viernes, 31 de mayo de 2019

El queso azul, una medicina necesaria y oportuna


En realidad, los cubanos somos muy mal agradecidos y lo que hemos demostrado hasta hoy es no tener sentido del humor.

Creo que nos hemos enfocado en lo que podría haber sido de Cuba con un gobierno como el de cualquier otro país del mundo y se nos ha escapado el verdadero objetivo y disfrute. 

En nuestro país, el gobierno, a lo que se le sigue llamando revolución y sus representantes, desde el primer día, en realidad no estuvieron muy duchos e interesados en dirigir ni resolver nada efectivamente, porque todos ellos sólo fueron y son comediantes. Nosotros sólo fuimos un “telón de fondo” como dice Carlos Varela en una de sus geniales canciones,

Y a cambio solo, tú me diste un mundo
lleno de escenarios y payasos tontos
y es que siempre es igual
lo mismo aquí o allá
no somos más que un telón de fondo.


Tal como en la inigualable película La Vida es Bella, mientras más malo es el momento, mientras más problemas puedan existir e incluso cuando nuestras vidas están en riesgo, mas es necesario el humor y entonces más comedias se tienen que hacer.

Pienso que, desde aquella promesa, que parecía segura y fácil de conseguir, donde los cubanos tomaríamos toda la leche de vaca que nos diera la gana, tanta tendríamos que la podríamos utilizar para, según cuenta la tradición, hacer lo mismo que hacía Cecilia Valdés, o sea, mezclarla con miel de abejas, y bañarnos, hasta conseguir una piel tersa, todo lo que ha seguido es parte de la misma idea no confesada. Hubieran sido más honestos y nos hubieran dicho, no vamos a resolver nada, pero vamos a hacer chistes para divertirnos y entonces todos además de reírnos, les hubiéramos creído, puesto que el verdadero objetivo quedaba expuesto con sinceridad.

Hace pocas semanas, el gobierno envió a uno de sus más antiguos comediantes para decirle a los cubanos y al mundo, que la situación alimentaria en Cuba se comenzaría a resolver en muy poco tiempo a partir de la carne de avestruz y de la jutia conga salvaje, ésta sola aseveración bien hubiera bastado para ganar el primer premio en cualquier concurso de comediantes, de esos que aquí llamamos “stand comedy”. Nosotros no lo entendimos y pensamos que el tipo y sus colaboradores, más sus jefes, estaban locos y se burlaban de su pueblo, cuando en realidad, fueron incomprendidos, ellos solo estaban haciendo comedia.

Recientemente el país y el mundo ha conocido una nueva comedia, traída como noticia, que como en La Vida es Bella, ayudan a aliviar, no el estómago, pero si el ánimo.

La “compañera” Emilia Aguirre López, directora de producción de la Empresa de Productos Lácteos y Confiterías de Pinar del Rio, nada más y nada menos que de Pinar del Río, que continua siendo una de las provincias más pobre de Cuba, declaró a Juventud Rebelde, el periódico que repite la noticia que dio el periódico Granma, que ya casi terminada la obra civil se espera para montar la tecnología, o sea, la maquinaria, para producir queso azul y de esa forma disminuir o eliminar el costo de la importación para el gobierno cubano de ese producto. No aclaró el destino de la producción.

Esto tiene que ser parte de un guion de otra buena comedia, no me cabe dudas.

Un país que nunca ha podido cumplir aquello de los baños de leche con miel de nuestra patriota Cecilia, donde la leche fresca, o sea liquida, se mantiene desde hace 60 años, como un producto regulado para niños menores de 7 años y la lecha en polvo, para algunos viejos por dieta previo certificado médico renovado año por año, ahora como algo nuevo, para demostrar que los funcionarios y especialistas están trabajando en interés del pueblo, a alguien se le ocurre fabricar queso azul para disminuir importaciones y no sólo se le ocurre a esta buena jefa de producción, sino que al informarlo por el periódico oficialmente, sabemos que tiene que haber sido la propuesta aprobada o generada por la máxima instancia del gobierno cubano.

Recuerdo con agrado que comimos quesos en Cuba. Tuvimos un inigualable queso de crema Nela, para mi gusto mejor que el Philadelphia norteamericano y otro llamado Yumurí, de menos calidad, el que a la gente no le gustaba mucho, porque medio se desbarataba o se hacía grumos cuando lo intentabas untar a un pan o galleta. Tuvimos también el afamado queso gouda, perseguido en los mercados paralelos cuando se pusieron de moda. De la era de los hermanos soviéticos nos llegó un queso al que reconocíamos como queso proceso, que también se llegó a producir en Cuba, un poco fuerte de sabor, que además de en las bodegas se mantuvo en las cafeterías del Parque Lenin, mientras el parque funcionó dignamente. 

Luego de la llegada del Periodo Especial y los problemas económicos, los quesos se perdieron por la escasez de leche y se introdujo una variante de queso hecho a partir de la papa, conseguido en algunos establecimientos del gobierno y en el mercado negro, que ya no era lo mismo, pero queso al fin se dejaba comer. Siempre, incluso hoy, se consiguió el rico queso blanco, casero, criollo, fabricado por familias que tenían sus vaquitas y que vendían a escondidas y por encargo, su queso. Guapos cubanos que traían el queso, por ejemplo, desde Camagüey hasta La Habana, en trenes y guaguas del gobierno vigiladas por la policía, a riesgo de decomisos, multas y arrestos.

Imagino que los que tenían familiares en el gobierno o algunos que viajaban al exterior tuvieron alguna que otra posibilidad de probar, algún que otro queso llevado a Cuba como algo bien exótico, pero queso azul, jamás mientras fui joven y menos joven y se mantenía un férreo control socialista de la economía, vi aquello en una tienda nacional y menos en una casa cubana y puedo asegurar que me moví por muchas casas de amigos y familiares.

Ahora conozco, después de una pequeña investigación, lo que no conocía. Dicen que, por orden de Fidel Castro, al que le gustaba mucho el queso azul, se montó una pequeña fabriquita experimental que producía para los deseos del presidente y su selecto grupo de seguidores y visitantes. Luego esa fábrica se trasladó y se amplió, pienso que en la misma medida que los amigos y familiares fueron creciendo y cogiéndole el gusto al afamado queso, hasta que, como todo, se dejó de producir por falta de materia prima, desgastes en las maquinarias, etc.

Entonces ahora vuelve, quizás para muchos como algo nuevo e innovador, la idea de fabricar queso azul en Cuba, lo que me parece extremadamente bueno, si:
  • ·         Fuera el queso azul una prioridad del pueblo cubano, cuyo consumo tradicional no se pudiera sustituir por nada, pues está insertado en la formación y el mantenimiento de nuestra nacionalidad y cultura culinaria diaria.
  • ·         La leche de vaca estuviera por la libre en todas las esquinas de Cuba, por lo que pudiéramos consumir la marca y las cantidades que quisiéramos, además de poder hacer flanes, dulces de leches, cremitas de leche, batidos, etc.
  • ·         Existiera un excedente tal de producción de leche que nos permitiera satisfacer nuestras necesidades como población, exportarla, ofrecerla a los turistas e incluso donarla a los niños pobres del mundo.
  • ·         Finalmente, cansados de consumir leche de vaca, nos pudiéramos, tal como casi nos prometieron, bañarnos con ella.

Si alguna de estas condicionantes no se cumple, tal como en un Diagrama de Flujo, pues no podríamos dedicar un litro de leche a producir algo que se llama queso azul, pues si no aclaran que es un chiste de mal gusto, pudiera resultar ofensivo.

¿Quién come en Cuba queso azul? Me arriesgaría a decir que probablemente el 0,000000000001% de la población cubana tiene esa oportunidad.

¿A quién le interesa y beneficia este “logro a futuro”? Me arriesgaría a decir que al 0,000000000001% de la población cubana.

La “compañera” Aguirre aseguró que la primera producción de queso azul estaría saliendo para el próximo agosto, ahora pienso que para el día 13 y de paso la fábrica conmemorará la fecha de nacimiento del, al parecer, gran comedor de este derivado lácteo y que el objetivo es producir 1.5 toneladas diariamente, para lo cual, existe la materia prima, más la química necesaria.  

La pregunta de los 64000 dólares es, para quién es este queso.

Veamos la situación de Cuba hoy. El país atraviesa por un desabastecimiento general de casi todos los productos de consumo, dentro de ellos brutalmente de comida. Con la llegada del Periodo Especial hubo desabastecimiento de los productos en moneda nacional, o sea, lo que se distribuía racionadamente por la libreta, pero muy rápido, tal como un mago saca un conejo de un sombrero, apareció la variante de las tiendas en divisas para el pueblo revolucionario, conocidas como shopping y el problema fue conseguirse los dólares primero y los CUC después, cosa para la cual los cubanos fuimos hábiles, pero ahora el desabastecimiento está precisamente en las tiendas en divisas, porque del mercado en moneda nacional no queda nada. No hay productos, no por el embargo, sencillamente no hay productos porque el gobierno cubano no tiene dinero para comprarlos y como es entendible después de 60 años de olvidar y maltratar a la economía doméstica, agricultura incluida, hoy no se produce nada, o como bien dice Silvio Rodriguez en su canción, “casi nada, que no es lo mismo, pero es igual”.

Nadie me lo ha contado, no estoy poseído por el diablo imperialista, sencillamente veo las imágenes y videos que salen desde Cuba gracias a los celulares e internet. Las tiendas de comida están vacías, las colas de personas son infernales y muchos lugares estatales de ventas, están protegidos por personal especializados vestidos de negro con armas largas, las personas, debido a la escasez o la incertidumbre y quizás un poco de histeria están dándose golpes para acceder a un pedazo de pollo o una botella de aceite.

El gobierno ha prometido resolver el problema de la alimentación sana, segura y sostenible, sobre, el “cultivo”, cito textualmente, de avestruz y jutía.

Y entonces, en un lugar donde no hay vacas, después de la muerte de Ubre Blanca toda esa especie casi se extinguió al no haber llegado otra Arca de Noe para Cuba, donde la leche es un lujo, donde familias viven y lo digo por experiencia, jugándoselas en el mercado negro, de noche, a oscuras, a escondidas, comprando leche robada, cómo se puede pensar en producir queso azul para el 0,000000000001% de la población, el gobierno y los cuatro turistas que visitan Cuba.

Vivo en Lincoln, Nebraska y no he encontrado en 6 años un chorizo que se pueda comer. Aquel chorizo español con que todos los cubanos soñamos, no se vende. La comunidad española, si es que existe, debe ser muy pequeña y, por tanto, nadie trae un chorizo que los americanos no conocen y no consumen. Si quiero, en el medio de este país, comerme un chorizo español tengo que comprarlo por internet, encargarlo a Miami o irme a San Antonio, Texas, donde vive la otra parte de mi familia.

Entonces en un lugar dónde no hay leche o peor, donde la leche es un super lujo, cómo se puede pensar en fabricar, nada más y nada menos, que un queso tan especial con la justificación de disminuir importaciones. Sencillamente la estrategia de la “compañera” Aguirre debería ser más clara y objetiva a no ser que a ella también le guste ese queso; no se va a importar jamás más queso azul, cosa que se va a explicar a los integrantes del gobierno y sus familiares consumidores para evitar suicidios y a los turistas fanáticos específicamente a ese queso se les debería emitir un comunicado animándolos a traer unas raciones para su consumo, que, para no afectar los por cientos del turismo como sector, como una acción de buena fe, el gobierno les dejará pasar libres de impuestos.

He leído, para ver si puedo entender y ayudar a la "compañera" Aguirre. El queso azul cuenta con una considerable cantidad de vitaminas y minerales, lo que puede servir para un buen funcionamiento del sistema nervioso. Es capaz de combatir la migraña y mantener el cuerpo relajado y por si fuera poco ayuda también a combatir los altos niveles de colesterol.

Es una excelente fuente de proteínas para el desarrollo de las células y los músculos y por su aporte de potasio puede favorecer al mejor funcionamiento del corazón e incluso a la mejor madurez sexual en los adolescentes. Comer queso azul puede garantizar una buena digestión. Quizás en esto estaría pensando “nuestro jefe” cuando se volvió fanático al queso azul y ordenó construir una pequeña fábrica experimental, todos sabemos que le gustaban los experimentos.

Entonces le hubiera quedado mejor a la “compañera” Aguirre, anunciar que, para contribuir a la salud del pueblo, la poca leche que tenemos se utilizará para producir una nueva medicina, el queso azul, cuya producción completa se destinará a las farmacias cubanas, donde por recetas médicas emitidas por un médico especialista, la población podrá a partir del próximo agosto comenzar a consumirlo. También se distribuirá en todos los hospitales del país, incluyendo los hospitales psiquiátricos para ser incluido en la dieta diaria de los enfermos. Como última contribución se destinará a los círculos infantiles y las escuelas, lo que garantizará la salud sexual de todos nuestros niños y jóvenes.

Entonces sí la idea sería buena y al que se le ocurrió lo de la producción del queso tendrían razón, estaría pensando en ayudar al cubano, de lo contrario no es más que una nueva y, a lo mejor, buena comedia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario