martes, 13 de agosto de 2024

579.- Probablemente más influencia del reggae y el cannabis y el curry auténtico más barato.

Más allá de republicanos y demócratas, no creo o me niego a aceptar que este país pueda votar por Kamala Harris para presidenta, aunque la historia dice que cualquier cosa puede pasar, los pueblos tienen corta la memoria. Hemos llegado a tal momento que ahora Kamala Harris, con su pelo estirado y casada con un blanco judío norteamericano, descendiente de Jamaica y la India, es promovida, por los creadores de imágenes, con mucha fuerza, como afroamericana, a lo que ella ha aceptado muy convenientemente.

De haber sido Kamala una cara nueva, sacada de un sombrero de mago, fuera entendible, los demócratas tienen que defenderse para seguir en el poder, pero es que la Sra. Harris es la vicepresidenta del actual gobierno, o sea, corresponsable del desastre que hoy tenemos.

Digo corresponsable porque ella está emplantillada como oficial, pero en realidad hasta hace muy pocos días, ni los mismos demócratas se acordaban de ella.

Una parte de los demócratas lucharon por mantener a un desgastado Biden para correr a las próximas elecciones y otra parte apuntaba a cualquier otra persona. Es increíble que uno de los nombres más mencionados fuera el de Michelle Obama, que no es una figura política, sino que su experiencia como abogada y quizás trabajadora social, estuvo aumentada por ser en dos periodos la Primera Dama del presidente Barak Obama. La Obama es por mucho, mucho más popular que la Harris, sólo que la primera se negó públicamente varias veces a correr por el puesto político, de haberse prestado e interesado, a la Harris no le hubiera dado ni el Sol.

Kamala Harris, la cual no debe saber cómo ha llegado a dónde está, debería sentirse simplemente abochornada porque nadie se había acordado de ella. Su carrera ahora dependió de una petición del bajado Biden, creo que, con la magistral experiencia basada en el refrán popular, “del lobo un pelo”.

Los más conocedores dicen que a Kamala como vicepresidenta, se le asignaron tareas de menor responsabilidad, como asistir a bodas, entierros, celebraciones en nombre del presidente, o sea, desde el punto de vista de gobierno, casi nada. Lo cierto es que casi no la vimos ni hablar.

Se le asignó también, como tarea muy honorable, el tratar de resolver el tema agudo de la frontera sur, o sea, la enorme entrada, sin mucho control, para no decir que por momentos y en determinados puntos, sin ningún control de latinoamericanos, pero además de rusos, chinos, árabes, caribeños, etc., y por allí no se portó. Recuerdo que frente a una pregunta sobre este tema que le hiciera un periodista, ella respondió que era cierto, que no había visitado la frontera, pero que tampoco había ido a Europa, o sea, quitándole importancia o tirando a mierda el tema, uno de los temas por el cual están pidiéndole la cabeza a su gobierno.

No tengo ideas de cuál va a ser el programa que ella va a anunciar, ya no para el pasado, el pasado como todos los pasados no tiene solución, sino para el futuro de cuatro años del país, porque ella misma aun no lo ha hecho, pero tendrá que ser muy excepcional, porque no podrá quitarse de arriba el peso del fracaso porque ella es aún la segunda. Va a tener que además de expresar un plan muy bien elaborado, practicar algo de magia para pintar el escenario creíble.

  • Tema frontera sur, sigue en candela, junto con todos los programas de la llamada inmigración organizada que el gobierno Biden – Harris han propuesto: el famoso Parolle Humanitario, el CBP One, etc. Se acaba de comprobar un enorme fraude en esto y ellos son los responsables. ¿Lo vieron y no lo pararon? Responsables. ¿No lo vieron? Peor. Responsables.
  • El alto costo de la vida que hoy los que aquí vivimos estamos pagando, por sólo citar uno, hace poco tiempo en determinadas regiones del país se llegó a pagar 12.00 dólares por un galón de gasolina, yo llegué a pagar 7:00 dólares viviendo en el estado petrolero por excelencia. Hoy han bajado, pero ni pensar en los precios de antes de los demócratas, sigue el combustible inexplicablemente caro y, por tanto, todo lo demás está caro, los huevos, la leche, la carne, etc. Para el norteamericano promedio, o sea, yo, adicto a la carne de res, con una tradición enorme de consumo sobre ese producto desde los indios o nativos americanos y los famosos búfalos, nombrados tatankas por los primeros padres fundadores antes que llegaran los segundos padres fundadores, hoy comerse un pedazo de carne de res es todo un logro o victoria.
  • Para qué hablar de la explosión hacia arriba de, por ejemplo, los precios de las casas y los automóviles. Los americanos promedio declaran que no los pueden comprar o están obligados, junto a intereses de banco, más intereses de la propiedad, etc., a pagar de por vida una cifra absurda por una vivienda o un auto común.
  • Niveles de asesinatos, atracos, robos, por los cielos. Lugares o ciudades del país, donde las leyes permisivas han definido que robar productos por valor de 400, 500, 600 dólares, no es robar y por tanto los “supuestos” ladrones, no lo son. Van libres a la calle.
  • Policías maniatadas, a veces con miedo o cierta frustración, en desventajas de número, tecnología y con una enorme lista de protocolos a cumplir para enfrentar o acabar con el crimen organizado.
  • La destrucción, a tal punto que parece consciente, de muchos estados y ciudades del país, por sólo citar algunos, el estado de California con Los Ángeles y San Francisco incluidos, New York, de donde las personas están huyendo porque la vida tranquila se ha acabado, los precios por el cielo, la droga al pecho, los “homeless” aumentando, la delincuencia campeando por su respeto, muchas leyes permisivas. Tema complicado, que ha terminado por exacerbar nuevamente el sentimiento separatista o independentista de Texas, lugar donde vivo. Texas republicana se niega a seguir formando parte del desastre demócrata.
  • Locura a la cual hemos llegado con los “derechos” de todo los locos que reclamen derechos, que van desde una persona con pene, más tetas implantadas y consumo de hormonas que quiere ser considerado como mujer, adoptar niños y orinar en los baños femeninos, personas que se consideran gatos, caballos o hipopótamos y exigen ser considerados y tratados como tal, hasta teorías de que los padres no deberían tener autoridad sobre sus hijos niños o adolescentes, teniendo que permitir que sus hijos niños o adolescentes se sientan como camellos o ardillas sin poder ubicarlos. Movimientos de mujeres que enseñan las tetas y manchan de rojo a muñecos de goma, como símbolo de feminismo que hubieran ruborizado a la mismísima Rosa Park o personas que para llamar la atención agreden a esculturas, pinturas y monumentos que son símbolos del desarrollo humano, por tanto, propiedad y orgullo de todos.
  • Población de inmigrantes sin control, primero a los que hay que mantener: comida, hospedaje, atención de salud, medicinas, escuelas, atenciones espirituales; segundo, la llegada, enmascaradas dentro de los necesitados buenos, de la gran delincuencia profesional y el aumento del tráfico de droga, armas y humanos, incluso con la presencia de bandas organizadas de reconocimiento internacional. Miles de millones de dólares que se han desviado en detrimento de otras acciones. La inmigración es buena, yo soy el resultado de ella, el reguero en este tema y ciento de miles de personas dando vueltas aquí adentro, es un gran problema para cualquier país y lo que hemos tenido es un reguero padre. Biden y Kamala responsables.
  • Creo que lo más importante de lo importante, Estados Unidos como país ha perdido su papel protagónico, ha perdido respeto, cualquiera hoy se burla de él. Estados Unidos con sus fracasos internacionales ha perdido presencia y autoridad, empezando por los países del patio o más cercanos, Latinoamérica, que conspiran, sino en destruirlo, por lo menos en deteriorarlo, seguidos por la Rusia imperialista de Putin y la China comunista. Los temas de Ucrania – Rusia, Israel y Palestina con Hamas y el terrorismo, más Irán metido en todo esto, son tres dagas en el cuello de este gobierno, el que parece no darse cuenta o se está haciendo el “chivo loco”.

Ahora Kamala, por supuesto, va a prometer resolver ella, todo lo que no se resolvió en sus cuatro años de vicepresidencia. Ella tendrá que prometer que dejará de asistir a cumpleaños, bautizos y muertes. Ella tendrá, quizás muy cuidadosamente, echarle la mierda arriba a Biden, digo cuidadosamente porque el sólo hecho de soñar ella con la presidencia y verse ella como primera mujer y además primera india-jamaiquina-afroamericana sentada en la silla principal del Salón Oval, se lo debe a él, porque entre sueños dulces y sueños agradables, debe recordar que de ella nadie se había acordado.

Quisiera creer o mejor estar convencido de que este país no va a salir a votar masivamente por Kamala Harris, pero nadie sabe, tal como muchos aseguran, los pueblos solemos tener corta la memoria.

A lo mejor logramos más influencia del reggae y el cannabis en nuestras vidas y el curry auténtico se comienza a vender más barato.

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