lunes, 30 de marzo de 2020

¡Que ridículos somos!


Recuerdo un día hace ya años en el lugar donde trabajaba, me dieron una orden para resolver un problema en el apartamento de una residente. El nombre que estaba impreso en el papel era de esos típicos nombres vietnamitas y entonces me dispuse a trabajar.

Llegué, toqué la puerta y me abrió una linda joven, de cara redonda, de ojos muy rasgados y de piel mulata oscura, no llegaba a ser negra, pero si muy oscura. Hablaba bien el inglés.

Yo, entonces me trabé, miré la orden, la miré a ella, volví a mirar el papel y luego la volví a mirar a ella, imagino con cara de asombro. Le pregunté si ella era el nombre que estaba en la orden, ella sonrió, me hizo pasar y me explico. Su mamá era vietnamita, pero su padre había sido un soldado negro que había estado en la guerra. Entendí. Ella no me explicó si el militar había violado a una joven nativa, existen miles de historias de violaciones reales, o si los jóvenes, él negro, militar, ella vietnamita campesina, se habían enamorado, de lo que también hay miles de historias. Lo cierto es que producto de aquella relación, nació ella, que luego de terminada la guerra, al pasar el tiempo, se acogió a la nacionalidad del padre y ahora vive feliz en Lincoln, Nebraska.

Linda historia, que me enseñó que, no existe la posibilidad, ni debería haber la posibilidad de hacer esquemas, cosa con la que, lamentablemente, muchos vivimos. Si, la joven es una mulata, de ojos chinos, de pelo lacio que nació en una aldea de Viet Nam.

Entonces hoy, en medio de “quédate en casa” me he encontrado con una linda foto que incorporo y además de hacerme pensar, me ha motivado a escribir.


La foto fue tomada sin preparación, o sea, no es un montaje, en un momento donde un soldado norteamericano, en medio de un combate, carga a dos niños vietnamitas para salvarlos de las balas y ponerlos a buen recaudo. Al soldado no se le ve la cara, pero por coincidencia del instante, del milisegundo en que trabaja el lente de la cámara fotográfica, los dos rostros de los niños quedaron expuestos. La foto es linda, en la misma medida que es fuerte. La foto es romántica, en la misma medida que denota la gravedad y seriedad del momento. La foto da cierta paz, en la misma medida que el polvo y el movimiento, delatan lo agresivo que tuvo que ser aquel momento. La foto es amorosa, aunque no del amor baboso.

No voy a hacer la historia de la guerra de Viet Nam, sobre ella se puede leer y ver muchos documentales e incluso películas basadas en la objetividad. Sólo diré que admiro a ese pueblo, que me parece uno de los más grandes que han existido en nuestro momento, capaz de, nada más y nada menos, derrotar al ejército norteamericano y enviarlo a casa, no sólo sin victoria, sino sin nada en las manos. Viet Nam dio el mejor ejemplo dentro de una guerra convencional, donde los americanos por meter metieron todas las armas inventadas, más las que estaban inventando y al final no les sirvió. Aquellos hombres y mujeres bajitos, delgados, mayoritariamente campesinos muy pobres, sin armas sofisticadas, sin súper ejércitos, estudiando debajo de la tierra, sembrando sus campos para poder mantenerse, vencieron en buena lid a los norteamericanos, que además de derrotados, regresaron a casa traumatizados, enfermedad que todavía hoy existe en los que han sobrevivido. Esa es la dura verdad. Dura para la Unión, pero la verdad.

Recuerdo que desde niño admiro a Viet Nam. Mi madre trabajaba en el hospital Calixto García, lugar donde yo, como hijo de revolucionarios, pasaba parte de mis vacaciones, asistiendo a planes vacacionales, más reuniones, trabajos voluntarios, etc. Yo en primaria, quizás 9 o 10 años, era como una especie de mascota, sobre todo para aquellas enfermeras que trabajaban y estudiaban al mismo tiempo, por lo que recuerdo entrar y salir de las salas y los albergues, mientras ellas comían, dormían, se cambiaban de ropa, frente a algunos ingenuos niños, entre los cuales me encontraba. Por aquellos años, vivía yo enamorado de una preciosa enfermera rubia, de un hermoso cuerpo, recuerdo su nombre, se llamaba Mercedes, creo que era de Camagüey, que me llevaba con ella para todas partes. Quizás por aquellos años comenzaron mis problemas con el amor.

Dentro de aquel grupo de enfermeras y doctoras, había uno, bastante grande, de vietnamitas. Ellas eran todas iguales. Delgaditas, de pelo largo amarrado con una trenza, usaban pantalones negros y que caminaban con libros de un lugar a otro. Mi madre me decía siempre que, digamos, cuando Cuba estaba de fiesta por cualquier cosa, le preguntaban a las vietnamitas si participarían y ellas siempre, inequívocamente, respondían, entre risas apenadas, que su país estaba en guerra y ellas estaba en Cuba para estudiar, que por esa razón no asistirían a fiestar. Ejemplo de entrega, su país estaba en guerra, sus pobladores estaban muriendo y entonces ellas no podía tomar ron, ni bailar, ni divertirse, estaban allí para estudiar, terminar sus carreras y regresar a Viet Nam a salvar vidas o por lo menos a tratar de hacerlo. Gigantes. Enormes compromisos y responsabilidades individuales. Aquellas respuestas, conociendo más lo que fue la guerra para ambos bandos que participaron, todavía hoy me impresionan.

Volvamos a la foto. Su intensidad es tanta que se puede cerrar los ojos y respirar el olor a pólvora, se puede sentir el ruido de las metrallas y escuchar los gritos, se puede casi tocar el polvo y en medio de eso, un soldado desconocido, anónimo, que carga a dos niños para salvarlos. ¿Cuántos niños fueron salvados? No sé, ni idea, pero pudieron ser muchos.
Claro, siempre queda aquello o aquellos que dirán, bueno, el soldado estaba en la guerra matando vietnamitas y salvó a esos niños para la foto. Cada cual puede pensar en lo que quiera, pero lo cierto es que la guerra ya estaba funcionando, el soldado fue a matar a soldados para no morir, quizás metido en un chorizo sin conocerlo o estar totalmente de acuerdo, pero independiente de eso, los niños, no culpables, fueron salvados, quizás hoy, tal como aquella mulata vietnamita que conocí, vivan en Estados Unidos.

Entonces me permitiré hacer una anécdota. Hace muchos años vi un video académico excepcional, que luego utilicé en muchísimas ocasiones en mis clases de marketing, estrategia empresarial y ventas, que se titula “El poder de una Visión”. El protagonista narrador, desarrolló su estrategia de explicación en tres puntos diferentes, lo que significa el poder de una visión positiva de futuro para las personas, las empresas y las naciones.
Dentro de su explicación hizo una anécdota que también he hecho a muchas personas, muchas veces y que me parece genial, mucho más si la pudiera reproducir aquí con todas sus imágenes y sonidos.

Cuenta que existió una vez un escritor, viejo, sabio, poeta, que se había retirado a la playa a escribir. Una de las tardes vio a un joven que caminaba por la orilla de la playa, se agachaba, recogía algo y corriendo hacia adentro del mar, lo lanzaba lo más lejos posible.

Trató de distraerse y olvidar la imagen, pero ella, la de aquel joven que se agachaba, recogía algo y lo tiraba al mar lo perseguía, hasta que, sin poder más, intrigado, se levantó de su asiento, dejó sus papeles y se fue a ver al joven. Al acercarse y ver lo que el joven hacía, sin entenderlo, le preguntó:

_ ¿Joven, que está usted haciendo?

A lo que el joven respondió:

_ Estoy tirando estrellas de mar al océano.

En efecto, la orilla de la playa, sobre la arena, estaba llena de estrellas de mar y el joven, él solo, se desgastaba en aquella acción. El viejo sabio, poeta, entonces le dijo:

_ Pero joven, la playa está llena de estrellas de mar, son cientos de ellas en cientos de kilómetros, ¿Cree usted que su acción tiene sentido?

Dice que el joven lo miró respetuosamente, se agachó, recogió una estrella y corriendo entró al mar y la lanzó con mayor fuerza. Regresó y le respondió:

_ Para aquella tuvo sentido.

El narrador cuenta que aquello para el viejo, para el sabio, fue una enorme enseñanza, si, lo que uno sólo puede hacer tiene sentido, si luego se suman otros, entonces más estrellas de mar se salvarán. 

Para los críticos de la foto, para los que piensan más en los desastres generales causados por la guerra, que se podía haber evitado, como todas las guerras, para los que gustan de contar los muertos, para los que acusan a ese soldado de matar a otros soldados, habría que decir que todo eso es cierto, pero para aquellos dos niños, aquella acción, tuvo sentido.

Con todo esto del Coronavirus, los muertos, los que se han salvado y de seguro se seguirán salvando, las medidas bien y mal tomadas, el enorme esfuerzo del personal de hospitales, que va desde médicos especialistas hasta las personas que limpian los pisos y la locura de personas que ahora dan gritos locos y se lamentan porque se les ha pedido quedarse en la casa tranquilos y no salir a la calle, salvo por necesidades imperiosas, no sé por qué pienso en Viet Nam y en su pueblo, pienso en mí y en personas que como yo, han estado dentro de calabozos o cárceles, presos semanas, meses, 5, 10, 15 años, sin televisión, sin internet, sin calefacción, sin aire acondicionado, sin visitas de familiares cercanos, sin cartas o celulares, apenas con comida o con muy malas comidas y me digo, ¡que ridículos somos todos!

Ahora estamos alterados porque no podemos salir a la calle a pasear, no podemos ir a un bar o a un restaurante, todo esto por unos días. Podemos comer, pero no nos basta, podemos tomar, pero no nos basta, podemos ahora dormir todo el día, todos los días, pero ahora no nos basta. Ahora, a cambio de ponernos más nerviosos, tenemos que quedarnos un ratico, unas horas, unos días, en nuestros confortables hogares, propios o alquilados y ver al mundo desde nuestro balcón, portal o nuestra internet y eso nos tiene mal. ¡Qué ridículos somos!

Cuando hablo con mi amigo Ruso sobre esto, él con experiencia se haber estado varios años preso en Cuba y haber pasado por varios calabozos y cárceles, siempre acordamos que el tipo que inventó las cárceles fue más salvaje que el que inventó la pena de muerte. El que muere se ve privado de la vida, “se va” al infierno o al paraíso, en dependencia de lo que fue su vida, pero al que encierran vivo, privándolo de una de las cosas más preciadas por cualquier humano, o sea, la libertad, lo están matando todo el día, todos los días de su vida.

Vivimos una situación especial, que, a pesar de lo distinta, nadie ha pedido que tenemos que sentirnos presos dentro de nuestras casas. La prisión es otra cosa totalmente diferente. Se nos está pidiendo que hagamos un esfuerzo por no salir por gusto a la calle, que no nos reunamos con grandes grupos de personas, que no frecuentemos lugares potencialmente contagiosos, que tengamos a bien protegernos y proteger a otros, se nos está pidiendo que ahora mismo no hagamos fiestas multitudinarias en nuestras piscinas, que tratemos de no toser frente a otros, que no le escupamos a nadie a la cara. La idea es que disfrutemos de la idea de estar en casa.

Claro, ahora están de moda, las modas y entonces aparece como un lamento de muchas personas, que, por incapacidad de controlar sus cerebros, sienten la necesidad de “escapar”, nadie sabe hacia dónde, muchos no saben el por qué, pero la palabra es escapar. Además de los muertos, los infestados, la carencia de equipos médicos, la inoperatividad de los servicios de salud y la incapacidad de los políticos, cosas suficientes para llenarle la cabeza de humo a cualquiera, nos hemos llenado de reclamos de ¡quierooooooooooo salirrrrrrrrrrr! y es porque, creo, que muchos, a pesar de nuestras edades reales, de nuestras profesiones, de nuestras experiencias, todo esto en tiempo de paz, no hemos rebasado la etapa de la infancia, donde las cosas, como para muchos niños de forma consciente, se resuelve tirándose al piso y dando una pataleta. Quiero salir y como no puedo me voy a tirar al piso a dar gritos. ¡Que ridículos somos!

Nos desgastamos en comprar o alquilar casas, nos desgastamos en llenarlas de tarecos. Compramos y pagamos servicios de comunicación. Llenamos nuestros refrigeradores de comida y nuestros closets de ropa. Adornamos nuestros libreros con libros y revistas. Adoramos flores plásticas o de verdad, que nos alegran y embellecen la vida. Vivimos dando una imagen de solidez, madurez, estabilidad, confort, etc., y frente a la necesidad de estarnos unos días en nuestras casas, con el privilegio de estar junto a nuestras familias, quizás con alguna visita programada de un amigo cercano no contagiado, con café y vinos, con películas por ver o repetir, con miles de libros a leer o releer, nos convertimos en todo un drama y nos estamos volviendo locos. He leído de personas que han atentado contra sus vidas por tener que estar dentro de sus casas. ¡Qué ridículos somos!

Quizás nos haga falta, ya que a veces la teoría no alcanza o no funciona, la práctica de pasar un poco de hambre y un poco de frío, de estar algunos días dentro de un calabozo, tapiados, sin comunicación, de estar en una guerra como la de Viet Nam, para entonces poder comprobar la alegría de quedarnos en casa sin exagerar, sin llorar por estar aburridos, sin la necesidad de patalear o escapar. Quizás, de esa forma todo vuelva a tener sentido.

viernes, 27 de marzo de 2020

No sólo la crisis es por el Coronavirus, la información también tiene sus trucos

La información es poder, repetimos todos, a veces sin saber la verdadera magnitud de nuestra aseveración.

Es cierto, tener información, objetiva y segura, por encima de la media, permite luego manejar a conveniencia a otros, de ahí que los informados con poder, puedan aparecer como superiores, más inteligentes, más capaces y puedan, sobre todo, subyugar o movilizar a otros, a muchos, a todos, a su conveniencia.

Recuerdo una escena de la película Faraón que vi junto a mi padre siendo un adolescente, donde un sacerdote, conocedor de la existencia de un futuro eclipse, se paró en lo alto de un templo y alzando los brazos al cielo, dio muestras del dominio excepcional que tenía sobre el movimiento de los planetas, anunciando y dirigiendo, la llegada de la noche en medio del día, frente a una masa enorme de egipcios campesinos y esclavos, que, asombrados y temerosos, terminaron creyendo en los poderes sobrenaturales del religioso y por supuesto del propio faraón. La información es poder.

De ahí para acá, a pesar de lo que ha llovido, el dominio de la información ha sido una de las batallas más secretas de todos, políticos y gobiernos incluidos, sin importar el momento, la tendencia, etc.

Si alguien, por ejemplo, ha manejado siempre la información a su conveniencia, con perdón de los amantes, es la iglesia, sea cual sea, dueña, nada más y nada menos, que de una de las ideologías más fuerte que han existido. Durante siglos, digamos la iglesia católica, que es la que más cerca me queda, me es más difícil hablar de Alá o de Buda, ha manejado, escondido y transformado la información, tratando de ocultar, con logros significativos en determinados momentos, la verdad, adaptándola a sus propias y primeras conveniencias. Ejemplos por miles, entre los más famosos en la lejanía histórica, pueden ser el de Nicolás Copérnico y el de Galileo Galilei, luego las relaciones con Hitler y su idea loca del dominio del mundo bajo una raza aria, pero más cerca, la historia increíble de decenas de curas pedófilos, violadores, que a conciencia han sido permitidos y protegidos en defensa de la imagen de la madre institución. El Vaticano, las iglesias, los curas, al final como toda institución totalitaria, han jugado con la relación información-poder siempre.

Nuestra historia pasada también recoge hechos que caben dentro de este razonamiento, la posesión y el manejo de la información. En mayo de 1895, los tres líderes de la Guerra de Independencia, Martí, Gómez y Maceo se reunieron por primera vez en territorio cubano, en la Finca “La Mejorana”. El encuentro tuvo dos partes, una pública donde participaron otros militares y una privada o en secreto, donde los tres hombres se encerraron en un cuarto para conversar. De esa parte no hay testigos, aunque si muchas versiones de lo que ocurrió.

Al acuerdo de todos, Maceo, que tenía serios conflictos con Martí, maltrató de palabras fuertemente al líder político, quien luego dedicó cuatro páginas de su diario a describir lo que había ocurrido, con, al parecer, evaluaciones bien duras sobre el líder general santiaguero. Luego de la muerte de Martí, el diario fue entregado completo a Gómez, con el perdón de los amantes de otras figuras, “El Viejo”, “El Generalísimo”, el mejor de todos los soldados de aquellos 30 años de lucha, quien lo guardó celosamente hasta su muerte. El diario de Martí fue publicado en 1941 faltándole las cuatro páginas que Martí dedicó a describir el encuentro. Sólo aparecen unas poquitas ideas y a través de ellas, se puede suponer que aquello “terminó como la fiesta del Guatao” por hacer referencia a algo desastroso que ocurrió en Cuba en el año 1986. Se dice que Gómez, con una enorme visión, para evitar la desunión entre los militares cubanos, para evitar que se enredara la cuestión entre el poder civil y el militar dentro de la guerra, para evitar que se empañara a la figura de Martí, a la que él evidentemente respetaba y quería, para evitar problemas luego del triunfo, arrancó esas páginas, dejándonos a todos con las ganas de saber qué dijo Martí, hombre pequeño, débil, enfermo, hombre de letras, poemas y de ideas, desconocido para la mayor parte de los cubanos en Cuba, de aquel mulato oriental, fuerte, vigoroso, prepotente, fogueado por tres décadas de luchas en las maniguas cubanas y herido varias veces en antiguos combates, amado y venerado por sus hombres y seguido ciegamente por su tropa. Gómez, no olvidar, no era un demócrata, no era un hombre de letras, Gómez era un super militar.

Los totalitarismos, da igual de derecha o izquierda, son famosos por el juego-manejo de la información, en la misma medida que casi todos, muy rápidos se adueñan de su elaboración y su circulación. Crean y se adueñan de la única vía de propaganda y llegan, no sin éxitos, a convertir sus ideas en las ideas de todos. Tantas y tantas veces se repite algo, hasta que crea en la mente de la mayor parte de las personas que escuchan pasivamente, una imagen de verdad, que junto a la represión solapada y oculta y además la represión pública, no se tiene que cuestionar. De donde se crea, por tradición o conveniencia, la relación de escuchar y repetir, sin el más mínimo interés por analizar y algo peor, casi siempre la estrategia termina creando dos bandos, los que creen y siguen, apoyan, coexisten y sobreviven y los que no, en franca desventaja, porque su incredulidad y cuestionamiento pasa por las manos del secreto, la auto represión, el exilio de las ideas, el proceso consciente y al mismo tiempo inconsciente, del “doble pensar” a decir de Orwell.

El Ministerio del Amor, el Ministerio de la Paz, el Ministerio de la Abundancia y el Ministerio de la Verdad, nombrados así con una gran ironía, son el mejor innegable ejemplo dentro de una novela futurista cuando se escribió sobre lo que sucede en aquellos lugares donde el poder, ya sea de derecha o de izquierda, lo controla todo a partir de una enorme y unidireccional propaganda, donde incluso, los nombres, las fechas, las personas, son puestas y quitadas con pura intensión de cambiar y manejar la historia.

El Ministerio del Amor se dedicaba a reafirmar los sentimientos de lealtad y amor al líder y su gobierno utilizando la tortura, el miedo y el lavado de cerebro. El Ministerio de la Paz se dedica a la guerra contra incluso un enemigo que no existe, creado en los ciudadanos una idea perpetua de estar agredidos y entonces dedicar grandes esfuerzos y fondos a defenderse. El Ministerio de la Abundancia, es el encargado del racionamiento de todo, incluyendo los alimentos, dando a partir de estadísticas irreales e inventadas, la idea de que se está viviendo en un estado de bienestar y prosperidad continua. Llegando a crear condicionamiento de que se está aumentando la producción de todo, en la misma medida que no se produce nada. El Ministerio de la Verdad es el responsable de la falsificación de los acontecimientos históricos y crear lo que a conveniencia es la verdad para el gobierno, se encarga además de falsear los registros históricos para mostrar una versión aprobada, de fabricar información que corresponda con las ideas y sueños de los líderes políticos y de desaparecer todo documento, foto, libro y referencia a personas que no gustan o son declarados enemigos. ¿Conocen algún país donde se viva así?

Siendo muy joven yo y comenzando mis estudios anti
comunismo, encontré estas fotos en un libro. En la de
arriba, la original, se ve a Lenin dando un discurso y
a Trotsky a su izquierda en la escalera. En la de bajo,
que fue la publicada, Trotsky fue quitado de la foto.
En resumen, para el mundo Trotsky nunca estuvo
Recuerdo cuando muy joven comencé mis estudios anticomunistas, vi en un libro de fotografía, un estudio sobre una fotografía original donde aparecía Lenin y su después enemigo Trotsky, que luego como resultado en la foto publicada no aparecía el segundo y así se eliminaba la cercanía de ambos líderes. Aquello me llamó la atención, no sabía nada de lo que se podía hacer en las técnicas fotográficas y comenzaba a entender lo que hacían los comunistas en el poder. Luego la vida me ha dado la posibilidad de entender esto, de verlo repetido muchas veces y comprobar mi propia teoría.

El socialismo mundial, partiendo de “nuestros” padres soviéticos y por supuesto donde Cuba se incluye por derecho propio, ha sido maestro en eso de manejar la información, cambiar las fechas, los planes, los resultados, cambiar la historia. A lo mejor, al ser un sistema socio-económico tan vigilado y criticado por llamados enemigos externos y por llamados enemigos internos, por la guerra entre dos bandos, los gobiernos comunistas, que no son otra cosa que gobiernos totalitarios, disfrazados de dictaduras del proletariado, pero que en realidad el proletario y el campesino no determinan nada, más allá de aplaudir y apoyar, increíblemente, hasta acciones, regulaciones, leyes que los perjudican, han sido y son expertos en la monopolización y manejo de la información. Los gobiernos totalitarios de izquierda que muy rápido dejan ver sus incapacidades reales, no les queda más remedio que inventar y mentir para luego hacer creer el invento y la mentira.

Aquí algo parecido. Arriba, la foto original Trotsky
 a la izquerda de Lenin. En la de abajo, que fue
 la publicada Trotsky no asistió ese día.
No estoy diciendo que en el capitalismo no se hace, por el contrario, el capitalismo es el padre absoluto del manejo de la información, son expertos en manipular con publicidad y propaganda a todo el que se le ponga por el medio y en no pocos casos, salen ganadores.

Ejemplo puede haber miles. Para mí, por mi vivencia, el mayor desastre puede ser la desastrosa guerra contra Viet Nam, donde la participación del ejército norteamericano estuvo acompañada al principio de frases, ideas, informaciones triunfalistas, de donde la supuesta superioridad del ejército invasor ganaría ampliamente la guerra. No sólo los militares y políticos, sino la pura población norteamericana creyó en estos mensajes que contaban exactamente lo que no estaba ocurriendo. Sin embargo, con el avance de la guerra y la participación de fotógrafos y reporteros norteamericanos, jóvenes, algunos de ellos medio hippies, desempleados en la Unión, no adscriptos a medios comprometidos y el envío de lo que estaban viviendo en Viet Nam, más muchas fotos, cambiaron la percepción de la población. Las fotos sobre la guerra, las tomadas por fotógrafos norteamericanos, como por los propios fotógrafos vietnamitas, recorrieron el mundo y cambiaron la forma de ver la guerra, junto, obviamente, con los cadáveres que llegaban dentro de cajas de madera tapados con la bandera americana.


Los fotógrafos de Stalin suprimieron al soviético que lo
acompañaba, quizás porque era más joven que el líder.
Recuerdo una película, “Wag the Dog”, protagonizada por mi gran Robert de Niro y Dustin Hoffman, media sátira, donde ambos, un médico y un productor de Hollywood, fabrican en información e imágenes una guerra que no estaba ocurriendo, para distraer a los votantes americanos de un escándalo sexual presidencial y lo lograban con éxito, lo que demuestra que no sólo la información se maneja, sino que se inventa y se pone a rodar. Muchas películas reflejan la realidad.

Esto da igual, porque el capitalismo siempre es el malo de las películas, igual los políticos modernos, salvo excepciones, son todos parecidos, pero, pienso que hoy, al existir una independencia relativa de los poderes dentro del gobierno, donde el presidente no puede llamar a un magistrado para que invente una ley a última hora, donde el presidente es representante del poder, pero no el dueño absoluto a nivel faraónico, donde el gobierno no puede decidir lo que una empresa privada le paga a su trabajador o no puede meterse en lo que gana un médico o un abogado, menos en la cuenta bien habida que tiene una persona en el banco, donde la prensa, la TV, la radio, la información no está toda subordinada a un partido o gobierno, siempre existe la posibilidad de, al menos, tratar de desmentir o poner en cuestionamiento lo que desde el poder se dice. Siempre existe la posibilidad de dar una nueva u otra variante. Trump puede decir que sólo usa calzoncillos azules, pero un día, no puedo demostrar cómo, alguien se la cuela en la habitación y descubre que el tipo usa calzoncillos de diferentes colores, como arcoíris. La información clasificada, después de años se desclasifica y entonces el mundo tiene acceso, quizás tarde, pero acceso, a lo que pasó en determinado momento.

No es que ahora yo esté embobecido por el capitalismo, trato de no estar embobecido con nada, pero, no sin grandes riesgos, existen muchas otras posibilidades donde leer y ver, aparte de la información oficial que los políticos y los gobiernos emiten. Existe la posibilidad de pensar y hablar, sin doble pensar, o al menos escoger hacerlo. Existe la posibilidad de incluso someter a un juicio a la figura más importante del gobierno, o sea, al presidente. No es que no exista compra y venta de ideas, no es que no exista corrupción, no es que no se trate de maniobrar u ocultar determinados hechos, datos, informaciones, pero OJO, todos saben que están observados y entonces las cosas no se pueden hacer todo el tiempo a la cara.

Más allá del arreglo fotográfico soviético para tratar de ocultar a Trotsky, el totalitarismo, es máster en estos asuntos. La historia recoge muchos hechos, donde en diferentes países, con diferentes culturas, se ha actuado igual, lo que denota que es un método traspasado de unos a otros, quizás recomendados o imitados, en el ejercicio ilimitado del poder.
Veamos, por orden de aparición cronológica, algunos de los más sonados ejemplos de manipulación gubernamental.

Anexión del Tíbet a la República Popular China. Lo primero que hizo el gobierno chino fue cambiarle el nombre a esto y nombrarlo dentro de su historiografía como “La liberación pacífica del Tíbet”. Ni hubo liberación, porque el Tíbet siempre fue libre y tibetano, ni fue nada pacífico. Los chinos como siempre. En realidad, la región autónoma del Tíbet había estado luchando por su reconocimiento internacional y la modernización de sus fuerzas militares hasta que en 1951 se vio obligada a, bajo la enorme presión del gobierno chino, reconocer el llamado “Acuerdo de los 17 puntos”, por el cual la región del Tíbet, en contra de la voluntad de sus pobladores, se mantenía bajo el control del gobierno y partido comunista chinos. En 1959 se produce la sublevación de los tibetanos bajo la influencia de su líder natural el Dalai Lama y entonces el gobierno chino no dudó en enviar al ejército popular, muy superior en hombres y armas, para sofocar la sublevación y someter a los que no murieron en el conflicto armado, a lo que la propaganda comunista china llamó liberación pacífica.

Accidente de Chernóbil. El 26 de abril de 1986, ocurrió en la central nuclear Vladimir I. Lenin en la ciudad de Chernóbil el catalogado peor accidente nuclear de la historia y uno de los peores desastres medioambientales de la humanidad. Se considera que los materiales radioactivos y tóxicos liberados fueron 500 veces mayor que los producidos por la bomba de Hiroshima en 1945, o sea, fue grande. El gobierno y el partido comunista soviéticos, a pesar de que la radioactividad se sintió en 13 países de Europa central y oriental y los reclamos de los respectivos gobiernos, estuvieron semanas aguantando, o sea, ocultado la información, tal como si no pasara nada.

Fue un accidente como puede ocurrir en cualquier momento en cualquier lugar, pero lo cuestionable es que se dejaran pasar el tiempo, se dejara morir personas y se permitiera que la radiación caminara kilómetros y kilómetros con tal de no dar a conocer al mundo lo que había ocurrido, evitando o imposibilitando así que se tomaran las medidas para minimizar los riesgos. Cientos de personas muertas y cientos de miles de personas contaminada.

Protestas en la Plaza de Tiannamen. En abril de 1989 se celebró la mayor manifestación pacífica contra el partido comunista y el gobierno chinos, se calcula un millón de personas. Jóvenes con carteles, muchos con guitarras y canciones, a los que luego se sumaron obreros, intelectuales, etc., para exigir soluciones a problemas reales sobre la vivienda, los salarios, las libertades democráticas y el burocratismo. Después de 7 semanas de protesta, que se extendió a otras ciudades del interior del país, el gobierno chino, su líder Deng Xiaoping, determinaron enviar a la policía, tropas del ejército y los tanques para demoler la manifestación. No sé conoce aún, el gobierno chino se niega a darlas, las cifras de los muertos, se calcula en miles. El gobierno manipuló los hechos y habló de manifestantes agresivos, armados, que, provocando a las fuerzas armadas, lo que contradice lo que muchas agencias noticiosas y testigos oculares vivieron en el terreno, pretendían tumbar la estructura establecida y de ahí la respuesta enérgica, o sea, tanques contra estudiantes con guitarras. El gobierno chino que no se siente obligado a explicar nada, mató a una buena parte de su población, en una más que evidente masacre. La decisión fue reconocida por algunos gobiernos del mundo, casualmente el gobierno cubano fue de los primeros en enviar felicitaciones por la sabía y oportuna decisión.

Naufragio del submarino K-141 Kursk. El día 12 de agosto de 2000, dentro del primer ejercicio naval de la marina rusa, después de dos explosiones que se registraron en muchos sismógrafos del mundo, el submarino K-114 Kursk se hundió con todos sus tripulantes dentro. El ejército ruso no suspendió el ejercicio y luego de comenzar la búsqueda tarde, demoró 16 horas en encontrar el buque. Durante 4 días los rusos, negándose a la ayuda internacional, trataron ellos solos de recatar el submarino, diciendo la mentira de que se encontraban en comunicación con la tripulación. Al quinto día, imposibilitados de resolver, autorizaron a la marina británica y noruega a participar en el rescate y entonces el séptimo día los noruegos lograron llegar y abrir la escotilla, o sea, dos días después de que los autorizaron a participar.

Todos los integrantes de la dotación del submarino, 118, fueron encontrados muertos, a pesar de que una gran parte de ellos habían sobrevivido a las explosiones y se mantuvieron vivos por varios días. El gobierno ruso, con tal de no dar su brazo a torcer, con tal de no permitir que otros entraran al submarino que ellos no pudieron entrar, ocultó todo y dio su versión “amorosa” del tema. Años después de ser sacado del mar el submarino por Holanda, el gobierno ruso hizo una investigación que dio como resultado “la pasmosa falta de disciplina, el equipamiento obsoleto y mal mantenido," y "la negligencia, incompetencia y mala gestión." Además de la injustificable estrategia de demorar el rescate.

Sobre la historia última de nuestro país, con el partido comunista y Fidel a la cabeza, podría listar muchos hechos, creo que cada día, cada año, cada quinquenio, cada década tiene muchos ejemplos de manipulación, a veces fina, otras veces vulgar. Estoy convencido de que esa historia y la interpretación de toda la anterior, tendrá que revisarse y una parte de ella tendrá que volverse a escribir, tratando, bajo la objetividad y la ciencia, darle a cada persona, a cada hecho, la importancia que tuvo, pero sobre todo esta última etapa, donde todo, inevitablemente todo, desde todos los ángulos, la economía, la política, la religión, etc., se ha analizado por y para los fines políticos e ideológicos. Tratar de resumir aquí esos hechos, figuras y manipulaciones, llevaría a escribir decenas de páginas. ¿Sería real de sentimiento señalar a Martí como el autor intelectual del Asalto al cuartel Moncada?, ¿Fue la revolución cubana de 1959 realmente verde como las palmas?, ¿Era el máximo líder del proceso revolucionario un humilde, por los humildes y para los humildes?, ¿Clandestinos es un grupo anexionista, violento, que quiere destruir nuestra nacionalidad?, ¿La emigración, o sea, yo, quiere dividir a la familia cubana?

En Cuba no nos quedamos atrás. Los fotógrafos revolucionarios, también muy 
rápido después de 1959 comenzaron a hacer sus pininos. Abajo, la foto original, 
arriba la que se publicó, en donde, como se puede ver se eliminó a una 
persona, creo que fue a Carlos Franqui, poeta escritor, periodista, primero

amigo de Fidel, luego ... no existió.

Ahora el Coronavirus a donde quiero llegar con los políticos y gobiernos cuestionados, desata una enorme avalancha de posibles maniobras y manejos de informaciones por parte de los gobiernos más involucrados o afectados. ¿Por cierto cuántos infestados y muertos existen en Corea del Norte?, ¿A alguien le interesa ese país?

Haciendo un esfuerzo por quitarme de arriba mucha información cáscara, he escuchado 2001 informaciones sobre la aparición del virus. Qué fue creado en laboratorios privados, qué fue puesto a funcionar en China para acabar económicamente con su economía, qué si Trump lo mandó a fabricar, qué si grandes empresas norteamericanas estuvieron ensayando, qué si los americanos quieren dejar de comprar productos chinos, etc. Cada una de las informaciones más serias que las otras, cada una de ellas más absolutas que las anteriores, sobre las que si uno confía tiene que tirarse de un puente, porque dan la impresión de que existe una intensión programada y bien estructurada para acabar con todos los seres humanos. Una cosa es una guerra, otra es un accidente, por mal manejo o por envejecimiento de equipos y aparatos y otra es una acción fríamente calculada, para, repito, acabar con todos los humanos. A lo mejor soy muy tonto o ingenuo, pero por más malo como presidente que fuera Bush hijo, me cuesta trabajo creer que el tema de las Torres Gemelas fuera diseñado y organizado por él y funcionarios de su gobierno.

Los fotógrafos chinos también hicieron de las suyas. En la foto de
la derecha hay 4 hombres, en la de la izquierda, que fue la
publicada, el chinito sonriente de la extrema derecha del Gran Mao,
fue esfumado. Quizás no sea un problema ideológico,
sino que al líder chino no le caía bien del todo el chinito sonriente.
Entonces he escuchado, información que parece probada por la seguridad con que se dan, que los chinos aguantaron la información sobre los muertos por el virus, eso si no me extraña, porque sólo se sumaría a lo que ellos están acostumbrados a hacer, para fríamente esperar a que las compañías extranjeras quisieran marcharse por miedo, las acciones de esas compañías en territorio chino bajaran su valor, o sea, se depreciaran y entonces, dar órdenes para que fueran compradas todas, para como resultado estudiado, evitar que esas empresas extranjeras se marchen de China. ¿Manipulación de la información para obtener resultados políticos y económicos? Esto no lo puedo asegurar, desconozco los pormenores, pero en esto, los chinos, son expertos.

Ahora, junto a la noticia propagada de que China había acabado con el virus, algunos medios de información, al parecer prestigiosos, aseguran que es mentira, porque el régimen de Xi Jinping lo que ha hecho es suspender los test de pruebas y debido a eso no hay nuevos casos de infestados. Aseguran más, dicen que el gobierno chino desapareció a médicos y expertos de salud que trabajaban en el virus y habían alertado al mundo. Esto no lo puedo asegurar, pero no me extraña, no porque no me gustan los chinos, aunque no me gustan, sino por sólo conocer lo que han hecho en momentos anteriores con parte de su población. Lean mi artículo publicado en este blog el día 3 de enero de 2020, bajo el título de “One Child Nation. (Nación de un Único Hijo)”.

El propio presidente Trump, puede parecer loco, pero no lo es, por lo que me parece que es responsable de lo que dice, refiriéndose el gobierno chino, aseguró, que “Desearía que nos hubiera dicho antes lo que estaba sucediendo adentro. No lo supimos hasta que comenzó a publicarse” y lamentó que China hubiera sido “muy reservada” al respecto. Por ser muy reservado, como dijo Trump, o sea, por ocultar la información, el gobierno chino no sólo no lo dijo al exterior, sino que lo ocultó a sus propios ciudadanos, quienes no fueron advertidos porque se trató de quitarle gravedad al asunto, ocultando incluso en un primer momento los infestados y muertos, dejando a los pobladores de Wuhan sin conocimientos del virus y de ahí la posible causa de la enorme y rápida contaminación. ¿Recuerdan Chernóbil?

Está probado que el pueblo chino ha sido siempre reprimido por las autoridades políticas e incluso las militares, por lo que no es de extrañar nada. Queda por seguro que el médico Li Wenliang, quien antes de morir contaminado por el virus, envió mensajes privados a sus colegas médicos, avisándole de la gravedad y peligrosidad del virus, días antes de fallecer infestado fue amenazado por la policía política y obligado a firmar un “compromiso” de que dejaría de enviar información con “comentarios que perturbaban el orden público”. Ya sabemos cómo funciona: _ querido médico chino, te estamos pidiendo amorosamente que no hables más. Resulta que los mensajes de alerta sobre la peligrosidad fueron catalogados por las autoridades chinas como posibles perturbadoras del orden público. Pura coincidencia, en Cuba te detienen por estar parado en silencio con un cartel que dice: “liberen a Otero Alcántara” y te sancionan por alteración del orden público. ¿Usarán en China y en Cuba el mismo código penal?


En fin, esto continuará y tal como decía mi amiga Mayi, “se verán horrores”. Los políticos y gobiernos que hoy están cuestionados tendrán que rendir cuentas, tendrán que reconocer, si es que tienen tiempo, los posibles errores; de todas formas, muchos de ellos, por mal trabajo, por demora, negligencia, medidas mal tomadas, etc., ya se llevan sobre ellos a los muertos del Coronavirus. 



miércoles, 25 de marzo de 2020

La política, siempre la jodida política


La política, siempre la jodida política. Por muchos llamados a la solidaridad humana, a que se olviden las diferencias entre credos, clases sociales, razas y posiciones ideológicas, no hay nada mejor que un momento de crisis como para que afloren las diferentes posiciones que cada ser humano mantiene, entre ellas las políticas ideológicas.

Son precisamente estos momentos los más utilizados por bandos de todos tipos, que, en los que algunos trabajan sacrificadamente, léase hoy los médicos y personal de hospitales, para solucionar determinado problema, aprovechan para afincar sus posiciones y en la misma medida que se nombran salvadores o al menos portadores de la solución, echarles la culpa a otros de los males, padecimientos, etc.

Existen, junto a las acciones científicas, miles de teorías, entre ellas conspirativas, que tratan de definir la creación y propagación del virus de forma intencional, por laboratorios, políticos, instituciones de negocios, etc., tantas teorías y tanta seguridad en los planteamientos que se puede llegar a pensar que la mejor solución es irse a vivir al planeta Marte. Se habla de pruebas y simulacros hechos meses antes de que apareciera el primer contaminado por el Corona, de vacunas que se están aguantando para luego sacarlas como la solución victoriosa, de intenciones de reducir la población mundial, de acabar con determinado enemigo económico y de tratamientos para cambiar al ser humano en su composición genética a futuro.

No sé, es mejor no leer tanto, pero lo cierto es que las pocas semanas del virus han demostrado que no existe gobierno, ni economía, que no existen sistemas de seguridad social, ni de salud, preparados para aguantar este crecimiento explosivo de contaminados. Todos, gobierno, políticos, sistemas de salud han colapsado, han reventado y terminado en pedazos, y están, de momento, pidiendo ayudas a gritos. No hablo de países pobres, en ellos es más que entendible, me refiero a países europeos, que se preciaban de tener los mejores sistemas de salud, vitoreados por su gratuidad y hoy están desesperados. Hablo, quizás para mañana, de Estados Unidos, la gran potencia, donde estamos rezando para que se pueda maniobrar, coger a tiempo y no lleguemos a experimentar lo que han experimentado otros países. Creo que no vale la pena criticar ahora mismo, ni pedirle la cabeza a alguien, seria perder tiempo. Hay que actuar, hay que salvar vidas, y luego, ya tendremos tiempo los sobrevivientes, a pensar en mejorar.

Ahora con el Coronavirus, aparecen más que nunca los cuestionamientos a los sistemas de salud, a los políticos y presidentes de cada país, por lo que se supone que se debe hacer y se supone que no se hace. Es relativamente fácil, desde una simple posición de observador, diseñar lo que creemos que se tiene que hacer, sin a veces tener los reales conocimientos de todo lo que se está haciendo y muchas veces, las dificultades que aparecen para hacer algo, entonces cuando no se hace lo que queremos o pensamos que se debe hacer, criticamos sin piedad.

Al tratar de conocer qué significo yo, como por ciento, dentro de la población norteamericana y usar, como amante de las letras mi calculadora, obtengo que soy el 3.07692308e-7, número que jamás antes había visto en mi vida y reconozco que he sacado la cuenta varias veces pensando que era un error. No tengo la menor idea de lo que significa y pido por favor a alguien que conozca sobre matemáticas me pueda explicar de forma sencilla, porque yo esperaba algo así como 0,000000…. Pero lo cierto es que yo, el 3.07692308e-7, también tengo mi opinión concluyente. JAJAJA.

El momento es de “unidad, de apoyo moral, de solidaridad”, me dice mi madre desde Cuba, pero siempre la política y la ideología, la segunda con más fuerza que la primera, aparecen nuevamente.

Hace unos días escribí que había visto a los médicos cubanos que llegaron a Italia, gritando frases de viva la revolución, viva Fidel y ahora veo una foto de un grupo de médicos retratados al llegar a Italia, teniendo en el centro una foto enorme del comandante en jefe. Y me pregunto, ¿ni en momentos como este, pueden los cubanos prescindir de estos mensajes? Basta y sobra con la bandera cubana, basta y sobra con mensajes de amor, de estamos aquí hermanos italianos, ustedes nos interesan, venimos a ayudar solidariamente.

¿Para qué los gritos de revolución y las fotos de Fidel? Si todos sabemos que, además y por encima de la solidaridad, en estos momentos, que no son 20 años atrás, el gobierno cubano está vendiendo los servicios de sus profesionales, o sea, lo de solidaridad y humanidad queda a un segundo plano, cosa que demuestra la desesperación por poner sus galenos en cualquier lugar para cualquier cosa y sabemos que cada médico, cosa que entiendo y apoyo porque es una forma honrada de vivir, sale a esas misiones, repito estos momentos no son 20 años atrás, para buscarse lo suyo, como forma clásica de “escapar y luchar”.

Si, el gobierno cubano aprovecha cualquier momento y hecho para hace propaganda explícita. Amigos, dejen al pueblo italiano que reconozca la presencia de los médicos cubanos, dejen que Italia agradezca a Cuba, eso, de sobra, servirá cuando el problema generado por el virus pase. Veo videos de España donde las personas desde sus casas y apartamentos, a las 8 de cada noche, inundan las ciudades, los barrios, aplaudiendo a los médicos y técnicos de la salud. Acciones espontáneas, sin discursos, sin movilizaciones partidistas, sin ideología, de un pueblo que reconoce y agradece. Muy lindo.

No hay que desembarcar con la política, tal como lo hacían los conquistadores a la antigua usanza, portando las banderas y los estandartes, porque los médicos aún no han atendido a nadie, no han llegado ni tan siquiera a los hospitales y antes de todo, andan promocionando, obviamente orientados, a la revolución y a su gobierno. Ellos fueron enviados, muy cuestionablemente, a pesar de una posible crisis de atención de salud en el territorio nacional, donde hoy, hasta los alumnos de medicina, están haciendo visitas, casas por casas, también empujados por la política, para detectar posibles síntomas e infectados. Los países desarrollados dando gritos porque no alcanzan los médicos y técnicos para atender y salvar a sus ciudadanos y Cuba sacando a sus médicos para países del mundo, tal como si los médicos en la isla sobraran o se pudieran producir en una fábrica como caramelos. ¿No es esto una contradicción?

He visto un video donde un funcionario de salud, convertido en político, tratando de resolver lo que no se puede resolver con un discurso vacío sin argumentos, frente a la negativa de parte de los alumnos de medicina a recorrer las calles, con la lógica del miedo a enfermarse y a propagar la enfermedad, la poca preparación y la poca existencia de materiales para protegerse, etc., decir que los alumnos no tenían que entrar a las casas, que los alumnos no tenían que tocar las puertas, ni hablar con nadie, que sólo tenían que caminar y preguntar, que quizás visitando las bodegas, el bodeguero les podía decir, y asegura “los cubanos somos así”, quién estaba enfermo y quién no. ¿Pudiera parecer esto serio o una locura que desesperadamente trata de demostrar que se está haciendo algo? Alumnos de medicina recorriendo las calles preguntándole a los bodegueros, a los barberos, a los apuntadores de la bolita, etc., sobre quién está enfermo, se siente mal, tiene fiebre, etc.

De ambos lados del Estrecho de la Florida, ahora en medio de la urgencia, un llamado de personas dentro y fuera de la isla, que piden al gobierno norteamericano que levante temporalmente el embargo-bloqueo a Cuba, para facilitar que solidariamente lleguen a la isla, los medicamentos, alimentos y otros insumos, que se supone se van a necesitar para enfrentar la potencial propagación del Coronavirus y en realidad no entiendo mucho lo que esto pretende ahora mismo, más allá de estar aburridos en las casas y no tener otra cosa que hacer.

Cuba ha gritado y está gritando en todos los medios oficiales, tanto para el interior como para el exterior, que, ningún sistema de salud del mundo funciona, ni sirven para nada, excepto el de Cuba y que la isla está preparada, que todo está organizado, que cuenta con las camas, los hospitales y todos los medicamentos para enfrentar cualquier tipo de magnitud del ya desgraciadamente famoso virus. Es más, Cuba está tratando de promocionar, para la exportación, un medicamento, diciendo que ayuda a acabar con el virus, cosa que todavía ningún país del mundo ha podido declarar. Se investiga, se está trabajando, se está corriendo, pero hasta ahora nadie tiene la vacuna o el medicamento salvador y Cuba, ya dijo que lo tiene y que lo puede vender a todo el planeta contaminado.  Cuba además está exportando los servicios de salud a través de sus médicos, por lo que todo el mundo deberá pensar que además de tener los médicos para atender a los ciudadanos cubanos, a la isla hoy le sobran médicos para enviar, no a Italia, sino a varios destinos del planeta. Por lo que una conclusión muy elemental para los que miran desde afuera, la potencia Cuba, la propagandística Cuba, no necesita nada.

Entonces, ¿por qué ahora la idea del embargo-bloqueo?, ¿Se estará tratando de politizar el momento para echarle más adelante la culpa a alguien? Si, estoy de acuerdo, es hora de que el embargo-bloqueo se termine, para eso, primero, Cuba, en el plano interno y para el interior, sabe lo que tiene que hacer. Cuando eso ocurra, el bloqueo-embargo durará 24 horas, el tiempo que demoren el imprimirse y firmarse los papeles. Ahora, exigir hoy esto por adelantado, es más de lo mismo.

Mariela Castro, hija del ideólogo charanguero mayor, imagino que millonaria en dólares, casada con un italiano, imagino que “revolucionario”, dueña de un hostal 5 estrellas, acaba de publicar la siguiente nota, “Mantener cualquier forma de bloqueo en el escenario de una pandemia tan peligrosa como el #COVID19 es acrecentar el #Genocidio Criminal perpetrado por el #EstadoTerroristaUSA y el mundo no sólo le debe condenar sino también penalizar #Cuba”. Marielita, no ha hablado de la demora en cerrar los aeropuertos y puertos, no ha mencionado el atraso en el cierre de todas las escuelas del país, no ha mencionado que los bares, restaurantes, hoteles están aún abiertos y que se ha estado alentando los viajes de turistas extranjeros en medio de lo que ella misma define como pandemia, menos ha hecho referencia a las inmensas y desorganizadas colas, convertidas en tumultos y batallas, para conseguir jabón o algo de comida y del transporte abarrotado de personas, pero si se ha tomado unos minutos para dejar colgado un post que habla del genocidio criminal de Estados Unidos. ¿Se llevará Marielita a enfermos del Coronavirus para su mansión o para su hostal? No es nada loco, Cristiano Ronaldo, el famoso futbolista portugués, ha ofrecido-convertido sus hoteles en hospitales.

Aquí en Estados Unidos pasa otro tanto, el juego político absurdo está presente. Hace unas semanas ya, el presidente Trump, para muchos el más brujo de todos y los republicanos han lanzado un paquete de medidas, llamadas a enfrentar el grave problema. Sabiendo que muchos norteamericanos irían a sus casas, sin trabajos y sin salarios completos, decidió proponer la entrega de efectivo a cada persona, a cada familia, 1.8 billones de dólares fueron solicitados para aprobación, que no es la vacuna para inmunizarnos contra el virus, pero si una ayuda para estar en casa y poder enfrentar o equilibrar el daño económico.

Esto, que sería más que bueno para todos, ha desatado la negativa de los demócratas dentro del Senado lidereados por Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, quienes ahora piensan pasarle la cuenta al presidente y negociar, chantajear, con él, la asignación de fondos para otros proyectos que nada tienen que ver con el momento difícil que estamos y podemos pasar dentro del país.

Los demócratas plantean que el paquete de dinero pudiera ser un gran “fondo de sobornos” de 500 mil millones, que el presidente pudiera gastar en lo que quisiera, incluso en rescatar sus propios hoteles, afectados como todos los hoteles del país, entonces, sin pensar en más nada, lo detienen y hacen esperar por la ayuda. El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, acusó a los demócratas de “obstrucción sin sentido”, que puede demorar semanas en solucionarse, a pesar de que un senador ha dado positivo frente a las pruebas del virus y otros cinco se encuentran en aislamiento. La Pelosi, como si nada pasara, como si cada minuto no fuera extremadamente decisivo, declara que ella está analizando y propondrá un tercer paquete de medidas diferentes. Mientras esto ocurre y los multimillonarios senadores siguen siendo multimillonarios y se demoran en análisis, el país se deteriora, los negocios, sobre todo los pequeños, pero también los grandes, pierden, algunos de forma irreversible, las bolsas de valores se recienten, las pérdidas parecen ser millonarias y el ciudadano norteamericano, el principal, el trabajador, que está siendo afectado, tiene que esperar.

A uno le puede parecer que el gobierno, sea el país que sea, está, primero que todo, para defender a sus ciudadanos, tal como dijera el presidente Trump, Lo principal aquí es que estamos cuidando al público estadounidense”, (…) Y nos estamos ocupando de la economía estadounidense”, sin embargo no es del todo así, la estructura bipartidista, los problemas entre partidos y por qué no los problemas personales, de aceptación, de cariño, etc., la división dentro de los diferentes niveles del gobierno, hace, absurdamente, que en momentos como estos, unos a otros se traten de pasar la cuenta y que el objetivo primordial, aquí, el pueblo norteamericano, quede para un segundo plano.

Los políticos ahora se ponen zancadillas y tratan de presionar, de pasar la cuenta y de obtener otros objetivos y beneficios, tales como, si me pides esto, entonces, tienes que darme esto otro, tal como en los conflictos de niños o en el juego Monopolio. Puede parecer increíble por lo serios que parecen frente a las cámaras de televisión, cuando dirigen reuniones, hacen juramentos, dan discursos, etc.

Esto pudiera parecer de locos, es así, pero, en este caso no es Trump, para aquellos que no gustan del tipo, más allá de republicanos o demócratas, es bueno que conozcan que desde su posición de “albergado” en la Casa Blanca, como presidente, ha tratado, después se verá si fue rápido o lento, acertado o no. Ahora son los demócratas, aquellos mismos que pretender dar a este país un mejor sistema de salud, aquellos que están ahora mismo pregonando la oferta de una atención gratuita al máximo nivel del mundo, aquellos que quieren conseguir el voto con los famosos “cantos de sirenas” de la mitología griega, discursos elaborados con palabras agradables y convincentes, que esconden la seducción y el engaño, los que están dañando todo.

No es justo comparar, aunque sea el primer recurso humano, no es tan siquiera inteligente que lo que se hizo allí, se aplique aquí de igual manera, porque no funciona. No es tan siquiera ni simpático ahora, tratar de defender una posición, republicana o demócrata, comunista o capitalista, de igualdad o diferencia, de gratuidad o pagando. Lo ideal sería cerrar filas y aguantar, tal como dice mi madre el momento es de unidad, de apoyo moral, de solidaridad.

Los políticos y las políticas son sólo eso, políticos y políticas, que siempre, siempre, donde quiera que están, salvo muy raras excepciones, han vivido detrás de ese gran paraban que se llama pueblo.