciones voluntarias, menos vida y más muestra de alegría o aquella que permite a su mujer hacer eventos de alta cocina cubana en hoteles 5 estrellas frente a un pueblo que no come o a sus hijos ser músicos y estar en el éter de la cultura, en vez de irse a trabajar a una fábrica o al campo. ¿Cuál? Aquella ideología que el presidente trata de explicar importando ideas expresadas de forma cantinflesca, que ni el mismo podría repetir a los pocos minutos o la que permite engordar y tomar vinos extranjeros en fiestas y comidas entre familia y amigos cercanos. ¿Cuál? Aquella que repite lo que se viene haciendo, sin muchos resultados estables y sostenidos durante estas últimas décadas o aquella que le está pidiendo a los dirigidos que suministren ideas para sobrevivir, como muestra de acercamiento, aceptación, pero sobre todo incapacidad para generar ideas. Es como el padre que, tratando de ser bueno, moderno y aceptado, le dice a su hijo de 3 años, dame ideas de cómo quererte, educarte y mantenerte.
Veamos uno de los últimos descalabros de los funcionarios del gobierno, nada nuevo pues no hace más nada que imitar el nuevo estilo de los ideológicamente definidos dirigentes cubanos, y por qué no acción, sino orientada, permitida como muestra de alegría popular, pero que inevitablemente debe estar revolviendo a Fidel dentro de su piedra. Todos conocemos que el amigo vivió bien, fue de todos los ideólogos es más fuerte y mejor vividor, pero al igual que mi antiguo director, fue mago en brindar una imagen de traje militar verde olivo y botas, tal como si se mantuviera en campaña eterna. Tal parecía que Fidel llegaba a dormir todos los días vestido de militar. Pocos sabían cómo vivía, el acceso a su vida privada siempre fue considerado un secreto de estado. ¿Protección o inteligencia cabrona?
Recientemente Gerardo Hernández, uno de los cinco espías cubanos que trabajó dentro de los Estados Unidos, que cumplió años de privación de libertad porque la red Avispa a la que perteneció fue descubierta y que fue devuelto a Cuba sin terminar de cumplir su condena, donde se considera héroe, gracias a los acuerdos entre Obama y Raúl, publicó en una red social pública una foto exhibiendo una paella que le regaló a su esposa por su cumple, con la siguiente dedicatoria, “Algo especial pa’ ella en su cumpleaños: ¡Paella! ¡Felicidades, amor! Y muchas gracias por todo lo vivido”.

¿Paellaaaaaaaaaaaaaaaaa? El “héroe” cubano, debería ser encarcelado nuevamente, ahora por las autoridades cubanas. Ya saben 8 meses en Villa Marista, 10 años por enriquecimiento ilícito. Si Jesús está por regresar a la Tierra a decir de una parte de los religiosos que lo aman, en cualquier momento, Fidel, se sale de la piedra, se arma de nuevo como los robots de las películas, se viste con su típico uniforme verde olivo y botas, a lo mejor también Dior y vuelve a la carga con aquello de traición a la patria, desvío de recursos, enriquecimiento, blandenguería y desmerengamiento, etc.
Para los que sabemos de paella, yo me cuento porque la hago con frecuencia, sabemos que es un plato de origen español, que se prepara con muchas cosas, donde el arroz sirve de base para la mezcla de carnes. Si escoges una paella marina, puede tener langosta, camarones, calamares, pulpo, almejas y otros caracoles. Si escoges una de carne, podría contener, menos carne de res, todas las carnes de los animales que vinieron en el Arca de Noe. Famosa la paella valenciana hecha con conejo. Entonces, Gerardo, que además no trabaja en una fábrica, ni dirige una vaquería, menos una microbrigada que construye apartamentos para la población y muchísimo menos trabaja en un paradero de guaguas, donde podría demostrar su carácter revolucionario y su interés por avanzar, sino que es recompensado con un cargo de esos cómico, que no significan mucho, más que garantizar una buena vida y que nunca podrá demostrar que lleva 6 meses ahorrando para comprar los componentes de su paella, le regala a su amorosa esposa un plato con que el cubano de a pie no puede tan siquiera ni soñar, me arriesgaría a decir que en un por ciento enorme ni tan siquiera conoce que existe. Con lo que se hace una paella puede comer una familia cubana un año entero, si recordamos la dramática cómica y sarcástica receta de amarrar un pollo de un cordel, meterlo en agua hirviendo y sacarlo, congelarlo y volver a repetir el proceso siempre que se quiera tomar sopa de pollo.
El tipo no le regaló una hoz y un martillo como símbolo de la ideología que les permite vivir bien, tampoco una edición de las Obras Completas de José Martí, nuestro Apóstol tan de moda por estos días. No se le ocurrió regalarle una foto de Fidel que tanto luchó para que regresara después de haberlo puesto al descubierto como espía, menos una hamburguesa “conformada”, de las que no queda muy claro con qué está hecha o un pescadito gris, ambos engendros recibidos por el pueblo cubano para comer, ambos logro del sistema alimenticio cubano. El tipo, en medio de la batalla ideológica por el socialismo cubano, en contra del capitalismo mundial, le regaló una paella y publica la foto son miedo, por lo que me parece está autorizado, sin pudor, lo que me parece no tiene y esto me hace pensar, si publica esta foto amorosa de paella pa´ella, cómo vivirá esta familia, él, héroe por espía y ella, heroína por esposa.
Díaz Canel es un tipo sin ideas y además sin carácter, Claro la tiene difícil viendo lo que está ocurriendo en Cuba, sin poder hacer mucho con los hijos y nietos de Raúl y Fidel, más familiares y amigos cercanos, más los de otros “intocables”, creo que llega a entender porque él mismo apareció en unas fotos en una gran comelata con amigos con vinos capitalistas, o sea, podridos, incluidos. Quizás las fotos del propio Díaz Canel y ahora Gerardo, están tratando de demostrar el desarrollo cubano y la alegría de un pueblo “bloqueado” por los logros alcanzados.

¿Qué tiene esto que ver con la ideología, llámese en Cuba como se llame? Nada. Esto es parte de lo mismo que siempre hemos vivido y que antes era fácil de esconder cómo problemas ideológicos y mentiras pagadas y hoy, al menos, tenemos la posibilidad de ver y aquellos que estamos fuera de Cuba, pues sino criticar, por lo menos analizar. Hubiera quedado mejor Gerardo si hubiera puesto a pie de foto algo así como: “pa´ella una revolucionaria, una rica paella revolucionaria”.
En mi poco conocimiento del idioma castellano, a veces busco adjetivos para nombrar cosas como estas y no los encuentro nuevos. Descaro, desfachatez, desvergüenza, indecencia, impureza, irrespeto, irreverencia, demagogia, ofensa, agravio, injuria, ultraje, hipocresía, falsedad, simulación.
Primer punto en la agenda del gobierno cubano, defender la batalla ideológica. Claro, queda claro, batalla ideológica que permita seguir viviendo como “Carmelina” la nieta preferida de José Arechavala, uno de los hombres más ricos de Cuba, defensor del modo de vida “podrido” capitalista cubano antes de 1959 y así y todo, estoy seguro de que la pequeña Carmelina quedaría asombrada.






sábado, 18 de enero de 2020

Culturales 2020. De librerías y libretas de abastecimiento.

Coñoooooooooooo, cada vez que abro mi computadora, me llegan noticias “culturales” que me hacen pensar y luego escribir. Estoy en busca de un nuevo trabajo y hace frío afuera, ahora -14 grados C., por lo que paso horas sentado frente a la pantalla de mi computadora y entre mensajes y mensajes de trabajos, leo y escucho sobre Cuba.

¿Habrá algo agradable para leer? Bueno, no sé, creo que sí, mi familia allí está bien, dentro de lo bien que se puede estar, luchando día a día para llegar a la noche, cosa que no es nueva, a todos nos ha tocado vivir de esa forma, o por lo menos, a todos los que no fuimos “escogidos” por los escogidos.

A veces me digo, trata de leer y escribir sobre algo que anime y que no sea tan complicado de digerir, pero no logro mucho mirar o encontrar estas informaciones, que no sean obviamente las emitidas por el gobierno y uno que otro concierto de reguetón. Si mientras estuve allí no las creía y no las escuchaba, imaginarán que ahora, viviendo dónde y cómo vivo, menos las voy a creer. Trato de ser coherente conmigo mismo y entonces me parece brutal, respetando a todo el que lo hace, irme a atender a un hospital cubano de gratis o para pagar menos y hablar del magnífico sistema de salud o pasarme unos lindos días en uno de los nuevos hoteles, bañándome en la piscina y tomando “Cubanito” y hablar de los logros del ministerio de turismo cubano. Sería ofensivo para mí mismo.

Ahora veo dos noticias “nuevas”, ambas me dan pena. La primera es sobre un lugar, que, durante muchísimos años, tantos hasta mi juventud, fue símbolo de la cultura, ahora sí de verdad, la cultura cubana. Lugar famoso, increíblemente no por la música, ni la comida y los tragos, sino por los libros. La segunda, trata sobre algo también famoso, triste y humillantemente famoso, que nos ha torturado durante años, que ha ocultado las limitaciones del pueblo cubano y la incapacidad de su gobierno, que se inventó para los de a pie, porque los escogidos no la necesitan y estoy seguro de que no la utilizan, que es la libreta de abastecimiento.

Digamos Moderna Poesía y estoy seguro de que la mayor parte de los cubanos, al menos los que vivimos en la Ciudad de la Habana, conocemos de qué se trata.
Pues sí, la famosa librería, que desde la esquina donde se ubica, casi presidiendo el inicio de la calle Obispo, una de las calles más famosas y transitas de la Habana Vieja, está no sólo cerrada definitivamente, sino en vías de destrucción total. Da pena.

Claro, sé que alguien o algunos podría decir que con las tantas cosas que se destruyen todos los días en ese país, con las miles de cosas que complican la vida diaria del cubano postergadas por años, hoy en franco crecimiento, con tanta falta de agua, alimentos, ropas, casas, etc., todo obviamente más importante que la misma democracia, libertad de expresión o de reunión, etc., sólo a un loco se le puede ocurrir hablar de una librería y confieso que puede ser verdad, lo que pasa es que me gustan los libros y tengo, especialmente con ese lugar, muchos recuerdos.

Un poquito de historia. Un emigrante gallego, llamado José López, la fundó como librería, taller de grabado e imprenta en 1890, en la misma esquina donde todavía hoy se encuentra. Su arquitectura fue transformada a un bello edificio Art Decó por su hijo en 1935, transformación que abarcó no sólo la parte arquitectónica, sino la ampliación del negocio a todo lo que estuviera relacionado con papelería, materiales de escritorios, etc. Luego del triunfo revolucionario pasó a ser parte del Patrimonio Estatal, manteniéndole su función vinculada a la cultura, venta de libros, discos, mapas y plegables informativos culturales y materiales de oficina.

Recuerdo bien ese lugar. Trabajé algunos años en La Habana Vieja y mi visita a la Moderna Poesía era obligatoria todos los jueves. Tengo dos hijos, Jennifer nació antes del Periodo Especial y Jonathan después, entonces viví junto a mi familia cronológicamente el impacto de aquellos años también a través de los libros. Cosa que se evidenció en la cantidad muy diferente de libros y fotografías que tienen mis dos descendientes.

Como dije, cada jueves visitaba aquel lugar, tanto que llegué a conocer a los libreros que allí trabajaban. El lugar era lindo, la atmósfera en su interior era elegante y a la vez muy de cultura. Los muebles, imagino muchos originales de antes de la revolución eran de cedro y caoba, que bien colocados daban al lugar un mágico ambiente en el que podías estar horas. Algo así parecido encuentro aquí en Lincoln dentro de las librerías Barnes & Nobles, donde para mi gusto han incluido una pequeña cafetería que vende, entre otras cosas, un muy buen café Espresso.

Cada jueves surtían con nuevos libros, entonces siempre compraba algo para mi hija y algo para mí. Los libros por aquellos años eran extremadamente baratos, centavos, los más importantes jamás pasaban de 5 pesos cubanos, lo que permitía que yo, con mi salario de recién graduado universitario, pudiera comprarlos. Así entonces semana tras semana, se convirtió aquello de visitar la Moderna Poesía más que un hábito en un vicio. Gracias a eso leí mucho, mi hija creció con libros de cuentos para su edad, que por suerte luego, su hermano heredó porque ya no era tan fácil lo de comprar y luego mi sobrino Ian heredó también, con esa solidaridad obligada que los cubanos tuvimos que desarrollar.

Aunque no era el único lugar, porque existían muchas otras librerías en La Habana, la otra que me gustaba hacia esquina en las calles L y 27, Vedado, muy cerca de la Universidad, la Moderna Poesía fue famosa, porque, durante toda su vida se dedicó a lo mismo, jamás cambió su objeto social. Creo que debió convertirse, al menos para los intelectuales y estudiantes, en un lugar de visita obligatoria, allí se encontraban desde libros de cuentos para niños, novelas de escritores nacionales e internacionales, hasta libros de medicina, ingeniería, arquitectura, historia, etc.

Recuerdo que aun trabajando yo en el Museo de la Ciudad y visitando con frecuencia la librería, a un compañero mío y luego amigo, se le dio la tarea de representar a la parte cubana frente a un inversionista español al que le dieron el lugar para remozarlo sin cambiarle el objetivo. El amigo tratando de hacer bien su trabajo, muy rápido tuvo problemas con el inversionista, que además de español y no saber nada de libros, se dedicó a agredir y burlarse verbalmente de los cubanos. Un día la cosa se puso mala, mi amigo, frente a los maltratos insultantes y denigrantes, casi cogió al español, investido de persona importante en Cuba, por el cuello y aunque la administración del museo le agradeció la muestra de honestidad y cubania, fue removido y enviado a otras tareas. El español empresario, no lo quería más allí y lo de la defensa de la cubania era bueno, pero frente a la inversión extranjera, pasaba a una segunda posición.

El presente de Cuba ha cambiado y lo de los libros se ha puesto difícil, ahora la mayor parte de ellos se venden caros en dólares, entonces leo, con algo de tristeza, primero, que la Moderna Poesía está cerrada totalmente y segundo, que el edificio se está destruyendo aceleradamente, lo que significa en buen cubano que se debe estar cayendo adentro con peligro para la vida. No me extraña, el deterioro, la caída y desaparición de los inmuebles de todos tipos en Cuba es ahora mismo, uno de los problemas más graves que el gobierno enfrenta o debería enfrentar. Hay dinero para construir nuevos hoteles en cualquier esquina de La Habana, de dudosa justificación porque los hoteles que Cuba tiene sobrarían para albergar el poco turismo que visita la isla, existe dinero para construir o reparar tiendas para vender en divisas, hay dinero para realizar eventos musicales o de comida cubana de alta cocina haciendo referencia a langostas y quesos, pero no hay dinero para reparar lugares como una librería.

Claro, la consigna propagandística de que la educación es gratuita, el acceso a la cultura y sus manifestaciones también, entonces para qué hace falta comprar libros. Los que quieran tener libros que los importen, los manden a pedir a Miami o esperan a la anual feria del libro donde se venden en dólares. Librerías y libros, para qué. Aquello del Apóstol de “ser culto para ser libres” tampoco hay que llevarlo al pie de la letra, dirán los gobernantes.

Dios los coja confesados, ojalá, que el edificio que dentro de poco cumplirá siglo y medio de bien hecho, no se derrumbe totalmente y desaparezca y tengan entonces que convertir la esquina en un parque al cual tendrán que ponerle una estatua del boliviano Evo Morales o del iraquí Qasem Soleimani, que no conozco que ya tengan sus parques en Cuba. Ojalá que no aparezca un sesudo que, cumpliendo con la medida de ingresar divisas al país, le entregue el lugar a otro gallego para que, cambiando ahora el objetivo, construya allí un restaurante en homenaje al emigrante José que lo construyó en 1890. Ojalá que llueva café.

El segundo de las “culturales” es sobre la más que histórica, con 57 años de existencia, libreta de abastecimiento y entonces si lo de la librería me ha puesto triste, la noticia sobre la reconocida popularmente como libreta, dan ganas de picarse las venas. El propio Fidel, no sé por qué siempre Fidel, JAJAJAJA, en marzo de 1962 anunció el nacimiento de la libreta de abastecimiento como medida justa y humana, o sea, ese documento de control, entre otras cosas de alimentos, pero en realidad de otras muchas cosas, nació exactamente un año antes que yo, entonces lleva muchos años existiendo.

Primero he visto a un joven cubano de espejuelitos feos y cheos, de esos que se delata a gritos sin pareja, de esos que defienden lo indefendibles incluso furiosamente, hasta que por supuesto llegan a Miami y se quedan, de esos que salen en el noticiero de la televisión como periodista, de esos que la muy reconocida Facultad de Periodismo de la Universidad de la Habana hoy está graduando enlatados o producidos en racimos como se dan los plátanos, hacer un reportaje sobre la libreta de abastecimiento cubana, tema que más que evidente le han ordenado hacer, porque creo que a nadie en su sano juicio, siendo graduado de periodismo, se le ocurriría llevar ese tema a su currículo profesional.

El joven de espejuelitos cheos, que se llama Abdiel Bermúdez, tal como si estuviera promocionando un viaje en un crucero, la visita a un acuario o la última comedia que se está mostrando en las salas de cines o teatros, dice textualmente sonriendo que: “la libreta de abastecimiento es muy querida por los cubanos” y yo, que reconozco haberme librado de ella hace ya algunos años, no sé qué pensar de esta afirmación. Pudiera ser que el joven tenga alma de comediante y al no poder escribir un guion cómico se agarre de cualquier cosa para tratar de hacer reír o, por el contrario, esté tratando de ganar méritos dentro de su sindicato de periodistas, tratando de justificar lo que cada cubano sabe que es injustificable.

El racionamiento, como medida para repartir lo poco que existe, no es un invento cubano, muchos países lo han puesto en práctica, para asignar recursos limitados y bienes de consumo. Los gobiernos modernos han adoptado las llamadas cartillas de racionamiento, lo que para los cubanos es la libreta de abastecimiento, en periodos de guerras, hambrunas o alguna emergencia o desastre nacional, que afectan a una gran parte de la población.

Visto así, el invento de la cartilla para racionar y repartir a todos por igual fue no sólo necesario, sino entendible y hasta cierto punto humano. Visto así demuestra la intención de un gobierno por garantizar que, consumiendo lo mínimo de forma organizada y planificada, las personas a su cargo puedan sobrevivir. Pero, lo cierto es que, inmediatamente que han pasado los orígenes que llevaron a implantar un momento de restricción, los mismos gobiernos han hecho un esfuerzo por priorizar que dichas cuartillas desaparezcan, por lo que las más famosas, sólo han durado pocos años. Dentro de las medidas económicas que han implementado, primero que otras, ha estado la de aumentar la producción y la oferta y con ello, eliminar la para nadie normal “deseada y querida” cartilla de racionamiento.

Por poner ejemplos de países hoy ricos, España tuvo varios períodos de su historia más reciente, donde se vio obligada a racionar algunos productos, períodos de los cuales los españoles no quieren recordar. Gran Bretaña, si, la “pérfida Albión”, término popularizado por Napoleón para referirse al Reino Unido, tuvo su período de racionamiento en la modernidad y hasta a el propio Palacio de Buckingham con reina y familia real incluida, se le aplicaron cortes de electricidad, o sea, apagones planificados durante algunos meses, para apalear un problema interno con el carbón y la generación de electricidad. Los ingleses tampoco quieren recordar aquellos años, los consideran no meritorios del Imperio Británico.

En la historia de Cuba, siendo el mismo gobierno encargado desde hace seis décadas, la libreta de abastecimiento tiene 58 años y a decir del periodista que mencioné anteriormente, casi se está de celebraciones de cumpleaños, queriendo dar la imagen de que todos están contentos con que exista y casi están haciendo fiestas de homenaje por la gran idea de racionar eternamente, casi todo.

Incluyo aquí una foto suministrada por un amigo fotógrafo colaborador, donde aparece una pequeña caja de fósforos, de esas que todos los cubanos tenemos que recordar, que por cierto también están perdidas, junto a un pan, del que cada cubano tiene asignado para el día. La imagen habla sola y es mejor que cualquier explicación que pueda dar. Soy un tipo gran comedor de pan. El pan me mata. Puedo comer cualquier tipo sin nada adentro, desde los suaves y esponjosos hasta los que tiene varios días de fabricados y el llevarlos a la boca, puede poner en riesgo de fractura o pérdida a los dientes. ¿Alguien puede decirme, cuántos panes como ese puedo yo comerme “alegremente” en un día?


Hoy hablamos de la libreta de abastecimiento que se utiliza para los alimentos, pero hay que recordar que tuvimos en Cuba otra libreta para racionar las ropas, los zapatos y otros productos de uso cotidiano. Si cogías medias no podías comprar calzoncillos, si comprabas sábanas para las camas, no te tocaban toallas para secarte, etc. Años de racionamiento para el combustible a través de cupones que el gobierno entregaba por automóviles. También hemos vivido racionamiento en medicamentos, almohadillas sanitarias, “balitas de gas” para cocinar, alcohol y keroseno, medidas que parece que llegaron para ser eternas. Racionamiento del agua, que hoy llega en muchos lugares cada 5 días y racionamiento de electricidad con aquellos apagones de 12 horas y más diarias, debajo de los que los cubanos, según puede pensar el gobierno, vivimos felices. Y recientemente esa política de racionamiento llega y se aplica en las tiendas en divisa convertible, en la misma medida que sólo se permite comprar determinado producto en cantidades fijas por cada persona, o sea, que lo de la libreta de abastecimiento y la variante de racionalizar, va más allá de los productos de la llamada “canasta básica”, otra definición que en Cuba, no queda nunca muy clara, porque el contenido y la cantidad de dicha canasta puede variar, y muchas veces varia, cada mes del año. Digamos que a la par que el gobierno racionaliza, nos entretiene adivinando qué, cuándo y cuánto, llegará cada mes.

Es hasta cierto punto entendible que cualquier gobierno, trate de justificar frente a sus gobernados determinadas medidas, más que entendible es obligatorio en la misma medida que cualquier gobierno se debe a sus gobernados, pero llegar a decir para los gobernados y para el mundo, que los que reciben el racionamiento por más de 50 años ya, están alegres y contentos, no es sólo una mentira y burla, sino pudiera ser considerado como un crimen de lesa humanidad. Hasta para decir mentiras habría que tener cierto decoro.

La libreta de abastecimiento por décadas, envuelta con toda la orla humanitaria que se le quiere dar, lo único que demuestra es la incapacidad de un determinado gobierno para solucionar los problemas. Ella existe para enmascarar la poca o ninguna producción, el verdadero desinterés y sobre todo la mala administración. Ella, prolongada en el tiempo, no sólo limita el consumo desde el gobierno, sino que lo disfraza de medida necesaria para la salvación de los seres humanos. El racionamiento obligatorio, ese envestido de justicia social, no es más nada que una muestra de lo poco efectivo de los métodos centralizados de un gobierno y un estado. El racionamiento prolongado, en cualquier parte, por tanto, en Cuba, lo único que ha favorecido desde siempre es la existencia del gran y estable mercado negro, que por una parte ha ayudado a los gobernados a sobrevivir y por la otra ha creado una “casta” de negociantes e intermediarios imposibles de erradicar.

Claro, existen personas que hoy declaran que no les quiten la libreta de abastecimiento, generalmente personas viejas que viven de una miserable Seguridad Social o de sus retiros, personas que no reciben ayuda desde el exterior y no tiene una fuente interna, legal o ilegal, para vivir. Esas personas están diciendo que dependen de esa libreta, por lo menos a través de ellas reciben lo mínimo para vivir, lo que no quiere decir que estén alegres con ella. Nadie puede estar alegre con un pan diario y cinco huevos al mes.
Luego, como Cuba ha estado hecha a pedazos, con medidas poco pensadas que tratan de resolver un momento “coyuntural” o crisis, de las que se pueden sumar miles, los propios inventores del racionamiento, se ven metidos todos los días en problemas. La incoherencia es la madre de las medidas en Cuba.

Ahora en 2020, la señora Marpessa Portal, directora de ventas minoristas del Ministerio de Comercio Interior, descubre que existen violaciones, cuyos culpables son las familias cubanas y, sobre todo, los que aparecen como jefes de núcleos, porque violando lo establecido por las disposiciones vigentes y desde posiciones mentirosas y oportunistas, no informan y accionan como tienen que hacerlo. Se repite el mismo esquema, o sea, el gobierno no es el responsable de los desastres, sino que los desastrosos son los gobernados.

Veamos los ejemplos que dio la directora Portal y otros que conozco:
1.- Los muertos siguen en las libretas y los familiares siguen cogiendo sus “mandados”.
2.- Las personas que se mudan de provincias siguen cogiendo los mandados en sus orígenes y “resuelven” nuevas inscripciones para coger los mandados en sus lugares de destinos.
3.- Las personas con dietas alimentarias provisionales siguen cogiendo las dietas a pesar de que ya no están enfermas. Muchas personas con tal de resolver se han agenciado, con médicos amigos o médicos negociantes, dietas alimentarias sin estar enfermos realmente.
4.- Las familias cubanas mantienen en las libretas a personas que se han ido de Cuba y viven radicados en otros países.

Estas, como ejemplos, son algunas de las justificaciones que hacen culpables a los cubanos, porque, según la misma funcionaria aseguró, “Estamos hablando de un programa que el gobierno cubano prioriza y subsidia, y que reporta grandes gastos a la economía. Es por esto que no debemos permitir que este tipo de actividad siga sucediendo”. El mismo esquema, el buen gobierno, el dulce gobierno y los malos gobernados que no colaboran o, por el contrario, actúan en contra, entorpeciendo el buen funcionamiento de los “amorosos gobernantes”. Es una receta fácil, muy repetida, muy utilizada, puesta en práctica, copiada, por el mismísimo “invicto” y que hoy, con lo de la continuidad, los que están, sobre todo, defendiendo sus puestos y privilegios de vida, repiten sin consideración.

Ahora, en frente a la escasez, cómo entender que aquellos cubanos que se repatrían para no vivir en Cuba, sino que, acogidos a la medida loca del gobierno, se inscriben para los beneficios, incluyendo la libreta de abastecimiento y las dietas alimentarias, pero que inmediatamente se regresan a los países donde viven felizmente, obtengan lo mismo que los cubanos que viven en Cuba sin poderse ir a ningún lugar. Contradicción enorme, pero que en esta ocasión es utilizada como gancho para la repatriación.

Entonces la señora Portal está preocupada porque al abuelo muerto no se la ha dado de baja de la libreta y sus familiares siguen cogiendo sus mandados, haciendo válida aquella frase revolucionaria de que “hasta después de muertos, seremos útiles” y no se preocupa o  manifiesta de probablemente su vecina o familia que se ha repatriado, le han dado los “derechos” de esa acción, pero que vive en Miami o en Burundi y está feliz con que su familia en Cuba tenga un pan o unos huevos de más para pasar el mes. ¿Cómo entender a la señora Portal como funcionaria representante del gobierno?

Ahora Betsy Díaz, ministra de comercio interior, declara que las personas que estén más de 90 días fuera del país, si justificación de gobierno, o sea, empleados, funcionarios, diplomáticos, etc., perderán los beneficios de la libreta de abastecimiento, pero a la misma vez, la ley migratoria recientemente aprobada dice que los cubanos pueden estar 24 meses, o sea, 2 años, fuera de Cuba sin ningún problema. ¿A quién creer o hacer caso, a la ministra de comercio interior o a las autoridades de emigración, ambas funciones del mismo gobierno en franca contradicción?

¿No será mejor, de  una vez y para todas, facilitar que se produzca toda la comida que se necesita, que se fabriquen todos los productos demandados, por vías obviamente que no sean las ya probadas durante estos últimos  60 años sin resultados, para evitar el mercado negro, que los abuelos mueran y no sean reportados para seguir cogiendo sus mandados, que las personas no se aparenten estar enfermas de enfermedades que no tiene con tal de conseguir un pedacito extra de pollo o algo de leche en polvo, que las personas puedan entrar y salir sin tener que dar cuentas de lo que les toca o no y, por supuesto, que las personas como yo puedan comerse todos los panes que deseen?

Chúpate esa, como dice El Terrible, aquí se los dejo en espera de las próximas noticias culturales.